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martes, 18 de octubre de 2016

El Misterios de los Números, Egregores y el nº33, Entrevista a David Topí.




La intuición, impresiones energéticas desde niveles superiores.

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Ayer fue un día de trasteo constante de principio a fin. La cantidad de polen que hay en el aire estos días, al menos en mi ciudad, colapsó por completo el filtro anti polución de mi coche, de tal forma que se paraba y dejaba de funcionar cada pocos metros, saltando la alarma de fallo de motor. Los dos talleres a los que llamé no podían, por saturación, mirarlo hasta dentro de una semana, algo que era complicado, pues necesitaba el vehículo para las tareas diarias (ir y llevar a los niños al cole, desplazamientos obligados pendientes, etc.). No tenía muy claro que hacer, la verdad, pero tenía la sensación de que debía preguntar en otro sitio que tengo cerca de casa, y aunque sabía que ahí no tratan este tipo de problemas, no se me iba de la cabeza bajar a este otro taller. Así que fuí igual y pregunté. El chico me explicó que ese tipo de filtros, si te metes en autopista un rato a una velocidad constante, va quemando por si solo las partículas sucias y se auto limpia tras un rato de hacerle kilómetros, cosa que no sucedía si solo ibas por la ciudad. Dicho y hecho, me metí en autopista ayer por la mañana, hice casi 100 km ida y vuelta, y el filtro se limpió lo suficiente como para no volver a dar el problema, ni que saltara la alarma del coche más. La intuición, como dice la frase de la imagen, señaló el camino, pues me dio la pista sobre que hacer para solucionar el problema.

Niveles superiores que tratan de comunicarse con la personalidad consciente

En este caso, la pista y las instrucciones venían de “arriba”, de mi Yo Superior, quien impresionó el nombre del taller de al lado de casa en mi cuerpo mental para que lo sintiera fuertemente como la opción a ejecutar. Mi mente lógica sabía que ahí, a priori, no me podían solucionar el tema, pero tampoco perdía nada por preguntar.

Vamos a explicar un poco hoy el modo de funcionamiento que tiene nuestro Yo superior, nuestro ser, nuestros “niveles superiores”, para comunicarse con nuestra personalidad, eso que llamamos intuición, sexto sentido y otras diferentes denominaciones. En general, es bastante sencillo de explicar, pues todo pasa por la transmisión energética de símbolos e imágenes, en su mayor parte, pues son el lenguaje de los niveles superiores y otras partes de la psique, que luego son convertidas en sensaciones, e impresiones, a través de diferentes partes de nuestros cuerpos sutiles. Por ejemplo, si se desea expresar un aviso de alarma porque algún acontecimiento está a punto de ocurrir, y se desea que la mente consciente se haga eco del mismo, se impresiona la imagen del acontecimiento en el cuerpo mental, también en el emocional, de forma que, muchas veces, uno tiene una intuición repentina que pasa del mental a las esferas, y de ahí el presentimiento en forma intuitiva de que algo puede pasar. Cuando alguien es más emocional, y escucha mejor a sus sentimientos, al impresionar la imagen del evento en su cuerpo emocional, se tiene más bien la sensación de que algo puede ocurrir, y si se necesita que el mensaje sea algo muy físico, se puede impresionar en el cuerpo etérico y directamente uno puede hasta sentir un pinchazo en el estómago, o en cualquier parte del cuerpo, como la sensación física de que se tiene que hacer o no se tiene que hacer algo.

Un mecanismo muy poco trabajado

La intuición es un mecanismo muy usado, pero muy poco comprendido. En general, no le hacemos caso porque no sabemos de donde viene, y como no conocemos el origen y la forma en que funciona, simplemente se nos ha condicionado a creer que esas impresiones y sensaciones son pura imaginación, ya que la mente, a través del hemisferio izquierdo, está sumamente programada para no aceptar nada que no pueda comprobar con sus propios sentidos físicos y, por ende, se desecha, pero el hemisferio derecho no funciona así, ya lo sabéis, lo explicamos brevemente en el vídeo sobre el cerebro triuno, así que, desde esas otras partes de nosotros mismos, se intenta que al menos una parte de nuestra composición multidimensional trate de hacer llegar la información hacia la parte que generalmente controla al ser humano en nuestra sociedad occidental.

Cuando se impresiona un tipo de información con tal de incitar a una respuesta por parte de la personalidad no es para violar el libre albedrío, sino para orientar, ya que de todas maneras, la personalidad al estar tan poco consciente de los entornos en los que se mueve, no puede ver mas allá de un pequeño rango de cosas que tiene alrededor, y, por ende, el GPS y brújula que representan aquellas otras partes de nosotros que se mueven en otros rangos vibracionales y energéticos, han de actuar como complemento para que el conjunto de lo que somos pueda guiarse por los avatares y vicisitudes del día a día con la mayor soltura y fluidez posible. Las intuiciones que generan no están destinadas a hacer la vida un camino de rosas, están destinadas a saber circular y navegar por la misma evitando atascos innecesarios, evitando baches o carreteras que no llevan a ningún sitio, porque el conjunto total de lo que somos tiene un destino y unos objetivos en mente, que pasan siempre por el crecimiento, experiencia y aprendizaje de todo, así que cuando la intuición va gritando no hagas esto, o haz lo otro, es simplemente la misma función que nuestro GPS en el móvil que nos dice que ruta tiene más trafico, que ruta es la más corta a nuestro destino, o que ruta presenta en estos momentos lugares impracticables por los cuales es mejor no pasar. Solo así se puede llegar al destino que, en general, nos hemos propuesto de la forma más eficiente.

Aprendiendo a escuchar

La forma de empezar a escucharnos es prestar atención a todas esas sensaciones e intuiciones, si hace falta, incluso anotarlas, “siento que respecto a este tema algo me dice que haga esto”, “siento que por ahí no va bien la cosa…”, “siento que tendría que hacer esto”, etc. Podéis probar a comunicaros directamente con la fuente de la intuición mediante la meditación, la escritura automática, la kinesiología, etc., no nos faltan medios, siempre que no dejéis que los programas instalados en las esferas de “esto no me sirve”, o “esto me lo estoy inventando”, interrumpan esta conexión o desechen su resultado, pues estamos programados para no hacer caso a este tipo de cosas.

La práctica de hacer caso a esa intuición, y la desprogramación de aquello que nos impide hacerle caso, son las dos únicas herramientas que harán que esas impresiones que se intentan transmitir desde niveles superiores a nuestra consciencia racional empiecen a tener hueco y a llegar a mejor puerto cada vez con mayor claridad para que nuestra brújula nos guíe de la forma más adecuada siempre.

El mundo es mucho más complejo de lo que nuestra mente lógica puede abarcar, y nos es necesario hacer caso al resto de partes de uno mismo que abarcan y ven más allá de lo que cada uno de nosotros cree poder ver. La mente consciente solo está programada para actuar en un corto rango de acontecimientos espacio-temporales, en el sentido de que estamos capados para no ver mas allá de nuestros cinco sentidos, y eso nos lleva a tener muchos problemas a la hora de poder dirimir con muchas situaciones que se podrían evitar si supiéramos escuchar a quien tiene una visión algo más amplia. Nuestro subconsciente también es usado para ello, pero en muchos casos, son esas otras partes más elevadas de nosotros mismos quienes impresionan por facilidad de comunicación en esa esfera directamente un mensaje, para que luego pueda ser transmitido a la mente consciente. Hay muchos caminos y formas que se pueden usar, es todo cuestión de que les hagamos caso. Evidentemente, al fin y al cabo la personalidad es la que decide que hacer, nadie se enfada, por decirlo de alguna forma, por que no tomemos en cuenta estos mensajes, simplemente, cuando no lo hacemos, nuestro GPS racional limitado nos llevará por caminos más tortuosos y más lentos o con más baches y tráfico de lo necesario.


fuente/davidtopi.com

sábado, 15 de agosto de 2015

El ser humano existen tres niveles vibracionales:

Cuerpo Físico. De 0 a 10.000 UB
Cuerpo Etéreo (aura). De 11.000 a 13.500 UB
Nivel espiritual. De 13.000 a 19.500 UB

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De los 4 puntos de energía superior a 13.500 UB en la meseta de Gizeh, tres correspondían a las pirámides. Éstas, son atravesadas por Líneas Hartmann de 1er, 2º y 3er Orden.

La pirámide del Sol de Teotihuacan, y la pirámide de Kukulcán de Chichén-Itzá, cuentan con un Vórtice Energético de 24.500 UB. 

El Arca de la Alianza es capaz de proteger a las personas o territorios por encima del nivel de frecuencia.

El poder de tu frecuencia de resonancia. Por David Topí ( Ponente Congerso Sabiens nº7 2015 )


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Aunque no seamos conscientes, nuestra frecuencia de resonancia o nivel de vibración es nuestro bien más preciado en ámbitos tales como la protección energética, el desarrollo personal, o la auto sanación. Esto que parece tan “genérico”, es algo tremendamente simple, se trata de la “frecuencia media” que emites, el nivel vibracional que tienes de forma global, sumando todos los patrones energéticos, mentales, anímicos y emocionales que tenemos y que constantemente emitimos. Una persona con todos esos componentes vibrando a un nivel “alto” (hablando en Hz, la unidad de medida de la frecuencia de una onda cualquiera), incrementará su frecuencia base y verá reflejado este nivel en su realidad cotidiana, no solo por lo que a nivel de “ley de atracción” pueda manifestar, sino por la influencia que esa persona tendrá en los entornos en los que se mueva por su sola presencia.
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la sanación
Todo sanador, o toda persona que es capaz de influir en otra a distancia está tocando tu frecuencia de vibración o resonancia, sea a nivel local (por ejemplo actuando sobre uno de los cuerpos sutiles, sobre un chakra, o a nivel general como en un baño de energía). Cuando hacemos algún tipo de sanación, remota o presencial, estamos modificando el sistema energético del paciente simplemente modificando un patrón concreto de onda que es la causa del bloqueo, y lo hacemos modificando su frecuencia de resonancia, de forma que al poner a vibrar su sistema energético a un nivel más alto, en esa zona, automáticamente se desbloquea aquella energía que se había quedado estancada.
Por poner un ejemplo, seria como poner a sacudir una coctelera que tuviera pegada trocitos de papel en el exterior. La fuerza de la vibración de la coctelera hace que se despeguen y caigan esos papeles, simplemente por haber incrementado el movimiento y modificado las fuerzas que mantenían los papeles (entendidos como bloqueos energéticos) enganchados.
Así, es sencillo comprender como simplemente “ordenando mentalmente” la eliminación, tras haber descubierto un cierto bloqueo, con la “intención” de sanar algo, esto se empieza a sanar, y es que la energía detonante del sanador, al ser recibida por el “paciente”, pone en marcha el mecanismo de vibración interno y modifica el patrón energético de la zona donde se encuentra el bloqueo incrustado y este “pegote” empieza a desprenderse poco a poco de esa zona (es decir, la misma persona se auto sana, el sanador solo hace de detonante del proceso de cambio vibracional).
Esta energía recibida, sea directamente, sea remotamente, sea autogenerada, no ha hecho sino modificar al alza ligeramente la vibración del lugar donde se encontraba el problema, haciendo que la zona de “enganche” ya no sea compatible con la energía del bloqueo. Al no ser de igual patrón energético, la energía causante de ese bloqueo no puede mantener el “enganche” o acople al sistema energético, y deja de tener efectos negativos paulatinamente en la salud de la persona.
Sanación presencial o remota
¿Tiene el mismo efecto el estar a un metro de la persona o a 100 km para detonar este incremento vibracional? Pues la experiencia nos dice que es parecido (aunque la sanación presencial sea mas intensa a veces), y es simplemente debido a nuestra conexión a través del campo mórfico que une a todos los seres humanos, trabajemos al nivel que trabajemos (es decir, podemos conectarnos a niveles de alma o Yo Superior, a niveles de “inconsciente”, a nivel “mental”, etc.), pero todos estamos enganchados los unos con los otros. Es este mismo método, en el fondo, el que hace que técnicas como el Ho’oponopono, la curación cuántica, los registros akashicos, magnified healing, la terapia de respuesta espiritual, etc., etc. funcionen. En todos los casos, estamos modificando la frecuencia de resonancia de la persona con la simple emisión de una intención u orden mental de sanación, al nivel que sea, lo que hace que se libere, desenganche, transmute o solucione el bloqueo mental, emocional, físico, anímico, espiritual, o de las profundidades del subconsciente.
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito de la protección energética
Ocurre lo mismo cuando hablamos de protección energética. Tu frecuencia de resonancia es tu escudo antimisiles porque si se mantiene en un nivel de vibración “alto”, impide que un buen puñado de energías externas, parásitos astrales, pequeñas entidades “negativas”, etc., sean compatibles contigo. De nuevo, es como mantener la coctelera sacudiéndose a una velocidad tal, que no hay forma de que nada que no sincronice con esa velocidad de vibración pueda engancharse. Por supuesto que no se trata de la panacea, siempre hay energías de niveles mucho más altos de los que nosotros podemos alcanzar en estos momentos polarizados “negativamente” y que pueden engancharse o acoplarse a nosotros si lo desean (para nutrirse), pero no así todo aquello que vibre a un nivel menor que el nuestro (frecuencialmente hablando).
Influencia de la frecuencia de resonancia en el ámbito del crecimiento personal
Por último, todas las cosas que hacemos, ejecutamos, decidimos, etc., generan en nosotros un cierto tipo de energía. Esta energía forma parte de algún patrón energético bien a nivel mental o emocional (principalmente), que puede añadirse a cualquiera de nuestros cuerpos sutiles y resto de componentes del sistema energético, así como influenciar el “crecimiento” o cristalización (como lo llamaba Gurdjieff) del alma en cada uno. Es decir, básicamente lo que aprendemos a través de lo que nos pasa o lo que hacemos que nos pase, influye sobre nuestra frecuencia de vibración o resonancia pudiendo incrementarla o reducirla (fluctúa siempre, y no es estática), y que puede hacer que “potenciemos” más nuestra “esencia” interior, o la sigamos manteniendo dormida. Eventos que nos hacen crecer, como experiencias y lecciones superadas, incrementan el nivel de resonancia hacia frecuencias mayores. Eventos generadores de efectos tales como traumas, bloqueos de diversa índole, contagios del inconsciente colectivo, o ataques energéticos, pueden alterar y reducir nuestra frecuencia de resonancia haciéndonos más débiles o vulnerables.
Cuando vemos por todas partes que nos dicen que el “conocimiento protege" y la “ignorancia nos pone en peligro”, no solo es un consejo que suena bien, sino que literalmente cada pieza de conocimiento “objetivo y factual” trae consigo su propia carga energética, que se suma a nuestro cuerpo mental incrementando su frecuencia de resonancia global, potenciando la frecuencia de resonancia global del sistema energético.
Puesto que además nuestro nivel de vibración global depende de la suma del nivel de vibración de cada parte de nuestro sistema físico y energético, cuando hablamos de que es necesario tener una salud optima, un robusto cuerpo eterice, un cuerpo emocional sano y un cuerpo mental limpio, nos estamos refiriendo a que todos los componentes se apoyan y necesitan entre si, y que de nada sirve tener unos en perfecto estado, y otro hecho un asco, pues nos hará caer en picado el nivel vibracional que tengamos.
Frecuencia de resonancia vs polarización
Evidentemente el tener una alta frecuencia de resonancia no significa ser un ser más “positivo”. El nivel de vibración es simplemente eso, un nivel de vibración, el numero de ciclos por segundo que genera el conjunto de tu sistema energético, pero esta vibración tiene polaridad, como ya hemos visto en artículos anteriores y como comente durante horas en la conferencia de hace unas semanas. Esta polaridad es lo que llamamos “positiva” o de servicio a otros, o “negativa”, o de servicio a uno mismo. Tenemos personas y entidades no corpóreas de todos los niveles de vibración que os podáis imaginar, y más o menos repartidas equitativamente entre las dos polaridades. Es decir, que como os decía antes, a mayor nivel de frecuencia de resonancia más poder y potencial, aunque este pueda estar orientado hacia la polaridad que la persona o entidad haya escogido como camino evolutivo, sea el camino del servicio a otros, o sea el camino del servicio a uno mismo. Nuestro trabajo consiste en trabajar ambas cosas, incrementar nuestra frecuencia de resonancia, y polarizarla hacia el servicio a otros, todo en busca de un crecimiento evolutivo y paso de “curso” que esperemos esté pronto por llegar.
Por David Topí ( ponente Congerso Sabiens nº7 2015 )

domingo, 26 de octubre de 2014

Síntomas de una limpieza energética.

 


Cuando alguien nos hace una limpieza energética del tipo que sea (chakras, reiki, imposición de manos, a través de los archivos akashicos, etc) existe generalmente un periodo de unas tres semanas durante el cual la mayor parte de esos cambios tienen lugar. Son días de “desintoxicación” e integración de nuevas energías e información en nuestros cuerpos sutiles. Estos cambios también pueden producirse de forma espontanea cuanto estamos atravesando una etapa importante de nuestra vida, intensa o especialmente movida.
 
El dejar ir ciertas energías acumuladas en nuestra aura y cuerpos sutiles que ya no nos sirven y reemplazarlas por otras nuevas energías mas elevadas produce el efecto de “actualización de datos”, por hacer una analogía con un ordenador al cual le estamos instalando las versiones mas recientes de los programas, o incluso un nuevo sistema operativo.

Diferentes niveles de actuación
A pesar de que cuando se hace un trabajo energético sobre alguien (al menos cuando lo hago yo a través de los registros akashicos) se solicita que estos cambios y actualizaciones se hagan con la menor incomodidad posible para el sujeto que los recibe (la limpieza se hace con la ayuda de los guías de esa persona, por lo que ellos se “encargan” de controlar el proceso) pueden aparecer ciertos síntomas durante este periodo que es bueno conocer, y saber que están siendo debidos a una mejora en nuestro sistema energético.

Trabajo a todos los niveles
De todas maneras, puesto que todos somos completamente diferentes, algunos no notarán nada en absoluto, mientras que otras personas percibirán una o varias de las cosas que os explico mas adelante. También habéis de saber que el reajuste se produce a todos los niveles: emocional, mental, espiritual y por ultimo físico, por lo que hay quien no siente nada hasta bastante tiempo después de haber recibido esa limpieza.
Todas las areas de nuestra vida de una forma u otra se van a ver afectadas por un reajuste de estas características, ya que un trabajo así produce una curación y una elevación de nuestra frecuencia, una eliminación de cosas que ya no nos sirven y un rebalance de todos los niveles de nuestro ser. Cuanto mas profunda es esta limpieza, mas cosas se remueven y mas efectos positivos tiene una vez esta se ha completado.

Algunos síntomas o sensaciones
Os comento brevemente lo que podemos encontrarnos en cada uno de los niveles de nuestro ser cuando estamos removiendo esas energías antiguas y reemplazándolas por nuevas.
  • Limpieza fisica del cuerpo
Síntomas parecidos a un pequeño resfriado o gripe: dolor de cabeza, algo de fiebre, picor en la garganta, tos, etc. También algunas molestias físicas menores. Simplemente el cuerpo está intentando eliminar toxinas y energías estancadas allá donde las tenga, lo cual se traduce en la necesidad de expulsar a nivel físico todo aquello que ya no nos sirve.
Para reducir las molestias es recomendable disfrutar de paseos al aire libre, hacer ejercicio, y beber litros y litros de agua, comer mas sano, descansar mas, etc. La idea es simple, ayudar a nuestro cuerpo a recuperar el balance y recargarse con las nuevas energías lo antes posible. Nada que resulte extraño, ¿verdad?
  • Purificación emocional
Emociones fuertemente arraigadas pueden aparecer sin razón alguna: rabia, enfados, frustración, tristeza, etc. Estas emociones salen a la luz porque han estado reprimidas o medio tapadas durante mucho tiempo y al hacer la limpieza las estamos eliminando. Procura no sentirte afectado por lo que estas “sintiendo”, no te culpes o trates de buscar causas mas allá del dejar que esas emociones agoten su carga emocional y por fin se desprendan de tu cuerpo emocional para siempre.
Para facilitar el proceso, aprende a relajarte, meditar, respirar calmadamente, darte baños relajantes, disfrutar de las cosas, etc. El objetivo es dejar ir esas emociones con la mayor suavidad posible.
  • Purificación mental
Patrones de conducta, pensamientos antiguos, hábitos y costumbres que creíamos desterradas pueden volver a salir a la superficie. A veces podemos volvernos de nuevo adictos a comer algo sin parar, a fumar, a beber algo, etc. Es el mismo proceso que antes. Aquello que teniamos medio enterrado en nuestro cuerpo mental está saliendo por fin a la superficie y disipándose, haciéndonos sentir de nuevo en el momento esos efectos que en su día nos causaron. También todo tipo de pensamientos negativos (culpa, abuso, juicio constante a los demas, victimización, etc) pueden volver a salir durante el proceso de limpieza. Recuerda, estamos barriendo la casa, y no metemos el polvo debajo de la alfombra de nuevo, sino que lo sacamos del todo para que no vuelva a molestarnos.
No seas duro contigo mismo cuando te notes sintiendo estas cosas. Simplemente reconocerlas, validarlas, y dejarlas ir es lo que hay que hacer. Cambia tus impulsos de hacer algo “dañino” por otra cosa que te haga sentir mejor. Se gentil contigo mismo/a, haz cosas que te hagan sentir bien, repite afirmaciones positivas, medita, escucha música, etc.
  • Purificación espiritual
Tus creencias pueden removerse hasta sus mas profundos cimientos. La forma en la que ves el mundo puede cambiar, todo lo que creías que era de una forma poco a poco resulta que es de otra. Tu forma de entender como funcionan las relaciones entre la gente, las religiones, lo que es importante para ti mismo, lo que creías que era solido como una roca, todo puede darse la vuelta cuando hay una limpieza profunda de energías estancadas a nivel espiritual.

Cuando esto ocurre, es como si nos abrieran los ojos, como si nos dieran acceso a otro plano de visión mas elevado desde el cual vemos las cosas de diferente manera. Nuevas revelaciones e intuiciones vienen y van, nuevas ideas reemplazan a las antiguas. Nuestro mundo se transforma y podemos sentirnos desorientados mientras esa transformación va teniendo lugar.

Para mitigar esos efectos, habla de todo esto con aquellas personas que puedan entenderte o hayan pasado por algo parecido, lee libros que incrementen tu visión “espiritual” de la vida, escucha música que te transporte a frecuencias mas elevadas y te hagan sentir bien, y cuida mucho de ti mismo/a. El proceso de transformación de viejas creencias y limitaciones es normal y no tiene porque ser dramático, de nuevo, solo estas dejando ir lo que ya no te sirve para alcanzar un nuevo nivel.

Si estás en medio de un proceso de limpieza energética, siguiendo alguna terapia, y te ves reflejado en algo de todo esto, date cuenta que es normal, que es un periodo de cambio positivo y que una vez hayas integrado todas esas nuevas energías te sentirás mucho mejor y renovado.

fuente del texto/ David Topí