viernes, 8 de agosto de 2014

120 Submarinos Alemanes Desaparecidos.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial permanecen desaparecidos unos 120 submarinos alemanes de los que no se ha vuelto a saber nada. No fueron declarados hundidos, ni se rindieron nunca a los aliados ni a autoridad de país alguno. En los archivos, la explicación sobre su paradero es siempre “asunto no aclarado”.
Los aliados descubrieron tras la guerra extrañas irregularidades en los archivos de la Kriegsmarine, como lo demuestra el hecho de que algunos submarinos de última generación llevaban la numeración de submarinos anticuados. Debido a estas inexplicables irregularidades (muy en contra del minucioso espíritu alemán), nos surge otra pregunta: ¿Es posible que la cifra de 120 submarinos sea inferior al número real de submarinos que desaparecieron? ¿Pudieron los alemanes haber construido submarinos que oficialmente “no existían” y que por ello nunca fueron regristrados?
Fuera como fuese, ¿cuál fue el destino de más de cien submarinos alemanes? Según el Hitlerismo esotérico, el destino de estos submarinos, de muchísimos miles de alemanes que sencillamente “desaparecieron”, de muchos científicos alemanes y sus familias, así como el destino de Hitler, Eva Braun y otros leales fue la base del Tercer Reich en la ANTÁRTIDA: NEUSCHWABENLAND.
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Es cierto que la mayoría de los submarinos alemanes fueron hundidos en el transcurso de la guerra, pero cada vez que un submarino era hundido se registraba minuciosamente el lugar (latitud y longitud), fecha y hora y por quién había sido hudido. Y éste no fue el caso de ninguno de los submarinos de que hablamos. Por otro lado, si alguien está tentado a pensar que esos submarinos “ausentes” se los quedaron los aliados “sin declararlos”, puede despedirse al instante de esa teoría: cada submarino que se rendía a los aliados era minuciosamente registrado. Pretender hacer aparecer como “desaparecido” un submarino que ya ha sido registrado habría sido completamente imposible, y recordemos que los americanos no tuvieron reparos en quedarse a la vista de todos con todo el botín que quisieron cuando entraron en Alemania, por ejemplo los cohetes V2. Por último, nadie puede ser tan estúpido de creerse que los alemanes iban a consentir que 120 de sus mejores submarinos cayeran simplemente en las manos enemigas: es habitual hundir la nave antes de dejarla caer en manos del enemigo, lo cual por cierto también se registra en los archivos (por ejemplo el famoso caso del buque acorado alemán “Graf Spee”, hundido por su capitán al no ver otra salida).
En los años posteriores a la guerra, se produjeros muchos informes de gente del mar que aseguraba haber visto “submarinos fantasma”… Se trata de los OSNIs u “Objetos Submarinos No Identificados”, en analogía con los OVNIs.
¿Pero qué se sabe de los submarinos alemanes de última generación? De igual forma que el Tercer Reich desarrolló sus “aviones circulares” de propulsión no convencional, debemos pensar que aplicaran esa misma propulsión no convencional a sus ingenios submarinos.
Si admitimos que los alemanes construyeron una gran fortaleza en la Antártida, que nunca fue tomada, entonces tenemos que admitir también que los alemanes contaran con supersubmarinos, capaces de transportar mucha más carga y a mucha mayor velocidad que los submarinos convencionales. Para los planes del Reich alemán era de vital importancia contar con tales supersubmarinos.
Al final de esta sección puedes encontrar una lista de submarinos alemanes desaparecidos.
El extraño caso de dos submarinos en el Mar de la Plata
En 1945, varios meses después de terminada la guerra, llegaron hasta las costas argentinas de Mar del Plata un par de submarinos alemanes de última generación, capaces de permanecer hasta seis meses sumergidos, y cargados de más hombres de los que necesitaría cualquier misión usual. Transportaban una curiosa carga de cigarrillos, a pesar de que ninguno de ellos fumaba (como es tradicional entre los austeros oficiales de este tipo de naves). Los submarinos llevaban mucho tiempo en el mar, lo que es más extraño aún. La tripulación no pudo explicar satisfactoriamente su presencia en estas aguas australes ni por qué las naves estaban falsamente clasificadas con las series U-530 y U-977, correspondientes en realidad a dos viejos submarinos que en los archivos navales de la Marina Alemana aparecían incluso en reparaciones, de modo que la adulteración era una clara muestra de que se trató de ocultar la desaparición de estas naves.
Los norteamericanos enviaron en tiempo récord una enorme dotación de oficiales que apresaron a los alemanes y se los llevaron a Estados Unidos, haciéndolos desaparecer. Fueron sometidos a durísimos interrogatorios. La noticia que circuló entonces, incluso entre algunos medios de prensa de la época, era que los dos submarinos habrían sido parte de un enorme convoy que salió de Alemania con Hitler y sus principales asesores hasta algún lugar secreto de las tierras australes, el “paraíso inexpugnable” del almirante Doenitz. Las naves, producto de las tormentas en altamar de ese año, se habrían extraviado y, como es común en las misiones ultrasecretas, por ser parte de la comitiva de compañía, desconocían el lugar al que se dirigían, limitándose a seguir a los guías. Fue así como, extraviados y rendidos a su mala fortuna, llegaron perdidos hasta Mar del Plata.

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OSNIS
Han sido decenas de miles el número de avistamientos de OSNIs desde finales de los años 40. Los relatos que se han ido recopilando sugieren que por las aguas de nuestro planeta circulan tantos OSNIs como OVNIs hay en los cielos. Más de un 70 % de la superficie de la Tierra está cubierta de agua. La profundidad media de los mares y océanos es de tres kilómetros, y el hombre apenas ha comenzado a explorar las vastas zonas que se encuentran debajo de la superficie. Estas zonas podrían ser lugares ideales para el establecimiento de bases submarinas. A continuación presentamos algunos testimonios de avistamientos OSNI.
El 25-9-1946 informó la “Agence France Press” del encuentro del barco ballenero islandés “Juliana” con un submarino alemán en las aguas antárticas al sur de las islas Falkland. El submarino había detenido al ballenero y el comandante alemán se acercó al barco en un bote neumático y subió a bordo, donde le pidió en inglés al capitán islandés víveres frescos, a lo que éste accedió. El comandante pagó en dólares americanos y dio a la tripulación una prima de 10 dólares a cada uno. Durante el transbordo le dio al islandés indicaciones de la posición de bancos de ballenas, que se revelaron como ciertas. Cuando el capitán Hekla fue preguntado más tarde si lo había notificado a la base de la marina británica en las Malvinas, respondió que había venido de Islandia para capturar ballenas, no submarinos. El periódico parisino “France Soir” comentó la noticia, que llegó de Santa Cruz, en el sur de Argentina, de la siguiente manera: “Esto confirmaría los rumores sobre la existencia de huellas de la marina de guerra del Reich Alemán en las aguas de Tierra de Fuego y las zonas no exploradas de la Antártida”. Las aguas están entre las dos más importantes zonas de fuga: la Patagonia y la Antártida alemana “Neuschwabenland”.
El 24-11-1972 informó el periódico “The Star” de Johannesburgo de una (inútil) acción de búsqueda desde el aire de un misterioso submarino que había emergido cerca de Natal (Suráfrica, al norte de Durban) en las proximadades de la costa y “closely resembled that of the German U boats of World War 2 (se parecía mucho a un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial).
El periódico alemán “Westfalenpost” escribió el 16-2-1989: “La marina sueca afirma haber encontrado huellas de submarinos ajenos en sus aguas. Uno de los submarinos no identificados habría cortado en el Mar Báltico varios cables entre las islas de Gotland y la costa soviética. El Ministerio de Defensa ha declinado opinar al respecto por motivos de seguridad”. ¿Motivos de seguridad? ¿La seguridad de quién?
La tarde del 30 de Julio de 1967, el oficial Jorge Montoya, a bordo del buque Naviero, se encontraba de servicio, cuando el barco argentino estaba justo navegando por el Atlántico Sur, a 190 kilómetros de la costa brasileña. Los oficiales fuera de servicio y la tripulación estaban cenando abajo, y la normalidad era total. Al echar una mirada al mar por el lado de estribor Montoya sufrió un sobresalto al ver a una extraña nave con forma de puro deslizarse silenciosamente por el agua a unos 15 m de distancia. Se quedó pasmado durante unos instantes y después alertó al capitán por el intercomunicador. Cuando el capitán Julián Ardanza llegó a la cubierta, la misteriosa nave seguía moviéndose paralelamente al barco. Los dos hombres la estuvieron estudiando por espacio de 15 minutos, durante los cuales el objeto se mantuvo en la misma posición. La misteriosa embarcación brillaba con luz blanco-azulada brillante y no dejaba ninguna estela. Estimaron que su longitud oscilaba entre los 32 y los 34 m.
Después, sin previo aviso, la embarcación no identificada giró en dirección al buque mercante y, produciendo un resplandor brillante al acelerar, se sumergió por debajo del buque para desaparecer rápidamente en las profundidades del océano. Los oficiales y la tripulación del Naviero acababan de ver uno de los enigmáticos objetos submarinos no identificados (OSNIs). En una entrevista que la prensa le hizo posteriormente, el capitán dijo que desde luego no se trataba de un submarino convencional ni de una ballena, y que en veinte años de servicio no había visto nunca cosa igual.
Uno de los casos más dramáticos registrados en los anales de los OVNIS es el que ocurrió la noche del 26 de julio de 1980. El remolcador Caioba-Seahorse efectuaba una travesía regular cuando, a 95 km de la costa brasileña, cerca de Natal, el contramaestre vio de repente un objeto gris de diez metros de diámetro que flotaba sobre la superficie. Al mismo tiempo podía verse sobre el mar una luz brillante que avanzaba rápidamente en dirección hacia ellos. El contramaestre viró rápidamente para evitar el choque con el objeto flotante, que encendió entonces luces de varios colores (amarillo, rojo, verde y azul). en aquel momento la luz brillante ya les había alcanzado, y podía distinguirse un cuerpo resplandeciente de forma ovalada que se mantenía suspendido silenciosamente a unos 60 m por encima del OSNI flotante. Los motores del remolcador se habían parado, y la tripulación contempló, con miedo y fascinación, cómo el OVNI se posaba lentamente sobre el OSNI. Tuvo lugar una conexión, las luces del OSNI se apagaron, y los dos cuerpos se elevaron juntos. Después de permanecer unos minutos flotando en el aire en aquella área, el OVNI, junto con su carga, se alejó rápidamente en dirección al mar. Naturalmente, este acontecimiento impulsó a las autoridades navales a llevar a cabo una investigación de alto nivel, y desencadenó entre los ufólogos civiles brasileños innumerables especulaciones. ¿Fue la tripulación del remolcador testigo de una operación de rescate de un OVNI por parte de otro? ¿O se trataba más bien de una operación rutinaria de recogida, realizada en un lugar convenido? No se pudo llegar a ninguna conclusión; y lo que las autoridades navales eventualmente pudieron descubrir, lo guardaron en secreto.
También han sido vistos OSNIS frente a la costa de Norteamérica. Uno de los testigos fue Wesley Gruman, de diecinueve años, que la noche del 27 de marzo de 1979 se dirigía hacia Oak Bluff (Massachusetts). Al observar un resplandor verde por encima de unas dunas de arena, en cuanto pudo miró en dirección al mar. A unos 60 m de la orilla flotaba sobre el agua un cilindro luminoso de unos nueve metros de longitud. Cuando el OSNI, silenciosamente, se elevó, Gruman paró el coche y bajó para observar cómo ascendía. Quiso ir a buscar una linterna bastante potente que llevaba en el coche, pero se encontró con que sólo podía mover la cabeza. Esta parálisis duró hasta que el OSNI se hubo alejado lo suficiente como para quedar fuera del alcance de la vista. Gruman cuenta también que se produjeron otros dos extraños fenómenos: por una parte, la radio de frecuencia modulada de su coche emitió un zumbido de baja frecuencia mientras duró la visión; el otro fenómeno fue el extraño comportamiento de su reloj de pulsera. El calendario del reloj, que funcionaba con cuerda normal, iba tres días adelantado, pero al día siguiente de la experiencia señalaba la fecha correcta, y lo sigue haciendo desde entonces.
En Newport (Rhode Island), John Gallagher observó a la luz del día un objeto no identificado que era levantado o impulsado desde el mar. En abril de 1961 se hallaba trabajando en una casa junto al mar y vio una esfera roja balanceándose sobre las olas. Intrigado, subió al segundo piso para tener mejor visibilidad, y pudo distinguir entonces que la esfera se encontraba a unos 180 m de la orilla y era arrastrada mar adentro. De repente se elevó hasta un altura de unos 18 m, se detuvo, y acto seguido, acelerando hasta alcanzar unos 160 km/h, voló en dirección a alta mar. Gallagher estaba seguro de no haber visto un globo de aire, ya que sus movimientos y velocidad no eran los de un objeto movido por el viento, sino los de un objeto bajo control inteligente.
Los objetos submarinos no identificados también extienden sus actividades a las aguas interiores. Hay relatos acerca de OSNIs en lagos, ríos, puertos, ensenadas y fiordos. En noviembre de 1980, en el río brasileño Araguari, más de setenta personas que esperaban un transbordador vieron cómo un sólido objeto de cinco metros de diámetro surgía de debajo del agua. Por espacio de unos cuatro minutos estuvo flotando en el aire a una altura de unos 200 metros, y después, lentamente, se movió en dirección al mar. Por unos momentos voló a menos de 30 m de la orilla.
El hombre que vio un “típico platillo volante” elevarse del río Thompson, cerca de Kamloops (Columbia Británica, Canadá), desea permanecer en el anonimato, pero se trata de una persona de confianza, según afirma el doctor J. Allen Hynek, ufólogo mundialmente conocido. En la soleada tarde del 16 de mayo de 1981, el testigo estaba pescando tranquilamente cuando, con un ruido “como el de agua vertida sobre una sartén caliente”, la extraña nave emergió del agua helada a unos 90 m de la orilla. Entonces, acelerando, subió bruscamente por encima de su cabeza y se alejó en un abrir y cerrar de ojos. Al alejarse produjo un sonido como de chapoteo cuando unas bolitas de algo procedente del objeto cayeron en forma de lluvia alrededor del pescador. Este recogió parte de este material, que fue analizado por el Centro de Estudios de OVNIS de Illinois (Estados Unidos). A finales de 1981 aún no se habían hecho públicos los resultados.
El conductor y los pasajeros de un autobús de Londres tuvieron un asiento de primera fila para presenciar cómo un OSNI plateado y en forma de puro se sumergía en el río Lea, después de haber cortado unos cables telefónicos y de haber dejado una marca en el margen de cemento del río. Bob Fall conducía su autobús número 123 en dirección a Tottenham, el 13 de abril de 1964. cuando el OSNI voló atravesando la carretera delante del vehículo y aterrizó en el río. Se hizo dragar el río, que tenía unos dos metros de profundidad, pero no se encontró nada. La policía sugirió que tal vez los testigos habían visto una bandada de patos, lo cual no explica los cables rotos ni las señales en el cemento.
Otro caso “imposible” de visión de OSNI fue el que tuvo lugar en el río San Lorenzo, cerca de Quebec (Canadá), en marzo de 1965. El capitán Claude Laurin y su copiloto, de la línea Quebecair, pudieron ver por espacio de cuatro o cinco minutos a un “submarino” situado debajo de la superficie. a más de 300 km del mar abierto, posición extremadamente peligrosa para un submarino normal. El 23 de mayo de 1969 tres testigos oculares vieron cómo “un objeto redondo, resplandeciente y que emitía destellos de luces rojas” se sumergía en el San Lorenzo. La investigación policial lleva da a cabo “no descubrió nada”.
El siguiente relato constituye una prueba bastante fehaciente de la posibilidad de que algunos OVNIS, después de un vuelo supersónico a través de la atmósfera, necesiten enfriar sus estructuras sobrecalentadas. En verano de 1967, un grupo de boyscouts estaba acampado en la orilla de un plácido lago a 32 km de St. John (Nueva Brunswick. Canadá). Los muchachos estaban durmiendo, y el jefe del grupo y su ayudante habían bajado hasta el lago para ir a buscar agua. De la oscuridad surgió un OVNI en forma de dos platillos -colocados uno frente al otro- con destellos rojos, naranjas, verdes y azules a su alrededor. Al entrar en contacto con el agua y sumergirse se produjo un chirrido, semejante al sonido que oyó el hombre que vio elevarse un OVNI del río Kamloops en 1981. El lago, de aguas claras y frías, se alimentaba de las nieves de las montañas; no obstante, cuando a la mañana siguiente volvieron los dos hombres, el agua estaba bastante turbia y tibia.
Otra extraña experiencia fue la vivida por el matrimonio Bordes, que, la noche del 16 de septiembre de 1955, se hallaban pescando en el embalse de Titicus, en el estado de Nueva York. A la 1.30 de la madrugada aún no habían tenido suerte. Entonces fue cuando la señora Bordes vio una esfera luminosa rosa que se elevaba del agua para volverse a sumergir. Al cabo de un rato, cuando estaban de vuelta hacia la orilla, ambos vieron fuera del agua una forma oscura. Tenía dos bandas horizontales de luz blanca en la base y una luz rotatoria de color amarillo encima. El señor Bordes, más curioso que asustado, remó en dirección a las luces y éstas retrocedieron a mayor velocidad. Después se movieron en dirección hacia él y entonces el señor Bordes, a su vez, retrocedió. A su mujer el asunto no le hacía ninguna gracia, de modo que remaron un kilómetro y medio en dirección al embarcadero, con las luces siguiendoles a cierta distancia. Cuando llegaron al coche y se pusieron en marcha aún podían verse las luces en el embalse.
Los poderes de estas enigmáticas máquinas parecen ser inmensos, según nos indican los siguientes relatos de acontecimientos ocurridos en las heladas aguas de Suecia. El 30 de Abril de 1966, entre las 17.15 y las 17.30, tres testigos vieron cómo un objeto gris oscuro de 9 m de longitud avanzaba por el lago Siljan (en el centro de Suecia) abriendo en la capa de hielo un canal de un palmo de espesor. El canal abierto tenía una anchura de tres metros o tres metros y medio, y una longitud de más de 800 m. Mientras el OSNI se precipitaba en el hielo a una velocidad de 95 km/h iba despidiendo por ambos lados bloques de hielo y agua en forma de cascada. Ocho años antes, el 5 de abril de 1968, el Times había dado la noticia de que “un objeto increíblemente poderoso ha practicado un enorme agujero en la capa de hielo de un lago de la parte central de Suecia; los científicos y expertos militares no saben a ciencia cierta de qué se trata”. Dos personas residentes allí habían localizado el agujero cerca de Malung: tenía un área de 585 m. Al frente de la investigación se encontraba el coronel Curt Hermansson, quien afirmó que el impacto de una aeronave estaba fuera de cuestión, ya que no había ninguna señal alrededor del agujero. El hecho de que el hielo, como de un metro de espesor, hubiera sido levantado por debajo, parecía indicar -en vista de la actividad de OSNIS registrada hasta la fecha- que algo “increíblemente poderoso” había salido de debajo de la capa de hielo. Pero, ¿quién puede afirmarlo con certeza? Los submarinistas que exploraron los fondos embarrados del lago no encontraron nada que explicara el misterio. Unos días más tarde se descubrió otro gran agujero en la capa de hielo de un lago situado en las cercanías de Serna.
Las autoridades supusieron que los agujeros habían sido originados por la caída de algún objeto al agua. Hacia años que los escandinavos se veían importunados por objetos que caían del cielo. Muchos de estos sucesos ocurrieron en 1946. y al principio la prensa supuso que se trataba de meteoritos; sin embargo, al aumentar el número de relatos en torno a proyectiles plateados en forma de torpedo y que emitían trazas de humo -muchas veces más de un relato al día- se les denominó “cohetes fantasma”. La primera suposición fue que se trataba de cohetes alemanes V2, capturados y puestos a prueba por los soviéticos; no obstante, los hechos no confirmaban estas suposiciones. A pesar de que el complejo de fabricación de cohetes que los alemanes tenían en Peenemünde había sido ocupado por los rusos en mayo de 1945, los científicos alemanes ya se habían rendido a las fuerzas norteamericanas, dejando las instalaciones de pruebas completamente destruidas. No era posible que los científicos rusos hubieran empezado a montar y disparar V1 o V2 en tan poco tiempo, y mucho menos desarrollar y construir cientos de cohetes nuevos con unas características de vuelo bastante distintas a las del V2.
Un típico caso de “cohete fantasma” fue el presenciado el 19 de Julio de 1946 por una familia que aseguró haber oído un ruido como “el de un fuerte viento” y visto dos cohetes de dos metros de longitud y unas alas cortas, como de un metro, situadas en la mitad inferior de la máquina, que pasaban sobre sus cabezas y se sumergían en el lago Mjosa, a 96 km al norte de Oslo (Noruega). en el fondo del lago podía verse un cráter, pero en las operaciones de dragado ordenadas por las autoridades militares no se halló nada. Los cohetes fantasma eran detectados por radar cuando efectuaban cambios bruscos de dirección, pero raramente chocaban Y, cuando lo hacían, siempre era contra las aguas de un lago. No obstante, nunca se encontraron restos, a pesar de las intensas búsquedas llevadas a cabo por el ejército.
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Extraños incidentes de submarinos americanos y soviéticos
Pero también se echa la culpa a los “submarinos fantasma” de extraños sucesos que acaecen en los mares del mundo, y el caso es que son muchos accidentes para tratarse de submarinos que cuestan varios cientos de millones de dólares. John A. Keel escribió en 1972: “En los últimos dos años han desaparecido seis submarinos de Israel, Francia, Inglaterra y EE.UU. sin dejar rastro. Tres de ellos en el Mar Mediterráneo, y ninguna acción de búsqueda minuciosa ha podido pudo aclarar su destino. No se encontraron ni restros de fuel ni de los submarinos”. ¿Tal vez fueron abordados y secuestrados?
Existen muchas noticias de extraños “accidentes” ocurridos en submarinos atómicos norteamericanos y soviéticos. Así por ejemplo, en Mayo de 1968 se hundió el submarino atómico norteamericano “Scorpion” en el Atlántico norte. Cinco meses después se le localizó en el fondo del mar. Un torpedo activado había sido evidentemente detonado en su tubo antes de dispararlo. ¿Dispararlo contra quién? En un caso semajante ocurrido en 1984, cinco cazas soviéticos MIG fueron destruidos al estallar antes de su lanzamiento, sin motivo alguno y de forma inexplicable, los misiles que iban a lanzar contra un OVNI que estaban persiguiendo. Curiosamente, esto parece ser que es lo que le ocurrió también al submarino ruso Kursk.
El 13-3-1986 encalló el submarino atómico de EE.UU. “Nathanael Green” ante Irlanda. Nadie resultó herido, el submarino sin embargo resultó seriamente dañado. Sólo dos meses después encalló el submarino atómico norteamericano “Atlanta” en el estrecho de Gibraltar. Tampoco esta vez hubo heridos. Tan malas no pueden ser las cartas de navegación y aparatos de medición de los submarinos atómicos americanos…
En 1981, en el mismo sitio donde años atrás se había hundido el submarino atómico americano “Thresher”, fueron observados dos veces “discos de fuego redondos” que salían del océano por un carguero canadiense.
En Agosto de 1980 se incendió un submarino atómico soviético ante Japón y tuvo que ser remolcado hasta Wladivostok.
En 1983 se averió un submarino atómico soviético de la clase “Victor 3″, por aquel entonces la más moderna, ante la cosca este americana en el Atlántico. Después de cabecear allí durante días, por fin fue remolcado hasta Cuba para ser reparado.
En Junio de 1983 se hundió un submarino atómico soviético en el Pacífico norte debido a una vía de agua. En 1986 se averió otro submarino atómico soviético más ante el norte de Japón. Tuvo que ser remolcado.
El 6-10-1986 se hundió en el Atlántico un submarino atómico soviético tras un incendio. Además, a comienzos de Mayo de 1987 se hundió un submarino atómico soviético ante la costa mexicana del Pacífico. La causa se desconoce.
http://alfredoeye.wordpress.com

El poder de la luz azul (sanación y aumento cognitivo a través de la fotoestimulación)

La estimulación con luz azul tiene numerosos beneficios para el ser humano.

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Entre todas las graduaciones de la luz visible, el azul parece distinguirse como el color más poético y preciado. Sondeos muestran que el azul es color predilecto de la mayoría de las personas en el mundo y para algunas culturas el pigmento azul es más valioso que el oro (es el color de los dioses).  El azul ha sido inspiración de numerosas obras y movimientos artísticos al encarnar la ingravidez onírica y la amplitud celeste —una especie de frecuencia armónica en el extremo más sutil de la existencia.  Tomando esta intuición cromática en consideración, quizás no sea del todo extraño que la luz azul se haga manifiesta con una serie de propiedades que pueden ser utilizadas para mejorar el desempeño cognitivo o incluso para tratar ciertos padecimientos.


Investigadores del hospital de Brigham en Boston notaron que personas expuestas a la luz azul (de una longitud de onda corta) tuvieron mejor desempeño en diferentes actividades, que las que fueron expuestas a luz verde. El grupo que recibió un baño de luz azul en el día tuvo mejor reacción auditiva, mayor concentración —y sus patrones de ondas cerebrales mostraron estados relacionados con mayor alerta. El neurocientífico Steven Lockley, uno de los autores del estudio dijo:


Los resultados contribuyen a nuestro entendimiento de cómo la luz afecta el cerebro y abren una gama de posibilidades en el uso de la luz  para mejorar la alerta, productividad y seguridad humana. Mientras que mejorar la alerta de trabajadores en la noche tiene claros beneficios, los trabajadores diurnos también se benefician de una mayor cualidad de iluminación que también los ayuda a ver mejor.


El estudio realizado en Boston confirma uno previo realizado en Suecia y apunta a que la luz azul puede usarse también de día (¿en saunas lumínicos?), esto sin perturbar la producción natural de melatonina, la cual afecta especialmente cuando se expone a una persona a luz azul en la noche haciendo que sus efectos sean más bien nocivos para la salud —en realidad  toda la luz artificial, cuando es posible, debe de evitarse en la noche para no afectar los patrones de sueño naturales.


La luz azul parece tener también otros posibles beneficios, como combatir la depresión a través de la inducción de estados de alerta. En Japón se instalaron paneles de luz azul en estaciones de metro para combatir el alto índice de suicidios en estas locaciones. Existe información que sugiere que la luz azul puede combatir el tastorno afectivo estacional, curiosamente llamado en inglés “winter blues”, (la añoranza es azul). Otra investigación explora la posibilidad de que pulsos de luz azul ayuden a combatir la diabetes generando proteínas. La cualidad de sanación o de aumento cognitivo de la luz se debe a su longitud de onda, una de las más cortas en el espectro de la luz visible, misma que hace que la luz azul se esparza en el aire limpio y tiña el cielo de azul. En lo que puede considerarse una correspondencia cósmica, la luz azul es la marca de galaxias que se encuentran activas o “despiertas” en el espacio (también en el cosmos es signo de alerta y actividad).


Las aplicaciones de la luz azul aún son inexploradas y van desde la iluminación urbana dirigida hasta el uso de máquinas de estimulación fótica combinando pulsos binaurales y luz azul a frecuencias que emulen las ondas cerebrales, también para propiciar estado de alerta y aumento cognitivo. Será nuestra labor futura canalizar el poder de la luz azul.

fuente/ Pujamasurf

miércoles, 6 de agosto de 2014

Las 11 Leyes del Karma. Por José Luís Camacho.

El Karma es la respuesta a nuestros actos, como un furtivo en la noche, el karma nos devolverá el fruto de la semilla que plantamos, aquellos que bien obraron, recibirán la dulce fruta pero los que hicieron mal conscientemente, recibirán el amargo fruto.


Existen 11 leyes que rigen tu karma, cada una de ellas define el comportamiento de tus actos y sus consecuencias, en este videoprograma, vamos a hablar de esas leyes a las que todos estamos sometidos.






fuente/ Mundo Desconocido.es



1961. Betty y Barney Hill. La abducción.

Este es el caso insignia de las abducciones extraterrestres, ya que fue uno de los primeros en cobrar notoriedad pública y fue luego adaptado en un libro llamado The Interrupted Journey (“El Viaje Interrumpido”, 1966) y en la película The UFO Incident (“El incidente OVNI”, 1975).

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Una pareja regresa de sus vacaciones conduciendo por la ruta en la noche y ven lo que parece ser una extraña estrella que se mueve erráticamente. Se detienen para observar y, en un instante, esa aparente estrella se les acerca, pudiendo observar que se trata de una nave y está tripulada. 

Lo que sigue después son algunas de las cosas que se volverían comunes para todos los casos de abducción extraterrestre.

Pérdida de la memoria y sensación de “tiempo perdido” –Betty y Barney Hill declararon que había al menos dos horas de esa noche que no recordaban en absoluto y que parecían haberse evaporado–, posteriores pesadillas y luego la práctica de hipnosis regresiva para reconstruir los acontecimientos. 

En las reconstrucciones, además, casi siempre se incluye un recuerdo de las criaturas alienígenas y de algunos experimentos y test médicos realizados sobre los abducidos.


martes, 5 de agosto de 2014

¿Es el chamanismo la utopía del III milenio?


 


Últimamente se viene produciendo una asombrosa proliferación de escritos, ensayos, propuestas o como se las quiera denominar, que nos hablan de la necesidad de un profundo cambio en nuestra Weltanschauung (visión del mundo). 


En su interpretación más sencilla, una visión del mundo es una determinada manera de interpretar la realidad del mundo que nos rodea, así como del papel que ocupan los seres humanos en el mismo y del camino que nos aguarda en el devenir. 


Dicha visión del mundo está vinculada de forma indisoluble con las realidades materiales: estructura económica, relaciones de producción, sociales, pero también con aspectos superestructurales: instituciones de dominación y poder, costumbres, valores, moral, leyes, creencias religiosas, cultura, herencia. Cada una de las civilizaciones habidas hasta nuestros días se ha caracterizado porque la mayoría de los individuos que la formaba, compartía, en mayor o menor medida, de forma consciente o inconsciente, dicha visión del mundo, la cual condiciona en grado sumo, las acciones y actuaciones de todos y cada uno de los individuos que configuran dicha civilización.
 
Así, atendiéndonos al marco europeo, la Antigua Grecia, el medioevo, el Renacimiento, el Romanticismo o la época contemporánea, se diferencian no sólo por el desarrollo alcanzado por los medios productivos, sino también y quizás fundamentalmente, por un determinado concepto del hombre y de su relación con el medio ambiente que los rodeaba, naturaleza, personas, etc. Cuando una civilización alcanza su apogeo, suele cumplir un objetivo vital o histórico concreto iniciándose un nuevo proceso de sustitución, que dará con un nuevo objetivo e inexorablemente, antes o después, con una nueva visión del mundo, creándose una nueva civilización.
 
La visión del mundo de una civilización determinada se expresa en sus diferentes lenguajes, entre los que el arte y la ciencia, representan dos de los aspectos más significativos, aunque no únicos. De ésta manera, un determinado paradigma científico aparece inseparablemente asociado a un estilo artístico concreto, y juntos, acostumbran a evidenciar la visión del mundo de una época claramente diferenciada de las anteriores y de la subsiguiente.
 
La visión del mundo dominante en nuestros días, es prácticamente la misma que se forjó como consecuencia de las transformaciones ocasionadas por la denominada Revolución Industrial, triunfo y apoteosis de una clase social: la burguesía comercial e industria que nos ha impuesto, no sólo un sistema económico, el capitalismo, basado en el beneficio privado y la explotación del trabajo asalariado, o un sistema político basado en el autoritarismo, en el estatismo y al servicio de aquellos que retienen el control sobre la propiedad de los medios de producción. Junto a todo ello, la burguesía impuso una manera determinada de ver el mundo, de explicar el sentido de la vida, un juicio sobre lo que está bien o mal, de las leyes que hemos de cumplir, de los dioses a los que hemos de adorar, o a las banderas ante las que nos hemos de arrodillar.
 
No nos damos cuenta, quizás nunca lo hemos pensado, pero la mayoría de nosotros, sin ser siquiera grandes burgueses, ricos o poderosos empresarios, nos hemos sometido a esa manera de ver el mundo de percibir la realidad, no sólo eso, sino que los obedecemos, los idealizamos, imitamos, de otra manera, vivimos, pensamos, sentimos como ellos quieren que sintamos, pero no somos ellos; y cuando tarde o temprano lo descubrimos, nos damos cuenta de que somos todos nosotros los únicos perjudicados por esa manera de hacer y de vivir. Cómo ahora mismo!
 
Los síntomas de agotamiento, las alarmas ante una situación que está volviéndose insostenible vienen produciéndose, ininterrumpidamente a lo largo de los dos últimos siglos, resulta evidente además, que el hundimiento de la civilización que podríamos denominar occidental, se está acelerando rápidamente. El hambre, la destrucción del medio ambiente, la explotación del hombre por el hombre, la opresión a la que está sometida la mayoría de la población mundial, las mujeres en particular, pero también las minorías étnicas, los refugiados, los niños, la hipocresía, la falsedad, la corrupción, la violencia, la guerra, la crisis energética, la deuda del tercer mundo –que cara mas dura, solo hay un mundo y es de todos -, el cuarto, las epidemias que no se combaten por falta de recursos, la SIDA entre otras muchas, la amenaza permanente de un arsenal militar de un poderío inimaginable, los gastos en enseñanza, cultura, sanidad o ayuda a los necesitados, siempre insuficientes, pueblos oprimidos, minorías aniquiladas, odios religiosos, racismo, naciones sometidas…
 
De nada o de casi nada, nos sirven las estructuras económicas o políticas, etc., heredadas del pasado y mantenidas sin apenas modificaciones de importancia y es evidente la necesidad de su substitución por otras más acordes con los tiempos que nos ha tocado vivir.
 
En éste cambio de milenio nos encontramos en la fase de agotamiento de un determinado sistema, de esa concreta visión del mundo. Desde éstas páginas queremos contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a la configuración de la nueva visión, aquélla que ha de sustituir a la aún hoy vigente, aportando un conjunto de trabajos, reflexiones y alternativas, documentación e informaciones que puedan ser útiles al conjunto del cuerpo social en su necesaria reflexión sobre la clase de futuro que queremos para nosotros y sobre todo, para nuestros hijos. Como todo lo novedoso, semejará utópico, irrealizable, incluso absurdo, especialmente a aquellos que están cómodamente instalados en la visión hoy dominante, y que quieran permanecer con oídos sordos a los numerosos síntomas de putrefacción y requerimientos de cambio que por todas partes se evidencian. La Ciencia de hoy, como la religión de ayer, cumplirá su misión de perro guardián del orden establecido y se opondrá con todas sus fuerzas a nuestras ideas…
 
Pero ello no nos desanima. No nos sentimos en posesión de ninguna verdad indiscutible e invitamos a todos aquellos que lo deseen a discutir, profundizar o avanzar en el camino de la construcción de la civilización del futuro que ya ha empezado.

Del mecanicismo y otros males

Parece una ironía suprema que tuviéramos que salir de nuestro planeta antes de que realmente pudiéramos verlo tal como es. Cuando los astronautas nos mostraron el aspecto que tenía nuestro mundo desde el espacio, fue como si nos hubieran acercado un espejo para que contemplásemos nuestro reflejo. La imagen de la Madre Tierra, bella, frágil, bailando en el espacio se grabó de forma indeleble en nuestro cerebro.
 
Este acontecimiento fue como una señal de aviso que nos indicaba que acababa de llegar el momento, la hora de decidir como debemos contemplar nuestro mundo y la relación que tendremos con él.
 
En este sentido sería conveniente recordar algunas de las declaraciones de aquellos astronautas que han tenido la oportunidad de ver la Tierra desde el espacio, en particular las de Neil Amstrong, pero también las del cosmonauta ruso Aleksandr Alexsandrov: “Entonces me cruzó la mente la idea de que todos somos hijos de nuestra Tierra. Tanto da que país se está mirando. Todos somos hijos de la Tierra y deberíamos tratarla como a nuestra madre”. O las del norteamericano Donald Williams: “Para aquellos que han visto la Tierra desde el espacio, y para los centenares, quizás millares que la verán, esa experiencia indudablemente hace cambiar de perspectiva. Las cosas que compartimos de nuestro mundo son mucho más valiosas que las que nos dividen”. En general todos ellos coincidieron en señalar que: “Aquel planeta es la casa común de toda la Humanidad, así como de todas las especies animales y vegetales que lo habitan”.
 
Desde ese momento, la creencia de que la Tierra es una estructura muerta y de que puede explotarse de forma indefinida, tal como lo sostenía la ciencia mecanicista, no concordaba, con lo que sentimos al ver las imágenes del planeta azul y blanco flotando en el espacio.
 
Fue como si la vida reconociera a la vida. Esta toma de conciencia ha provocado un aceleramiento de la preocupación ecológica, aquello que últimamente convenimos en denominar la conciencia verde. Frente a la visión mecanicista – economicista que domina ampliamente el panorama político-social, la más arraigada, que nos dice que podemos y debemos explotar el planeta en aras del progreso y que, cambiar los procedimientos, aún siendo conveniente y necesario, resultaría demasiado caro, la conciencia verde nos señala, que lo caro va a ser el no cambiar nuestra forma de proceder, porque el tejido de la vida en nuestro planeta, ese tejido fino y lleno de vinculaciones intrincadas, corre un peligro obvio; se percibe un desastre en potencia, que se acerca hacia nosotros a mayor velocidad de la que la mayoría de la gente quisiera creer.
 
Para llegar a modificar toda una actitud cultural dominante, tenemos que llegar a cambiar nuestra forma de pensar. Día a día, son más las personas, que se dan cuenta de que en el fondo, esta nueva forma pensar es muy antigua; es una sabiduría que arranca de la noche de los tiempos y que sobrevive a lo largo de los milenios y de las civilizaciones, y que afirma que la Tierra nuestro planeta azul y blanco está, en algún sentido, viva.
 
Los que tienen que tomar las decisiones, ésta generación, es decir ¡nosotros!, Ha sacado ya la ramita más corta… ¡Ahora mismo!, Hemos de buscar las nuevas actitudes mentales que se necesitarán para sostener los cambios tanto materiales, exteriores, como interiores que se deberán producir.
 
En la cúspide del milenio, o bien hacemos cambios que abran todo un campo nuevo al potencial humano y planetario, o perderemos la última oportunidad y, no nos recuperaremos de la caída ecológica, que cuando empiece se sucederá como si se tratase de una avalancha de fichas de dominó..
 
Pero para llegar a cambiar actitud mental dominante a nivel mundial, si es que eso es posible, hay que empezar por cambiar nuestra propia manera de pensar. Afortunadamente, somos cada día más los que descubrimos que en realidad esa nueva manera de pensar, es en realidad muy antigua… Se trata de un conocimiento que surgió en la más remota noche de los tiempos y que ha sobrevivido a lo largo de los siglos y milenios, atravesando todas y cada una de las civilizaciones habidas hasta hoy. Ésta sabiduría nos dice que la Tierra, nuestro planeta, está en mas de un sentido vivo.
 
La idea de una Tierra viva, aún hoy, constituye un anatema total para la ciencia y para el pensamiento convencional de la sociedad contemporánea, sin embargo, la idea de una Tierra viva, hubiese sido un concepto absolutamente normal para la mayoría de los hombres que vivían hace tan sólo unos cientos de años.
 
De la misma manera que las ideas de Giordano Bruno, Galileo o Miguel Servet, fueron rechazadas por la ciencia de su tiempo, también las teorías o pruebas científicas que sostienen que nuestro planeta es un ser vivo, que el desastre es inminente, son censuradas, reprimidas, ocultadas o perseguidas, por esa ciencia cancerbero de los intereses de las multinacionales, de los estados y de los ejércitos.

La realidad de la Realidad

Pero vayamos por partes. En nuestro tecnificado mundo es necesario clarificar de una vez por todas que es lo real, y lo que no lo es. Aquello a lo que denominamos realidad, incluso la realidad de la persona, con todos sus quehaceres, no es de ningún modo algo fijo, sino algo de múltiple significación; de hecho, no existe una realidad sino varias, quizás un número infinito de ellas, como en las más desorbitadas fantasías de las mentes más enfebrecidas. No, desde luego no parece que nos encontremos en un uni verso, en el sentido de una sola dirección o sentido, sino más bien en un inimaginable multi verso donde direcciones y realidades se pliegan unas sobre otras. los dioses o a un destino inexorable. En virtud de ésta manera de considerarla, la realidad que nos rodea, el mundo en su conjunto, se transforma en un valle de lágrimas que hemos de atravesar con dolor y sufrimiento, dominado por la omnipotencia del mal, donde todo, la naturaleza, los otros seres humanos, nos son hostiles, una amenaza, donde sólo la superación con el esfuerzo, el sacrificio y el dolor tienen virtudes redentoras, donde el ganarás el pan con el sudor de tu frente, sufrirás enfermedad y muerte o el parirás a tus hijos con dolor, nos encadenan a las fábricas y a la explotación, nos conducen a la sumisión al poder del dios-estado-papá y nos conducen a la represión del deseo y la negación del placer. Lógicamente, al lado de estas virtudes el sistema nos inculca también otras menos bíblicas como la astucia, la mentira, el abuso de poder, etc.
 
Hasta hoy, hemos pensado que conocer la realidad de algo es pensarlo, analizarlo, desmenuzarlo, medirlo, darle mil vueltas al derecho y del revés, memorizarlo, reconocerlo a simple vista y en cada uno de los detalles, etc.. Este ha sido el método tradicional de la filosofía y de ella, ha sido imitado por todas las otras ciencias. El conocimiento que de éste método podemos obtener, se asemeja a un mapa en el que aparecen dibujados los signos y las pistas de un tesoro enterrado y escondido; pero por mucho que conozcamos el mapa de memoria, no podremos conseguir encontrar el cofre con las alhajas, hasta que no nos desplacemos al territorio y nos pongamos a escarbar con nuestras propias manos en el lugar indicado.
 
En nuestros días, especialmente en la civilización occidental y a consecuencia de su dominio, en la práctica totalidad de países del mundo, se tiene una idea muy concreta del concepto de Realidad.
 
Fue en el Sur de nuestro continente donde empezó a formarse dicho concepto. Lo formaron: primeramente, el principio helénico de lo agonal, la idea de que hemos venido al mundo para sufrir, de la superación mediante el esfuerzo, la astucia, la perfidia y la violencia.
 
Esta idea se trasmitió al cristianismo, y con él, penetró en todo el continente. Más tarde, unas interpretaciones simplistas de las teorías darwinistas, de la lucha de clases marxista y la del superhombre de Niestche vendrían a completarlo. El yo, enfrentado irremisiblemente al no yo, debía sobresalir, luchar, aplastar, y para ello necesita recursos, materia, poder. Se enfrenta despiadadamente al mundo que le rodea, en un vano intento de domeñarlo, someterlo a sus apetitos. Esta concepción pesará como una fatalidad sobre todo occidente, y a ella ofreció incontables holocaustos, hecatombes de sangre y muerte. Pronto se olvidó del auténtico carácter de la naturaleza. Y lo que es peor, cada vez se ha ido manifestando con más fuerza y claridad esta manera de pensar y actuar.
 
El resultado ya lo vemos: un estado, un orden social, una moral pública para los que la vida, sólo es aprovechable en términos de beneficio económico… Una comunidad cuyo higiene y sus preocupaciones sobre el bienestar, le llevan a sufrir explotación, guerras, hambre e injusticias de todo tipo, sólo puede entenderse desde el punto de vista de que para ella las cosas, todas las cosas, incluyendo a los seres vivos, no son sino materias primas… mercancías, objetos que pueden venderse y comprarse…es evidente que una sociedad así, no puede escapar a su propia destrucción…
 
La historia espiritual europea ha estado determinada decisivamente por una conciencia de realidad que separa el yo del mundo; precisamente, la experiencia del mundo como un objeto al que uno se enfrenta, ha llevado al desarrollo de la moderna ciencia natural y a la tecnología, gracias a ella, la humanidad ha sojuzgado a la tierra saqueándola y, a los maravillosos logros de nuestra civilización, se le opone, el lamentable espectáculo de la destrucción catastrófica del medio ambiente, que alcanza desde los mares y océanos, a las selvas tropicales, desde la lluvia ácida que destruye nuestros bosques, hasta el agujero en la capa de ozono y la contaminación atmosférica, hemos ido incluso más allá, conquistando energías que amenazan la continuidad de la vida en nuestro planeta.
 
Si el hombre no se hubiera separado de su medio ambiente, sino que lo hubiera experimentado como parte de la naturaleza viva, este abuso del conocimiento y del saber habría sido imposible. Aunque hoy en día se intenten reparar los daños mediante medidas de protección del medio ambiente, todos estos esfuerzos no serán más que parches superficiales y sin esperanza, si previamente, no se produce una curación de la neurosis ocasionada por la creencia en la hostilidad de lo que nos rodea. Esta curación supondría: la vivencia existencial de una realidad más profunda que incluiría al yo en un plano de igualdad con todo lo demás, sean minerales, vegetales o animales.
 
El medio ambiente muerto, creado por la mano del hombre, especialmente en las megápolis y áreas industriales dificulta enormemente esta vivencia, en ellas, se impone por la fuerza el contraste entre el yo y el mundo exterior. Los sentimientos más frecuentes son la alienación, la soledad y la amenaza, modelando la conciencia cotidiana de las sociedades industriales de occidente. El peligro es menor en un medio natural, en el campo, en el bosque; incluso en cada jardín, entre los animales; en ellos se hace evidente una realidad que es infinitamente más real, antigua, profunda y maravillosa que todo lo realizado por la mano del hombre y, que perdurará aún, cuando el mundo de los rascacielos, las máquinas, el cemento o el asfalto, hayan desaparecido.

Retornos a la naturaleza

En el germinar, crecer, tener frutos, morir y rebrotar de las plantas, en su ligazón con el Sol, cuya luz son capaces de transformar, bajo la forma de compuestos orgánicos, en energía químicamente ligada, de la cual se forma todo lo que vive en nuestra tierra… en esta naturaleza de las plantas se revela la misma fuerza vital misteriosa, inagotable, eterna que nos ha creado también a nosotros y que, luego nos devuelve a su seno, en el que estamos protegidos y unidos con todo lo viviente.
 
No, no se trata de un sentimentalismo absurdo en torno a una imagen idealizada de la naturaleza, pues sabemos bien que la misma que da vida, alimenta y cura, también destruye y aniquila. Lo que hoy en día se necesita imprescindiblemente, es un revivir elemental de la unidad de todo lo viviente, que cada vez surge menos espontáneamente a medida que la flora y la fauna originales tienden a ceder ante un mundo técnico y muerto.
 
Sabemos que los pueblos antiguos creían que el mundo estaba vivo, que palpitaba con miles de energías, que tenía un alma, incluso que soñaba. También sabemos, gracias a las investigaciones modernas, que la vida y su entorno planetario están eslabonados en niveles que se encuentran más allá de lo visible, de lo obvio.

El nacimiento de Gaia

Pero volvamos a la cuestión que nos planteábamos inicialmente: si la Tierra estuviese viva, ¿podemos imaginarnos una conciencia planetaria?. En principio, se plantea un problema de reconocimiento. Si la Tierra tiene conciencia, ésta será de una escala planetaria, es decir, invisible a nuestra percepción; de la misma manera que una bacteria no puede captar a la totalidad del animal humano al que está infectando. De hecho ¿qué sabemos de la conciencia en general y de la humana en particular?, nada. Bueno, casi nada. Quizá nos conformemos con saber que la conciencia se manifiesta, se hace evidente en el comportamiento. Si aceptamos esta opinión, debemos recordar que Lovelock y otros, han demostrado como los sistemas terrestres se frenan y equilibran mutuamente, como se mantienen constantemente en condiciones óptimas y cómo la Tierra se autoregenera. Todo esto son funciones características de la vida y de hecho, de la conciencia. La Tierra pues, se organiza a sí misma.
 
A juicio de la mayoría de las personas, parece que la sede de la identidad personal, de la conciencia, se encuentra dentro de la cabeza, en un punto equidistante entre las cejas y el hueso occipital, ligeramente más arriba. Pero si mirásemos en el interior de esa parte de la cabeza, sólo encontraríamos hueso, tejidos y líquidos. El cerebro, todo el cuerpo podría ser diseccionado pieza a pieza, célula a célula, sin encontrar ni rastro de la conciencia. El sentido de la ubicación personal, es como el efecto del altavoz fantasma situado entre dos altavoces estereofónicos: un espejismo, una ilusión. Ante un estímulo determinado, una enfermedad mental, una conmoción traumática, una experiencia casi mortal, con substancias alucinógenas, una estética o pasional, o un simple ejercicio ritual, o de yoga y la ubicación de nuestra conciencia, puede desplazarse de un lugar a otro.
 
Puede dar la impresión de que se cierne sobre la cabeza, o trasladarse a cualquier parte del cuerpo, o puede abandonarlo por completo, o puede fundirse con algo que haya en nuestro entorno, o con el Todo.
 
En condiciones normales, la identidad personal es sencillamente una coordenada en el tiempo y en el espacio, pero en la experiencia transcendental, cuando lo que normalmente se entiende por tiempo y espacio se supera, las coordenadas resbalan y se deslizan, y finalmente, acaban ocasionando lo que se denomina muerte del ego. Al volver a la conciencia ordinaria, las coordenadas espacio temporales se restablecen, aunque normalmente formando un ángulo nuevo y más garboso, armónico con el entorno. Esta es la experiencia de muerte renacimiento de la que hablan los chamanes, los místicos, los sabios y los filósofos a lo largo de toda la historia de la humanidad.
 
No, por mucho que nos esforcemos no podremos encontrar la sede física de la conciencia humana. La mente, la memoria, el pensamiento, no son otra cosa que fantasmas en la máquina del cerebro, como demostró A. Koestler, siguiendo a K.Wilber. De la misma manera, puede que también haya un fantasma dentro de la condición física de la Tierra el espíritu de la Tierra, o el ánima mundi a que se referían las tradiciones más antiguas de la Humanidad. Hace pocos años el biólogo Rupert Sheldrake conmovió los círculos científicos con la hipótesis de la resonancia mórfica. Según ella, cada especie tiene un campo de memoria propio. Este campo estaría constituido por las formas y actitudes de todos los individuos pasados de dicha especie, y su influencia moldearía a todos sus individuos futuros. Un campo es algo, como una especie de aura energética, electromagnética, o como sea, que existe alrededor de un objeto que lo produce.
 
La naturaleza del campo es inevitablemente misteriosa, aunque según la física moderna, los campos son más fundamentales que la materia, no pueden explicarse en términos de materia, más bien todo tiende a señalar, que la materia se explica en términos de la energía que hay dentro de los campos. Además, la estructura de los campos, depende de lo que ha ocurrido antes, y no tan sólo al objeto o ser en cuestión, sino a la especie en su conjunto, pues representan una clase de memoria mancomunada o colectiva de la especie, de manera que cada miembro particular, es moldeado por éstos campos, y a su vez aporta algo nuevo, influyendo en los futuros miembros de la especie. Si la teoría de los campos es cierta, la conciencia de la Tierra en conjunto, debe existir en la forma de campo.
 
Podemos ver la totalidad de la existencia como una interactuación de fenómenos de campos. Esta fantasmagoría de estados del espacio, es probablemente, semejante a lo que observan las personas que experimentan estados de conciencia profundamente intensificados. El resultado seria una especie de telaraña sagrada tridimensional; el Wyrd, como lo denominaban los antiguos druidas; en la que todas las gotitas de escarcha vibran al unísono, cuando el aire o un objeto cualquiera produce el menor movimiento en cualquiera de las partes, pues todas ellas están unidas al conjunto.
 
Desde esta perspectiva no es difícil imaginar una memoria de la Tierra, ni la posible interacción entre el campo de la mente humana individual y el del planeta, incluso con todas las cosas que hay en el entorno, pues todo está interconectado.
 
Cuando una persona vive una experiencia que le provoca cambios mentales, una de las primeras sensaciones que se registran es la alteración del tiempo y del espacio. Sin embargo, éstos dos aspectos de nuestra existencia, tan fundamentales, no pueden ser vistos, ni tocados ni percibido por ninguno de nuestros sentidos, a pesar de que abarcan todo lo demás que hay en el universo, son la NADA, como lo es, lo que los contempla: la conciencia. Por que si el tiempo y el espacio cambian cuando se altera la conciencia, bien pudiera ser que la conciencia esté relacionada con algún aspecto fundamental del espacio tiempo, puede incluso que sea ese aspecto.
 
Pero prescindiendo de cuales sean su naturaleza, sus mecanismos y su nombre, si realmente queremos pensar en la Tierra como ser que vive y siente, tendremos que contemplar su consciencia como alguna clase de efecto de campo; puede estar estructurado en muchos niveles diferentes, plegados unos sobre otros, pero en el fondo, constituiría todo un supercampo, un campo de la Tierra, una vasta entidad consciente invisible, para sus partes constituyentes.
 
Gaia, teniendo los pensamientos de un planeta, percibiendo el empuje y la atracción de su compañera lunar, los planetas y el Sol, reconociendo las energías que brotan dentro de su litosfera y sobre su superficie, sintiendo la brisa de los rayos cósmicos y quizás escuchando el tintineo de lejanos campos de estrellas, Gaia con la memoria de eones…
 
Las consecuencias implícitas derivadas del hecho de que la sociedad humana desconozca éste campo son enormes. Los problemas ecológicos, incluso los de mayor complejidad, puede que se deban al tipo de conciencia que engendra la humanidad urbana, que es ahora como una colonia de astronautas sitiados en una burbuja base, como si estuviesen en un planeta extraño, hostil. La visión desde esta burbuja es la causante de las desgracias a que nos referíamos anteriormente, la que ocasiona que nos dirijamos irremisiblemente hacia la destrucción.
 
Habiendo creado esta situación tan grave y perjudicial, es imprescindible buscar con esperanza algún sentido de equilibrio, algún profundo cambio de la mente y el corazón, un cambio que sea capaz de modificar la situación e iniciar la regeneración… en el camino… hacia un mundo mejor, donde la vida sea digna de ser vivida.

El retorno de la Utopía

A lo largo de éstas páginas iremos planteando algunas de las cosas que nos será imprescindible conocer para emprender el largo y difícil camino que nos aguarda. Un primer paso importante, como ya hemos dicho, sería la aceptación de la idea de que la Tierra es un ser vivo. Sólo una imagen tan sencilla y directa, puede conmover los sentimientos de la gente en una medida lo suficientemente grande como para permitir una realineación de nuestras actitudes en relación a nuestro planeta.
 
Mientras que los pueblos tradicionales se integraban mentalmente con su entorno de una manera inconsciente, los seres humanos modernos, tendrán que percatarse conscientemente del proceso.
 
Del mismo modo que un alma humana que usa un cuerpo tiene sentidos especiales en éste, también el cuerpo de la Tierra posee regiones especiales por medio de las cuales, era y es, sumamente evidente que tiene, y tenía lugar, un cierto tráfico de percepción.
 
Nos referimos a algunos lugares sagrados antiguos en los que se ha utilizado piedra con propiedades magnéticas y radioactivas. Muchos de ellos parecen situados con relación a determinados factores geológicos, tales como líneas de fallas, o astrológicas, o con yacimientos de determinados minerales, normalmente se encuentran en todos aquellos lugares en que es más probable que se produzcan notables modificaciones, en los efectos electromagnéticos, entre otros. Durante siglos y probablemente milenios, los cristales y las joyas se han asociado con tradiciones esotéricas, propiedades adivinatorias, curativas o acrecentadoras de la conciencia. Lo curioso es que hoy en día, la ciencia tiende a comparar a los cristales con los organismos vivos. Se sabe que entre los reinos de lo vivo y de lo no vivo, los cristales representan el grado más alto de organización estable, y algunos empiezan a describir un panorama en el que la vida tiene un origen cristalino, fideos moleculares que flotaban y temblaban rítmicamente en la arcilla húmeda.
 
Uno de los principales elementos de vinculación potencial donde podía crearse un campo de mente de la Tierra, tiene que ser la substancia química que más abunda, el agua. El agua es apropiada para cumplir esa función, precisamente debido a su ubicuidad y a su naturaleza, que es de hecho, misteriosa y compleja. Son de sobras conocidas sus propiedades receptivas e impresionables; resiste el calentamiento, es más densa como líquido que como sólido, puede hacer tanto de base como de ácido, es el disolvente universal, la mayoría de los seres son principalmente agua, sus moléculas tienen la capacidad de penetrar en la estructura molecular de casi toda la demás materia. El agua refleja y se muestra increíblemente sensible a los más diminutos estímulos ambientales; el agua nos vincula de un modo profundo tanto al medio terrestre como al extraterrestre. Incluso, algunos científicos sostienen la idea de que el agua puede poseer una cierta capacidad de memoria.
 
Además de todos éstos misterios y maravillas, el agua muestra cualidades todavía más profundas y sutiles, pues de todos es sabida la capacidad de ciertos manantiales que poseen poder curativo, o visionario.
 
Muy probablemente, el agua pueda atraer al campo de la Tierra, o tal vez, éste puede resonar directamente en ella, lo cierto es que el agua parece ser uno de los principales puntos de relación con el ánima mundi, o por lo menos, ser uno de sus principales órganos sensoriales. Evidentemente, los pozos y manantiales santos o curativos son los lugares más especiales de la Diosa, donde se tienen visiones y tienden a producirse cierta clase de fenómenos.
 
Debemos acudir a los lugares sagrados de la Antigüedad en busca de los conocimientos necesarios sobre las formas de utilizar realmente éstos elementos vinculantes. Sí queremos entrar en contacto con la memoria, o con la consciencia de la Tierra, deberíamos acudir a un círculo de piedras y saber con que piedras entrar en relación, para usar el lugar adecuadamente, del modo apropiado y obtener los máximos beneficios posibles.
 
El lugar antiguo acostumbra a ser el campo geofísico donde es posible un cambio de consciencia, éste cambio puede hacerse en cualquier otro sitio, desde luego, pero estos lugares sagrados, éstos auténticos órganos sensoriales de Gaia, hacen las veces de guías de ondas de la energía conciencia liberada en el estado alterado. Un estado alterado de conciencia puede obtenerse de diversas maneras; probablemente, algunas son más adecuados que otras, dependiendo de las características personales, de los objetivos que se puedan buscar, o en determinados lugares que en otros. El ayuno es un método seguro para hacer que la conciencia sea más móvil. Obviamente es necesario empezar el ayuno el día antes de visitar el lugar, o como mínimo doce horas antes… Otro método más activo, consiste en un ritual de tambor y movimiento, la danza, la música, el canto de mantras, etc. Otro método que algunos encontrarán muy atractivo, es soñar… El procedimiento básico de sueño de templo, entraña ciertos preparativos: abstinencia sexual, ayuno, ofrendas rituales, baños, libaciones copiosas, etc. Es probable que éstos métodos alcancen su máxima eficacia cuando se combinan.
 
De entre todos los métodos útiles para producir un estado de conciencia alterado, el método más seguro y más experimentado a lo largo de toda la historia de la Humanidad, es sin lugar a dudas la meditación.
 
Parece evidente que el estado mental inducido por una meditación profunda, en el lugar adecuado, en las condiciones precisas, con la intención justa, nos permitiría entrar en contacto con el campo de conciencia de la Tierra. 
 
Y como no, otra técnica importante para alcanzar estados alterados de consciencia es el uso de plantas psicoactivas o enteógenas. En las culturas tradicionales, las sustancias enteógenas se consideraban sagradas, beneficiosas y parte esencial del sistema de creencias religiosas de la sociedad o tribu. Las plantas y sustancias psicoactivas, vienen siendo usadas de forma natural por pueblos de todo el mundo desde hace incontables generaciones. Hay cientos, posiblemente miles de plantas, cactos, cortezas de árbol, frutos, resinas, semillas, hojas, flores que poseen propiedades enteógenas y, todas ellas han sido utilizadas por infinidad de personas en uno u otro momento, en tal o cual sitio, para alterar su consciencia .
 
El empleo de alucinógenos se remonta a la prehistoria… Los pueblos siempre han utilizado las experiencias que estas sustancias permiten para establecer contacto con las raíces del mundo natural y con la memoria del planeta. Los chamanes han utilizado estas drogas desde hace siglos, no sólo para averiguar cosas sobre la historia del mundo, el funcionamiento de la naturaleza y la condición espiritual de la humanidad, sino también para fines curativos, clarividencia y otras funciones extrasensoriales, muy especialmente para el clásico vuelo, o éxtasis del chamán, la experiencia extracorpórea , entre cuyos resultados sorprendentes, destaca el que puedan viajar grandes distancias y ver lugares, personas o acontecimientos lejanos, en el espacio y en el tiempo.
 
La forma en que los pueblos primitivos adquirieron su avanzado conocimiento de los alucinógenos y de las hierbas curativas es un misterio para los farmacólogos modernos, olvidando que las personas que pueden comunicarse directamente con la naturaleza por medio de las plantas enteógenas, reciben las mejores lecciones de geología, historia, botánica, biología y psicología que puedan recibirse, debido a que es la mismísima Tierra la que las da.
El respetadísimo micólogo Robert Gordon Wasson , sugirió la posibilidad de que los hongos sagrados fueran los artífices de la génesis del nivel de conciencia de los seres humanos, es decir de lo que nos distingue de los animales: la autoreflexión; hay también, quienes relacionan la ingestión de los hongos sagrados con la aparición del lenguaje y con la religión, así como con la idea de la inmortalidad, incluso, más recientemente, Terence McKenna, sostenía una interesantísima hipótesis, sobre los estadios culturales de la civilización y el consumo de determinadas plantas a lo largo de dichos estadios.
 
Sea como sea, lo cierto es que por encima de cualesquiera otra consideraciones, las plantas sagradas han ocupado un lugar destacadísimo en el devenir de la civilización, especialmente asociadas con la evolución de la mente y del pensamiento, con aquello que hace del animal humano ese ser inteligente que somos.

Las lecciones de Eleusis


Nietzche en “El nacimiento de la tragedia” afirma que, por la influencia de la bebida narcótica, de la que hablan todos los hombres y pueblos primitivos en sus himnos, o en el vigoroso acercarse de la primavera, que penetra sensualmente toda la naturaleza, se despiertan aquellas emociones dionisíacas, en cuya elevación lo subjetivo desaparece en el completo olvido de sí mismo…
 
Bajo la magia de lo dionisíaco no sólo vuelve a cerrarse la unión entre hombre y hombre, sino también, la naturaleza enajenada, hostil, sojuzgada celebra su fiesta de reconciliación con su hijo perdido, el hombre.
 
Curiosamente, el mismo pueblo que nos legó el triste principio de lo agonal, nos ofreció también un método de curación, la visión dionisíaca, opuesta a aquella. Con las celebraciones y fiestas en honor del Dios Dionísio estaban estrechamente ligados los Misterios de Eleusis, que se celebraron durante casi dos mil años, desde el 1.500 a.C. hasta el S.V d.C., cada otoño. Según la tradición que se mantuvo y se ha mantenido sin rectificaciones o alteraciones significativas, los Misterios fueron donados por la diosa agrícola Démeter, como agradecimiento por el redescubrimiento de su hija Perséfone que había sido robada por Hades el Dios del Averno. Otro regalo de agradecimiento fue la espiga de cereal, entregada por ambas diosas a Triptolemo el primer sacerdote de Eleusis. Le enseñaron el cultivo de los cereales, que luego difundió por toda la tierra…Sin embargo, el mito de Démeter, y los otros dioses que participan en el drama, era sólo el marco exterior de lo que ocurría.
 
El momento culminante de la celebración anual lo constituía la ceremonia iniciática nocturna. A los iniciados les estaba prohibido, bajo amenaza de pena de muerte, revelar, a cualquiera que no hubiese sido iniciado en los misterios, lo que habían averiguado y visto en la cámara más sagrada e interna del templo, en el Telesterion (la meta). 

Entre los miles de iniciados se encuentran algunos de los hombres más importantes de su tiempo: Homero, Píndaro, Pausánias, Platón, Pitágoras, Heráclito, Cicerón, emperadores romanos, tales como Adriano y Marco Aurelio, y una larga lista. La iniciación debe de haber sido una especie de iluminación, una contemplación visionaria de una realidad más profunda, una mirada a la eterna causa de la creación.
 
Cuenta la tradición que antes de la última ceremonia se daba una pócima el Kykeón a los iniciados. Se sabe que el extracto de cebada y menta eran componentes de ésta. Algunos estudiosos modernos de los mitos, así como de la historia comparada de las religiones, sostienen la opinión de que el Kykeón contenía una droga alucinógena derivada del cornezuelo, hongo parásito de la mayoría de los cereales que contiene ergotamina y otros aminoácidos, que constituyen los alcaloides básicos del ácido lisérgico diametamina (LSD 25), que fue definida por su creador el Dr. Albert Hofmann, como un medicamento del más alto rango. Ello haría comprensible la experiencia estática visionaria del mito de Démeter Perséfone como símbolo del ciclo de la vida y de la muerte en una realidad atemporal que las abarcase a ambas.
 
Es invalorable la importancia histórico cultural que tuvieron los Misterios de Eleusis, así como su influencia en la historia espiritual europea. En ellos, el hombre que sufría y estaba escindido por su mentalidad racional y objetivadora, encontró la curación, en una experiencia mística totalizadora, que lo hacía creer en la inmortalidad, en un ser eterno, que permitió a algunos de ellos, afirmar que lo que habían percibido en aquella ceremonia, les había conferido la certeza de las realidades espirituales .
 
La experiencia eleusíaca no es, por otra parte, demasiado diferente a la que nos conservan otras tradiciones de múltiples y variadas culturas, como ejemplo será suficiente recordar la importancia que en las culturas arias e indoeuropeas tiene el Soma, otra pócima sagrada dada por los dioses a la humanidad, elaborada según conservan aún en algunas regiones de la India, Siberia, etc. con la maceración de la seta Amanita Muscaria, de efectos semejantes a los del LSD 25. Igualmente podríamos citar el caso de otras civilizaciones, Toltecas con el Toloache (las semillas del Don Diego), o los indios yaquí (el cactus del Peyote que contiene mescalina), o los aimerá (el cactus San Pedro), o los amazónicos (Ayuahuasca, Yaqué), los pueblos nepalís y norte africanos con la Cannabis Sativa (hachís, marihuana), etc.
 
Una experiencia totalizadora de tal índole no se puede forzar, ni siquiera a través de décadas de meditación, tampoco se le concede a cualquiera, pese a que la capacidad de la vivencia mística forma parte de la naturaleza de la espiritualidad humana. Sin embargo, en Eleusis se le podía conferir a cada uno de los innumerables iniciados en los misterios sagrados de la contemplación mística. La experiencia sanadora y confortante se producía en el sitio previsto, a la hora señalada. Esto podría explicarse considerando el uso de una droga alucinógena enteogénica , tal y como hemos visto que sugieren determinados estudiosos de la religión y de lo sagrado.
 
El efecto característico de las sustancias enteogéna, a saber, la supresión de las barreras entre el yo que experimenta y el mundo exterior en una experiencia fuertemente estático emocional, habría posibilitado provocar, con ayuda de sustancias de esta índole, y después de la adecuada preparación interior y exterior, como se lograba en Eleusis de modo perfecto, una experiencia totalizadora de forma, por así decirlo, programática .
Obviamente los enteógenos naturales y el LSD 25 de entre los artificiales deben verse como otro elemento de vinculación, literalmente, una puerta de la mente al anima mundi, pero debido a los efectos especialmente fuertes, trastornadores, que tienen sobre la conciencia, tal vez sea mejor, pensar que esos agentes facilitadores sólo deberían usarse en conjunción con los otros cauces, ayuno, meditación, música, danza, sueños, previa la adecuada preparación , etc.
 
Aunque los enteógenos puedan actuar en cualquier parte, no cabe duda de que sus efectos se verían potenciados con la proximidad al lugar sagrado, pues parece lógico suponer que puedan darse conexiones geográficas entre los sitios donde se produce determinada vegetación alucinógena y la ubicación de los lugares sagrados. El estudio de la climatografía y de la vegetación nos servirían de indicación de la clase de plantas sagradas que se han venido utilizando en los círculos próximos, por hombres que aún no se habían disociado de su entorno natural. Una vez reconocida la especie enteógena adecuada, el espíritu de la planta debería ser invocado; se le solicitaría el permiso para arrancarla y se trataría con veneración el lugar en que crecieran estas cosas, solicitando al espíritu que se dignase suministrar algún tipo de conocimiento.

La lucha final

Estamos pues, ante una conyuntura decisiva. Es necesaria la recuperación de una visión chamánica de la realidad. Las religiones establecidas, incrustadas en los aparatos de poder, han abandonado a sus hijos, han olvidado el contenido de sus enseñanzas, por lo menos en buena parte, limitándose a mantener un determinado status quo que tan sólo beneficia a unos pocos.
Hasta el presente, cientos, miles de revoluciones han sacudido violentamente nuestra historia, y los resultados son pobres comparados con el esfuerzo y el dolor que han costado. Tal vez, en un pasado remoto, cuando los mecanismos de poder de los estados no estaban tan desarrollados, pudimos llegar a pensar que sólo con la verdad y con nuestra fuerza podríamos conseguir cambiar la realidad material; el afán de implantar con rapidez la justicia, el deseo de igualdad, el ansia de fraternidad, nos hicieron dejar de lado, un aspecto transcendental de cualquier intento de transformación: nuestra esencia espiritual; olvidando con ello, una de las premisas históricas más evidentes, las revoluciones que han tenido más éxito, las que más han perdurado y cambiado la realidad existencial han sido las revoluciones espirituales.
 
Tal vez, haya llegado ya el tiempo de una nueva transformación espiritual, que deberá comenzar por cada uno de nosotros, asumiendo un retorno a las formas tradicionales anteriores a la vinculación de la fe con la religión como estructura o institución.
 
Nosotros no queremos ningún tipo de estructura autoritaria, social o económica, ni más pastores o directores del rebaño, que aquellos que por su calidad personal sean acreedores de nuestro respeto u obediencia, en todo caso, jamás deberíamos dotarnos de autoridades que dispongan de privilegios inamovibles, vitalicios, hereditarios, etc., ni aceptar rituales o formulas, dogmas, porque están socialmente establecidos, la única jerarquía que podemos aceptar es la establecida por el mismo Dios, y esto, en realidad, es bastante más fácil de descubrir de lo que a muchos les gustaría reconocer.
 
El problema especial del nuevo chamán es cómo integrarse o comunicarse con el campo de la Tierra, el ánima mundi; debe de invocar callada, silenciosa y poderosamente a la mismísima Diosa Madre Tierra, a Gaia y confiar luego en el proceso que seguirá en un estado entre el sueño y la vigilia, de ensueño, en un antiguo lugar sagrado, pues es allí, donde deberíamos acudir a la búsqueda de inspiración.
 
El magnetismo de la roca, puede influir en el hipocampo, que es sensible al electromagnetismo, además de ser el rasgo del cerebro asociado con los sueños, el nivel de actividad cerebral, las ondas theta y en última instancia con la consciencia. Sabemos que diversos lugares, como los monumentos megalíticos pueden convertirse; dadas unas determinadas condiciones; en cámaras de radiación natural concentrada.
 
Semejante entorno parece muy favorable para que se pueda producir la comunicación entre las conciencia humana y planetaria es verdaderamente una posibilidad. Si se puede establecer contacto, y si éste contacto puede ser un contacto consciente, una interacción, tendremos que aprender a interpretar la información que la Tierra misma nos dé. Independientemente de todas las consideraciones, puede que aprendamos, una vez más, a respetar a nuestro planeta.
 
Aunque la ciencia oficial no quiera cooperar, debemos intentar con urgencia la creación de ese nuevo chamanismo, no se trata de crear castillos en el aire… Este nuevo chamanismo será capaz de hablar a nuestro tiempo; el conocimiento es el mismo: la filosofía perenne. Dicho de forma muy sencilla y literalmente, tenemos que sentarnos y hablar, una vez más, con ese ser inmenso, la Tierra, la Madre Tierra, la Diosa Gea, Gaia, Démeter, o como quiera que la queramos denominar, a la que casi hemos olvidado, a la que casi no conocemos.
 
Desde los Vedas, todas las enseñanzas vivas profetizan una nueva Tierra, y unos nuevos cielos en los que se desarrollará una nueva humanidad consciente, capaz de transformar de una vez por todas el mundo en que vivimos. No será una humanidad abocada al reposo meditativo y aislado del Nirvana, sino que se comprometerá en la realización del plan divino sobre la Tierra, en un eterno caminar, hacia un destino que ni siquiera podemos imaginar… Y esa nueva humanidad, se está gestando ya en medio de nosotros. Por todos lados las gentes receptivas y sensibles rompen las rígidas estructuras heredadas y traspasan sus propios límites, en un movimiento interno que los hace admitir la verdad de todo y hacer la experiencia de todo.
Es el comienzo de la universalización, imprescindible para que se produzca el cambio. Hay otros mundos, en nosotros, en medio de nosotros y sobre nosotros y otras posibilidades, que están a punto de descender sobre la Tierra, pero es necesario, imprescindible, preparar el puente de la comunicación.
 
Y esta es la tarea que tenemos por delante.



fuente del texto/maestroviejodespierta.com

¿Por qué las pirámides de Yonaguni no figuran en los libros de historia? ¿ Acaso ahora el mar erosina las rocas en forma angular? . Viajemos a las frías aguas del Pacífico cerca de Japón.