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sábado, 15 de agosto de 2015

El ser humano existen tres niveles vibracionales:

Cuerpo Físico. De 0 a 10.000 UB
Cuerpo Etéreo (aura). De 11.000 a 13.500 UB
Nivel espiritual. De 13.000 a 19.500 UB

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De los 4 puntos de energía superior a 13.500 UB en la meseta de Gizeh, tres correspondían a las pirámides. Éstas, son atravesadas por Líneas Hartmann de 1er, 2º y 3er Orden.

La pirámide del Sol de Teotihuacan, y la pirámide de Kukulcán de Chichén-Itzá, cuentan con un Vórtice Energético de 24.500 UB. 

El Arca de la Alianza es capaz de proteger a las personas o territorios por encima del nivel de frecuencia.

El poder de tu frecuencia de resonancia. Por David Topí ( Ponente Congerso Sabiens nº7 2015 )


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Aunque no seamos conscientes, nuestra frecuencia de resonancia o nivel de vibración es nuestro bien más preciado en ámbitos tales como la protección energética, el desarrollo personal, o la auto sanación. Esto que parece tan “genérico”, es algo tremendamente simple, se trata de la “frecuencia media” que emites, el nivel vibracional que tienes de forma global, sumando todos los patrones energéticos, mentales, anímicos y emocionales que tenemos y que constantemente emitimos. Una persona con todos esos componentes vibrando a un nivel “alto” (hablando en Hz, la unidad de medida de la frecuencia de una onda cualquiera), incrementará su frecuencia base y verá reflejado este nivel en su realidad cotidiana, no solo por lo que a nivel de “ley de atracción” pueda manifestar, sino por la influencia que esa persona tendrá en los entornos en los que se mueva por su sola presencia.
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la sanación
Todo sanador, o toda persona que es capaz de influir en otra a distancia está tocando tu frecuencia de vibración o resonancia, sea a nivel local (por ejemplo actuando sobre uno de los cuerpos sutiles, sobre un chakra, o a nivel general como en un baño de energía). Cuando hacemos algún tipo de sanación, remota o presencial, estamos modificando el sistema energético del paciente simplemente modificando un patrón concreto de onda que es la causa del bloqueo, y lo hacemos modificando su frecuencia de resonancia, de forma que al poner a vibrar su sistema energético a un nivel más alto, en esa zona, automáticamente se desbloquea aquella energía que se había quedado estancada.
Por poner un ejemplo, seria como poner a sacudir una coctelera que tuviera pegada trocitos de papel en el exterior. La fuerza de la vibración de la coctelera hace que se despeguen y caigan esos papeles, simplemente por haber incrementado el movimiento y modificado las fuerzas que mantenían los papeles (entendidos como bloqueos energéticos) enganchados.
Así, es sencillo comprender como simplemente “ordenando mentalmente” la eliminación, tras haber descubierto un cierto bloqueo, con la “intención” de sanar algo, esto se empieza a sanar, y es que la energía detonante del sanador, al ser recibida por el “paciente”, pone en marcha el mecanismo de vibración interno y modifica el patrón energético de la zona donde se encuentra el bloqueo incrustado y este “pegote” empieza a desprenderse poco a poco de esa zona (es decir, la misma persona se auto sana, el sanador solo hace de detonante del proceso de cambio vibracional).
Esta energía recibida, sea directamente, sea remotamente, sea autogenerada, no ha hecho sino modificar al alza ligeramente la vibración del lugar donde se encontraba el problema, haciendo que la zona de “enganche” ya no sea compatible con la energía del bloqueo. Al no ser de igual patrón energético, la energía causante de ese bloqueo no puede mantener el “enganche” o acople al sistema energético, y deja de tener efectos negativos paulatinamente en la salud de la persona.
Sanación presencial o remota
¿Tiene el mismo efecto el estar a un metro de la persona o a 100 km para detonar este incremento vibracional? Pues la experiencia nos dice que es parecido (aunque la sanación presencial sea mas intensa a veces), y es simplemente debido a nuestra conexión a través del campo mórfico que une a todos los seres humanos, trabajemos al nivel que trabajemos (es decir, podemos conectarnos a niveles de alma o Yo Superior, a niveles de “inconsciente”, a nivel “mental”, etc.), pero todos estamos enganchados los unos con los otros. Es este mismo método, en el fondo, el que hace que técnicas como el Ho’oponopono, la curación cuántica, los registros akashicos, magnified healing, la terapia de respuesta espiritual, etc., etc. funcionen. En todos los casos, estamos modificando la frecuencia de resonancia de la persona con la simple emisión de una intención u orden mental de sanación, al nivel que sea, lo que hace que se libere, desenganche, transmute o solucione el bloqueo mental, emocional, físico, anímico, espiritual, o de las profundidades del subconsciente.
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la protección energética
Ocurre lo mismo cuando hablamos de protección energética. Tu frecuencia de resonancia es tu escudo antimisiles porque si se mantiene en un nivel de vibración “alto”, impide que un buen puñado de energías externas, parásitos astrales, pequeñas entidades “negativas”, etc., sean compatibles contigo. De nuevo, es como mantener la coctelera sacudiéndose a una velocidad tal, que no hay forma de que nada que no sincronice con esa velocidad de vibración pueda engancharse. Por supuesto que no se trata de la panacea, siempre hay energías de niveles mucho más altos de los que nosotros podemos alcanzar en estos momentos polarizados “negativamente” y que pueden engancharse o acoplarse a nosotros si lo desean (para nutrirse), pero no así todo aquello que vibre a un nivel menor que el nuestro (frecuencialmente hablando).
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito del crecimiento personal
Por último, todas las cosas que hacemos, ejecutamos, decidimos, etc., generan en nosotros un cierto tipo de energía. Esta energía forma parte de algún patrón energético bien a nivel mental o emocional (principalmente), que puede añadirse a cualquiera de nuestros cuerpos sutiles y resto de componentes del sistema energético, así como influenciar el “crecimiento” o cristalización (como lo llamaba Gurdjieff) del alma en cada uno. Es decir, básicamente lo que aprendemos a través de lo que nos pasa o lo que hacemos que nos pase, influye sobre nuestra frecuencia de vibración o resonancia pudiendo incrementarla o reducirla (fluctúa siempre, y no es estática), y que puede hacer que “potenciemos” más nuestra “esencia” interior, o la sigamos manteniendo dormida. Eventos que nos hacen crecer, como experiencias y lecciones superadas, incrementan el nivel de resonancia hacia frecuencias mayores. Eventos generadores de efectos tales como traumas, bloqueos de diversa índole, contagios del inconsciente colectivo, o ataques energéticos, pueden alterar y reducir nuestra frecuencia de resonancia haciéndonos más débiles o vulnerables.
Cuando vemos por todas partes que nos dicen que el “conocimiento protege" y la “ignorancia nos pone en peligro”, no solo es un consejo que suena bien, sino que literalmente cada pieza de conocimiento “objetivo y factual” trae consigo su propia carga energética, que se suma a nuestro cuerpo mental incrementando su frecuencia de resonancia global, potenciando la frecuencia de resonancia global del sistema energético.
Puesto que además nuestro nivel de vibración global depende de la suma del nivel de vibración de cada parte de nuestro sistema físico y energético, cuando hablamos de que es necesario tener una salud optima, un robusto cuerpo eterice, un cuerpo emocional sano y un cuerpo mental limpio, nos estamos refiriendo a que todos los componentes se apoyan y necesitan entre si, y que de nada sirve tener unos en perfecto estado, y otro hecho un asco, pues nos hará caer en picado el nivel vibracional que tengamos.
Frecuencia de resonancia vs polarización
Evidentemente el tener una alta frecuencia de resonancia no significa ser un ser más “positivo”. El nivel de vibración es simplemente eso, un nivel de vibración, el numero de ciclos por segundo que genera el conjunto de tu sistema energético, pero esta vibración tiene polaridad, como ya hemos visto en artículos anteriores y como comente durante horas en la conferencia de hace unas semanas. Esta polaridad es lo que llamamos “positiva” o de servicio a otros, o “negativa”, o de servicio a uno mismo. Tenemos personas y entidades no corpóreas de todos los niveles de vibración que os podáis imaginar, y más o menos repartidas equitativamente entre las dos polaridades. Es decir, que como os decía antes, a mayor nivel de frecuencia de resonancia más poder y potencial, aunque este pueda estar orientado hacia la polaridad que la persona o entidad haya escogido como camino evolutivo, sea el camino del servicio a otros, o sea el camino del servicio a uno mismo. Nuestro trabajo consiste en trabajar ambas cosas, incrementar nuestra frecuencia de resonancia, y polarizarla hacia el servicio a otros, todo en busca de un crecimiento evolutivo y paso de “curso” que esperemos esté pronto por llegar.
Por David Topí ( ponente Congerso Sabiens nº7 2015 )

lunes, 27 de enero de 2014

Una granja vertical de 132 pisos, ¿solución al aumento de la población urbana?

  www.vincent.callebaut.org

Ante las crecientes necesidades de autosuficiencia ecológica en el espacio urbano, un arquitecto belga apuesta por la explotación agropecuaria en vertical para el futuro. Conozca algunos de sus vanguardistas proyectos.

Imagine vivir en un rascacielos con huertos e incluso vacas o que su oficina esté en un edificio que se calienta y se enfría solo, que almacena el agua de la lluvia o que conduce los desechos orgánicos directamente a las plantas de reciclaje que hay en la instalación. No, no es una película de ciencia ficción, sino uno de los proyectos ideados por el arquitecto belga Vincent Callebaut.

Asegura que su fuente de inspiración es la naturaleza, por lo que sus trabajos constituyen un ejemplo de armonía entre biotecnología y arquitectura. Para 2050 vivirán en las ciudades unos 6.000 millones de personas y según este arquitecto de 36 años que diseña casas futuristas, ha llegado el momento de plantearnos cómo lo harán. De acuerdo con Callebaut, la ciudad del futuro tendrá que ser algo así como un "organismo vivo" autosuficiente.

"El objetivo es acercar la agricultura y la naturaleza al núcleo urbano de manera que para el año 2050 tengamos ciudades verdes y sostenibles, donde los seres humanos vivan en equilibrio con su entorno", señaló Callebaut a la agencia AFP

  www.vincent.callebaut.org

Uno de sus proyectos es 'Dragonfly' ('libélula'), una enorme granja vertical formada por dos torres de 600 metros y 132 plantas en la isla neoyorquina de Roosevelt. Dichas torres estarían construidas alrededor de un gran invernadero climatizado hecho con acero y cristal. Unos paneles solares y varias turbinas eólicas proporcionarán la electricidad necesaria al edificio.

Otra estructura es el rascacielos-granja en la ciudad china de Shenzhen y un refugio ecológico flotante con forma de nenúfar.

  www.vincent.callebaut.org
De momento, Callebaut no ha encontrado compradores para sus proyectos.

"Con la reciente recesión económica, los políticos y gobiernos se han vuelto muy reacios a aventurarse en este tipo de nuevos emprendimientos a gran escala que no se han probado antes", señaló la experta en sostenibilidad Emilia Plotka. No obstante, agregó que en este concepto se han inspirado numerosos proyectos a menor escala.

fuente/actualidad.rt.com/actualidad/view/118162-granja-vertical-futuro-arquitectura

martes, 24 de septiembre de 2013

Bioarca, la bóveda del fin del mundo.

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El archipiélago svalbard, ubicado en el Océano Glacial Ártico y que forma parte de Noruega, es el escenario de una de esas maravillas científicas que pasan casi desapercibidas para la humanidad. En una de las islas de Svalbard, el punto de partida de las excursiones al polo norte, ya que se encuentra a tan solo 1.000 kilómetros del Polo Norte y un desierto helado que lleva siglos bajo el hielo y la nieve, se encuentra el banco mundial de semillas.

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El comúnmente llamado “bioarca”, es el almacén de semillas más grande del mundo, creado en 2006 para salvaguardar la biodiversidad de las especies de cultivos vegetales que sirven como alimento al ser humano, es decir, consiste en una póliza de seguridad alimentaria futura.

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Esta “Bóveda del fin del mundo” se construyó a 120 metros de profundidad del hielo, en una montaña de piedra arenisca en la isla de Spitsbergen. Las obras se iniciaron concretamente en junio de 2006 y fue inaugurado oficialmente alrededor de un año y medio después, en febrero de 2008. Las primeras semillas que entraron a formar parte del bioarca sumaron un total de 100 millones de semillas procedentes de un centenar de países de todo el mundo.

¿Cómo se estructura el bioarca?

La bóveda consta de tres almacenes blindados con una capacidad de 2.000 millones de semillas cada uno, que únicamente serán extraídas en caso de que se hayan agotado o hayan desaparecido de la tierra por algún motivo; hasta ese momento, las semillas se conservarán a 18 grados bajo cero en cajas de aluminio cerradas herméticamente, lo que garantiza su perfecto estado de conservación durante todos los siglos que hagan falta. La bóveda está protegida contra actividad volcánica, terremotos, radiación, el crecimiento del nivel del mar, e incluso se puede garantizar que en caso de que falle el sistema eléctrico, el permafrost con el que dispone la zona debido a su ubicación, garantiza la refrigeración de las cámaras sin preocupación alguna. Incluso está protegida contra impactos de meteoritos o ataques nucleares. Todas las semillas están a salvo para toda la eternidad.

¿Hay que pagar por depositar semillas?

Cada país es dueño de las semillas que introduce y no tiene que pagar nada por conservarlas allí. La bóveda es un servicio mundial gratuito y los países podrán solicitar las semillas almacenadas única y exclusivamente cuando haya pruebas de que esa variedad ha desaparecido del medio natural. La bóveda es un auténtico plan de contingencia para las semillas y los cultivos.

El día a día

El trabajo diario de los técnicos de la bóveda se desarrolla en una sala de control donde un equipo de técnicos se encarga de registrar, catalogar y sellar con un código de barras cada muestra que llega al refugio de Svalbard. Las semillas se introducen en bolsas de aluminio cerradas de forma hermética y se guardan en cajas de plástico apiladas sobre estanterías metálicas. Como si de un arca de noé del siglo XXI se tratara, el búnker de semillas, como es de esperar, no es un lugar de fácil acceso. Aparte de rondar los 11 o 12 grados bajo cero de forma habitual, los compañeros con los que nos podemos cruzar de camino a la bóveda, no son otros que blancos osos polares, con lo cual quedan descartados de facto también los posibles turistas curiosos o similares. En la bóveda no trabaja nadie a jornada completa, no hay personal 24 horas vigilando, pero la inaccesibilidad relativa de la bóveda facilita el seguimiento de cualquier actividad humana posible como hemos comentado antes. De cualquier forma para entrar a la bóveda, por la que hay que pasar por cuatro puertas de acero, se necesitan varias combinaciones de códigos y llaves.

Detalles de su construcción
La construcción de la Bóveda de Semillas, tuvo un coste aproximado de 6 millones de euros y fue costeada por el gobierno noruego como un servicio a la comunidad mundial. Otros organismos que han invertido en la bóveda son entre otros la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Rockefeller, las compañías Monsanto y Syngenta, y países como Reino Unido, Australia Brasil, Colombia o India. No es el único banco de semillas que existe en el mundo. 

De hecho existen más de 1.000 bancos de semillas repartidos por el mundo, pero tienen un problema que ésta no tiene. Los otros bancos de semillas están amenazados por la escasez de agua, los terremotos, los cambios de temperatura, inundaciones o incluso posibles conflictos armados. Todos estos incovenientes hacen que esos almacenes nunca hayan sido del todo seguros. De ahí la idea de crear un almacén inexpugnable, con unas condiciones idóneas para la conservación sine die de su contenido.

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Curiosidades del Bioarca

La idea de crear un arca de semillas no es nueva. Ya a principios de los años 80 comenzó a hablarse de la necesidad de la misma, pero hasta la creación del Tratado Internacional de Recursos Genéticos de Plantas no se volvió una posibilidad plausible. Como curiosidad, el aeropuerto de acceso a svalbard, única vía junto con el barco, de llegar a este inhóspito lugar, es el punto más al norte del mundo.

fuente/LaFlecha http://laflecha.net/bioarca/#mql6RvCehtx6nl5G