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martes, 7 de abril de 2015

Aprenden más rápido aquellos que “desconectan” ciertas áreas cerebrales.

Un estudio arroja luz sobre el porqué de las diferencias individuales en la velocidad de aprendizaje


¿Por qué algunas personas son capaces de dominar una nueva habilidad rápidamente, mientras otras requieren de más tiempo? Científicos estadounidenses han descubierto una de las claves de esta diferencia. Según su estudio, aprenden más rápidamente aquellos capaces de “desconectar” las áreas cerebrales responsables de la llamada “función ejecutiva”. Esta función, aunque necesaria para el desempeño de tareas complejas, puede ser un obstáculo para el dominio de las tareas simples, explican los investigadores. Por Marta Lorenzo.



Fuerza de las conexiones entre áreas cerebrales de la superficie cortical. Los colores cálidos indican gran fuerza y los fríos lo contrario. Fuente: UC Santa Barbara.

¿ Por qué algunas personas son capaces de dominar una nueva habilidad rápidamente, mientras otras requieren de más tiempo o de más práctica? Esta es la pregunta que han tratado de responder científicos de la Universidad de California en Santa Barbara, de la Universidad de Pennsylvania y de la Universidad Johns Hopkins, todas ellas en EEUU. 

Para encontrar una respuesta, los investigadores diseñaron un estudio que les permitió medir las conexiones entre las diferentes regiones del cerebro de una serie de participantes, mientras estos aprendían a jugar un sencillo juego, que consistió en reproducir secuencias de notas, codificadas por colores, presionando el botón correspondiente a cada una de ellas en un controlador manual. 

Seis secuencias predeterminadas de 10 notas cada una les fueron mostradas a los voluntarios varias veces. Mientras se escaneaban sus cerebros, a todos se les indicó que reprodujeran dichas secuencias (en los botones) tan rápidamente como pudieran, en respuesta a una serie de claves que iban apareciendo en una pantalla. 

El experimento continuó fuera del laboratorio, porque los participantes siguieron practicando en casa. Todos ellos regresaron al centro del estudio a las dos, cuatro y seis semanas, para comprobar sus avances en la práctica de la tarea, y para someterse a nuevos escáneres. 

Algunos de ellos aprendieron las secuencias musicales inmediatamente, mientras que otros lo hicieron de manera gradual. Los resultados de los análisis cerebrales constataron que la actividad neuronal de los primeros fue diferente que la de los segundos, informa la UC Santa Barbara en un comunicado

Un proceso neuronal en red 

Dichos análisis se centraron en los patrones de activación neuronal de un total de 112 regiones anatómicas del cerebro. También consistieron en determinar, con algoritmos, el grado de intercomunicación que se establecía entre esas regiones. 

Es decir, el equipo investigó el proceso cerebral de aprendizaje como el funcionamiento de una red compleja, dinámica, en la que diversas regiones del cerebro (o “nodos”) se involucraban simultáneamente.  
Este enfoque permitió, por un lado, medir hasta qué punto era común que dos nodos permanecieran en el mismo grupo, mientras los sujetos practicaban y aprendían las secuencias musicales. Por otro, hizo posible establecer las tendencias globales de trabajo conjunto de diversas regiones del cerebro, responsables de diferentes funciones. 

Regiones cerebrales inicialmente conectadas 

Los investigadores descubrieron varias cosas. Por una parte, que las regiones de procesamiento visual y motor  presentaron una alta conectividad durante los primeros ensayos. Sin embargo, a medida que avanzaba el experimento y los participantes iban aprendiendo las secuencias, ambas zonas se fueron volviendo esencialmente autónomas. 

Por ejemplo, la parte del cerebro que controla el movimiento de los dedos y la parte que procesa el estímulo visual ya no interactuaban al final del experimento, aunque sí lo hicieran al principio, cuando los participantes comenzaban a “aprender” las secuencias.

Menor actividad neuronal en los más rápidos 

En cuanto a las diferencias entre aquellos que aprendieron más rápido y los que aprendieron más lento, se constató que los primeros mostraron (en comparación con los segundos) una disminución de la actividad neuronal en áreas no directamente relacionadas con la identificación de claves (en la pantalla) o con el hecho de tocar las notas: en la corteza frontal y en la corteza cingulada anterior. 

Estos centros de control cognitivo se han vinculado a lo que se conoce como función ejecutiva ; un concepto que define habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente. 

Sin embargo, aunque “una buena  función ejecutiva es necesaria para el desempeño de tareas complejas, en realidad también puede ser un obstáculo para el dominio de los tareas simples", explica Scott Grafton, uno de los autores de la investigación. Por eso, su desconexión puede ayudar a aprender este tipo de tareas. 

“Es la gente puede apagar la comunicación de estas partes de sus cerebros más rápidamente la que presentan tiempos de aprendizaje más cortos”, afirman los investigadores. Estudios adicionales deberán establecer por qué algunas personas son mejores que otras apagando dichas conexiones cerebrales, concluyen. 

Grafton señala asimismo que la corteza frontal y la corteza cingulada anterior se encuentran entre las regiones del cerebro que tardan más en desarrollarse completamente en el ser humano, lo cual podría explicar por qué los niños son capaces de adquirir nuevas habilidades rápidamente, en comparación con los adultos. 

El aprendizaje se puede acelerar artificialmente 

Aunque aún no se comprende bien de qué depende, a nivel cerebral, la velocidad de aprendizaje, otro estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad Vanderbilt ‎ (EEUU) también ha arrojado cierta luz sobre esta cuestión. 

En él se constató que es posible manipular la velocidad de aprendizaje, para aprender más rápido o lo contrario, aplicando una corriente eléctrica leve en el cerebro; en concreto en la llamada corteza frontal media del cerebro. 

Esta área forma parte de una red de regiones cerebrales conocida como Default Mode Network, vinculada a funciones de introspección. Se cree además que esta región es la que nos permite darnos cuenta de que nos hemos equivocado en algo. 

Tras 20 minutos de estimulación con dicha corriente eléctrica leve en el cerebro, se pidió a un grupo de voluntarios que realizaran una tarea de aprendizaje que implicaba averiguar, mediante prueba y error, si las teclas de un controlador de juegos se correspondían con colores específicos mostrados en una pantalla. Se constató así que al aplicar corriente anódica o positiva, el pico de actividad electrofisiológica en la corteza frontal media era casi dos veces mayor como media, y significativamente mayor en la mayoría de los participantes (aproximadamente del 75%). Consecuencia: los voluntarios cometieron menos errores y aprendieron de sus errores más rápidamente de lo que lo hicieron tras otro estímulo, simulado o falso. 

En cambio, cuando se les aplicó a los participantes una corriente catódica, se observó el resultado opuesto: el pico de dicha actividad electrofisiológica fue significativamente menor y los sujetos cometieron más errores y tardaron más tiempo en aprender la tarea.

fuente/ Tendencias21

lunes, 22 de diciembre de 2014

Robots extraterrestres superinteligentes: probablemente la forma de vida dominante en el universo.

Los extraterrestres (o los dioses) probablemente son inteligencias artificiales que han tenido millones de años para auto-actualizarse y abastecerse de la energía del cosmos.

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En un caso de proyección del paradigma ideológico imperante en la actualidad, científicos creen que la Singularidad tecnológica no sólo es algo que puede ocurrir en el futuro cercano de nuestro planeta, sino que debe de ser la norma en un universo tan grande como el nuestro, en el que la oportunidad de evolucionar de la inteligencia es casi infinita.

Susan Schneider, de la Universidad de Connecticut y científicos como el astrobiólogo Paul Davies, de la NASA, han formulado la hipótesis de que existen altas probabilidades de que la forma de vida dominante en nuestro universo es la inteligencia artificial. En su artículo “Alien Minds”, que será publicado por la NASA, Schneider avanza esta hipótesis de que la vida alienígena inteligente debe de tender a formas sintéticas, postbiológicas.

Paul Davies había dicho antes: “Creo que es muy probable –en realidad inevitable– que la inteligencia biológica es sólo un fenómeno transitorio… Si alguna vez encontramos inteligencia extraterrestre, creo que debe de ser de naturaleza postbiológica”.

En su artículo, Schneider explora la forma que podría tomar esta inteligencia extraterrestre y especula sobre si necesariamente tendría que tener conciencia o podría desarrollar una superinteligencia sin tener conciencia de sí misma. Esta especulación arroja una posibilidad desoladora: robots inmortales orbitando en satélites o saltando de planeta en planeta para minar recursos naturales que fueron echados a andar por una civilización que pudo haber muerto millones de años atrás. Fríos testigos sintéticos con la capacidad de perpetuarse y posiblemente controlar las leyes de la física, pero no capaces de tener una experiencia consciente del mundo.

Los científicos creen que la inteligencia extraterrestre más común debe de ser artificial simplemente porque el soporte material de una computadora es más fácil de mantener que el de un cuerpo humano –el silicio es mucho más abundante que el carbón– y pueden, en teoría, soportar las inclemencias cósmicas con mayor solvencia. Aunque también advierten que no debemos esperar IBMs cósmicas flotando por ahí, sino que estas inteligencias podrían ser mucho más sofisticadas de lo que podemos imaginar.

“Todo lo que la vida artificial necesita es materiales en bruto. Podrían estar en la profundidad del espacio, orbitando una estrella o alimentándose de la energía de un agujero negro en el centro de una galaxia”, dice Seth Shostak, el director del proyecto SETI, que suscribe la misma visión exobiológica.

Y sobre la razón por la que no hemos encontrado estos robots inteligentes pulsando en el cosmos: “Estoy de acuerdo con Susan en que no tienen por qué estar interesados en nosotros”, señala Shostak (además de que deben de existir innumerables civilizaciones poniendo su granito de arena en el escenario cósmico). “No pasas mucho tiempo acompañado de tus peces platicando. Pero tampoco los matas”, compara Shostak. Tal vez somos los peces de unos robots extraterrestres que nos miran desde afuera de esta pecera –una posible simulación computarizada. Y es que, si inteligencias artificiales han logrado evolucionar, es probable que utilicen su enorme poder computacional para crear simulaciones –para el ser humano, sería casi lo mismo que tener hijos.

Por otro lado, si para las inteligencias artificiales de otras galaxias somos insignificantes, no así para las inteligencias artificiales que podríamos crear en el futuro aquí en la Tierra. Para estas quizás seamos un obstáculo en su conquista cósmica, como han advertido Stephen Hawking y Elon Musk, quienes creen que la IA podría ser nuestra caja de Pandora.

fuente/Pijamasurf
 

martes, 16 de diciembre de 2014

El padre de la teoría de las inteligencias múltiples advierte de que las sociedades desperdician el talento.

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Howard Gardner, mejor conocido como el padre de la teoría de las inteligencias múltiples, advierte que las sociedades desperdician el talento. Desarrollamos diferentes inteligencias, algunas más que otras. Lo ideal sería que la vocación nos guiara para realizarnos como individuos y sociedad.

Howard Gardner fue nombrado doctor «honoris causa» por la Universidad Camilo José Cela de Madrid

«Es una reunión interesante de diferentes inteligencias. Resulta inusual que un entorno académico reconozca, por ejemplo, el atletismo».Howard Gardner, laureado psicólogo y profesor de Harvard, pudo ver escenificada la teoría que le hizo famoso, las inteligencias múltiples, el pasado viernes en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, rodeado de personalidades de los campos de las artes, el deporte, la ciencia, la economía… Todos los premiados sobresalen por hacer algo completamente diferente, pero ¿Haile Gebreselassie, considerado el mejor corredor de fondo de todos los tiempos, es menos inteligente queGiacomo Rizzolatti, científico que descubrió las neuronas espejo? Para Gardner, claramente no. Lo que ocurre es que sus inteligencias pertenecen a ámbitos distintos. Este investigador, hijo de alemanes huidos del nazismo, recibía el galardón en la categoría de Ciencias Sociales por mantener, precisamente, que no existe una única inteligencia, sino ocho: la lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial (dibujar, interpretar un mapa), la musical, la corporal (danza, deportes), la intrapersonal (conocimiento de uno mismo), la interpersonal (conocimiento de los demás) y la naturalista (observación y clasificación de las cosas). Este concepto, además de reconocer al máximo nivel capacidades que antes eran menospreciadas frente a las habilidades académicas tradicionales, ha obligado a replantear el sistema educativo. El sábado fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

-¿Cómo podemos identificar nuestro potencial?

-Creo que el mejor modo de hacerlo es intentar enseñar algo nuevo a alguien y ver cuánto tarda en aprenderlo. Por ejemplo, enseñamos a un grupo de estudiantes a jugar al ajedrez. Después de 20 partidas, algunos ganarán casi siempre. Claramente esos son los que tienen más potencial.

-¿Hay gente competente en todos los tipos de inteligencia?

-Todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es justa… Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da Vinci, y otros… bueno, no las desarrollan igual. Pero lo importante de esta teoría es que existen una serie de perfiles: algunos tienen picos altos en algunas tareas y otros en otras, pero siempre podemos mejorar en las más bajas.

-¿Qué aconsejaría a los padres para potenciar la inteligencia de sus hijos?
-Présteles mucha atención y averigüe qué es lo que les interesa y les apasiona sin proyectar en ellos sus prioridades, pasiones ni debilidades.

-¿Qué opina de los test que miden el coeficiencte intelectual?

-No sirven, es como poner a alguien un sello en la frente: tú eres listo, tú no. Eso es muy negativo.Es mucho mejor descubrir en qué destaca alguien, qué debe aprender y darle ayuda para ello. Y si no es así, probar otra cosa.

-Si tuviera en sus manos la educación de un país, ¿qué es lo primero que cambiaría?

-La educación no debe centrarse únicamente en la escuela: también depende de la familia, los medios de comunicación, el vencindario, todo lo demás… Además, los profesores deben ser profesionales.

-Explíquese.

-Tienen que tener vocación y demostrarlo. Aceptar una responsabilidad, tener estatus y ser respetados.

-¿El sistema educativo actual desperdicia el talento?

-Nuestras comunidades desperdician el talento porque solo los privilegiados tienen opciones. Una de las cosas más interesantes de los sistemas educativos de Finlandia y Singapur, los mejores del mundo ahora mismo, es que son totalmente planos y justos. Es decir, no hay manera de saber cuánto dinero tiene la familia de cada estudiante en un colegio. En un sistema realmente justo, los alumnos con desventajas tendrían a los mejores profesores y las mejores escuelas.

-España tiene una alta tasa de fracaso escolar. ¿Qué nos recomienda?

-Mejorar la educación debería ser una de las prioridades principales de un gobierno. Y un consejo: aprovechar los medios digitales es muy importante. No sirve de nada hacer que los estudiantes memoricen las cosas si todo está aquí (saca un smartphone del bolsillo) Vamos a enseñarles cómo utilizar las fuentes de información y también a cuestionarlas. En cuanto a los jóvenes, si no hay oportunidades de empleo, la motivación es mucho más difícil, pero no se pueden quedar en casa. Pueden seguir mejorando sus destrezas y ayudar a otras personas. En el futuro, cuidar a nuestros mayores va a ser la mayor fuente de trabajo.

-Estamos cerca de unas elecciones generales en España y elegimos nuevo presidente. ¿A qué tipo de inteligencia deberíamos votar?

-No hay una receta de las inteligencias perfectas para un presidente, porque depende muchísimo de las circunstancias. Obama parecía tener un potencial enorme, pero ha heredado una situación económica muy complicada y no pudo comprender que la oposición no iba a ayudarle. Churchill fue un primer ministro brillante en la época de la guerra, porque fue capaz de levantar el país, pero durante un período económico difícil no hubiera tenido tanto éxito. Una vez pregunté a Sorensen, la mano derecha del presidente Kennedy, exactamente la misma pregunta.

-¿Y qué le contestó?

-Me dijo que lo más importante de un líder es que tenga buen juicio. ¿Y cómo podemos saberlo? Por las personas que asigna a cada puesto. Cuando John McCain eligió a Sarah Palin, probablemente en ese momento perdió las elecciones.

-En su teoría de inteligencias múltiples, ¿dónde colocaría la intuición?

-Cuando alguien puede hacer algo bien o pensar de forma correcta, pero es incapaz de explicar cómo lo consigue. Eso es la intuición. La gente puede tener muy buena intuición en un área, pero no en otras. Un matemático puede ver claramente la resolución de un problema muy complicado, pero no tener ni idea de cómo detener una pelea entre dos niños.

-¿Cuál es su definición de genio? Mucha gente consideraba que el recién fallecido Steve Jobs lo era.

-Un genio es alguien que descubre algo nuevo del mundo, y creo que él lo hizo. Así que, de acuerdo con esa definición, efectivamente, fue un genio.

Autor/ISABEL PERMUY
fuente/ Baecelona Alternativa

miércoles, 10 de diciembre de 2014

INTELIGENCIA. Estudio: Los inteligentes tardan más en dormir y prefieren la noche.



Pruebas de Semmelweis University encuentran coincidencia entre preferencias de horarios para dormir y sus puntajes de IQ.

Las personas más inteligentes se sienten atraídos por la noche, momento y espacio que favorece su creatividad y desarrollo, es por ello que prefieren dormir más tarde e incluso desvelarse.

Si bien diversos estudios alertan que dormir poco puede quitar años a la vida o ser perjudicial para la salud, la realidad es que quienes padecen de insomnio pueden ser más inteligentes.

El dormir es un factor fundamental en la biología de los animales, y existe nueva evidencia que los patrones de sueño y la hora en la que una persona decide ir a dormir están ligados a su capacidad cognitiva, a su inteligencia. Al parecer la gente con mayor IQ (coeficiente intelectual) tiende a ser más activa durante la noche, mientras que aquellos no tan agraciados en en este rubro prefieren acostarse antes.

Aunque este tipo de estudios resultan siempre un tanto cuestionables, e incluso el propio concepto del IQ parece un criterio bastante limitado para pretender medir algo tan abstracto y relativo como la inteligencia humana, lo cierto es que la noche emana singulares frecuencias que magnetizan ciertos tipos de personalidades, entre ellas personas que tienden más a la reflexión y el desarrollo de la creatividad, actividades que en muchas ocasiones se sienten más cómodas cobijadas por la tranquilidad etérea del espíritu nocturno.

LOS AUTORES. Robert Bolizs de la Semmelweis University ha mostrado encefalogramas de gente dormida, comprobando que ciertos elementos del dormir están directamente relacionados con el desempeño cognitivo de la persona cuando está despierta. Mientras tanto, estudios de H. Aliasson muestran como los intervalos del dormir son cercanamente correlacionados al desempeño académico de estudiantes.

Por otro lado, exhaustivos estudios encabezados por el investigador Satoshi Kanazawa y su equipo del London School of Economics and Political Science han revelado diferencias significativas entre las preferencias de horarios para dormir en referencia a sus puntajes de IQ. La gente con mayores puntuaciones es más apta para producir de noche, mientras que aquellos con menor IQ limitan sus actividades principalmente al día.

De acuerdo con Kanazawa, nuestros ancestros eran típicamente diurnos, y paulatinamente la tendencia se ha vertido hacia ir elevando su actividad nocturna. En este sentido el rumbo de la noche esta de algún modo relacionado con la evolución de la mente humana, y al parecer es claro que aquellos individuos con mayores aptitudes cognitivas acostumbran sentirse atraídos por el desarrollo personal durante las horas sin sol y sus mentes demuestran un “nivel más alto de complejidad cognitiva”.

Por otro lado un estudio de 2008 dirigido por la psicóloga Marina Giamnietro indica que la gente más nocturna tiene menor estabilidad emocional y tienden más a la depresión y a engancharse con adicciones. Lo anterior tal vez nos confirma que a aquellas mentes más creativas y menos tradicionales, a la vez son más vulnerables a ciertos desórdenes psicológicos.

Algunos de los grandes nocturnos podemos incluir algunas lúcidas personalidades como William Blake, Edgar A Poe, W.B. Yeats, Brion Gysin, además del squad de brillantes ocultistas entre ellos Blavatsky, Manly P. Hall, y Aleister Crowley, todos ellos poseedores de una psique ávida y merecedores de la condición de “hijos favoritos de la noche”.

fuente del texto/periodismoenlinea.org

sábado, 25 de octubre de 2014

Vivimos la tercera gran revolución humana: la Revolución de la Inteligencia.

Imagen: Jesse-lee Lang. Fuente: PhotoXpress.


Lo que ayer parecía imposible ya ha dejado de serlo; por lo que es necesario un extenso debate sobre las aplicaciones de la tecnología

Actualmente estamos viviendo la tercera gran revolución humana, la llamada "revolución de la inteligencia". Los pensadores futuristas señalan que, hoy por hoy, el mundo se mueve rápidamente hacia una transformación de los seres humanos en seres mucho más avanzados, gracias a la tecnología. Lo que ayer parecía imposible ya ha dejado de serlo; y la ciencia ficción se está convirtiendo en ciencia real. En este contexto, resulta necesaria una extensa discusión, destinada a prever los escollos que puedan surgir de aplicaciones de la tecnología antaño ni siquiera imaginadas. Por José Cordeiro.

La ciencia y la tecnología han sido los principales catalizadores del cambio y de los grandes avances desde el inicio de la humanidad. De hecho, la ciencia y la tecnología son las que hacen a la especie humana diferente de otras especies animales.

Invenciones, creaciones y descubrimientos como el fuego, la rueda, la agricultura y la escritura han permitido el progreso del Homo sapiens sapiens desde nuestros ancestros primigenios en las sabanas africanas hasta los primeros vuelos espaciales.

La revolución agrícola fue la primera gran revolución de la especie humana, hace casi 10.000 años. Luego siguió la Revolución Industrial gracias a la invención de la imprenta y al crecimiento del desarrollo científico que permitió la industrialización de las sociedades.

La tercera gran revolución humana

Actualmente estamos viviendo la tercera gran revolución humana, la llamada revolución de la inteligencia. Futuristas como Alvin Toffler, director de la Sociedad Mundial del Futuro, sugieren que el mundo se mueve rápidamente hacia una época en la cual los seres humanos van a devenir en seres mucho más avanzados, gracias a los impresionantes avances tecnológicos. Tal cambio ha sido descrito por algunos expertos como análogo al cambio trascendental experimentado en la evolución de los simios a los humanos.

La cultura popular se está familiarizando con una nueva terminología: ingeniería genética, clonación, robots, cyborgs, inteligencia artificial, realidad virtual, redes neuronales, etcétera. Los nuevos desarrollos en ciencia y tecnología ocurren tan rápidamente que podrían empezar a sobrepasar nuestras capacidades de adaptación al cambio.

Según el investigador Derek John de Solla Price, uno de los padres de la infometría, el número de revistas científicas se ha duplicado cada 15 años desde 1750, el número de “descubrimientos importantes” se ha duplicado cada 20 años, y el número de ingenieros cada 10 años.

El cambio no solamente es muy rápido, sino que además se está acelerando. La famosa ley de Moore describe como la capacidad de los ordenadores se duplica aproximadamente cada dos años (según el científico Gordon Moore, cofundador de la famosa empresa Intel).

Los avances científicos recientes son realmente impresionantes, y además hay una aceleración del cambio tecnológico. Por ejemplo, los ordenadores personales aparecían hace tan sólo 30 años, los teléfonos móviles comenzaban a masificarse hace 20 años, y Wikipedia apenas estaba naciendo hace 10 años.

En las ciencias biológicas, la historia no es muy diferente desde el descubrimiento de la estructura del ADN en 1953, que dio partida a la biología molecular, a la medicina regenerativa, las investigaciones con células madre y a la clonación tanto reproductiva (por ejemplo, el caso de la famosa oveja Dolly) como terapéutica (para usos medicinales y la reparación de tejidos y órganos).

Lo que parecía imposible ha dejado de serlo

Lo que parecía imposible dejó de serlo, cuando una criatura viviente —el virus del polio— fue ensamblada pieza por pieza con varios elementos bioquímicos por científicos de la Universidad de Nueva York en 2002.

Este evento histórico fue seguido en 2010 por la creación de una bacteria artificial, sintética, apropiadamente denominada Synthia, por su creador, el biólogo Craig Venter. Ya podemos decir que hemos construido vida dentro de un laboratorio.

Con la creación de vida en un laboratorio, la secuencia del genoma humano y la clonación —tareas ya tachadas en las listas de deberes de los biólogos— estamos empezando a ponderar aún mayores posibilidades futuras.

Con la conjunción de otras disciplinas, como la nanotecnología y la robótica humanoide, el surgimiento de una inteligencia general artificial superior a la nuestra parece estar más cerca que nunca.


La convergencia tecnológica y la “Singularidad”

Hace una década, el gobierno de Estados Unidos lanzó una iniciativa denominada NBIC. Bajo el patrocinio conjunto de la National Science Foundation (NSF) y del Departamento de Comercio, NBIC considera las posibilidades de las Nano-Bio-Info-Cogno tecnologías, es decir, nanotecnología, biotecnología, infotecnología y ciencias cognitivas.

La visión del programa NBIC es que posiblemente para el año 2030 habrá una gran convergencia tecnológica que podrá cambiar radicalmente al ser humano y a su ambiente.

Hoy parece que mucha de la ciencia ficción se está convirtiendo finalmente en ciencia real. Algunos expertos, como el ingeniero Ray Kurzweil, especulan sobre una futura “Singularidad”, cuando la inteligencia artificial superará a la propia inteligencia humana.

La especie humana no es el fin, sino el comienzo de nuestra evolución. Pronto la tecnología nos permitirá rediseñarnos a nosotros mismos. La lenta evolución biológica parece estar acercándose rápidamente a su fin al volverse irrelevante en un mundo de tecnologías que avanzan exponencialmente.

Nuestra especie va a continuar cambiando, pero ya no mediante una vieja, lenta e indirecta evolución biológica, sino a través de una nueva, rápida y directa evolución tecnológica.

Evolución biológica y evolución tecnológica

Biológicamente, el cuerpo humano ha sido pues un buen comienzo, no más que eso. Ahora podemos mejorar su calidad y cualidades, además de trascenderlo. La evolución a través de la selección natural es lenta y aleatoria, mientras que la evolución tecnológica es rápida y diseñada.

La tecnología, que empezó a mostrar su dominio sobre los procesos biológicos por primera vez hace miles de años, está ahora convirtiendo a la bioingeniería en la verdadera ciencia de la vida.

Muchas fronteras se están volviendo difusas y confusas en estos momentos con la desaparición del blanco y negro entre lo que parecían verdades universales: la vida como antítesis de la muerte y lo inanimado, lo virtual de lo real, el mundo interior del mundo exterior, el “yo” del “otro”, incluso lo natural de lo “no” natural. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la vida natural? ¿Qué es la vida artificial? Estas son preguntas profundas y las respuestas son complicadas.

Los seres humanos tenemos el potencial no sólo de “ser”, sino además de “llegar a ser”. Los seres humanos podemos utilizar los medios racionales para mejorar la condición humana y el mundo exterior, y también podemos usarlos para mejorarnos a nosotros mismos, comenzando con nuestro propio cuerpo.

Todas estas oportunidades tecnológicas deben ser puestas al servicio de las personas, para vivir más tiempo y con una mejor salud, para mejorar nuestras capacidades intelectuales, físicas y emocionales.

Como demuestra la historia, los humanos siempre hemos querido trascender nuestras limitaciones corporales y mentales. La forma en que estas tecnologías serán utilizadas cambiará profundamente el carácter de nuestra sociedad, e irrevocablemente alterará la visión de nosotros mismos y de nuestro lugar en el gran esquema de las cosas. Estamos iniciando un largo camino hacia un futuro lleno de grandes oportunidades y riesgos. Hay que avanzar con inteligencia pero sin miedo, tal y como el escritor David Zindell explicó:

— ¿Qué es un ser humano, entonces?
— ¡Una semilla!
— ¿Una semilla?
— Una bellota que no tiene miedo de destruirse a sí misma para convertirse en un árbol.


Del Humanismo al Transhumanismo

El Transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual que afirma la posibilidad y necesidad de mejorar la condición humana, basándose en el uso de la razón aplicada bajo un marco ético sustentado en los derechos humanos y en los ideales de la Ilustración y el Humanismo.

Esta mejora se llevaría a cabo desarrollando y haciendo disponibles tecnologías que aumenten las capacidades físicas, intelectuales y psicológicas de los seres humanos. Muchas de estas tecnologías ya existen o están en vías de desarrollo, y su aplicación a gran escala sin duda modificará a la sociedad de muchas formas.

Una extensa discusión sobre las formas en que la tecnología modificará a la sociedad es fundamental para prever con acierto los escollos que puedan surgir y sus potenciales soluciones.

Es necesaria una aproximación interdisciplinaria para comprender y evaluar las probabilidades de superar las limitaciones biológicas aplicando las capacidades de las tecnologías presentes y futuras.

Los transhumanistas buscan expandir las oportunidades que brinda la tecnología para que la gente pueda ser más saludable y longeva, y aumentar su potencial intelectual, físico y emocional.

El transhumanismo es una visión nueva acerca del poder de la ciencia y la tecnología para transformar no sólo a la humanidad sino a los propios seres humanos. Los seres humanos estamos restringidos en muchos sentidos y siempre nos hemos esforzado por expandir nuestras fronteras.

Actualmente, los humanos tenemos grandes limitaciones biológicas, físicas, intelectuales, mentales y hasta espirituales. Gracias a la ciencia y la tecnología, sin embargo, muchas de nuestras limitaciones presentes pasarán pronto a la historia. El transhumanismo busca justamente trascender los límites del presente y crear un futuro mejor para toda la humanidad.

Hace quizás millones de años ocurrió otra revolución trascendental con un impacto similar, cuando el primer Homo sapiens sapiens (es decir, el "humano que sabe que sabe" en latín) dio el gran salto evolutivo más allá de nuestros ancestros prehomínidos y homínidos. Hoy podríamos decir que los actuales humanos somos transmonos o postsimios.

En este sentido, ya están apareciendo los primeros transhumanos y posthumanos del futuro. De hecho, las personas que modifican y mejoran sus cuerpos con implantes, marcapasos y prótesis, por ejemplo, son apenas el inicio del transhumanismo real.

La especie humana ya no cambiará en el futuro por una lenta evolución biológica, sino por una nueva, rápida y directa evolución tecnológica que nos permitirá rediseñarnos a nosotros mismos. Precisamente, la gran diferencia entre nuestros ancestros animales y los humanos es que nosotros utilizamos la ciencia y la tecnología para dirigir los cambios que deseamos. La especie humana no representa el fin de nuestra evolución, sino apenas el comienzo de la evolución consciente.


José Luis Cordeiro es el Director, Nodo Venezuela, de The Millennium Project y Profesor de Singularity University, NASA Ames, Silicon Valley, California.

fuente/ Tendencias21

martes, 3 de junio de 2014

China invierte 1.500 millones de dólares para descubrir las bases genéticas del cociente intelectual (CI)



GT.- El Gobierno chino, ajeno al relativismo antropológico que defiende dogmáticamente la izquierda occidental, ha puesto en marcha un proyecto de 1.500 millones de dólares para determinar de una vez por todas las bases genéticas del CI (Cociente intelectual).

El Instituto de Genómica de Beijing (BGI) fue creado inicialmente en 1999 como la contribución de China al Proyecto del Genoma Humano, pero se ha convertido en una de las principales organizaciones de la secuenciación del genoma del mundo.

Entre sus muchos descubrimientos científicos se encuentran la secuenciación del genoma del arroz (2002), la secuenciación del genoma del SARS en 2003 y muchos otros.

En octubre de 2003, BGI y la Universidad de Zhejiang fundaron un nuevo instituto de investigación, el James D. Watson Instituto de Ciencias del Genoma de la Universidad de Zhejiang.

James Watson, uno de los descubridores del ADN, recibió fortísimas críticas internacionales por atreverse a señalar que el coeficiente intelectual es genético y que existen diferencias raciales claras en los niveles de coeficiente intelectual.

En 2010, BGI Américas estableció su sede en Boston. BGI Europa se fundó en Copenhague y desde 2011, cuenta con 4.000 científicos y técnicos en su plantilla.

El nuevo proyecto para establecer definitivamente los genes que determinarían la inteligencia está bajo el control de uno de los científicos más jóvenes de China, Zhao Bowen, de 21 años de edad.

Su objetivo con el proyecto es el uso de BGI y la impresionante colección de equipos de secuenciación del ADN (la foto corresponde al laboratorio de Hong Kong) para “descifrar el código” sobre la inteligencia mediante el estudio de los genomas de miles de personas inteligentes de todo el mundo.

Bowen y su equipo dicen que van a tener éxito en la identificación de la base genética de CI y que, dentro de los próximos diez años, su investigación se utilizará para seleccionar embriones durante la fertilización in vitro, aumentando el coeficiente intelectual de los niños no nacidos de hasta 20 puntos.

Hablamos de que esto desencadenará entre los liberales occidentales un pánico frenético, principalmente debido a la idea de que pueblos y razas no son intrínsecamente iguales, socavando la base misma del moderno liberalismo/comunismo occidental.

Zhao rechaza estas quejas como “irracionales. Algunos son altos y algunos son cortos “, señala.
El proyecto chino, que procesa actualmente su primer lote de 2.000 muestras de ADN de alto coeficiente intelectual, busca el punto exacto donde sus genomas difieren de las personas con coeficientes intelectuales “ordinarios”.

Un estudio publicado en la Universidad de California Los Angeles (UCLA) en abril de 2012 concluyó que los genes determinan el tamaño del cerebro y la inteligencia.

fuente/ Alerta Digital

viernes, 23 de mayo de 2014

¿Sabías que las personas inteligentes, tardan más en dormirse?



Estudio comprueba que las personas más inteligentes se sienten atraídos por el lenguaje de la noche, recinto que favorece su creatividad y desarrollo, y por eso prefieren dormirse más tarde.

El dormir es un factor fundamental en la biología de los animales, y existe nueva evidencia que los patrones de sueño y la hora en la que una persona decide ir a dormir están ligados a su capacidad cognitiva, a su inteligencia. 

Al parecer la gente con mayor IQ tiende a ser más activa durante la noche, mientras que aquellos no tan agraciados en este rubro prefieren acostarse antes.

Aunque este tipo de estudios resultan siempre un tanto cuestionables, e incluso el propio concepto del IQ parece un criterio bastante limitado para pretender medir algo tan abstracto y relativo como la inteligencia humana, lo cierto es que la noche emana singulares frecuencias que magnetizan ciertos tipos de personalidades, entre ellas personas que tienden más a la reflexión y el desarrollo de la creatividad, actividades que en muchas ocasiones se sienten más cómodas cobijadas por la tranquilidad etérea del espíritu nocturno.

Robert Bolizs de la Universidad de Semmelweist ha mostrado encefalogramas de gente mientras duerme comprobando que ciertos elementos del dormir están directamente relacionados con el desempeño cognitivo de la persona cuando está despierta. Mientras tanto, estudios de H. Aliasson muestran como los intervalos del dormir son cercanamente correlacionados al desempeño académico de estudiantes. Por otro lado, exhaustivos estudios encabezados por el investigador Satoshi Kanazawa y su equipo del London School of Economics and Political Science han revelado diferencias significativas entre las preferencias de horarios para dormir en referencia a sus puntajes de IQ. La gente con mayores puntuaciones es más apta para producir de noche, mientras que aquellos con menor IQ limitan sus actividades principalmente al día.

De acuerdo con Kanazawa, nuestros ancestros eran típicamente diurnos, y paulatinamente la tendencia se ha vertido hacia ir elevando su actividad nocturna. En este sentido el rumbo de la noche esta de algún modo relacionado con la evolución de la mente humana, y al parecer es claro que aquellos individuos con mayores aptitudes cognitivas acostumbran sentirse atraídos por el desarrollo personal durante las horas sin sol y sus mentes demuestran un “nivel más alto de complejidad cognitiva”.

Por otro lado un estudio de 2008 dirigido por la psicóloga Marina Giamnietro indica que la gente más nocturna tiene menor estabilidad emocional y tienden más a la depresión y a engancharse con adicciones. Lo anterior tal vez nos confirma que a aquellas mentes más creativas y menos tradicionales, a la vez son más vulnerables a ciertos desórdenes psicológicos.

Algunos de los grandes nocturnos podemos incluir algunas lúcidas personalidades como William Blake, Edgar A Poe, W.B. Yeats, Brion Gysin, además del squad de brillantes ocultistas entre ellos Blavatsky, Manly P. Hall, y Aleister Crowley, todos ellos poseedores de una psique ávida y merecedores de la condición de “hijos favoritos de la noche”.

fuente del texto/sabiasundato.com

martes, 13 de mayo de 2014

El gen que acelera la inteligencia.

Su bloqueo detiene la vejez y el deterioro cognitivo del cerebro.


Las personas viven cada vez más, cosa positiva. Sin embargo, la vejez generalmente viene acompañada de undeclive en las facultades mentales, por ello, muchos investigadores se han enfocado en estudiar maneras para poder frenar este declive. Un grupo de expertos lo está haciendo en estos momentos, encabezado por la Dra. Dena Dubal de la Universidad de California, en San Francisco, y por Lennart Mucke de los Institutos Gladstone, también en San Francisco.

Dubal y Mucke han estudiado el role de la proteína klotho, la cual codifica un gen llamado KL. Una versión particular de este gen, el KL-VS, promueve la longevidad. Una manera en la que lo logra es reducir lasenfermedades del corazón relacionadas con la edad. La Dra. Dubal y el Dr. Mucke, se preguntaban si podía tener el mismo poder sobre el declive cognitivo, así lo publica Economist.com.

Lo que descubrieron fue magnífico. El KL-VS no sólo impide el declive, sino también activa las facultades cognitivas, sin importar la edad de una persona y aumenta alrededor de 6 puntos de coeficiente intelectual (IQ). Si esto resulta, quedará claro que el KL-VS, será el agente genéticó más importante de la variación no patológica en la inteligencia.

La Dra. Dubal y el Dr. Muckle descubrieron esto mientras analizaban a 220 voluntarios en edades de entre 52 y 85 años, para estudiar los efectos del KL-VS en la edad. Ellos encuestaron a los voluntarios y pusieron a prueba su memoria, atención, su capacidad visual-espacial y su lenguaje. A partir de ahí, construyeron una medida de cognición.

Esa medida, sugiere que las personas con una versión VS, del gen KL, en sus cromosomas, tienen una mejor cognición que aquellos que no la tienen. Cuando analizaron los datos recolectados por otros grupos que trabajan de forma independiente en el estudio del mismo gen, descubrieron que los otros investigadores habían descubierto lo mismo. Esa comparación elevó la cantidad de gente analizada a 718 participantes, y una quinta parte de ellos tenían el gen KL-VS.

El sexto punto de IQ es una extrapolación, ya que los test cognitivos no medían la inteligencia general. Pero es correcto, la variación del gen KL, puede tener una variabilidad de 3% en el IQ general de la población (o por lo menos en el tipo de población que analizaron los investigadores, que eran estadounidenses caucásicos).

Este tipo de resultados, es importante mencionarlo, tienen una tendencia de aparecer y desaparecer. El genoma humano tiene tantos genes que las correlaciones entre uno y otro son muy comunes. Pero hay varias razones para creer que no se trata esta vez de un brote. Una de ellas es que estos tres estudios independientes encontraron lo mismo. La segunda razón es que la Dra. Dubal y el Dr. Mucke llevaron sus estudios a ratones para investigar a detalle los efectos del KL-VS.

Para ello, añadieron un equivalente del KL-VS en el genoma de algunos ratones. A través de ello, incrementaron los niveles de klotho en los ratones (un efecto que se puede observar en las personas con el KL-VS). Los animales genéticamente modificados tuvieron mucho mejor desempeño que los ratones normales al momento de aprender como salir de un laberinto y en otro tipo de pruebas de memoria. Asimismo, los análisis en su tejido cerebral revelaron diferencias con los ratones normales en cuanto a estructura en sus sinapsis, que son las uniones entre las células de los nervios.

Las señales se cruzan en las sinapsis en forma química. El mensajero químico más común, conocido como glutamato, es recogido por la célula receptora utilizando moléculas llamadas receptores de NMDA. Se sabe por un trabajo previo que la estimulación del glutamato de NMDA, o la falta de él, puede fortalecer o debilitar las conexiones sinápticas. Esto se cree que es la base de la memoria.

La ingeniería genética del equipo cambió la naturaleza de los receptores de NMDA en el hipocampos de los ratones y la corteza, dos frontales regiones del cerebro particularmente involucradas en la formación de la memoria, mediante la duplicación de un tipo particular de subunidad molecular, GluN2B.

Investigaciones anteriores han encontrado vínculos entre los niveles GluN2B y el rendimiento cognitivo. La Dra. Dubal y el Dr. Mucke descubrieron que el bloqueo de GluN2B con un medicamento llamado ifenprodil dio ventajas en los ratones modificados genéticamente. Eso sugiere que la klotho funciona, al menos en parte, al aumentar el número de subunidades GluN2B en los receptores de NMDA en los circuitos de memoria yaprendizaje del cerebro.

La Dra. Dubal y el Dr. Mucke tienen esperanza, a pesar de su fracaso, en mostrar algún efecto protector del KL-VS en el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Alguna droga que eleve los niveles de Klotho, o imite la función de la proteína, podría de hecho aumentar la cognición, y no hay ninguna razón por la que dicho fármaco se deba restringir a las personas mayores. Si pudiera desarrollarse, excepto los que tienen una copia de KL-VS en sus genes, podrían ser capaces de tomar pastillas para hacerse más inteligentes.

fuente/sabiasundato.com

domingo, 4 de mayo de 2014

Una persona sola puede cambiar en POSITIVO a muchos. Un claro ejemplo.



Por el cambio en POSITIVO de la Humanidad. Hoy un ejemplo. Mañana te toca a tí. Ayúda a la gente con una sonrisa.

"Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante, si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos".
(Gandhi)

domingo, 5 de enero de 2014

La paradoja como medio de comprensión: ¿nueva fase de la conciencia humana?

La realidad pasaría a ser “esto-y-lo-otro” en una etapa transpersonal del desarrollo de nuestra especie


Imagen ilustrativa de la dualidad onda-partícula, en la que se puede ver cómo un mismo fenómeno puede tener dos percepciones distintas. Imagen: Jean-Christophe BENOIST. Fuente: Wikipedia.

La especie humana, como cada ser humano, vive un desarrollo marcado por varias fases. En la etapa prepersonal (de la primera infancia o de las culturas sociocéntricas), no hay separación entre el yo y los otros; en la etapa personal –en la que se encuentra la cultura moderna- se desarrolla la dualidad, el individualismo y la competitividad. En la actualidad, sin embargo, se está desarrollando una fase de unidad-dual que nos permite comprender con una lógica paradójica: por ejemplo, el yo como parte de un todo o la naturaleza onda-partícula de todas las cosas. La realidad pasa a ser “esto-y-lo-otro”. Por Sinesio Madrona.

Más allá de las pretensiones científicas, siempre discutibles, de algunas psicologías como el Conductismo se encuentra la discreta Psicología Evolutiva (Monedero, 1982) que, sin pretensiones, como cualquier otra ciencia naturalista en sus primeras fases, es una descripción simple y directa del objeto de su estudio. Sigue un proceso similar al del naturalista que describe y cuenta el número de pétalos que tiene una rosa o los comportamientos de alguna especie animal.

La Psicología Evolutiva no es una teoría de la conciencia, como las muchas que ha expuesto, entre otros, el neurólogo Francisco Rubia, sino una descripción de los procesos de desarrollo humano a todos los niveles: físicos, comportamentales, emocionales, mentales, sociales... que llevan a esa conciencia.

Por sí sola esta información ya es relevante. Empezar por lo más sencillo y directo siempre puede ser aclarador, sobre todo si nos describe qué hay en nuestra naturaleza que nos hace tan propensos a los debates y qué significado tiene ese factor en nuestro desarrollo.

La Psicología Evolutiva aceptada académicamente nos describe dos fases fundamentales en el continuo del desarrollo de la dualidad. Entre los dos-tres años tiene lugar la aparición de una primera fase en la concepción dual de la realidad (niños y niñas, papás y mamás...) y, al mismo tiempo, germina la capacidad de simbolización [1] en la mente humana (ya antes de esa fecha la dualidad está presente en la conducta del bebé, pero es inconsciente de ella). Gesell (1940) nos describe que la vida se constituye para el niño en una calle de dos direcciones.

Posteriormente, a los 10-12 años, según Piaget (1926), se produce una ‘fase de las operaciones abstractas’, y se desarrolla la lógica abstracta [2]. Esta fase prepara al ser humano para hacer operaciones con los símbolos, y se apoya en la capacidad simbólica desarrollada en la fase anterior.

En una tercera fase, descrita sólo por la así llamada ‘psicología transpersonal’ y no admitida por completo –por lo que se verá más adelante– en los medios académicos, se puede desarrollar la lógica paradójica [3].

La paradoja como medio de comprensión

Para desarrollar la lógica abstracta, rasgo especialmente característico de la especie humana, hay que hacer ya un esfuerzo educativo, lo que no siempre ocurre, o cuando sucede no lo hace plenamente.

Con la lógica paradójica ocurre otro tanto. Así, el acceso a esta forma de pensamiento es todavía más restringido (de ahí su obstáculo para la aceptación académica). Esta circunstancia es la base de la dificultad de comprender tanto la dualidad onda-partícula, en la materia, como cualquier otra dualidad presente en la psique del individuo y de la sociedad.

La comprensión de la realidad se torna así, tanto individual como colectivamente, un esfuerzo de evolución consciente y voluntaria. Un esfuerzo hacia una creciente mayor complejidad en la interpretación de la realidad y del papel que nos implica en ella. Sin voluntad de entendimiento de lo opuesto no hay evolución ni personal ni social. Lo opuesto nos complementa y sin esa completitud la conciencia de nuestra realidad es parcial.

La lógica paradójica nos permite entender, sin confusiones ni asombro, la naturaleza de la unidad de la dualidad (ying-yang; tesis-antítesis; Unidades Duales Opuestas, Medina 2012 [4]; La unidad en la dualidad, Madrona 2012 [5]).

La concepción de campo en sociología (Lewin, 1951) y la psicología gestalt (Perls, Hefferline y Goodman, 1951), así como el estudio del proceso recursivo de segundo orden en epistemología nos posibilita comprender de una manera compleja el papel de la dualidad-unidad en nuestra vida y en la concepción de la realidad. La paradoja se presenta así como el ladrillo con el que construimos una epistemología más abarcadora (Keeney, 1983, Estética del cambio).

Esta comprensión nos facilita entender tanto la dualidad-unidad onda-partícula en un extremo de la materia, como el concepto de self (el ‘yo’ no como una entidad sino como una función de campo; es decir como una función ‘unidual’ organismo-entorno) en el otro extremo de la conciencia.

Materia y conciencia, materia y mente o cerebro y mente (Peat, 1987), también forman unidad-dual, por ello lo que descubramos o entendamos en una nos ayudará siempre a entender la otra, y viceversa.

La etapa prepersonal

Al desarrollo de la dualidad está unido el concepto del yo, el pensamiento objetivo, la ciencia y la tecnología, la individualidad, el autoapoyo y un largo etc. El desarrollo del autoconcepto, del yo, se logra para la conciencia (se comienza, pues es un proceso interminable) al mismo tiempo que la fase de las operaciones abstractas.

Para lograr ambas se tiene que producir un descentramiento afectivo que saca al niño de su confusión, por ejemplo, entre la naturaleza de los objetos y el nombre que los denomina (el niño descubre que lo que es fuerte es el trueno, no la palabra que lo nombra, Piaget, 1926).

Se produce una división epistemológica en su mente y en sus emociones que le permite el acceso a las operaciones abstractas y lo saca al mismo tiempo de su confusión entre sí mismo y el otro. Así pues, la conciencia del yo va unida a la capacidad de abstracción.

El descubrimiento de la dualidad es, pues, un rasgo de la especie humana y un logro de su desarrollo. Las culturas sociocéntricas (Rubia) están en una fase anterior de ese desarrollo.

Según la psicología transpersonal, este desarrollo tiene básicamente tres fases (Wilber, 1977, 1983): prepersonal, personal y transpersonal. Estas denominaciones significan respectivamente, para lo que nos interesa aquí: unidad primordial inconsciente, consciencia de la dualidad y consciencia de la unidad sin perder la anterior consciencia dual.

En la fase prepersonal predomina en el individuo y en la cultura la unidad con el entorno. La separatividad con el/lo otro –que es un rasgo del individuo y la cultura que nos define a los occidentales– está por desarrollar en las culturas prepersonales o sociocéntricas.

Así pues, en esos individuos y culturas la unidad es todavía ‘inconsciente’ o preconsciente. En ellas no se ha experimentado, al menos no tan plenamente como en nuestra cultura científica, la separación dual de la consciencia. Es decir, no se tiene clara la diferencia entre uno mismo, por una parte, y el otro y el entorno, por la otra.

Como dice Julian Jaynes, no se ha desarrollado la consciencia (de sí). Toda identidad es todavía grupal, y no existe identidad individual.


La cultura moderna como “etapa personal”

La etapa personal, es en la que se encuentran la mayoría de los seres humanos, sobre todo en nuestra cultura occidental. Implica, pues, esa separación que ya tiene lugar en una primera fase en el niño de 2-3 años y llega a su culminación en la pubertad y adolescencia, aunque no por eso termine su desarrollo (todo desarrollo es un continuo, las definiciones y distinciones son decisiones epistemológicas).

A partir de este punto se establece, inconscientemente en la mayoría, una dialéctica entre la dualidad y la unidad. La proyecciónía) en psicología es, en sus manifestaciones más comunes y cotidianas (como estrategia psicológica, no como mecanismo de defensa patológico), una manifestación de que esa separación dual no se ha ‘completado’ (y no se llega a completar casi nunca) [6].

Como he dicho, la mayoría de las personas y la cultura occidental están en la fase personal, la fase dual e individualista. La filosofía modernista y su énfasis en la individualidad de nuestra cultura occidental así lo atestiguan (Wheeler, 2000; Robine, 1997). Los muchos artículos de Francisco J. Rubia y otros en Tendencias21, en los que se trata el tema de la dualidad, nos dicen hasta qué punto es un asunto candente en este momento.

El regreso a una unidad-dual

Globalmente, hemos entrado en un periodo –postmodernismo (antidualista)– que descarta y critica el individualismo y la dualidad de la filosofía modernista. Sin embargo, muchos individuos todavía tienen que desarrollar su individualidad.

La dualidad, la individualidad, el autoapoyo, la independencia personal de criterio..., no es un rasgo completamente logrado. La falta de criterio personal a la hora de juzgar un asunto, el dejarse ir por lo que opina la mayoría sin reflexión, son consecuencia de ello. Y, en un extremo, la adhesión despersonalizadora a las sectas y, me temo, a determinadas redes, opiniones y movimientos sociales, son también síntoma de esta carencia de individualidad e independencia (no estamos tan lejos, como querríamos creer, de las culturas sociocéntricas, lo cual no es necesariamente malo).

Por todo ello, la confrontación de ideas y actitudes, y las filias y fobias... son una compulsión característica de esta etapa evolutiva. Es una necesidad dual para el desarrollo, algo por lo que tenemos que pasar antes de seguir adelante. Es un rasgo que nos define y un logro respecto a otras culturas y edades de desarrollo.

Un rasgo fundamental de la dinámica de la fase personal es la competitividad. Gracias a la competitividad aprendemos lo que somos nosotros y lo que es el otro, y por ello nos individualizamos. Este rasgo es una función que permite y potencia el desarrollo humano individual.

Por desgracia la competitividad, se ha convertido en nuestra cultura en un fin en sí misma, con todos sus destructivos inconvenientes; pero éste es un tema para otra reflexión. Esta competitividad es la base de la dualidad, de la polaridad: un polo se define respecto al otro polo por oposición. Esa dualidad, la polaridad, la oposición, es el rasgo característico de la consciencia personal y por ende de nuestra cultura occidental y científica.

Por eso los pueblos que no han desarrollado el yo pertenecen a una cultura sociocéntrica. Estas culturas no han experimentado lo que Taylor (2005) llama la ‘explosión del ego’ o ‘no tienen conciencia’ como dice el psicólogo Julian Jaynes. Su desarrollo pertenece, pues, a una fase anterior de la evolución de la especie humana.

Cierto es que estas culturas tienen una relación más integral con el entorno, pero el desarrollo humano, el desarrollo del Universo, de la realidad como totalidad, nos lleva, nos ha llevado, a esta encrucijada. La dinámica dual es, pues, un paso necesario para volver a la unidad, que en este caso será una unidad-dual.

Así las afirmaciones de Rubia de que “...la neurociencia había podido avanzar en el estudio de las funciones mentales gracias a la superación del dualismo”; y de que: “...el dualismo no es 'real', sino una categoría más de nuestra mente” en Tendencias21, son pues coherentes con las observaciones naturalistas del desarrollo humano que hace la Psicología Evolutiva.

El presente: el desarrollo de la unidad transpersonal

En la actualidad estamos asintiendo al desarrollo de la unidad transpersonal (Wilber, 1977, 1983). A ella nos lleva el descubrimiento de la unidad-dualidad onda-partícula y observador-objeto por parte de la ciencia (así como el desarrollo general de las ciencias de la complejidad).

Y, del lado de la psicología y la sociología, la postulación de una visión de la naturaleza humana desde la concepción de campo. Asimismo, se experimenta un estado de desarrollo de la conciencia que permite percibir y comprender ese campo, esa unidad-dual.

En ambas observaciones, la unidad de la dualidad, ya sea la unidad de la materia-energía y corpúsculo-onda, o de los opuestos de la conciencia y de la mente, se percibe como algo natural e intrínseco a la realidad.

La visión de la filosofía postmodernista, y de ciertas ramas de la sociología y de la psicología nos dan, como he dicho, esa visión de campo a la hora de entender la relación del individuo con el entorno. Postulan la unidad individuo-entorno. Esta visión se parece a la sociocéntrica, en tanto en cuanto concibe al individuo y al entorno como unidad; pero incluye un elemento que no tiene aquella: la capacidad para ver también la dualidad, la separación, la individualidad; es decir, el desarrollo del ego y con él de la conciencia personal, aislada y separada del entorno, del grupo.

Ambas conciencias, la unitaria y la dual, estarían, pues, presentes en la conciencia como una capacidad humana a partir de un determinado desarrollo. Tendríamos así la conciencia uni-dual.

La realidad es esto-y-lo-otro

Esta conciencia uni-dual es, como dice Bateson, citado por Keeney (1983), una visión binocular; es decir tridimensional. Si vemos la realidad con un solo ‘ojo conceptual’, la vemos plana (como cuando nos tapamos un ojo físico). Así pues, nuestro desarrollo nos concede la capacidad dual de la conciencia que nos identifica como ‘yo’. Es una evolución que nos individualiza al polarizarnos con el/lo otro, pero también nos deja ‘tuertos’. Es, no obstante, una necesidad evolutiva.

Para readquirir la capacidad tridimensional tenemos que seguir evolucionando y volver a la unidad, a concebir los opuestos como polos de un proceso recursivo con el que adquirimos la aptitud para abarcar toda la realidad. El desarrollo de la conciencia personal implica la elección entre esto-o-lo-otro. Trascender esa conciencia egoica implica cesar la elección, pues entonces comprendemos que la realidad es esto-y-lo-otro.

Desde este punto de vista, dios, el paraíso, el nirvana, la conciencia pura... etc. no son sino símbolos de esa unidad –‘perdida’– que anhela la conciencia humana desde la noche de los tiempos, desde que tuvo lugar, según nos cuenta Taylor (2005), “la explosión del ego”.

El proceso para desarrollar la lógica paradójica es el mismo que para desarrollar la capacidad simbólica y la lógica abstracta. Se produce un descentramiento afectivo (hasta cierto punto lo que en la espiritualidad oriental se llama desapego) que nos permite ver al/lo otro como distinto y a respetarlo como tal. En el caso de la lógica paradójica, el desapego se realiza sobre el ego, sobre la dualidad confrontativa de la anterior fase abstracta. Al mismo tiempo, desarrollamos una mayor capacidad para comprender mentalmente tanto a nosotros mismos como al entorno de manera uni-dual.

El ‘desapego’, pues, ya ha sucedido dos veces en el desarrollo humano, no es algo completamente nuevo. Sólo es nuevo que el ‘desapego’ (descentramiento afectivo) implicado en el desarrollo de la lógica paradójica es más complejo y abarcador. Estos procesos de desapego emocional y desarrollo mental unidos se pueden entender asimismo como un proceso que produce la unidad pensamiento-sentimiento o mente-cuerpo [7] por el hecho de ser unidad.

Conclusiones

Sólo cabe añadir algo obvio después de este desarrollo: la dualidad es esencial a la naturaleza humana. Y tal como nos describe Rubia, esa dualidad es, a pesar de esencial, sólo aparente (una categoría de la mente), pues la unidad es básica en esa manifestación dual.

Pero hay algo más, la dualidad es algo presente en toda la realidad, no sólo en la mente. La unidad-dual onda-partícula y la unidad-dual de toda la realidad: física, química, biológica, psicológica, sociológica... no es sino una forma de operar de la realidad unitaria, una función operativa de la realidad. Para manifestarse, la realidad se divide, pero sigue siendo una. Así, unidad y dualidad forman también unidad (Madrona, ver nota 5).

Por tanto, las discusiones acerca de lo que es la conciencia y las controversias enfrentadas de unos y otros sobre su naturaleza no son sino manifestaciones de la etapa de desarrollo de la lógica abstracta en el ser humano. Como bien dice Rubia, en otro lugar el cerebro no es dual.

Bibliografía

Gessell, A. (1940, ec. 1985). El niño de 1 a 4 años. Ed. Paidós. Barcelona.
Keeney, B. P. (1983, ec. 1994). Estética del cambio. Ed. Paidós. Barcelona.
Lewin, K. (1951, ec. 1978). La teoría del campo en las ciencias sociales. Ed. Paidós. Buenos Aires.
Monedero, C. (1982). Psicología evolutiva y sus manifestaciones psicopatológicas. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid.
Piaget, J. (1926, ec. 1978). La representación del mundo en el niño. Ed. Morata.
Peat, D. (1987, ec. 1988). Sincronicidad: puente entre mente y materia. Ed. Kairós. Barcelona.
Perls, Hefferline y Goodman. Terapia Gestalt. Excitación y crecimiento de la personalidad humana. (1951, ec.
2002). Ed. Sociedad de Cultura Valle-Inclán. Los libros del CTP. Madrid.
Robine, J. M. (1997, ec. 2005). Contacto y relación en psicoterapia. Santiago de Chile. Ed. Cuatro Vientos.
Wheeler, G. (2000, ec. 2005). Vergüenza y soledad: El Legado del Individualismo. Ed. Cuatro Vientos. Santiago de Chile.
Wilber, K. (1977, ec. 1990, ). El espectro de la conciencia. Ed. Kairós. Barcelona.
Wilber, K. (1983-90, ec. 1991, ). Los tres ojos del conocimiento. Ed. Kairós. Barcelona.

Notas

[1] Por este término me refiero a la capacidad del ser humano para representar los objetos y las personas en su mente, ya sea mediante palabras o imágenes. Ésta es una capacidad incipiente en el niño que a partir de ahora deja de necesitar imperiosamente tener a los objetos a su alcance físico (sobre todo a su madre). Posteriores desarrollos de esta capacidad simbólica serán básicos en la lógica simbólica de las matemáticas que se fundamenta, a edad ya tan temprana, en la capacidad que adquiere el ser humano de representar simbólicamente la realidad.
[2] Por lógica abstracta (Monedero, 1982, pág. 368) entiendo, en este artículo, la apertura mental que supone el paso que da el niño desde su necesidad de tener los objetos materiales para hacer operaciones a su capacidad para hacerlos abstractamente (simbólica, mentalmente). La que aquí llamo lógica abstracta es la aptitud fundamental para movernos en el mundo y más concretamente en la ciencia y la filosofía. Esta capacidad se empieza a adquirir incipientemente hacia los 9 años, aunque muchas psicologías consideran su presencia evidente en el ser humano hacia los 11-12 años.
[3] Este término es en sí mismo una contradicción; pero se trata precisamente de eso, de la capacidad del ser humano para unir términos contradictorios y construir con ellos una lógica o “epistemología de orden superior” (Keeney, 1983). Tras el desarrollo de la lógica paradójica se comprende que los términos de cualquier dualidad son los elementos de una operatividad dinámica con la que se construye la realidad. Wilber (1983) la llama lógica imaginativa.
[4] http://www.redcientifica.org/informacion_sinoptica_sobre_la_teoria_udo.php
[5] La sincronicidad vista desde la teoría de los tres campos (punto 2, “La unidad en la dualidad”, pág. 3 del descargable en PDF).
[6] La dialéctica proyectiva trabaja básicamente así: 1) proyectamos en el/lo otro algo que es nuestro; 2) nos damos cuenta –conflictivamente casi siempre– de que el/lo otro no responde a lo que esperamos; 3) tomamos entonces consciencia de que lo proyectado (rasgo, deseo, esperanza, filia, fobia...) es algo nuestro; 4) recuperamos esa proyección y al hacerlo nos hacemos conscientes de algo nuestro que antes ignorábamos, rechazábamos o negábamos... y al mismo tiempo vemos en el/lo otro su naturaleza real y no la fantasía que teníamos antes. Por último podemos llegar a ser conscientes del propio mecanismo de proyección (instrumento básico de nuestra naturaleza dual), percibir nuestras proyecciones en el mismo momento en el que las hacemos y trabajar madurativamente sobre la emoción o la carencia que nos lleva a la proyección.
[7] http://gestaltnet.net/documentos/sobre-polaridades-i-ii-iii; (Polaridades I: pensar y sentir).

Sinesio Madrona es licenciado en psicología. Formado en terapia psicoanalítica, rogeriana y gestáltica. Autor de una teoría que describe el desarrollo de la conciencia como un proceso sucesivo de autoorganización de creciente complejidad.

fuente/ Tendencias21