jueves, 15 de octubre de 2015

Los milagros de María Magdalena.



En la Edad Media, María Magdalena era una de las santas más populares entre los fieles del cristianismo. No solo se le atribuía haber llegado a las costas de Francia junto con Lázaro y Marta de Betania, sino con haber traído el cristianismo a Europa.

Las reliquias medievales de María Magdalena produjeron muchos milagros para los peregrinos que visitaban lugares como Vézelay y Saint-Maximin-la-Sainte-Baume, donde se construyeron iglesias y santuarios para ella.

Y aunque la devoción por esta santa decayó con el tiempo, sus milagros no cesaron.

María Magdalena y el milagro del huevo de pascua

En la iglesia ortodoxa oriental, María Magdalena nunca fue percibida como prostituta. Es una de las santas más veneradas por su papel en el Nuevo Testamento. Existe una historia que la convierte en la portadora de la fe cristiana, no en el sur de Francia, sino en Roma.
Después de la muerte de Jesucristo y su resurrección, María Magdalena visitó la corte del emperador romano Tiberio Julio César Augusto.

Llevaba en las manos un huevo blanco y cuando estuvo frente al emperador, exclamó: “¡Cristo ha resucitado!” El César se rió de ella y dijo que eso era tan imposible como que el huevo blanco que ella llevaba en la mano se volviera rojo.

Antes de que terminara de decirlo, el huevo se puso rojo. Este milagro convirtió a muchos al cristianismo en ese tiempo.

Hoy en día, los cristianos ortodoxos celebran la Pascua de Resurrección compartiendo huevos rojos, que representan la nueva vida y resurrección de Jesucristo.

Los milagros de la mano incorrupta de María Magdalena

En el monasterio de Simonopetra en el Monte Athos se encuentra la mano izquierda de Santa María Magdalena. Se dice que la mano está incorrupta, se mantiene cálida y que de ella emana un hermoso perfume.

También se dice que hace milagros.

En 1945 hubo un gran fuego en los bosques cercanos al Monasterio de Iviron. Los monjes de Simonopetra llevaron hasta el lugar del fuego la reliquia de Santa María Magdalena. Los dos monjes que la llevaban en las manos se acercaron al fuego, y mientras más se acercaban, más se alejaba el fuego. Los monjes hicieron una ceremonia de agua bendita y una suplicación, y cuando terminaron, el fuego había desaparecido.

En 1947, ocurrió un milagro similar en los bosques de Simonopetra gracias a la reliquia.

En 1911, en Galatista de Thessaloniki, una plaga de gusanos estaba destruyendo las plantas. La gente del lugar pidió que les llevaran la reliquia de Santa María Magdalena y una ceremonia de agua bendita. Los gusanos comenzaron a desaparecer inmediatamente.

En 1912, apareció una plaga de langostas en la región de Epanomis de Thessaloniki. Los residentes pidieron que les llevaran la reliquia, y después de una ceremonia de agua bendita y la suplicación a María Magdalena, las langostas se fueron.

Milagros modernos de María Magdalena

En Kawit, un lugar de las Filipinas, hay muchas personas devotas a la Magdalena que no dudan en contar los milagros que la santa les ha concedido. A una mujer llamada Milagros Solania-Que, le pidieron que recibiera a los peregrinos que llegan al pueblo por la Fiesta de Santa María Magdalena y ella accedió, a pesar de que su casa nunca bastaría para recibirlos. Ella le pidió a la santa patrona del lugar, María Magdalena, que la ayudara. Muy pronto ella y su esposo pudieron prosperar en su negocio y construir una casa más grande.
Otra vecina, Jovita Peregrino, dice que ella fue curada de cáncer por la intercesión de la santa.

Para los residentes de Kawit, María Magdalena ayuda a todos los que tengan intenciones puras.

La resurrección de María Magdalena

En el siglo 21, una reliquia de María Magdalena viajó de Francia a Estados Unidos, un signo de la avivación del culto a la santa. Pero no es la devoción de las reliquias, sino el redescubrimiento de una santa que personifica las ansiedades y aspiraciones modernas lo que ha revivido su culto.

Para algunos es la esposa de Jesucristo, para otros su discípula más capaz, una iluminada, el arquetipo del eterno femenino o el Santo Grial. Para la mayoría, es la parte que faltaba en la historia de Jesús: apóstol de apóstoles para un nuevo mundo en el que la mujer y el hombre se complementan pero no se limitan.

Es posible que el milagro moderno más grande de María Magdalena haya sido su poder de inspirar a muchas personas cuya fe en los milagros tiene que ver con el deseo de crear un mundo balanceado para todos los seres humanos.

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