La verdad sobre el mito de los Hunza, contada por un Hunza.
¿Son los hunza el pueblo de la eterna juventud? Hasta hace bien poco yo pensaba que no, por eso escribí el artículo El falso mito de los hunza, el pueblo de la eterna juventud en el que ponía en duda la autenticidad de lo que se dice sobre los hunza basándome en el libro Lost Kingdom of the Himalayas del Dr. John Clark. Puede que me equivocara y que finalmente no sea un mito, sino una realidad. Un hunza auténtico se ha puesto en contacto conmigo y me ha contado la verdad, su verdad, sobre su pueblo y estoy encantada de compartirla con vosotros porque realmente dan ganas de hacer las maletas y marcharse al valle del Hunza y no solo para vivir más años, sino para vivirlos mejor.
Mir Rizwan Shah tiene 27 años y, aunque en la actualidad trabaja como ingeniero de ventas y servicio para una empresa de ingeniería biomédica en los Emiratos Árabes, nació en el valle del Hunza (Gilgit Baltistán) en Pakistán. Hace años que tuvo que dejar su tierra para completar sus estudios y más tarde para trabajar, pero parte de su familia aún vive en el valle y les visita siempre que tiene oportunidad. Mir piensa que vivir lejos de su casa tendrá consecuencias en su salud, ya que, según él: “las personas que pasan toda su vida en el valle del Hunza no padecen enfermedades graves y viven más años que el resto, pero en cuanto salen de su tierra las posibilidades de enfermar se incrementan”.
En su familia ha habido varios casos: su abuela Gul Binafsha era una persona muy sana, pero en cuanto se fue del valle sufrió unas fiebres y murió a la edad de 96 años y el hermano mayor de su abuelo, Gul Baig, era capaz de leer fácilmente los periódicos sin gafas y corría como un chaval hasta pasados los 90, pero en cuanto se trasladó a la ciudad de Gilgit enfermó y murió.
Así mismo, sostiene que él nunca ha conocido a nadie que haya vivido en el valle Hunza toda su vida y que haya padecido cáncer o cualquier otra enfermedad grave y que las personas mayores conservan todas sus habilidades hasta una edad muy avanzada, de hecho, parece que las mujeres en Hunza dan a luz hasta pasados los 50 años. Un ejemplo: cuando su abuela materna dio a luz a su tío más joven contaba con más de 50 años, y este hecho no se consideró peculiar, sino como algo muy común y cotidiano.
Mir Rizwan Shah niega rotundamente que la clave se encuentre en una manera diferente de medir el tiempo como explica en su libro el Dr. John Clark y asegura que las respuestas debemos buscarlas en una alimentación basada en frutos frescos crudos y al agua que consumen con gran cantidad de minerales, es por eso que cuando los hunzais cambian sus costumbres alimentarias y dejan de vivir en el valle tienen muchas más posibilidades de enfermar.
Seguramente decir que viven hasta los 120 años sea una exageración, pero sí que, según Mir, llegan a alcanzar los 100 años con facilidad y con la mayoría de sus facultades. Si tenemos en cuenta que apenas reciben asistencia médica, ya que el hospital más cercano se encuentra en Karachi a más de 2000 Km de distancia, y que la esperanza de vida de sus vecinos pakistaníes no supera los 66 años, no es una locura pensar que el pueblo que habita el valle del Hunza tenga mucho que enseñarnos acerca de cómo vivir más y mejor.
Los hunzais pertenecen a la rama ismaelita del islam y su líder espiritual es Aga Khan 4 (Shah Karim Al Hussaini) que se supone que es el descendiente directo de Mahoma y el encargado de interpretar el Corán. Según los ismaelitas la mujer es igual al hombre, y no solo eso sino que en el caso de que una familia con pocos recursos económicos tenga que elegir entre dar educación superior (para ellos supone un gran esfuerzo) a un niño o a una niña, lo normal es que se elija a la niña ya que se considera que si se educa a la mujer se está educando a toda la familia.
Sin embargo, asegura que muchas costumbres de su pueblo, tanto en lo que se refiere a la alimentación como a la organización social, están cambiando debido a la influencia externa y confiesa sentirse preocupado por el destino de los hunzais, que además están viviendo una situación política compleja debido a las luchas entre Pakistán y India. Aún así los hunzais mantienen relaciones muy cordiales con sus vecinos y con cualquiera que les visite porque creen firmemente en la diversidad cultural y religiosa y continúan con la costumbre de dar la bienvenida a todas las personas que llegan a su valle con una gran sonrisa.
fuente/codigonuevo.com
sera al irse de una buena manera de vivir mas que al irse del valle...
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