Cuando un ovni sobrevoló Barcelona.
Un documento desclasificado de la CIA expone la posibilidad de un avistamiento.
El 21 de mayo de 1952 Barcelona se preparaba para la celebración del Congreso Eucarístico Internacional hasta el punto que, como si se tratara de un invitado especial, «La Vanguardia Española» hablaba de la llegada del arzobispo de Ottawa. Ese miércoles estaba prevista la posibilidad que hubiera algunos chubascos por la tarde. El periodista Valentín García fue uno de los que miró al cielo ese día, pero parece que vio algo más y no solamente un aviso de tormenta.
Eso es lo que demuestra un documento desclasificado por la Central Intelligence Agency (CIA) y que forma parte de una serie que fue dada a conocer el pasado mes de febrero, buena parte de ellos relacionados con la posibilidad del avistamiento de un objeto volador no identificado.
Valentín García, tal y como informó a la CIA, cruzaba la avenida de José Antonio –la actual Gran Via de les Corts Catalanes– en dirección a su redacción, cuando divisó algo extraño, demasiado extraño, en el cielo.
«Vi un objeto extraño volando a gran velocidad procedente del aeropuerto del Prat, a unos 2.000 metros desde el suelo, y dejando una amplia estela de humo», explicó el periodista a la Agencia. García incluso hizo algunas indagaciones para saber algo más de aquel aparato y pudo constatar que no era una aeronave de la que tuvieran conocimiento en los aeropuertos de El Prat y Sabadell. También apuntaba que había diferencias con los llamados platillos volantes porque no emitía «destellos de luz o que giren sobre un eje».
El reportero no fue el único en divisar aquella nave, siempre según lo que aparece en las páginas desclasificadas por la CIA. «Mis colegas de la oficina vieron el humo, pero no el objeto», recogía el documento. Un dato curioso es que cuando ya sobrevolaba Badalona, la nave o lo que fuera dejó de expulsar el tan llamativo humo, «desapareciendo por unos segundos, y reapareciendo, de nuevo emitiendo humo varios kilómetros después». En la redacción del diario, del que no se dice el nombre en ningún momento, pronto empezaron a sonar los teléfonos con barceloneses llamando y proclamando que habían visto la misma nave humeante de la que hablaba Valentín García.
Y hay algo más, aunque solamente tenemos una referencia en los papeles de la CIA. Se sabe de la existencia de una fotografía que, por desgracia, parece que sigue clasificada porque no aparece en la remesa documental liberada el pasado mes de febrero. Fue captada por Francisco Andreu y, según la descripción de la nota, «muestra una franja diagonal». Curiosamente se dice que la fotografía fue tomada el 17 de mayo, pese a que la información es del 21 de ese mismo mes. ¿Una distracción del funcionario?
Lo que sí parece seguro es que ese incidente, del que sabemos su existencia gracias a un periodista que se se comunicaba con la CIA, llamó la atención de la agencia estadounidense.
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