sábado, 20 de septiembre de 2014

Enigmas de las matemáticas: Cuando lo exacto es reemplazado por el misterio, casos sorprendentes.

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Hay una cercana relación entre genialidad, locura, tragedia y suerte que acompaña al desarrollo de esta disciplina. 

Se considera la disciplina de las matemáticas como un campo del saber en que no hay incertidumbres ni dudas y que todo funciona a la perfección. Lo cierto es que como en todas las cosas humanas esto no es así y de hecho hay misterios y cosas sorprendentes que ocurren. Existe, además, una cercana relación entre genialidad, locura, tragedia y suerte que acompaña al desarrollo de esta disciplina. A continuación solo algunos ejemplos notables y sin embargo desconocidos para la gran mayoría:
  1. Las ecuaciones de Navier-Stokes se utilizan todo el tiempo para modelar fluidos turbulentos, desde la aerodinámica de los aviones hasta en el fluido sanguíneo. Lo cierto es que la matemática de estas ecuaciones dista mucho de estar comprendida.
  1. Los cuaterniones que podríamos decir que son números complejos con 3 ejes imaginarios fueron construidos y comprendidos en 1843. Se les consideraba tan hermosos como inútiles hasta que en 1985 se descubrió su utilidad computacional para describir la rotación de objetos tridimensionales.
  1. La teoría de grupos, uno de los pilares de la matemática contemporánea, debe su origen a Evariste Galois que los definió solo para demostrar que la ecuación de quinto grado con coeficientes reales no se puede resolver perfectamente en todos los casos. Galois murió a los 20 años de un balazo en un duelo por un lío de faldas. Pasó la noche anterior en vela, anticipando su drástico final, terminando sus ideas y trabajos.
  1. Kurt Gödel, el renombrado lógico austriaco logró que las matemáticas fueran mucho más confusas en 1931 con su primer teorema de incompletitud. Su resultado garantiza que cualquier sistema matemático suficientemente  poderoso tiene enunciados que no son demostrables. En 1978 Gödel ayunó hasta la muerte.
  1. En 1924 los matemáticos polacos Stefan Banach y Alfred Tarski demostraron que se podía descomponer una esfera en una cantidad finita de partes y después utilizando esos mismos pedazos armar otra esfera de volumen mayor. Esto se conoce como la paradoja de Banach-Tarski.

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