martes, 3 de marzo de 2015

consejos de vida de mujeres maestras de la magia y el ocultismo.

Remedios Varo


Las ciencias del espíritu han servido como catalizador a más de una mujer crucial en la historia. Ya sea a través de la exploración de la psiquis, evolución del alma, de planos alternos, sociedades secretas, ascetismo, doctrinas filosóficas o expresiones artísticas, el misticismo y la sempiterna convivencia con el plano espiritual ha sido terreno fértil para el germen de la creación fémina. Para ayudar a explotar sus enseñanzas, reunimos algunos consejos de estas mentes suaves y sin embargo rebeldes que vivieron el surrealismo y ocultismo en carne propia:

Blavatsky

Helena P. Blavatsky: La mente es el gran destructor de lo real. Destruye al Destructor

A pesar de que Helena Blavatsky pudo haber dedicado su vida a seguir los pasos que normalmente se esperaban de una joven nacida en el seno de la aristocracia germano-rusa, su mente se inclinó por decantarse en el menos ortodoxo espectro del ocultismo, la teología y el espiritismo.

Nacida en la actual Ucrania, Blavatsky pasó la mayor parte de su infancia con la mirada clavada en los libros ocultistas de la biblioteca de su bisabuelo y se convirtió en una erudita de la filosofía oculta; Blavatsky definió el cauce que tomarían sus estudios durante la adolescencia, cuando comenzó a experimentar visiones y a ser contactada por entes que más tarde llamaría “inteligencias superiores”.

Blavatsky se casó muy joven, justo como dictaba la costumbre, pero escapó de este matrimonio en cuanto pudo y dedico su vida entera a recorrer el mundo, siguiendo los caminos designados por las voces y sueños proféticos que ella acogió como una especie de guías psíquicos. Blavatsky recorrió el Tíbet, India, Egipto, América y otras partes del orbe con el propósito de obtener conocimiento místico y obtener un entendimiento más íntegro del mismo. Tendría, incluso, una relevante incursión militar, formando parte de las filas de Giuseppe Garibaldi. Formó un crisol de sacropensamientos que conformarían sus obras más importantes, en las que resumió el conocimiento de la verdad etérea alcanzada gracias a las entidades que se comunicaban con ella, integrando las bases de la Teosofía, filosofía misma que inspiró el movimiento del Arte Abstracto, impulsando principalmente a pintores como Kandinsky, o Mondrian.

De Blavatsky existen tratados enteros que varían sobre su apreciación de la Gran Madam del Ocultismo, también vista por algunos como una gran charlatana; para comprenderle mejor habría que revisar sus propios escritos, pero estos escritos en búsqueda de la verdad última como , La Doctrina Secreta o Isis sin Velo son obras monumentales y por momentos confusas e impenetrables.

Leonora Carrington
Leonora Carrington: La locura puede llevarte a la iluminación

No tiene muchos años que Leonora nos dejó a merced de un imaginario de lo más ordinario. Conocida por su faceta de diletante pintora y escritora, Leonora tenía también un profundo interés en la magia, la alquimia, la mitología celta y el ocultismo. Sus pinturas son reconocibles al instante por el imaginario onírico que representan sus obras. Sus pinturas suelen presentar simbología propia de doctrinas ocultistas, como en su Litany of the Philosophers, donde parece haber una representación de la Mujer Escarlata de la magia thelémica de Crowley.

Sin embargo, Leonora siempre se mostró como un espíritu introvertido y poco legible cuando intentaba explicar la simbología y la naturaleza de sus obras en las que afirmaba transmitir visiones o mensajes que avistaba en sueños. Creía en la esencia onírica como un mensaje y esto lo transformaba en arte. Leonora manifestaba tener una propensión a experimentar visiones de seres paranormales, vinculados, quizás, con los padecimientos psiquiátricos que sufría, y que incluso la llevaron al internamiento.


Alexandra David-Neél

Alexandra David-Neél: Rompe las reglas

No resulta nada extraño que la mística femenina tenga un categórico gusto por el viaje. Alexandra también comenzó sus múltiples escapadas cuando era niña, a unos cientos de metros de su hogar, para terminar décadas después en otros continentes. Para ella la inquietud prioritaria era la búsqueda incesante, la libertad de andar y bien podríamos hacer eco de paralelismos en la naturaleza de su estilo de vida con el de Blavatsky. Su anhelo de conocimiento le llevo a integrarse a sociedades secretas, como los Francmasones, obteniendo rangos superiores, una empresa admirable si se toma en cuenta la naturaleza patriarcal que predominaba en esas agrupaciones.

Alexandra fue, además, un sublime tenor de ópera durante su juventud temprana y una subversiva anarquista que incluso escribió una obra al respecto, viéndose obligada a autopublicarse, pues de principio las editoriales se negaban a promover un libro de carácter tan “incendiario” como el de Alexandra.

Alexandra David-Neel fue la primera mujer occidental en lograr entrar a la ciudad prohibida de Lhasa, en el Tíbet, contra toda recomendación del Imperio Británico. Fue precisamente su naturaleza inquisitiva y espíritu libre las cualidades que le permitieron acceder a la preparación –un viaje de calidad ascética en el que se enfrentó a una famélica existencia y a las bestias salvajes que poblaban las montañas de China-, que eventualmente la convertirían en una autoridad en la introducción del tibetano, el sánscrito, el tantra y el austero estilo de vida de los monasterios del Tíbet, cuyo conocimiento era una mácula de oscuridad en occidente. En Sikkim (India) recibió una instrucción suprema de parte de los maestros tibetanos, como lo fue el Tummo, la habilidad de concentrar el calor corporal mediante el aliento para soportar las bajas temperaturas a las que hubo de enfrentarse durante su enseñanza. Sus aprendizajes quedarían inmortalizados en escritos como el de Magos y Místicos del Tíbet.

Mirra Alfassa

Mirra Alfassa (La Madre o La Diosa): Sé paciente y busca el sosiego. Haz Yoga

La evolución humana, a través de un lente espiritual, es un planteamiento que se ha abordado desde diferentes aristas, como la del sistema Thelema de Crowley o la del Yoga Integral de Sri Aurobindo. Es precisamente este último quien tiene una influencia particular en Mirra Alfassa, laMadre del Áshram. Desde pequeña, Mirra fue una mente voraz de percepción psíquica boyante. Experimentando profundas meditaciones, regresiones, viajes astrales, y premoniciones de manera casual desde antes de iniciar su educación formal en el ocultismo, Mirra decidió a la edad de diecinueve años que había conseguido una consciente y constante unión con la “Divina Presencia” sin la ayuda de libros o maestros. Fueron estas experiencias místicas las que le impulsaron a navegar entre las páginas del ocultismo, que la llevaron a un trascendental viaje por Algeria para instruirse con los cabalistas Alma y Max Théon (involucrados en la creación de la Hermética Hermandad de Luxxor). Estudió los enfoques de la superación humana y evolución espiritual bajo una perspectiva tanto occidental como oriental, dedicando arduas sesiones al estudio del Bhagavad Gita, los Yoga Sutras y los Upanishads, finalmente convirtiéndose en una adepta del yoga integral.

Fue así como conoció al yogi Sri Aurobindo, al que identificó en un sueño recurrente de su juventud como Krishna. Mirra supo que su propósito estaba a lado de Sri Aurobindo y se enfocó en la vía de la Supermente, el perfeccionamiento y evolución humana a través de la observación de la totalidad ajena al pensamiento. Mirra colaboró para crear la comunidad de Auroville, con la idea central de “ser un pueblo universal, y crear la unidad humana”. La mayor parte de sus obras de La Madre, fueron concebidas oralmente y se pueden encontrar las recopilaciones de sus cátedras en audio.

(Pijamasurf)

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