jueves, 16 de julio de 2015

Anestesiólogos descubren un tercer estado de consciencia.


Respira hondo, piensa en algo agradable, ya te vas a dormir…”
Noto una sensación rara que sube por mi brazo y luego paz. No estoy, me encuentro en un coma inducido

Según el profesor Pandit, Anestesiólogo en los Hospitales Universitarios de Oxford, existe un tercer estado de consciencia en el que algunos pacientes se refugian cuando se les somete a una anestesia general.

¿Es posible despertar durante una anestesia general?

La posibilidad de una tercera dimensión de la consciencia, según Pandit, deriva sobre todo de la variabilidad de la especialidad médica. Nadie puede considerarse jamás completamente seguro de que los fármacos suministrados hayan tenido el efecto esperado. Es muy complicado individualizar el fármaco justo y la cantidad precisa para cada paciente, incluso después de años y años de formación y experiencia en los quirófanos.

Consciencia
De repente algo sucede, oigo voces, ¿se trata de un sueño? No,son reales, puedo oír al personal de quirófano conversar sobre de la operación, ¡de mi operación! ¿He muerto? Tampoco, aunque el infierno puede parecerse mucho a esto.
Sí, es posible despertar durante una operación quirúrgica, aunque no por completo. Nos encontramos en ese tercer estado que describe el profesor Pandit en sus estudios. Claramente no estamos despiertos, no podemos movernos ni comunicarnos, pero no somos completamente insensibles a los impulsos externos.
Se ha denominado disanestesia, se trata de un estado en el que el paciente no se encuentra ni consciente, ni tampoco completamente inconsciente. Afecta a una pequeña parte de los pacientes que entran en un  quirófano y que se someten a una anestesia general. Aun así, es un hecho que preocupa a los profesionales. El paciente se da cuenta de la operación y de todo lo que sucede a su alrededor, pero no puede hacer nada al respecto.
Puedo sentir sus manos en mi cuerpo, el instrumental quirúrgico abriéndose paso dentro de mi. Tengo miedo. No puedo respirar bien. ¡Quiero gritar! Pero no puedo articular palabra, noto un tubo que recorre mi garganta. ¡No puedo moverme! Estoy paralizada. Solo me queda esperar a que termine la operación, así, inmóvil, sufriendo cada segundo, deseando que ese pitido intermitente que oigo a lo lejos no deje de sonar.
Pero no nos alarmemos, según las estadísticas, solo un paciente entre 15.000 dice recordar algún episodio relativo a la operación después de haber despertado. Son aquellos pacientes que después de recibir la anestesia no llegan nunca a alcanzar la completa inconsciencia.

Se ha demostrado que el tercer estado de consciencia existe








El Dr. Padit está considerado uno de los mejores Anestesiólogos de su país y ha centrado sus investigaciones en estudiar la disanestesia. Este descubrimiento deja claramente en evidencia los actuales métodos de monitorización durante la intervención.
Los Anestesiólogos controlan la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la respiración, la concentración de fármacos en sangre, etc., pero todo esto parece no ser suficiente para asegurar el estado de completa inconsciencia del paciente durante la intervención quirúrgica.
Algunos síntomas de despertar, como un aumento de la frecuencia cardíaca o de la presión sanguínea, deberían alertar a los médicos, pero con frecuencia, estas señales fisiológicas pueden encontrarse desactivadas por los fármacos que se suministran durante la operación.
El prestigioso Anestesiólogo ha recurrido a una vieja técnica que permite paralizar todo el cuerpo, menos uno de los antebrazos del paciente, para demostrar que esto es posible. Un tercio de los pacientes, que se encontraban aparentemente inconscientes durante la intervención, movieron los dedos del brazo libre como respuesta a órdenes directas.
“A todos los efectos, estos pacientes se encuentran en un estado de inconsciencia, pero sin embargo pueden responder a algunos estímulos externos, como órdenes verbales”- aclaró el Dr. Pandit- “Lo que es extraordinario es que mueven los dedos solo si se les ordena. Ningún paciente reaccionó ante la operación quirúrgica. Probablemente no sienten dolor“.
Han pasado ya 3 semanas desde la operación, pero no consigo dormir. Me despierto en mitad de la noche sudando, el corazón me va a mil. No olvidaré jamás la sensación de asfixia y muerte que sentí durante aquellos interminables minutos.
Consciencia
Aunque en realidad se trata de una posibilidad bastante rara, una experiencia de este calibre puede volverse extremadamente traumática. De hecho, los pacientes que experimentan una situación como esta, sufren normalmente de estrés postraumático, ansiedad y ataques de pánico.
Somos todavía incapaces de establecer con exactitud qué es la consciencia humana y, por tanto, monitorizar su ausencia es aún muy complicado.
fuente/ La Mente es Maravillosa


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