Los autómatas toman decisiones colegiadas pero defendiendo cada uno su propio interés.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y de la UNED han creado un sistema de coordinación entre robots que les permite funcionar como un grupo sin líder, que toma decisiones colegiadas y en el que todos intentan defender sus propios intereses (pero buscando el bien común). El sistema puede utilizarse en los túneles del alcantarillado o en las galerías de una mina, por ejemplo.
a robótica cognitiva está evolucionando desde los sistemas clásicos
constituidos por un único robot a sistemas basados en equipos de robots
formados por varios componentes heterogéneos que operan juntos, incluso
colaborando, para realizar las tareas que les hayan sido encomendadas.
“Estos sistemas van a ser de aplicación en los años venideros en
los distintos sectores y escenarios que se contemplan en las
recomendaciones europeas. Tanto sectores industriales como de servicios
profesionales y domésticos, de seguridad o espaciales, admiten en casi
cualquier escenario de aplicación, como por ejemplo de robots
asistenciales, de vigilancia, de exploración, etcétera, la utilización
de este tipo de sistemas”, explica Javier de Lope, del Grupo de Robótica
Cognitiva Computacional de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM),
en una nota de prensa de la universidad.
Un ejemplo de la aplicación de estos robots son los túneles del
sistema de alcantarillado o las galerías de una mina, lugares idóneos
para que realicen su trabajo y se comuniquen entre sí con el objetivo,
por ejemplo, de diseñar un mapa del terreno. Investigadores de la
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), junto a
científicos de la UPM, han validado un sistema de coordinación entre
estos dispositivos, inspirándose en la teoría de juegos y en los
principios de conservación animal.
Eligen la opción más interesante
“Los robots son programados para elegir la opción que más les
interesa. Actúan con el mismo sentido de egoísmo que puedan tener los
animales, pero como hacen ellos, a la hora de consensuar las acciones
que tomará el equipo, la elección la realizan en función del interés
general”, explica Manuel Martín-Ortiz, investigador de Inteligencia
Artificial en la UNED, actualmente en la Universidad Tecnológica de
Eindhoven (Holanda) y autor principal de la investigación.
La participación de la UPM se ha desarrollado desde el Grupo de
Robótica Cognitiva Computacional. Sus investigadores vienen
desarrollando trabajos en los últimos años bajo este nuevo enfoque sobre
coordinación y emergencia de lenguaje en equipos de robots usando
modelos que se modifican a partir de las experiencias y se adaptan a
nuevas situaciones.
“En un marco general se define un equipo compuesto por varios
robots (terrestres, trepadores, voladores, etcétera) dotados con
distintos sensores, capaces de coordinarse y repartirse las tareas de
forma ordenada sin un líder que asigne los trabajos y sin necesidad de
estar permanentemente conectados con un sistema central”, explica Javier
de Lope.
“Este equipo, además, es capaz de coordinarse y de crear un
lenguaje entre ellos, incluso negociando una gramática, que haga posible
la descripción de los elementos y escenas que descubran en cada nuevo
entorno”, añade el investigador de la UPM.
El trabajo, publicado en Robotics and Autonomous Systems, detalla
una serie de experimentos que los científicos realizaron en un simulador
–un programa en el que cada robot es un punto que se mueve en la
pantalla– y en un entorno controlado con forma de laberinto, con cuatro
robots reales del tamaño de una lata de refresco –denominados e-pucks–.
Interacción
La clave del método radica en que la interacción del grupo se
produce incluso aunque algunos de los dispositivos no logren comunicarse
con el resto o se estropeen.
“Cada vez que unos cuantos robots se encuentran comparten la
información que tienen, evalúan las posibles rutas inexploradas y
realizan una negociación para decidir quién se queda con cada nuevo
camino”, afirma Félix de La Paz, investigador de Inteligencia Artificial
de la UNED y otro de los autores del estudio.
Una vez asignadas las nuevas rutas, los robots las exploran de
forma individual hasta que vuelven a encontrarse con el resto del
equipo. “Si la decisión que más le interesa a uno de ellos no es
aprobada por los demás, este negociará de nuevo siguiendo sus intereses
pero sin insistir en una opción descartada por el grupo”, añade
Martín-Ortiz.
Para comunicarse en entornos simulados, los dispositivos emplearon
el protocolo TCP/IP, mientras que los pequeños e-pucks utilizaron el
sistema Bluetooth al carecer de conexión wifi. No obstante, este sistema
de cooperación “puede ser extrapolado a cualquier sistema de
comunicación”, concluye el científico.
Referencia bibliográfica:
Manuel Martín-Ortiz, Javier de Lope, Félix de la Paz. Auction based method for graphic-like maps inspection by multi-robot system in simulated and real environments Robotics and Autonomous Systems (2013). DOI: 10.1016/j.robot.2012.08.007.
Manuel Martín-Ortiz, Javier de Lope, Félix de la Paz. Auction based method for graphic-like maps inspection by multi-robot system in simulated and real environments Robotics and Autonomous Systems (2013). DOI: 10.1016/j.robot.2012.08.007.
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