viernes, 27 de mayo de 2016

ELÍ, ELÍ, LAMÁ SABACTANI



Mat 27:46 A eso de las tres, Jesús gritó con fuerza: Elí, Elí, lamá sabactani, que quiere decir: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"





En mi estudio personal de la Biblia, me he topado con textos que me cuesta trabajo discernir prontamente, como es el caso especial de las palabras que el Mesías dijo en arameo cuando colgaba del madero de suplicio. “ELI, ELI, LAMA SABCTANI” ¿Por qué el escritor bíblico tuvo que poner estas palabras y no su traducción, si se supone que estaba escribiendo para el entendimiento de los cristianos del primer siglo? El dio su propia traducción de estas palabras diciendo que estas palabras significaban: “Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has desamparado?” Y la frase más parecida, está en el salmos 22:1 en donde proféticamente se detalla el suplicio de Yehoshúa.

Tal vez por los lectores a quienes iba dirigido el evangelio, el escritor bíblico no tuvo la necesidad de decir en que lenguaje exclamó el Cristo esa frase. Se supone que fue en arameo, por eso tuvo que traducir esa expresión para que los lectores griegos comprendieran la frase y como todas escritura es inspirada, no tengo más que aceptar que así es.

Sabemos que todo lo extra bíblico es más difícil que concuerde en su totalidad con la Biblia, aunque a veces hay sus excepciones como es el caso del libro de Enoc, y otros que desde luego nunca tendrán más autoridad que la propia Biblia.

Según una leyenda, los mayas eran una de las tribus perdidas de Israel que llegaron al continente americano y recientemente, adquirí un disco con música maya y me sorprendió escuchar un canto que venía en maya y su correspondiente traducción en español y al inglés y en el mismo traía la frase “HELI LAMAH ZABAC TANI” pero en la traducción al español de la frase, no se tradujo “Dios, mío ¿Por qué me has abandonado?, sino en esta forma:

MAYA        ESPAÑOL                        INGLES
HELI         AHORA                        NOW
LAMAH      ME HUNDO                  I SINK
ZABAC      EN LA PREALBA            IN THE PREDAWN
TANI         DE TU PRESENCIA        OF YOUR PRESENCE

Esto no le quita el mérito a la Biblia, lo que a mí me reafirma es que en realidad el Padre Yehowáh nunca abandonó a su hijo Yehoshúa porque precisamente unos días antes, en la transfiguración, lo había reconfortado con Elías y Moisés que aparecieron en esa visión y Dios le reafirmó a Yehoshúa que él era su hijo, con la frase “¡Este es mi Hijo, el amado; éste es mi Elegido, escúchenlo!” por lo que de manera personal desde mi lógica, antes de que el Mesías entregara su espíritu, tal vez podría ser otra traducción, para Eli, lama sabctani, y que el Ungido de Dios, haya pronunciado la frase para reconfortarse ya que al morir como humano, no habría ya ningún obstáculo para que él fuera a la presencia del Santo Padre Yehowáh después de su resurrección.

Un comentario respetuoso, pero muy personal.

Respetuosamente

por: Valente Arreola

Jesus y los mayas


Andreas Faber-Kaiser en su libro “Jesús vivió y murió en Cachemira”, nos explica una relación muy fascinante entre Jesús de Nazareth y la civilización mesoamericana, Los Mayas.
Después de un preámbulo detallado, dónde se expone las <evidencias> de una segunda vida de Jesús; es decir, no murió en la cruz; se nos habla sobre la extensa similitud que existe entre una lengua antigua hindú, el Naga; ya desaparecida y el idioma maya.
¿Cómo es posible que dos civilizaciones lejanas y separadas por medio mundo tuvieran semejanza?
La respuesta es sumamente controversial y la detallamos en un extracto del libro “Educadores del mundo” de Ignacio Megaloni Duarte (1).
Está establecido que la ciencia-religión conocida por Cristo en Egipto, la India y el Tibet  era maya. Existió un profundo ocultismo maya, conocido sin una duda por Cristo, quién eligió sus símbolos (mayas) como sustentación de sus ideas de amor fecundante.
Queda asentado que el lenguaje ritual de Cristo en el Tibet era el maya, pero a muchos asombra la afirmación hecha  por Le Plongeon y otros grandes investigadores de que Cristo en la cruz habló en su lenguaje ritual. Apoyando esta afirmación es de todos conocido que los Evangelistas están acordes en una duda: ninguno sabía a que atribuir las palabras “Heli Lamah Zabac Tani”. Mateo, dice textualmente que las palabras <deben ser interpretadas> de un modo; Juan, el otro evangelista, le sigue en la opinión.
Lo muy digno de observarse es que era un idioma para ellos desconocido, puesto que, según ellos mismos, habría de ser interpretado. Los evangelistas que estuvieron presentes en la crucifixión no dicen, pues cuál fue ese idioma, pero si hoy se crucificara, por ejemplo, a un alto sacerdote católico, cuyo idioma ritual sería el latín,  no extrañaría a nadie que en latín invocara a Dios antes de morir. Muchos comentaristas suponen que deben ser palabras de un dialecto hebraico perdido; ¡qué raro!, a la hora de morir. La suposición equivale a que un alto sacerdote católico actual hablara en idioma araucano. (2)
Papini en su libro Historia de Cristo, extremando en la investigación, llega a la descarriada suposición de que habló mitad en un dialécto y mitad en otro ¡para decir cuatro palabras!. Y esto indica ya un esfuerzo desesperado por encontrar el tal idioma. Pues bien, no existiendo las palabras en ningún otro idioma, antiguo ni moderno, en maya, el idioma ritual de Cristo cada una de las palabras tiene un significado y la frase formada con todas juntas es grandiosa, coherente, digna del gran maestro crucificado. Abrimos el diccionario Ticul, Maya-Español y leemos las palabras.
HELI: Significa, ahora, al fin, ya.
LAMAH: Significa, sumergirse.
ZABAC: Se dice, humo, pre-alba. (Un indígena maya al que interrogamos nos dijo que la palabra significa, además de otras cosas: perdear del alba.)

TANI: Es una palabra compuesta de: Tan, en presencia de; y ni, nariz: Tani significa, <ante la nariz> y obviamente equivale a lo que decimos: ante la frente, enfrente, <en presencia de>.
La frase ya organizada se traduce en:
AHORA HUNDIRME EN LA PREALBA DE TU PRESENCIA.
Sin embargo algunos obstinados asientan a que Cristo en el Tibet aprendió el idioma Naga, pero que éste no tiene nada que ver con el maya preamericano. Pues bien, como prueba gráfica damos a continuación los nombres de los números en los  idiomas naga y maya, por lo que se verá que aparentemente diferentes idiomas son sin discusión el mismo y uno solo:
numeroY además damos los numerales mayas y nagas:
numeLas anteriores comparaciones dejan comprobado sin una sola duda que el idioma naga aprendido por Cristo en el Tibet era el maya hablado hasta hoy en Preamérica.
Dentro de este análisis del investigador español, no cabe duda que el tema de Jesús y su extraña vinculación con el mundo maya se vuelve una empresa a discutir; de cualquier forma, nos deja mucha tela de donde cortar sabiendo que el antiguo reino maya adoraba la cruz..
Fuentes:
Jesús vivió y murió en Cachemira de Andreas Faber-Kaiser. Ediciones A.T.E. 1976, Barcelona.
(1) Educadores del Mundo de Ignacio Megaloni Duarte. Editorial Costa-Amic, 1971, México.¿Sacerdotes o Cosmonautas? de Andreas Faber-Kaiser. Ediciones A.T.E. 1971, Barcelona.

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