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lunes, 23 de octubre de 2017

Por qué buscar el placer y evitar el dolor es lo que impide que alcances tu potencial

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LA VERDADERA LIBERTAD ESTÁ EN IR MÁS ALLÁ DEL PLACER Y DEL DOLOR; PERO, EN EL CAMINO, NO HUIR DEL DOLOR Y ESCUCHAR LO QUE NOS ENSEÑA ES DE GRAN AYUDA.

Ciertamente, existe una tendencia programada en el ser humano -y en general en todos los animales- a rehuir el dolor y buscar el placer. Comúnmente se habla de que el rol biológico del dolor es señalar un daño -y así evitar mayor daño. Algo te duele y eso significa que, si sigues haciendo lo que estás haciendo, eso te puede llevar a un serio malfuncionamiento e incluso a la muerte. Es parte del sistema de autopreservación. Sin embargo, como sugiere el filósofo Colin Klein, el dolor no es sólo un síntoma de un problema, sino que "es parte de la solución. Sentimos dolor para motivarnos a resolver cualquier problema que en primera instancia ha causado dolor". Por otro lado, las actividades que permiten que un ser vivo prolongue su existencia generalmente producen placer: comer, tener sexo, dormir.

Para el ser humano, sin embargo, no es suficiente la satisfacción de las necesidades biológicas más básicas. Busca algo más. A esto le podemos llamar una búsqueda de felicidad, de significado o de una evolución no meramente biológica sino espiritual. La felicidad, descubrimos pronto, no es lo mismo que el placer. Si perseguimos el placer sin mesura, rápidamente nos damos cuenta de que lo que nos da placer al principio luego es la semilla del dolor. Esto ocurre debido a que las cosas que nos dan placer son impermanentes y el mismo cuerpo que siente el placer es impermanente. Nos cansamos de lo mismo o extrañamos la sensación de placer que ya no podemos sentir igual porque hemos cambiado, hemos envejecido, hemos perdido sensibilidad, etc., o esto mismo ha ocurrido con el objeto de nuestro placer. Esto genera frustración. Como se dieron cuenta tempranamente los filósofos en Grecia o en la India, perseguir el placer sin mayor discernimiento es una forma de asegurar la continuidad del sufrimiento.

Aristóteles, en su Ética, hace un interesante énfasis en la felicidad como eudaimonía (la vida virtuosa o la vida en conformidad con lo divino). El filósofo griego remarca que lo que distingue al ser humano es un alma racional, y por lo tanto el sentido de la existencia del ser humano debe estar ligado a la la racionalidad (al Logos), a la virtud, a actividades éticas que promueven el bien -todo lo cual lo separa de otros animales. Esto evidentemente nos habla de una trascendencia del mero placer. El hombre hace el bien porque entiende la ley -no la ley de los hombres, sino la ley de la naturaleza. La desmesura, la pereza, la ira, la lujuria y demás, aunque nos pueden producir placer a corto plazo, no conducen al placer duradero. Notablemente, el maestro budista Alan Wallace ha vinculado la eudaimonía al concepto de dharma, término que hace referencia tanto a ley como a naturaleza y a virtud. A diferencia del hedonismo, la eudaimonía (o la vida conforme al dharma) no depende de los placeres de los sentidos y por lo tanto no es efímera, se basa en el autoconocimiento y en el entendimiento interno de la naturaleza impermanente de las cosas, y en el cultivo de virtudes que trascienden la temporalidad de una u otra cultura. Se presenta como la posibilidad de una felicidad sustentable, pero para construir esta estructura inmutable dentro del cambio que la rodea es necesario atravesar situaciones dolorosas y empujar al propio ser a crecer, más allá del confort.

Lo que hace crecer al ser humano es enfrentarse con sus aparentes limitaciones, y esto requiere una disposición para soportar dolor y realizar cosas que nos parecen difíciles y por ello -por el viejo principio del placer- no queremos hacer. Cuando una actividad no presenta una clara recompensa a un nivel de placer, cuando no activa nuestro sistema de dopamina, hay una tendencia a resistirse, al menos mientras no tenemos autodisciplina. El escritor alemán Ernst Jünger habló sobre el potencial espiritual del dolor:

El dolor es una de las llaves para desbloquear el bienestar más profundo del individuo y del mismo mundo. Cuando uno se acerca al punto en el que el ser humano se prueba a sí mismo ser superior o igual al dolor, uno gana acceso a las fuentes de su poder y a los secretos ocultos. Dime cómo te llevas con el dolor y te diré quién eres.

Aunque en primera instancia el dolor nos hace huir y aquello que no nos brinda placer inmediato no nos motiva, el ser humano tiene la capacidad mental de no identificarse con su dolor y de ver más allá de lo inmediato y aparente. De reconocer que el placer suele ser sólo una sensación aceptada y el dolor una sensación rechazada; si cambiamos la forma en la que designamos, hay cambios la experiencia que tenemos. Más poderoso que el dolor es el poder del propósito o del significado, como mostró Viktor Frankl en su libro El hombre en busca de sentido: un hombre con sentido puede superar todo tipo de vejaciones; un hombre que no lo tiene, rápidamente se desmorona. Nietzsche lo expresó también sugiriendo que quien tiene un porqué encuentra un cómo.

El dolor y el placer son un péndulo, una rueda, una ruleta; van y vienen, y contienen su reverso; son interdependientes. En su juego siempre estaremos insatisfechos; por momentos arriba, por momentos abajo. Esto, según las tradiciones que surgen en la India, puede durar eones, incontables vidas. Vivir persiguiendo un espejismo, corriendo detrás de una zanahoria falsa e inalcanzable, como los galgos de carreras. Pero existe tal vez algo que nos puede librar de tal oscilación, de tal infirmeza, podemos tal vez ir más allá de los polos del dolor y el placer. Dice el Bhagavad Gita, el texto que es la gran síntesis del dharma de la India:

El sabio, para quien el placer y el dolor son iguales, él es quien se acerca a la liberación.

Lo anterior no significa que no atendamos a las señales del dolor o que renunciemos a toda actividad que nos puede producir placer, en una especie de tortura mística. Significa que no nos identifiquemos con ellos y que mantengamos una visión más amplia y noble, una perspectiva de hacia dónde vamos independientemente de las vicisitudes mundanas. Krishna le dice Arjuna:

Aquellos que sin orgullo ni engaño han erradicado toda mancha de apego, que residen siempre en la base del ser, que han aquietado todo deseo, y que están libres de los pares de opuestos conocidos como dolor y placer, ellos proceden sin error al estado inmutable.

Se podría decir que en términos absolutos, en realidad sí se está buscando el placer, un placer supremo, mucho más allá de todo placer físico; y, también, se busca evitar el sufrimiento, toda huella de sufrimiento, nacimiento, enfermedad, envejecimiento y muerte. Pero se tiene una perspectiva más amplia y no se busca el placer relativo, y no se evita el dolor relativo. En cierta forma se utilizan los dos, pero sin buscarlos, sin identificarse o apegarse a ninguno. Sentimos dolor cuando nos ponemos a prueba, cuando enfrentamos nuestros miedos y sometemos a nuestro ego a situaciones que lo amenazan (pero que nos liberan de su aprensión), cuando entrenamos nuestra mente y nuestro cuerpo y extendemos los límites de nuestro estado base. El placer también lo podemos usar concienzudamente, como una motivación, incluso como una energía que desbloquea. Al final notamos que uno suele traer al otro: hacer algo que nos cuesta trabajo y nos duele suele producir placer después; y hacer algo que nos es fácil y nos da mucho placer suele producir dolor después. Por lo tanto, es mejor no darle demasiada importancia a la designación de la sensación: placer o dolor.

En la tradición del budismo mayahana se suele decir que el sufrimiento es el método didáctico por excelencia de Prajnaparamita, la diosa de la perfección de la sabiduría o de la sabiduría que trasciende el samsara (la rueda de la existencia cíclica dualista). Sin el sufrimiento que produce la estancia en este mundo donde todo cambia, se corrompe, decae, se disuelve, no tendríamos un impulso evolutivo en términos espirituales, para ir más allá de nuestra condición actual -esto es lo que hace tan especial a la existencia humana, según la cosmología budista. Los dioses tienen puro placer; los seres infernales tienen puro dolor; los seres humanos tienen placer y dolor, y esto es lo que los hace en cierta forma superiores (es la conciencia de la insatisfacción de la dualidad lo que motiva hacia la no-dualidad).

El dolor a veces es descrito como una "sensación homeostática", es decir, que nos llama a hacer algo que restablezca la homeostasis o equilibrio de un sistema. El equilibrio que busca reestablecer Prajnaparamita con su propedéutica del sufrimiento es el de la budeidad, dispersar toda ignorancia, lo que es equivalente al autorreconocimiento del todo en la parte. La homeostasis del sistema universal, del cual no sólo somos una parte: somos también, misteriosamente, la totalidad.

El camino empieza con notar que existe el sufrimiento y que, si seguimos enfrascados en el mismo tren de apego hacia lo impermanente, el sufrimiento no cesará. El sufrimiento es la primera lección -y hasta que no nos demos cuenta de cómo funciona, seguirá siendo la única lección: entender que los actos virtuosos traen consecuencias felices, y los no virtuosos producen sufrimiento. Se dice que Prajanaparamita, siendo una conciencia luminosa más allá del tiempo, libre de todo condicionamiento, tiene infinita paciencia y seguirá sirviéndonos sufrimiento con compasión para que nos pongamos a practicar y finalmente aprendamos a vivir conforme al dharma. Se le conoce también como la Madre de Todos los Budas. Según el mahayana, todos seremos budas, y lo que nos llama hacia nuestro destino evolutivo es el sufrimiento. Paradójicamente, este es el programa de evolución hacia el éxtasis sublime de un buda, en quien se integra toda la existencia de manera abierta e irreductible. Es la compasión de la naturaleza la que hace que nos duela, para que entendamos... que lo que somos está más allá del dolor y el placer, de la vida y la muerte, y de la identificación con un ser individual sujeto al cambio. La totalidad se vuelve consciente de sí misma en el individuo que despierta. Este es el último dolor que no debe rehuir, que su despertar -y, con éste, el reconocimiento de la totalidad- significa también su muerte, la muerte de todo lo que conoce.

fuente/Pijamasurf

miércoles, 19 de abril de 2017

Dolores que podrían ser problemas emocionales.



No todos los dolores pueden ser a causa de una lesión física, a veces nuestro cuerpo nos avisa que algo anda mal con nuestras emociones.

Las emociones no son sólo para los sentimientos, también se relacionan directamente con estos dolores físicos, funcionan como mecánismo de defensa, si alguna de las siguientes partes del cuerpo te duele, podría decir que algo anda mal con algunas de tus emociones y puede ser un problema directamente psicológico y no fisiológico.

Cabeza.
El dolor de cabeza podría ser señal de que algo anda mal en tu interior, te lo estás guardando todo y eso te estresa, así que inhala y exhala para oxigenar el cerebro, invierte algunos minutos en ti y posteriormente disminuirá el dolor de cabeza.

Cuello
Si sientes dolor en el cuello es porque probablemente por la falta del perdón, tanto para ti como los demás. Reflexiona acerca de las personas a quien les debes un perdón pero también perdona a aquellas que nunca te lo pidieron, de ésta manera, relajarás tu cuello.

Pantorrillas
El dolor de pantorrilla se relaciona directamente con los problemas de pareja, probablemente existe la desconfianza o simplemente son los celos que surgen en la relación.

Tobillos
Este dolor quiere decir que necesitas tiempo para ti, para disfrutar, estás desesperado y necesitas relajarte, unas vacaciones sería lo ideal para este dolor.

Espalda baja
Un dolor muy común en las personas que no les ha ido bien económicamente.

Espalda alta
La baja autoestima es caracteriztico de este dolor, necesitas valorarte a ti mismo, probablemente estás cargando con el peso de la presión social.

Codos
En esta área, el dolor se refleja por la intolerancia, hay que ser más flexibles emocionalmente y estar abierto a nuevas ideas.

Rodillas
El egócentrismo es la causa de este dolor, debes ser más humilde con las personas que te rodean y no sentirte el centro de atención de éstas.

Cadera
¿Miedo al cambio? este dolor es maniestado en las personas que están acostumbradas a la rutina y por alguna razón se les presentó un cambio en su vida, así sea algo mínimo o grande.

Pies
El dolor en los pies se ve reflejado por la falta de actitud de la persona, sonríe más, sonríele a la vida, pues con una actitud negativa podrías traer otros problemas a tu salud mental, como la depresión. Así que anda a divertirte, juega, salta, corre.

Los dolores son mecánismos de defensa, así que no los dejes pasar, algo anda mal y tal vez sean tus emociones…

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Este artículo fue realizado gracias a nolocreo.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.

Este sitio web no tiene el propósito de cambiar o sustituir los tratamientos o diagnósticos médico o de cualquier otro profesional médico.

Autor Fiorella Roque Mejia


jueves, 8 de diciembre de 2016

El Significado de las Enfermedades y los Dolores Corporales

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La metamedicina, también llamada medicina metafísica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello, trasciende el plano físico -el cuerpo y sus síntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la enfermedad. Recupera así la dimensión de la mente y el alma. Se basa en una visión holística que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o creencias.

De este modo, cuando una forma de hablar y pensar se vuelve costumbre, se lo termina expresando en comportamientos y posturas corporales, formas de estar y mal estar. Bajo estos supuestos, la metamedicina recupera el significado de los síntomas y entiende que la única curación auténtica proviene del deseo sincero de querer sanar. Esto puede motivar a una persona a hacer los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que ocasionan su sufrimiento. Al comprender el patrón de pensamiento que se esconde detrás de tus enfermedades, podrás hallar las claves para lograr la autocuración.

El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo.

Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.

Los oídos representan la capacidad de escuchar.

Los problemas en los oídos manifiestan que no queremos enterarnos de algo que nos está pasando o que aquello que escuchamos nos enoja. Por ejemplo, los niños suelen padecer problemas en esta parte del cuerpo ya no se los deja manifestar su enfado. Se encuentran, al mismo tiempo, con la incapacidad de modificar las cosas.

La cabeza nos representa a nosotros mismos.

Es la parte de nuestro cuerpo por la que nos suelen reconocer. Cuando algo está mal en esta región se debe a que sentimos que algo está mal en nosotros mismos. Los dolores de cabeza, por ejemplo, pueden provenir del hecho de que nos desautorizamos. Así, quienes padecen migrañas o jaquecas suelen ser personas muy perfeccionistas con sí mismas que se presionan en exceso. Esto genera una intensa cólera reprimida.

La próxima vez que sientas un dolor de este tipo, piensa de qué manera y en qué momento has sido injusto contigo mismo. Cuando logres perdonarte y dejar de pensar en ello, el dolor de cabeza desaparecerá.

El pelo representa la fuerza.

Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar, provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado seria la calvicie. Se trata de comprender que la fortaleza real radica en la serenidad, en estar centrado y relajado, y no en la tensión.

Los ojos representan la capacidad de ver.

Cuando tenemos un problema con ellos, generalmente se debe a que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros mismos o en la vida pasada, presente o futura. Se conocen experiencias de curación impresionantes en personas que han accedido a retroceder en el tiempo para encontrarse con aquello que no querían ver y desecharlo.

Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura.

Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera por delante o la dificultad de someternos a ello. La energía se desplaza por las articulaciones, de modo tal que una dolencia en alguna de ellas indica que estamos tomando la fuerza de esa parte de nuestro cuerpo. El motivo se vincula con la zona afectada.

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Por ejemplo, las articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten el flujo desde el corazón hasta las manos para que podamos expresar nuestros sentimientos afectivos. Además, permiten darle rienda suelta a nuestra creatividad y nuestras aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Cualquier problema en alguna de ellas, puede implicar un temor a expresar esa energía, una contrariedad o resistencia a ello.

Los senos paranasales: la irritación que alguien nos está generando.

Se trata de los problemas que se manifiestan en la cara, en la zona más cercana a la nariz. Suelen ser la manifestación de la irritación que nos genera una persona muy cercana. Incluso es posible que sintamos que ese individuo nos sofoca o aplasta.

La espalda: nuestro sistema de apoyo.

Cuando tenemos problemas con ella, es porque no nos sentimos apoyados. La parte superior de la espalda se relaciona con la sensación de falta de apoyo emocional. La parte media, con la culpa, lo que ocultamos y no queremos ver. Puedes ver conflictos emocionales de la espalda: Cervicales, Dorsales, Lumbares.

La garganta: la capacidad de hacernos valer y el flujo creativo en nuestro cuerpo.

Se vincula con nuestra capacidad de defendernos verbalmente, de pedir lo que queremos y expresar lo que somos. Si está afectada, suele ser porque no sentimos que tengamos derecho a hacer esas cosas, es decir, a hacernos valer. También representa el flujo de creatividad en nuestro cuerpo. Cuando frustramos y sofocamos nuestro potencial creativo, es frecuente que aparezcan los síntomas. Es el caso de aquellas personas que viven complaciendo a otros. El dolor de garganta siempre se asocia con un enojo, siendo su máximo exponente la laringitis, enfermedad en la que la bronca es tal que no se puede hablar. Si el dolor va acompañado por un resfrío, es porque además hay confusión mental. La amigdalitis y los problemas tiroideos también son creatividad frustrada que no encuentra cómo expresarse.

Cuando nos resistimos al cambio, o estamos intentando hacerlo, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta. Cuando tosas, pregúntate: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estoy reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación o se está produciendo un proceso de cambio?

El exceso de peso y los temores

Representa una necesidad de protección vinculada tanto a temores específicos como a un miedo general a la vida. La mejor manera de combatir la obesidad no se encuentra en las dietas, si no en aprender a amarse y aprobarse a uno mismo. Al contrarrestar los pensamientos negativos, es posible resolver el problema del peso.

Las hinchazones del cuerpo, por su parte, representan atascos en el estado emocional. Estos son producto de aferrarnos al recuerdo de situaciones que nos hirieron. Librarnos de esas memorias puede ayudarnos a resolver estas dolencias.

Las piernas: el miedo al progreso.

Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energía.

Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Así se vuelven rígidas las articulaciones. Las rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.

Los accidentes son expresiones de cólera.

Denotan una acumulación de frustraciones en aquellas personas que no se sienten libres para expresarse o hacerse valer. También señalan rebelión contra la autoridad. La bronca que genera esto termina volviéndose contra ellas mismas. Por otro lado, cuando nos sentimos culpables, un accidente es una forma de castigarnos. Al mismo tiempo, nos permite ubicarnos en el lugar de víctimas y recurrir a la compasión de los otros.

Se trata de pensar que nosotros somos los que los generamos, no el destino.

La contrapartida emocional de algunas enfermedades.

La anorexia y la bulimia son la expresión máxima de odio hacia uno mismo. Se trata de identificar qué es lo que vemos tan mal y cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos para alcanzar la aceptación.

La artritis se origina en una constante actitud de crítica hacia uno mismo o hacia los demás. Quienes padecen esta enfermedad suelen ser ellos mismos muy cuestionados, por lo cual frecuentemente son muy perfeccionistas.

El asma denota un amor que sofoca. Así, afecta a personas que no sienten que tengan derecho a respirar por sí mismos.

Los abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones indican cólera que se expresa en el cuerpo. Hay que buscar la manera de dejar salir la presión acumulada de una manera inofensiva.

El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante mucho tiempo. Cuando en la infancia algo destruye nuestro sentimiento de confianza, nunca se olvida esa experiencia. Esto hace que el individuo viva compadeciéndose de sí mismo. La vida se presenta entonces como una serie de decepciones, con lo cual se vuelve muy sencillo culpar a otros de nuestros problemas. Las personas que tienen cáncer suelen ser también autocríticas.

Al lograr amarnos a nosotros mismos, recordamos que las situaciones las creamos nosotros. Nuestra frustración no es culpa de otras personas. Recuerda que tú puedes sanar.

fuente/neuroemocional.com

sábado, 10 de septiembre de 2016

Miedo a las matemáticas = dolor físico.

Miedo a las matemáticas = dolor físico

Un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad de Chicago reveló que la ansiedad ante las matemáticas causa una sensación parecida al dolor físico. 

En el experimento participaron 14 voluntarios que, aunque no eran de carácter excesivamente ansioso, habían confesado tener miedo a todo lo relacionado con las matemáticas, incluso a los libros de esta materia. Los autores del estudio estudiaron los cerebros de los participantes mientras que estos trataban de resolver unas operaciones matemáticas. 

Los resultados de las tomografias mostraron que la expectativa de una prueba de matemáticas activa en el cerebro las mismas áreas que registran el dolor físico, como, por ejemplo, el que se siente al tocar una estufa caliente. Los especialistas acentúan que no es el hecho de hacer pruebas matemáticas lo que provoca esta reacción cerebral, sino la perspectiva de tener que hacerlos. 

Según los científicos el miedo a las matemáticas debe tratarse como un tipo de fobia y las personas que la padecen deben recibir ayuda profesional para sentirse cómodas en esa ciencia.

fuente/actualidad.rt.com/ciencias/view/58227-miedo-matematicas-%3D-dolor-fisico

lunes, 23 de mayo de 2016

“Dime qué te duele y te diré qué necesitas perdonar”

Para vivir plenamente, debemos aprender a escuchar lo que dice nuestro cuerpo. La primera vez que me percaté de ello fue al leer el espectacular libro de Louise L. Hay “Sana tu vida”, luego, fui descubriendo que en diferentes filosofías y tendencias sobre el pensamiento y crecimientos personal y espiritual -como la metafísica, la programación neurolingüística, terapia gestalt, theta healing, ressonance patter, reiki , bioenergía y hasta en el yoga- se explica que, aún cuando en algunos casos las enfermedades se deben a un gen, la mayoría de las personas sufren y padecen males porque acumulan resentimientos, odio, cólera, furia, viven aferrados al pasado y a las ideas del pasado, cargan cólera, odio, tristeza, viven para complacer a los demás o según los patrones establecidos como correctos, no se aceptan a sí mismos y carecen de amor propio de manera incondicional, cargan sentimientos de culpa, frustraciones, resentimientos y demás emociones que surgen a través de los pensamientos que no controlan y que llega un momento en el que el cuerpo dice, pues esto tiene que salir por algún lado y es a través de cantidad de síntomas o enfermedades, que no es más que el cuerpo hablando, porque aunque un médico nos revise y nos medique, hay padecimientos que se prolongan y en buena parte puede deberse a que hay que ir a la raíz de lo que está provocando el mal para poder erradicarlo.
Todos creamos nuestras experiencias a través de los pensamientos que decidimos hacer nuestros y a través de estos surgen los sentimientos que nos llevan a las acciones y de ahí a los resultados. Sólo que muchas veces, al negarnos a que esto es así de simple como te lo digo, negamos nuestro poder culpando a otros de nuestras frustraciones. De hecho nuestra vida no es más que un reflejo de nuestro estado mental; si en nuestra mente hay paz, armonía y equilibrio, entonces nuestras vidas pueden solamente ser armoniosas, pacíficas y equilibradas. Y si tenemos pensamientos negativos ya sabemos qué es lo que pasa.
Nuestro cuerpo es sabio y habla, por eso hay que aprender a escuchar qué es lo que nos quiere decir para, desde ahí, ir a la situación que nos genera malestar sanarla y vivir sin hacernos tanto daño. Muchas veces el cuerpo grita lo que la boca calla y entonces la cosa estalla en situaciones nada agradables. Afortunadamente, cantidad de tendencias y hasta estudios médicos han confirmado que podemos prevenir o bien, sanar, si identificamos la situación que ocurrió en el paso o los sentimientos que cargamos y que no nos permiten avanzar.
De acuerdo a la parte del cuerpo donde se presenta el signo, habrá una explicación emocional para el mismo. Quienes han estudiado el tema por años, afirman, ya que estoy convencido de que te vas a identificar con alguna de las causas:
Por ejemplo muchas veces una gripa representa lágrimas no lloradas o reprimidasy éstas buscan salir por donde sea; mientras que si te duele la garganta, es porque tienes cosas pendientes de decir, no eres capaz de comunicar tus aflicciones.El cuello representa tu flexibilidad como persona; el dolor en los tobillos, el avance o la resistencia que tienes ante la vida. Quienes usan lentes o tienen problemas para escuchar es porque cosas que ven o escuchan que no les son agradables. Los problemas estomacales hablan de la convivencia y además la habilidad para digerir las situaciones. Otra parte del cuerpo que recibe muchas de nuestras emociones es la espalda. Según los expertos, las molestias en la espalda bajausualmente reflejan preocupaciones económicas o sensación de falta de apoyo, la espalda alta cuando presenta molestias nos dice que estamos cargando cosas que no nos corresponden.
Más ejemplos: se dice que si tienes problemas con tus muslos es relacionado con lo que los demás esperan de ti o lo que crees que esperan los otros de ti; si la situación es con las pantorrillas, está vinculado a lo que yo espero de mí mismo. En el caso de las rodillas, tiene que ver con cómo articulo las expectativas externas y las internas, se dice también que es cuando tu orgullo no se doblega. Si se trata de los tobillos, la situación es cómo vinculo mis expectativas con la realidad; mientras que más abajo, relacionado con los pies, habla del apoyo, soporte y equilibrio. Si te duele la frente, es relacionado con la manera en la que enfrentas el mundo. Los problemas del corazón son relacionados con problemas emocionales básicos, de afectos primarios. Y, depende de la manera en la que asimiles el mundo, sufrirás de problemas con los dientes y encías. El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan, las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas, la presión arterial, sube cuando el miedo aprisiona.
Entre otros, se dice también que si acumulas un volumen excesivo en las caderas, quizá estés cargando con sentimientos de culpa o deseos de vergüenza o con un miedo residual a agresiones sexuales que convertiste en peso para protegerte.
Ahora bien, también influye el lado del que sientes los padecimientos:
El lado izquierdo es el lado receptivo, maternal y femenino del ser. El derecho es el lado masculino, con empuje, orientado hacia el exterior, hacia el mundo. La tendencia podría indicar un rechazo dentro de ti de los aspectos masculinos o femeninos y una necesidad de auto-perdonar, sanar, conciliar o de identificar la persona que activa esto en ti.
De acuerdo al abordaje en Bioenergética, también se explican los síntomas que se manifiestan en los seres humanos de acuerdo al Primer principio es el de la lateralidad. En el lado izquierdo del cuerpo se reflejan las relaciones familiares significativas: padre, madre, hermanos, hijos. En el caso del lado derecho, se muestran las sociales: vecinos, pareja, amigos, trabajo. Esto quiere decir, que dependiendo del lado donde se presenta el síntoma, hay que revisar una vinculación familiar o una social.
Existe un modelo de relación entre las emociones y los síntomas físicosdesarrollado por el hipnoterapeuta John Kappas que nos puede dar también de lo que puede estar sucediendo en el plano emocional cuando desarrollamos ciertos síntomas en áreas específicas del cuerpo.
Por ejemplo, el especialista menciona el síndrome del llanto, que involucra el plexo solar hacia arriba, el pecho, la cabeza y la nuca y está relacionado con la incapacidad de tomar una decisión con respecto al acto de otra persona o por un condicionamiento anterior que dificulta la toma de decisiones. Su característica más común es el dolor de cabeza. A causa de la frustración generada por la indecisión, el cerebro ordena al cuero cabelludo tensarse lo que produce dolor. A veces la tensión es tan severa que comprime las venas y produce migraña. Otros de los síntomas muy reconocibles de este síndrome son: la cristalización de los ojos, la relajación de los conductos lacrimales que gotean continuamente en los ojos, la congestión de los senos nasales, la contracción de los músculos de la garganta, la presión gástrica sobre el pecho, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes.
Cada una de estas reacciones físicas puede estar asociada con una causa emocional o mental. Así, según esta teoría, la presión en la cabeza representa la incapacidad de tomar decisiones; los ojos lacrimosos y la congestión de los senos nasales simbolizan negarse a ver la situación que causa la indecisión; la contracción de la garganta, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dienteses un resultado de negarse a hablar del tema de indecisión.
La indecisión puede convertirse en frustración y ésta en melancolía, depresión y finalmente inercia. La indecisión crónica se puede clasificar como problema mayor en nuestra sociedad actual de movimientos rápidos, en particular en personas de edad comprendida entre los quince y los treinta y cinco años.
Cuando las áreas afectadas son los hombros, la parte superior de la espalda y de la columna, se ubican dentro del síndrome de la responsabilidad. Esto ocurre cuando los motivos psicológicos son excesiva responsabilidad, temor al peso de la responsabilidad o negligencia, no aceptación o no asunción de responsabilidad.
Cuando las áreas afectadas son las ingles, el estómago y la parte baja de la espalda, esto es debido al síndrome de culpa y frustración sexual, que se presenta por la culpabilidad sexual relacionada con la religión, sentimientos de culpas por infidelidad y promiscuidad, sentimientos de incapacidad sexual, temor a agresión sexual y demás. Los síntomas pueden ser calambres gástricos, estreñimiento, acidez, dolores menstruales excesivos, menstruación demasiado abundante o ausente, infecciones vaginales o cistitis, presión o dolor en la próstata o los testículos y problemas de riñón.
Y por último, el especialista señala el síndrome de lucha o alcance, en el cual, las áreas afectadas son los brazos, las manos y los dedos. Las causas psicológicas sonla necesidad de expresar, con la correspondiente negación o supresión de esa necesidad, la incapacidad de alcanzar lo que uno desea por falta de autoestima y un importante sentimiento de profundo rechazo por querer alcanzar metas inalcanzables. Los síntomas son verrugas o pequeñas ampollas.
El segundo principio es el de verticalidad, según el cual en cada zona del cuerpo se reflejan diferentes aspectos.
En la cabeza, se mira lo abstracto, las ideas, lo fantástico. En esta parte del cuerpo tengo mi identidad, mi ego, mi imagen. Los síntomas entre cuello y cintura, pueden estar vinculados a la vitalidad y a los afectos. “Allí tengo los órganos que necesito para estar vivo, como el corazón y los pulmones”. Entre la cintura al vientre (parte baja del tracto digestivo), se manifiestan los temas que tienen que ver con los desechos, eso que no sirve o no es nutritivo, eso que debe permanecer poco tiempo en el cuerpo.
Los temas de identidad sexual, pasión, capacidad de trascender, miedos y profundos sentimientos se manifiestan en la zona de los genitales. Las piernas hablan del soporte, el contacto con la realidad y con lo concreto. Mientras que los brazos son los que le permiten a las personas proyectarse al futuro, sin perturbar su equilibrio. Con ellos, se puede colocar distancia o acortarla.

De acuerdo al especialista consultado, para realizar el trabajo desde el abordaje de la Bioenergética, es necesario construir la historia de vida con el paciente y revisar desde allí y desde la observación, cuáles son los bloqueos energéticos que tiene la persona, para poder trabajarlos y desbloquearlos con ejercicios terapéuticos.
Muchas veces el cuerpo grita lo que la boca calla y entonces… Tus dolores callados, ¿cómo hablan en tu cuerpo?
fuente/selenitaconsciente.com

jueves, 28 de abril de 2016

Yo soy tu síntoma.



 yo soy tu sintoma
Hola! Yo tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue.
Me he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti. Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas.
A ver, dime algo, ¿Tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz” impreso en la espalda? ¿No verdad? Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser “sutil” y“suavecito” cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mí, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.
Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “te odio”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.

¿Qué haces tú?

Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo me vaya de tu cuerpo.
Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado.
Imagínate que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…
¿Vas comprendiendo?
Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”
Qué cosa más absurda. No confundas las cosas.
Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas.
Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme.
Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma.
¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?
La enfermedad, “eres tú”, “es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad.
Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.
Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un “golpazo a tu inteligencia”. Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte.
Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: ¿por qué apareció este síntoma en mi vida?, ¿qué querrá decirme? ¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora? ¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?
dolores sintomasSi dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás. Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.
Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como “analizador” de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar medicinas.
Por favor, déjame sin trabajo. O ¿piensas de verdad que yo disfruto lo que hago? Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita. Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo.
Estoy harto de que digas: “Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”. ”Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”. ”Siempre yo con mis migrañas”. Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.
Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada que me presumes, realmente estás diciendo: “Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, ¡mírenme, mírenme!“
Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa. Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida.
Si dejas el trabajo sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que lo ha hecho años atrás. Sin embargo, si preguntas a tu subconsciente, a tu corazón, obtendrás respuestas muy claras que verdaderamente te ayudarán a continuar adelante.
 ATTE: El síntoma
Extracto del libro “Un Curso de Sanación” 

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El dolor de espalda es un padecimiento occidental que puedes aliviar con 5 ejercicios.

LOS HÁBITOS COTIDIANOS ENMARCADOS EN UNA CULTURA PUEDEN DETERMINAR TAMBIÉN LA NATURALEZA DE SUS DOLORES Y ENFERMEDADES. LA FISIOTERAPIA Y LA ANTROPOLOGÍA ENCONTRARON UNA MANERA DE AYUDARSE MUTUAMENTE A TRAVÉS DE UNA FISIOTERAPEUTA QUE NO ENCONTRABA ALIVIO PARA SU DOLOR DE ESPALDA EN LA MEDICINA OCCIDENTAL.

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Un tercio de la población adulta de Estados Unidos ha sido incapaz de curar su dolor de espalda con los remedios a la mano; con el auge de las operaciones de espalda, hernias de disco y el sobrepeso de la población, la espalda ha sido una zona resentida que somatiza mucho de nuestro estrés cotidiano. Una masajista de California llamada Esther Gokhale ha dedicado su vida a viajar y entender el dolor de espalda en un contexto cultural no occidental, como en pequeñas tribus africanas y sudamericanas para las que Gokhale fue el primer contacto blanco.
Esther comenzó su travesía como paciente con un dolor de espalda que le impedía dormir por las noches. Luego de una operación de hernia de disco infructuosa, decidió buscar cómo trataban el dolor de espalda grupos humanos ajenos a la medicina alopática; además de analizar las posturas cotidianas de la población (la forma en que un pueblo camina, se sienta, trabaja, duerme e incluso desahoga sus necesidades fisiológicas), Gokhale analizó la obra de antropólogos como Noëlle Pérez-Christiaens, y métodos de fisioterapia como la técnica Alexander y el método Feldenkrais.
Gokhale vio mujeres cargando agua en Ecuador balanceando baldes sobre sus cabezas y recogiendo nueces del suelo selvático hasta edad muy avanzada, sin ningún tipo de dolor de espalda. Al analizar la forma de sus espaldas, Esther se dio cuenta de que no presentan la característica forma de S, sino más bien se ven como una J. La representación de la columna vertebral en manuales de medicina o anatomía clásica (por ejemplo en Leonardo da Vinci) de hecho no es con forma de S, sino con una forma mucho más homogénea excepto al final, donde la espalda pierde su nombre y la columna toma la grácil forma de una J “que uno puede apreciar en las estatuas griegas. Es lo que ves en los niños pequeños. Es buen diseño”.
Estudio de la columna vertebral (Leonardo Da Vinci)
Estudio de la columna vertebral (Leonardo da Vinci)
Luego de curar su propio dolor de espalda, Gokhale se dedicó a desarrollar sistemas de ejercicios, escribir libros y dar entrevistas, hasta que llegó a ser conocida como “la gurú de la postura” por los ingenieros de Silicon Valley, y ha trabajado con el dolor de espalda del personal de Google, Facebook, YouTube y muchas otras compañías de tecnología. Si sus descubrimientos son correctos, la modernidad trajo consigo posturas artificiales y una nueva serie de dolores provocados por las jornadas laborales, la forma de nuestro mobiliario y un énfasis en la funcionalidad por sobre la ergonomía. ¿Pero qué opina la comunidad científica?
Cada año cientos de médicos refieren a sus pacientes al estudio de Gokhale; la internista Neeta Jain coloca el método de la fisioterapeuta en la misma categoría que un yoga o pilates para dolores de espalda. Según ella, no importa demasiado si sus herramientas no cuentan con pruebas clínicas: “Si la gente encuentra que estas cosas son de ayuda y no les causa ningún daño, ¿por qué deberían esperar a una prueba clínica?”
Otros, como el neurocirujano Praveen Mummaneni de la Universidad de California, están más interesados en hacer pruebas y comparaciones de espaldas de poblaciones indígenas en todo el mundo y de países occidentales, no solo con el fin de comparar su forma sino de contrastar los hábitos en aspectos como la alimentación, y consecuencias como la obesidad. “Si has acumulado mucha grasa en la zona del abdomen, eso podría estar jalándote hacia adelante”, dice el doctor Mummaneni. “Eso podría curvar tu espina. Y la gente más delgada probablemente tiene menos curvatura –y por ello su espina tendría una forma mucho más como J que como S”.
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5 ejercicios de Esther Gokhale

Estos ejercicios están pensados para ser practicados al sentarnos en nuestro escritorio, en una mesa o simplemente caminando. Su aplicación ayudará a aliviar el dolor de espalda y mejorará tu postura.
  1. Saca los hombros. Una buena postura comienza por no caminar con los hombros al frente del cuerpo. Para corregirlo, sube un hombro y empújalo suavemente hacia atrás con la mano del lado contrario, y luego déjalo caer. Con esto, tus pulgares deben apuntar hacia afuera (y podrías notar que tu estatura aumenta algunos milímetros).
  2. Alarga tu columna. Estando de pie y cuidando de no arquear la espalda, toma una bocanada de aire y alarga la espalda. Mantén esa altura mientras exhalas. Repite: respira, hazte un poco más alto y mantén esa postura al exhalar. Según Gokhale también es un gran ejercicio para fortalecer los músculos abdominales.
  3. Aprieta los glúteos cuando camines. Según Gokhale, muchas culturas indígenas aprietan un poco los músculos de los glúteos al dar un paso, lo que fortalece el trasero y da soporte a la baja espalda. “Elgluteus medius es el que estás buscando. Es el que está en la parte superior de tu trasero”.
  4. No levantes la barbilla. A pesar de lo que diga tu madre, no es necesario ponerte un libro en la cabeza y balancearlo para adquirir una buena postura: en vez de eso, Esther recomienda colocar un objeto pequeño (una toalla de cocina, un paquete de arroz) y trata de balancearlo sobre la cabeza mientras estiras un poco el cuello. Trata de presionar tu cabeza contra el objeto. Según ella, la posición de la barbilla debe ser de ángulo cerrado y sentirse relajada.
  5. No te sientes rígidamente. “Eso solo hace que te duela la espalda y te mete en todo tipo de problemas”. En lugar de eso, haz el ejercicio de sacar los hombros al sentarte para abrir el pecho y toma aire para estrechar y alargar la espina.
fuente/PIjamasurf