Para
los hombres de la antigüedad el uso, por los “dioses”, de una
tecnología superior y desconocida hacía confundirlos o asociarlos con la
divinidad.
Plagada
está la mitología de todas las culturas de apariciones, presencia real y
tangible de seres inteligentes que controlaban los destinos del hombre,
convivían con los seres humanos mostrando sus rostros, eran visibles.
Para los hombres de la antigüedad el uso, por los “dioses”, de una
tecnología superior y desconocida por aquellos les hacía confundirlos o
asociarlos con la divinidad.
Con el paso de los siglos, algo
fuimos creciendo en conocimiento de nuestro entorno y multiplicándonos,
por lo cual los “dioses” establecieron un mecanismo más sofisticado de
control de su creación (nosotros) que consistió en crear linajes
sanguíneos – hibridaciones genéticas – de seres humanos que heredaban el
ADN de los “dioses”. Es así que en todas las culturas siempre se ha
señalado el “origen divino” de reyes, faraones y emperadores. Este
“origen divino” era producto de tener una madre terrestre y un padre que
era un “dios”, esto convertía a los reyes en semidioses (no eran de
“sangre pura”). Un mito que se repite en todo ser excepcional.
En
el origen, en la formación de los primeros linajes, éstos integraban en
una sola persona las funciones de rey y sacerdote (servicio a los
“dioses”), pero con el pasar de las generaciones, esos poderes recayeron
en linajes distintos, hasta el día de hoy. ¿Se entiende ahora por qué
tanta obsesión por los linajes de los que descienden la realeza en todo
el planeta?
Al parecer, algunos “dioses” no se fueron, han estado
siempre con nosotros sólo que ahora el control es a través de otros
mecanismos.
Nin Pu.a.bi
Según
el investigador Zecharia Sitchin (1920-2010) en su libro “Hubo Gigantes
en la Tierra” (2010) el Museo de Historia Natural de Kensington,
Londres posee en sus bodegas el esqueleto de una “diosa”
llamada Nin-Pu.a.bi junto con otros restos de las excavaciones
de Leonard Woolley (1880-1960) en Ur. Bastaría con realizarle acabados
exámenes al ADN mitocondrial
para encontrar la vinculación con el ADN extraterrestre, exámenes que
hasta la fecha no se han realizado o los han realizado secretamente, sin
divulgar los resultados.
Sir Arthur Keith (1866 – 1955) destacado
Antropólogo británico se refirió a los huesos craneales de esta “diosa”
del siguiente modo: “….que era miembro de una raza altamente
dolicocéfala (cabeza mucho más larga que ancha) y de gran capacidad
craneal”.
Hay muchos más cráneos dolicocéfalos por el mundo como
en el Museo Arqueológico de La Valletta en Malta, así como en el Museo
María Reiche en Ica, Perú. No son deformaciones voluntarias como se
señala en los folletos pues la capacidad craneal es el doble de la
humana.
Papa Juan XXIII, ¿Un contactado?
Hay
un caso que citaré sólo como un antecedente que ayuda a vislumbrar
tímidamente que detrás de las religiones está el fenómeno OVNI, como
sabiamente lo deduce Salvador Freixedo en su libro “Defendámonos de los
dioses” (1984).
Loris Francesco Capovilla, el
secretario personal del Papa Juan XXIII, escribió lo siguiente 20 años
después de la muerte del Papa. La noticia apareció en un diario
británico y el año 1985 (23 de julio), publicó la noticia el diario The
Sun. Parece que poca gente prestó atención.
El texto como nos ha
llegado dice: “El Papa y yo estábamos caminando a través del jardín una
noche del mes de julio del año 1961 en Castel Gandolfo, cuando
observamos sobre nuestras cabezas una nave muy luminosa. Era de forma
oval y tenía luces intermitentes de color azul y ámbar. La nave pareció
sobrevolar nuestras cabezas por unos minutos para luego aterrizar sobre
el césped en el lado sur del jardín. Un extraño ser salió de la nave,
tenía forma humana a excepción de su cuerpo que estaba rodeado de una
luz dorada y tenía las orejas más alargadas que las nuestras. Su
Santidad y yo nos arrodillamos, no sabíamos lo que estábamos viendo pero
supimos que lo que fuese no era de este mundo. Por lo tanto debía de
ser un acontecimiento celestial. Rezamos y cuando levantamos nuestras
cabezas, el ser estaba todavía allí. Esto nos comprobó que no era una
visión lo que estábamos viendo. El Santo Padre se levantó y caminó hacia
el ser. Los dos estuvieron alrededor de 20 minutos uno frente al otro.
Se los veía gesticular como si hablaran pero no se sentían sonidos de
voces. No me llamaron por lo que permanecí donde estaba y no pude oír
nada de lo que hablaron. Luego el ser se dio la vuelta y caminó hacia su
nave y enseguida ésta se elevó. Su Santidad dio media vuelta hacia mí y
me dijo: Los hijos de Dios están en todas partes aunque algunas veces tenemos dificultad en reconocer a nuestros propios hermanos”.
Una versión académica
Francis
Crick (1916-2004) bioquímico británico, descubridor junto a James
Watson en 1953 de la estructura del ADN, en 1981 afirmó la existencia de
una fabricación programada: “…que en sus orígenes nuestra especie fue
creada por una supercivilización galáctica”.
Cita extraída del libro “El Muñeco Humano” de A. Faber-Kaiser.
(Guioteca.com)
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