Un equipo de investigadores descubrió un antiguo complejo de pirámides en una parte remota de la selva amazónica ecuatoriana, desconocido incluso para los residentes locales. Los científicos creen que es la ‘Ciudad Perdida de los Gigantes’.
En el lugar del hallazgo se descubrió una estructura piramidal de tamaño grande que mide unos 80 metros cuadrados de base y 80 metros de altura. La estructura está compuesta por grandes bloques de piedra tallada de diversas formas, cada uno de los cuales pesa alrededor de dos toneladas, y muchos cientos de estos bloques componen las paredes del edificio.
Mortero hallado entre las ruinas |
La parte superior es una zona plana y se supone que se utilizaba para algunas ceremonias religiosas. Alrededor de las pirámides se encontraron muchos artefactos de piedra tallada y objetos de cerámica.
Los expertos opinan que estas herramientas de piedra se usaban para la minería y el refinamiento de algunos minerales metálicos. Los expertos coincidieron en que se trata de la ‘Ciudad Perdida de los Gigantes’ tras descubrir objetos de tamaño extremadamente grande que una persona normal no sería capaz de utilizar.
Según las leyendas locales, en estas zonas habitaban seres humanos gigantes. Cabe mencionar que en las cuevas de esa región y en otras partes de Ecuador anteriormente se encontraron restos de personas gigantes. El estilo de los edificios y los objetos indica que aquí existió una cultura pre-inca desconocida. Bruce Fenton, el investigador que estudió la zona, indica que para llegar a conclusiones más precisas al respecto se necesitan más estudios y captar la atención de la comunidad científica internacional, por lo que planean seguir explorando la zona.
Fenton, quien se encuentra liderando la investigación de forma extraoficial, ha declarado que si bien el hallazgo ya ha sido reportado al gobierno ecuatoriano e invitado a arqueólogos al área, por el momento han rechazado la propuesta debido a lo peligroso de la región selvática en la que se hallarían las misteriosas estructuras. Tampoco se han liberado nombres de los “expertos” que hasta ahora dieron su veredicto sobre estas supuestas ruinas ancestrales, mucho de ello porque, a pesar de lo registrado hasta ahora, aún queda por confirmar qué es lo que realmente yace en las profundidades de la selva ecuatoriana.
La evidente carencia de fuentes fidedignas y nombres que soporten el hallazgo hace poner una enorme bandera roja a este descubrimiento hasta que sea confirmado y verificado por otros investigadores.
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