martes, 6 de septiembre de 2016

Los niñ@s Psíquicos




niños psíquicos




Niños con habilidades psíquicas: ¿Imaginación o una verdad que se quiere negar?



Muchos padres se preocupan sobre el comportamiento de los más pequeños de la casa. En ocasiones simplemente no entienden a qué se están refiriendo al contar ciertas cosas que ven u oyen.

Amigos imaginarios, ver cosas o hablar con seres queridos que partieron, ver duendes o quedarse mirando fijamente a un rincón de la casa puede ser normal para los más pequeños, pero no siempre lo es para los adultos.

Muchos padres se preocupan sobre el comportamiento de los más pequeños de la casa. En ocasiones simplemente no entienden a qué se están refiriendo al contar ciertas cosas que ven u oyen. Pero, ¿cómo podemos reconocer si nuestro hijo tiene ciertas habilidades? ¿Es normal que hablen solos o tengan amigos imaginarios?


Teorías sobre capacidades psíquicas

Existen variadas teorías sobre las aptitudes de los niños. En general se cree que al ser almas puras tienen una mayor capacidad de percibir cosas que los adultos no. También se menciona que los pequeños vienen “limpios” sin enseñanzas contradictorias o que opaquen sus capacidades y que éstas se van perdiendo con el tiempo a medida que avanzan las lecciones de sus mayores, tales como: “No digas mentiras, no viste nada, los fantasmas no existen, ahí no hay nada, es tu imaginación”, y así sucesivamente. Lo anterior va provocando un bloqueo en las capacidades del menor, “enseñándole” que es malo que él o ella vean esas cosas o tengan esas capacidades.

Otra teoría dice que si uno de los padres tuvo o tiene habilidades psíquicas es muy probable que uno de sus hijos herede dicha condición.

Lo anterior es sólo un supuesto y claramente no hay nada comprobado, no obstante, estas teorías no estarían tan alejadas de la realidad según estudiosos del tema.

Señales a considerar

Si crees que tu hijo(a) posee ciertas habilidades lo primero es entender que tienes dos opciones: bloquear estas virtudes o potenciarlas.

Ahora veamos algunas señales que pueden ser de ayuda a la hora de entender a los más pequeños:

Tu hijo(a) habla con amigos imaginarios
Menciona a personas fallecidas o dice verlas
A veces tiene conversaciones como si fuera un “adulto”
Se da cuenta de los sentimientos de tristeza o alegría aunque hagan todo por ocultarlo.
Cree en ángeles, duendes y hadas
Siente temor inexplicable o indica ver algo que le asusta a menudo
Habla de otras vidas
Sabe con antelación algunas cosas que ocurrirán
Tiene sueños “lúcidos”
Menciona ver colores en las personas
Tienen tendencia a ser sanadores innatos
Si crees que tu hijo tiene la mayoría de estas cualidades o más de éstas es muy probable que tenga cierta habilidades. Es importante comprender que los niños vienen “puros” y que somos nosotros, los adultos, quienes vamos bloqueando sus capacidades. vía/guioteca/Youtube

Los niños psíquicos en el mundo.

El tema de los niños y niñas psíquicos no es nuevo. Existieron informes de ello, especialmente en China, mucho antes de que se diera a conocer el tema de los niños y niñas de hoy o el propio término Índigo. En efecto, en su libro publicado en 19971 , China's Super Psychics (los Superpsíquicos de China), Paul Dong y Thomas Raffill hacen referencia a informes del Gobierno Chino sobre los niños psíquicos chinos a partir del año 1974. En 1997, afirma que 100.000 niños fueron estudiados científicamente y formaron parte oficial de la base de datos del Gobierno Chino. También el Señor Gao Zhinseng dio una entrevista sobre los nuevos niños y niñas de la China, relatando: Les llamamos niños que saben lo que los demás no saben o niños que tienen talentos que nosotros no tenemos. Son los niños del tercer ojo, son los niños que llamamos en chino de la Energía Vital. (Zhinseng, 2002:cp)

En los Estados Unidos, el Standford Research Institute estudió a 1.500 niños psíquicos, quienes presentaban las mismas facultades (o más) que Uri Geller, el famoso parapsíquico israelí. En Bulgaria y México aparecen también muchos niños y niñas con talentos y dones psíquicos; por ejemplo, el caso de la joven Inge Bardor quien, además de su asombrosa clarividencia, puede mover objetos en el aire con su mente, ver con sus manos y pies y conocer el futuro a voluntad. Inge, en un video filmado unos doce años atrás junto a Drunvalo Melchizedek2 , dijo con mucha humildad: “Lo que hago no es extraordinario. En un futuro cercano, llegarán muchos niños que podrán hacer lo mismo o más”.

Ver también la muy interesante página Web en inglés de Profound Awareness Institute: www.psykids.org

También se dieron a conocer casos en muchos otros países del mundo como Rusia, Bolivia, Ecuador, Brasil, India, España, entre otros, incluidos niños de las comunidades originarias indígenas. Asimismo, James Twyman comenta varios casos en sus libros:
Mensajes mágicos, Niños con facultades extraordinarias y Los Niños Psíquicos le hablan al Mundo: Emisarios del Amor.

¿Cómo se reconocen las percepciones psíquicas en los niños y niñas?

Los comportamientos más comunes de los niños y niñas psíquicos son los siguientes:
- Responden antes de que se les formule la pregunta.
- Saben de antemano quién está llamando por teléfono o quién va a visitarles.
- Casi todos, en varios grados, tienen contactos con entes de otros niveles, incluidos los difuntos.
- Sienten a distancia y se molestan cuando otra persona toca sus pertenencias. Algunos llegan incluso a alterarse demasiado por eso.
- Pueden interesarse por temas de telepatía, hablar con los animales (parazoogesis), especialmente con delfines y ballenas.
- Tienen tendencia a ser sanadores innatos, especialmente de la parte emocional de los adultos.
- En los juegos de clarividencia aciertan más o menos en un 70% sin entrenamiento, superando este porcentaje con entrenamiento.
Perciben sin equivocación los campos energéticos y los sentimientos de los demás, como por ejemplo: la tristeza, el enfado, la ira, la mentira, el engaño… Esta última cualidad la poseen casi todos los niños y niñas pequeños debido a su inteligencia emocional supra desarrollada. Parece que no es una característica netamente de índole psíquica sino de empatía ligada al cerebro emocional y de alguna manera al hemisferio cerebral derecho. Es decir que los niños de ahora son intuitivos emocionales.

¿En qué consisten los talentos psíquicos? Se llaman habilidades psíquicas o Percepción Extra Sensorial (ESP: Extra Sensory Perception en inglés). Algunos dones pueden ser:

La clariaudiencia: es la aptitud para obtener un conocimiento mediante sonidos o voces, sin que intervenga en ello el sentido del oído externo.
La clarividencia o telestesia: es la facultad de enterarse de un suceso o acontecimiento que se está produciendo en otro lugar. La clarividencia no es solamente tener una visión extrasensorial sin aplicar el sentido de la vista, es también tener intuiciones acertadas sin ninguna imagen.

La clarividencia puede ser postcognitiva (llamada retrocognición), cuando se refiere a un hecho acaecido en el pasado, y precognitiva, si el hecho va a suceder en el futuro (llamada precognición o premonición).

La bilocación o bicorporeidad: se llama así al fenómeno por el cual un sensitivo puede aparecer visible en otro sitio y ser visto por otras personas como si fuera real. Es decir, el cuerpo está en dos lugares a la vez, o varios lugares a la vez (multilocación).

La escritura automática o psicografía: es el fenómeno que produce un sensitivo llamado psicógrafo al escribir un mensaje que se supone le transmiten el o los espíritus, o al expresar una clarividencia o una precognición por medio de la escritura.

La materialización y la desmaterialización: es el hecho de hacer aparecer algo material de la nada. La desmaterialización es lo opuesto, hacer desaparecer algo a la nada.

La lectura con la mano: acción de leer con la mano y otras partes del cuerpo, sin la intervención de los ojos físicos, es decir con los ojos vendados.

La proyección astral: denominación de los fenómenos por los que un sujeto o sensitivo se "desdobla" para hacerse presente astralmente en otro lugar, sin su cuerpo físico.

La percepción del aura: percepción de los campos energéticos sutiles de otra persona, generalmente en forma de colores, pero que veces puede ser en forma de sonidos, una sensación kinestésica (tacto), un gusto o un olor.

La psicometría o criptestesia pragmática: se llama así al procedimiento por el cual un sujeto obtiene información extrasensorial sobre una persona a través del contacto directo con un objeto determinado (como una joya, un pañuelo) que haya pertenecido a dicha persona y/o con una foto de ella.

La telekinesia o psicokinesia: se da esta designación a movimientos de objetos producidos por el sujeto a distancia y a todo fenómeno de acción psíquica sobre la materia, animada o no, es decir, sobre objetos físicos u organismos vegetales o animales.

La telepatía: es la percepción extrasensorial de conocer el contenido de la mente de otra persona. También se utiliza este término para describir los fenómenos de comunicación voluntaria entre dos mentes.

La teletransportación: acción de encontrarse en otro lugar o tiempo con su cuerpo, de manera casi instantánea.

La xenoglosia: es el fenómeno por el cual un sensitivo puede expresarse con palabras en un idioma que no ha estudiado ni conocido.

La parazoogesis es la facultad de comunicarse con los animales.

¿Qué hacer y qué no hacer? Un niño, una niña o joven psíquico, como la mayoría de los chicos de hoy, es más sensible que los demás y responde más agudamente a las emociones transportadas por la energía. Por tanto, es prudente prestar atención a los puntos que detallaremos a continuación para que su crianza sea más armónica. Estas recomendaciones de todas maneras son válidas para todos los niños e incluso para todos los miembros de la familia; son saludables y nos proporcionan bienestar y seguridad emocional.
1. Expresar nuestras emociones honestamente para que el niño o niña no sienta perturbación al no saber discernir a veces sus propias emociones de las de otros, debido al efecto esponja característico en ellos.

2. Explicar al niño y niña las eventuales emociones conflictivas de un grupo, si no puede dudar de su propia estabilidad.

3. Cuidar el entorno emocional inmediato del niño, generar apoyo y genuino interés (incluso si no es fácil entender lo que le pasa); darle amor incondicional.

4. Nunca tener miedo frente a una experiencia extrasensorial de nuestro hijo, o hija; escucharles con normalidad.

5. Vestir con ropa de fibra natural a los bebés, niños, niñas y jóvenes. Utilizar productos de limpieza y cosméticos naturales. Evitar todo lo que es químico.

6. Asegurarse de que hagan suficiente ejercicio físico e intercambios regulares con la energía de la naturaleza. Éstos son los remedios más seguros, sanos, natu-rales, sin efectos secundarios y baratos.

7. Cuidar la violencia física y psicológica, les aterroriza. En otras palabras, bajo ningún concepto, recurrir a golpes, gritos, castigos físicos o chantajes emocionales. Obviamente, esta recomendación, como casi todas las otras, es válida para todos los niños, niñas, personas adultas, hombres y mujeres, personas mayores y también animales y plantas.

8. Estos niños y niñas tienen una sensibilidad especial a los campos electromagnéticos, explosiones solares y otras manifestaciones astronómicas, y se pueden alterar por ello. No poner televisores u otros aparatos electromagnéticos en sus cuartos, especialmente si se trata de un bebé o de un niño pequeño.

9. Se recomienda que sepan limpiarse psíquicamente después de todo contacto con grupos grandes: puede ser simplemente tomar una ducha, tomar un baño de tina con sal o caminar descalzo por el césped, por ejemplo. Es bueno que sepan evitar el efecto esponja cuando se encuentran en entornos sucios, hostiles o demasiado cargados de energía caótica, por ejemplo, sencillamente colocándose una especie de escudo mentalmente, proyectar luz desde su corazón u otras técnicas por el estilo. El propio niño puede inventarse lo que le parece más conveniente.

10. Proveer su entorno de pensamientos positivos, ofrecerle un ambiente sano, sin estrés, ni tensiones, ni disputas, ni gritos.

11. Facilitarle un contacto diario con la naturaleza.

12. La presencia de mascotas y plantas vivas también ayudan. Escuchar con un interés genuino, sin juzgar Es importante escuchar al niño sin proponer ningún elemento de valorización, ni positivo ni negativo. Escuchar de verdad lo que ellos y ellas quieren expresar, aceptar con naturalidad cómo son, y darles cariño incondicional.

Hay que tomar los fenómenos psíquicos con calma, lo más importante es no asustarse ni asustar al niño o niña, porque éste podría asimilar la reacción de la madre, padre o docente y alterarse por ello. Es decir, si el adulto lo toma con tranquilidad, el niño y niña estarán en calma y podrán manejar bien la situación; en cambio, si los adultos reaccionan con temor y preocupación, los niños van a preocuparse también, pensando que algo está mal, que ellos están mal o que algo va mal entre ellos y usted. Por eso es importante evitar mostrar expresiones de susto, gritar, castigar, o negar (¿Ves? ¡No hay nada aquí!).

Es aconsejable afirmar lo que el niño, que está viviendo (no importa si es su imaginación o no), incluso si esto implica añadir un plato de comida para el amigo imaginario o arreglar otra cama. Conocimos muchos casos de niños y niñas que padecían de gran tristeza por no ser comprendidos a este nivel.

A continuación, un consejo de Danielle Degoumois , investigadora Suiza, de la Fuerza de Vida: El tema de los niños psíquicos es muy real para nosotros en Europa también.

Quiero añadir una sugerencia: eliminar el gluten de la alimentación de estos niños les ayuda mucho a retomar serenidad, tranquilidad y confianza en sí mismos. Sus intestinos no pueden aceptar este alimento y algunos niños sufren de envenenamiento del consumo de pan blanco, pastas, pizzas, etc. Existe, ahora, una gama de productos sin gluten que se necesita conocer y utilizar. (Degoumois, 2008:ce)

Los niños sanadores

Se observa que, en varios grados, algunos de los niños y niñas de hoy, además de ser psíquicos, poseen naturalmente dones de sanación. Es decir, que estos niños poseen el talento innato de sanar a los demás tanto a nivel físico como a nivel emocional, psíquico e incluso espiritual. También pueden curar plantas, animales y lugares. Sus métodos de sanación son metafísicos y responden a leyes de origen espiritual. Tampoco sorprende que se autocuren, siendo capaces de regenerar los huesos y la piel, por ejemplo. Como observa Trigueirinho , se trata de seres que son: Instrumentos en el sentido espiritual, es decir, que son capaces de transmitir el poder trascendental de la energía de curación. Ese poder se expresa como radiación.

El verdadero curador espiritual es alguien que está en contacto con los niveles superiores de conciencia. Produce a su alrededor un campo magnético que incluye a todos y a todo, sin distinción. Y cada uno recibe las realidades sutiles según su propia receptividad. (Trigueirinho, 2003a:79) En otras palabras, una de las funciones de estos niños es irradiar armonía en los ambientes en los que viven. Según su nivel de sensibilidad innato y/o entrenamiento adecuado, pueden sanar también a distancia, especialmente durante las horas del sueño. En este caso puede que el niño se despierte muy cansado. ¿Cómo sanan? El sanador recibe energía de curación, es decir, sus células funcionan como receptoras de energía cósmica pura y la pueden emitir fuera para fines de sanación, impulsando a la vez la desintegración de energías patológicas y la integración de energía sanadora y vitalizante.

Estos niños son sanadores a través del amor, fuerza muy poderosa capaz de trasmutar para el bien superior. Pueden activarla de varias maneras: con las manos (un poco como en el Reiki, pero a un nivel superior de tipo reconectivo, según la expresión del Dr. Pearl), con la mirada o con su simple presencia, es decir, por pura irradiación de la energía del amor, ya sea este proceso consciente o inconsciente. También estos niños nos hacen una llamada a la autosanación a nosotros mismos. Si el poder de nuestra mente ha podido desencadenar una enfermedad, este mismo poder de la mente más el amor, puede des-encadenar la misma enfermedad. Nos enseñan que es tiempo de ser más sutiles en todos los niveles: en nuestro entorno físico, con nuestro cuerpo, con nuestras emociones, con la mente y con el espíritu.

Si se presenta el caso de que tenga en la casa o en su aula un niño que presenta estos dones, le puede ayudar de gran manera de la siguiente forma:
- No burlarse de él nunca.
- No exhibirle para que cure a los vecinos y colegas.
- Nunca cobrar por sus servicios.
- Enseñarle a no dispersar su energía en vano y no agotarse.
- Enseñarle técnicas para que fluya su energía psíquica.
- Enseñarle a equilibrarse y a contar con sus maestros de niveles superiores.
- Darle una vida sana: comida sana (no forzarle a comer carne si el niño no lo desea), ropa de fibra natural, aire puro.
- Reposo. Velar la calidad de su sueño. No despertarle bruscamente.
- Asegurarse de que su cuarto esté libre de ruidos molestos, en el lugar más tranquilo de la casa.
- Proveer su entorno de pensamientos positivos, darle un ambiente sano, sin estrés, ni tensiones, ni disputas, ni gritos.
- Proporcionarle un contacto diario con la naturaleza.
- La presencia de mascotas y plantas vivas ayudan también.
- Mucho amor y las demás recomendaciones dadas para los niños psíquicos.

Los temores nocturnos También es importante saber manejar los temores nocturnos y presencia de seres feos.

Si el niño presenta este tipo de visiones o miedos, debemos darle protección física, mental, psíquica, emocional y espiritual, abrazos y contacto afectuoso corporal. Es mejor en estos casos encender la luz y dejarla encendida toda la noche si fuera necesario (con un pequeño foco de 40 voltios es suficiente). Es recomendable quedarse físicamente junto al niño (en la cama del niño o en su propia cama, no importa la edad del niño). Puede encender una vela (a una altura fuera de alcance del niño si es pequeño), incienso, según nuestras creencias o religión, y estar seguro de la ayuda de los Seres de luz para manejar el asunto y ayudar al niño, la niña y la familia.

En caso de temores nocturnos, lo que no hay que hacer es: - Ignorarles. - Decirles que están locos. - Mandarles solos a su cuarto en la oscuridad. - Decirles que no hay nada aquí, hacerles callar. Podemos así empeorar terriblemente la situación, bloquear al niño o niña, que puede perder la confianza en sí mismo, en sus dones, en su misión y en usted. - No valerse de los temores del niño para burlarse de él, o utilizarlos como medios de disciplina para controlar al niño y niña (no decir cosas como: “Compórtate bien si no va a regresar la bruja; u otras como: el cuco, el monstruo va a comerte de noche”).

En caso de que los temores continúen, es necesario investigar y aprender sobre este tema; consultar a un profesional terapeuta que sea realmente de su confianza, a algún orientador experimentado.
Es importante atender el asunto antes que tome proporciones demasiado graves. Es mejor prevenir que curar.

Los dones psíquicos y la ética Si nos está llegando una oleada de niños psíquicos, ya tenemos que saber manejar el tema desde el punto de vista de la educación.
Algunas pautas tienen que ser claras y compartidas con los niños, papás y profesores como por ejemplo:

- Primero, tener dones psíquicos no te hace superior, al contrario te hace más servidor de la humanidad. A veces se puede inútilmente inflar el ego de los padres o del niño (y tal vez desviarle de su misión).

- Siempre se utilizan los talentos psíquicos para fines benevolentes. Explicar al niño que los poderes no se utilizan contra alguien. Si se le ocurre agredir a un compañero psíquicamente por accidente o por tener un momento de ira, se procede a reparar de inmediato esa acción.

- Dejar claro para mí y para el niño que nuestra labor es sólo la de expandir la Luz en la Tierra. Todo lo que hacemos es para el mayor bien, en servicio a la sociedad y el planeta. - Los talentos psíquicos no son fuente de negocios.

Con mucho amor Luis Ardaya Roca, psicólogo y terapeuta boliviano que trabajó más de diez años con niños y niñas intuitivos, aconseja lo siguiente: No hay que cortarles la inspiración, es apropiado escucharles amorosamente, con normalidad cuando dicen lo que sienten y ven, o cuando se comunican con un amigo invisible (invisible para los demás).

Dejar que fluyan libremente con toda normalidad y no intervenir diciendo, por ejemplo: No es verdad, no hay nada, o peor, decir: No debes ver y hacerle sentir culpa. Lo que sí hay que hacer es preguntarles: ¿Qué es lo que ves? ¿Es claridad? ¿Hay amor? ¿Qué sientes? Si hay temor, si hay algo oscuro, actuar en consecuencia. Es importante que el niño sepa manejar la situación si algo le molesta. Enseñarle cómo apartar entidades no deseables de su cuarto, de la casa, con amor y luz. Por lo tanto, es importante que el propio adulto aprenda de estos temas y busque orientación. Decirles que Dios, con todo su amor, siempre los guiará y los ayudará en todo momento; y que estén atentos, porque les da directamente muchos mensajes y formas de sanación. (Ardaya, 2005:cp)

El famoso amigo invisible En cuanto al amigo invisible, Doreen Virtue comenta lo siguiente: Es perfectamente normal, incluso sano, que los niños tengan amigos invisibles; es decir, seres que por regla general pueden ser sus ángeles de la guardia o sus guías espirituales. Cuando los padres apoyan y animan las relaciones de sus hijos con sus amigos invisibles, los niños se sienten valorados por tener esas habilidades naturales que son un regalo de Dios. A veces esos amigos invisibles son arcángeles que ayudan a los niños en importantes propósitos de vida. O pueden ser también que los amigos invisibles sean ángeles de la guardia que ayuden a los niños a perder sus miedos. Los amigos invisibles pueden incluso ser parientes fallecidos, amigos, o también animales domésticos. (Virtue, 2004:99)

Y… ¿en la escuela? Agradecemos a Ana Belén Gómez Madrigal, joven profesora del colegio CEIP Benito Pérez Galdós de Móstoles, Madrid, España, por compartir lo que vive con los niños pequeños. Ana enseña a niños de 3 a 6 años.

Ana, ¿qué observas como maestra en los niños pequeños de hoy? - Lo que veo es que llegan niños especiales, muy especiales. Me llama mucho la atención. Sin embargo no sé si les damos la importancia que merecen. Parece que los papás no quieren ver. Entonces el niño se deprime por no ser entendido. Quizás quieren nuestra ayuda, nuestra orientación, y no sabemos responder a sus necesidades.

¿Qué entiendes por especial? - Pues fuera de lo común, extraordinarios. Tuve niños que me parecen Índigo, otros Cristal. Pero es más increíble aún, ahora tengo un grupo que está compuesto por niños que ven cosas que nosotros no percibimos. Saben mirar más allá de nuestro cuerpo, como si tuvieran una percepción más elevada. Con sólo mirarte saben todo de ti.

¿Tienes algunos ejemplos? - Sí. Hay una niña de tres años que me mira a los ojos y sabe cómo estoy. Me dice cosas personales, para mí, como consejos. Hay otra niña mayor, de nueve años, con la que tengo un vínculo muy especial. Ella viene a buscarme en los recreos en el patio. Siempre me da un abrazo, un beso. Un día yo estaba muy triste por un asunto familiar y se quedó mirándome: - ¿Qué te duele? me preguntó. - Todo me duele, me duele todo -le conteste con franqueza. - Quiero que sepas que yo te adoro -me contesta. Y que me gusta todo de ti. Todo lo que tienes. Te quiero entera. Me regaló una pulsera “para que cuando estés triste, te acuerdes de mí”, dijo.

¿Qué porcentaje de estos niños tienes en tu clase? - Calculo que más o menos un poco menos de la mitad son así ahora. Aunque el resto también es diferente. Ahora tengo niños de tres años y veo que han cambiado mucho en tan sólo tres años. Me llama la atención su empatía, su necesidad de curar a los demás a nivel emocional. Ven los sentimientos. Pero ahora hay algo más que no entiendo.

¿Hay algo más que un desarrollo de la inteligencia emocional? - Sí, va más allá que la simple empatía. Ahora ven cosas, poseen otra percepción. ¿Ven cosas? - Sí. No sé cómo explicarlo. Por ejemplo, un día algunos niños se levantaron en plena clase y me dijeron: “Mira, ¡mira estas cosas!”. “Yo no veo nada” les respondí. Entonces los otros niños se levantan también y añaden: “Sí, sí, mira qué bonito”. Otro día durante una fiesta (de la Castañada) cuatro niños de diferentes grupos vieron a un monstruo claramente y me lo dibujaron. Yo no veía nada, obviamente. Otro día estábamos en Asamblea, que es el momento en que hablamos juntos, libremente, nos cogemos de las manos y uno me dijo:

- Ahora hay que dar las gracias a la profe por las flores que nos ha puesto en el techo y en las paredes. - No puse nada, les dije. - Sí, sí, nos pones flores todos los días. ¡Qué lindo! Gracias profe. ¡Me dejan perpleja! Y cada vez tengo más casos.

Ana, ¿cuáles son tus conclusiones? - Parece que son más psíquicos, ¡casi la mitad de mis alumnos! Como profesional, es un reto. Captan la atención, no hay duda, pero no sé qué hacer. No me siento preparada. ¿Qué clase de ayuda esperan de mí? ¿Me entenderán el resto de mis colegas, directores? Lo que percibo es que ellos, los niños, nos pueden ayudar en muchas cosas, nos pueden enriquecer. ¡Te hacen pensar! Son pequeños pero no son tontos. Pido a los padres que los acepten como son. Que les ayuden.

Fragmento extraído de: 2014. Paymal, Noemi. Pedagooogia 3000. Herramientas pedagógicas bio-inteligentes y otras para el tercer milenio. Tomo II. Editorial Ox La-Hun. La Paz. Bolivia. (fuente/psicologiaintegraluruguay.com)


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