Muchas veces, durante un día muy caluroso, en la carretera o
cocinando algo al fuego, seguramente has notado que el calor encima de
la superficie caliente se puede «ver» o hace que veamos borrosa la parte
detrás de ese espacio. Una respuesta como «es por el calor» o concluir
que es algo que siempre ha sido así y no hay mucha explicación, suele
ser casi inevitable.
Sin embargo, este fenómeno es causado por la refracción de la luz, la cual causa una modificación en las ondas de luz que atraviesan el aire caliente que está por encima de la superficie calentada. La refracción ocurre cuando la luz pasa por medio de dos sustancias con índice de refracción
diferentes, siendo en este caso, el aire caliente y el aire frío. Si
alguna vez te preguntaste por qué podemos ver las ondas de calor, aquí
te explicamos todo en detalle.
Aire caliente y aire frío
Como el aire caliente es menos denso que el aire frío, la luz se curva al cambiar de un medio a otro con densidad (e índice de refracción) diferente. Este fenómeno en el cambio de índice refracción es el causante de los espejismos.
Ahora, la imagen se ve ondulante debido a que la temperatura en el aire no es constante. El aire caliente naturalmente se eleva,
así que cuando este aire sale de la superficie caliente, se eleva por
un momento antes de enfriarse y volver a bajar, solo para ser calentado
de nuevo. Esta combinación de aire caliente y frío causa vibraciones,
causando las imágenes refractadas y ondulantes.
Esta ilusión seguido causa la apariencia de agua o aceite en el camino, y de ahí es el origen del clásico espejismo del oasis a la mitad del desierto, algo muy común en cuentos e historias de los países arenosos.
Otra forma de explicarlo por qué vemos «el calor»
Cuando ves a través de un vaso lleno con un líquido transparente, te
darás cuenta que la imagen detrás del líquido no es lo que esperabas
ver. Este efecto es el mismo que ocurre con las ondas de calor, ya que
también hay una diferencia en índices de refracción entre el aire y el agua.
El efecto es más común en el verano
cuando el asfalto se calienta demasiado, pero también puede ocurrir
durante el invierno, ya que el efecto, como ya se ha mencionado, es
causado por la diferencia de índices de refracción, así que solo se necesita tener dos volúmenes de aire con diferente temperatura para experimentarlo.
Ahora podemos explicar con más claridad el efecto producido por las ondas de calor
en la luz, pero imagina a todas esas personas en la antigüedad viajando
por el desierto y mirando cómo el horizonte se llenaba de agua que era
imposible alcanzar, debió haber sido agotador.
fuente/Ojo Científico
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios irrelevantes e irrespetuosos serán omitidos.