Ahora sabemos con certeza que los mamuts lanudos eran pelirrojos. O por lo menos aquellos que poblaban hace unos 10,000 años la zona de Siberia cercana al Mar Ártico donde ha sido hallado Yuka, como lo han bautizado los paleontólogos.
Investigadores de la Universidad de Michigan han podido estudiar la carne rosada y el pelo, de un llamativo color rojizo, de esta cría de mamut maravillosamente conservada (foto a la derecha de esta nota). El cuerpo incluso presenta tejidos blandos que constituyen un auténtico festín para los científicos.
Los investigadores creen que Yuka fue perseguido por grandes felinos que le provocaron varias heridas profundas. Una de sus patas traseras rota sugiere que fue derribado por las fieras, o posteriormente por hombres, antes de morir.
Cortes en el cuerpo de Yuka, presumiblemente realizados con herramientas humanas, permiten aventurar que tras ser derribado, y tal vez parcialmente consumido por las fieras, el animal fue descuartizado por cazadores y enterrado en el hielo para un uso posterior. Las partes inferiores de cada pata y el tronco permanecen intactos.
El buen estado de conservación de Yuka ayudará a revelar sus características morfológicas, las secuencias de ADN y, potencialmente, clonar a un mamut, el sueño de un sector de la comunidad científica internacional.
Los mamuts existieron hace unos 4,8 millones de años atrás y se extinguieron hace apenas 3700 años, habitando las épocas del Plioceno (Neógeno tardío), Pleistoceno y Holoceno (Cuaternario).
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