Una espesa niebla negra tiñe Atenas. Es el nuevo paisaje de la crisis. El que deja el uso generalizado de las chimeneas y estufas de leña en hogares, escuelas, hospitales...
El pasado mes saltaron las alarmas, la contaminación se ha triplicado, con concentraciones de dióxido de carbono y monóxido de azufre muy por encima del nivel de riesgo. El aire es irrespirable, el olor nauseabundo y las consecuencias para la salud, graves.
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