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domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Quién es Dios, para los seres más avanzados de la Galaxia?




Escúchadme bien... En todos los universos en los que la conciencia alcanza una cierta forma de madurez, la noción de Dios, en el sentido que comúnmente es admitida sobre la Tierra, es considerada como absurda y no corresponde a otra cosa que a algo pueril y primario. En estos espacios y en estos mundos, todos y cada uno comprenden bien que Dios no es una persona, sino una Fuerza, un Campo de Conciencia total que tiene la particularidad de expandirse continuamente así como de crecer a través de nuestro propio crecimiento.

Para mis semejantes, el nombre de Dios intenta simplemente definir un impulso de Amor incalificable. Este nombre esboza la realidad de un Poder imposible de delimitar que no privilegia lo humano respecto a los otros reinos... Un Poder que se expresa análoga y permanentemente en todos los ámbitos que la onda de Su conciencia genera, empapa y mantiene... ¡es decir Todo!. Y, contrariamente a lo que se cree, todo esto no es serio, ¡entiendes!. Es alegre..., incluso si mi vocabulario requiere un pequeño ejercicio de abstracción.

Entonces, en mi mundo, Dios ha dejado desde hace tiempo de ponerse la máscara de un sabio con barba o de ser asimilado a un dedo justiciero que responde a una moral humana. Al contrario, deja que nos acerquemos suavemente, como la Conciencia Superior amante y efectiva a cuyo motor contribuimos constantemente. ¡Ah no, Dios, si insistes en este nombre, nunca castiga ni recompensa!. ¿Por qué no deshacerse de un esquema tan anticuado y ridículo?. Dios representa para nosotros ese equilibrio de justicia y armonía que hace que toda forma de vida se autorregule y crezca acercándose constantemente a la Fuente que la ha generado y en la que participa con su sola presencia.

Así, la idea de resurrección y el sentido profundo de la Pascua adquieren otra dimensión..., confirman la noción de matrimonio, de fusión o incluso de reencuentro con esta Fuerza de Amor primordial que no nos había abandonado nunca, pero que, habíamos olvidado.

-¡Entonces, el problema es el olvido!.

-¡El olvido..., en la ilusión del Tiempo!. El problema, o más bien la solución, reside en la superación de esta paradoja.

En realidad, es como si dijéramos que todo, absolutamente todo, es =indefinidamente indisociable de este fabuloso campo de hiper-conciencia que llamamos Fuerza Divina. No hay nada que sea ajeno a Su Presencia, incluso en el centro del átomo más pequeño de todo lo que existe.

Una Presencia tal es un estado de hecho que ni siquiera necesita que creas o no en ella. Cada ser, cada elemento del universo, por ínfimo que sea, puede por consiguiente concebirse como una parcela noble de la Divinidad, la cual, ha aceptado la aventura de perderse y olvidarse en su propia Creación... Y eso con el fin de empujar a esta última cada vez más lejos.

Sí, así es... Entonces, ¡escribe bien que el anciano con barba que los hombres han hecho a su imagen y semejanza, es decir, que piensa a la manera de un terrestre, que prefiere un Pueblo a otro y dicta sus leyes de una vez por todas como redactaríamos los reglamentos de una clase, hace estallar de risa al Pueblo de las estrellas!.

-Si tenéis esta actitud respecto a la noción de Dios, lo que me parece perfectamente lógico, imagino que no os adaptáis a ninguna religión...

-Tienes razón. ¡Simple cuestión de coherencia!. Finalmente, ¿qué es una religión sino un credo, combinado con un código de vida y un conjunto de ritos destinados a dar una esperanza, un ideal y un soporte moral a todo un pueblo?. Como la meditación, la religión no tiene nada de un objetivo en sí misma. Puede compararse a una escalera o a un camino que serpentea más o menos y que debemos respetar como tal.

Pero escúchadme bien... Cuando nos damos cuenta claramente de que llevamos, de hecho, el trazado de este camino en nosotros, o que los barrotes de la escalera están dibujados desde siempre en la pantalla de nuestro corazón, entonces todo toma otro relieve, otro color, otro valor. Tenemos ganas de respirar por nosotros mismos, y nos ponemos a mirar a las religiones como a tantos padres o madres sobre los que hemos tenido necesidad de apoyarnos temporalmente para encontrarnos a nosotros mismos. Si puedo permitirme hablarte de una forma muy directa, incluso chocante, te diré que vemos las religiones terrestres como últimos recursos hasta ahora inevitables y verdaderamente necesarios.

... Nosotros, hemos evacuado hace mucho tiempo, las doctrinas políticas al igual que nos hemos desecho de los dogmas religiosos. ¡Estos dos campos funcionan en virtud de los mismos principios, sabes!. El objetivo de una doctrina o de un dogma es siempre convencer de su primacía sobre los otros. Por tanto, hay que alistar al mayor número de individuos para engordar las tropas y dominar. Es una mecánica pueril siempre basada en la fragilidad mental y emocional de las poblaciones. ¿No te has dado cuenta nunca hasta qué punto las ideologías políticas funcionan bajo idénticos principios a los de las religiones y lo que hoy llamáis sectas?.

Ambas, solamente autorizan una ilusión en la libertad de pensar y de ser, y puedo afirmarte que vuestro condicionamiento es tal, que no veis hasta qué punto han suscitado verdaderas "religiones laicas".

¡No, el único director de orquesta que nos sincroniza, nos armoniza y acarrea nuestras decisiones es el sentido común!... Y, el sentido común, hace tiempo, mucho tiempo, que hemos aprendido que pasaba por el respeto, la compasión y el amor. Así que, date cuenta, las filosofías, cualquiera que sea la tendencia, siguen siendo radicalmente, a nuestros ojos, juegos intelectuales que ya sólo cautivan a los niños y adolescentes persuadidos de ser =adultos.

Vosotros también aprenderéis, un día de estallido, a extirpar de vuestras entrañas el reflejo doloroso de peleas doctrinales. Por el momento, estáis hipnotizados, condicionados a creer que sois más que nunca vosotros mismos, libres de vuestros pensamientos, e íntegros. ¡Sin embargo, te vuelvo a repetir, vuestras almas y corazones se han dormido, y por tanto, vendido a esquemas que no tienen más consistencia que el viento!.

... Lo que aquí te afirmo no intenta censurar la grandeza de los Maestros de Sabiduría que han inspirado dichas religiones. Estos son, sin duda alguna, seres-raíz, por los principios que han encarnado. No obstante, no son de ninguna manera los fundadores de las religiones que llevan su nombre. Los credos, los conceptos petrificados, los ritos, las obligaciones y las prohibiciones que han surgido tras ellos son invenciones humanas, pequeños puntos de referencia que vuestras personalidades y vuestros apetitos reclaman.

En innumerables ocasiones, desde hace millones de años, hemos intentado que guardaseis las distancias frente a este esquema, pero cada vez se ha producido el mismo fenómeno: el rechazo casi inmediato a concebir un horizonte ilimitado y la diligencia por construir murallas con el fin de delimitar el posible despliegue de los pensamientos... Y de la conciencia.

Delante de estos reflejos muy terrestres, puedo admitir que mi Pueblo ha llegado a sentir hastío. Sí... Estas palabras te parecen extrañas en mi boca, ¿verdad?.

-La verdad es que es difícil imaginar la decepción o el desánimo en seres como vosotros...

-¿Por qué?. Te repito que no estamos hechos de una esencia diferente de la vuestra. Por consiguiente, ¿por qué la problemática y las contrariedades no serían también nuestro destino?. 

Lo que nos hace diferentes es simplemente la altitud con la =que hemos aprendido a volar en nosotros mismos y, por extensión, por encima de la trama de los fenómenos. Nosotros también hemos conocido los meandros de vuestro pensamiento colectivo y hemos experimentado las vías muertas y los callejones sin salida. Simplemente, nosotros no nos hemos quedado atrás y esto es lo que crea la distancia que constatas. No obstante, esto no significa que seamos seres que declinan el "yo soy" sin interrogaciones, ni fisuras. Nosotros somos, ante todo, corazones constantemente preparados para amar más y abiertos a otras metamorfosis. ¡Retirad por tanto de vuestra mente toda idea de una raza de semi-robots sin emociones ni debilidades posibles cuando penséis en los..., no terrestres!.

Puesto que estábamos hablando de religiones, seguro que no te descubro nada diciéndote que mi Pueblo ha favorecido la implantación de algunas de ellas sobre la Tierra en periodos en los que las religiones eran, con toda evidencia, las únicas muletas concebibles para una Humanidad que se buscaba demasiado. 

Pero desgraciadamente, hay a menudo un enorme foso entre un ideal que implantamos y la realidad que lo suplanta. Es la razón por la que las religiones, salvo raras excepciones, se han convertido rápidamente en estructuras dirigidas por humanos cómodamente instalados en su poder. Así, las religiones se han convertido sin quererlo en máquinas complejas que encierran y condicionan las conciencias en lugar de propulsarlas hacia horizontes más amplios.

Sin duda mis afirmaciones serán consideradas mordaces, pero no pienso buscar otras, pues ya es hora de liberarse finalmente de toda tutela moral o de toda forma de intervencionismo espiritual. Te lo digo sin aspereza, la mayoría de vuestros responsables religiosos siempre han sido, y son, primero dirigentes, es decir, jefes jerárquicos que practican una política rígida con el fin de garantizar la continuidad y la cohesión de sus dogmas. Aunque quisieran cambiar el orden de ese funcionamiento no podrían, ellos mismos han caído en las redes de las organizaciones, ahora tentaculares, mediante las cuales todas, las necesidades de poder personal de su entorno intentan darse satisfacción.

-¿No ves esos comportamientos como una forma de fatalidad, ya que hablas de vuestros esfuerzos repetidos y constantemente frustrados?. 

¿Podremos algún día romper tal mecanismo de funcionamiento erróneo?. Y después... si reaparecéis hoy con fuerza, ¿es porque os parece que la información es diferente?.

-Efectivamente son diferentes porque, a pesar de todo, la población terrestre envejece... Quiero decir que madura en comprensión, aunque no parezca evidente a primera vista.

Nuestra esperanza reside sobre esta parte de vuestro mundo que tiene acceso a un máximo de datos, pues es en el seno de la información donde se sitúa una de las soluciones al problema tal y como se presenta actualmente.

¿Crees que todas las condiciones requeridas para una apertura del campo de la conciencia pueden surgir del corazón de los pueblos cuya primera preocupación es la supervivencia diaria?.

La población de la Tierra, globalmente llamada occidental, es la que tiene la responsabilidad sobre lo que pase en los próximos años. Ella es la que sin duda posee el código de apertura de las puertas que conducen a una visión diferente de las cosas.

Los occidentales, entre los que estás tú, o más bien aquellos que tienen acceso a la cultura occidental, no tienen excusa hoy para no replantearse su vida. Sus necesidades elementales están más que satisfechas y pueden acceder a un gigantesco depósito de información. Es con ellos con los que contamos. En la "batería psíquica" que representan. Pero, para ello, hay que derrumbar el muro de la retención de datos edificado por algunos dirigentes-censores de la información. Una buena parte de tu sociedad estaría lista para dar un giro hacia una comprensión más amplia y más amante de las cosas de la Vida. 

Lo único que le falta son ciertos impulsos capitales contra los cuales lucha una cierta conspiración del silencio... Una conspiración orquestada por una minoría, de apetitos egoístas que condiciona y esclaviza la herramienta indispensable que representan los MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

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Fuente/ Este es un mensaje -una parte-, efectivamente, extraterrestre. De un ser extraterrestre de polaridad femenina, y transmitido por vía telepática a uno de los más prestigiosos "emisarios de las estrellas", o también podríamos decir, a uno de los "enlaces" más importantes entre el Cielo y la Tierra, uno de los "dos olivos": Daniel Meurois. Autor de "Visto desde Arriba", Ed. Isthar Luna-Sol. (¡¡Una pequeña observación... estos seres de las estrellas, de una evolución inconcebible para la mente humana, siempre que se refieren a nuestro planeta nunca jamás utilizan el término tan de moda: "Gaia", sino que siempre lo denominan: la Tierra, o bien, el planeta azul!!).

Por M.Z.G.