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jueves, 21 de abril de 2016

Las leyes del karma, según el budismo.

El budismo es una filosofía y una religión compuesta de enseñanzas prácticas, como la meditación por ejemplo, que pretende inducir una transformación en el interior de quien la practica. Promueve el desarrollo de la sabiduría, la conciencia y la bondad para alcanzar un estado de iluminación.
En el budismo la existencia se aborda como un estado permanente de cambio. La condición para beneficiarnos de ese cambio es desarrollar una disciplina sobre nuestra mente. Esta debe enfocarse hacia los estados positivos, la concentración y la calma.
“El karma es experiencia, la experiencia crea memoria, la memoria crea imaginación y deseo, y el deseo crea de nuevo el karma.”
-Deepak Chopra-
El objetivo de la disciplina es lograr profundizar en emociones asociadas con el entendimiento, la felicidad y el amor. Adicionalmente, para el budismo todo el desarrollo espiritual se materializa y se complementa con áreas como el trabajo social, la ética y la filosofía.

La naturaleza del karma en el budismo

La palabra Karma significa acción y consiste en un tipo de fuerza que trasciende. Este tipo de energía es infinita e invisible y es consecuencia directa de las acciones del ser humano. El karma se rige por doce leyes. Cada una de ellas permite comprender el sentido espiritual de la existencia.
En el budismo no existe un dios controlador, estas leyes provienen de la naturaleza (como la ley de gravitación universal) y las personas tienen libre albedrío para aplicarlas o no. Por tanto, hacer el bien o el mal depende de cada uno y de dicha decisión las consecuencias de las que somos, en gran parte, responsables.

Las doce leyes del karma

Estas son las doce leyes del karma, según el budismo:
1. La gran ley: esta ley se puede condensar en la frase “cosechamos lo que sembramos”. También es conocida como la ley de causa y efecto: lo que damos al universo es lo que el universo nos devuelve, pero si es algo negativo, nos lo devolverá multiplicado por diez. Es decir, si damos amor recibiremos amor, pero si damos desamor recibiremos desamor multiplicado por diez.
2. Ley de la creación: debemos participar de la vida. Hacemos parte del universo, por tanto, somos una unidad con el mismo. Lo que encontramos a nuestro alrededor son indicios de nuestro pasado remoto.Crea las opciones que desees para tu vida.
3. Ley de la humildad: nos seguirá pasando, lo que nos negamos a aceptar. Si solo somos capaces de ver los aspectos negativos en los demás, nos estancaremos en un nivel de existencia inferior; por el contrario, si los aceptamos con humildad, ascenderemos a un nivel superior.
4. Ley del crecimiento: a donde vayamos, ahí estaremos. Ante las cosas, los lugares y las demás personas, somos nosotros los que deben cambiar y no lo que nos rodea, para evolucionar en nuestra espiritualidad.Cuando cambiamos nuestro interior, nuestra vida cambia.
5. Ley de responsabilidad: cuando algo negativo nos pasa es porque hay algo negativo en nosotros, somos reflejo de nuestro entorno. Por tanto, debemos afrontar con responsabilidad las acciones en nuestra vida.
6. Ley de la conexión: todo lo que hacemos, por insignificante que parezca, está en conexión con el universo. El primer paso lleva al último y todos son igualmente importantes, porque en conjunto son necesarios para alcanzar nuestro objetivo. Presente, futuro y pasado están interconectados.
7. Ley del enfoqueno es posible pensar en dos cosas simultáneamente. Ascendemos peldaño a peldaño, uno a la vez. No podemos perder de vista nuestras metas, porque se apoderaría de nosotros la inseguridad y la ira.

8. Ley del dar y la hospitalidad: si piensas que algo puede ser verdad, llegará el momento en que puedas demostrar que lo es. Debemos aprender a dar para poner en práctica lo aprendido.
9. Ley del aquí y el ahorapermanecer aferrados a nuestro pasado, nos imposibilita para disfrutar del presente. Los pensamientos enmohecidos, los malos hábitos y los sueños frustrados, nos impiden avanzar y renovar nuestro espíritu.
10. Ley del cambio: la historia se repetirá hasta que asimilemos las lecciones que debemos aprender. Si una situación negativa se presenta una y otra vez es porque en ella hay algún conocimiento que debemos adquirir. Hay que enderezar y construir nuestro camino.
11. Ley de la paciencia y de la recompensa: las recompensas son resultado del esfuerzo previo. A mayor dedicación, mayor esfuerzo y, por tanto, mayor gratificación. Es una labor de paciencia y perseverancia que da sus frutos. Debemos aprender a amar nuestro lugar en el mundo, nuestro esfuerzo será honrado en el momento justo.
12. Ley de la importancia y de la inspiración: el valor de nuestros triunfos y errores depende de la intención y la energía que desplegamos para tal fin. Contribuimos individualmente a una totalidad, por tanto, nuestras acciones no pueden ser mediocres: hay que poner todo nuestro corazón en cada aporte que hagamos.
fuente del texto/ La Mente es Maravillosa





martes, 12 de abril de 2016

Recordaremos muy a menudo este vídeo de alto contenido humano titulado "Algún día" seremos así. Ayudándonos los unos a los otros.

Si os emocionáis es que sois humanos y podéis hacer mucho en este mundo.

Contamos contigo...




Si las estimaciones de la ONU (basadas en estadísticas) calculaban que aproximadamente el 30 de octubre de 2011, el planeta alcanzaría la cifra de 7.000 millones de habitantes si cada uno/a hacemos cada día una y solo una buena acción, al día representa que en un solo día se han hecho 7.000 millones de buenas acciones. Y al año, atención, representaría 2.555.000.000.000 de buenas acciones al año.

Piensa que hoy o mañana o pasado mañana, puedes necesitar la ayuda que hoy puedes realizar. Hoy por tí, mañana por mí.

Sírvanos este magnífico vídeo de inspiración gratuita.

Desde Sabiens con amor.

miércoles, 21 de enero de 2015

Test del peso del Karma.

 



¿Qué es el karma?

Cuántas veces escuchamos: “Todo vuelve multiplicado”. Obviamente, lo bueno y lo malo. Eso es karma. Acción-reacción. Causa-efecto. Jesús diciéndolo para todos los tiempos: “El que siembra cosecha”.

Los tibetanos enseñan: “Fuera de ti, no hay refugio”, es decir no podemos escapar de nosotros mismos. Ya los amos de la tierra, decían: “El que las hace, las paga”. Nadie escapa de sus propios pensamientos, emociones y acciones.

¿El karma es negativo? ¿Todo karma es terrible? De ahí la frase, “¡Que Karma!” que ya es parte del inconsciente colectivo, y mención automática frente a todo tipo de situaciones penosas que transita alguien o nosotros mismos.

No, el karma, no es necesariamente de polaridad negativa, suele ser, sí, el que más impacta. El karma es neutro, puede rumbear para uno u otro lado, según el grado de maduración que tengamos. Lo cierto es que cada acto, genera una consecuencia; si el acto ha sido noble, servicial, virtuoso, se convierte en lo que los difusores espirituales, y tantos maestros ancestrales, llaman Dharma, el buen karma.
¿Cómo Captar Nuestro Estado Kármico?

Para darte cuenta si estás teniendo un karma muy provocador como consecuencia de deméritos acumulados o por el contrario, muy luminoso como efecto de méritos bien merecidos, indaga en estas cinco preguntas:

Primera pregunta kármica: ¿Cómo está tu salud? Según la edad cronológica, biológica que tengas.

¿Estás más sano que enfermo? ¿Descuidaste la alimentación? ¿Vives con constante estrés? ¿Estás autodestruyendo al cuerpo con adicciones o lo amas tanto por permitirte experimentar esta vida, que lo cuidas?

Segunda pregunta kármica: ¿Cómo estás en cuanto a abundancia en todas las áreas de tu vida?

¿Estás carente y necesitado o tienes lo necesario para vivir confortablemente? ¿Te sobra o te falta?

¿Sientes que no tienes lo que requerirías para una calidad digna de vida? Cuando crees en ti la abundancia comienza a fluir. ¿En qué punto no te conectas con tu verdadera abundancia? ¿Sientes que mereces recibir? ¿Realizas acciones que te mueven hacia alcanzar tus objetivos?
Tercera pregunta Kármica: ¿Cómo estás en tus relaciones afectivas?

¿Tienes relaciones sanas o enfermas? ¿Tienes tensión con las relaciones más cercanas o por el contrario, son distendidas, cálidas y enriquecedoras? Con la gente clave de tu vida, ¿estás en armonía o en conflicto?

Una relación sana es cuando fluyes en estado de tranquilidad y se potencian a ser mejores personas cada día. Expresan su amor de manera incondicional y no procuran daño al otro. La relación enferma, está en continuo conflicto, queriendo sacar provecho de la relación. La persona quiere caprichosamente controlar al otro como si fuera su posesión y desea que le sirvan sin importar el bien mayor de ambos, solo le importa el bienestar propio, el de su ego. Se apega, se aferra y no quiere soltar porque el otro representa una ilusoria completitud del vacío interno.
Cuarta pregunta kármica: ¿Cómo estás de tus endorfinas?

Las endorfinas son las hormonas de la felicidad. ¿Cómo generas estas hormonas que tanto benefician a la salud? Realizando actividades que te den placer, que te eleven en dicha y te hagan sentir que el tiempo se detuvo. El arte te ayuda a potenciar este estado interno.

Si no te conectas con el placer de vivir, todo tu sistema te va a expresar su frustración, desazón, y angustia. ¿Estás haciendo cosas que te dan placer? Leer, cantar, caminar, meditar, hacer yoga, bailar, pintar, etc. ¿Estás riendo mucho y disfrutando o padeciendo tu paso por el planeta?

¿Las horas de tu trabajo, son un deleite o por el contrario? Si la respuesta es no, te pregunto: ¿Qué es lo que te hubiera gustado hacer hasta ahora que no te atreviste? Genera ideas que te animen. Cambia el ámbito. ¿Qué talento aún no te animaste a explorar? ¿Qué es lo que te tiene frustrado por no estar desarrollándolo hasta ahora?
Quinta pregunta kármica: ¿Cómo estás de tu conexión espiritual?

Es decir, ¿Te interesa captar las grandes preguntas de la vida? ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuánto me va a durar el cuerpo? y ¿soy sólo un cuerpo o mucho más?

Cuándo este cuerpo se enferme o esté en el último tiempo de vida corporal, ¿me siento fuerte de enfrentar ese momento? ¿Confío en que soy más que lo que creí que era? ¿Conozco mi alma, mi esencia, aquello que no cambia?
El cuerpo cambia, todo pasa pero lo que nunca muere es nuestra esencia fundamental que es eterna y siempre completa. ¿Estás amando lo suficiente o estás pidiendo a gritos que te amen, mendigando afuera lo que aún no te animaste a generar internamente?

Para que el despertar surja, tiene que surgir la noche oscura del alma, que es ese momento en que el mundo exterior ya no nos satisface más y necesitamos llenar el vacío que nada nunca pudo completarlo. Todo lo que antes te deslumbraba: reuniones, vacaciones, relaciones de pareja, salidas, ya no te llena, ahí sucede el despertar. La búsqueda de un sentido más profundo y trascendente de la vida. Generalmente cuando nos enfrentamos a la muerte, recibimos ese cachetazo divino para que volvamos a vivir con sentido una vida que se llame vida.

Finalmente se comprende que nunca, nada ni nadie va a llenar tu vida hasta que te aparezcas en tu vida. ¿Esperas que el mundo te complete o ya sabes quién eres? Te importa más lo que tu conciencia capta de ti mismo o vives pendiente de la mirada ajena para sentirte bien. La conciencia te va a acompañar toda tu vida. El ego muere y es tan efímero como las nubes.
Una vez que hayas respondido a las cinco preguntas, logra un equilibrio en las áreas más bajas.

El único momento en que puedes modificar tu karma es aquí y ahora. Genera nuevos esquemas y patrones de conductas. Cambia las acciones que te enfermaron. Si tu salud no está muy bien, haz modificaciones en cuanto a la alimentación, movimiento del cuerpo, ejercicios físicos. Si no hay demasiada abundancia, creé en ti, sé humilde, agradecido, sé simple y precipita lo que realmente mereces.

Para reforzar las endorfinas, anota en un papel lo que amas hacer, tus hobbies y aquello que cada vez que lo haces, sientes que el tiempo no existe. Vive relaciones sanas, libérate de los apegos que te lastiman.

Indaga en tu ser, en tu verdadera esencia.

No hay maestro, que no reitere, los prodigios de una vida dharmica, una vida a favor de la vida, mientras que si la acción, como suele ser la mayoría de las causadas por la ignorancia y el adormecimiento, son perjudiciales hacia cualquier forma de vida, el karma que regresa como un boomerang, sobre quien emano la energía, es sabiamente duro, causando dolor, desde ya multiplicado en proporción a la acción causada.

Aún ese karma negativo, según las enseñanzas espirituales, se considera bienvenido, y perfecto, porque nos da la chance vertiginosa, de acceder a un nuevo nivel de experiencia e información y habiendo entendido la lección, dejar de repetir ese tipo de conducta.

Sólo que el hombre no usa el discernimiento y vuelve a quemarse una y otra vez con la misma llama.

¡Atrévanse a ser nuevas personas!

¡Puedes ser una nueva persona cada día a cada instante, aquí y ahora!

fuente/barcelonalternativa.es

jueves, 27 de marzo de 2014

¿Existe una justicia divina?. Ley del karma.Este palacio está en la 5° dimensión de la naturaleza, está dirigido por el maestro anubis y los 42 Jueces de la ley

La Balanza Cósmica.

Ley del Karma, Anubis

Los jueces se encargan de velar porque se cumplan las leyes.Es urgente y necesario saber que así como existe en este plano físico o tercera dimensión, diferentes tipos de leyes que debemos cumplir, tribunales y jueces que se encargan de velar porque se cumplan las leyes y castigar al que las viole, también encontramos en la quinta dimensión de la naturaleza, en la constelación de libra. El tribunal de la justicia divina, encargado de administrar el karma y el dharma a la humanidad, e indicarnos a través de los mensajeros divinos, la línea de conducta que debemos observar para equilibrar nuestra balanza interior, así como los requisitos que debemos cumplir para alcanzar la realización o perfección, que es la razón fundamental por la cual nos encontramos en el planeta tierra.

Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que sembramos en nuestras vidas anteriores y a la vez estamos sembrando lo que recogeremos en la próxima. Nunca comprendemos esto, y es así como la humanidad, no podrá escapar de esta cadena de consecuencias, ya que casi nunca sabemos el por qué de nuestros sufrimientos.

Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger. Esta es la ley del karma.

Temis representa a la Justicia Celestial.
La Ley del Karma es aquella ley que ajusta sabia e inteligentemente el efecto a su causa. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias. No debemos olvidar los proverbios Cristianos: "el que siembra rayos, cosecha tempestades"; "con la vara que mides serás medido y con ventaja", "ojo por ojo y diente por diente" y "el que a hierro mata a hierro muere".

La Ley del Karma gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable. Esta se conoce en las religiones como "justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo. En la Gnosis, la simbolizamos con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina DARMA. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama KARMA. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto.

La Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será recompensado. Dios nos dió libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina.

Cada cual nace donde le corresponde de acuerdo a la ley del karma.
Cuando uno viene a este mundo trae su propio destino y por eso unos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia. Si en nuestra existencia herimos, ahora nos hieren; si matamos, ahora nos matan; si robamos, ahora nos roban y así, "con la vara que medimos ahora nos miden y con ventaja".
Palacio de la Justicia Divina: Anubis y sus 42 jueces.

Cada persona está inscrita en el libro del karma que se encuentra en el Palacio de la Justicia Divina. Este palacio está en la 5° dimensión de la naturaleza, está dirigido por el maestro anubis y los 42 Jueces de la ley. Es posible comprobar esto que estamos afirmando, para hacerlo la persona deberá aprender a salir en cuerpo astral conscientemente.
Comprender íntegramente la Ley del Karma es indispensable para orientar el navío de nuestra existencia en una forma positiva y edificante.

EL karma es una ley de compensación y no de venganza. El Karma es una medicina que se nos aplica para nuestro propio bien; desgraciadamente, la gente en vez de inclinarse reverente ante el eterno Dios viviente, protestan y/o blasfeman, se justifican a sí mismos, se disculpan y se lavan las manos como Pilatos (Biblia Cristiana). Cuando protestamos no se nos modifica el KARMA si no que se vuelve mas duro y más severo.

Reclamamos fidelidad al cónyuge cuando hemos sido adúlteros en esta o en vidas anteriores. Pedimos amor cuando hemos sido despiadados o crueles; solicitamos comprensión cuando nunca hemos dado comprensión a nadie. Anhelamos dichas inmensas cuando hemos sido el origen de muchas desgracias. Hubiéramos querido nacer en un lugar hermoso y con muchas comodidades, cuando en vidas anteriores no supimos brindar un hogar.

Queremos que nuestros hijos nos obedezcan, cuando jamás supimos obedecer a nuestros padres. Nos molesta terriblemente que nos calumnien, cuando siempre hemos sido calumniadores y hemos llenado de dolor al mundo. Es decir, reclamos lo que no hemos dado... Es posible que en vidas anteriores hayamos sido malvados y crueles, por eso merecemos lo peor, pero suponemos que se nos debe dar lo mejor.

Cuando la Ley Cósmica le va a cobrar a alguna persona un karma, primero la somete a un juicio interno. Si tiene dharma, es decir, si ha hecho buenas obras, no sufre ningún padecimiento, pero si no tiene capital cósmico, paga con dolor. Normalmente las personas tienen sueños que le anuncian que esto va a suceder; por ejemplo; soñar que la policía nos mete en la cárcel, vernos desnudos, mojarnos en lluvia, etc. Para mayor informaciòn, visita nuestra sección El Significado de los sueños.

Generalmente, cuando la Ley nos cobra, siempre pensamos que somos inocentes, que no debemos nada. Hay alguien incluso que blasfema contra la justica calificándola de "injusticia". Pero siempre debemos recordar que la Ley a nadie da lo que no se merece. A cada quien le da según sus obras.

Indígena encarcelada.

Ahora el lector entenderá por qué las cárceles están llenas de "inocentes", personas que en esta vida no han hecho nada, pero que en vidas anteriores cometieron delitos gravísimos. Repetimos: La ley de Dios a nadie da lo que no se merece, a cada quien da según sus obras... Hay algunos que nacen en colchón de plumas con todas las comodidades para prepararse intelectualmente y llevan estilos de vida, para muchos envidiables; otros no tienen la misma suerte, pero tampoco sufren en lo económico. Sin embargo, hay otros que sufren espantosamente y deben mendigar para subsistir. Hay millonarios que padecen enfermedades incurables y no pueden comer lo que les provoca, por una úlcera u otra dolencia. Hay muchos pobres que tienen una salud formidable.

La Ley cobra a cada quien según sus faltas. A la Justicia Cósmica podemos compararla con un gran banco. Aquí en el plano físico, si nosotros tenemos una cuenta bancaria y consignamos constantemente (este es el equivalente a hacer buenas obras), nuestro saldo aumentará. Si giramos un cheque (es el equivalente a pagar o ganar un karma), es lógico que lo pagarán. Si retiramos mayor dinero cada día (violando las leyes de Dios), nuestra cuenta disminuye hasta quedar en rojo; en ese momento empezamos a padecer, a pagar con dolor el dolor que hemos causado.

Si tenemos acciones malas o Karmas, significa que hemos gastado nuestro capital cósmico, si consignamos, o sea, hacemos buenas obras con nuestros semejantes, ganamos DARMA y salimos bien en nuestros negocios ante el Tribunal Cósmico. El resultado es felicidad, salud y éxito en nuestras vidas.

fuente/anael.org

jueves, 7 de noviembre de 2013

Aprender a minimizar el karma en nuestras vida


Para el Hinduismo y el Budismo, la experiencia de la vida no se limita a una sola existencia. La rueda de la vida o “samsara”, conectada al concepto de karma, no tiene principio ni fin, y por lo tanto después de la muerte hay otro nacimiento y una nueva vida – una y otra vez. Esto es lo que llamamos reencarnación.

La ley del karma dice que para cada acción, existe una consecuencia, es decir, es la ley de la causa y efecto. El karma se puede manifestar durante un ciclo de la rueda de la vida, o durante el siguiente – durante esta vida, o la próxima.
Para lograr un ‘buen karma’ es necesario vivir de acuerdo al dharma, es decir, actuando correctamente y siguiendo las enseñanzas espirituales más elevadas. Toda acción que beneficie al individuo, a quienes lo rodean y a la humanidad en general, es considerado dharma y generará buen karma. Este dharma tiene el poder de balancear y borrar el mal karma acumulado, y en ese sentido afecta nuestro futuro inmediato al igual que próximas vidas.
Hay diferentes maneras de acumular dharma y de aprender a minimizar el karma en nuestras vidas. Si seguimos cometiendo los mismos errores, seguiremos manifestando los mismos retos en nuestra vida. A medida que seguimos las enseñanzas espirituales, podemos aprender las lecciones y balancear la rueda kármica.

• Abrir nuestra consciencia. No hay nada que nos condene más que vivir con los ojos cerrados. Es necesario que entendamos que nuestra existencia tiene un propósito mayor y en ese sentido, toda circunstancia – positiva o negativa – tiene una función importante que cumplir. Esta consciencia nos da perspectiva y nos ayuda a avanzar espiritualmente.

• Dejar la culpa. Cuando entendemos que todo es una lección y que la ley del karma nos hace cultivar lo que hemos sembrado, la culpa ya no tiene espacio en nuestras vidas. Es importante dejar de culpar a los demás por las cosas que nos suceden. Esto no sólo ayudará a nuestras relaciones sino que especialmente nos ayudará a asumir el control y poder que realmente tenemos sobre nuestra vida.

• Entender el sufrimiento. Algo extremadamente difícil pero útil es comprender que lo que hayamos sufrido en esta vida es algo que primero, hemos sembrado en el pasado, y segundo, es solo una lección – y al aprenderla, levantaremos el karma asociado, y podremos sobrellevar y superar esta situación. Así que agradezca y aprecie sus momentos difíciles porque en ellos se presenta la oportunidad de borrar su karma y avanzar hacia la iluminación.

• Respeto hacia si mismo y hacia los demás. Al igual que usted, todos los demás estamos en nuestro camino espiritual. Hemos errado, hemos aprendido y hemos fracasado muchas veces. Independientemente de cómo los demás se porten con usted, aprecie el hecho de que ellos son también su oportunidad de redención. Evite herir a otros con palabras y acciones – y sobre todo con intención. No hable de nadie a sus espaldas, no mienta, no traicione. Es más fácil de lo que parece. Concéntrese en su propio destino. Acuérdese que cada cosa que hace en este minuto tendrá una consecuencia tarde o temprano. Si opta por obrar de mala manera, el único que realmente pagará por ello será usted.

• Purificación. Viva una vida pura. Elija muy bien sus acciones, pensamientos y palabras. Ellos crean su realidad. Cada vez que se de cuenta que está cultivando negatividad, empiece por reflexionar por qué siente la necesidad e impulso negativo. Agradezca la consciencia que le hizo darse cuenta a tiempo de dicha negatividad. Y finalmente, cancele esa negatividad con dos acciones: envíe energía de amor hacia usted mismo y la otra persona o situación involucrada en la negatividad, y empiece un pensamiento o acción nueva que sea positiva y pura.

• Dígale adiós al miedo. No hay nada que temer. Usted tiene control sobre su vida – esta y las que siguen. Usted hace parte de algo mucho más grande. Asuma el control, decídase a aprender las lecciones y supérelas con consciencia y dharma.

• Humildad y perdón. Al analizar todo en perspectiva, y entender que todos somos parte de un todo, sabremos que hemos pasado y pasaremos por las mismas etapas que los demás. En ese sentido, no hay seres “mejores” que otros – simplemente aquellos que tienen más experiencia pero que igual corren el riesgo a cada momento de estancarse o devolverse en el camino espiritual – y la arrogancia es una de las razones por las cuales esto puede suceder. En esa misma reflexión, aquellos que nos han herido están simplemente enfrentando sus propias lecciones. Perdone y olvide. Libérese de esa carga y deje que los demás aprendan sus lecciones mientras usted aprende las suyas.

• Servicio. La generosidad, gratitud y bondad hacia los demás es esencial para nuestro avance espiritual. Es así de sencillo.

fuentes:
http://nuevaera.about.com/
http://senderodelmago.blogspot.com.es/2013/10/aprender-minimizar-el-karma-en-nuestras.html

lunes, 12 de agosto de 2013

¿Qué es el Karma?

La palabra Karma es un término sánscrito que significa, literalmente, acción. 



La ley del Karma explica la existencia de todos los fenómenos bajo la ley de causa y efecto. Esto significa que cualquier cosa que sucede, cualquier acción emprendida de palabra, obra o pensamiento, conlleva un necesario efecto que se manifestará cuando las condiciones sean las oportunas.


Si disparásemos una flecha, ésta recorrería cierta distancia hasta finalmente caer al suelo. La gravedad y otras condiciones son las circunstancias que posibilitan que caiga cuando sea oportuno. Que durante cierto tiempo no veamos ya la flecha, no puede mantenernos en la ilusión de que ésta no caerá nunca. Con todas nuestras acciones ocurre exactamente igual, siendo desconocido para nosotros cuándo ni cómo ocurrirán sus efectos. Puede ser que la flecha caiga en el suelo, en un árbol, o que mate a alguien, etc, dependiendo de donde o cuando la hayamos lanzado.

Del mismo modo, nuestras acciones provocan unos efectos a veces visibles a corto plazo y otras veces sin saber cuando llegarán. A veces se pueden especular con ellos, pero definitivamente no sabemos cómo ni cuándo aparecerán al estar todas las acciones de todas las cosas enredadas en una red infinita de acontecimientos.

Como nada ocurre sin una causa, entonces se puede pensar que somos seres sin libre voluntad. Este es un duro dilema para todo practicante que cada cual ha de descubrir. Si bien se puede decir que aunque todo lo que hacemos está sujeto al Karma de causas pasadas, nosotros generamos Karma nuevo una y otra vez a causa de nuestras acciones y pensamientos.

Buda enseñó el Karma en aplicación para cada uno. Eso quiere decir que si una manzana cae de un árbol, también se debe según la física a la ley de causa y efecto, sin embargo desde el budismo es incorrecto decir que es el "Karma" del árbol o de la manzana. Es decir, el Karma tiene mucho que ver con los movimientos de nuestra voluntad. El árbol o la manzana no lo tienen. Esa tal vez sea la clave para entender que nosotros sí tenemos libertad de decisión.

El Azar no existe.

Se dice que cuando nos pasa algo malo es un Karma, y cuando es algo bueno un dharma, de ésta manera identificamos los efectos de todo lo que sucede, es decir, abandonamos ya la idea de la suerte para todo lo que nos sucede; buena suerte, mala suerte.


Ahora empezamos a conocer una nueva teoría fascinante que explica con claridad el porque suceden cosas positivas y negativas en la vida de todo ser humano, desde luego, tendremos que comprender que la ley del Karma no solamente opera en una sola encarnación sino que está ligada a encarnaciones anteriores, todas las causas pueden provenir de esta encarnación o de encarnaciones pasadas, ahora veremos porque: "La Ley del Karma nos da la oportunidad de depurarnos para eliminar todas las acciones negativas que hemos realizado, se nos dan muchas oportunidades para hacerlo, en cada vida es una experiencia y una oportunidad para que esta deuda finalmente se pague". Muchos de nosotros traemos deudas contraídas en encarnaciones pasadas y por ello no se nos explica claramente el porque estamos sufriendo alguna situación, cuando en nuestra actuación aparentemente no la hemos generado, sin embargo, hay deudas pendientes no reconocidas conscientemente que se tienen que pagar tarde o temprano.

Las deudas kármicas y dhármicas de toda la humanidad están ligadas entre sí, todos nos ayudamos en forma inconsciente a pagarlas, así vemos familias enteras que están pagando Karmas colectivos o individuales, como es el caso de un niño enfermo por nacimiento o mutilado por accidente, en donde el pequeño está pagando su propio Karma con sufrimiento físico, y los padres también están pagando con un profundo dolor moral su propio Karma.

Tipos de Karma

Hay dos categorías de Karma; el Karma colectivo o común y el Karma individual o distintivo. El Karma realizado por una persona sola causará una cierta fuerza, el Karma concretado por cientos y miles de personas dará lugar a una fuerza todavía mayor, mientras que el Karma realizado por millones y billones de personas, dará lugar a una fuerza aún mayor. Esta fuerza es denominada Karma colectivo. Dicho de otro modo, la conducta común de muchos seres produce una fuerza muy poderosa que determina el curso de la vida, de la historia y del universo.


El Karma individual difiere del Karma común en que sólo afecta al individuo. Por ejemplo, los desastres naturales como el hambre y los terremotos pueden sufrirlos todos los que vivan en la zona de desastre. Se manifiestan por el Karma común producido por los que viven en tal zona. La experiencia personal de la felicidad o el infortunio se debe al Karma distintivo, producido por cada individuo.

¿Cómo opera el Karma?

Aunque el Karma tiene muchas categorías y nombres diferentes, las acciones hechas por el cuerpo, la palabra y la mente de una persona se denominan todas, Karma. De esta manera, el comportamiento de una persona puede determinar su vida. Uno es responsable de todos los efectos kármicos y malos producidos por sus propias acciones. No son otorgados por deidades o por Dios. Ni existe un rey Yama que imponga castigos. De esta doctrina podemos derivar varios principios:

a) El Karma se crea a sí mismo, no es creado por Dios

Todo lo bueno o malo es creado por nosotros, no lo estipula o lo otorga Dios.

b) El Karma tiene igualdad de oportunidades; no hay favoritismo

Bajo la ley de causa y efecto, todo ser disfruta de la igualdad de la cosecha de su propio fruto del Karma. Nadie recibe trato especial. El bien engendra el bien y el mal engendra el mal. Alguno podría decir que ante las leyes de la mayoría de los países todos también gozamos de igualdad.

Empero, todavía existen algunas personas que gozan de privilegios especiales bajo el sistema legal.

Mas la ley de causa y efecto es ecuánime de manera absoluta: nadie puede gozar de algún privilegio especial.

La ley HUMANA puede ser justa y limpia, pero hay algunos privilegiados que tienen poder para manipularla. Mas no importa cuanto poder poseamos, jamás podremos escapar o manipular la ley de causa y efecto.

c) El Karma nos da esperanza y un futuro brillante

El Karma nos dice que incluso si hemos realizado muchas buenas acciones, no necesitamos tener una elevada opinión de nosotros, porque los meritos acumulados por estas buenas acciones son como una cuenta bancaria. No importa cuánto tengamos, si seguimos retirando, se acabará algún día. Una persona muy endeudada puede sentir que la vida no tiene esperanzas. Pero si trabaja duro llegará un día en que cancele todas las deudas. Así es el Karma. Le da esperanzas a la gente. El futuro de uno está en sus propias manos. Uno es libre de decidir qué camino tomar.

d) El bien engendra el bien, el mal engendra el mal

Pueden pensar que esto suena fatalista. Es cierto que el Karma decide nuestro destino y futuro. Sin embargo, somos nosotros los que creamos nuestro Karma. El efecto kármico que experimentamos depende del Karma que hemos causado.
Una persona puede haber creado incontables Karmas buenos y malos en sus vidas pasadas. Sin embargo, si no dejan que se manifiesten, es como si no existieran. Es decir, que no debemos preocuparnos demasiado por los Karmas malos que hayamos creado en el pasado. Si seguimos plantando buenas semillas en esta vida, las malas semillas de nuestro Karma anterior no tendrán ocasión de germinar. En consecuencia, sabiendo como funciona el Karma, deberíamos lograr un control apropiado de nuestro futuro



Resumen de conceptos básicos

Primero.- La ley del Karma - Dharma, o la ley de causa y efecto, nos explica el porque de los sucesos que nos suceden diariamente.

Segundo.- Debemos escoger el camino del amor, para pagar nuestras deudas kármicas contraídas en el pasado.

Tercero.- Debemos comprender lo que sucede y que nos afecta, para transmutarlo con amor y eliminar el dolor.

Cuarto.- Debemos evitar el dañar a los demás, en pensamiento, palabra y obra, ya que en realidad nos dañamos a nosotros mismos, al crearnos nuevos Karmas que posteriormente, deberán ser comentados en el futuro.

Quinto.- Es muy importante que trabajemos en nosotros mismos, tratando de despertar una conciencia superior, para lograr que el Karma colectivo que se avecina, se transmute en amor y no en dolor, como se ha vaticinado.

Sexto.- El Karma no es sinónimo de sufrimiento ni castigo, es una excelente oportunidad de crecer, aprender y evolucionar.

Séptimo.- La intención juega un papel importante en muchas de nuestras acciones, es decir si nuestra intención es pura, el efecto será Dharmico, mientras que si nuestras intenciones son negativas el efecto será Karmico. Pero indudablemente el resultado final es positivo para nosotros y para el colectivo.

Por: Henri Gelencser