La Atlántida y el Triángulo de la Bermudas.

Cuando hablamos de nuestros ancestros los atlantes, nos referimos a una civilización muy avanzada. En un comienzo simbolizó un ejemplo en todos los campos del desarrollo tecnológico.

La idea era que la Atlántida como continente debería expandirse a todo el planeta, sin embargo, existieron seres de otros mundos que se adjudicaron ser nuestros creadores y mentores detrás de ese desarrollo tecnológico.

Lamentablemente los atlantes no habían tenido un desarrollo espiritual de conexión con el creador que les permitiera estar a la par con el gran avance tecnológico que habían logrado, por este motivo, estos seres de otros mundos introdujeron el concepto de “Religión Mística  que debería ser forjada teniendo como base las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, estando encargado de esto el Sumo Sacerdote Saint Germain.

Los Atlantes desconocedores de esas enseñanzas, porque el planeta había sido bloqueado por estos mismos Maestros Ascendidos desde el comienzo de nuestra civilización, a través de una rejilla planetaria que poco a poco comenzó a interferir con la conexión con su verdadera espiritualidad acumulándose en el planeta mucha energía negativa lo que desencadenó el egoísmo, la crueldad, la ambición de los líderes de ese continente, que fueron los primeros en ser posesionados por la energía proveniente de los rayos de estos maestros ascendidos con objetivo final de tener a toda la población del continente posesionada por entidades aliadas de estos seres.

Finalmente la Atlántida cayò por la falta de amor generalizado que llevo a una revolución contra la clase dominante, que al verse derrotada mando a construir portales interdimensionales para huir, desencadenándose una explosión nuclear en lo que se conoce como el Triángulo de las Bermudas o Triángulo de la Muerte.

Nuestros antepasados Atlantes cayeron por la VANIDAD, que surgió cuando se desconectaron del Padre YAVHÉ, pues estos Maestros Ascendidos enseñaron que cada uno era dios y que por lo tanto no había necesidad de buscar nada más sino el conocimiento y la perfección que representaba su Maestro Lucifer, cabeza de los Maestros Ascendidos, también conocido como Kuthumi.

Los Atlantes se dejaron llevar por lo sobrenatural y la belleza aparente de las palabras que en el fondo provenían de un sistema bien elaborado de manipulación.