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lunes, 26 de marzo de 2018

Cómo es que decir ciertas palabras puede curar a las Personas?

Pareja

EXTRAÑAMENTE, FREUD NOTÓ QUE HABLAR PODÍA CURAR. PERO EN REALIDAD NO ES SÓLO HABLAR, ES DECIR LA VERDAD LO QUE CURA, AL RESONAR CON EL PRINCIPIO CREATIVO DEL COSMOS.

Uno de los principales descubrimientos que hizo Freud fue darse cuenta de que hablar podía curar los trastornos psicológicos. Simplemente decir ciertas cosas que generalmente estaban siendo reprimidas -traumas, temores, emociones atoradas, recuerdos del origen de la patología- era suficiente para, en ocasiones, librarse de las psicopatologías crónicas. Freud incluso usó como sinónimo de "psicoanálisis" el término "la cura por la palabra". Todo esto generó que algunos compararan el psicoanálisis con el misticismo, una comparación que en realidad no está tan equivocada. Pero misticismo o ciencia, lo cierto es que la palabra cura.

Decimos que hay algo místico en esto porque la idea de que la palabra tiene una fuerza mágica, creativa o transformadora de la realidad es algo que se encuentra en el origen de todas las grandes religiones. La palabra es la herramienta creativa por excelencia. Pero no sólo es el poder de Dios, sino es también aquello a través de lo cual el hombre se alinea con el orden cósmico y participa en la divinidad. En las Upanishad, el sabio Yajnavalkya responde a la pregunta de qué es aquello que permite superar la muerte diciendo que son el fuego y la palabra los que alcanzan la libertad. 

En el pensamiento védico la palabra y el fuego están profundamente identificados. El fuego -Agni- es aquello que viaja hacia el cielo y es algo así como la tecnología divina por excelencia. Algo similar ocurre con el fuego que roba Prometeo de los dioses. Ese fuego, esa tecnología divina, es la palabra. Pero no todas las palabras: es la palabra verdadera, o lo que podríamos llamar la palabra del corazón, la palabra que debe ser dicha.

El psicólogo clínico Jordan Peterson precisa que lo que cura no es la palabra en sí; es la verdad. Peterson dice que esta es la idea más profunda y efectiva que ha encontrado en su práctica: lo que cura en la terapia es la verdad. También cura exponerse a las cosas que se están evitando o a las que se les tiene miedo, pero esto es una forma de actuar la verdad. Cuando un psicólogo lleva a una persona a enfrentar aquello que esa persona sabe que no debe seguir evitando, entonces lo que se está haciendo es escenificar una situación para que la persona actué o viva sus verdades más profundas. Simplemente hay evidencia, dice Peterson, de que cuando una persona enfrenta algo que está evitando -bajo su propia voluntad- esto hace que mejore.

Esta idea ciertamente no es original. Muchos terapeutas han escrito sobre la forma en la que esta palabra verdadera -ya sea como aceptación consciente, ya sea como representación activa- es la base del psicoanálisis. Alfred Adler, por ejemplo, creía que el origen de los problemas psicológicos era que las personas empezaban a vivir una mentira, una vida-mentira. El engaño y la evasión como fuente de toda la patología. Lo interesante en Peterson es su idea de que este hablar como curación es una versión secular de la idea de que "la verdad te hará libre" y por lo tanto la cura hablada se puede rastrear al origen del pensamiento metafísico occidental, tanto a la Biblia como a Platón. 

Decir la verdad es la expresión del Logos en el mundo y, en consecuencia, hace que el individuo haga lo que hace el Logos: crear orden en el caos. Un orden que es, a la vez, verdadero y bueno. La lectura psicológica de la Biblia que hace Peterson llega a la conclusión de que la verdad es el antídoto a la caída del hombre, es la fuerza redentora. 

En el Génesis se dice que es la palabra en la forma de verdad la que genera orden en el caos, pero más aún, dice Peterson, que el ser que se crea hablando -diciendo la verdad- es bueno: Y Dios vio que era bueno, se repite. Peterson nota que se insiste en que el ser creado con la palabra es bueno y hay allí una pista de que el estado adánico, en tanto que era imagen de Dios y estaba llevando con fruición a la verdad, estaba en sí mismo propiamente balanceado. 

El viaje del hombre -del héroe y del santo- es en gran medida redescubrir esto, lo cual es un viaje de regreso al origen. A decir la palabra verdadera, a habitar verdaderamente y, con ello, participar en el Ser.

viernes, 26 de enero de 2018

El Poder de la Afirmaciones Positvas.

Resultado de imagen de AFIRMACIONES POSITIVAS

Las afirmaciones positivas eran solo un concepto vago en mi mente hasta que leí un artículo muy especial que me hizo comenzar a implementar esta herramienta vital en mi vida. El escritor habló acerca de cómo su madre le susurraba afirmaciones positivas antes de acostarse.

Ahora, no todos tienen un padre que hace esto por ellos cuando eras niño, por lo que, como adulto, es aún más crucial rodearnos de mensajes positivos. Lo que aprendí al leer este artículo fue tan importante para mi viaje y mi proceso de curación. Sabía que los mensajes que necesitaba escuchar eran mi ser más saludable.

Era lo suficientemente consciente como para saber qué creencias negativas me estaban frenando, y qué mensajes sanos las contrarrestarían; pero olvidé que no era suficiente tener solo este conocimiento en mi mente, tenía que implementarlo. Había estado esperando que estos mensajes mágicamente se cruzaran en mi camino; como si mis seres queridos sintieran automáticamente lo que necesitaba tan pronto como lo supiera.

No podía controlar los mensajes que me estaban dando las personas en mi vida, pero podía controlar los mensajes que me daba a mí mismo, y esto hizo una gran diferencia. Después de terminar de leer el artículo, me senté con un bolígrafo y papel para seguir la práctica que él había sugerido.

Iba a escribir cinco afirmaciones en un papel y colgarlo junto a mi cama, donde podía verlo todas las mañanas y todas las noches antes de irme a dormir. Me miré a mí mismo y vi los mensajes negativos que me había estado diciendo a mí mismo, o que escuché de otros, y escribí una afirmación positiva para contrarrestar a cada uno. Esto es lo que terminé escribiendo:

1. Soy capaz.
2. Tengo el apoyo de mis seres queridos.
3. Puedo ser productivo e inspirado.
4. Estoy a salvo.
5. El mundo es un lugar hermoso.

Algunas personas pueden sentir una conexión emocional con estas si están lidiando con creencias negativas que son similares a aquellas con las que he estado tratando. Cada uno tenía tanto peso para mí porque eran cosas con las que estaba luchando para creer, pero estaban siendo bloqueados por los mensajes negativos que decían exactamente lo contrario.

Y entonces, puse estas palabras de peso junto a mi cama. Y cada día, miro este papel y me digo estas cosas a mí mismo. No estoy seguro exactamente cuando cambiaron mis creencias, pero a través de un proceso gradual completamente auto-cambiante, lo hicieron. Y ahora, al ver estas afirmaciones, sé que creo en todas y cada una de ellas sin dejar lugar a dudas.

Soy capaz. Tengo el apoyo de mis seres queridos. Puedo ser productivo e inspirado. Estoy a salvo. Y, el mundo es un lugar hermoso. Estas son mis verdades ahora, contra viento y marea, son parte de mi sistema de creencias interno.

Esa es mi experiencia con afirmaciones positivas. Y ha tenido más impacto de lo que puedo comenzar a comprender. Porque una vez que estas creencias se volvieron parte de mí, comencé a actuar con estas creencias. Empecé más proyectos y me ofrecí como voluntario para más trabajos porque creía que era capaz de hacerlo.

Podría aventurarme y arriesgarme porque sabía que recibía apoyo, y no solo como creía antes. No era tentativo con mi creatividad porque sabía que tenía la capacidad de ser inspirado y productivo al mismo tiempo. Pude abrazar ser feliz porque mis creencias internas me dijeron que el mundo en realidad era un lugar hermoso y maravilloso, y no un mundo que trabajaba en mi contra.

Cada persona puede beneficiarse al cambiar sus creencias negativas a positivas. Si estás leyendo esto, toma una hoja de papel y anota cinco afirmaciones positivas, y colócalo en algún lugar donde lo tengas en cuenta. Te agradecerás a ti mismo cuando te des cuenta de cuánta positividad se permitió en tu vida por eso. Si no sabes por dónde empezar, aquí hay algunas sugerencias para comenzar. Si te sientes conectado emocionalmente, o si sientes una punzada de tristeza porque nunca has recibido este mensaje, entonces escríbelo junto con cualquier otro que se te ocurra.

Soy amado.
Me amo y me acepto a mí mismo.
Soy hermoso/sa.
Me ven por quien soy.
Soy fuerte.
Puedo cambiar mi vida para mejor.
Tengo infinita sabiduría dentro de mí.
Puedo ser feliz y realizado.
Soy capaz de cualquier cosa que me proponga.
Soy listo.
Soy bueno.
Tengo una influencia positiva en quienes me rodean.

Espero que estas afirmaciones puedan ayudarte a comenzar o darte una idea de lo que quieres escribir. Si te conectas con alguno de estos, utilízalos en tu papel, pero intenta también agregar algunos propios, porque los que provienen de ti serán verdaderamente la antítesis de tus creencias negativas internas y, por lo tanto, tendrán un mayor efecto en tu vida. Recuerda que esta es una herramienta: un medio para un fin, y ese final es amarte a ti mismo para ser quien eres exactamente.

El poder de nuestras palabras es tan grande que con ellas podemos crear o destruir.

fuente/consejosdelconejo.com

sábado, 22 de abril de 2017

Las Palabras Mágicas.

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En el esoterismo, muchos sonidos tienen correspondencias en el mundo espiritual, y algunos, como el mantra "om", son capaces de abrir nuestro sexto sentido. En este contexto, la palabra adquiere un poder particular, no solo por los sonidos que la articulan sino por sus significados, muchas veces ocultos y capaces de atraer fuerzas enormemente poderosas. Así, desde las primeras tradiciones mágicas en los albores de la civilización, la palabra ha sido el elemento más importante al servicio del mago, ya que con ésta se articulan los conjuros, se expresan las maldiciones, y se crean fórmulas de invocación y oraciones que han sobrevivido al paso de los siglos.

Quizá, la mejor explicación para el poder de la palabra, sea el hecho de que ésta es un vehículo para la expresión del pensamiento, y de las emociones y sentimientos en la medida en que ambas cosas se vinculan al primero. Así, y dado que entre los llamados "planos sutiles" están el plano mental y el plano astral (vinculado a emociones y pensamientos), las palabras, por su condición de agentes significantes usados por enormes grupos humanos, pueden crear condensaciones, disipaciones, y otros procesos a nivel de las energías propias de los planos sutiles cuyas sustancias guardan un vínculo esencial con aquellos aspectos que compromete la naturaleza de la palabra.

Por ello (según se desprende de los grimorios y otros "libros mágicos"), y sobre todo cuando en relación a los fines deseados la palabra vaya acompañada de un correcto "desempeño mágico" en aspectos como la pronunciación, la repetición (en casos donde es necesaria), la concentración mental, la intensidad y tipo de emoción y el grado de convicción y comprensión con respecto a lo que se hace, ésta se constituirá en un elemento capaz de destruir, crear, abrir o cerrar portales, cortar o establecer vínculos con entidades, y otras cosas más.

Mas en el contexto referido no es posible usar cualesquiera palabras con eficacia, sino las idóneas para las funciones que precisen los fines deseados; ya que, según dicen los expertos, el uso indebido de "palabras mágicas" puede traer consecuencias nefastas, y no simplemente un fracaso a la hora de ver cumplirse nuestros deseos.


Actualmente, vemos que muchas de las supuestas palabras mágicas están en latín, cosa que se debe al apogeo que la brujería occidental experimentó durante la Edad Media, en la cual el latín hacía las veces de "lengua universal", "lengua docta" y, muchas veces, "lengua mágica", en parte quizá por su profuso empleo en Teología, campo que en ese entonces estaba investido por cierta aura de reserva y trascendencia; y que, al igual que la magia, se vinculaba al mundo espiritual.

palabras-magicas4De esas palabras en latín legadas sobre todo de la brujería medieval, muchas tenían significaciones definidas, mientras que otras no significaban absolutamente nada, pero aún así se les daba diversos usos definidos, como protección o sanación. Si funcionaban o no es cosa aparte, pero muchos hechiceros actuales siguen creyendo en el poder de algunas de esas antiguas palabras sin sentido; y, si bien en algunos casos se han sugerido explicaciones para su supuesto poder, en otros casos no se comprende por qué sirven.

Con respecto a aquellas antiguas palabras "mágicas" que han caído en descrédito actualmente, se tiene que la mayoría de ellas fueron inventadas por magos callejeros, por charlatanes que solo buscaban impresionar y crear la ilusión de que poseían conocimientos arcanos, muchas veces revelados por ángeles, demonios u otras entidades. Evidentemente muchos de esos charlatanes hacían eso para conseguir dinero por parte de crédulos que, en una época de tanta superstición, abundaban en cualquier estrato social, al punto de que algunos ingeniosos estafadores consiguieron cuernos de narval para hacerlos pasar por cuernos de unicornio y venderlos a varias veces el precio de su peso en oro. Como es de suponer, en el caso de las falsas palabras mágicas, los charlatanes más agudos podían hacer cosas como crear palabras "mágicas" que tuvieran una fonética parecida a fórmulas investidas de poder (como las de la misa en latín) en el imaginario social, o bien simplemente recurrir a las asociaciones psicológicas de los sonidos para crear palabras "mágicas" que hiciesen pensar en cosas dignas de temor, respeto o reverencia.

Por otro lado, estructuras verbales compuestas que expresaban el poder mágico de la palabra, como eran los encantamientos y en general las fórmulas mágicas, en muchas culturas tribales eran cantadas, acompañadas de bailes e instrumentos, o bien eran proferidas en gritos o aullidos, como hacían hechiceros de la Antigüedad en Grecia y Roma.

Caso aparte merecen los mantras, que pueden ir desde sonidos como el "om" (entendible como una palabra desde la perspectiva morfológica), hasta oraciones como el famoso "om mani padme hum" (existen ligeras variaciones del mismo), que ha pasado incluso al ocultismo occidental, tal y como se deduce de las palabras de Samael Aun Weor, quien interpretándolo esotéricamente dice: ‹‹Este mantram se pronuncia esotéricamente así: "om masi padme yom": (Alargando el sonido de cada letra, y en forma silabeada). El significado de este mantram es: "¡Oh mi Dios, en mí!". Debe vocalizarse este mantram con el Corazón en Meditación Profunda, adorando al "Intimo", amando al "Intimo", rindiéndole culto al "Intimo", porque el Intimo es en esencia el Alma de nuestro Padre encarnada en nosotros, nuestra Divina Individualidad en la cual necesitamos absorbernos para entrar en esa dicha infinita e indescriptible del Nirvana, donde ya no hay penas, ni lágrimas, ni dolor.››. No obstante, si buscamos indagar en su originario sentido filosófico-espiritual, resultan idóneas las palabras del Dalai Lama, para quien: ‹‹Las seis sílabas, Om Mani Padme Hum, significan que a partir de la práctica de un camino, que es la unión indivisible del método y la sabiduría, puedes transformar tu cuerpo, tu habla y tu mente impuras en el cuerpo, el habla y la mente puras y exaltadas de un buda. Se dice que no debes buscar la budeidad fuera de ti, las sustancias para el logro de la budeidad están dentro de ti. Como dice Maitreya, en el Sublime Continuo del Gran Vehículo (Uttaratantra), todos los seres tienen intrínsecamente la naturaleza búdica en su continuo mental. Tenemos dentro de nosotros la semilla de la pureza, "la esencia de aquellos que han ido" (Tathaghatagarbha), que debe ser transformada y desarrollada completamente en la budeidad.››

palabras-magicas3Volviendo a Occidente, vemos que la palabra mágica "Abracadabra" es la que más fama ha tenido y aún tiene. Ésta apareció por vez primera en el libro Ren Reconditae ("Asuntos Secretos") de Serenus Sammonicus, un médico romano del siglo III d.C. En su obra, Serenus dice que la palabra puede curar la fiebre terciana (enfermedad semejante a la gripe), y que tanto puede ser útil pronunciarla, como colgársela al cuello a manera de amuleto —que cura la enfermedad si se lo usa 9 días y después se lo lanza hacia atrás a un río que al este—, siempre y cuando esté escrita de la forma gráfica ilustrada en la imagen izquierda, aunque en un pergamino virgen.

Pero: ¿cuáles son los orígenes de la palabra "abracadabra"? Tal palabra apareció en la obra de Serenus, pero sus raíces son mucho más antiguas, y hay tres hipótesis al respecto: 1. Se originó del arameo "avrah kahdabra", cuyo significado es "yo creo como hablo". 2. Surgió del hebreo "aberah KeDabar", que significa "iré creando conforme hable". 3. Según una traducción hecha por Eduardo Galeano, surgió en el hebreo antiguo y significa "envía tu fuego hasta el final" 4. Es una derivación del nombre "Abraxas".

Importantes también son los significados individuales de ciertos elementos de la palabra:

A: Es la unidad del Primer Principio, el agente intelectual y activo
B: Es la fecundación del Binario operada por La Unidad.
R: Es un signo ternario que simboliza la unión de las dos letras anteriores y por tanto de los principios que representan.
11: Este es el total de letras de la palabra, y representa la suma de la unidad que es el iniciado con el denario de Pitágoras.
66: Es el número de letras contenidas en el triángulo que se forma con la palabra "abracadabra" y sus letras, escritas como se mostró arriba.
12: Cabalísticamente implícito en el triángulo de "abracadabra", en tanto cuadrado del ternario y cuadratura mística del círculo.
La palabra "abracadabra" siguió siendo empleada hasta el siglo XVII, y en el año 1665, cuando la peste bubónica azotó Londres, muchos habitantes ingleses la usaron colgándosela al cuello para intentar protegerse...
Regresando al Medioevo, vemos que, muchas de las palabras mágicas supuestamente más poderosas, eran palíndromos, esto es, palabras o frases que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda y, en el caso de la magia, con ciertos grupos de palabras mágicas se formaban "cuadrados mágicos" (en realidad muchas veces eran rectángulos), que se leían igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba que de arriba hacia abajo. Un ejemplo era el cuadrado formado por "sator arepo tenet opera rotas":

SATOR
AREPO
TENET
OPERA
ROTAS

El significado de la fórmula se desconoce, pero figura en cientos de libros de magia y conjuros, en los cuales se explicaba que las propiedades del referido cuadrado mágico eran: detección de brujas, protección contra la hechicería, defensa contra la enfermedad, e incluso extinción del fuego si se lo escribía en una bandeja de madera y se lo lanzaba al incendio que se quería apagar...


Sí, lo anterior suena muy descabellado, pero no es nada si lo comparamos con el cuadrado mágico derivado de "odac dara arad cado", el cual permitía volar, o con el derivado de "milon irago lamal nolim", que dotaba de retrocognición (clarividencia de hechos pasados), visión remota y precognición a quien lo cargara escrito en un pergamino puesto sobre su cabeza, cosas que no les vendría nada mal intentar conseguir a los estudiantes universitarios actuales, pues podrían saber qué tomarán en el examen si se ponen aquel cuadrado mágico en la cabeza...

Llegados a este punto, el lector estará preguntándose cómo es que la gente del Medioevo creía en la magia de aquellos benditos cuadrados. Y es que: ¿acaso los historiadores nos han hablado de documentos históricos en que se mencione que una o más personas volaron después de usar el cuadrado de "odac dara arad cado"? Si así fuera, probablemente las industrias aeronáuticas modernas estarían contratando expertos en magia en lugar de gastar tanto en ingenieros y materiales de aviones... Sabemos que no fue así, y que efectivamente la gente medieval creía en tales cosas. ¿Por qué? Sencillamente porque los especialistas en magia culpaban a los practicantes del fracaso en el uso de los cuadrados. Y es que, cuando algo no resultaba, alegaban que debía hacerse con materiales específicos, bajo influencias astrológicas determinadas, en tiempos bien precisos y con cierta disposición interna y forma particular de pronunciación... Pero eso sí: cuando alguien se colgaba uno de esos cuadrados mágicos y sanaba (aunque fuese en mucho tiempo), la causa no era nada natural, era el cuadrado, dejándose de lado el abanico de condiciones que se citaban cuando los cuadrados fracasaban...

Ahora bien, aparte de los cuadrados existía una multitud de fórmulas mágicas cuya pronunciación ayudaba para ciertos fines. Ejemplos eran:

• "Melchor, Gaspar, Baltasar": esto debía decirse en voz alta, justo antes de tomar el arma para una cacería. Supuestamente daba mayor puntería y suerte a la hora de encontrar presas.

• "¡Miroch!": este nombre debía gritarse para paralizar al adversario en peleas donde no bastasen nuestras fuerzas naturales. Claro está que, si no se paralizaba y os llegaba un buen puñetazo, es que se había pronunciado mal el nombre o alguna otra cosa...

• "Galaté, Galatá, Calín, Calá": esto debía repetirse en voz alta tres veces tras invocar, también en voz alta, al arcángel Uriel. Supuestamente daba suerte en juegos de cartas y de azar, y no perdéis nada (excepto que os queden mirando...) si lo intentáis antes de usar el sexto sentido para elegir un boleto de lotería.

• "¡Armisí, Farisí, Restingó!": esto se debe gritar cuando nos estén robando a mano armada. Supuestamente nos librará, y la verdad es que es muy probable que sirva, dado que el atracador puede empezar a reírse a carcajadas si nos oye gritar eso...

• "Lasgaroth, Aphoridos, Palatia, Urat, Condión, Lamacrón, Fudón, Arpagón,
Alamar, Bulganis veniat Serebani": Esto se debe repetir en voz alta cuantas veces se crea necesario, santiguándose entre una y otra repetición de la invocación (son nombres). Sirve para librarnos de la mala suerte y de los espíritus y entes malignos. Así que ya sabéis: si os ha ido de lo peor, repetid eso algunas veces y todo estará bien...

Los anteriores son ejemplos risibles de hasta dónde ha llegado la creencia en la magia de las palabras, pero no por casos como esos debemos creer que la palabra, al menos cuando se usa bajo ciertos parámetros, no puede llegar a tener un verdadero poder mágico. Así, si bien es cierto que en el contexto de las prácticas esotéricas ninguna palabra basta en sí misma para provocar milagros o desgracias, sí es verdad que las palabras son una excelente forma para canalizar nuestras energías psíquicas, y que empleadas de cierta manera (esto rige sobre todo para los mantras) pueden conducirnos a estados mentales y espirituales especiales, además de que permiten invocar entidades (de luz u oscuridad), abrir o cerrar portales, maldecir, bendecir y otras cosas más, pero nada de esto lo pueden lograr en sí mismas, sino solo cuando se usan bajo ciertos parámetros, que implican una variedad de aspectos como el estado de quien las usa, la forma en que se las usa, el contexto (tiempo, espacio, situación, etc.) en que se las usa, y, en los casos pertinentes, los elementos junto a los cuales se las emplea.


domingo, 1 de mayo de 2016

Influenciando las dinámicas invisibles con palabras de poder.


Habíamos hecho, hace algunos artículos, una introducción al poder de la palabra y los sonidos místicos, un conocimiento que ha sido siempre usado por todos aquellos que sabían como despertar, activar, mover o concentrar las fuerzas de la naturaleza y el Kosmos (con K, tal y como habíamos definido su significado en el post anterior) para un determinado fin. Las palabras son, pues, la herramienta para poner en marcha, a través del principio de resonancia, las fuerzas de la naturaleza y las dinámicas invisibles de las energías del ser humano. Vamos a ver ahora cómo y porqué.

Primero hemos de entender correctamente lo que significa “influenciar” estas dinámicas energéticas por medio de la voz y, para ello, hemos de volver a partir de la base de que todo es energía, en diferentes estadios de densificación y, por lo tanto, todo posee una vibración determinada. La frase bíblica de “en el principio fue el Verbo” es la manera más famosa y repetida de explicar este concepto.

Los seres humanos, gracias a nuestras cuerdas vocales, podemos crear y reproducir diferentes vibraciones en forma de fonemas. Si se conoce que fonemas, esto es, que combinación de sonidos emitir y usar, que tengan relación con las energías que se quieren poner en marcha, una persona puede, entonces, provocar efectos en lo invisible, en los planos y fuerzas que no se ven, pero que definitivamente están activas a nuestro alrededor (como lo está el aire, que no vemos, pero sentimos físicamente).

Entendiendo el fenómeno de resonancia

La resonancia armónica es la clave para que esto suceda. Y es algo fácil de experimentar y demostrar. Si tocamos un piano, en cualquiera de sus notas, el sonido emitido causará el mismo efecto energético en nosotros no importa en que octava lo toquemos. De igual manera, si tocamos por ejemplo un DO en una octava inferior, todos los DOs de las octavas siguientes vibrarán también. Este fenómeno no está asociado a la forma en la que el piano pudiera estar construido, sino que es un fenómeno que ocurre en la naturaleza, y es simplemente producto de una ley universal. Hace varios meses, en este artículo sobre el porqué se corresponden diferentes cosas entre si, ya nos adentramos en este principio de correspondencia y resonancia.

Otro ejemplo de la resonancia armónica lo podéis encontrar en la red si buscáis cantantes rompiendo copas de cristal cuando son capaces de cantar la misma nota que la frecuencia de resonancia del vidrio del que está hecho. Y, por supuesto, todos conocemos el efecto que la música tiene en nuestro cuerpo, donde podemos llegar a sentir literalmente en nosotros, por ejemplo, los sonidos graves de un tambor, o los diferentes efectos que tienen en la psique y en nuestro estado de ánimo la música clásica, el heavy metal o cualquier otro estilo musical. Simplemente, sus diferentes frecuencias resuenan con diferentes partes del ser humano y los activan, potencian, calman o modifican.

Las reglas de la resonancia

Las reglas de la resonancia que hay que tener en cuenta son simples, pero importantes. La emisión de una frecuencia de 100Hz, por ejemplo, tendrá un efecto resonante en todo aquello cuya frecuencia base sea de 200Hz, 300Hz, 400Hz, etc. La resonancia armónica siempre tiene efecto en todo aquello que vibra a un múltiplo exacto de la frecuencia original. Si un órgano de mi cuerpo tuviera una frecuencia de resonancia base de 400Hz, cualquier diapasón, canto, sonido o mantra que vibrara en un múltiplo de esa frecuencia me serviría para influenciarlo.

La segunda regla es que si emites dos frecuencias simultáneamente que se acoplan, obtendremos dos resultados, primero, una onda que es el resultado de la suma de las dos frecuencias, y segundo, una onda que es la diferencia entre ambas frecuencias. Por ejemplo, si emites un tono de 100Hz y otro de 130Hz, tendrás como resultado una onda de 230Hz y otra de 30Hz. Este efecto es muy usado en cosas como el Hemi-sync, audios y meditaciones cuyo propósito es la sincronización de ambos hemisferios del cerebro.

Finalmente, y esto es conocido por todos, las frecuencias se doblan con cada octava, es decir, el DO de una octava superior es justo el doble del DO de la octava precedente. Como comentario, algunas escuelas esotéricas sitúan el paso “energético” de las frecuencias que forman la materia y el plano sólido a las frecuencias de pura energía alrededor de la octava ochenta (80).




Usando la frecuencia adecuada para recibir y transmitir

Cuando uno oye una emisora de radio, tiene que saber que dial sintonizar para poder escucharla. De la misma forma, cuando uno usa sonidos místicos, mantras o palabras de poder, hay que saber que frecuencia es la correcta para que tengan el efecto deseado y sean “escuchadas” por aquello sobre lo que se quiere incidir (resonar con un plano u otro, activar un órgano del cuerpo específico, estimular un punto energético, etc.). Este es el tema más complicado de todos, pues los sonidos vocalizados y las palabras o mantras usados están compuestos por diferentes fonemas que pueden cada uno tener una frecuencia de emisión diferente, que depende de las diferentes consonantes y vocales que contenga. Si su pronunciación se hace distinta al tono exacto que es necesario para la activación de algún campo energético, cambia el punto de resonancia, y puede no funcionar, de ahí que, diferentes personas, entonando el mismo vocablo, tengan diferentes resultados y/o éxito variable en la conjuración de todo tipo de fuerzas, energías, entes y elementos.

En general, la forma en que se vocalice las consonantes determina el efecto a buscar. Por ejemplo, el sonido de la R refuerza al tono que tenga asociado (RRRRRRaaaaaaaa); la M tiene un efecto calmante (OOOMMMMMMMM); la L tiene un efecto de expansión de energía, especialmente afectando a los centros psíquicos del cuerpo, la B tiene efecto en la potenciación de esa misma energía, la C, K y Q tienen efectos resonantes con arquetipos y energías asociadas al conocimiento, y se considera que están relacionadas con energías ascendentes, evolutivas, mientras que la resonancia de la P, V y F tienen efecto en lo contrario, energías involutivas, descendentes, desde planos superiores hacía el plano físico. La combinación de estas consonantes en ciertos vocablos místicos varía según el propósito y aplicación en el que se quiera usar.

Además, al añadir las vocales a un mantra, un fonema o una palabra mística, lo que hacemos es modificar el nivel al cual estamos podemos influenciar, ya que la escala clásica de nuestras vocales: A, E, I, O y U, está determinada por las energías con las que resuenan en orden secuencial de los planos a los que afectan. La A es la vocal más baja, y la U es la vocal que alcanza mayor vibración y como tal, puede resonar o hacer resonar cosas en planos más altos.

Sonidos fijos y volátiles

Cuando creamos, mediante el lenguaje, vocablos y palabras, nos encontramos con lo que los lingüistas llaman sonidos “fijos” y sonidos “volátiles”. Si uno pronuncia la vocal A, puedes mantener el mismo sonido hasta que te quedes sin aire en los pulmones y este no varia. Es un sonido fijo. Si pronuncias un sonido donde se combina una vocal y una consonante, como AR, RA, OM, etc., el sonido completo no puede ser mantenido en el tiempo. Por ejemplo, en RA, la R se desvanece rápidamente y solo permanece el sonido de la A. Por lo tanto, se le llama un sonido volátil.

En las artes mágicas, los sonidos volátiles tienen un poder mayor que los sonidos fijos, y por eso se usan esas palabras místicas que os puse como ejemplo en el anterior artículo, como el OM, el AUM, el AMEN, el RAMA, etc. Huelga decir que este tipo de “poder” está imbuido en las palabras que salen de los órganos vocales del ser humano, por su capacidad de vibrar y retransmitir la frecuencia adecuada, con el tono y la energía especifica para producir un efecto resonante y concreto sobre un campo energético. Un sonido grabado en un CD no es capaz de activar fuerza alguna en plano dimensional alguno. Cuando la vocalización está bien hecha y, por ejemplo, se usa para activar ciertos centros psíquicos o partes del cuerpo físico, los efectos se notan de inmediato y, con la práctica, uno aprende a entonar las frecuencias adecuadas para obtener una sensación de calma, de bienestar, de armonía, para potenciar un chakra, para elevar su frecuencia de vibración, para sintonizarse con un nivel de energía concreto, etc.

En el siguiente artículo nos meteremos en los procesos de manifestación de la realidad a través del sonido, como nos dicen que hacían los antiguos rishis, y quizás comprendamos que, realmente, el vac-siddhi (el poder de crear a partir de la voz), es mucho más que un cuento mágico, y forma parte de la caja de herramientas latentes que todos poseemos, pero no conocemos, ni mucho menos usamos.

lunes, 11 de abril de 2016

Palabras y formas mentales, ¿cómo hago para que me entiendan?

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Todos hemos notado la diferencia entre leer y aprender un concepto o una idea de un libro o manual, o escucharla y aprenderla directamente de la persona que te la trata de explicar. Es obvio que, en muchos casos, se aprende perfectamente de textos escritos y de aquello que leemos, y, sin embargo, cuando vamos a una charla, conferencia, curso o seminario, es cuando muchas de las cosas que hemos leído, por fin “calan” en nosotros, y hacen ese “click” que nos lleva a entenderlo.
¿Porqué sucede esto? Es tan normal y estamos tan acostumbrados a que así suceda que posiblemente jamás nos hemos planteado el que haya un mecanismo detrás de estos procesos de enseñanza presencial versus aprendizaje mediante la lectura, pues si que existe una razón por la cual, muchas veces, necesitamos estar delante de una persona que nos explica algo para que lleguemos a captarlo profundamente.
Transmisión de formas mentales
El mecanismo de funcionamiento es sencillo. Toda energía presenta algún tipo de consciencia, y tiene un aspecto material marcado por la intensidad y densidad del bloque energético generado. Los procesos sentimentales que nacen de nuestro cuerpo emocional son agregaciones de materia de ese mismo plano, todos los procesos mentales son agregaciones y están construidos de materia del plano mental, y todos los procesos conceptuales están formados por materia del plano causal.
Cada vez que pensamos, a partir de las partículas sub-atómicas denominadas alfas y analfas, generadas por las neuronas y los procesos del cerebro, su centro intelectual correspondiente y los cuerpos sutiles asociados (el mental y el causal), se generan formas mentales que son expulsadas de nuestro sistema energético. Estas formas mentales se pueden percibir como nubes de energía de diferentes tonalidades, siendo expedidas desde el sistema energético de la persona hacia el exterior y entorno de la misma. La forma que tienen depende del contenido del pensamiento (el concepto que se esté transmitiendo), su definición y detalle viene determinado por la claridad mental de la persona que lo ha generado, y su color o tonalidad viene determinada por la calidad de ese pensamiento. A mayor nivel evolutivo de la persona que está generando esas formas energéticas, mayor definición, claridad, nitidez y viveza de color tienen sus emisiones mentales.
Habilidad de comunicar a varios niveles
Y es que todos los pensamientos son expresiones de consciencia etérica, emocional y/o mental. Son formas temporales, y su intensidad está directamente relacionada con la cantidad de energía que se pone al formarlas. Cuando una forma mental o emocional ha cumplido su propósito, se desintegra lentamente, y se vuelve a descomponer en las partículas primordiales que fueron usadas para su creación, disolviéndose de nuevo en el “éter” del entorno. Como ya podéis suponer, la generación sin control de todo tipo de formas mentales de múltiples clases de emociones y pensamientos, es lo que da lugar a los llamados egregores y balsas de energía.
Así, la habilidad que tiene una persona para hacerse entender depende de varias cosas. Primero, que sepa lo que tiene que explicar (obvio), segundo, que sus funciones energéticas de expresión y comunicación, el estado de su quinto chakra, estén en perfecto orden, y, tercero, que sepa generar o tenga la habilidad de generar (lo hacemos inconscientemente) formas mentales detalladas y potentes, que sirvan para ayudar a la comprensión de lo que se está diciendo a nivel de palabra, complementando los procesos vocales y el uso del lenguaje.
Percibiendo las formas mentales
La razón para este último punto estriba en que cuando estás oyendo una charla, una conferencia o una clase, no solo estás escuchando sonidos, sino que tu cuerpo mental está sintonizando los procesos y formas mentales presentes en la sala donde te encuentras, siendo la mayoría de estas formas mentales, por definición, las que provienen de la persona que está hablando. Esto suplementa el entendimiento e integración del contenido energético de los conceptos, ya que se imbuyen en nuestros cuerpos sutiles, las energías mentales de aquello que está siendo explicado verbalmente.
Del cuerpo mental del profesor o del orador, nacen y son enviadas hacia los oyentes los mismos conceptos que se están transmitiendo oralmente, pero en forma de figuras y bloques de energía, que son integrados y captados por nosotros de la misma forma. Es como si nos tratan de explicar el concepto de lo que es una flor, un puente o la metafísica de Aristóteles, y a la vez que llega de manera auditiva las palabras, llegan en forma de bloque energético la forma y el contenido de la flor, del puente o las ideas del filosofo griego. Estas “ideas energéticas” se unen a nuestro cuerpo mental, se imbuyen en él, pasando luego por su conexión con las esferas mentales a los diferentes niveles de procesamiento de las mismas: consciente, supraconsciente, subconsciente, y demás.… de ahí, las esferas mentales hacen su trabajo filtrando, cortando, analizando, rechazando o aceptando la información según el contenido de patrones, programas, filtros, arquetipos y demás partes de lo que cada uno lleve en su psique, y, finalmente, y mediante los procesos neuronales de gestión de la información entre la mente y el cerebro, guardamos la información, la archivamos y, si hemos tenido suerte, la integramos como parte de nuestra consciencia, expandiendo la esfera, si se ha producido ese “click” que nos ha hecho entender lo que se nos estaba explicando (de lo contrario se queda, casi siempre, como “datos” acumulados en el cuerpo mental que no han llegado a ser procesados y convertidos a conocimiento y de ahí en sabiduría).
A buen entendedor
Aunque todo el mecanismo explicado es automático e inconsciente, es tremendamente importante, y es lo que hace que se le entienda a una misma persona el mismo concepto mejor que a otra, ya que, aunque sus palabras sean las mismas (estén por ejemplo leyendo un texto), su contenido mental puede no serlo, si ambas comprenden y emiten formas mentales de diferente calidad, contenido y detalle con las ideas a transmitir.
Dicen que a “buen entendedor, pocas palabras bastan”, lo que le falta quizás al refrán es que para ser un buen entendedor, además de oír y entender lo que se nos dice, hay que captar correctamente los bloques de energía conceptuales que recibimos, teniendo delante a un buen emisor de los mismos.
Por David Topí

lunes, 14 de marzo de 2016

El poder de la voz y el uso de palabras místicas.

Que los seres humanos tenemos un potencial co-creador de la realidad enorme lo hemos dicho ya en multitud de ocasiones, y es algo repetido por todas las enseñanzas de cualquier época y tiempo. Este poder nace de la capacidad de proyectar formas energéticas de diferentes vibraciones, sea a nivel psíquico o mental, a nivel emocional o a nivel verbal, que “moldean” el entorno energético en el que existimos, para darnos la ilusión de la realidad que vemos. En este caso, vamos a profundizar en el poder de la palabra, la voz, y los sonidos que emitimos.
En culturas ancestrales abundan historias al respecto. De los rishis, o sabios de la antigua India, se decía que tenían extraordinarias habilidades, llamadas siddhis. Una de ellas era elvac-siddhi (vac=voz), por el cual cualquier cosa que el rishi dijera se convertiría en realidad. Algunas veces, sólo con pronunciar una palabra, un rishi podía materializar un ejército completo, por lo qué, para estas tradiciones, la palabra pronunciada era considerada sagrada, poderosa e inalterable. En sánscrito, por ejemplo, el termino vac (voz), es a menudo considerado como sinónimo de la diosa Shakti, la energía creativa, el poder de manifestación, y en diversas corrientes de antigua filosofía griega, puede hallarse un concepto similar en el concepto de Logos, que yo uso mucho en mis artículos si os habéis dado cuenta, como un sinónimo de grandes entes creadores. En realidad, el significado primario de logos es “palabra“, pero también significa principio creativo.
Relación entre voz y energía sexual
Si alguno ha leído las enseñanzas de Rudolf Steiner, quizás os suene que hacía múltiples indicaciones relativas al poder de la voz. Un aspecto que desarrolló particularmente es la relación entre la voz y los órganos reproductores y, como consecuencia de ello, describe múltiples consecuencias concernientes a la evolución de la humanidad, por ejemplo, en la pubertad, cuando se desarrollan los órganos sexuales, y la voz de los adolescentes cambia de tono debido a la acción de la testosterona. En las mujeres, la alteración de la voz también puede observarse en la menopausia.
En la medicina tradicional china pueden hallarse diversas conexiones entre la energía sexual y la garganta. Por ejemplo, de entre todos los órganos, se dice que el riñón está relacionado con la energía sexual. Y en la garganta se encuentran las amígdalas, las cuales tienen forma de riñones. Cuando hay una liberación de “energía” por el riñón, a resultas puede haber una inflamación de la faringe (faringitis) o de las amígdalas (amigdalitis).
De hecho, Steiner consideraba que la importancia de ciertas partes del cuerpo se está desvaneciendo lentamente, mientras que otros órganos jugarán un papel cada vez más esencial en el futuro. Los órganos sexuales pertenecen a la primera categoría, mientras que la laringe pertenece a la segunda. Además, sabemos por enseñanzas como el taoísmo que la energía sexual y la energía que nos permite conectar con las partes más elevadas del ser humano, el espíritu, el Yo superior, etc., son fundamentalmente de la misma naturaleza, y que esta última no es otra cosa que una forma refinada y redirigida de la primera. Por ello, una gran parte de las enseñanzas relacionadas con la alquimia interior enseñan a refinar y transmutar la energía sexual, para así generar los cambios necesarios para que la plenitud de nuestro Yo Superior y de todo aquello que en realidad somos, pueda ser permanentemente experimentada.
La función de la laringe
Mediante la voz expresamos nuestros pensamientos y nuestras emociones, haciendo que, lo que pensamos (en un plano o nivel mental), y lo que sentimos (en un plano o nivel emocional), pueda tomar manifestación en un plano físico. Posiblemente, en el futuro de la humanidad, la capacidad de la laringe para dar forma material a aquello que es aun solo una forma mental o emocional de un concepto llegará a ser excepcional, y que el poder creativo de la palabra se manifestará incluso en el plano físico: sólo con decir un sonido, se materializará el objeto correspondiente. Aunque las implicaciones parezcan de ciencia-ficción, el concepto no es, después de todo, diferente del vac-siddhio poder creativo de la palabra que de acuerdo con los textos sánscritos los antiguosrishis hindúes dominaban a la perfección.
Palabras místicas
De todas las palabras místicas encontradas en las enseñanzas, rituales y simbolismo de varias escuelas místicas y esotéricas, los vocablos Aum, Om y Amén son los usados más frecuentemente y generalmente reconocidos.
Muy pocas personas que usan el “Amén” parecen comprender que están usando una palabra mística, cuyo uso es más o menos incorrecto y también poco comprendido. Aum, Om y Amén son palabras idénticas en cuanto a potencial creador, aunque difieran en su naturaleza lingüística. En los tres casos, el sonido de la “m” es de extrema importancia y al pronunciar las palabras no solamente debe ser enfatizada, sino también prolongada. El resto, la “o” y el “au” y la “a” son siempre idénticas en sonido. La palabra Améndebería pronunciarse como si se deletreara “Amn”, o realmente “Am”, y es una sílaba más bien que dos. Si fuera deletreada Ahmn podríamos pronunciarla más correctamente porque la “a” nos daría un sonido claramente abierto, siendo un sonido de poder.
Sonidos de “poder”
Hemos de ser conscientes que el ser humano descubrió estas palabras, no se las inventó. Que fueran descubiertas mediante experimentos místicos o por “revelación divina” quizás no lo sabremos nunca, pero el hecho es que nuestros antepasados no seleccionaron arbitrariamente los sonidos de “ah” y “m”, sino que encontraron que estos en particular producían ciertos efectos dentro de su ser, de su aura y a su alrededor. El mero hecho de que en muchos países diferentes, separados y sin contacto unos con los otros, los nativos y culturas ancestrales adoptaran de forma independiente sonidos similares en sus rituales y cantos, para los mismos propósitos, nos da indicios de que hay un poder y una cualidad en estas vocales particulares, y en su pronunciación, que no tienen otras palabras.
Estos sonidos de Aum- Om- Amén, incorporan vibraciones de altas cualidades de poder y de conciencia “cósmica”. Los mantras están repletos de ellos, no tenéis más que buscar unos cuantos en YouTube y los escuchareis. Muchas otras palabras y nombres místicos los incorporan también, imbuyendo sus cualidades ocultas en vocablos como Rama, Padme, Omar, etc., (también presentes en mantras). Al intentar pronunciar estas palabras uno nota que se requiere un pequeño esfuerzo físico, y que, mientras se repite, la mente y el cuerpo adquieren una actitud relajada y de paz, lo cual es una condición para entonarse con esos otros niveles de consciencia más elevada casi inmediatamente.
Influencia psíquica y energética
La pronunciación correcta de los sonidos anteriores imbuidos en el Aum, el Om o el Amen, por ejemplo, tiene un efecto inmediato a través de los canales del sonido de la boca y la cabeza, sobre las glándulas pituitaria y pineal, y también sobre la tiroides. Estos efectos son transferidos físicamente a través del sistema nervioso simpático a todos los centros psíquicos y plexos del cuerpo humano. Por estas razones muchas personas, en meditación, comienzan su período de relajación y conexión con otros niveles de consciencia con la repetición de estos “aum” u “om”, repitiéndolas lentamente varias veces, tratando siempre de entonarlas en el tono correcto.
El Aum y la conexión con los diferentes reinos de la naturaleza
La palabra “aum”, es especialmente interesante, pues cada una de las tres letras que la componen tiene un poder y una importancia mística en sí misma. El sonido “a” está asociado con los poderes básicos de naturaleza física, del cuerpo y del mundo físico, y en consecuencia también se asocia al reino mineral. El sonido “u” está muy estrechamente relacionado con el reino vegetal, y con las glándulas pineal y pituitaria y tiene un efecto definido sobre ellas, pero solo cuando está asociada con la letra “a” (sola no lo tiene). En su pronunciación conjunta, la “u” debería ser muy suave y en la forma de “oo” dando un sonido que viene a ser algo así como “ahoo”, con el acento en la “ah”, donde el “ah” se extiende ligeramente y termina con el sonido de “oo”. Esto es más difícil de escribir que de hacer por uno mismo, pero espero que se entienda.
Finalmente, cuando añadimos el sonido de “m” estamos extendiendo las vibraciones desde la punta de la lengua y potenciando los otros dos anteriores. Esta última parte está también asociada con el reino animal, siendo su sonido “base”. Con la prolongación de la “m” dentro de un largo sonido zumbante al final de la palabra, estamos añadiendo el significado de la “m” al conjunto, el cual siempre ha sido asociado en la literatura antigua con el espíritu, con el amor, con el desarrollo psíquico, con la omnisciencia, etc. Analizando todos estos factores vemos que la palabra es, después de todo, una forma de sintetizar vibraciones de la Creación en forma de sonido.
Siendo conscientes de su potencial
En todo caso, estas y otras palabras son literalmente creadoras, y manifestadoras de la realidad, influencian, cuando son bien usadas, el entorno energético y psíquico de quien las usa, y, por ello, en muchas tradiciones, solo son enseñadas cuando uno accede a grados altos e internos de diferentes escuelas iniciáticas. Quizás el ser humano en algún momento recupere el potencial de la voz en todo su esplendor, y aprenda a usarlo correctamente para crear un futuro común y mejor para todos, a partir del conocimiento de que, siendo todo energía, solo hay que hacerla vibrar correctamente para llegar a ver sus efectos a nivel físico en nuestra realidad.
un abrazo,
David Topí

sábado, 12 de marzo de 2016

El Poder de la Palabra por Brad Hunter

La palabra, junto con el poder de la vibración es capaz de crear, sanar y también destruir.

La teoría indica que cuando focalizamos nuestra mente en algo, y a esto le sumamos el sentimiento y la emoción para finalmente expresarlo, estamos exteriorizando y materializando un poder que estará afectando los reinados de la materia

 


LO QUE LE DICES A TU SEMEJANTE, TE LO DICES A TI MISMO

Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos.

Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje - la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento - para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo.


En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.

Los estudios realizados por físicos cuánticos comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento olvidado de antiguas culturas ancestrales. Un conocimiento que se encuentra aún escondido y olvidado y que nos aportaría el poder de cambiar nuestro mundo.

 


LAS PALABRAS PUEDEN PROGRAMAR EL ADN

La más reciente investigación científica rusa apunta a que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar genes individuales. Solo el 10% de nuestro ADN se utiliza para construir proteínas, y este pequeño porcentaje del total que compone el ADN es el que estudian los investigadores occidentales.


El otro 90% es considerado "ADN chatarra".

Sin embargo los investigadores rusos, convencidos de que la naturaleza no es tonta, reunieron a lingüistas y genetistas - en un estudio sin precedentes - para explorar ese 90% de "ADN chatarra".

Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y para la comunicación a toda escala de la biología. Los lingüistas rusos descubrieron que el código genético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos.


Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas. Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente.

El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas también exploraron el comportamiento vibratorio del ADN.
"Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográficas usando la radiación láser del ADN endógeno".
Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.

Los maestros espirituales y religiosos de la antigüedad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento.


Ahora eso se ha probado y explicado científicamente.

La sorpresa mayor fue descubrir la manera en que el 90% del "ADN Chatarra" almacena la información.
"Imaginemos una biblioteca que en lugar de archivar miles de libros sólo guarda el alfabeto común a todos los libros, entonces, cuando uno solicita la información de un determinado libro, el alfabeto reúne todo lo contenido en sus páginas y nos lo pone a nuestra disposición", aclaró Garjajev.
Esto nos abre las puertas a un misterio aún mayor: que la verdadera "biblioteca" estaría fuera de nuestros cuerpos en algún lugar desconocido del cosmos y que el ADN estaría en comunicación permanente con este reservorio universal de conocimiento.

 


LA EVIDENCIA INESPERADA

El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma.


Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alfabeto hebreo se correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.

Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alfabeto son representaciones geométricas.


En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. 

Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención.


Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!

 


EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podría conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.

Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino también para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar "híper-comunicación", una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarían conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada "conciencia colectiva".

El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, seríamos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.

El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios - potenciado por millares de personas - nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.

Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes.


Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicación, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.

Una vez alcanzado un nivel de conciencia determinado, ayudemos con respeto a la vida a ser co-creadores de esta obra.

fuente/Biblioteca PLeyades