En el marco de la conferencia Global Future 2045,
tres de los mayores neurólogos en activo discutieron la posibilidad de
que el cerebro humano pueda ser preservado en una máquina luego de que
el cuerpo ha muerto, y sobre el tipo de interfaz informática que
permitiría que la conciencia –si es que esta reside efectivamente en el
cerebro– pudiera manifestarse; dicha interfaz se desarrolla actualmente
para hacerlo una realidad durante las próximas décadas. Esto no sólo es
un paso firme en la búsqueda de la inmortalidad, sino que permite
entablar un debate enriquecedor en los ámbitos de la neurología, la
biología, la filosofía, la política y la ética.
Los participantes en el panel fueron
Theodore Berger, Mikhail Lebedev y Alexander Kaplan, y los tres afirman
que es posible que el cerebro sobreviva al cuerpo dentro de un caparazón
cibernético. No se trata de ciencia ficción: el cerebro es el último
órgano del cuerpo en morir, y los tejidos cerebrales envejecen mucho más
lento que otros.
El cerebro contenido en una interfaz
no-humana sería mantenido con vida con sustitutos biológicos de sangre
(con “el necesario sustrato energético, bioquímico y hormonal”),
interfaces de dos vías entre el cerebro y la computadora, prótesis
neurales, órganos humanos creados artificialmente y otras herramientas
de biotecnología que podríamos ver durante la presente generación.
Debido a que ningún cerebro humano ha
estado en esas condiciones, los neurólogos no saben cómo afectaría este
procedimiento al grado de conciencia, inteligencia, comprensión y otras
categorías en las que basamos nuestra comprensión de la vida y
experiencia humanas. En otras palabras, no tenemos referencia de lo que
es ser un robot, o al menos un cerebro dentro de un robot.
El trío de científicos se mostró
optimista en que la mezcla de prótesis cerebrales e interfaz informática
podrán permitir transplantes de cerebros en las próximas décadas.
[Co.Exist]
fuente/Pijamasurf
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