viernes, 30 de mayo de 2014

Nueve Hombres Desconocidos



En la tradición oculta, los Nueve Hombres Desconocidos son una sociedad secreta milenaria fundada por el emperador indio Asoka 270 antes de Cristo.

Según la leyenda, tras su conversión al budismo después de una masacre durante una de sus guerras, el emperador fundó la sociedad de los Nueve para preservar y desarrollar el conocimiento de que sería peligroso para la humanidad si cayera en las manos equivocadas.

Los nueve fueron también acusados por Asoka con la manipulación de la cultura de la India para presentar una imagen de un pueblo retrasado y orientado a lo místico al mundo exterior con el fin de ocultar el conocimiento científico avanzado que estaba siendo acumulado en su interior. Algunas versiones de la historia incluyen una motivación adicional del emperador para ocultar conocimiento científico: remanentes del Imperio Rama, una versión india de la Atlántida, que según las escrituras hindúes fue destruida por armas avanzadas hace 15000 años.

Numerosas figuras que cabalgaron la línea entre escribir sobre ocultismo y ciencia ficción, más prominentemente (y aparentemente primero) Louis Jacolliot, Talbot Mundy, y más tarde Louis Pauwels y Jacques Bergier en su Retorno de los Brujos, propagó la historia de los Nueve alegando que la sociedad ocasionalmente se revelaba a sabios forasteros como el Papa Silvestre II, de quien se dice que recibió del grupo, entre otras cosas, entrenamiento en poderes sobrenaturales y una cabeza robótica parlante.

En tiempos más recientes, de acuerdo con este círculo, los Nueve ayudaron a la humanidad revelando el secreto de la vacuna contra el cólera.

Entre los teóricos de la conspiración de los Nueve Desconocidos es a menudo citada como una de las sociedades secretas más antiguas y poderosas en el mundo. Inusualmente para la subcultura conspiracionista, la imagen del grupo es en gran medida, aunque no totalmente benigna. Los teósofos también creen que los Nueve son una verdadera organización que está trabajando por el bien del mundo.

Se dice que algunos científicos indios modernos como Jagdish Chandra Bose creen o incluso a son miembros de los Nueve, aunque la documentación sobre este tema es previsiblemente escasa.

Los nueve libros

Cada uno de los Nueve es supuestamente responsable de proteger y mejorar un solo libro. Estos libros corresponden cada uno a una rama diferente de un conocimiento potencialmente peligroso.

Tradicionalmente, se dice que los libros cubrirán los siguientes temas:

  • Propaganda y guerra psicológica.
  • La Fisiología, incluyendo instrucciones sobre cómo realizar el "toque de la muerte." Una cuenta dice que el Judo es un producto del material de filtrado de este libro
  • La Microbiología, y, según la especulación más reciente, la Biotecnología. En algunas versiones del mito, las aguas del Ganges son purificadas con microbios especialmente diseñados por los Nueve y liberados en el río en una base secreta en el Himalaya
  • La Alquimia, incluyendo la transmutación de metales. En la India, hay un rumor persistente que en tiempos de sequía u otros desastres naturales, los templos y las organizaciones religiosas reciben grandes cantidades de oro de una fuente desconocida
  • La Comunicación, incluyendo relaciones sexuales con extraterrestres
  • Gravitación. El libro 6 se dice que contiene las instrucciones necesarias para construir un Vimana, a veces referido como el "antiguos OVNIs de la India"
  • Cosmología
  • Luz
  • Sociología, incluidas las normas relativas a la evolución de las sociedades y cómo predecir su caída.

Según algunas interpretaciones de los textos sobrevivientes, el futuro de la India, según parece, sucedió muy atrás en su pasado.

Tomemos el caso de la Sarvasva Yantra, que se dice que ha sido escrito por el sabio Maharshi Bhardwaj. Este consta de hasta 40 secciones de las cuales una, la Vaimanika Prakarana, tratado de aeronáutica, tiene ocho capítulos, un centenar de temas y 500 sutras.

Bhardwaj describe los Vimana, o naves aéreas, como siendo de tres clases:
aquellos que viajan de un lugar a otro
aquellos que viajan de un país a otro
aquellos que viajan entre los planetas

De especial preocupación entre estos eran los aviones militares, cuyas funciones fueron delineadas en considerable detalle y cuando son leídos en la actualidad es algo como sacado de la ciencia ficción.

Por ejemplo, tenían que ser:
inexpugnables, indestructibles, incombustibles e indestructibles caapaces de llegar a un punto muerto en un abrir y cerrar de ojos invisible a los enemigos capaces de escuchar las conversaciones y los sonidos de aviones hostiles técnicamente competentes para ver y grabar cosas, personas, incidentes y situaciones que van en el interior de los aviones enemigos saben en cada etapa la dirección del movimiento de las aeronaves en las cercanías capaz de poner a la tripulación enemiga en un estado de animación suspendida, letargo intelectual o pérdida completa de la conciencia  capaces de destrucción tripulados por pilotos y viajeros que pudieran adaptarse de acuerdo con el clima en el que se movían temperaturas reguladas en el interior
construidas con metales que absorben la muy luz y el calor provista de mecanismos que pueden ampliar o reducir imágenes y aumentar o disminuir sonidos.

Ahora, a pesar de que tal artefacto se asemejaría a un cruce entre un caza americano de alta tecnología y un platillo volador, ¿significa esto que el viaje aéreo y el viaje espacial eran bien conocidos por los antiguos indios y que los aviones florecieron en la India cuando el resto del mundo estaba a punto de aprender los rudimentos de la agricultura?

En realidad, no [la percepción de la ausencia de la prueba no es prueba de ausencia de la prueba - Jai Maharaj], ya que los procesos de fabricación descritos aquí son deliciosamente difusos y deliberadamente vagos. Sin embargo, muestra una impresionante expansión de la imaginación, que de haber sido alguna vez implementado, nos hubiera impulsado incluso aún más allá de Star Trek.

por D. Hatcher Childress
11 Abril 2006
del Sitio Web DiscussAnyThing
traducción de Adela Kaufmann
Versión original

fuente/ Veritas-Bos


No es pecado creer que, en otras civilizaciones, se haya producido, no una ausencia de ciencia, sino un secreto impuesto a la ciencia. Tal parece ser el origen de la maravillosa leyenda de los Nueve Desconocidos.

La tradición de los Nueve Desconocidos se remonta al emperador Asoka, que reinó en la India a partir del año 273 a.C. Era nieto de Chandragupta, primer unificador de la India. Ambicioso como su antepasado, cuya labor quiso completar, emprendió la conquista del país de Kalinga, que se extendía desde la actual Calcuta a Madras. Los kalingueses resistieron y perdieron cien mil hombres en la batalla. La vista de esta multitud sacrificada trastornó a Asoka.

Desde entonces, le tomó horror a la guerra. Renunció a proseguir la integración de los países insurrectos, declarando que la verdadera conquista consiste en ganar el corazón de los hombres por la ley del deber y la piedad, pues la Majestad Sagra­da desea que todos los seres animados disfruten de se­guridad, de la libre disposición de sí mismos, de la paz y de la felicidad.

Convertido al budismo, Asoka, con el ejemplo de sus propias virtudes, propagó esta religión por toda la India y por todo su imperio, que se extendía hasta Malasia, Ceilán e Indonesia. Después, el budismo conquistó Nepal, el Tibet, la China y Mongolia. Asoka respetaba, empero, todas las sectas religiosas. Predicó el vegetarianismo y proscribió el alcohol y los sacrifi­cios de animales.

H. G. Wells, en su historia del mundo abreviada, escribe:
«Entre las decenas de millares de nombres de monarcas que se apretujan en las columnas de la Historia, el nombre de Asoka brilla casi solo, como una estrella.»
Se dice que, conocedor de los horrores de la guerra, el emperador Asoka quiso prohibir para siempre a los hombres el mal uso de la inteligencia.

Bajo su reinado, entra en el secreto la ciencia de la Naturaleza, pasada y por venir. Las investigaciones, desde la estructura de la materia a las técnicas de la psicología colectiva, se disimularán en adelante, y durante veintidós siglos, detrás del rostro místico de un pueblo al que el mundo considera dedicado sólo al éxtasis y a lo sobrenatural, Asoka funda la más poderosa sociedad secreta de la Tierra: la de los Nueve Desconocidos.

Se dice aún que los grandes responsables del destino moderno de la India, y sabios como Bose y Ram, creen en la existencia de los Nueve Desconocidos, e incluso reciben de ellos consejos y mensajes. La imaginación entrevé la fuerza de los secretos que pueden detentar nueve hombres que se lucran directamente de las experiencias, de los trabajos, de los documentos acumulados durante más de diez decenas de siglos.

¿Cuáles son los fines de estos hombres? No dejar que caigan en manos profanas los medios de destrucción. Proseguir las investigaciones beneficiosas para la Humanidad. Estos hombres se supone que se renuevan para guardar los secretos técnicos venidos de un remoto pasado.

Las manifestaciones exteriores de los Nueve Desconocidos son raras. Una de ellas tiene relación con el prodigioso destino de uno de los hombres más misteriosos de Occidente: el Papa Silvestre II, conocido también por el nombre de Gerbert d'Aurillac.

Nacido en Auvernia, el año 920, y muerto en 1003, Gerbert fue monje benedictino, profesor de la Universidad de Reims, arzobispo de Rávena por la gracia del emperador Otón III. Se dice que estuvo en España y que un misterioso viaje lo llevó a la India, de donde sacó diversos conocimientos que llenaron de estupefacción a los que le rodeaban.

Así fue como poseyó en su palacio una cabeza de bronce que respondía «sí» o «no» a las preguntas que le hacían sobre la política y la situación general de la cristiandad. Según Silvestre II (volumen CXXXIX de la Patrística latina de Migne), el pro­cedimiento era muy sencillo y correspondía al cálculo con dos cifras. Se trataría de un autómata análogo a nuestras modernas máquinas binarias. La cabeza «mágica» fue destruida a la muerte del Papa, y los conocimientos registrados por ésta, cuidadosamente disimulados. Sin duda la biblioteca del Vaticano reservaría algunas sorpresas al investigador autorizado.

En el número de octubre de 1954 de Computers and Automation, revista de cibernética, podemos leer:
«Hay que suponerle un hombre de saber extraordinario, de un ingenio y una habilidad mecánica sorprendentes. Esta cabeza parlante debió de ser modelada bajo cierta con­junción de las estrellas que se sitúa exactamente en el momento en que todos los planetas van a comenzar su curso.»
No era cuestión de pasado, de presente ni de futuro, pues este invento, aparentemente, superaba con mucho el alcance de su rival: el perverso espejo en la pared de la reina, precursor de nuestros cerebros mecánicos modernos.

Se dijo, naturalmente, que Gilbert fue sólo capaz de producir esta máquina porque estaba en tratos con el diablo y le había jurado eterna fidelidad.

¿Estuvieron otros europeos en relación con la so­ciedad de los Nueve Desconocidos ? Hay que esperar al siglo XIX para que resurja este misterio, al través de los libros del escritor francés Jacolliot.

Jacolliot fue cónsul de Francia en Calcuta bajo el Segundo Imperio. Escribió una obra de anticipación considerable, comparable, si no superior, a la de Julio Verne. Ha dejado además varios libros consagrados a los grandes secretos de la Humanidad. Esta obra extraordinaria ha sido saqueada por la mayoría de los ocultistas, profetas y taumaturgos. Completamente olvidada en Francia, es célebre, en cambio, en Rusia.

Jacolliot se muestra positivo: la sociedad de los Nueve Desconocidos es una realidad. Y lo más extraordinario es que cita, a este respecto, técnicas que eran del todo inconcebibles en 1860, como, por ejemplo, la liberación de la energía, la esterilización por radiaciones y también la guerra psicológica.

Yersin, uno de los más próximos colaboradores de Pasteur y de Roux, pudo haber tenido acceso a secretos biológicos a raíz de un viaje a Madras, en 1890, y puesto a punto, gracias a las indicaciones que recibieron, el suero contra la peste y el cólera.

La primera vulgarización de la historia de los Nueve Desconocidos se produjo en 1927, con la publicación del libro 'The Nine Unknown' de Talbot Mundy que perteneció, durante veinticinco años, a la Policía inglesa de la India.



Perhaps the perfect balance between pulp high adventure and mystical novel was achieved in The Nine Unknown. (1923/1924), written and published right before the Tibetan opus Om.

The novel is based on a persistent legend brought back to the west from the East, about the existence of nine unknown perfected men who watched over India, and guarded its secrets. In Mundy's novel there turns out to be nine unknown men who work for the good of mankind, and a dark shadowy nine who worship Kali and work to destroy the work of the others.

JimGrim and his crew must try to sort out which is which if they are to survive. The novel was a favorite of Pauwels and Bergier, whose discussion of "the nine" was a prototype "open conspiracy" for planetary change in their influencial
Morning of the Magicians.

The use of Mundy's ideas in Pauwels and Bergier's book was probably was one of the prime reasons for the Mundy revival in the 1960s.




El libro está a medio camino entre la novela y la investigación.

Según él, los Nueve Desconocidos emplearían un lenguaje sintético. Cada uno de ellos estaría en posesión de un libro constantemente escrito de nuevo y que contendría la exposición detallada de una ciencia.
El primero de estos libros estaría consagrado a las técnicas de propaganda y de guerra psicológica.
«De todas las ciencias —dice Mundy— la más peligrosa se­ría la del control del pensamiento de las multitudes, pues ella permitiría gobernar el mundo entero.»

Hay que observar que la Semántica general de Korjibski sólo data de 1937, y que hay que esperar la experiencia de la última guerra mundial para que empiecen a cristalizar en Occidente las técnicas de psicología del lenguaje, es decir, de propaganda.

El primer colegio de semántica americano no ha sido creado hasta 1950. En Francia, apenas si conocemos más que Le Viol des Foules, de Serge Chokotin, cuya influencia ha sido importante en los medios intelectuales politizantes, aunque no haga más que rozar la cuestión.
El segundo libro estaría consagrado a la fisiología. Como cosa más importante, explicaría el medio de matar a un hombre con sólo tocarle, produciéndose la muerte por inversión del influjo nervioso. Se dice que el «judo» pudo nacer de «infiltraciones» de esta obra.
El tercero estudiaría la microbiología, y especialmente los coloides de protección.
El cuarto trataría de la transmutación de los metales. Según una leyenda, en tiempos de penuria, los terapíos y las organizaciones religiosas de caridad reciben, de fuente secreta, grandes cantidades de un oro muy fino.
El quinto comprendería el estudio de todos los medios de comunicación, terrestres y extraterrestres.
El sexto contendría los secretos de la gravitación.
El séptimo sería la más vasta cosmogonía concebida por nuestra Humanidad.
El octavo trataría de la luz.
El noveno estaría consagrado a la sociología, formularía las reglas de la evolución de las sociedades y permitiría prever su caída.
Con la leyenda de los Nueve Desconocidos, se relaciona el misterio de las aguas del Ganges.

Multitudes de peregrinos, portadores de las más espantosas y diversas enfermedades, se bañan sin ningún peligro para los que están sanos. Las aguas sagradas lo purifican todo. Se ha querido atribuir esta extraña propiedad del río a la formación de bacteriófagos. Pero, ¿por qué no se forman también en el Brahmaputra, en el Amazonas o en el Sena?

La hipótesis de una esterilización por radiaciones aparece en la obra de Jacolliot, cien años antes de que se sepa que tal fenómeno es posible. Estas radiaciones, según Jacolliot, provendrían de un templo secreto excavado bajo el lecho del Ganges.

Al margen de las agitaciones religiosas, sociales y políticas, resueltas y perfectamente disimuladas, los Nueve Desconocidos encarnan Ja imagen de la ciencia serena, de la ciencia con conciencia. Dueña de los destinos de la Humanidad, pero absteniéndose de emplear su propio poderío, esta sociedad secreta constituye el más bello homenaje de la libertad en las alturas.

Vigilantes en el seno de su gloría oculta, estos nueve hombres contemplan cómo se hacen, deshacen y rehacen las civilizaciones, menos indiferentes que tolerantes, prestos a ayudar, pero siempre en este orden del silencio que es la medida de la grandeza humana.

¿Mito o realidad? Mito soberbio, en todo caso, surgido de lo más hondo de los tiempos... y resaca del futuro.

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