La teoría de Darwin ve la evolución como un proceso lineal y continuo. En este proceso casa especie seria el eslabón de una larga cadena evolutiva. Durante años los investigadores buscaron una especie mitad hombre, mitad mono, situada en el punto medio de la evolución entre primates y los humanos. Como esa especie nunca fue hallada, se le llamó Eslabón Perdido.
Una revisión actual de la teoría de Darwin Stephen Gould es un científico norteamericano contemporáneo que enseña e investiga en la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Sus explicaciones sobre la evolución de la vida en la Tierra lo han convertido en un célebre y polémico científico. Si bien en líneas generales sus interpretaciones sobre el origen y la evolución del hombre son similares a las de Darwin, Gould intenta reactualizar y revisar las afirmaciones del investigador inglés con su teoría del equilibrio interrumpido. Los siguientes fragmentos corresponden a un reportaje que se le hizo en marzo de 1991.
Periodista: ¿Podría explicarnos en qué consiste lo teoría del equilibrio interrumpido?
Stephen Gould: En primer lugar quisiera señalar que Darwin sigue siendo uno de los hombres más incisivos y brillantes que ha dado la humanidad. Es el único de los grandes sabios que no fue arrasado por os progresos científicos del siglo XX. Creo que las explicaciones de Darwin sobre el origen del hombre aún son válidas y siguen señalando el camino. Darwin nos dijo que la evolución de todas las especies y del hombre dentro de ellas era una evolución gradual, lenta, progresiva y acumulativa. Pero nos dejó a los científicos frente a un enigma que nunca pudimos resolver. A la hora de buscar los restos de las distintas especies que llevaron al hombre, el legendario eslabón perdido no aparecía por ninguna parte. Por lo tanto, jamás pudimos recrear la cadena evolutiva de población alguna. No fue un problema de búsqueda o de técnicas paleontológicas imperfectas. Lo que ocurre es que el eslabón, es decir el tipo de especie mitad hombre y mitad mono, nunca existió.
Periodista: ¿Sugiere que, después de todo lo evolución no es un ascenso gradual hacia la cumbre de lo perfección” como sugirió Darwin?
Stephen Gould: Si, pero hay que andar con cuidado. La ausencia de eslabones entre una etapa y otra no invalida a Darwin por completo. Los fósiles nos muestran especies que fueron cambiando progresivamente. Hay restos de diversas especies conectados entre sí Pero no hemos podido establecer un imaje completo; ni uno solo. Por eso digo que lo que está en discusión no es la teoría evolucionista en que es algo tan evidente como que la Tierra gira alrededor del Sol. Lo que rechazamos es que haya que pensar la evolución de la especie humana como algo lineal y gradual. Por ello, la teoría del equilibrio interrumpido dice que las especies evolucionan en forma abrupta entre fracturas y no en forma lineal y gradual como se pensaba. El equilibrio interrumpido es un reflejo fiel de lo que nos dicen los fósiles. Lo que llamamos eslabones perdidos no son más que cortes, interrupciones, etapas en que un linaje se extendió y dio un salto para evolucionar bajo otras formas. (Esto significa que en un mismo tiempo existieron sobre la faz de la Tierra especies en distintas etapas de evolución. Es decir que pudieron haber convivido, por ejemplo, custrolopíthecus con hamo habilis u hamo erectos).
Periodista: ¿Usted afirma que la evolución es básicamente tiempo y azar?
Stephen Gould: Digamos que es un mecanismo que no se puede predecir La imagen de un dios —no importa qué dios— sentado allá arriba, entre las nubes, diseñando las especies unas tras otras, ya no es una alternativa posible a la evolución. ¿Qué sentido tendría que dios, a la hora de crear aL hombre, hiciera por lo menos cinco ensayos seguidos: australopithecus ofarensis, australopithecus africanus, homo habilis, homo erectus y hamo sapiens?
Periodista: ¿Qué piensa sobre las opiniones que afirman que el hombre sigue cambiando hacía formas más perfectas a evolucionadas2
Stephen Gould: No tenemos ninguna razón para cambiar Los argumentos de que los dedos de nuestros pies van a ser más pequeños y nuestras cabezas más grandes, son sólo proyecciones de nuestras fantasías. Los hombres de las cavernas, por ejemplo, los de Cro-Magnon, que hace 30.000 años dejaron magníficas pinturas en Francia y España, eran como nosotros: sus cuerpos eran idénticos al suyo y al mío, aunque la fantasía popular los imagine tan distintos y distantes.
Periodista: ¿Qué podría decirnos sobre la polémica ideo de la “selección natural de las especies” que plantea Darwin? Muchas interpretaciones sobre la cuestión llevaron a plantear que las especies que sobreviven son los mejores; incluso algunos relacionan esta con la noción de razas “superiores e inferiores”. ¿Qué piensa sobre esto?
Stephen Gould: Las especies no son seleccionadas porque son “buenas” o “malas” o superiores unas a otras. Su supervivencia depende únicamente de su capacidad de adaptación al medio en que viven. La idea de evolución que planteé Darwin no afirma que existan seres superiores e inferiores. Las diferencias entre unas razas y otras son superficiales, tan sólo “de piel”. Las especies evolucionan a un ritmo propio que es el de la historia y no el de la biología. Pero como lo muestra la historia, a veces, un pueblo o raza puede caer en la tentación de considerarse superior al resto. Lo cierto es que en los últimos 40.000 años prácticamente no hemo5 evolucionado. No somos más inteligentes que los hombres de las cavernas, suponiendo que alguna vez nos pongamos de acuerdo para definir qué es eso de “inteligencia”. Nuestra cultura es superior a la de nuestros antepasados porque tenemos la virtud de acumular conocimientos, no porque nuestros cerebros sean más grandes o mejores.
Periodista: Para terminar ¿diría que el hombre es la especie más exitosa del planeta?
Stephen Gould: Hmmmm... veamos. Es la más inteligente y la más fuerte, sin duda. Sin embargo, la historia de este siglo nos advierte que tal vez somos tan irracionales y desapasionados como pan causar nuestra propia extinción. Esto es algo que no se puede decir de muchas otras especies. Nos ha ido muy bien hasta ahora, pero debemos cuidarnos. En lo que respecta al éxito, se me ocurren varios nombres: las termitas, algunas bacterias, las hormigas comunes. Nos superan numérica mente y se las arreglan muy bien en el planeta.
Historia Antigua y Sociedad Feudal - Revista ‘La Nación”, enero 1991
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