La medicina cósmica tendrá que extirpar a los tripulantes de la 'próxima' expedición a Marte varios órganos y tejidos sanos para reemplazarlos por artificiales y poder evitar así el impacto de la radiación interplanetaria. Así lo opina el jefe de un laboratorio del Instituto de Estudios Médicos y Biológicos de la Academia de Ciencias de Rusia, Viacheslav Shurshakov.
“El ser humano, como especie, se conformó en la Tierra, por eso no está capacitado para los vuelos espaciales a larga distancia”, dice el científico. “Por mucho que parezca un pecado, para volar hacia otros planetas hay que mejorar un poco el organismo de la persona, perfeccionarlo. El humano tiene unos órganos críticos que están más expuestos al impacto de la radiación y que sería preciso extirpar antes del vuelo al Marte, reemplazándolos por unos artificiales”.
Mientras la entidad resultante todavía tenga un cerebro humano, se puede considerar como un ciborg en lugar de un androide.
Según afirmó Shurshakov, ahora es algo cotidiano que se utilicen prótesis dentales para reemplazar dientes en mal estado o por diversos motivos. Pues para los integrantes de largos vuelos interplanetarios, en el futuro será habitual una operación en los ojos o en el cerebro. “Si en caso de impacto de una partícula de alta energía en el cristalino del ojo, se desarrolla una catarata, —se pregunta el ingeniero— pues a lo mejor cambiemos el cristalino por uno artificial antes del vuelo?”
Otra zona muy sensible, a juicio del científico, se encuentra en el cerebro. La perturbación del funcionamiento de esa zona puede propiciar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer al cosmonauta. Los japoneses ya conocen un método que permite quitar con una aguja el segmento propenso al riesgo de este mal, advirtió Shurshakov, quien opinó que esta intervención quirúrgica también sería parte de la 'mejora' obligatoria de un 'martenauta'.
Además del trabajo investigador con un matiz 'futurólogo', el Instituto de Estudios Médicos y Biológicos alberga el experimento Mars-500, que cerró en un espacio limitado, similar al de una nave cósmica, a seis participantes que simulan un vuelo al Planeta Rojo. Actualmente cumplen el programa del 'regreso a la Tierra' tras pasar un mes en 'la superficie marciana'.
Si comparamos el hombre en el espacio con un pez fuera del agua, bien puede llevar todo lo que necesita dentro de su traje (pecera), pero que pasaría si "todo" fuera demasiado pesado que pudiera hacer estallar “la pecera" con demasiada facilidad.
Astronautas agricultores
Los primeros astronautas que viajen a Marte además de tener conocimientos astrofísicos y aeronáuticos tendrán que ser agricultores. Debido a la duración de una misión a Marte, estimada en cinco años entre el viaje de ida y el de vuelta, los astronautas se verán obligados a cultivar sus propios alimentos para garantizar su subsistencia. Por el momento, y para estas requisitos, los investigadores de la NASA han seleccionado diez cultivos posibles: lechuga, espinaca, zanahoria, cebollas, rábanos, pimientos, fresas, plantas aromáticas y repollo, con los cuales están experimentando en la actualidad.
Estos cultivos, además de servir como alimento a la tripulación que viaje a Marte, también puede usarse como un sistema natural para convertir el dióxido de carbono que produzcan los astronautas en oxígeno. El hipotético primer viaje tripulado a Marte está previsto para la década de 2030, y entre las opciones que se barajan para suministrar comida a los astronautas está la de enviar con antelación varias naves espaciales que sirvan de almacenes de alimentos.
fuente/ Ria Novosti
La NASA había considerado la posibilidad de modificar personas, no para crear súper héroes, sino para ayudarnos a viajar a otros planetas y las estrellas.
Quantum opina:
Los mayores desafíos que se presentan ante los viajes a Marte se refieren al equilibrio de peso, volumen, utilización de recursos y aceptabilidad de la comida; sin embargo, si el cuerpo humano fuese alterado para adaptarse a las condiciones del espacio , los astronautas tendrían libertad para explorar el universo sin límitaciones. Incluso ahora se están desarrollando huesos, sangre, piel, ojos, e incluso narices artificiales, y es posible que cada uno de ellos podría ayudar al hombre a hacer frente a las condiciones del espacio.
La NASA no se está dedicando a pensar en estos días en cómo construir un astronauta mejor. Su Programa de Investigación Humana se centra en la forma en que las drogas, el ejercicio, los trajes espaciales y una mejor protección contra la radiación pueden mitigar los efectos del entorno espacial sobre la salud humana. Hay más debate en la comunidad espacial sobre la manera de alterar planetas enteros para que sean aceptables para los seres humanos (un proceso llamado “terraformación”) del que hay para cambiar el hombre y adaptarlo al espacio.
Ciertamente, los rigores de los viajes espaciales van a suponer bioingeniería extensa, a menos que lleguemos a alguna increíble ciencia material. Los astronautas, junto con todas las otras personas en la Tierra, terminarán inevitablemente con actualizaciones ciborg. En el estudio realizado en 1963 llamado “The Cyborg Study: Engineering Man for Space”, se revisó la posibilidad de sustitución de órganos, así como la posibilidad de utilizar drogas e hibernación para hacer menos estresantes los viajes espaciales. Los órganos que sufren más estrés en los viajes espaciales son el corazón, los pulmones y los riñones.
fuente/quantum-rd.com
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