firma de Alberto Durero |
En más de una ocasión me han preguntado cuál es el artista que más me gusta, o cuál me parece más "misterioso". Como es lógico, y como os sucederá a muchos de vosotros, me resulta imposible escoger a uno sólo. Pero aunque tengo muchos artistas favoritos –cada uno por los motivos más variados–, sí puedo decir que uno de ellos es el alemán Alberto Durero (1471-1528).
Y aprovechando que acaba de inaugurarse en el Museo Guggenheim de Bilbao una exposición dedicada a su obra en plancha, es decir, a sus grabados, he decidido que era un buen momento para mencionar una de sus obras, que se encuentra entre las llamadas Estampas maestras de este genio del Renacimiento alemán.
Si os habéis fijado en el título de la entrada, ya sabéis que me refiero a Melancolía I (1514). En realidad, esta obra –al igual que otras del célebre artista– necesita un análisis muy, muy extenso para desentrañar todos los enigmas que encierra. Pero como tal empresa resulta excesiva, me limitaré a recoger aquí algunas de las hipótesis más extendidas, que han intentado dar una explicación satisfactoria al trabajo.
Un rápido vistazo al trabajo nos permite observar que, en primer lugar, destaca una figura femenina, provista de alas, y que parece identificarse con un ángel. Apoya su cabeza –coronada de hierbas– en una de sus manos (con la otra sostiene un compás), y el rostro aparece en sombra. Junto a esta figura principal observamos también un niño, apoyado en una piedra de molino, y que está pintando sobre lo que parece una tabla o una pizarra. Junto al pequeño, vemos un poliedro que llama poderosamente la atención (y que oculta parcialmente un crisol encendido), así como una escalera de siete peldaños que asciende hasta una torre o edificio del que no se vislumbra su final. Junto a la escalera vemos una especie de cometa, además de un animal que parece un murciélago, sosteniendo una cartela con el texto "Melencolia I", que evidentemente dan título al grabado. En la parte superior derecha descubrimos una balanza, un reloj de arena, una campanilla y, bajo esta, un cuadrado mágico, en el que la suma de las celdas da siempre 34. Finalmente, en la parte inferior vemos un perro dormido y una serie de herramientas: una esfera, unos clavos, una sierra, una regla, etc...
Una de las lecturas más extendidas alude a la llamada teoría de "los cuatro humores". En la Antigüedad clásica –y en épocas posteriores, entre ellas el Renacimiento–, era popular la idea de que el ser humano estaba influido física y anímicamente por cuatro fluidos o "humores": sanguíneo, colérico, flemático y melancólico. La mezcla de dichos fluidos o humores, y la mayor presencia en el ser humano de uno de ellos (la situación ideal era la del equilibrio entre tales fluidos), determinaban el carácter, la personalidad y la salud de los individuos. En esta teoría entraban también en juego los efectos de algunos planetas, las cuatro estaciones, los cuatro elementos o los cuatro vientos, entre otros factores. De este modo, el grabado de Durero estaría aludiendo al carácter melancólico. De hecho, la melancolía se conocía también como bilis negra y, como ya hemos dicho, el rostro del "ángel" del grabado aparece sombreado, oscuro, lo que parece una clara alusión a este carácter.
Alberto Durero, quien incluyó en la parte superior derecha de su obra “La Melancolía” el mencionado cuadrado, cuyas casillas inferiores centrales tienen el año de su creación: 1514. Es uno de 4 x 4 cuya suma es 34.
16 | 3 | 2 | 13 |
5 | 10 | 11 | 8 |
9 | 6 | 7 | 12 |
4 | 15 | 14 | 1 |
Los elementos de cada una de las nueve matrices 2x2 que componen el cuadrado también suman 34. Además, los números de las esquinas también suman 34: 16+13+4+1=34 y además 3+2+15+14=34 y 5+9+8+12=34
¿Pero que nos quiso decir con este enigma cuyo resultado es la cifra 34?
Alberto Durero nació en Nüremberg el 21 de mayo de 1471. Su padre, Albrecht Dürer, más conocido como Alberto el Viejo, se estableció en dicha ciudad procedente de Hungria en 1455. Sus primeros conocimientos sobre el grabado y la pintura los adquiere a trAaés de su padre y de Michael Wolgemut, el pintor más importante de su ciudad natal. En 1494 viaja a Florencia y Venecia, ciudades a las que regresaríaen 1505 y 1507, donde entra en contacto con el renacimiento italiano y recibe las influencias, entre otros, de Giovanni Bellini, Jacopo de Barbari, Piero de la Francesca, Antonio Pollaiuolo y Leonardo Da Vinci, además de asimilar los principios del humanismo.
EL GUARDIÁN DE LA PUERTA
Durero tendió un puente entre el pasado gótico del norte de Europa y el futuro renacimiento italiano. Supo relacionar a la perfección el arte y la ciencia, tal como fue concebida por los artistas italianos, ejerciendo una gran influencia al transmitir las ideas y el estilo renacentista en sus obras. Sin duda, nos hallamos ante el artista gráfico más conocido de todos los tiempos y uno de los grandes teóricos de la historia del arte. Profundo conocedor de las proporciones, tanto su vida como su obra, están rodeados por un halo de misterio profundamente marcado por el hermetismo.
Firma
La primera pista que nos conduce hasta la parte más esotérica y trascendente del autor, se esconde en su propia firma. Con sus dos iniciales AD, construye un signo estético que no ha pasado desapercibido para los amantes de la simbología. Y es que lo que se oculta en este monograma, compuesto por una A con la línea transversal desplazada hacia la parte superior, y por una D, que colocada por debajo de ésta ocupa su interior, es nada más y nada menos que una puerta. Pero hay más, ya que su verdadero apellido Dürer deriva de la palabra alemana Tür, que significa puerta. Y por otro lado, el apellido de su padre, Adjós, en alemán antiguo se traduce como el hombre de la puerta o el portero.
La puerta no simboliza solamente la entrada, sino también el espacio que se esconde tras ella; el poder misterioso.Una entrada a un espacio en sentido metafórico. Sin duda, fue a través de los grabados donde el artista reflejó todo su genio. A este respecto, cabe destacar los del período correspondiente a 1513-1514: El Caballero, la muerte y el diablo, San Jerónimo en su estudio y Melancolia I, su obra cumbre. Curiosamente, las tres obras comparten el mismo protagonista: un perro. Simbólicamente, el perro representa, sobre todo, la fideladad y la vigilancia y no es de extrañas que se le considere el guardián de la puerta.
Autorretrato
Otra de las obras que despierta el interés de cualquier cazador de misterios es su propio Autorretrato. Realizado en el año 1500 con pintura al óleo sobre panel de madera, se representa a sí mismo sosteniendo una flor de cardo en su mano derecha. Algunos estudioso creen ver en este símbolo su pertenencia a la Orden de los Caballeros de San Andrés del Cardo. Esta orden, creada en 1314 por Robert Bruce (Robert I de Escocia), contaba entre sus miembros con varios centenares de Caballeros Templarios que habían huido a Escocia, a raíz de la persecución desatada contra ellos por parte del rey de Francia, Felipe el Hermoso y el Papa Clemente V.
Alberto Durero dedicó los últimos años de su vidaa los aspectos más científicos y teóricos del arte: Tratado sobre la mesuración con compases y regla en líneas, planos y cuerpos enteros, Tratado sobre las proporciones humanas e Instrucciones sobre la fortificación de las ciudades, castillos y pueblos. Algunos nos preguntamos sino aprovechó sus estancias en Italia para intercambiar información sobre las fortificaciones con su buen amigo Leonardo Da Vinci.
Murió el 6 de abril de 1528 a la edad de 57 años, y fue enterrado en el cementerio de San Juan de su ciudad natal. Su amigo de toda la vida, Willibald Pirckheimer fue el encargado de escribir su epitafio: "En memoria de Alberto Durero. Todo lo que en él había de mortal está enterrado bajo éste túmulo".
"LA MELANCOLÍA": UN TRATADO DE SIMBOLGÍA
Tenemos ante nosotros una de las obras de arte que más cantidad de interpretaciones ha suscitado, por gran cantidad de buscadores de la parte oculta de la historia. Al márgen de su valor estético, el autor nos esconde una serie de enigmas que merecen ser desvelados. El propio artista en una nota manuscrita en el esbozo del grabado: "Las llaves representan el poder y la escarcela riquezas". A través de esta nota Durero nos invita a buscar los significados que se esconden más allá de la apreciación visual.
"La Melancolía"
En la parte derecha del grabado, una mujer provista de grandes alas, sentada y pensativa, sostiene un compás en su mano derecha: La Melancolía, que simboliza ese estado típico del alquimista esperando con paciencia el éxito. Éxito que aparece representado a través del poliedro: La Piedra Filosofal. A su derecha, la rueda de molino sobre la que descansa el niño alado, nos habla de la operación de moler y separar: La Vía Seca. Por detrás de la piedra, una escalera de siete peldaños nos muestra la ascensión del sabio a través del Árbol Hermético. En la pared, detrás del niño, la balanza y el reloj de arena, que simbolizan El Equilibrio y el Tiempo. Justo por encima de la propia Melancolía, una campana que simboliza Un ascenso en la Jerarquía o la consecución de algo de Suma Importancia. Y por debajo de la campana, el cuadro mágico o Mesa de Júpiter, que representaría el sueño de La Melancolía; el logro definitivo de la Piedra Filosofal.
'Autorretrato con pelliza', construido en un arreglo piramidal de planos, permaneció en poder de Durero durante toda su vida. Posteriormente se consideró el monumento del pintor a su idea de lo que era realmente un artista. Traducida, la inscripción en latín dice:
“Yo, Alberto Durero, de Nüremberg, me pinté así con mis propios colores a la edad de veintiocho años”.
Ciertamente este genio renacentista nos recuerda muy mucho a un personaje histórico que intentó marcar -a través de la palabra- el rumbo de la Humanidad.
Quizás hubo una segunda "pre-venida" y esta vez se plasmó a través de la pintura. Y muy quizás más estemos delante de mensajes ocultos que aún estén por descubrir.
Pero, como siempre, saquen ustedes sus propias conclusiones.
Quizás hubo una segunda "pre-venida" y esta vez se plasmó a través de la pintura. Y muy quizás más estemos delante de mensajes ocultos que aún estén por descubrir.
Pero, como siempre, saquen ustedes sus propias conclusiones.
fuentes/observatorioredes.blogspot.com//balearoculta.blogspot.com/
EXCELENTE PINTURA Y MUY REPRESENTATIVA DEL ARTISTA DEL RENACIMIENTO....................................
ResponderEliminarMuchas de las cosas que dices sin descritas en la obra de en brown, el símbolo perdido
ResponderEliminar