¿Qué tienen en común los Beatles, los Rolling Stones, Elton John, Bob Dylan, The Clash y Eric Clapton? De una u otra forma, todos ellos reconocieron haber sido inspirados por Buddy Holly, un chico de 22 años que en su corta carrera como músico revolucionó la historia del Rock.
¡Quién sabe lo que podría haber hecho si tan solo hubiera tenido unos años más para seguir haciendo música! Lamentablemente, la vida de Holly terminó de forma trágica el 3 de febrero de 1959. Con él, murieron también otros dos grandes del rock de la época: Big Popper, de 28 años y Ritchie Valens, quien con tan solo 17 años ya había producido hits como La Bamba y Donna.
Una última gira
Ser músico nunca fue cosa fácil y la situación no era diferente en los años 50. Holly había tenido una buena racha con su banda, The Crickets, con quienes había tenido varios éxitos incluyendo un número uno. Sin embargo, algunos problemas con su manager le impidieron cobrar las regalías que le correspondían como compositor.
Su reciente casamiento con su novia, María Elena, quien rápidamente había quedado embarazada, significaba que Holly necesitaba solucionar su situación económica cuanto antes. Fue entonces que accedió a formar parte de la Winter Dance Party Tour.
En esa gira lo acompañaron otras dos estrellas del rock de los 50. The Big Popper era el nombre artístico de Jiles Perry Richardson Jr., quien había empezado como DJ en Texas y luego había comenzado su carrera como músico con hits como Chantilly Lace.
También en la gira estaba Ritchie Valens, cuyo verdadero nombre era Richard Steven Valenzuela, un hijo de emigrantes mexicanos que con 17 años ya contaba con un sencillo, Donna, a punto de alcanzar el disco de oro.
Una decisión fatal
La gira estaba muy mal organizada: los músicos debían atravesar grandes distancias casi sin dormir en autobuses que carecían de calefacción. Varios ya se habían enfermado y un miembro de la banda de Holly incluso había tenido que ser internado por congelamiento extremo en los dedos de los pies.
Cansado de estas circunstancias, después de 11 noches de gira, Holly decidió contratar un avión para que los llevara rápidamente a su siguiente destino. Con él debían viajar los miembros de su banda: su bajista, Waylon Jennings, y su guitarrista Tommy Allsup. Sin embargo, Jennings cedió su asiento a Big Popper, quien estaba engripado, y Allsup tiró una moneda para disputar su asiento con Valens, quién ganó.
Las condiciones climáticas eran muy malas, a pesar de lo cual se le dio permiso a Roger Peterson, un joven piloto de 22 años, para despegar. El viaje, lamentablemente, duró muy poco. Por razones que al día de hoy no están claras, el avión cayó abruptamente en un campo matando a sus 4 tripulantes.
Un legado sin igual
Las noticias de la tragedia se esparcieron rápido. La industria de la música no estaba preparada para el éxito que suele seguir a muertes inesperadas como estas, pero pronto tuvo que adaptarse.
Los discos de Holly empezaron a venderse como pan caliente, no solo en Estados Unidos, sino también al otro lado del Atlántico, en el Reino Unido. No hubo grandes movilizaciones por la muerte de Holly, pero no cabe duda de que fue el comienzo de una leyenda.
Con tan solo 22 años, Holly ya había empezado algo que no se podría parar. Lennon y Harrison aprendieron a tocar la guitarra escuchando sus cintas. El primer sencillo de los Rolling Stones en Estados Unidos fue un cover de Holly: Not Fade Away. Elton John lo admiraba tanto que comenzó a usar lentes en honor a él… La lista de grandes artistas inspirados por Holly es realmente enorme.
En 1971, Don McLean se encargó de terminar de inmortalizar la historia y darle el nombre de «el día en que la música murió» con su canción American Pie. Si nunca habías prestado atención a la letra, es un buen momento para hacerlo:
fuente/Batanga
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios irrelevantes e irrespetuosos serán omitidos.