Desde hace más de 400 años, la campana
más grande del Mundo, supuestamente permanece en el fondo de un río
birmano, su existencia perdida, atrajo durante muchos años a aventureros
y buscadores de tesoros.
Todos los intentos por recuperar la
inmensa campana que según cuentan pesa mas de 270 Toneladas han sido
infructuosos, incluso muchos afirman que en la actualidad está protegida
por espíritus que han decidido que la campana permanezca en el fondo
del río.
Pero la cosa puede cambiar en breve, ya que Khin Shwe, un acaudalado
hombre de negocios birmano ha anunciado un plan de financiación para
buscar y recuperar la campana, calcula en invertir unos 10 millones de
dólares que según el serán suficientes para buscar, recuperar, limpiar y
ubicar nuevamente la campana a su sitio de origen.
Según palabras del Sr. Shwe “… hemos
localizado los barcos adecuados para salvar la campana y cuando la
rescatemos la colocaremos nuevamente en Shwedagon…” declaraciones que
fueron recogidas por el website local de Irrawaddy.
Asimismo, añadió “… ha sido un experto
extranjero el que me ha calculado la cifra estimada en dólares necesaria
para recuperarla, me ha dicho que oscilará entre 5 y 10 millones de
dólares, pero personalmente estoy dispuesto a gastar la cantidad que sea
necesaria para poder rescatarla…”
La Historia
El pasado histórico se fusiona con la leyenda de la campana Dhammazedi, aparentemente existen pruebas documentales de su existencia, originalmente ordenada construir en 1484 por el rey Dhammazedi, gobernante de Mon cuya capital es la ciudad de Bago, la campana fue entregada a los monjes de Shwedagon en Rangún.
PAGODA DE MON
Cien años después, un comerciante
veneciano de joyas, Gaspero Balbi, visitó la pagoda donde estaba ubicada
la enorme campana y en sus documentos relata que sobre ella había unos
caracteres escritos en un idioma que jamás había visto, asimismo, relata
que la campana medía 7 pasos y 3 palmos (algo más de 7 metros
estimamos).
En 1608, el mercenario portugués Filipe
de Brito e Nicote, consiguió controlar el margen derecho del rio Rangún,
se apoderó de la campana y trató de llevarla a su base, mientras
transportaban la monumental campana sobre las aguas, la barcaza y el
buque de guerra que utilizaron para tal efecto se hundieron
irremisiblemente en las profundidades del caudaloso rio.
IDEALIZACIÓN ARTÍSTICA DEL MOMENTO EN EL QUE LA CAMPANA SE HUNDE, EL TAMAÑO REAL SERÍA MUY SUPERIOR
La expectación en Birmania ha llegado al
parlamento, en el que el Sr. Khin Shwe tiene un puesto de
parlamentario, pero no es la primera vez que han intentado recuperar la
“Súper-Campana” que según cuentan esta fabricada en Cobre, Oro, Plata y
Estaño.
La mayoría de las búsquedas se han
concentrado en el lugar donde el río Rangún se le une al río Bago, cerca
de un lugar llamado Monkey Point, frente a la localidad donde Filipe de
Brito e Nicote había establecido su base.
En 1995, un buzo estadounidense, Jim
Blunt, buscó la campana conjuntamente con las autoridades birmanas, se
efectuaron un total de 116 inmersiones en dos años y el Sr. Blunt relato
sus experiencias en un documental en el que afirmaba que llegó a dar un
puñetazo a la campana y fue recompensado con un sonido metálico.
LA
CAMPANA DE MINGUN, QUE PESE A SU IMPRESIONANTE TAMAÑO, “SOLO PESA 90
TONELADAS” FRENTE A LAS 270 TONELADAS DE LA DE DAHMMAZEDI.
Y agregó: “Varios buzos ya habían muerto
en búsqueda de la gran campana, entre ellos dos buzos Marina de Myanmar
que quedaron atrapado dentro de un pecio y murieron horriblemente. En
consecuencia, la búsqueda se encomendó a expertos externos”.
Khin Shwe, el hombre de negocios que
quiere rescatar la campana, fue asesorado por el abad de Kyaik Htee
Saung responsable de la pagoda en el estado de Mon. “el Rey Dhammazedi
nació un martes, así como el abad”, dijo a la revista Snapshot. “Así
que, estoy seguro al 100 por ciento que este proyecto será un éxito.”
Esperemos que en breve podamos ver y oír
la enorme y misteriosa campara, así como observar los extraños
caracteres mágicos que habían escrito en su cuerpo.
fuente/ MundoDesconocido.es
autor/ José Luís Camacho
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