El pianista británico, Paul Barton, llevó su piano hasta la cima de una montaña para ofrecerle una serenata a un grupo de elefantes ciegos
Dice el dicho que los elefantes nunca olvidan, y éstos siempre recordarán el día en que el señor Barton les tocó una melodía de Beethoven.
A los 50 años, llevó su piano a una montaña en Kanchanaburi, Tailandia, con el fin de reunir fondos para los elefantes ciegos.
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