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jueves, 5 de diciembre de 2013

Ver para creer. Parásitos asombrosos: el gusano africano del ojo. (Las imágenes pueden herir sus sensibilidad)

Los parásitos son organismos verdaderamente indeseables y pueden ser muy repugnantes. Existen miles y miles de especies diferentes y de diversos tamaños, pero hoy te vamos a hablar de uno de pequeña talla que tiene una estrategia parasitaria bastante peculiar y asombrosa, el llamado “gusano africano del ojo”.

Algunos datos de este parásito

parasitos-asombrosos-el-gusano-africano-del-ojo-1.jpg Wikimedia Commons/Nathan Reading
El nombre científico de este parásito es quizás uno de los más sencillos que encontraremos, Loa loa, y pertenece al megagrupo de los nematodos, los gusanos en forma de hilo. Es una especie que vive en África principalmente, de donde es nativa, aunque los flujos migratorios actuales han permitido que se detecten casos en otras regiones de todo el mundo.
Los individuos adultos pueden alcanzar unos 7 cm de longitud y 0,5 mm de diámetro, y como ocurre en muchos de estos parásitos, las hembras son mucho más grandes que los machos.

¿Cuál es el ciclo de vida de este peculiar parásito?

parasitos-asombrosos-el-gusano-africano-del-ojo-3.jpg Gewoldi/iStock/Thinkstock
Los vectores o agentes transmisores de este gusano son los tábanos, unas moscas hematófagas muy comunes en muchas regiones tropicales. Estos gusanos se alojan en las trompas succionadoras de estos dípteros, de manera que cuando pican no solo succionan la sangre, sino que inoculan las larvas de Loa loa bajo la piel. Una vez alojada en el tejido subcutáneo, la larva comienza a alimentarse y a crecer muy lentamente de manera asintomática para el hospedero, hasta convertirse en un individuo adulto en un proceso que puede tardar incluso años.
Cuando el gusano está listo, comienza a moverse rápidamente por los tejidos del cuerpo, y si se encuentra con otro del otro sexo, copulan y liberan nuevas larvas llamadas microfilarias al torrente sanguíneo, el cual las lleva por todo el cuerpo. Una cosa muy curiosa es que estas larvas se distribuyen de acuerdo al horario, por ejemplo, durante el día circulan libremente en la sangre y durante la noche, se alojan en los pulmones. Al ser los tábanos vectores de actividad diurna, es por el día cuando pican a la persona infectada, justamente cuando el parásito está en su fase circulatoria, por lo que adquieren las larvas con la sangre y las transmiten nuevamente, cerrando así el ciclo.

¿Cómo ataca a las personas el Loa loa?

parasitos-asombrosos-el-gusano-africano-del-ojo-2.jpg Wikimedia Commons
Este parásito en su fase adulta se mueve con suma facilidad por el interior de los tejidos blandos de todo el organismo, por lo que puede alojarse en lugares tan diversos como el corazón, los testículos o la vagina, el cerebro y en el lugar más visible y que le da su nombre vulgar, en el ojo.
Todos estos movimientos pueden ser completamente indoloros, aunque en muchos casos provocan algún escozor y en ocasiones dolor en caso de localizarse en una zona sensible, donde puede provocar inflamación y fiebre.

En el caso de su desplazamiento por los ojos, Loa loa ofrece quizás una de las visiones más impresionantes y desagradables que puede atribuirse a un parásito que afecta al ser humano. Normalmente no provoca dolor, ceguera u otro problema clínico, y muchas veces las personas se dan cuenta cuando ven una sombra que les tapa la visibilidad de manera esporádica o cuando sienten el movimiento del mismo.




Esta es una de las vías más propicias para lograr extraerlo de una vez del cuerpo gracias a que es donde se hace más visible y fácil de capturar. Existen fármacos para el tratamiento de la loiasis que es como se llama la enfermedad, pero en algunos casos asintomáticos el parásito puede vivir muchísimos años en el interior del cuerpo sin que nos demos cuenta.

fuente/ Ojo Científico