Las anacondas verdes, que pueden llegar a medir hasta 12 metros, suelen regurgitar a sus presas si se sienten amenazadas o molestas, para poder garantizar su movilidad. Estos impresionantes reptiles devoran peces y pájaros, pero también grandes mamíferos como capibaras, tapires e incluso ciervos.
Antes de comerse a sus presas, las comprimen para asifixiarlas. Vean las imágenes impactantes de una anacónda gigante regurgitando lo que parece ser un ternero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios irrelevantes e irrespetuosos serán omitidos.