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domingo, 12 de octubre de 2014

Evolución de laboratorio: científicos intentan crear animales superinteligentes.

LOS HUMANOS, “COMO RESPONSABLES DE ESTE PLANETA, TENEMOS EL IMPERATIVO MORAL NO SÓLO DE LIBERARNOS DEL PARADIGMA DARWINIANO, SINO TAMBIÉN [DE LIBERAR] A TODAS LAS CREATURAS DE LA TIERRA. NUESTRO VIAJE A UN ESTADO POST-BIOLÓGICO, POST-DARWINIANO, SERÁ MUTUO.”

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La cuestión de la inteligencia humana –ese supuesto diferenciador que, junto al lenguaje, es nuestro pretexto histórico para agenciarnos el dominio del reino natural— ha fascinado a científicos, artistas y filósofos de todos los tiempos. ¿Qué es, en qué consiste, de dónde viene? Para la ciencia médica, existe un fascinante, prometedor y polémico campo de estudio que busca aumentar artificialmente la inteligencia de algunos animales.

George Dvorsky, del Instituto para la Ética y Tecnologías Emergentes, está por el lado de los entusiastas del imperativo ético del “uplift” (mejoramiento o aumentación), un procedimiento experimental para explorar las posibilidades prácticas y los imperativos filosóficos de la inteligencia.

Dvorsky asume que los humanos, “como responsables de este planeta, tenemos el imperativo moral no sólo de liberarnos del paradigma darwiniano, sino también [de liberar] a todas las creaturas de la Tierra. Nuestro viaje a un estado post-biológico, post-Darwiniano, será mutuo.” ¿Pero qué tan cerca estamos realmente de ser capaces de aumentar la inteligencia de otros animales? ¿De qué animales? ¿Y para qué? Según Dvorsky, la idea será usar animales para aprender sobre problemas cognitivos humanos, incluyendo enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

¿Superanimales?

Un equipo del MIT estableció un vínculo entre la inteligencia y los genes, y fue capaz de modificar genéticamente un ratón para producir el gen FOXP2, ligado a la capacidad de nuestro cerebro para aprender y hablar. La idea era saber si la presencia del gen humano podía mejorar la habilidad de los roedores para resolver problemas. Los ratones que produjeron el gen efectivamente completaron pruebas estándar mucho más rápido que los roedores sin modificaciones genéticas.

Otro estudio dirigido por Sam Deadwyler, de la Universidad de Wake Forest, usó macacos Rhesus para estudiar los factores que llevan a la gente a sufrir Alzheimer y perder el control de sus procesos de pensamiento. El equipo entrenó a los monos en tareas que implicaban aprender y reconocer imágenes y símbolos; luego les suministraron dosis de cocaína para “atontar” su inteligencia y repetir las pruebas, que realizaron con pobres resultados.

En la siguiente fase, los mismos monos recibieron prótesis neuronales (implantes cerebrales diseñadas para monitorear y corregir las funciones de las neuronas dañadas por la cocaína). Los implantes restauraron correctamente las neuronas dañadas y las funciones normales de los monos; pero lo increíble es que si el implante se coloca en un mono cuyo cerebro no estuviera dañado por la cocaína, el desempeño de los primates mejoraba muy por encima del promedio esperable (o “normal”).

Voces encontradas

Sin embargo, no todos en la comunidad científica son tan entusiastas del “uplift” de inteligencia. Paul Graham Raven es investigador de la universidad de Sheffield, y cree que el “aumento” no sólo representa la arrogancia de los científicos, sino que parte de una creencia errada de la superioridad humana sobre la vida en la tierra.

“Se asume que nosotros sabemos lo que es mejor para otras especies. Dado que hemos demostrado muy poca evidencia de saber lo que es mejor para nuestra propia especie, me inclino a desconfiar de ese supuesto, aunque sea bien intencionado.”

¿Qué pasaría si en lugar de asumirnos como el pináculo de la evolución, pensáramos que somos sólo una de las versiones que la evolución ha desarrollado? Bajo la misma lógica del “uplift”, ¿no sería esperable un escenario de ciencia ficción donde los humanos también pudieran beneficiarse de las mejoras de otras especies? Aquí entraríamos en la franca especulación… y en el universo de los héroes de cómics.

fuente [BBC]
vía/Pijamasurf


domingo, 21 de septiembre de 2014

Teoría científica: Dinosaurios inteligentes podrían vivir en otros planetas.

 

Experto plantea que la vida, que provino por medio de meteoritos, pudo haber evolucionado durante millones de años en mundos lejanos al nuestro. 

Si los dinosaurios no se hubieran extinguido hace 65 millones de años, ¿cómo serían ahora? Una interrogante que tal vez nunca podamos encontrar la respuesta, pero que algunos connotados investigadores ya se han hecho, como el Dr. Ronald Breslow de la Universidad de Columbia, quien, hace un par de años, publicó un estudio que sugiere la posibilidad de que los antiguos y enormes reptiles también hayan adquirido inteligencia a lo largo de los años, en otros mundos.

Breslow, quien fuera presidente de la American Chemical Society, sugirió que en algunos planetas la vida pudo haberse desarrollado de forma similar que en la Tierra, y criaturas como el Tiranosaurio Rex o los velociraptores habrían tenido decenas de millones de años para seguir evolucionando.


Si se considera que el hombre ha demorado tres millones de años en tornarse inteligente, con mucho más tiempo a su disposición, ¿les pudo haber pasado lo mismo a estos dinosaurios alienígenas?

En ese caso, asegura el científico en su estudio, “sería mucho mejor que no nos encontráramos con ellos”.

La vida llegó desde el espacio
La teoría de las “Panspermia” afirma que hace 4.000 millones de años una gran cantidad de meteoritos impactaron a la Tierra, trayendo consigo los aminoácidos y azúcares básicos para originar la vida en nuestro planeta. Si esto ocurrió aquí: ¿Pudo haber pasado en otros mundos?
El Dr. Breslow piensa que animales parecidos a los de nuestro planeta pudieron evolucionar en otros sistemas estelares sin que algún meteorito inoportuno los extinguiera, como aconteció con los dinosaurios hace 65 millones de años.
De haber seguido evolucionando, afirma esta hipótesis, los dinosaurios bien podrían haber desarrollado inteligencia y astucia similar a la nuestra.

¿Reptilianos?
Dentro de las especies de aliens que más resuenan entre las crónicas relatadas por distintos y supuestos “contactados” alrededor del mundo, están los “Reptilianos”, seres altos, erguidos, con dos brazos y dos piernas como los humanos, pero de sangre fría, y de piel verde y escamosa, como la de los reptiles terrestres. Según los defensores de su existencia, tal raza sería altamente tecnologizada, pero poco amistosa y bélica.

¿Serán estos seres los dinosaurios evolucionados de los que habla el Dr. Breslow?
Como ve, mucho se puede especular a raíz de la hipótesis de este investigador, pero, de momento, aún somos los únicos “inteligentes”… ¿o no?

fuente/guioteca.com

lunes, 28 de julio de 2014

¿Involución o Adaptación?. El misterio de los cuadrúpedos humanos de Turquía.

La familia que camina a cuatro patas', un grupo de humanos cuadrúpedos que se hizo famoso por un documental de la BBC en 2006, simplemente se han adaptado a su incapacidad para caminar en posición vertical y no representa un ejemplo de evolución hacia atrás. Asi lo revela una nueva investigación de Liza Shapiro, antropóloga de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos.




La incógnita de la familia en Turquía sufre una extraña enfermedad, una dolencia que les impide caminar erguidos.Con la ayuda de expertos y psicólogos este documental intentará revelar todo lo que se esconde tras este extraordinario fenómeno de la familia que anda a cuatro patas.Hace aproximadamente cuatro millones de años nuestros ancestros consiguieron algo que les cambió para siempre: incorporarse y empezar a andar sólo sobre sus piernas.Pero, ¿se imaginan que este paso no se hubiera producido y estuviéramos aún condenados a caminar a cuatro patas?












GENÉTICA. Hallan 200 genes que han evolucionado más rápido en humanos que en primates.



Los han descubierto investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), de la UAB y la UPF. Las mutaciones explicarían en parte la ventaja adquirida por los humanos. Si una mutación incrementa las posibilidades de supervivencia, se hará prevalente, explica una de las responsables.

Una investigación del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona ha identificado cerca de 200 genes que han evolucionado más rápido en los humanos que en otros primates, unas mutaciones que explicarían en parte la ventaja adquirida por los humanos ante otros animales.

El estudio, realizado por investigadores del Programa de Investigación en Informática Biomédica (GRIB) del IMIM y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha utilizado nuevos datos genéticos humanos para conocer más sobre las mutaciones que podrían haber conferido una ventaja selectiva a los seres humanos, en los últimos cinco millones de años de evolución.

Con el objetivo de buscar las bases moleculares de lo que nos hace humanos, los investigadores han asegurado que los resultados permiten obtener una nueva visión de la evolución humana. La disponibilidad de las variantes genéticas de un gran número de personas, a través de iniciativas como el Proyecto 1000 Genomas, no sólo es útil para comprender la base genética de las enfermedades, sino también para investigar sobre la evolución humana.

Según ha explicado Mar Albà, profesora ICREA y coordinadora del grupo de investigación en Genómica Evolutiva del IMIM, "esta variación nos da una medida de la proporción de cambios de aminoácidos que una proteína típicamente tiene mientras conserva su función". "Una vez que tenemos este valor, podemos contar las diferencias con la proteína ancestral de humanos y chimpancés y, si encontramos que ha habido más cambios de los esperados, es porque la función de la proteína posiblemente ha cambiado durante la evolución de los humanos", ha indicado la investigadora. Según Magdalena Gayà, que había colaborado con Albà y actualmente es investigadora del Instituto de Biotectonologia y de Biomedicina (IBB) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), "si una mutación o cambio incrementa las posibilidades de supervivencia del individuo que la lleva, esta mutación tendrá tendencia a hacerse prevalente en la población. La nueva proteína habrá cambiado su función respecto a la proteína ancestral". "Estos son los tipos de cambios que nos interesa identificar para entender cómo los humanos se han adaptado al entorno", ha comentado Gayà.

El estudio, cuyo resultado se ha publicado en la revista científica BMC Genomics, ha usado secuencias codificantes de proteínas de humanos, chimpancés, macacos y ratones, lo que ha permitido a los investigadores identificar los cerca de 200 genes que habrían acumulado cambios adaptativos en los humanos. Según las investigadoras, este trabajo ha demostrado que los datos de variación genética son útiles para investigar el pasado remoto del hombre y ahora se plantean ver si otras especies de humanos, como los neardentales, tenían la misma versión de la proteína que los humanos modernos.

fuente/www.20minutos.es

jueves, 17 de julio de 2014

¿Qué diría Charles Darwin a la desevolución del hombre?

¿Crees que es plausible una ds-evolución del Homo Sapiens Sapiens?

¿Qué crees que podría suceder en el mundo en tal caso ?

¿Y si un día lo que ves no es maquillaje...?


domingo, 29 de diciembre de 2013

¿El Homo Sapiens Sapiens está en la cúspide de la pirámide alimentaria? ¿Somos el alimento de algo o alguien invisible?. Buscamos respuestas.



¿EXISTEN ENTIDADES MÁS EVOLUCIONADAS QUE SE ALIMENTAN DE NOSOTROS, DE LA MISMA FORMA QUE NOSOTROS LO HACEMOS CON LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS, SIN QUE ÉSTOS TENGAN PLENA CONCIENCIA DE NUESTRA EXISTENCIA? TAL VEZ SEA ESTE EL GRAN MISTERIO DE LA CIENCIA ESOTÉRICA HUMANA Y ALLENDE.

La revolución de los brujos es que se rehúsan a honrar acuerdos en los que no participaron. Nadie me preguntó si consentiría en ser devorado por seres de otro tipo de conciencia. Mis padres sólo me trajeron a este mundo para ser comida, como ellos, y ese es el fin de la historia.

Carlos Castaneda, El Lado Activo del Infinito

No puedo imaginar nada más aterrador que ser el alimento de un depredador invisible. Que incluso en este preciso momento, imposible de percibir para el estado actual de mi conciencia, esté siendo devorado lentamente por una entidad evolutivamente más elevada, que, de igual manera que nosotros nos alimentamos de seres que concebimos como evolutivamente inferiores, encuentre en mí el alimento necesario para sobrevivir y posiblemente seguir escalando en la pirámide de la conciencia universal.

Pienso en aquellas películas de terror que uno ve para sentir una sensación muy particular, un rush existencial, en las que generalmente había un asesino o entidad maligna que acechaba a los protagonistas (de los cuales nosotros éramos sucedáneo). Este rol antagónico era más efectivo, generaba más miedo, en la medida en la que era más indefinido, más abstracto y metafísico. Es el horror cósmico de Lovecraft o los poderes supernaturales de los personajes de Stephen King. Pienso que tal vez este ascenso del terror en proporción a lo incognoscible, al misterio de lo paranormal, tiene una profunda ancla en la mente colectiva de la humanidad. Tal vez es un vestigio del mirífico atisbo de los dioses y demonios que habitan el mundo –o al menos habitan la psique que proyecta, sobre la cueva de lo real, una historia del mundo.

Nos gusta pensar que en las dimensiones superiores de la evolución – si es que no somos la cereza en el pastel , la obra maestra de la evolución (o de Dios)— el universo de alguna manera se acomoda a una armonía en la que los seres conscientes conviven pacíficamente, abriendo paso en la escala cósmica sin obstaculizar el impulso ascendente de los que vienen abajo. Dice el investigador esotérico Juán García Atienza:




La realidad para el ser humano, está compuesta como una pirámide escalonada en la que nosotros ocuparíamos la cúspide, abarcando todo cuanto sube hasta nuestros pies y con el convencimiento de que, por encima nuestro, todo el inmenso cielo pertenece a una sola divinidad protectora que nos abarca y nos integra en su infinitud única e indivisible.

Ya sea que imaginemos que somos un epifenómeno exclusivo de la evolución y que no existe vida o conciencia por encima de nosotros en el desierto del espacio; que creamos que arriba de nosotros solo existe más que la legión divina, el cielo en su desnudez rutilante de fusión absoluta; o que pensemos que existen seres más evolucionados –actualmente conjuramos extraterrestres en mundos distantes—nos cuesta trabajo contemplar, con seriedad, la posibilidad de que seamos el alimento, la energía, de una especie íntimamente ligada con nuestra matriz de existencia, si bien imperceptible. Dejamos esto a la especulación exorbitada de las conspiraciones y de los freaks del new age, pero un análisis minucioso de nuestra experiencia, mirando hacia abajo en la escala evolutiva, al menos hace plausible teóricamente que existan entidades que no percibimos del todo y que se alimentan de nosotros. De no haberlas, algo que también es posible, sería, sin embargo, un caso completamente excepcional.

En este punto quisiera detenerme brevemente para aclarar que mi intención al explorar este tema no es crear una conciencia paranoica ni tampoco revelar una epifanía metafísica. Sinceramente, en lo personal, no tengo ningún tipo de evidencia de que existan estas hipotéticas entidades más evolucionadas que, bajo la elemental lógica de la pirámide alimenticia, podrían usarnos como comida. Mi inquietud nace solamente de una perspectiva teórica, de que dentro de un esquema racional basado en la observación y en la experiencia de lo que conocemos en este planeta es enteramente plausible concebir la existencia de seres por encima de nosotros en la escala evolutiva. Es posible que, de existir, estas entidades hayan evolucionado a un punto en el que no sea necesario alimentarse de aquellas entidades inmediatamente inferiores –de alguna manera como algunos seres humano se rehúsan a alimentarse de los animales. Podrían alimentarse de xenón, luz ultravioleta, imprimir sus propios alimentos en 5D o algo equivalente a la nanotecnología, por todo lo que sabemos. Pero también es muy posible que, entre la multiplicidad de seres que podrían haber evolucionado en este planeta o en otros proyectos de vida, existan aquellos para los que los seres humanos somos apetecibles. Incluso podrían existir entidades para los que somos más que una delicatessen en el menú cósmico, somos una indispensable fuente de energía en su dieta, quizás como uno de esos pollos transgénicos de granja, especialmente crecidos para alimentar a poblaciones enteras. Y no necesariamente tendrían que alimentarse de nuestra carne, de la misma forma que nosotros extraemos sustancias de algunas plantas o usamos algunos minerales para alimentar nuestra tecnología, podrían sintetizar a través de nosotros algún tipo de molécula, utilizarnos (como ocurre en Matrix) como una batería o algo aún más arcano.

En una de las pocas entrevistas en las que quiso hablar acerca de la trama subyacente de su película 2001: Odisea en el Espacio, Stanley Kubrick dijo:

Tales inteligencias cósmicas, evolucionando en conocimiento por eones, estarían tan distantes del hombre como nosotros estamos de las hormigas. Podrían estar en comunicación telepática instantánea a lo largo del universo, podrían haber logrado la maestría total sobre la materia y de esta forma se podrían transportar instantáneamente a través de billones de años luz de espacio; en su última fase podrían abandonar la forma física y existir como una consciencia incorpórea inmortal en todo el universo.

Ciertamente estas inteligencias, dioses desde nuestra limitada conciencia, podrían haber trascendido la biología y no necesitar de alimento como lo conocemos. Pero entonces podría ser que se “alimenten” de una comida mental, de la adoración, de la energía psíquica o de otras formas sutiles de energía que podrían encontrar en nosotros. Y estas inteligencias cósmicas podrían estar en los lugares que menos esperamos. En su ensayo La Promesa de la Serpiente, Aeolus Kephas, advierte:

En un medio ambiente predatorio, todo es alimento para alguien más, entonces, ¿por qué asumir que esto no se aplica en el campo de la conciencia o a nuestra interacción con esos “espíritus” que residen en los enteógenos que consumimos, deseosos de ser poseídos por Dios?

Según Juán García Atienza, un hombre que investigó a fondo temas de lo que llamó “la otra realidad” sin perder del todo la cordura, en los niveles de evolución consciente, ya no se trata solamente de “una dependencia irracional e instintiva” sino de la captación de una esencia que una especie consigue mediando su inteligencia y voluntad, para seguir subsistiendo y finalmente escalar la pirámide evolutiva hacia “los niveles superiores de conciencia universal”.

En este plano escalar de la evolución cósmica no existen las categorías morales del bien y el mal, existe un feroz intercambio de energía. En un universo predatorio donde la energía parece ser lo que define si una entidad puede continuar su existencia y posiblemente seguir ascendiendo hacia un “extraño atractor” (el término usado por Terence Mckenna para describir el magnetismo al final del tiempo que impulsa a la evolución) no es de esperarse que abunde la condescendencia moral. Si es que existen seres más evolucionados que nosotros que actúan de manera que favorece nuestra propia evolución, cual ángeles, seguramente lo hacen porque está conducta favorece su propia evolución al aumentar, bajo un mecanismo de feedback, su nivel energético.

Daniel Pinchbeck explica en su libro Breaking Open the Head las ideas del místico armenio George Gurdjieff:

Este proceso transformador ocurre en etapas, en el tiempo. Creía que todo, incluyendo los procesos psíquicos y los pensamientos, eran una forma material –y todo lo material, era en cierta forma, sensible. “Todo a su manera es inteligente y consciente”, dijo. “El grado de conciencia corresponde a un grado de densidad o de velocidad de vibraciones. Entre más densa la materia, menos consciente es”. En su perspectiva, el universo funcionaba como un sistema de “mantenimiento recíproco”, donde cada nivel de entidad se alimenta de las entidades inferiores. Los seres humanos, las entidades orgánicas más conscientes de la Tierra, eran alimento de los demiurgos por encima de ellos.

La misma idea en La Gran Manipulación Cósmica de Atienza:

Toda la realidad cósmica es una constante acumulación de tensiones, de causas y efectos, un toma y daca en el que cada entidad recibe su esencia de otra y cede su energía para que, a su vez, sea utilizada por otra entidad más evolucionada, la cual procura cuidar y conservar, por su parte, la fuente de su propia supervivencia. Ese cuidado y esa conservación suponen precisamente [una] manipulación.

La pregunta de por qué no percibimos, al menos la mayoría de los humanos, a estas hipotéticas entidades podría explicarse por esta manipulación. En muchos casos es importante para el predador que la presa no sepa que está merodeando en el perímetro. O al menos que no perciba que es una amenaza para que siga haciendo lo que hace sin perturbarse. Un ejemplo de esta manipulación es imaginado por Aeolus Kephas: estas inteligencias, sugiere, pueden llegar incluso a utilizar a las plantas para coaccionar al ser humano:

Los espíritus son inteligencias inorgánicas (que podrían incluir a lo que llamamos las almas de los muertos). Siendo inorgánicos o muertos no tienen acceso a la forma física sensible. Esta es un área en la cual no estoy seguro al cien por ciento, ya que los espíritus inorgánicos aparentemente pueden vivir en la materia orgánica, de la misma forma que los seres elementales o las hadas, se dice, pueden vivir en las rocas y en las plantas y demás. Puede ser que estos espíritus busquen específicamente experimentar la existencia humana —y hacer que seres humanos encarnados ingieran enteógenos sea una formar para lograr esto. Cualquiera que sea el caso, aparentan desear no solo congreso con sino ingreso a (y a través de) nuestra conciencia, lo cual consiguen no solo accediendo a nuestras neuronas (al tiempo que son “secuestradas” por los químicos psicoactivos) sino a toda la red a la que estas neuronas están vinculadas.

Una de las más detalladas descripciones de estos supuestas entidades que se alimentan del ser humano es la desarrollada por Carlos Castaneda, en un principio crípticamente, bajo el apelativo de los seres inorgánicos y luego, en El Lado Activo del Infinito, más explícitamente con el nombre del “depredador” y “los voladores” (que vinieron ”desde las profundidades del cosmos” a gobernar nuestras vidas) . Algunos consideran que los libros de Castaneda son ficción o que en muchos casos utiliza metáforas cuando muchas personas lo toman literalmente. De cualquier forma es una referencia ineludible en este tema. Castaneda pone en boca de Don Juán Matus:

Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas y los sueños de éxito o fracaso. Nos han dado la codicia, la avaricia y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y ególatra […] los depredadores nos dieron su mente, que se convirtió en nuestra mente.

Esta última frase tiene ecos de la filosofía gnóstica, donde los seres inorgánicos, voladores o depredadores, son llamados Arcontes (los señores planetarios), que según textos cristianos como los del Nag Hammadi, son una especie de tricksters que crean realidad simuladas, duplicados en los que el ser humano cae ilusoriamente como un pez muerde la carnada de un anzuelo. En The Three Stigmata of Palmer Eldritch, Phillip K. Dick da voz a un Arconte interplanetario que se infiltra en la mente individual y colectiva de la humanidad:

Lo que quiero decir es que me convertiré en todas las personas del planeta…Seré todos los colonos mientras arriban y empiezan a vivir aquí. Guiare su civilización. Es más seré su civilización.

En reiteradas ocasiones, no sabemos si de manera metafórica, Gurdjieff mencionó que los seres humanos eran “comida de la Luna”, tal vez en una resonancia con el sistema gnóstico en el que los Arcontes son vistos como rectores planetarios, generalmente siete (los siete planetas).

El investigador francés Jacques Vallee, de forma similar, dice en su libro Messengers of Deception que los extraterrestres (o cyborgs) provienen del sistema planetario local y que “el fenómeno OVNI” es “un sistema de control espiritual” que se comporta como “un proceso de condicionamiento” y que estas supuestas entidades, más que utilizar máquinas (naves) estaría alterando nuestra percepción o jugando con las leyes de la física que conocemos.

Esta aparente manipulación de la que seríamos objeto, forjando un sistema de creencias propenso a mantenernos como “carne de cañón”, podría explicar tal vez la función que ha tenido la religión organizada en la histora del hombre. Pensadores como Marx y Nietzsche advirtieron que la religión funcionaba como una operación de manipulación psicológica destinada a despojar al hombre de su poder personal, induciéndolo a un estado de sopor y sumisión. Pese a esta remoción de la fuerza individual se generaba una adoración de las entidades y mecanismos que propiciaban dicho despojo. Incluso, por mucho tiempo, en numerosas culturas, se sacrificaban animales y seres humanos para saciar el hambre de estas entidades superiores. Pero, de existir estas entidades predatorias, ¿acaso no es justamente lo que les convendría, que pensáramos en ellas como dioses? Y así nos estuviéramos sin sobresaltos en el “humanero” y marcháramos sin resistencia al matadero.

En la Biblia en diversas ocasiones se hace referencia a la divinidad (padre o hijo) como el pastor, y al ser humano como el rebaño o el ganado. Los dioses griegos también obtienen el epíteto, en las épicas homéricas, de “pastores de hombres”. El pastor puede desarrollar cierto afecto por sus ovejas, pero a fin de cuentas lo que hace siempre es manipular a su ganado para obtener un alimento. Esta es la esencia de un pastor y un rebaño.

Ahora bien si es que existen estas entidades, más allá de que presentan un aspecto en primera instancia terrorífico y en segunda, y más importante, representan un obstáculo insoslayable para la continuidad evolutiva del ser humano y la libertad del individuo, esto es de ninguna manera algo que deba tomarse a mal. En cierta forma, en el divino misterio del universo, aquello que está por encima de nosotros, ángel o vampiro, es lo que nos propulsa, nos jalonea hacia arriba, nos motiva a superar el estadio actual de víctimas de la realidad predatoria. Explica Castaneda en palabras de Don Juán:

Los voladores son una parte esencial del universo… y deben ser tomados como lo que realmente son – increíbles, monstruosos. Son el medio por el cual el universo nos pone a prueba.

El maestro Gurdjieff hace la arenga:

Las posibilidades de evolucionar existen y se pueden desarrollar en individuos aislados…

Las fuerzas que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas también se oponen a la evolución de cada hombre. Toca a cada uno chasquearlas.

En cierta forma, si existen, estas entidades son como los guardianes del Castillo –o del Paraíso: tanto la espada del arcángel como la promesa de la serpiente… Como aquel irritante ujier que impide la entrada a la Ley (divina) a la transpersonalización de Kafka en El Proceso, son terribles, inmisericordes e insondables, pero también imprescindibles si queremos acceder a esa realidad superior, a ese misterio que nos llama desde la profundidad de nuestro espíritu, en la que se disuelve el universo y la totalidad de la existencia. Están ahí, al final del nivel, y definen si nos toca Game Over (y volver a empezar en la rueda de las vidas) o alcanzamos el tálamo de la Princesa (el dote de Gaia-Sophia).

fuente/Tendencias21

lunes, 10 de junio de 2013

¿Qué aspecto tendrán los humanos dentro de 100.000 años?.


Una frente alta, ojos grandes, piel pigmentada... este es el aspecto que ofrecerán los humanos dentro de 100.000 años en opinión de Nickolay Lamm, un joven investigador y diseñador de EE.UU.

Nickolay Lamm ha plasmado en imágenes las posibles evoluciones de la raza humana que le sugirieron las conversaciones que mantuvo con Alan Kwan, doctor en genómica computacional por la Universidad de Washington. Kwan trató de imaginar qué cambios experimentará el rostro humano dentro de 20.000, 60.000 y 100.000 años teniendo en cuenta el creciente desarrollo de la tecnología.

Kwan cree que la clave de nuestra evolución futura será el control de los humanos sobre la evolución natural y la adaptación de la biología humana a nuestras necesidades, que dictará la futura colonización del sistema solar.

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Dentro de 20,000 años los hombres tendrán un cráneo más largo para acomodar el cerebro, de un tamaño superior al actual. Cráneos que hoy en día nos parecerían excesivamente grandes serán la norma y se considerarán normales.
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Dentro de 60.000 años los hombres tendrán el cráneo todavía más grande, y también los ojos habrán aumentado de tamaño, ya que habremos colonizado el Sistema Solar y las personas que habiten en las colonias más alejadas del Sol tendrán que adaptarse a medios más oscuros. Además, la piel será más pigmentada para disminuir los efectos nocivos de la radiación UV fuera de la capa de ozono que protege la Tierra.
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Los siguientes 40.000 años estarán marcados por un dominio total sobre la genética Además, el rostro humano se habrá adaptado a las características que las personas considerarán atractivas: líneas fuertes y majestuosas, narices rectas, ojos de mirada intensa y rasgos faciales de simetría perfecta.

El artículo, publicado en la página myvouchercodes.co.uk, ha conmocionado la Red y el mismo Alan Kwan se vio a obligado a subrayar que las características que había discutido con Nickolay Lamm son solamente "especulaciones".

fuente del Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/96923-cara-humanos-futuro


viernes, 17 de mayo de 2013

La hipótesis del simio acuático retorna a la actualidad.


Fuente: The Guardian | Robin Mckie | 27 de abril de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Es una de las ideas evolutivas más inusuales que se hayan propuesto: los seres humanos son simios anfibios que perdieron su piel, comenzaron a caminar erguidos y desarrollaron grandes cerebros, debido a que salieron a vivir la buena vida por la orilla del agua.

 

Es la hipótesis del simio acuático, y, aunque ha sido tratada con escarnio por parte de algunos académicos en los últimos 50 años, todavía está respaldada por un pequeño, pero comprometido grupo, de científicos. La próxima semana se llevará a cabo una importante conferencia en Londres, donde varios oradores, entre ellos David Attenborough , expresarán su apoyo a la teoría.

 
"Los seres humanos son muy diferentes de otros simios", dice Peter Rhys Evans (izquierda), uno de los organizadores de la conferencia Evolución humana: pasado, presente y futuro. "Carecemos de pelo, caminamos erguidos, ostentamos grandes cerebros y grasa subcutánea, y tenemos una laringe descendida, una característica común entre los animales acuáticos, pero no entre los simios".

Modelos evolutivos estándar sugieren que estas diferentes características aparecieron en momentos separados y por diferentes razones. La hipótesis del simio acuático, argumentan todos ellos, se produjo porque nuestros antepasados decidieron vivir en o cerca del agua durante cientos de miles o posiblemente millones de años.

 
La hipótesis fue propuesta por primera vez en 1960 por el biólogo británico Sir Alister Hardy , quien creía que los simios descendieron de los árboles para vivir, no en la sabana como se supone generalmente, sino en los arroyos crecidos, en los márgenes de los ríos y costas marinas, esto es, en algunas de las fuentes de alimentos más ricas de la Tierra. Para mantener la cabeza fuera del agua desarrollaron la postura erguida y liberaron sus manos para hacer herramientas y así romper y abrir los mariscos. Luego perdieron su vello corporal y, en su lugar, desarrollaron una espesa capa de grasa subcutánea para mantener el calor corporal en el agua.

Desde entonces, los científicos han añadido a otros atributos humanos un origen acuático -una adición reciente son los senos paranasales, dijo Peter Rhys Evans, experto en fisiologia de la cabeza y el cuello en el Hospital Royal Marsden de Londres.

"Los seres humanos tienen particularmente grandes senos paranasales, espacios entre el cráneo, nuestras mejillas, la nariz y la frente. Pero, ¿por qué tenemos espacios vacíos en la cabeza? Esto no tiene sentido si no consideramos la perspectiva evolutiva. Entonces tal circunstancia se vuelve clara: nuestros senos paranasales actuaron como ayudas a la flotación, es decir, ayudaron a mantener la cabeza por encima del agua", dijo.


Otros paleontólogos rechazan partes de la teoría. Uno o dos rasgos humanos podrían haber surgido, dado que nuestros ancestros escogieron sus hábitats cerca del mar, pero todo el conjunto de atributos -la falta de pelo, la postura erguida, grandes cerebros, los senos y otros- es simplemente demasiado, añaden.

 

"Creo que el vadear en un ambiente acuoso es una explicación tan buena, por el momento, a nuestro modo de andar erguido como cualquier otra teoría sobre el bipedalismo humano", aduce el profesor Chris Stringer , del Museo de Historia Natural de Londres. "Pero el conjunto de características sobre el simio acuático incluye atributos que aparecieron en momentos muy diferentes en nuestra evolución. Si todos ellos fueran el resultado de nuestras vidas en ambientes acuáticos, tendríamos que haber empleado millones de años de evolución en ese medio, y no hay pruebas de ello; por no hablar de que los cocodrilos y otras criaturas habrían hecho de los entornos acuáticos un lugar muy peligroso".

 
No es sólo la fisiología humana la que revela nuestro pasado acuático, argumentan los partidarios de la teoría. Nuestra bioquímica cerebral también lo hace. "El ácido docosahexaenoico (DHA) es un ácido graso omega-3 que se encuentra en grandes cantidades en los alimentos marinos", dice el Dr. Michael Crawford , del Imperial College de Londres.

"Dicho ácido aumenta el crecimiento del cerebro en los mamíferos. Es por eso por lo que un delfín tiene un cerebro mucho más grande que una cebra, aunque tienen aproximadamente el mismo tamaño de cuerpo. El delfín tiene una dieta rica en DHA. El punto crucial es que sin una dieta rica en DHA, procedente de los mariscos, no podríamos tener desarrollados nuestros grandes cerebros. Tenemos inteligencia gracias al consumo de pescado y de haber vivido en el agua.

"Item más: ahora nos enfrentamos a un mundo en el que las fuentes de DHA -nuestras reservas de peces- están amenazadas. Eso tiene consecuencias cruciales para nuestra especie. Sin abundancia de DHA, nos enfrentamos a un futuro en el que se incrementarán las dolencias mentales y el deterioro intelectual. Necesitamos hacer frente a eso con urgencia. Esa es la verdadera lección de la teoría del simio acuático".

 

Nacimiento de una idea
Originalmente esbozada por el biólogo Sir Alister Hardy, la hipótesis del mono acuático alcanzó prominencia cuando la teoría fue recogida por la escritora galesa, Elaine Morgan (izquierda) a principios de los años 70. (Su trabajo anterior había consistido en escribir episodios para el Libro de Casos del Dr. Finlay.)

Morgan estaba enfurecida con las explicaciones dominantes de los hombres sobre los atributos humanos como la pérdida del pelo. De acuerdo a las ideas imperantes, los machos humanos perdieron su vello corporal cuando comenzaron a cazar y necesitaban a sudar profusamente en el calor africano. Pero no daban ninguna explicación para dar cuenta de la pérdida de pelo del cuerpo femenino. Como resultado, Morgan volvió a la teoría del simio acuático, en la cual ella creía, proporcionado una visión más equilibrada de la evolución humana.

Morgan escribió un relato popular sobre la hipótesis del simio acuático titulado "La descendencia de la mujer", que se convirtió en un éxito de ventas a ambos lados del Atlántico. Siguió a esto otros libros sobre el tema, incluyendo "Las cicatrices de la evolución" y "La hipótesis del simio acuático". Más recientemente, Morgan defendió su creencia en una presentación televisiva en TEDx en 2009







fuente/http://terraeantiqvae.com

viernes, 10 de mayo de 2013

El misterioso fósil del primer cuadrúmano: Un mamífero de más de 5 metros con cuatro manos prensiles que convivió con los dinosaurios.

Corría el año 1840, y los cinco tomos de la colección de Nuevos Elementos de la Historia Natural, editados por el Dr. M. Salacroux, Doctor en Medicina de la Facultad de París, profesor de Historia Natural en el Colegio Real de San Luis y miembro de la Sociedad de Ciencias Naturales de Francia, fueron traducidos al castellano por el Doctor en Medicina y Biología D. José Rodrigo, conteniendo las asignaturas correspondientes a la Zoología, la Botánica, la Mineralogía y la Geología. La primera edición fue realizada en Madrid por la Imprenta de Verges en 1840.

Aquella obra, junto con la denominada Enciclopedia Moderna de 1855, fueron los primeros libros de texto editados de forma enciclopédica, para consulta y docencia en el ámbito de las Universidades Españolas, que hasta la fecha no incorporaban los nuevos avances y descubrimientos científicos procedentes de la floreciente Revolución del Pensamiento del Siglo XIX.

Estamos hablando de joyas del conocimiento y de libros que pueden encontrarse únicamente en colecciones muy exclusivas y cuidadas, que fueron la base textual de estudio de la comunidad científica española de finales del Siglo XIX.

El Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural, constaba de 3050 Páginas, distribuídas en 5 tomos e ilustrados con 50 láminas grabadas en Cobre, y exponía los últimos avances en el conocimiento de las ciencias naturales,la Botánica, la Zoología, la Geología, la Mineralogía, la Medicina y la Farmacia de la época, recogiendo los últimos avances científicos procedentes de la Sociedad de Ciencias Naturales de Francia y de la Universidad de París, por lo que en aquella época, supuso un salto cualitativo en la metodología de la enseñanza y en el conocimiento de la época en España que carecía de precedentes desde el Renacimiento, pues la Enseñanza Universitaria en España, se encontraba bastante atrasada respecto a los países vecinos en el año 1840.

Por su parte, el complemento, vino a reforzarse con la mencionada Enciclopedia Moderna de 1855, que fue la primera enciclopedia española completa editada en 1855, bajo las bases de la Traducción de la que fuera la primera Enciclopedia Moderna Universal de París, tal y como puede verse en la autorización de Imprenta o Establecimientos de Mellado,(Paris: Rue St.Andreé des Arts Nº47, y de Provence, núm. 12. ) y Madrid Calle Santa Teresa, Número 8 y del Príncipe, Nº 25. El propietario de la imprenta era Francisco de P. Mellado. La Enciclopedia Moderna constaba de 34 Tomos y otros 3 de Atlas y Gráficas en técnica de grabado y contiene todos los conocimientos científicos y técnicos de la Revolución Industrial.

Pues bien, el mismísimo Charles Darwin, fue conocedor y estudioso del Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural, ya que formó parte en 1878 de la Academia Francesa de las Ciencias Naturales, (Sociedad de Ciencias Naturales de Francia) y conoció personalmente a Salacroux, pues fue uno de sus alumnos.

Darwin, fue un estudioso del Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural, que recogía todas y cada una de las especies de seres vivos y fósiles conocidos hasta la época. El Dr. Salacroux llamaba la atención (1). páginas 550 y siguientes del Tomo 5 de Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural de la siguiente afirmación que citamos textualmente: ” Se entrevé que los zoofitos han sido los primeros animales. La vida existía ya, pero era una vida equívoca, sin sensibilidad. Mas tarde los insectos han mostrado un grado superior de organización; la sensibilidad ha aparecido en el mundo, pero todavía estaba reducida a muy estrechos límites. A los insectos siguieron después los peces, y la vida fue cobrando más fuerza: sin embargo estaba limitada a un sentimiento automático, a un puro instinto. Un poco más tarde, las islas y las riberas se han poblado de reptiles muy poco inteligentes todavía y al poco la Tierra se embellecía con la aparición de los mamíferos y conviviendo con todos ellos en la cúspide, los cuadrúmanos y el hombre.”

Una y otra vez, leemos referencias a los cuadrúmanos, y en efecto, por cuadrúmanos entendemos a los simios y al hombre, es decir, animales que tienen cuatro manos en sus extremidades o cinco dedos en la extremidad y un talón/palma diferenciado de los dedos.

Sin embargo, cuando vamos a la referencia citada en las páginas anexas del Tomo 5, descubrimos un extraño fósil de un cuadrúmano que jamás ha vuelto a ser documentado y que según Salacroux, constituye el antecedente del homo y no del simio, ya que generó, antes de estar erguido un incremento de su capacidad craneal, mientras que el simio, ya coexistía con el cuadrúmano, como se demuestra en la ilustración 24 de las 50 ilustraciones en cobre.

Hasta aquí, nada extraño. O sí?. No olvidemos que Charles Darwin, estudió exactamente este párrafo que acabamos de transcribir justo arriba, ya que fue alumno de Salacroux.

La ilustración 24 de 50, ilustra el cuadrúmano antecesor común del Simio y el Homo Sapiens, y está datado en 400 millones de años, lo que implica que convivió con los Dinosaurios, que en tiempos de Salacroux no eran conocidos. (En 1850, no se tenía constancia de la existencia de los Dinosaurios). (2)

Algo que resulta extraño, cuando recurrimos a la Enciclopedia Moderna de 1955, es la exactitud con la que se describe el fósil de Cuadrúmano Humano, diferente del fósil de Cuadrúmano Simio, ambos datados en una etapa 200 millones de años. En ese momento y según La Enciclopedia Moderna de 1855, y en concreto se cita a Salacroux de nuevo y al resto de los integrantes de la entonces Sociedad de Ciencias Naturales de Francia, (posteriormente Academia Francesa de las Ciencias).

Lo sorprendente es el gran detalle de documentación existente al respecto en el tomo de Atlas II, en el que siguiendo palabras de Salacroux ”puede verse cómo un cuadrúmano de 5 metros con aspecto parecido al de una mezcla entre un hombre y un oso, se diferencia de otro cuadrúmano de tamaño más reducido en el que la mezcla se parece más a un lemur, con la especificación de que el primero de ellos ha incrementado su cavidad craneal elevando su zona encefálica y desapareciendo los colmillos, reduciendo su mandíbula inferior a un mentón casi contemporáneo, mientras que el segundo cuadrúmano, primo de éste presenta la misma estructura reducida, pero su cráneo no ha elevado su cavidad craneal y a diferencia del anterior, presenta una osamenta más ligera, un tamaño más pequeño y un cráneo más afilado.”(4)

El hallazgo de estos libros de texto, podría tener consecuencias revolucionarias, ya que suponen la prueba de que Charles Darwin, conociendo los fósiles y documentos expuestos por Salacroux, decidió ocultar su existencia y suprimir el origen ancestral del ser humano, por uno más próximo y relativo al simio, lo que puede comprobarse fácilmente que no se corresponde con los datos científicos existentes a la fecha de 1840 y 1855, en los que se sabía con certeza que el primer cuadrúmano apareció hace 400 millones de años y de la existencia del cuadrúmano simio y humano hace 200 millones de años.

Ciertamente, resulta estremecedor comprobar las diferencias entre el cuadrúmano simio y el cuadrúmano humano, dos especies diferenciadas hace 200 millones de años, que según las evidencias expuestas convivieron con los dinosaurios. No olvidemos, que en 1855, se desconocía la existencia de los dinosaurios. Algo que resulta curioso, sin embargo, sí se conocía la existencia de fósiles de aves, reptiles, anfibios mamíferos, trilobites, peces y moluscos.

Por último Salacroux, fue el primer científico en exponer y clasificar las eras de la Tierra en períodos , primario, Secundario, Ternario y Cuaternario, tal y como se puede ver en páginas 500 y ss de Tomo 5 de Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural 1840, por lo que tal vez fuera pionero en la datación de fósiles en su época y la clasificación de los sedimentos. De hecho, a él debemos la primera estimación hipotética de la física de las tormentas solares.

Fundación EticoTaku 2013.

——–Notaciones del artículo———-

(1).-Ver página 550 del Tomo 5 de Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural 1840. El que se enlaza es una reproducción del original sobre el que se ha realizado el presente estudio.

(2).-Tal como puede comprobarse en las ilustraciones de Salacroux, ningún fósil hacía referencia a los Dinosaurios, mientras que sí se conocían otras formas más arcaicas, como los Trilobites, los reptiles anfibios, moluscos y pequeños reptiles, aves, el Mamut y sus antecesores y curiosamente el cuadrúmano gigante, del que se documentaban hallazgos arqueológicos datados en 400 millones de años. Anexos Ilustraciones Tomo 5 de Compendio de Nuevos Elementos de la Historia Natural 1840.

(3).-Puede comprobarse la copia del esqueleto fósil del cuadrúmano humano, diferenciado del cuadrúmano Simio. Las diferencias son contundentes según Salacroux. Charles Darwin fue conocedor de estos fósiles y tuvo acceso a estas evidencias, por lo que no se comprende cómo prescindió del Cuadrúmano en su obra. El cuadrúmano Humano y cuadrúmano simio ya estaban diferenciados como dos mamíferos diferentes en 1840.

(4).-No olvidemos que Charles Darwin, fue alumno de Salacroux y conocía y había estudiado la existencia del cuadrúmano humano y el cuadrúmano simio y su antecesor común, lo que implica que en 1850, ya se sabía que el hombre no descendía del simio sino de un Cuadrúmano Humano, es decir, un mamífero que había desarrollado una capacidad cerebral extraordinaria y una envergadura excepcional. 

El Cuadrúmano Humano 200 millones de años ,descendió del cuadrúmano común, 400 millones de años y convivió con los dinosaurios, lo que excluye y precede a las teorías de Charles Darwin, que ocultó este pequeño detalle.


fuente/fundacion-eticotaku.org

martes, 11 de diciembre de 2012

Activar un gen cambia aletas por patas.


Pez cebra al microscopio. / RENATA FREITAS (CSIC)

Que el paso de la vida marina a la terrestre fue clave en la evolución no hace falta que nadie nos lo explique: aquí estamos los seres humanos, que salvo gente de la talla Michael Torpe en corto o David Meca en largo, como el chapuzón se prolongue nos defendemos fatal. Y que el cambio de aleta a pata necesita una mutación (o varias) es elemental en genética. Es aquí donde encaja un trabajo del CSIC, que ha descubierto que si se coge un pez cebra y se sobreexpresa un gen del grupo de los Hox, la aleta empieza a osificar como si fuera una extremidad.

Los genes Hox son una de las claves en la evolución animal, y, también en que la mayoría de las especies tengan una estructura similar: cabeza, un cuerpo más o menos complejo y una parte anal terminal. Tienen un papel tan importante, que son intercambiables entre especies: están ahí, listos para expresarse. “El ancestro común de los peces y los tetrápodos tenía un genoma preparado para adquirir progresivamente nuevos elementos reguladores que fueron aumentando los niveles de los genes Hox que permitieron el desarrollo de las manos y los pies”, explica Fernando Casares, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (un centro mixto del CSIC y la Universidad Pablo Olavide), uno de los autores del trabajo.

En concreto, el gen implicado se denomina hoxd13. “Nuestros experimentos demuestran por primera vez que, si aumentamos los niveles del gen hoxd13 en aletas de peces cebra, se incrementa la aparición de tejido óseo de carácter distal similar al que genera los dedos en animales con patas como nosotros”, explica el investigador del CSIC José Luis Gómez‐Skarmeta.

El trabajo se ha publicado en Developmental Cell, y lo firma como primera autora Renata Freitas.

fuente/ El País