lunes, 23 de junio de 2014

¡YA HEMOS "DESPERTADO"! . (EL Despertar de la Conciencia)

A todos los que creen haber "despertado"...



En este tiempo, en el que vivimos..., en esta señalada hora de la esfera del Tiempo y que, precisamente, la hemos elegido "todos" para venir a este mundo a fin de acabar mejor y, de una vez por todas, con nuestros propios conflictos interiores –alojados en el fondo de nuestra alma- que, en la inmensa mayoría de los casos venimos arrastrando de una vida a otra, dejando siempre para el final..., por desgracia, nadie, o casi nadie, ha conseguido aún la madurez del alma, y por consiguiente, tampoco lo que se llama, el Despertar de la Conciencia, el conocimiento de Uno mismo, de Sí mismo..., ya que todo, o casi todo, sigue igual, o peor que antes. Y, sin caer en el alarmismo, la situación en la que se encuentra en la actualidad la población de la Tierra es, realmente, más que preocupante. Por lo pronto, el estado de nuestro mundo, nunca debería haber sido éste.

No, todo nos indica que no, no hemos "despertado"..., ¡todavía! Si así fuera, si hubiésemos, realmente, "despertado", ¿por qué, entonces, tantas manos cerradas, tantos puños crispados, tantas gargantas anudadas, tantas incoherencias, tantas críticas y juicios, tanto narcisismo y arrogancia, precisamente, en aquellos que han emprendido el camino de la búsqueda interior, el camino para volver a su Fuente, y se autoproclaman: "espiritualistas"?

Pero, ¡¿qué nos hace creer, ingenuamente, que hemos "despertado"?! ¡¿El hecho de saber, o conocer, algo que los demás, las multitudes, ignoran?! ¡¿Hemos despertado porque hemos seguido tal o cual seminario o cursillo impartido por algún maestro del Despertar?! ¡¿Porque creemos en la reencarnación?! ¡¿Porque hemos conseguido un diploma en alguna Escuela de formación en desarrollo personal?! ¡¿Porque pertenecemos a algún movimiento de pensamiento y de acción?! ¡¿Porque somos conscientes de que hay un Gobierno Mundial oculto y hay una conspiración mundial?! ¡¿Porque hemos llegado a la comprensión de que el Sol es, en realidad, el Padre-Madre de la Creación, la Fuente de todo cuanto existe?! etc. ¿Por qué, entonces, creemos y afirmamos que "hemos despertado"?...

Aquellos que manejan a la perfección, y a discreción, todas las palancas del verdadero poder que gobierna realmente este planeta, es decir, el Gobierno Mundial de la Sombra, en la sombra y, que temen el Despertar, no de toda la Humanidad sino de una parte de ella, pueden estar tranquilos, ¡tienen la batalla ganada...!!, pues, hasta la fecha de hoy, ni ha "despertado" nadie aún en este mundo ni despertará nadie, o casi nadie, jamás. Las "fuerzas de separación", es decir, las "fuerzas de la oscuridad" podrán ganar "la batalla" a la ciega y perezosa población terrestre, pero no a la Divinidad, a la Gran Luz, Fuente de todo cuanto existe, la cual, y a pesar de todo, tiene un Gran Proyecto de transmutación respecto a todos los seres de la Tierra, un proyecto que incluye no sólo a los que no tienen otro sueño que esclavizar las conciencias, sino que también a sus socios "extranjeros", procedentes de otros mundos, mundos hace mucho tiempo desvitalizados e inhóspitos. Pero, si esta transmutación interior por la que nos es requerido pasar, a "todos", no puede realizarse en esta existencia, se nos propondrán otras, por supuesto, ¿pero después de cuántos milenios y oscuridad?

El que la Humanidad siga aún, ciega y sorda, es debido -ver:"¿Qué sabemos del Gobierno Mundial oculto?". Sabiens- en una gran parte a la pereza, a la indiferencia, al egoísmo, a la tendencia a complicarlo todo, a la incoherencia, y a todas las contradicciones en las que aún se debate la práctica totalidad del género humano..., y, a menos que ocurra "un milagro", o bien, algún gran acontecimiento a escala mundial que, por su naturaleza, pueda provocar un gran impacto, o una fuerte conmoción, en la conciencia colectiva de la Humanidad, suficiente como para sacarla del estado de aletargamiento en el que aún sigue inmersa..., todo seguirá igual.

¡¡Y, "lo habrá", mejor dicho, "los habrá"!! Será, serán, tan tangibles y contundentes, tan impresionantes que apenas la Humanidad podrá creer lo que presenciará, lo que verá con sus propios ojos. ¡¿Cuándo?! Aunque, este es el Tiempo, su tiempo, fue dicho y escrito:"Nadie sabe el día, ni la hora...". ¡Sería muy fácil para el género humano saber "el día y la hora", es decir, el momento exacto de la eclosión de ciertos acontecimientos planetarios! Nadie está autorizado, ni los Grandes Maestros de Sabiduría, ni siquiera los Elohim a dar íntegras e indiscutibles "soluciones" en cuanto al tiempo, pues es a la población terrestre a quien le compete descubrirlas, en base a la ley del esfuerzo propio y no a la del mínimo esfuerzo.

Pero, todos esos acontecimientos, tanto en el "cielo" como en la "tierra", inevitables e, inimaginables, que cada vez están más cerca, no serán más que las últimas piezas de una puesta en escena encaminada a dejar que se exprese "lo mejor" y "lo peor" de todos los hombres y mujeres de la Tierra. Será -es- un proceso, necesario, que vivirá -está ya ocurriendo- la Humanidad entera y, a través del cual, todas las joyas que deberán "destellar", alcanzarán el Despertar de la Conciencia y "destellarán", y, todos los castillos de arena que deberán derrumbarse, se derrumbarán.

Los que consigan alcanzar el Despertar del Espíritu, la muerte del ego, y por consiguiente, elevar la realidad vibratoria de su estructura biofísica en "un grado", por efecto de la mutación de su conciencia, son, lo que se conoce como: el "buen grano", del cual, se habla en alguno de nuestros llamados libros sagrados, y será, efectivamente, con el que se sembrará la Vida en el Nuevo Mundo, en la Nueva Tierra que iniciará con la Era de Paz, Serenidad y Fraternidad: Acuario. Pero, hasta entonces, hasta el tiempo de la cosecha, el "buen grano" y la "cizaña" deberán coexistir juntos.

Nuestro mundo, tal como lo concebimos, queramos o no, nos hayamos percatado de ello o no, ha llegado a su ocaso y, la degeneración y podredumbre que se extiende por todas las latitudes, debe llegar hasta el final. Sólo de esa forma la población terrestre podrá experimentar, entonces, la absoluta necesidad de respirar a pleno pulmón un aire diferente y, por lo tanto, será necesario que la obra de putrefacción llegue hasta el paroxismo.
Verdaderamente, incluyendo a los que creen haber "despertado", toda la población de la Tierra, tiene una enorme necesidad de ser sacudida, zarandeada, con el fin de que salga y, de una vez por todas, de su apatía e inmovilismo, en definitiva, de su inercia. ¡Dado el estado de enfermedad del conjunto de la especie humana, sólo las grandes mutaciones, grandes cambios a todos los niveles, se presentan como el único remedio!

Por lo pronto, ya durante estos años -desde comienzos de los 90- que estamos viviendo, y en los próximos, hasta el Final de Finales, la práctica totalidad de la población terrestre se está viendo, y seguirá viéndose abocada, a experimentar el sentido del trastorno físico y psíquico hasta un punto en que ya no podrá apartar los ojos y el corazón de Lo Esencial. ¿Qué es Lo Esencial? Se preguntarán algunos. Se nos ha dicho y repetido hasta la extenuación. ¡A cada uno le corresponderá redescubrirlo, aprehenderlo!

Al género humano, le ha sido entregado todo lo que necesitaba, se le ha dado a través de Grandes Maestros de Sabiduría, en todas las épocas, todas las enseñanzas que su conciencia puede asimilar para que pueda, por fin, desprenderse de la rueda de los sufrimientos por medio del Despertar del Espíritu, la Liberación. Pero, obviamente, ningún Maestro de Sabiduría, ningún Gran Sacerdote, Iniciado, Maestro en esto o lo otro, recorrerá el camino por nosotros y nos entregará el Despertar, llaves en mano, así como cuando compramos un vehículo o una vivienda.


En todos los estratos de nuestra sociedad vemos, por todas partes, hombres y mujeres alzarse, creando movimientos e izando "su verdad" como la única bandera de la vida. Son ya incontables "sus evangelios" y, aunque, no sabemos o no entendemos exactamente de lo que tratan, aún así vamos de unos a otros, olvidando que el Despertar sólo se encuentra en una dirección, la nuestra. Eso no quiere decir que nada ni nadie puede hacernos crecer, pues "todo" absolutamente "todo" contribuye a ello.

Pero, no nos percatamos, a menudo, de que nuestra propia vida, nuestra vida cotidiana, es la mejor escuela, el más grande de todos los Maestros y que, es precisamente ahí y no en los grandes templos ni bajo el amparo de pequeños o grandes maestros, de esto o aquello, que conseguiremos el conocimiento de nosotros mismos, el Despertar del Espíritu.

Por otra parte, en lo más profundo de nosotros, en el fondo de nuestras almas es dónde se encuentran todas las llaves que necesitamos para abrir todas las puertas con las que nos topamos en la vida cotidiana, incluso las que siempre habíamos creído inaccesibles. En realidad, no se necesitan varias llaves sino solamente una y la más importante. Sólo hay que encontrar esa llave o, por lo menos, tomarse las molestias de buscarla, pues el que busca, se dice que tarde o temprano, ¡encuentra!

Pero, hay que saberlo y hacerlo saber, esa llave que es la llave del corazón de todos y que, ciertamente, muy pocos la han conseguido, se llama: Compasión. La Compasión, lo que podemos llegar a comprender de ella, es la propia raíz del Amor Absoluto, gracias al cual, todo existe y sigue siendo. La Compasión, es la fuerza que nos permite sentirnos en el lugar del otro, es compartir al instante la mirada del prójimo, es la capacidad de sentirse en él, parte integrante de su alma, de sentirlo en uno mismo, sin que haya necesidad de justificar nada.

La Humanidad debería saber que la repulsa al Bien y el Amor por el Bien conduce al reajuste del Bien y el Amor por el Dolor... El género humano despreció -y sigue despreciando- el Mensaje de Amor que le habría permitido alcanzar sin mayores dificultades, el Despertar, es decir, la dicha de vivir en el Amor, en la Paz, en la Armonía y, por lo tanto, la Unión con la Fuente de todo cuanto existe: el Sol. Mensaje, traído a la Tierra en todas y cada una de las épocas de la Historia de la Humanidad por todos los grandes Avatares, entre ellos Buda y Cristo, y, por lo tanto, deberá encontrarlo -el género humano- por medio del Dolor. No es ningún castigo ni venganza divina, simplemente, es la aplicación de una Ley Universal que la inmensa mayoría de la población terrestre aún ignora, la Ley de Causa-Efecto. Toda la Humanidad, tanto a nivel colectivo como individual, por consiguiente, está cosechando y cosechará, hasta "el Final de Finales", el fruto de sus siembras, durante estos últimos milenios, simplemente.

Y, aunque, su mente o intelecto no pueda concebirlo, obviamente, la Humanidad debe saber que, el Sol, la Gran Luz, -ver:"El Sol. ¿Qué es el Sol?, o ¿Quién es el Sol? ¿Es él, "DIOS"?"- la Conciencia Cósmica más sublime y realizada de nuestro Sistema Solar que, guía y tutela la evolución de todo cuanto en él existe -para entenderlo mejor, lo que llamamos "Dios"-, ha querido seguir permaneciendo presente en nuestro Sistema para nutrirlo y conceder a la rezagada población terrestre un poco más de tiempo aún, con el fin de que pueda prepararse mejor y alcanzar, por fin, el Despertar del Espíritu, la Liberación, mientras, Él, el Padre-Madre de la Creación ya es llamado, desde hace tiempo, hacia otras realidades de manifestación cósmica, inconcebibles para la mente humana.



Muy pocos seres de la Tierra están capacitados para alcanzar a comprender no con su intelecto sino con su corazón un mínimo todo esto, pues muy pocos seres humanos saben Quién es, en realidad, el Sol, la Fuente de toda vida, sólo aquellos que han alcanzado, realmente, el Despertar de la Conciencia. Sin embargo, en su infinito Amor y Compasión hacia la Humanidad de la Tierra, el Padre-Madre de la Creación ha aceptado no subir solo hacia otra realidad fusional, hacia otra dimensión del Universo.

Nuestra Galaxia, está a punto -ver:"La Tierra, el Universo van hacia una eterización"- de dar un salto cuántico, siguiendo las Grandes Leyes que gobiernan en el Cosmos, pero la Fuente de toda vida, la expresión del Amor y Compasión más inconmensurable, nos espera y nos tiende la mano, permitiendo, incluso, que ciertos e inevitables acontecimientos planetarios que deberían haber ocurrido en la Tierra..., ¡¡SEAN POSPUESTOS, RETRASADOS EN EL TIEMPO!!, con el fin de que sea el mayor número posible de hombres y mujeres de la Tierra los que tomen conciencia de la realidad que les rodea y puedan alcanzar, al fin, el Despertar del Espíritu, la Liberación. ¡¿Pueden concebir esto aquellos que, realmente, han "despertado"?! ¡Únicamente!.

No es nada nuevo decir que la inmensa mayoría de los seres humanos, viven, mejor dicho, sobreviven en este mundo exactamente igual que un vegetal preso en un invernadero donde la luz y la humedad les son dispensadas artificialmente, es decir, en un "estado vegetativo", sin alcanzar a preguntarse nunca quiénes son, de dónde vienen ni dónde van... Y, aunque, algunos de entre ellos afirmen haber "despertado", su conciencia, en la inmensa mayoría de los casos, aún sigue sumida en un profundo letargo.

¡Se engañan y engañan a los demás, todos aquellos que afirman o se vanaglorian de estar “despiertos”, de haber “despertado”! Pues, mientras los hombres y mujeres de la Tierra no hayan atravesado, tanto a nivel individual como colectivo, lo que se llama la "Muerte Iniciática", es decir, la "muerte del ego", es decir, el completo dominio de las emociones, nadie podrá afirmar haber alcanzado el Despertar, el conocimiento de Sí mismo, la Liberación.

La práctica totalidad de los que proclaman a los cuatro vientos su "Despertar", no son más que seres sedientos de poder y reconocimiento, algunos de los cuales, incluso han llegado a crear movimientos u organizaciones motivadas por el miedo al futuro, o movimientos de masas con perfiles sectarios. Pero, ¿cómo podemos saber en nuestro corazón si el que me tiende la mano es auténtico y veraz? Se preguntarán algunos. ¡En realidad, es de una simplicidad infantil!

Porque el que, realmente, ha saboreado el auténtico Despertar de su Ser verdadero, el conocimiento de Sí mismo, su corazón irradia y está iluminado por la Compasión y el Amor incondicional. Por lo tanto, no pide nada a cambio, no pone condiciones y le es extraña tanto la crítica a los demás como el juicio. Se comporta como un Sol, capaz de irradiar y calentar, un Sol, que lejos de vivir para ser amado, cueste lo que cueste, vive por Amor y para amar, ¡incondicionalmente! ¡El Amor es, o no es, simplemente!

Aquellos, que proclaman que sólo su camino es el verdadero y juzgan o critican a los demás semejantes, ellos mismos, sin saberlo, se delatan, pues no tienen, en realidad, más que una gran necesidad de protagonismo y reconocimiento, en definitiva, de ser reconocidos por todos, aunque, a decir verdad, ¡al igual que todo ser humano que en el fondo de su alma, en realidad, ansía lo mismo!.



Verdaderamente, a todos los que creen y dicen haber "despertado" les hacen falta espectadores, reconocimiento. Ansían, inconscientemente, que su "sabiduría" se sepa y sea reconocida. Mientras, tratarán de preservar una cierta autoridad sobre un pequeño grupo de discípulos. Pero, no se dan cuenta que, ante una "masa de espectadores" no se está más que representando continuamente una pieza de teatro, una ilusión que seguirá hinchando el ego hasta reventar de orgullo, o vanidad, pero sin que el corazón transpire la menor gota de Compasión y Amor.

En este mundo, salvo muy contadas excepciones, ¿de verdad, hay alguien que haya, en estos tiempos en los que vivimos, alcanzado la madurez del alma, es decir, el Despertar, la Liberación? La historia de nuestra Liberación es la del aprendizaje de la relajación del alma, porque cada vez que nos alejamos demasiado de lo que realmente Somos, la trampa se cierra un poco más.

Salvo muy contadas excepciones, nadie aún ha alcanzado la madurez del alma, el Despertar de la Conciencia, motivo por el cual, nuestro mundo perecerá, sus días están contados. El Gran Ser que es la Tierra, no quisiera volver a "sacudir su espalda", remodelarse, cambiar su Cuerpo y su Alma que sufren, pero si le obligamos a hacerlo no podrá actuar de otra forma, a pesar de su infinita paciencia y compasión. La Tierra, al igual que el Sol, espera nuestra transformación, nuestro Despertar, nuestra elevación, pero, también y, al igual que el Sol, sigue las Grandes Leyes Cósmicas y sabe que en un momento dado no podrá retrasar más su propia evolución en función de la nuestra.

Ese momento está ya muy cercano en nuestro tiempo terrestre. En ese momento, entonces, la Tierra tomará una nueva y "larga inspiración" seguida de una "gran expiración". Pocos, comprenderán esto, lo que significa. ¡Significa que el eje de nuestro planeta se modificará, se verticalizará! La hecatombe será traumática para la Humanidad entera, pues el cambio tanto en los planos físicos como sutiles será total si nada cambia en el género humano, de aquí a entonces.

Sin embargo, si tiene lugar esa transformación, ese Despertar del Espíritu que se espera, de una parte de la Humanidad -pues no toda la población terrestre está en disposición de conseguirlo-, ese cambio lo viviremos de diferente forma. Habiendo sintonizado nuestra frecuencia vibratoria con la del Corazón de nuestro planeta, la Tierra, pasaremos juntos a un plano de Vida más sutil y elevado, con otra comprensión de las Leyes que rigen en el Universo. Por esto, es urgente que la Humanidad tome conciencia de lo cerca que estamos de esta gran transformación y se prepare, tanto a nivel físico, mental y espiritual.

Pero, no nos equivoquemos, porque de ninguna manera se trata aquí de hacer una crítica a los hombres o mujeres que han emprendido un camino interior, de búsqueda de sí mismos. No, no se trata de reprobar los esfuerzos realizados por cada ser para volver a su Fuente, sino que se trata, simplemente, de evidenciar un aspecto de la mecánica humana que hincha el ego hasta rozar la intolerancia, la incoherencia, la crítica, el orgullo y la vanidad.

Cuando se contempla este mundo en profundidad, sorprende constatar que son muchos los que creen y se vanaglorian de haber alcanzado lo que se llama el Despertar de la Conciencia, y se sienten diferentes a los demás porque, simplemente, y como decíamos al comienzo, han leído algunos "buenos libros", o bien, han participado en seminarios de la "buena conciencia espiritual", en los cuales, han desarrollado métodos de desarrollo interno y de autoperfeccionamiento, o bien, tienen acceso a un determinado tipo de informaciones "online", o, a lo mejor, conocen algunos conceptos más o menos elevados que la inmensa mayoría de la población terrestre ignora o le cuesta asimilar... ¡SÓLO POR ESTO!

Sólo por eso creen, ingenuamente, saborear la dicha del Despertar del Espíritu, llegando incluso a manifestar un cierto orgullo, mal disimulado, acompañado de ese sentimiento de superioridad que les hace creerse por encima de los demás ignorantes mortales. Haciendo de todo ello, además, una moda en su propio entorno, una especie de "diplomatura de Iniciado" prefabricada, por haber "despertado", pero, en cuyo portal, que por lo demás, no han conseguido atravesar, siguen aún y, a pesar de todo, dormitando.

Es verdad que, el orgullo en un momento dado es un magnífico fermento para toda búsqueda interior. Pero, cuando esta búsqueda empieza a exudar un cierto barniz de "vanidad" en el exterior del ser, es que hemos caído en una trampa y olvidado la buena dirección. ¡La trampa es tan sutil que todos sin excepción y desde toda la eternidad, han caído en ella! ¡TODOS! Tan pronto como, en el camino que conduce al conocimiento de Sí mismo, un ser comienza a esbozar una toma de conciencia de índole espiritual, la vanidad y el orgullo de sentirse diferentes y superiores a los demás, hace acto de presencia. ¡Y, el orgullo, no olvidemos es hermano gemelo del poder!.

Hemos de saber que los primeros balbuceos o pasos hacia el Despertar del Espíritu, es decir, hacia el Reconocimiento de Lo Esencial en uno mismo y en todo cuanto existe, así como el descubrimiento del sentido de la ilusión y de las verdades fundamentales, generan siempre y sin excepción, algunos brotes de narcisismo y vanidad que habrá que pulir si queremos realmente saborear la dicha del Despertar de la Conciencia.

Podemos creer en la inmortalidad del Espíritu, y en la Ley de la Reencarnación; en la Ley de Causa y Efecto; en la existencia de vida inteligente en otros mundos; en la existencia en nuestro planeta de un Gobierno Mundial en la sombra..., y mil cosas más, sin embargo, la comprensión intelectual de todo eso no puede ser considerada suficiente, en absoluto, para conseguir, como algunos creen, el "título", o "diploma", del Despertar del Espíritu, el conocimiento de Uno mismo, de Sí mismo, la Liberación.

A la Fuente de toda vida, -el Sol- le importa muy poco, más bien nada, que creamos en la reencarnación, en la existencia de vida inteligente extraterrestre, en los OVNIs, que conozcamos las mil sutilezas de la enseñanza de Buda, que discutamos sobre la naturaleza del Sol-Cristo y del Maestro Jesús... porque, nada de todo eso nos proporcionará la varita mágica para salir de nuestro atolladero personal y global. Debemos comprender, de una vez por todas, que, la Fuente de todo cuanto existe no nos pide creer, o qué hacer, ¡sino SER! ¿Qué quiere decir "yo creo en esto, o lo otro"?

Quiere decir, que parto de la base de que quiero que esto, en lo que creo, sea verdadero, ya que necesito algo a que agarrarme para sostenerme, aunque, la verdad, es que no sé nada o casi nada. ¡Claro, no es que reclamemos un título de iniciado o maestro, pero..., de alguna manera se nos halaga y ensalza! En este mundo hay títulos o diplomas para todo..., de iniciado, de gran maestro, de gran sacerdote, de gran patriarca, de swami, etc., que podemos encontrar en muchos y variopintos "supermercados", también "online" de la "buena conciencia espiritual”. ¡Cómo no!

Por supuesto, no se está haciendo alusión a aquellos hombres y mujeres que, sin embargo, llevan estos títulos con dignidad y humildad, sino a aquellos que se creen diferentes, mejores que los demás, y se esfuerzan en comportarse de tal manera que todos lleguen a enterarse de que "saben", han "entendido", han "despertado", están en su "última encarnación", o bien, son la encarnación de María Magdalena, la de Juan el evangelista, la de Akhenatón, Nefertiti, la Virgen María, San Pedro... Más luego están los que sueñan con haber sido compañero del Maestro Jesús. Y aunque la mitad de los hombres y mujeres de la Tierra lo hubieran sido, ¿cambiaría algo eso, mientras los corazones sigan tan cerrados como lo están? ¡Es incomprensible que el género humano, aún no entienda qué es el Amor o la Compasión, lo que significan, y la llave que representan, en el camino de la evolución!

Hay docenas de personas que afirman ser la reencarnación de María Magdalena, docenas que afirman ser la reencarnación de Melquisedek, etc. Y, además, claro, cómo no, todos estos mencionados, son mejores que los demás, porque muchas personas vienen a beber de sus "cristalinas" fuentes de información rebosantes, ¿de luz? e incluso, les piden consejo.

Es, entonces, el tiempo del proselitismo y de conservar una autoridad sobre un pequeño grupo de "discípulos", de seguidores de la "buena conciencia espiritual". Es, entonces, el momento en el que uno se cree sabio y reúne unos pequeños cenáculos en torno a su persona. Claro, por supuesto, creemos saber, por fin, qué es lo que queremos y, sobre todo, ¡sabemos lo que le conviene a los demás, a todos los demás!

Es, entonces, también el tiempo en el que la Vida, en base al derecho del libre albedrío, nos deja experimentar la necesidad de tomar las riendas en nuestras propias manos. Y, así, en numerosos cenáculos y reuniones de seres que han emprendido un camino interior y se buscan a sí mismos, se suele observar un sentimiento de "elitismo" que genera un amodorramiento del Alma que impide el avance por la senda espiritual, en la buena dirección.

No olvidemos, y ocurre a menudo, que podemos muy bien llegar a concebir un concepto o una enseñanza de índole espiritual, sin que por ello la integremos, en absoluto, en nuestro corazón. Es decir, la inmensa mayoría de las veces, no somos consecuentes con lo que afirmamos ser, ni con el camino espiritual que decimos hemos emprendido. Hay mil maneras de cultivar el Despertar de la Conciencia y todas ellas son dignas en su esencia, pero en la práctica hay que reconocer que, a veces, las cosas son muy diferentes, porque si observamos bien los hechos vemos que sólo se pasa rozando las cosas y sin permitir que nuestro corazón vierta al exterior lo que se encuentra en su interior.

Nos consideramos, "espiritualistas", y proclamamos a los cuatro vientos, y para conocimiento de todos, que hemos "despertado", sin embargo, una persona está tendida en medio de la calle y pasamos de largo sin preocuparnos por saber qué es lo que le pasa; presenciamos un accidente y no nos detenemos a prestar ayuda; no tenemos tiempo para sentarnos a escuchar un corazón que sufre y que sólo pide ser escuchado, nos negamos a tender nuestra mano a aquel que nos suplica ayuda.., y mil ejemplos más que reflejan al instante lo poco, o nada, que transpira nuestro corazón la menor gota de Compasión. ¿Dónde se encuentran el Amor y la Compasión, ladrillos fundamentales con los que se construye, indefectiblemente, el Despertar del Espíritu?

Se equivocan, todos aquellos que creen que, por el hecho de acumular un montón de bonitas informaciones "espirituales"; denunciar la convulsa situación mundial actual, "teledirigida" por un Gobierno Mundial en la sombra; tener unos buenos libros en la biblioteca y haber leído mucho; haber participado en algunos seminarios o cursillos sobre métodos de desarrollo interno; tener acceso a fuentes de información "online"; o, por el hecho de conocer algunos conceptos "superiores", que puede que ignoren el común de los mortales..., ya han "despertado". ¡En absoluto!

La acumulación hasta la indigestión, de magníficas informaciones relativas al mundo del Alma y del Espíritu, por lo demás, práctica muy extendida actualmente, no representa más que una "acumulación de ilusiones", una trampa más. Pero, ocurre que, cuantas más "informaciones", o "nociones", acumulamos, ello no nos hace ser mejores sino que más cultivamos ese sentimiento de "superioridad" y de "sabiduría" que se infla en nosotros, engordando el ego hasta dejar traslucir el llamado "síndrome de biblioteca", es decir, la acumulación de informaciones hasta las náuseas. ¡¡Esto, sin embargo, no tiene, absolutamente, nada que ver con el aprendizaje e integración en nuestro corazón del Conocimiento que conduce al Despertar de la Conciencia, al reconocimiento de Lo Esencial en nosotros mismos!!

La inmensa mayoría de los que creen y se vanaglorian de haber alcanzado el Despertar, en realidad, no hacen otra cosa más que amontonar un determinado número de conocimientos e intentan, a veces, de una forma crispada, demostrar a los demás que poseen esos conocimientos y que están dispuestos a transmitírselos..., a cambio de nada, claro. La clave está en dejar de adueñarse de un conocimiento, pues el conocimiento no es patrimonio de nadie y se convierte en un simple saber intelectual en cuanto suscita crítica e intolerancia.

El camino del Despertar, es una experimentación sagrada. No es a través de la disertación de conceptos metafísicos, o filosóficos, o a la acumulación de bonitas e interesantes informaciones "espirituales" que se llega al conocimiento de Sí mismo, sino a través de la práctica, en los mil detalles de la vida cotidiana. Todo lo que debía ser divulgado para que el corazón del género humano entrase en fermentación, ha sido dicho, escrito y repetido, una y mil veces, y, ahora, sólo queda ponerlo en práctica. ¡Esta es la asignatura pendiente que aún arrastra la Humanidad!

Todavía son muchos los que creen en el fondo de su alma que la "búsqueda interna" y la vida cotidiana son dos cosas distintas. ¡Y, están equivocados! El camino hacia el Despertar de la Conciencia, la Gran Iniciación, reside más en esos mil detalles de la vida cotidiana que en las grandes teorías que a menudo deseamos poner en práctica y que suelen absorber la energía de toda una vida.

El Despertar, tampoco es cuestión de tiempo en el Gran Reloj del Universo, sino de decisión, de determinación personal. Se puede vivir no mañana sino ahora mismo y desde este mismo momento. Sólo se necesita dar un paso adelante con decisión firme y voluntad de compromiso de servicio a la Luz, al Sol, pero ello no debe situarnos jamás por encima de una Humanidad que se debate en sus contradicciones, sino más que nunca a su lado como un hermano mayor que ha rebosado su corazón de Amor y Compasión, y tiende su mano, fraternalmente. Todo Despertar individual es un acto decisivo para el Despertar general y, mientras no genere otros despertares, no podrá ser total. Seríamos como una gota de agua que no mojase nada de lo que tocara.

La Humanidad debe saber, que el Amor y la voluntad de amar, herramientas imprescindibles para alcanzar el Despertar, es decir, la dicha de saborear la Luz, no se implantará jamás a la fuerza, ni es una obligación ni una fatalidad, proviene siempre de una elección personal. La rueda de sufrimientos en la que aún se debate la población terrestre sólo evidencia que se ha elegido el camino equivocado y, a pesar de todo, se obstina en seguir por él. El hecho de que el género humano tenga necesidad de sufrir para experimentar el absurdo de ir por un determinado camino, es algo más que una realidad, pero que se empecine en seguir nadando en las mismas cloacas, repitiendo una y otra vez, como un disco rayado, los mismos esquemas ancestrales..., ¡es algo incomprensible! Por otra parte, ninguna fuerza divina es responsable de los sufrimientos y extravíos de la Humanidad.

Es verdad que hay mil maneras de cultivar el Despertar del Espíritu pero el camino que conduce a él es, indiscutiblemente, "subversivo". Subversivo, efectivamente, tan pronto como se vive en los mil detalles de la vida de cada día. El camino del Despertar, de la Liberación..., en un primer momento puede parecernos algo tan alejado que se asemejaría a un mito inalcanzable, tanto que, de entrada, puede asustar a la mayoría. Es mejor decir..., el camino de la dicha, el camino que conduce al descubrimiento del Amor es, sin ningún tipo de duda, subversivo, tan pronto como lo vivimos desde el momento que nos levantamos de la cama hasta que nos acostamos. Y, es ahí, en la vida cotidiana donde se forja el famoso Despertar del Espíritu, la Liberación, esa Gran Iniciación por la cual todos hemos de pasar, y, ¡no hay otro lugar mejor para ello! Ya no son necesarios los grandes templos, como se hacía antiguamente.

El camino del Despertar de la Conciencia, o lo que es lo mismo, y para que lo entendamos mejor, el camino del descubrimiento del Amor, es decir, el camino hacia el reconocimiento de lo Esencial en Uno mismo y en el Universo..., en efecto, es más subversivo de lo que jamás podríamos llegar a imaginar, pues cuanto más lo recorramos más nos hará nadar contra corriente en el fluir del río social, sin embargo, nos unirá cada vez más al sentido de la corriente de la Vida. Cuanto más pongamos nuestro corazón en lo verdadero, en lo constructivo, en la belleza, en lo auténtico, en lo sencillo..., más subversivos y "peligrosos" para algunos, sedientos de poder, nos mostraremos.

Y, ya para finalizar, solamente decir que, ¡cuando lleguemos a derramar una lágrima de Alegría ante una simple brizna de hierba o ante la memoria contenida en el corazón de una simple piedra..., entonces, será cuando empezaremos a comprender, realmente! Esta reflexión tan simple, ¿pueden comprenderla aquellos que creen y se vanaglorian de haber "despertado"?. ¡Sin embargo, esta comprensión es la base de la verdadera ascensión de la Conciencia, del Despertar del Espíritu!


Esta epístola está dedicada a todos aquellos hermanos y hermanas espirituales que, en su momento, asumieron un compromiso de servicio a la Gran Luz y..., se extraviaron. ¡Nadie juzga a nadie, pues siempre es uno a sí mismo, y, por cierto, a menudo con bastante dureza! Somos todos seres en evolución, y hemos aceptado ese riesgo, el de "caer". Sin embargo, hay que darles las gracias por ello. ¡"Caer"..., en el "no-Amor"! Escuchad...

Si se pidiera a los hombres y mujeres de la Tierra que se encarnaran en el cuerpo de un animal, con el fin de hacer evolucionar su reino..., ¡¡cuántos hombres o mujeres sabrían decir, "Sí"!! ¡Eso, es el Amor-Compasión, el más grande que puede haber, el Amor que palpita en el corazón de los seres procedentes de las estrellas, misioneros de la Luz, residentes en el mundo, temporalmente en el mundo, entre los hombres y mujeres del mundo! Ellos, han sido, en otros tiempos y, también en estos, "la sal y la levadura" que ha hecho avanzar, paso a paso, a la Humanidad de este mundo.


A pesar de todo, y después de milenios, aún la Humanidad no termina de comprender qué es el Amor, y "Lo" sigue aborreciendo. Una vez más, el género humano se deja guiar por las energías de la Oscuridad hasta situarse, inconscientemente, al borde de un abismo… ¡Una vez más, está a punto de naufragar por este motivo! ¡Sería, por tercera vez! Por eso, en alguno de los libros de la Tierra llamados sagrados, se dice:"Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie se salvaría, ni siquiera los escogidos...".


M. Zorrilla G.


Fuente//"La búsqueda del despertar"-Dalai Lama; "El que viene"-A y D Meurois Givaudan; "Por el Espíritu del Sol"-A y D Meurois Givaudan; "Visiones esenias"-Daniel Meurois; "El Conocimiento de Uno Mismo"- Krishnamurti.

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