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martes, 11 de abril de 2017

La teoría de grafos arroja luz sobre el origen de la conciencia.

Un estudio matemático revela que, cuando somos conscientes de algo, el cerebro entero se vuelve más conectado



Investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en EEUU, han utilizado la teoría matemática de grafos para estudiar la conciencia en el cerebro. Lo han hecho porque la comunicación de la información entre diversas regiones cerebrales -que hace posible nuestra conciencia- conforma una red compleja, similar a la de las redes sociales o de las rutas de vuelo. Sus resultados demuestran que, cuando somos conscientes de algo, el cerebro entero se vuelve más conectado (todas sus áreas se interconectan entre sí), y no solo se activan en él algunas regiones específicas. Por Yaiza Martínez.



Los puntos negros corresponden a las 264 áreas de la corteza cerebral que los investigadores analizaron; y las líneas a la fuerza incrementada de las conexiones funcionales entre dichas áreas, cuando los participantes en el estudio percibieron conscientemente el disco. Los colores cálidos están asociados con conexiones más fuertes. La figura ilustra que la conciencia de un objetivo está asociada a un aumento generalizado de la fuerza de las conexiones funcionales del cerebro. Imagen: Marois / Godwin. Fuente: Universidad de Vanderbilt.

La conciencia sigue siendo uno de los mayores enigmas de la ciencia, pues aún no se sabe bien cómo la produce nuestro cerebro. Por otra parte, la teoría de grafos (o de gráficas) es una rama de las matemáticas que estudia las interrelaciones entre los componentes de redes complejas, como las redes sociales o las rutas de vuelo de los aviones. 

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en EEUU, ha utilizado la segunda para estudiar la primera, es decir, ha aplicado la teoría de grafos al estudio de la  conciencia. Lo han hecho porque la comunicación de la información entre diversas regiones cerebrales -que hace posible nuestra conciencia- también conforma una red compleja. 

Buscando la comunicación 

Según explica la Universidad Vanderbilt en un comunicado, las teorías modernas sobre las bases neuronales de la conciencia se dividen generalmente en dos campos: focal y global. Las teorías focales sostienen que hay áreas específicas del cerebro que son fundamentales para la generación de la conciencia, mientras que las teorías globales defienden que la conciencia surge de cambios a gran escala en la actividad del cerebro. El presente trabajo parece dar la razón en parte a ambas teorías. 

Para llevarlo a cabo, los investigadores reunieron a 24 miembros de la comunidad universitaria y los sometieron a un experimento con fMRI (imagen de resonancia magnética funcional), que es una técnica que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada. 

Mientras los participantes eran sometidos a este escáner, se les pidió que detectaran un disco que aparecía brillando, brevemente, en una pantalla. Cada vez que esto ocurría, debían responder si habían podido detectar dicho disco, y el grado de confianza que tenían en su propia respuesta. 

Los investigadores tomaron los informes de “alto nivel de confianza” como “pruebas de conciencia” y aquellos en que el disco ni siquiera había sido visto por los sujetos como “pruebas de inconsciencia”. 

Con el escáner fMRI determinaron entonces qué partes del cerebro estaban activas en las pruebas de “conciencia” y en las de “inconsciencia”. Constataron que solo unas pocas áreas del cerebro mostraban mayor actividad durante la detección del disco que cuando este no había sido detectado. 

Este punto ya había sido determinado en estudios previos. La novedad del presente trabajo es que en él, además, los científicos analizaron cómo dichas áreas cerebrales activadas durante las “pruebas de conciencia” se comunicaban entre sí.

La conciencia en la conexión entre redes 

Este enfoque de red reveló que ninguna región de la red de áreas cerebrales destacó como más particularmente conectada durante la “prueba de conciencia”: cuando el disco fue percibido claramente, el cerebro entero se volvió más conectado. 

Por tanto, señalan los investigadores, la conciencia parece romper la modularidad de las redes cerebrales: “Sabemos que hay numerosas redes cerebrales que controlan funciones cognitivas diversas, como la atención o el lenguaje, con cada nodo de cada red densamente interconectado con otros nodos de la misma red, pero no con otras redes. La conciencia parece romper esta modularidad de las redes, ya que hemos observado un incremento amplio en la conectividad funcional de todas ellas durante la conciencia”. 

La conciencia como propiedad emergente 

Los resultados sugieren que es probable que la conciencia sea unproducto de la comunicación generalizada entre las diversas regiones cerebrales; y que sólo podemos informar de que hemos visto cosas una vez que estas son representadas en el cerebro de esta manera global. 

También señala que no habría una parte del cerebro que sea el "asiento del alma", como escribió René Descartes sobre la glándula pineal: la conciencia sería una propiedad emergente de la propagación, por todo el cerebro, de la información a actualizar. En otras palabras, sería fruto de la comunicación generalizada entre las redes cerebrales. 

La conclusión recuerda a la definición de “yo” señalada por el profesor de ciencias cognitivas de la Universidad de Lund, en Suecia, Peter Gardenfors : el ‘yo’ sería un fenómeno emergente, una propiedad que surge de una red de funciones cognoscitivas relacionadas entre sí, según ha explicado el neurólogo Francisco J. Rubia. 

También hace pensar en un estudio realizado en 2010 por investigadores de la compañía IBM. En este, los científicos elaboraron un mapa de la compleja red de conexiones neuronales entre las distintas regiones del cerebro de un macaco para tratar de ubicar en el cerebro algunos procesos cognitivos superiores, como el pensamiento y la conciencia. Se descubrió que el núcleo de dichos procesos en realidad no estaba situado en ninguna parte concreta del cerebro, sino que se extendía por diversas regiones, como el córtex prefrontal, el lóbulo temporal, el tálamo, el córtex visual y otras. 

Una búsqueda multidisciplinar 

La fascinante búsqueda de explicación sobre el origen de la conciencia continúa, en los últimos años gracias a las tecnologías que permiten observar al cerebro “en acción” y a la utilización de disciplinas diversas, como las matemáticas en este caso. 
Sir Roger Penrose (Profesor Emérito de Matemáticas en la Universidad de Oxford) y Stuart Hameroff ‎ (anestesista y profesor de la Universidad de Arizona) están intentando también usar la física cuántica para comprender la conciencia. 

Con ella han intentado determinar si esta evolucionó a partir de procesos complejos entre las neuronas del cerebro –como defienden la mayoría de los científicos- o es “previa” a los procesos del cerebro, es decir fruto de una estructura cuántica ‘proto-consciente’ que le habría “dado forma”. 

El físico norteamericano David Bohm ha propuesto por su parte que, al igual que la materia genera estados macroscópicos de coherencia cuántica, el cerebro podría aprovecharse de estas propiedades físicas y cohesionarse formando un todo.

fuente/tendencias21.net


viernes, 3 de febrero de 2017

ESTE FÍSICO ASEGURA QUE LA CONCIENCIA PODRÍA SER UN ESTADO DE LA MATERIA.

ESTA DESAFIANTE HIPÓTESIS SUGIERE QUE LO QUE CREÍAMOS SOBRE LA CONCIENCIA PODRÍA ESTAR MUY ALEJADO DE LA VERDAD.

Los científicos no suelen hablar mucho de la conciencia. Aunque es una de las características que suelen enlistarse al momento de distinguirnos de otros seres, definirla o explicarla resulta intrincado: no es algo observable y mucho menos medible, es un laberinto que pocos se atreven a explorar desde la ciencia.

Lo que es innegable es que la conciencia existe y, así como la materia o la energía oscuras, puede ser utilizada para explicar algunos vacíos teóricos dentro de nuestro actual modelo físico.

Pese a que esto aún se encuentra en el campo de la especulación, el cosmólogo y teórico físico, Max Tegmark del MIT, propone que así como existe la materia en estado líquido, sólido y gaseoso, la conciencia podría tener una manifestación física que permite el proceso de cierta información que da forma a nuestra subjetividad.

La física y la química, al estudiar distintos estados de la materia, descubrieron que sus comportamientos no dependían tanto del tipo de átomos que los componían como del patrón que sus éstos adopotaban. Para Tegmark, la conciencia puede ser entendida como otro estado de la materia que puede actuar de muchas maneras, igual que toda la variedad de líquidos que existen, y que se podrían identificar sus características generales.

A grandes rasgos, propone que puede ser interpretada como un patrón matemático que resulta de cierto número de condiciones que dan forma a distintos tipos de conciencia. Descubrir en qué circunstancias se desarrollan distintos tipos de conciencia nos ayudaría a definir diferencias y similitudes entre animales, humanos y computadoras.
Este trabajo fue basado en la teoría de la información integrada (TII) del neurocirujano Giulio Tononi, de la Universidad de Wisconsin. De acuerda con ésta, para comprobar que algo tiene conciencia hacen falta dos elementos: primero, capacidad para almacenar, procesar y recordar vastos pedazos de información; segundo, que dicha información consituya un todo y resulte indivisible. Así, la conciencia en un ser tendría que estar compuesta de información que no pueda funcionar de manera independiente o ser separada.  

En entrevista para The New York Times, Tononi supone que algunos dispositivos simples podrían tener algunos destellos de conciencia, lo que no implica un sistema complejo, sino unidades más pequeñas a las que llamó phi, utilizadas para medir el grado de consciencia.

Tegmark, al retomar el trabajo de Tononi, dividió a la conciencia en dos estados de la materia: Elcomputronium, que serían las capacidades de almacenamiento y procesamiento de información, y el perceptronium, que incluye todas las anteriores más la condición de funcionar como un todo indivisible. Además identificó los cinco principios básicos que podrían utilizarse para distinguir a la materia en conciencia de otras formas físicas de la materia: la información, la integración, la independencia, las dinámicas y los principios de utilidad.

El gran problema radica en que no hay forma confiable de medir esto.
Otros intentos que apuntan hacia este camino son los grupos que buscan transferir conciencias humanas a cuerpos artificiales o la explicaciones de un grupo de físicos suizos que sugiere que la conciencia existe en laspsos temporales diminutos separados por milisegundos.

En todo caso, y como ha sugerido Matthew Davidson de la Monash University en Australia, aún no sabemos mucho sobre la conciencia pero se hace cada vez más evidente que debemos comenzar a pensar en ella lejos de las fronteras de lo humano. 

feunte/pijamasurf.com

martes, 18 de octubre de 2016

La Consciencia y la Energía son lo mismo.

Resultado de imagen de consciencia y alma


LA CONCIENCIA Y LA ENERGÍA SON LOS DOS ASPECTOS ESENCIALES DE LA REALIDAD MÁS PROFUNDA; ÉSTA ES UNA VISIÓN SOSTENIDA POR EL BUDISMO, EL HINDUISMO Y OTRAS TRADICIONES NO DUALES QUE CONCIBEN EL UNIVERSO DESDE UNA ONTOLOGÍA DE SÓLO LUZ.

La teoría de Einstein, con su famosa fórmula E = mc2,  sugiere que la energía y la materia no son dos cosas separadas, sino dos aspectos de lo mismo. Las cosas pueden verse como objetos sólidos y separados de los demás o también –quizá de manera más acertada– como oscilaciones de energía en el espacio o excitaciones en el vacío que están constantemente surgiendo y desapareciendo. 

Si bien esta implicación de la teoría de Einstein es aceptada por la ciencia, por otro lado, seguimos arrastrando la visión cartesiana de una diferencia irreconciliable entre mente y materia, la cual influye profundamente en nuestra concepción del mundo, y nos cuesta más trabajo ver a la mente también como materia (o a la materia como mente y no como dos cosas separadas). Por añadidura, nos cuesta concebir también a la energía como mente y a la mente como energía (pese a que nuestra experiencia nos dice que nuestros pensamientos afectan nuestro cuerpo y su capacidad de hacer algo, es decir, nuestra energía). Sin embargo, existen otras tradiciones, menos materialistas y dualistas que la ciencia moderna, que sostienen que la energía y la conciencia son dos aspectos de la realidad fundamental del universo y que, como la energía y la materia, son convertibles.

Hace unos años el físico Richard Feynman escribió: "Es importante notar que en la física actualmente no tenemos un conocimiento verdadero de lo que es la energía". Con esto se refería a que la conservación de la energía es un principio matemático abstracto, y no se tiene una noción concreta de lo que es la energía. Esto parece reflejar una de las paradojas de la ciencia, que si bien es capaz de producir modelos teóricos funcionales del universo que a veces logran traducirse en tecnología, no es igual de proficiente cuando se trata de explicar la naturaleza de una forma que incluya nuestra experiencia de la misma, ni tampoco resuelve cuestiones sobre el significado, el sentido o la esencia de las cosas –lo cual tradicionalmente es la dimensión de la metafísica–. La ciencia en este sentido reconoce sus limitantes, se dedica a describir la realidad más que a encontrarle sentido. Y, en este caso, su modelo de realidad no es suficiente, ya que, como seres humanos encarnados en el mundo, experimentamos una relación intensa y vívida con la energía, la cual buscamos entender en un nivel que haga sentido con nuestra experiencia subjetiva de la misma, es decir, con nuestra conciencia de la energía. 

Quizá la ciencia moderna no tiene un modelo satisfactorio para entender qué es la energía por la misma razón que no tiene un modelo satisfactorio sobre la conciencia, lo que se conoce como el problema duro de la ciencia, puesto que, como argumentaremos aquí, la conciencia y la energía están estrechamente unidas.

En la medicina tibetana se dice que "el rlung es el caballo en el que se sube la mente", rlung es equivalente al prana del hinduismo, al chi de la medicina china, al mana de los nativos americanos y al pneuma de los griegos; un término que se traduce como energía o aliento vital. De manera similar, en el qi-gong (o chi-kun), afianzado en la medicina tradicional china, se dice que a donde se dirige la atención, ahí le sigue el chi, y se usa el término dao-yin, lo cual hace referencia literalmente a dirigir la energía y también a una práctica ascética de utilizar la intención para dirigir la energía por los diversos canales para desbloquear puntos que se han obstaculizado, muchas veces debido a factores emocionales (notablemente en la medicina china las emociones son consideradas como vientos internos, es decir corrientes de energía, y están ligadas a ciertos órganos y elementos en un flujo de transformación interna).

Para estas tradiciones la energía no es un concepto abstracto, invisible o remoto, sino que es una realidad cotidiana que permea toda las dimensiones de la existencia. David Frawley explica el significado de prana en el hinduismo:

Prana tiene muchos niveles de significado, desde el aliento hasta la energía de la conciencia en sí misma. Prana no sólo es la fuerza vital básica, también es la forma maestra de toda la energía que trabaja al nivel de la mente, cuerpo y vida. En realidad, todo el universo es una manifestación de prana, que es el poder creativo original.

En realidad el yoga y el tantra no son más que sistemas que mapean la relación entre la conciencia y la energía y crean modelos para experimentar en el cuerpo su unidad, la cual es representada como la unión entre Shiva y Shakti. Shiva, en sistemas como el tantrismo de Cachemira, simboliza la conciencia absoluta y Shakti significa la manifestación de esa conciencia que no tiene forma. Al manifestarse esa conciencia, es el mundo; la conciencia se despliega como la energía de Shakti y el poder de la manifestación de existir como cualquier cosa. Ram Dass lo dice poéticamente: "La madre (Shakti, la diosa) es el instrumento para transformar el espíritu en materia. Entender que toda forma es espíritu vuelto materia es ver que en el origen del mundo de la materia yace la madre". En otras palabras, aquí nos está diciendo Ram Dass que la energía (Shakti) es el instrumento para que la conciencia o espíritu se haga manifiesto en la dimensión de la experiencia, para que pueda experimentarse a sí misma (a través de nosotros que somos sus extensiones). Esto es lo que significa el mantra Sat-Chit-Ananda, la manifestación del ser, que es pura conciencia, como gozo. Abhinavagupta, el más grande maestro tántrico del shivaísmo, escribe que "la conciencia está hecha de luz y gozo". Quizás esto mismo había entendido William Blake cuando escribió: "la energía es delicia eterna".

La relación entre Shiva y Shakti es poéticamente representada en el cuerpo a través del despertar de la energía kundalini. Shakti, la diosa dormida en la forma de una serpiente enrollada en la columna, despierta y se eleva por el cuerpo en un torrente de energía liberando los nudos de los nadis hasta alcanzar la corona donde duerme Shiva (quien es representado como un yogui meditando absorto en samadhi en la cima de una montaña o en la flor de loto de los mil pétalos). Cuando se realiza la unión de Shiva y Shakti (el hierosgamos de la conciencia y la energía en el microcosmos que es el cuerpo) no sólo se libera una energía alquímica que se derrama por el canal central, particularmente vertiendo gotas de ambrosía en la copa del corazón, se produce paralelamente (y este es el objetivo) un estado de conciencia en el que el individuo se fusiona con la divinidad y experimenta la totalidad del universo subjetivamente (Atman se vuelve Brahman). En cierta forma, es la energía que se libera la que funciona como el soporte de esa conciencia. Desde la perspectiva relativa del individuo, la divinización o la percepción de toda la realidad como teofanía no es posible más que a través de una cierta descarga o concentración de energía. La práctica tántrica es esencialmente una metodología que se utiliza para liberar esta energía que sostiene una percepción del mundo como el cuerpo de la deidad, donde todas las apariciones son fenómenos libres de sufrimiento que se transfiguran en gozo estético y en gnosis no dual. 

Abhinavagupta escribe en su Tantraloka

La realidad suprema (param tattvam) de lo cognoscible es Shiva, pura luz consciente (prakâsa), porque lo que no es luz consciente no puede llegar a ser luminoso ni tener existencia real.

El término sánscrito prakâsa es usado por Abhinavagupta para designar la unidad entre la conciencia y la luz. Lo que nos lleva al entendimiento más fino de este artículo: la luz como la síntesis de la energía y la conciencia. Y es que la luz para diversas tradiciones religiosas esotéricas, en Occidente y en Oriente, engloba tanto a la conciencia como a la energía; es justamente aquello que sella esta unidad entre la mente y su manifestación. Esto es interesante porque la luz, sin quererla definir científicamente, nos remite a algo que no es del todo material, pero que es lo que nos permite percibir la materia, y como si fuere, teje un puente entre el mundo físico y la experiencia del mismo (la luz es, regresando a la cita de Ram Dass, el instrumento para materializar o revelar el espíritu). Asimismo, tenemos todas estas metáforas que igualan a luz con la inteligencia o con la sabiduría, como si fuera una energía cargada de pura conciencia. La luz de manera muy intuitiva parece comunicarnos la idea de energía y de conciencia al mismo tiempo. 

En las religiones abrahamicas la luz nos remite siempre a la creación (el fiat lux), a la manifestación de la voluntad divina y a la vez al verbo, a la palabra o al pensamiento divino. El filósofo, teólogo y protocientífico Robert Grosseteste, quien es considerado un santo en Inglaterra a la vez que el padre del pensamiento moderno de ese país, creía que la naturaleza matemática del universo, sus mismas leyes, derivaban directamente de que estaba hecho de luz. Arthur Zajonc en su libro Capturar la Luz glosa la teoría de Grosseteste:

Según Grosseteste, la luz fue la primera forma de corporeidad, a la que siguieron todas las demás. Multiplicándose a partir de un sólo punto infinita e igualmente hacia todas partes, formó una esfera y de esta acción surgió la materia... Por consiguiente, toda la creación material es luz condensada.

[...] A su juicio, el "Hágase la luz", ordenado por Dios abarcaba dos vertientes. Una era la que a la postre se convertiría en la luz de nuestra existencia física, que se condensaba incluso en forma de materia; la otra era una luz de inteligencia encarnada en las creaciones puramente espirituales y angélicas de Dios.

Así tenemos esta doble vertiente de la luz, que es lo que se cristaliza como los cuerpos materiales y a la vez es el medio de la inteligencia o la forma en la que la conciencia divina se mantiene como presencia que experimenta el mundo (los ángeles pueden verse ciertamente como el sistema nervioso de la divinidad). El poeta y maestro budista estadounidense Traktung Yeshe Dorje escribe: "esta luz clara es lo más inexplicable... es percibida y a la vez es quien percibe". También Jung notó esta relación de la luz con la conciencia particularmente en sus estudios sobre la alquimia. Jung cita a Paracelso: "El hombre al nacer 'está dotado con la luz perfecta de la naturaleza'. Paracelso lo llama 'el mejor y primer tesoro que la monarquía de la naturaleza oculta dentro de sí misma"'. Y en su libro Sobre la naturaleza de la psique, escribe:

Ya que la conciencia siempre ha sido descrita en términos derivados del comportamiento de la luz, en mi perspectiva no es exagerado pensar que estas múltiples luminosidades corresponden a diminutos fenómenos conscientes. Esta luz es la "lumen naturae" que ilumina la conciencia. Si la luminosidad aparece en forma monádica como un sola estrella, sol u ojo, rápidamente asume la forma de un mandala y debe ser interpretada como el sí mismo.  

Jung aquí parece jugar con la idea de un especie de naturaleza cuántica de la conciencia cuya unidad mínima serían los fotones (pero que a la vez nos remite a los thigles del budismo tibetano, que son puntos de luz o energía vital pero que a la vez son unidades de información, como bits cuánticos). La forma en la que estas "múltiples luminosidades" se configuran como mónadas de las cuales deriva una identificación con un yo  (con un sí mismo), nos remite a ciertos aspectos cosmológicos del budismo tibetano donde se explica que la pura luz o energía de la mente que aparenta surgir de la vacuidad (sin dejar de ser igual a la vacuidad) se convierte en los cuerpos y en los objetos que aparentan estar separados de una mente que los percibe. La energía infinita de la vacuidad con su cualidad de cognoscitividad primordial no está limitada y puede, entre su infinito potencial de manifestarse, caer en un proceso de ignorancia en el que percibe el universo de forma dualista y da pie a sí a un mundo de objetos sólidos que emergen como si existieran separados de un yo que los percibe. Esto significaría que donde en realidad existe sólo pura luz dotada de conciencia primordial, nosotros empezamos a producir, a través de la percepción dualista, un universo ilusorio de objetos físicos separados de esa energía y de esa conciencia. Alan Wallace lo explica mejor en su artículo "Perspectivas científicas y budistas de la energía":

Los contemplativos budistas han sondeado más allá de este estado de la vacuidad relativa de la mente, penetrando a las dimensiones más profundas de la cognoscitividad [awareness], conocidas como conciencia primordial (jnana). Esto es el estado base no local, atemporal y último de la cognoscitividad, el cual es idéntico [no dual] al espacio absoluto de los fenómenos (dharmadhatu), del cual surge todo el cosmos del tiempo-espacio y la mente-materia. Este espacio luminoso de la conciencia primordial también está imbuido de infinita energía, de la que todas las otras formas de energía surgen, ya sea térmica, cinética, electromagnética o gravitacional. Como tal, esta dimensión de realidad trasciende todo concepto dualista de materia y energía, espacio y tiempo, sujeto y objeto, mente-materia e incluso existencia y no existencia. En la visión budista conocida como la gran perfección (dzogchen), todos los fenómenos, mentales o físicos, son vistos como manifestaciones de la unidad primordial entre la conciencia infinita, el espacio y la energía. Dudjom Lingpa, un reconocido contemplativo tibetano del siglo XIX, describe el espacio absoluto de los fenómenos así:

Debido al aspecto radiante y claro del espacio, puede aparecer como tierra, fuego, aire, agua, forma, sonido, olor, sabor, y objetos táctiles. Esto es, como la apariencia de planetas y estrellas reflejándose en el océano debido a su aspecto de claridad y limpidez. Pero todo estos reflejos, planetas y estrellas no son más que el océano mismo, y son de la misma naturaleza... Debido al poder incesante en la naturaleza de la conciencia primordial, existe un completo conocimiento de todos los fenómenos, sin que jamás se mezcle con o entre a los objetos. La conciencia primordial se origina por sí misma, es naturaleza clara, libre de oscurecimiento internos y externos; es el espacio infinito que todo lo permea, radiante y claro, libre de toda contaminación.

Aunque el budismo no concibe que exista una deidad creadora o un alma inmortal, los paralelos entre esta conciencia primordial del dzogchen que es igual al espacio y a la energía y la forma en la que describe la conciencia el tantrismo de Cachemira (cuyo máximo exponente es Abhinavagupta) son de notarse. Ambas escuelas son tal vez las dos cumbres de la filosofía no-dual y ambas practican una versión de  anuttara y anupaya, el no-método, para simplemente residir en ese estado de conciencia primordial sin elaboraciones. 

Para concluir, después de entrever esta relación entre la conciencia y la energía en un nivel metafísico y cosmológico regresemos al cuerpo, que es a fin de cuentas el vehículo que tenemos para alcanzar la realización de esta unidad entre la energía y la conciencia. En su estudio de una serie de textos secretos, atribuidos a Padmasambhava, en los que se explica el papel de la sexualidad en el vajrayana, Kenard Lipman escribe:
Estos textos nos revelan que el estado de energía depende del nivel de desarrollo de un individuo. Inicialmente la energía es algo que le pertenece al cuerpo que "tenemos". Pero cuando uno va progresando más allá de esta visión posesiva del cuerpo, uno se da cuenta de que la energía y la mente no están separadas. Sentir, percibir y conocer son fenómenos energéticos. A fin de cuentas, la energía es inteligente. 

Lipman considera que el entendimiento de la energía del budismo tántrico, donde se utilizan una serie de visualizaciones que van ligadas a un proceso de dirigir los pranas por el cuerpo para crear un cuerpo "imaginal" en el que el individuo se identifica con los diferentes budas, tiene un paralelo con la forma en la que Jung entendió los arquetipos (el mismo Alan Wallace en el texto citado anteriormente hace referencia a que el estado de la conciencia basealaya-vijanana accede a una dimensión arquetipal similar al mundo de las formas platónicas o los arquetipos jungianos). Lipman cita a Jung:

Los arquetipos son, al mismo tiempo, imágenes y emociones. Uno puede hablar de un arquetipo sólo cuando estos dos aspectos son simultáneos. Cuando hay meramente una imagen, sólo tenemos una simple figura de poca consecuencia. Pero al estar cargada con una emoción, la imagen gana numinosidad (o energía psíquica); se vuelve dinámica, y de aquí necesariamente emanan ciertas consecuencias.  

A lo que comenta Lipman:
En la práctica del yoga tántrico, la concentración de las sensaciones puede guiar y controlar la energía biológica; la visualización arquetípica puede canalizar la energía emocional; y la presencia pura puede unificar la energía y la mente para lograr un conocimiento más allá del intelecto. Podemos entrenar nuestra energía para que sea más inteligente y a nuestra mente para que esté más enraizada en la energía. 

Herbert Guenther, maestro de Lipman, y controversial traductor, explica en su libro sobre las enseñanzas de Padmasambhava, que para el gran maestro tántrico, "la intensidad vitalizante del núcleo del ser" (snying-po), no es algo que haya nacido o que vaya a morir, está lleno de la propia sustancia de su infinitud. En otras palabras, nuestra energía no es algo que haya nacido o que vaya a morir y tampoco es algo que sea diferente a quien somos, a nuestra conciencia. De hecho, nos dicen estas tradiciones, no somos más que una expresión, una intensidad, de la energía de la totalidad, el punto de intersección o ligamento entre lo abstracto y lo concreto, lo trascendente como inmanencia. Nuestra esencia es la unidad de la conciencia con la energía, y en el reconocimiento de esta naturaleza está el gozo beatífico (el ananda de los hinduistas) o "la intensidad extática", (como traduce Guenther, el término rigpa, la conciencia primordial que es la luminosidad misma del espacio, según el dzogchen). Como escribió Padmasambhava en elBardo Thödol (traducido erróneamente como El Libro Tibetano de los Muertos), "la ignorancia es no reconocer que la luz que ves es el despliegue de tu propio ser" (rangnang).

fuente del texto/Pijamasurf

martes, 16 de agosto de 2016

Niveles de consciencia imbuidos de la personalidad a la mónada.

chispa-divina

Raramente ninguno de nosotros tiene la oportunidad de ponerse a ver que sucede en el interior de su psique con la suficiente claridad como para detectar cada uno de los programas que, automáticamente, detonan la creación de las formas mentales que traen a existencia nuestra propia realidad personal. Las experiencias de introspección y el esfuerzo que nos requiere estar atentos mediante una parte de nuestra consciencia a lo que sucede en el resto requieren de, al menos, unas ganas de comprendernos a nosotros mismos más allá de lo básico y obvio, y que no se disipen con el tiempo al no conseguir resultados pronto.

Imaginaros por un instante que pudierais ver con claridad, desde un punto de observación elevado, todo lo que se cuece en todo  momento en el interior de vuestra psique. ¿Que nos encontraríamos en las profundidades de la misma?

Muchas voces en la cabeza

Primero, os daríais cuenta de que hay muchas voces en la cabeza. Uno empieza comprendiendo que se trata de los múltiples Yos que forman la personalidad virtual que tenemos, producto de la fragmentación del programa ego por cuestiones de programación, supervivencia y adaptación, pero cuando los has unificado todos, y solo queda en la superficie de tu esfera de consciencia un “yo” único, el que hace tiempo me dio por llamar el “yo del ser”, pero siguen habiendo voces, o partes de ti que se hablan entre ellas, significa que aun hay que ahondar más profundo para ver que otras cosas se mueven por ahí.

Así, apoyados por la conexión con el punto central de nuestra esfera de consciencia, donde se encuentra la entrada hacia la consciencia de nuestro Yo Superior, podemos situarnos como observadores del resto de cosas, y lo siguiente que uno ve son la cantidad de energías que mueven y generan los patrones conductuales grabados en el tablero rúnico de la mente, ubicado en el cuerpo calloso, y que, como ya habíamos mencionado anteriormente, contiene toda la base de nuestra conducta y carácter, grabando y borrando comportamientos en base a lo percibido, aprendido, inculcado, estudiado, etc., del mundo que nos rodea. Uno puede percibir la “voz” de la runa donde tiene registrado el patrón de la duda, por ejemplo, de la impaciencia, de la amabilidad, etc., cómo se manifiestan a medida que van siendo activados por los procesos energéticos que involucran al programa ego, a las esferas mentales, al patrón conductual y finalmente, a la esfera de consciencia.

¿Quien soy yo?

Lo interesante es que mientras tu eres el observador y no te dejas llevar por esas formas mentales que conforman las múltiples capas de tu personalidad, puedes conocerte a ti mismo y saber quien eres, ya que, si el Yo del Ser se auto observa, y ve que no es su carácter, que no es sus comportamientos, que no es su ego, que no es su personalidad, entonces descubre, y puede asustarse, ante la pregunta de, entonces “¿yo quién soy?”.

Desde esa posición, lo primero que asalta es una terrible visión de que no eres nada de lo que te define en el mundo, pues puedes verte separado de ello. Puedes ver todos los patrones de comportamiento con los que la gente de tu alrededor define tu carácter, cuando alguien dice que eres así y asa, cuando alguien describe tu forma de ser, y, sin embargo, es falso, no eres eso, pues lo estás viendo separado de ti como unos procesos automáticos que están dándose “ahí” en partes de ti que no son tu. Tras el primer susto, entonces miras hacia otro lado, si no soy todo lo que me define en el mundo exterior como el personaje que muestro, la respuesta estará en otro lado. Miras hacia tu Yo Superior, es decir, desde tu posición como el Yo del Ser en la superficie de la esfera de consciencia miras hacia “dentro”, hacia lo que percibes como lo más elevado y profundo de ti, pero tampoco, en estos momentos eres exactamente eso, ya que puedes identificarlo como algo también separado en lo que no has terminado de imbuirte por completo totalmente, aunque estemos dando los pasos para ello. Pero ya nos vamos acercando a una respuesta más clara que nos va dando más tranquilidad. Vemos que somos, como observadores, en estos momentos, un punto intermedio entre lo artificial de nuestra personalidad egóica, y lo elevado de nuestro ser.

La partícula primordial

Pero si uno va más lejos, tiene otro punto de referencia que se abre paso, si primeramente se le ha reconocido y atraído hacia la dimensión física, a lo que llamamos nuestra esencia, nuestra mónada, nuestra chispa divina. Eso si que es sublime. Como la seguimos percibiendo como externa, entonces sigo estando en un punto de observación equidistante que me hace darme cuenta de los diferentes niveles de conciencia que existen en mi. ¿Cual elijo? Depende del nivel evolutivo de cada uno, de como se haya trabajado el sistema energético para imbuir y soportar la energía de una consciencia u otra, de cual “limpio” y bajo control están los procesos de la consciencia artificial y del ego, etc.

Cuando escribí el artículo “ábrete corazón”, fui pura “esencia”, pues mi mónada tomó el control de todo mi vehículo físico y energético durante un tiempo, y mi visión del mundo era la visión de la partícula primordial que nos define a todos como parte de la Creación y como parte de la Fuente. Cuando se retiró a una posición de presencia pero de no control, dio paso a sentirme mi Yo Superior, mi ser, siendo mis ojos y mi carácter los ojos y el carácter de esa otra parte de mi, cuando ambas partes cedieron de nuevo el control del conjunto a la personalidad, volví a ser el Yo del Ser, pero ya percibía con mayor claridad al programa ego, a los patrones, arquetipos y programas de las esferas mentales, y a todo lo grabado en las runas de mi patrón conductual como algo “superpuesto” y no real en aquello que somos.

Tres diferentes estados de consciencia, como mínimo, que todos podemos llegar a experimentar y que nos dan muchas claves de diferentes niveles a los que podemos acceder, a medida que se va desmontando todo aquello que no somos, para poder ver aquello que si somos, y que, en ocasiones, nos den destellos de cómo se percibe la realidad desde estos diferentes puntos de vista, como nos percibimos a nosotros mismos siendo pura esencia, siendo puro ser o siendo pura personalidad.

un abrazo,
David Topí



lunes, 25 de julio de 2016

Estados Alterados de Consciencia.


En términos generales, un estado alterado de consciencia puede definirse como un estado mental que puede ser reconocido subjetivamente por un individuo, o por un observador, como un estado diferente del estado normal del sujeto, ya sea por variaciones psicológicas o del estado de alerta propio de la vigilia. Es posible detectar los siguiente estados diferentes:

1.- El estado de consciencia “normal”: Es el estado de vigilia cotidiana caracterizado por la lógica, la racionalidad, la ley de causa y efecto, la intencionalidad y el sentimiento de que uno controla su propia actividad mental. El individuo es consciente de sí mismo en tanto que unidad experimental.

2.- El estado de sueño: Puede identificarse con el electroencefalograma. Presenta períodos de movimientos rápidos de los ojos y ausencia de ondas cerebrales lentas. Este estado se produce repetidamente durante la noche como parte del ciclo soñar-dormir.

3.- El estado de dormido: Igualmente puede identificarse con el electroencefalograma. Hay ausencia de movimientos rápidos de los ojos y aparición gradual de ondas cerebrales lentas. Cuando se despierta a alguien de este estado, lo que diga será muy diferente de lo que diría al ser despertado de un estado de sueño.

4.- El estado hipnagógico: Transcurre entre el estado de despierto y el sueño, al comienzo del ciclo dormir-soñar. Generalmente se caracteriza por una imaginería visual y algunas veces auditiva. Se diferencia de las formas de actividad mental que se dan durante el dormir y el soñar.

5.- El estado hipnopómpico: Tiene lugar entre el estado dormido y el despertar, al final del ciclo dormir-soñar. Puede existir imaginería visual y auditiva, parecida al estado anterior. Se supone que las intuiciones más valiosas nos llegan en ese estado.

6.- El estado hiperalerta: Se distingue por una vigilancia acrecentada y prolongada mientras se está despierto. Se puede inducir por medio de drogas que estimulan el cerebro (típico de los estudiantes que preparan exámenes), por medio de actividades que precisan una concentración intensa, como serían los deportes arriesgados (montañismo, carreras de autos, salto con paracaídas, etc), o en operaciones militares peligrosas.

7.- El estado letárgico: Presenta una actividad mental aburrida y perezosa. Se puede producir por fatiga, falta de sueño, deshidratación, desnutrición, baja de presión o de azúcar en la sangre, por drogas que disminuyen la actividad cerebral. También se origina por estados de ánimo depresivos.

8.- El estado de rapto: Se caracteriza por un sentimiento intenso y una gran emoción evaluada subjetivamente como estimulante y positiva. Se puede provocar mediante la excitación sexual; danzas frenéticas; rituales de orgía, como el vuduísmo; rituales iniciáticos, como el de la pubertad en tribus primitivas; en actividades religiosas , como el “don de lenguas”, y por medio de ciertas drogas alucinógenas.

9.- El estado de histeria: Es producido por una emoción intensa evaluada subjetivamente como negativa y destructora. Puede ser originado por el pánico, la furia, el terror, el miedo a potencias demoníacas – temor de ser embrujado o poseído- por la actividad violenta de multitudes, como el linchamiento, la persecuciones frenéticas; por ansiedad psiconeurótica o por ciertas drogas.

10.- Estados de fragmentación: Hay una falta de integración entre segmentos importantes de la personalidad. Se habla entonces de psicosis, psiconeurosis, personalidad disgregada, disociación, personalidad múltiple, amnesia (sea esta parcial o del pasado total). Puede tratarse de trastornos temporales o de larga duración, provocados por ciertas drogas, traumas físicos o cerebrales, depresión endógena, algunos tipos de esquizofrenia, manipulación experimental (privación de sueño, hipnosis).

11.- Estados regresivos: Presentan una conducta inapropiada respecto a la edad cronológica del individuo y de su psicología habitual. Puede tratarse de estados temporales inducidos por drogas, hipnosis, Dianética – en la que se le pide al sujeto que “retroceda en el riel del tiempo” – o estados de larga duración como ocurriría con un sujeto que sufra de alguno de los varios tipos de demencia senil.

12.- Estados meditativos: Se caracterizan por una actividad mental mínima, ausencia de imaginería visual y presencia de ondas alfa continuas en el electroencefalograma. Pueden originarse por ausencia de estímulos externos, como la flotación en un tanque de agua, o por técnicas meditativas en el yoga o el budismo.

13.- Estados de trance: Hay ausencia de ondas alfa continuas en el electroencefalograma; hipersugestionabilidad, pero no pasividad; vigilancia y concentración de la atención en un estímulo único sin responder a otros, haciendo posible las sugestiones posthipnóticas. Estos estados pueden provocarse mediante la voz de un hipnotizador, por escuchar los latidos del propio corazón, cánticos, observación prolongada de un objeto en movimiento (metrónomo, estroboscopio), por rituales monotemáticos, prácticas mediumnísticas, ciertas danzas tribales, por una tortura continuada, el ritmo de una canción de cuna, cierta clase de música, la voz monocorde de un orador, etc. También puede ocurrir por el desempeño de algunas tareas demasiado monótonas, como manejar un trineo a través de la nieve por varias horas, observar una pantalla de radar, fijar la atención en la línea blanca de una autopista mientras se conduce.

14.- El estado de ensoñación: Aparecen movimientos rápidos de los ojos en el electroencefalograma, puede acompañar al estado de trance. Por lo general, lo provoca experimentalmente un hipnotizador que sugestiona al sujeto para producirle el equivalente de un sueño.

15.- El estado de soñar despierto: Se producen pensamientos que se suceden rápidamente y que no tienen relación con el ambiente exterior. Puede ocurrir con ojos abiertos o cerrados. Con ojos cerrados pueden aparecer imágenes visuales acompañadas de movimientos rápidos de los globos oculares. Este estado puede ser originado por el aburrimiento, la soledad, la privación sensorial, el insomnio, las necesidades psicodinámicas, o períodos de fantasía que se presenten espontáneamente.

16.- Estado de examen interior: Es cuando hay percepción interna de las sensaciones corporales en los órganos, tejidos, músculos, etc. La consciencia sigue estando presente, pero a un nivel no reflexivo si es que no hay de parte del individuo un esfuerzo determinado para esa percepción, o si las sensaciones corporales no se encuentran intensificadas por el dolor, el hambre, etc.

17.- Estado de estupor: Hay una capacidad suspendida o muy reducida de percibir los estímulos. Es posible la actividad motora, pero su eficiencia está muy reducida; se puede utilizar el lenguaje de manera limitada y, a menudo, lo que se diga es carente de significado. Puede ser provocado por ciertos tipos de psicosis, por compuestos de opio o por dosis excesivas de alcohol.

18.- Estado de coma: Hay incapacidad total de percibir estímulos. Muy poca o ninguna actividad motora, sin utilización del lenguaje. Puede ser provocado por un estado agónico, agentes tóxicos, ataques epilépticos, traumas del cerebro, hipoglicemia, deficiencias glandulares.

19.- Estado de repaso de la memoria almacenada: Una experiencia pasada no se puede recordar sólo por la consciencia reflexiva de la persona. Sin embargo, los restos de los acontecimientos pasados (engramas) siempre existen en algún nivel de profundidad inconsciente. Pueden evocarse mediante el estímulo químico o eléctrico de la corteza cerebral, por hipnosis, por asociación libre en un tratamiento psicoanalítico o, aun, pueden surgir espontáneamente.

20.- Estados de consciencia expandida: Se presentan con un umbral sensorial reducido y un abandono de las maneras habituales de percepción externa e interna. Pueden producirse espontáneamente o ser provocados por hipnosis o sobreestímulos sensoriales. Frecuentemente, son el resultado del uso experimental de drogas y plantas psicodélicas. En este caso, se presentan estados progresivos en cuatro niveles diferentes:

a) A nivel sensorial, aparecen alteraciones de espacio, tiempo e imagen del propio cuerpo.

b) A nivel recolectivo-analítico, las nuevas ideas y pensamientos emergen relacionándose con la psicodinámica o concepción del mundo y del papel que desempeña el sujeto dentro de él.

c) A nivel simbólico, se presenta una identificación con los personajes históricos o legendarios, o con símbolos míticos y arquetípicos.

d) A nivel integral, al que llegan relativamente pocos individuos, existe una experiencia mística de la presencia de Dios (o del Yo Superior) o en la que el individuo tiene la impresión subjetiva de estarse disolviendo en un campo de energía a nivel universal: satori, samadhi, consciencia cósmica, unidad oceánica, experiencia-cumbre.

21.- Estado de liberación: Es el estado menos familiar en la sociedad occidental moderna y el más difícil de describir. Se le llama también “estado de despierto”. A Gautama Sidharta, el líder religioso que se considera como paradigma del estado de liberación, se le llama Buda, que significa “el despierto”. Esto quiere decir que la consciencia iluminada del Buda excedía la consciencia del hombre ordinario tal como el estado despierto excede en claridad e integridad al estado dormido. El hombre en estado de vigilia considera confusos y fragmentarios sus sueños, igual como lo hace el hombre liberado con su vida anterior.

Resulta difícil describir el contenido del estado de liberación. Incluso los místicos que afirman haberlo experimentado, raramente aseguran haber llegado a él por su propia voluntad o esfuerzo deliberado. En lo único en que todos concuerdan es en su naturaleza inefable: la imposibilidad de traducirlo en palabras. El estado de liberación no tiene comparación con la dimensiones de la vida ordinaria y no puede ser descrito sin distorsionarlo, Es el Gran Vacío, la Nada Divina, el Ser Incondicionado. Aldous HaxIey lo llamó “la mente en toda su amplitud en la que se resuelven todas las contradiciones”. Lao-tse lo llamó “Tao”, Camino; es decir, la ruta que es su propio destino en lugar de ser el medio que lleva a algún otro destino.

El elemento común a todas las descripciones parece ser la idea de “flujo”. En estado de liberación, el intelecto despierto ya no intenta fraccionar la realidad cortándola en segmentos o solidificándola en una entidad. En lugar de ello, fluye con el proceso cósmico del que forma parte.

La noción de fluidez sugiere otra imagen para describir el estado de liberación. Es la de una sensación de hundimiento placentero en un algo misterioso parecido a la mente, sin sufrir las limitaciones espacio- temporales de la consciencia individual ordinaria. En la India ha sido corriente durante siglos describir el estado de liberación en términos de fusión. Atman, el alma individual, es descrita como liberada del inacabable ciclo de renacimientos mediante su reabsorción dentro de Brahman “como una gota de lluvia en el océano”. Aunque dejan en claro que no es que la gota desaparezca en el océano, sino que el océano entra en la gota ampliándola al infinito.

La difusión del uso de las drogas plantea inevitablemente la pregunta de hasta qué punto algunos o todos de los estados de consciencia de los que hemos hablado pueden ser provocados bioquímicamente. La respuesta es que casi todos ellos: por ejemplo, el estado hiperalerta con anfetaminas, el estado dormido con barbitúricos, el estado de sueño con derivados del opio, el estado de trance con pentotal sódico y el estado de consciencia expandida mediante compuestos que van desde la mezcalina hasta el ácido lisérgico. Sin embargo, ninguno de estos estados se produce solamente por la ingestión de drogas. Para la mayoría de las personas, en la generalidad de los casos, estos distintos tipos de consciencia han sido alcanzados sin el uso de drogas, como resultados de estímulos ambientales o internos.

Stanley Krippner

Traducido y extractado por Roberto Hernandez de Stanley Krippner.- “Psi and altered states : alternative explanations”

Fuente: http://www.alcione.cl
vía/ onirogenia.com

sábado, 16 de abril de 2016

CIENTÍFICOS DESCUBREN QUE EL CUERPO HUMANO ES UNA PROYECCIÓN DE LA CONSCIENCIA.

conciencia infinita

El pensamiento humano determina la realidad, este es uno de los principios fundamentales de la física cuántica.

A principios de 1900 demostraron que sin lugar a dudas, con un experimento llamado la doble rendija. Encontraron que el factor determinante del comportamiento energético (“partículas”) a nivel cuántico es la conciencia del espectador. Por ejemplo, los electrones en la misma condición a veces actúan como partículas, y luego en otras ocasiones se cambiarían a actuar como onda (energía) sin forma.

El mundo cuántico nos está esperando para tomar una decisión para él saber cómo comportarse. Es por eso que los físicos cuánticos tienen tales dificultades para explicar y definir el mundo cuántico. Somos verdaderamente, en todo el sentido de la palabra, maestros de la creación porque decidimos lo que se manifiesta.
La cosa es que el nivel cuántico de la realidad no es un aspecto local e insignificante de la creación. Lo que nos rodea es el nivel más fundamental de la creación, además del campo unificado. El campo energético humano está interactuando e influye en el campo cuántico que nos rodea en todo momento y el poder de nuestras creencias e intenciones se infunde en nuestro campo de energía, debido a que son fijados por la energía de nuestros pensamientos y emociones.
Por lo tanto, la fusión de nuestros pensamientos, emociones, creencias e intenciones, que llamaré el campo energético humano para simplificar, es la realidad cuántica perpetuamente dentro de nosotros y alrededor de nosotros, en cada momento de nuestra existencia.
Tenemos el control y la responsabilidad total y completa sobre lo que elegimos con nuestra atención a manifestarse fuera del campo en el momento siguiente, nuestro poder y capacidad de hacer esto depende totalmente de lo que creemos, y la forma en que lo estamos sintiendo.

El caso Vittorio Michelli

En 1962, fue admitido en el Hospital Militar de Verona, Italia, con un gran tumor en su cadera izquierda. Los médicos sabían que no podían ayudarle porque su caso era considerado imposible y fue enviado a casa sin tratamiento, y después de unos 10 meses, el hueso de la cadera izquierda lo tenía completamente desintegrado.
Como último recurso, viajó a Lourdes, Francia, y bañado en la primavera de allí (que es un famoso lugar sagrado cristiano para producir milagros). Inmediatamente comenzó a sentirse mejor, recuperó su apetito, y se bañó en la primavera unas cuantas veces.
Después de unos meses de estar en casa, sintió un fuerte sentido de bienestar por lo que le pidió a los médicos que le hicieran radiografías de nuevo, y se sorprendieron al encontrar que su tumor se había reducido. En los próximos meses se mantuvo una estrecha vigilancia sobre él, y sus rayos X mostraron que su tumor continuó disminuyendo, hasta que con el tiempo el tumor ¡había desaparecido!
Puesto que su tumor había desaparecido, su cadera comenzó a regenerarse. Después de dos meses, estaba caminando de nuevo, y unos años más tarde, su hueso de la cadera se regeneró completamente.
La Comisión Médica del Vaticano, en su informe oficial, dijo: “Una notable reconstrucción del hueso pélvico” se hizo rayos X en 1964, 1965, 1968 y 1969 confirman categóricamente que una reconstrucción ósea imprevista e incluso misteriosa a sorprendió al mundo de la medicina “.
Normalmente este caso sería considerado milagroso y, de hecho, realmente lo es. Pero parece milagroso en el sentido de la verdadera fuerza de la intención humana y la creencia que muestra. Además, este es una poderosa evidencia que sugiere que hay una estructura energética que está más allá de nuestros “cuerpos materiales ”, ya que es uno de las únicas explicaciones lógicas para el hueso de la cadera de Vittorio Michelli, a menos que hubiera algún tipo de modelo energético que estaba instruyendo a su crecimiento, que, al igual que la comisión médica del Vaticano claramente, era “desconocido en los anales de la medicina mundial”.
En la medicina, tal vez este caso era desconocido, pero lo mismo no puede decirse de la física. A nivel atómico, los átomos que unen se unen entre sí para formar moléculas que tienen estructuras geométricas específicas como si no hubiera un modelo energético que diga que se adhieran a las formas que las mantienen unidas.
Si nuestros cuerpos son una proyección de la conciencia, entonces nuestra conciencia crearía un modelo energético para que nuestros átomos y moléculas se alineen para crear nuestros cuerpos. Hay evidencia que sugiere fuertemente la existencia de este modelo energético (o campo de energía humana) en la nueva investigación sobre el ADN que demuestra que transmite, recibe, y por lo tanto lee la energía directamente del campo.
El caso de Michelli es un ejemplo perfecto de nuestra capacidad humana para volver a organizar esta estructura de vacío con nuestra energía y así manifestar lo que queremos, de manera que lo que ocurre verdaderamente parecen resultados milagrosos.
El hecho de que él comenzó a sentirse mejor y empezó a creer que fue sanado sugiere que fue la clave de su cura. Algunos pueden querer seguir con la creencia de que Dios ha sanado a este hombre, y estoy de acuerdo con ellos. Pero nosotros probablemente discordaremos sobre la naturaleza de Dios.
La fuerza que llamamos Dios es el poder y la conciencia infinita detrás de la creación y por lo tanto, cuando se estableció contacto con nuestra conciencia, es decir, sin pensar y a través de la meditación, nos abrimos a la infinidad de nuestra propia conciencia.
Cuando nos abrimos a esta energía, nos permitimos sentir “una poderosa sensación de bienestar” y saber que este poder tiene el asombroso poder para crear la realidad, y directamente afectan a nuestra biología.

El cuerpo como una proyección de la conciencia.

Esto es absolutamente crucial para la comprensión de nuestra capacidad de curación. Nuestros cuerpos son una proyección holográfica de nuestra conciencia y que son la suma total de nuestras creencias sobre nosotros mismos.
la consciencia del cuerpo
Si podemos cambiar nuestras creencias sobre nosotros mismos, podemos cambiar la energía que define nuestro campo energético humano, entonces podemos cambiar el modelo energético con el que nuestro cuerpo está alineado.
Deepak Chopra contó una historia que ilustra esto a la perfección en su libro, cómo conocer a Dios. Un amigo suyo se lesionó el pie mientras que entrenaba en un gimnasio porque no estaba acostumbrado a utilizar una de las máquinas. El dolor en la pierna creció durante los días, y cada vez era más difícil caminar, y luego en el “examen médico se descubrió que tenía una condición común conocida como fascitis plantar, se produce cuando el tejido conectivo entre el talón y la parte delantera del pie se estira o se rompe.
Su amigo decidido no hacerse cirugía y en su lugar aguantar un poco más, pero con el tiempo se encontró con mucho dolor y dificultad para caminar. Buscó un sanador chino en tiempos de desesperación. Este hombre chino fue la aparición común, y no dio “ninguna evidencia de ser místico o espiritual, o de otra manera dotado con la curación.”
El amigo herido Deepak Chopra sigue: “Después de tocar mi pie suavemente, se levantó e hizo algunas señales en el aire detrás de mi espalda, nunca realmente me tocó, y cuando le pregunté qué estaba haciendo, dijo que simplemente estaba activando algunos interruptores en mi campo de energía, lo hizo por un minuto y luego me pidió que me levantara, ya no había ninguna sensación de dolor
Para mi sorpresa le pregunté qué había hecho. Me dijo que el cuerpo era una imagen proyectada por la mente, y un estado saludable de mente sigue esta imagen intacta y equilibrada. Sin embargo, las lesiones y el dolor pueden causarnos a retirar nuestra atención de la zona afectada. 
En este caso, la imagen del cuerpo comienza a deteriorarse; sus patrones de energía se dañan, poco saludable. Así que el sanador restauró el estándar correcto­. Después la propia mente del paciente asume la responsabilidad de que sigue siendo así
Esta historia me ha fascinado y me inspiró desde entonces. Como hemos visto, la realidad parpadea dentro y fuera numerosas veces por segundo, oscilantes entre la forma y lo informe, y la física cuántica sabe que nuestros pensamientos y creencias influyen en la realidad cuántica que es el origen del mundo material. Por lo tanto, es natural suponer que hay una fuente de energía.
Creo que está absolutamente claro que debemos comenzar a considerarnos a nosotros mismos como algo más que un cuerpo físico. De hecho, es mucho más coherente de pensar en nosotros mismos como un campo de energía luminosa organizarnos en un cuerpo, o la conciencia como manifiesto y experiencia temporalmente de este nivel de realidad a través de nuestros cuerpos.
Somos mucho más de lo que pensamos que somos, e infinitamente más de lo que hemos hecho creer. El siguiente paso que tiene que tomar nuestra evolución humana implica que nosotros aprendemos cómo utilizar y mejorar este poder que tenemos para influir en la realidad. Todo lo que necesitamos hacer es purificar nuestra energía a la proyección de energía de nuestro cuerpo.
Entonces nuestros átomos y moléculas se alinean perfectamente con esta estructura, porque no hay interferencias energía para romper la imagen de nuestro cuerpo como fue diseñado por nuestra conciencia. Y al hacerlo nos estamos alineando con los principios universales. Nuestro campo de energía luminosa es, por supuesto, vibrante y nuestra energía fluye naturalmente sin obstáculos como una poderosa corriente de la conciencia, pero los niveles inferiores de la conciencia por los que hemos sido condicionados para vivir como parte de nuestro adoctrinamiento social interrumpe este flujo y obstaculiza su perfección en todas partes.
Otro concepto clave para entender es que su cuerpo siempre se regenera. En una conferencia de Deepak Chopra señaló que los átomos no envejecen. Ellos no mueren, y existen los mismos átomos que existían en el Big Bang hace unos 14 mil millones años aún hoy, algunos de los cuales todavía están en ti.
Cada año, el 98% de los átomos en su cuerpo se sustituyen por “nuevos” átomos. Estás constantemente muriendo y renaciendo.
Cada tres días tienes un nuevo revestimiento del estómago y cada mes tienes la piel nueva, cada tres meses tiene un nuevo esqueleto y cada año hay casi un organismo completamente nuevo.
Deepak Chopra lo describe muy bien, diciendo que nuestros átomos “son como las aves migratorias.” Ellos no son permanentes, son completamente independientes, y están a la deriva en el espacio y tiempo y sólo se organizan en estructuras como nuestros cuerpos por nada menos que nuestro campo de energía que organiza cómo un campo magnético organiza presentaciones, sólo un poco más complejo. Tu cuerpo no es el verdadero tú. Tu cuerpo es sólo una proyección de lo que tú crees sobre ti mismo.
Tú eres conciencia pura, y lo que realmente eres es una conciencia creativa infinita que se manifiesta en la realidad y la realidad de la co­creación con otros aspectos de ti mismo (ya que cada ser es una conciencia universal infinita de expresión que lleva la etiqueta de Dios), entonces puedes comenzar a tomar el control total sobre tu cuerpo, tu salud y tu vida.
El dolor crónico, enfermedad o lesiones antiguas que tienes en tu cuerpo no es realmente en tu cuerpo, es tu mente. Más específicamente, son una función de su percepción. Así que tú estás sosteniendo la enfermedad y el dolor dentro de su conciencia, y por lo tanto está impreso en su campo de energía, y sólo entonces comienzan a manifestarse en su fisiología.
Entonces no es sólo nuestra salud la que está completamente fuera de nuestro control intencional, la velocidad a la que envejecemos, incluso puede estar bajo nuestro control también. No estoy sugiriendo que puedas ser inmortal, porque ya somos seres de conciencia infinita. Lo que estoy sugiriendo es que, en un tiempo olvidado, y en un futuro próximo, los seres humanos se darán cuenta de nuevo y tenendrás la capacidad de vivir de este campo, y vivir conscientes de su naturaleza como energía pura de seres luminosos.
En ese momento los seres humanos se darán cuenta de que el cuerpo es una manifestación más alta. Y un día vamos a llegar a un punto en que podamos regenerar continuamente nuestros cuerpos a voluntad porque vivimos en el campo de la energía infinita, y por lo tanto nuestros cuerpos simplemente operarán a una frecuencia más alta para que podamos vivir en ellas hasta que nuestro trabajo esté completo y decidamos seguir adelante.
¿Fantástico? Sí. El único obstáculo para llegar a esta naturaleza del universo es su propia conciencia, su nivel de atención, y sus creencias. Nuestra capacidad de curar está directamente relacionado con nuestro nivel de atención y nuestro nivel de creencias. Por ejemplo, podemos sanar de cualquier afección, enfermedad o lesión, ya que tenemos la certeza absoluta, la comprensión, de que vamos a ser sanados.
Esto se consigue directamente mediante el acceso al nivel más fundamental de la realidad a través de la meditación profunda. Esto se debe a que el nivel fundamental de la realidad, todo es posible, y la reestructuración de la realidad se basa únicamente en nuestras creencias y expectativas.
Somos pura energía, y hay un potencial infinito en nuestra energía. Tú no tienes limitaciones, y nada es imposible. Sólo son tus creencias que dictan lo que puedes y no puedes hacer. “Los milagros suceden, no en oposición a la naturaleza, pero a diferencia de lo que sabemos de la naturaleza.” ­
Artículo: Científicos descubren que el cuerpo humano es una proyección de la consciencia

 Fuente: http://despiertavivimosenunamentira.com/cientificos-descubren-cuerpo-humano-una-proyeccion-la-consciencia/