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jueves, 31 de diciembre de 2015

La Matriz Divina.




Russell Targ, cofundador del programa para las ciencias cognitivas del Instituto de Investigaciones Stanford en Menlo Park, California, describe con elocuencia y belleza esta conexión: "Vivimos en un mundo no local en donde las cosas separadas físicamente de las otras, pueden, no obstante, estar en comunicación instantánea." Targ aclara lo que significa dicha conexión, afirmando: "No se trata de cerrar mis ojos y enviarle un mensaje a una persona a kilómetros de distancia, sino más bien, en cierto sentido, no hay separación entre mi conciencia y su conciencia." La razón por la cual las señales no tuvieron que viajar entre los fotones es porque ya estaban ahí, jamás salieron de un lugar y jamás fueron llevadas a otro lugar en un sentido convencional. 


Por definición, cada lugar de un holograma es un reflejo de otro. Y una propiedad que existe en cualquier lugar de su interior, también existe en el resto. Entonces, en el holograma no local de nuestro universo, la energía subyacente que enlaza todas las cosas, las conecta a la vez instantáneamente.  


Los maestros espirituales, por lo general, están de acuerdo con los científicos en esta visión de la realidad. Como lo describe Ervin Laszlo, fundador de la filosofía de sistemas: "La vida evoluciona, el universo mismo evoluciona, en una 'danza sagrada' con un campo subyacente." 


Esto parece ser precisamente lo que el antiguo Avata Saka Sutra del budismo Mahayana está describiendo como la "maravillosa red" de energía que conecta a todas las cosas en el cosmos. Si el universo es no local y holográfico, esta red no solamente enlaza todo sino que cada punto en su interior también refleja todos los demás. El Sutra comienza por declarar que en un momento dado en el pasado distante, esta red estaba "suspendida" y que "se extendía infinitamente en todas las direcciones" como el universo mismo.


Además de ser el universo, la red lo contiene y le ofrece cualidades holográficas. El antiguo Sutra describe un número infinito de joyas a lo largo de la red que tienen la función de ojos cosmicos.Por consiguiente , todas las cosas son visibles para todas las demas. En lo que puede ser la más antigua descripción de un holograma descubierta hasta la fecha, el Sutra revela entonces el poder de cada joya de crear el cambio a través de la red entera: "Cada una de las joyas reflejadas en esta joya está también reflejando a las demás, por lo cual está ocurriendo un proceso infinito de reflexión." Según la traducción del Sutra al que me refiero, esta red "simboliza un cosmos en el que hay una relación mutua repetida infinitamente entre todos los miembros del cosmos." 


Qué hermosa descripción del principio sutil, no obstante poderoso, que la naturaleza utiliza para sobrevivir, crecer y evolucionar. En un universo holográfico, en donde cada pieza ya tiene reflejado el mundo entero en una escala menor, todas las cosas ya están en todas partes. El principio holográfico nos promete que todo lo que necesitamos para sobrevivir y crecer está siempre con nosotros, en todas partes, todo el tiempo..., desde la sencillez de una brizna de yerba hasta la complejidad de nuestros cuerpos.


Cuando comprendemos el poder de nuestro holograma infinitamente conectado, es claro que nada está escondido y no hay secretos, estas cosas se derivan de nuestro sentimiento de separación. Aunque puede parecer que estamos desconectados unos de los otros y del resto del mundo, ese desprendimiento no existe en el plano en donde el holograma se origina: en el interior de la Matriz Divina. En este nivel de unidad, no existe tal cosa como"aquí" y "allá."


Ahora, podemos responder el "porqué" de los misteriosnuestros experimentos.


Cuando el ejército de los Estados Unidos realizó estos experimentos con el donante y sus células, el ADN actuó como si siguiera conectado con la persona y sus emociones. Incluso, cuando el donante y su ADN fueron separados por distancias de hasta 560 kilómetros, los resultados fueron los mismos y el misterio siguió, porque nuestras explicaciones convencionales para responder por qué el ADN reacciona a las emociones de su dueño, son inválidas.


La mayoría de las personas asumirían que hubo algún tipo de energía compartida en este experimento. Cuando pensamos en energía, nos imaginamos típicamente que se genera en un lugar y luego es transmitida o enviada de alguna manera a otro.


Al igual que la imagen de nuestro televisor, o nuestra música favorita en la radio, son el resultado de energía siendo emitida desde un punto A hasta un punto B, también suponemos que algún tipo de fuerza viaja del donante a su ADN. Sin embargo, para que ocurra una transferencia, se toma tiempo llegar de un lugar a otro. Aunque este intervalo puede no ser muy largo, quizá un nanosegundo, debe transcurrir una cantidad de tiempo para que una energía convencional se mueva de un punto a otro.


Sin embargo, el punto clave de este experimento fue que un reloj atómico (con una precisión de un segundo en un millón de años), demostró que no hubo dicho lapso de tiempo. El efecto fue simultáneo porque no hizo falta dicho intercambio. En el ámbito cuántico, el donante y el ADN eran parte del mismo patrón, y la información de uno ya estaba presente en el otro. Ya estaban conectados. La energía de las emociones del donante nunca viajó a ningún lugar porque ya estaba en todas partes.


Cualquier cambio que deseamos ver en el mundo, desde la sanación y la seguridad de nuestros seres queridos hasta la paz en el Medio Oriente o cualquiera de las más de sesenta naciones ahora mismo involucradas en conflictos armados, no tiene que ser enviado desde nuestros corazones y mentes a los lugares en donde se necesita. No es necesario "enviar" nada a ningún lugar. Una vez que nuestras oraciones están en nuestro interior, ya están en todas partes.


Clave 14: El holograma de la conciencia conectado umversalmente nos promete que en el instante en que creamos nuestros buenos deseos y oraciones, ya han sido recibidos en su destino.


Las implicaciones de este principio son vastas y profundas. No obstante, para saber realmente lo que significa esto en nuestras vidas, debemos examinar la última parte de cómo funciona el holograma: el poder de crear cambios desde ahí. Si de verdad todo está conectado y todo está en todas partes todo el tiempo, entonces, ¿qué ocurre cuando cambiamos algo en una parte del holograma? Una vez más, la respuesta puede sorprenderlo.


UN CAMBIO EN CUALQUIER LUGAR SIGNIFICA UN CAMBIO EN TODAS PARTES.


En la película Contacto, hay escenas que se remontan a la infancia de la protagonista y muestran la influencia de su padre antes de su muerte repentina. Apoyando la ambición con la cual ella se enfocaba en sus metas, su padre le comentaba a menudo que las cosas más grandiosas del futuro se lograban por medio de pasos pequeños.


No solamente éste es un gran consejo de parte de todo padre a sus hijos, parece ser precisamente la forma en que funciona el holograma de la conciencia y de la vida. Cuando realizamos  pequeños cambios aquí y allá, de repente todo parece cambiar. De hecho, una pequeña alteración en un lugar puede cambiar definitivamente todo un paradigma.


El visionario y filósofo Ervin Laszlo describe la razón por la cual esto ocurre: "Todo aquello que ocurre en un lugar ocurre también en otros lugares; todo lo que ocurre en un instante,también ocurre en todos los instantes a continuación. Nada es "local y limitado a dónde y cuándo está ocurriendo."


Grandes maestros espirituales como Mahatma Gandhi y la Madre Teresa demostraron con mucha elocuencia, que el principio holográfico de la no localidad es una fuerza inmensa, como el "David" ante el "Goliat" del cambio en el mundo cuántico.


Así como un holograma contiene la imagen original en todas sus partes, cualquier cambio realizado en uno de esos segmentos se refleja en todas partes a lo largo del patrón. ¡Qué relación más poderosa! ¡Un sencillo cambio en un lugar puede marcar la diferencia en todas partes! Quizá el mejor ejemplo de cómo las pequeñas modificaciones pueden afectar todo un sistema, puede ser visto en algo con lo cual estamos familiarizados todos: el ADN de nuestros cuerpos.


Se estima que el humano promedio tiene entre 50 y 100 billones de células en su cuerpo.


Cada una de esas células posee 23 pares de cromosomas que contienen el ADN (código de vida) del individuo. Cuando hacemos cuentas, esto significa que las personas pueden llevar algo así como entre 2,300 y 4,600 billones de copias de ADN en sus cuerpos. Imagínese tan sólo lo que se tomaría realizar un cambio en el ADN de alguna persona si tratáramos de actualizar cada copia, una célula a la vez. Pero cuando el ADN llega a modificar el patrón de una especie, no tiene que hacerlo de modo lineal, una hebra a la vez. En razón del principio holográfico, cuando el ADN es alterado, ese cambio se refleja a lo largo del todo.


Clave 15: A través del holograma de la conciencia, un pequeño cambio en nuestras vidas se refleja en todas partes en nuestro mundo.


Es importante comprender el principio holográfico, porque parece describir precisamente la forma en que funcionamos. Desde el ADN de nuestros cuerpos hasta la estructura atómica del mundo que nos rodea y la forma en que la memoria y la conciencia funcionan, parece ser que somos hologramas de una existencia mayor que apenas estamos comenzando a entender.


EL CEREBRO HOLOGRÁFICO EN UN UNIVERSO HOLOGRÁFICO


Un documental de la década de los setenta,sobre unos cirujanos operando un cerebro humano, para aliviar la presión en las profundidades del tejido causada por un accidente. Aunque el paciente estaba totalmente despierto y consciente, porciones de su cerebro expuesto estaban siendo estimuladas con sensores eléctricos, para ver cuáles partes del cuerpo estaban relacionadas con esos segmentos. Por ejemplo, cuando un electrodo tocó un lugar, el paciente "vio" una ráfaga de colores, y entonces se anotaba ese lugar como el centro visual.


El revolucionario trabajo del neurólogo Karl Pribram también ha descubierto que las funciones cerebrales son más globales de lo que fue alguna vez postulado. Antes del trabajo de Pribram, se creía que nuestro cerebro trabajaba como maravillosas computadoras biológicas, que almacenaban tipos de información en particular en lugares precisos. En este modelo mecánico de memoria, había una correspondencia directa entre ciertos tipos de recuerdos y los lugares en donde eran almacenados. El problema fue que en los experimentos de laboratorios lo que se encontró no fue el recuerdo localizado.



De forma muy parecida a como el documental mostraba lugares en el cerebro del hombre que "conocían" la función de otras áreas, los experimentos demostraron que los animales retenían sus recuerdos y seguían con sus vidas, aunque se removieran de sus cuerpos las partes de su cerebro en donde se creía que se alojaban estas funciones. En otras palabras, parecía que no había una correspondencia entre los recuerdos y un lugar físico en el cerebro. Era obvio que la visión mecánica del cerebro y la memoria no era la respuesta, algo más debía estar ocurriendo, algo extraño y maravilloso.


A comienzos de los setenta, Pribram promovió un nuevo y poderoso modelo para explicar la evidencia de los experimentos. Comenzó a pensar en el cerebro y en los recuerdos contenidos en él, como si estuviera trabajando con hologramas. Una de las claves que confirmó que Pribram iba por buen camino fue la confirmación del laboratorio, de la manera en que procesamos mentalmente la información. Recurrió a investigaciones anteriores para comprobar su hipótesis. En los años cuarenta, el científico Dennis Gabor usó un conjunto complejo de ecuaciones conocido como la Transformada de Fourier (llamadas así según su descubridor, Joseph Fourier), para crear los primeros hologramas, obra por la cual ganó un Premio Nobel en 1971. Pribram supuso que si el cerebro en verdad funcionaba como un holograma, distribuyendo información a lo largo de sus circuitos flexibles, entonces debería procesar la información de la misma forma que lo hacen las ecuaciones de Fourier.


Sabiendo que las células del cerebro crean ondas eléctricas, Pribram fue capaz de probar los patrones de los circuitos usando la Transformada de Fourier. Según lo esperado, su teoría fue correcta, los experimentos probaron que nuestro cerebro procesa la información de una forma que equivale a las ecuaciones de un holograma. Pribram aclaró el modelo del cerebro por medio de una simple metáfora de hologramas dentro de hologramas.


En una entrevista afirmó: "Los hologramas en el marco del sistema visual son... hologramas parches." Son porciones muy pequeñas de una imagen mayor. "La imagen total está compuesta en gran parte al igual que el ojo de un insecto, que tiene cientos de pequeños lentes en vez de un solo lente grande... 


Cuando uno lo experimenta se obtiene el patrón total entretejido como una pieza unificada." Curiosamente, aunque Pribram y David Bohm comenzaron su trabajo por separado, ambos usaron la misma explicación para describir los resultados de sus experimentos. Cada uno de ellos aplicó el modelo holográfico para darle sentido a la vida. 


Bohm, como físico cuántico, observaba el universo como un holograma. Pribram, como  neurólogo, estaba estudiando el cerebro como un procesador holográfico mientras nuestras mentes realizaban los procesos holográficos. Cuando se combinan ambas teorías, el resultado es nada menos que una posibilidad capaz de destruir paradigmas


Esa posibilidad sugiere que somos parte de un sistema mucho mayorde muchas realidades,en el interior de realidades, en el interior de otras realidades. En ese sistema, nuestro mundo podría ser considerado como una sombra o una proyección de eventos, que están ocurriendo en una realidad subyacente más profunda. Lo que vemos como nuestro universo es en realidad nosotros, nuestras mentes individuales y colectivas, transformando las posibilidades de los dominios más profundos en realidad física. Esta forma radicalmente nueva de vernos y de ver el universo nos proporciona nada menos que acceso directo a todas las posibilidades, sueños o anhelos que jamás hayamos deseado o imaginado (u orado por lograr).


En sus estudios, Pribram ofrece una razón para precisamente esas posibilidades. Por medio del modelo holográfico del cerebro relacionándose con el universo, él dice que el funcionamiento de nuestro cerebro permite que las experiencias trasciendan el tiempo y el espacio. 


En el marco del contexto de este modelo holográfico, todas las cosas se vuelven posibles. 


La clave para experimentar el poder de estos resultados potenciales es que debemos pensar en nosotros bajo este nuevo concepto. Y cuando lo hacemos, algomaravilloso comienza a ocurrir: hemos cambiado. Podemos tener un concepto distinto de nosotros sólo cuando tengamos una razón para hacerlo. 


El concepto de la Matriz Divina, como un holograma conectado universalmente, nos promete que estamos limitados solamente por nuestras creencias.Como sugieren las antiguas tradiciones espirituales, los muros invisibles de nuestras creencias más profundas pueden convertirse en nuestra mayor prisión. No obstante, también nos recuerdan que son nuestras creencias las que pueden convertirse en nuestra mayor fuente de libertad. 


Por muy distintas que sean entre sí las sabias tradiciones del mundo, todas nos llevan a la misma conclusión:



La oportunidad de estar libres o en prisión es nuestra, y somos los únicos que podemos tomar esa decisión.


fuente del texto/alquimiayciencias.blogspot.com