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sábado, 6 de junio de 2015

‘La Marsellesa’ desde 1792 el himno nacional más famoso del mundo.

Esta es su curiosa historia…


El 25 de abril 1792, asistían a la cena organizada por Philippe-Frédéric de Dietrich, alcalde de la ciudad de Estrasburgo, un nutrido grupo de oficiales del ejército destinados en la ciudad del nordeste de Francia.
El motivo de dicha reunión era tratar la recién declarada guerra a Austria y el impacto que tendría la misma en las poblaciones fronterizas, como era el caso de Estrasburgo. Entre las muchísimas cosas que se discutieron durante la larga velada, que se alargó hasta bien entrada la madrugada y en la que no faltó el vino y los licores, se habló de la necesidad de crear algún tipo de himno que fuese cantado por los soldados y que sirviera para arengar y animarlos en la lucha, la cual se preveía dura, larga y sangrienta.
Entre los presentes se encontraba el capitán Claude-Joseph Rouget de Lisle, quien tenía conocimientos musicales y de solfeo, aunque hasta la fecha no había compuesto nada que hubiese transcendido. Para él fue el encargo de crear el mencionado himno, dándole un plazo de veinticuatro horas para que lo tuviese listo.
Esa madrugada, tal y como llegó a su casa, Rouget de Lisle compuso una marcha que tituló Canto de Guerra para el Ejército del Rin’ la cual presentó la tarde siguiente al alcalde Dietrich y el resto de oficiales, siendo del agrado de todos ellos, a pesar que cuando el compositor la interpretó, acompañado al piano, para éstos no tenía el ímpetu y emoción que el himno cogería al ser cantado por docenas de voces.
Partitura de 'La Marsellesa' (Wikimedia commons)Partitura de 'La Marsellesa' (Wikimedia commons)
La partitura del ‘Canto de Guerra para el Ejército del Rin’ fue enviada a varios destacamentos pero quienes convirtieron dicha canción en el himno glorioso fue el batallón que provenía de Marsella y que entró en París cantándola emocionadamente en julio de ese mismo año.
Dicha emoción fue contagiada a los ciudadanos parisinos que los recibieron y que rápidamente se aprendieron la letra para cantarla al unísono. A partir de aquel momento el himno pasó a ser conocido como ‘La Marsellesa’ debido al lugar de origen del batallón que la cantó a su entrada en la capital francesa.
El himno alcanzó una gran popularidad, siendo canturreado por todo aquel que se sentía orgulloso de ser francés. Tres años después era declarado como ‘himno oficial de Francia’ y a pesar de que hubo algún que otro periodo en el que fue prohibida finalmente se impuso por encima de cualquier otra canción, ya que ésta se considera que es la que mejor describe al pueblo francés y su lucha por las libertades.
Cabe destacar que, el 10 de agosto de 1792, durante el convulso periodo de la revolución Francesa que dio pie al ‘reinado del terror’,  Rouget de Lisle fue destituido, detenido y condenado a morir en la guillotina. Por fortuna le salvó de ser ejecutado el hecho de ser el autor de La Marsellesa. Tras abandonar el ejército cuatro años después, vivió modestamente con una pensión concedida por el Estado.
Y no quiero finalizar este post sin incluir, al hilo de lo que comentaba al inicio, el dato sobre una ley que se aprobó bajo la presidencia de Nicolás Sarkozy en 2003 por la que se declaraba un ultraje y delito el hecho de pitar o hacer cualquier tipo de agravio al himno de Francia, siendo sancionado con una pena de seis meses de prisión y una multa de 7.500 euros.

fuente del textoy imagen/es.noticias.yahoo.com