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lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Sabes que es el MMS o Clorito Sódico?. La historia de un remedio universal que ha sido prohibido antes de ser conocido.

¿Por qué el MMS ha sido prohibido?

Son muchas las razones que podemos elucubrar para entender porqué el MMS ha sido prohibido. En primer lugar, ninguno de los fabricantes y distribuidores tienen licencia legal para comercializarlo. Aquí está la trampa de la Administración Pública, que con una compleja y costosísima legislación impide que cualquier empresa pequeña, independiente y bien intencionada pueda patentar y comercializar un medicamento cuya eficacia haya sido probada. Solo los laboratorios multinacionales tienen el poderío empresarial para investigar, homologar y comercializar medicamentos ante la sanidad pública internacional. Por otro lado, tenemos muchos casos conocidos en esta revista, donde medicamentos incluso patentados y legalmente administrados han sido retirados de las farmacias por la presión de los intereses comerciales de la farmaindustria, como es el caso del tristemente célebre BIOBAC en España.

Conocedores de esta situación, ni Jim Humble ni nadie que fabrique y distribuya MMS en el mundo ha intentado legalizar por la vía de la administración pública sanitaria este preparado; ya que de antemano se sabía cuales serían los resultados.

Por ello se ha utilizado el canal de internet para investigar, comercializar y difundir las supuestas ventajas del CLO2. Pero además de estas evidentes primeras razones, tanto el Ministerio de Sanidad como las industrias de la farmacia sospechamos que nunca permitirán la legalización terapéutica del MMS por tres razones básicas:

-NO SE PUEDE PATENTAR. El Dióxido de Cloro es una sal mineral, un elemento abundante y común como el agua o la sal de mesa, que no se puede patentar y por tanto no es posible crear un monopolio de ventas que diera grandes beneficios económicos a nadie.

-ES MUY BARATO. El Dióxido de Cloro es demasiado barato para ser interesante comercialmente. El coste de venta del MMS a precio de usuario y fabricado en pequeñas cantidades, como hasta ahora se estaba produciendo, es de 30 euros los 140 ml. PVP. Con margen comercial incluido para las empresas que lo comercializan. Si se fabricara en grandes cantidades todavía podría ser más barato. Según los datos del blog censurado, que también se puede contrastar con las webs de Jim Humble en inglés, con 4 ml se cura una persona de malaria. Por 1 € se puede curar a una persona de malaria y por 100 euros mantener un año el tratamiento para una persona con cáncer. Mucho menos costaría curar la gripe, la malaria, la tuberculosis… Es muy poco negocio.

-PODRIA ARRUINAR LA INDUSTRIA FARMACEUTICA. Por el supuesto poder terapéutico que tiene, algunos expertos han calculado que más de 4.000 medicamentos dejarían de ser utilizados si el MMS llegase a ser mundial y masivamente conocido.

Según el estudio titulado Acceso de los pacientes a los fármacos contra el cáncer en España de B. Jönsson, U. Staginnus y N. Wilking, las ventas totales de fármacos en España ascienden a 10.671 millones de euros al año, dedicándose solo al cáncer unos 650 millones anuales. En el mundo, según la International Union Against Cancer (UICC), las ventas anuales de productos farmacéuticos para todas las enfermedades asciende a más de 700.000 millones anuales y solo los fármacos contra el cáncer sobrepasan los 40.000 millones de dólares anuales.

En datos de internet (no contrastados) el volumen global del negocio de la Gripe A, en el año 2009, ha girado en torno a los 800.000 millones de dólares. Teniendo en cuenta que se han fabricado 4.700 millones de dosis de vacunas en todo el mundo, a 10- 20 $ la unidad, más los antivirales y tratamientos extras puede que estas cuentas tan exorbitadas salgan.

Todas estas cifras son un gran negocio para alguien, que no son ni el Estado, ni los ciudadanos, ni los médicos… Y tristemente las cosas funcionan así. La Farmacia mundial no puede permitir que una sustancia tan simple, barata y abundante como el Dióxido de Cloro se venda alegremente para tratar el cáncer, la gripe o casi cualquier otra enfermedad a un precio que da risa.

Mientras las multinacionales de la farmacia quieran aumentar más y más sus ingresos a costa de enfermar crónicamente más y más a la población, las cosas seguirán funcionando así. Mientras los ministerios de sanidad de todos los países estén lobbitizados por las grandes multinacionales de la farmacia, los estados preferirán gastarse mucho dinero en medicinas aunque no sirvan para nada, como se ha demostrado con el patético ejemplo de la Gripe A.

Y mientras todas las multinacionales de la farmaindustria sigan rigiéndose por los consejos de accionistas que solo buscan el beneficio económico a corto plazo, y estos por los bancos, que a su vez los dirigen los capos del mundo, las cosas seguirán funcionando así. Posiblemente el MMS tendrá que esperar un cambio de paradigmas en esta civilización para ser redescubierto y que la humanidad pueda beneficiarse de este simple remedio mineral.

En cualquier caso, desde esta revista no animamos a nadie a que tome sustancias que legalmente estén prohibidas en el estado español. Pero mucha gente enferma, que se estaba tratando exitosamente con el MMS se ha quedado sin suministro y esto les puede perjudicar.

Cada uno es libre de tomar lo que considere útil para su salud. Hay muchas sustancias realmente tóxicas (no como el MMS) que deberían estar prohibidas y sin embargo circulan libre y legalmente en el mercado.

Hace falta que las universidades, los científicos y los organismos públicos y privados honestos e independientes, se comprometan a investigar esta línea a todas luces revolucionaria que representa el Dióxido de Cloro, para aliviar sino curar tantas enfermedades como sus defensores proclaman.

No perdemos la esperanza que el MMS resurja con más fuerza, con el apoyo de la evidencia científica y en contra de los intereses macroeconómicos farmacéuticos; si es verdad lo que tanta gente afirma y que hemos tratado de reflejar en este artículo. Si estas investigaciones no surgen en España, deseamos que lo hagan en otros países menos amordazados por la farmaindustria. Porque a fin de cuentas, tanto los estados como los ciudadanos nos merecemos remedios que realmente curen sin generar efectos secundarios y que a ser posibles sean baratos y abundantes.

Esperamos que los usuarios del MMS que lean este artículo se animen a contarnos sus experiencias, para que podamos continuar, en futuros números de la revista, con la investigación que en estas páginas hemos iniciado.

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