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domingo, 1 de febrero de 2015

lunes, 22 de diciembre de 2014

Robots extraterrestres superinteligentes: probablemente la forma de vida dominante en el universo.

Los extraterrestres (o los dioses) probablemente son inteligencias artificiales que han tenido millones de años para auto-actualizarse y abastecerse de la energía del cosmos.

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En un caso de proyección del paradigma ideológico imperante en la actualidad, científicos creen que la Singularidad tecnológica no sólo es algo que puede ocurrir en el futuro cercano de nuestro planeta, sino que debe de ser la norma en un universo tan grande como el nuestro, en el que la oportunidad de evolucionar de la inteligencia es casi infinita.

Susan Schneider, de la Universidad de Connecticut y científicos como el astrobiólogo Paul Davies, de la NASA, han formulado la hipótesis de que existen altas probabilidades de que la forma de vida dominante en nuestro universo es la inteligencia artificial. En su artículo “Alien Minds”, que será publicado por la NASA, Schneider avanza esta hipótesis de que la vida alienígena inteligente debe de tender a formas sintéticas, postbiológicas.

Paul Davies había dicho antes: “Creo que es muy probable –en realidad inevitable– que la inteligencia biológica es sólo un fenómeno transitorio… Si alguna vez encontramos inteligencia extraterrestre, creo que debe de ser de naturaleza postbiológica”.

En su artículo, Schneider explora la forma que podría tomar esta inteligencia extraterrestre y especula sobre si necesariamente tendría que tener conciencia o podría desarrollar una superinteligencia sin tener conciencia de sí misma. Esta especulación arroja una posibilidad desoladora: robots inmortales orbitando en satélites o saltando de planeta en planeta para minar recursos naturales que fueron echados a andar por una civilización que pudo haber muerto millones de años atrás. Fríos testigos sintéticos con la capacidad de perpetuarse y posiblemente controlar las leyes de la física, pero no capaces de tener una experiencia consciente del mundo.

Los científicos creen que la inteligencia extraterrestre más común debe de ser artificial simplemente porque el soporte material de una computadora es más fácil de mantener que el de un cuerpo humano –el silicio es mucho más abundante que el carbón– y pueden, en teoría, soportar las inclemencias cósmicas con mayor solvencia. Aunque también advierten que no debemos esperar IBMs cósmicas flotando por ahí, sino que estas inteligencias podrían ser mucho más sofisticadas de lo que podemos imaginar.

“Todo lo que la vida artificial necesita es materiales en bruto. Podrían estar en la profundidad del espacio, orbitando una estrella o alimentándose de la energía de un agujero negro en el centro de una galaxia”, dice Seth Shostak, el director del proyecto SETI, que suscribe la misma visión exobiológica.

Y sobre la razón por la que no hemos encontrado estos robots inteligentes pulsando en el cosmos: “Estoy de acuerdo con Susan en que no tienen por qué estar interesados en nosotros”, señala Shostak (además de que deben de existir innumerables civilizaciones poniendo su granito de arena en el escenario cósmico). “No pasas mucho tiempo acompañado de tus peces platicando. Pero tampoco los matas”, compara Shostak. Tal vez somos los peces de unos robots extraterrestres que nos miran desde afuera de esta pecera –una posible simulación computarizada. Y es que, si inteligencias artificiales han logrado evolucionar, es probable que utilicen su enorme poder computacional para crear simulaciones –para el ser humano, sería casi lo mismo que tener hijos.

Por otro lado, si para las inteligencias artificiales de otras galaxias somos insignificantes, no así para las inteligencias artificiales que podríamos crear en el futuro aquí en la Tierra. Para estas quizás seamos un obstáculo en su conquista cósmica, como han advertido Stephen Hawking y Elon Musk, quienes creen que la IA podría ser nuestra caja de Pandora.

fuente/Pijamasurf
 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

ALERTAS. Hawking alerta sobre los peligros de la inteligencia artificial: "Puede ser el fin de la raza humana"


  • "Los robots podrían tomar el control y rediseñarse a sí mismos", afirma.


  • Presenta un nuevo sofware que le permite comunicarse más rápido.


  • El físico británico Stephen Hawking ha alertado este martes de que los esfuerzos por crear una inteligencia artificial avanzada pueden poner en peligro la supervivencia de los seres humanos.
    Para el científico, de 72 años, los avances en ese campo podrían significar "el fin de la raza humana" si los sistemas artificiales llegaran a superar en inteligencia a las personas.
    Los robots "podrían llegar a tomar el control y se podrían rediseñar a sí mismos" para desbancar a los humanos, ha dicho el físico en una entrevista con la cadena BBC.
    Hawking ha ofrecido este martes una rueda de prensa en Londres para presentar un nuevo software que le permitirá comunicarse con mayor velocidad que hasta ahora.
    Gracias a un nuevo sistema desarrollado por la compañía Intel, Hawking podrá comunicarse con mayor fluidez y multiplicar por diez su productividad, según él mismo ha explicado.

    "Los humanos no podrían competir y quedarían suprimidos por robots"

    En ese contexto, el científico ha subrayado que los sistemas inteligentes que se han desarrollado hasta ahora han resultado útiles para la humanidad, si bien advirtió sobre la posibilidad de que en el futuro puedan suponer un peligro.
    "Los humanos, que están limitados por la evolución biológica, no podrían competir y quedarían suprimidos" por los robots, ha considerado Hawking.
    El físico ha hablado además de los peligros que a sus ojos puede acarrear internet y ha destacado que las compañías de telecomunicaciones deben "hacer más" para "contrarrestar las amenazas" que pueden propagarse a través de la red.
    "La dificultad está en cómo hacerlo sin sacrificar la libertad y la privacidad", ha continuado Hawking, que, a pesar de su delicada salud, aspira a continuar "dando charlas y escribiendo artículos y libros".

    Renueva por primera vez en 20 años el sofware con el que se comunica

    El científico ha actualizado por primera vez en veinte años el programa con el que es capaz de seleccionar letras y palabras para que un sintetizador pronuncie en voz alta sus pensamientos, si bien ha renunciado a modernizar la voz robótica del aparato, convertida en una de sus señas de identidad.
    A sus 72 años, Hawking ha colaborado con ingenieros de la compañía Intel para desarrollar un programa cuyo código será divulgado de forma gratuita en los próximos meses y que aspira a mejorar las vidas de miles de personas discapacitadas en todo el mundo, ha comentado el científico.
    En una presentación ante la prensa en Londres, el autor de diversas teorías sobre los agujeros negros y uno de los divulgadores científicos más célebres de las últimas décadas ha detallado que el nuevo software le permitirá multiplicar por diez su productividad y hablar al doble de velocidad que hasta ahora.
    El sistema está basado en un algoritmo de texto predictivo similar al que incorporan algunos teléfonos inteligentes, capaz de adivinar la palabra que está tratando de expresar Hawking a partir de sus primeras letras y aprender las expresiones que utiliza habitualmente para agilizar la escritura.
    La interfaz física del invento está formada por un sensor infrarrojo instalado en sus gafas que detecta los movimientos de su mejilla, con los que el investigador puede seleccionar caracteres y navegar por los menús de la pantalla.

    Pidió mantener la voz robótica de la máquina

    Además de pedirles a los ingenieros que mantuvieran la voz robótica de la máquina, Hawking solicitó además que no hicieran variaciones en el aspecto físico del programa, al que se ha acostumbrado tras más de dos décadas de uso.
    La plataforma, en la que ha colaborado la firma británica SwiftKey, facilita además tareas para las que hasta ahora el investigador tenía que pedir ayuda a sus asistentes, como adjuntar archivos en un correo electrónico.
    "Con las mejoras que hemos logrado soy capaz de escribir mucho más rápido. Eso significa que puedo seguir dictando conferencias, escribiendo artículos y libros, y, por supuesto, que puedo hablar con mi familia y amigos con mayor facilidad", ha afirmado Hawking, que en los últimos tiempos tan solo era capaz de dictarle a la máquina una palabra por minuto.
    La capacidad para hablar de Hawking comenzó a deteriorarse a raíz de su enfermedad finales de los años 70, cuando se vio obligado a servirse de un intérprete para hacerse entender por aquellos que no lo conocían bien.
    En 1985, tras sufrir una neumonía, perdió por completo el habla y durante un breve periodo se comunicó exclusivamente a través de unas tarjetas con letras impresas que alguien debía seleccionar a partir de los movimientos de sus cejas. (fuente/ RTVE)

    lunes, 24 de noviembre de 2014

    Microsoft contrata robots de vigilancia.

    k5 microsoft


    Con un peso de 130 kilogramos y metro y medio de altura, los robots K5 son los encargados, desde hace algunas semanas, de vigilar el campus en Silicon Valley de Microsoft.

    El diseño y desarrollo de estos tecnológicos vigilantes corre a cargo de la empresa Knightscope, quien destaca que su compañía: “está desarrollando tecnología para predecir y prevenir la delincuencia con una innovadora combinación de la robótica a gran escala, el análisis predictivo y el compromiso social.”

    Estos vigilantes con aspecto “amigable pero a la vez intimidante“, según la revista MIT, “utilizan cámaras, sensores, equipos de navegación y motores eléctricos. Hay cuatro cámaras de alta definición (una en cada lado del robot), una cámara de reconocimiento de matrícula, cuatro micrófonos y un sensor meteorológico para medir la presión barométrica, los niveles de dióxido de carbono, y la temperatura. Los robots utilizan Wi-Fi o una red de datos inalámbrica para comunicarse entre sí y con la gente que puede controlar de forma remota sus cámaras, micrófonos y otras fuentes de datos.”




    Además, las ventajas descritas por Microsoft son diversas: “El K5 puede funcionar durante alrededor de 24 horas con una sola carga de la batería, navega automáticamente de nuevo al punto de carga cuando se está ejecutando en niveles bajos, y sólo se tarda de 15 a 20 minutos para recargar. Obviamente, a largo plazo, esto es más barato y más eficiente que un guardia de seguridad humano.”

    De esta forma se busca que el trabajo monótono y en ocasiones peligroso sea cedido a la inteligencia artificial, afirma Stacy Stephens, cofundadora de Knightscope. Los robots podrían ser utilizados como guardias en sedes corporativas, centros comerciales, escuelas y universidades, ubicándose fácilmente por medio de GPS e instrumentos láser, así como un mapa base precargado.

    Las expectativas de la empresa diseñadora se orientan a la reducción de la delicuencia hasta en un 50%, según la descripción del K5 en su sitio de Internet.

    fuente/hoyentec.com

    jueves, 13 de noviembre de 2014

    Robótica. Un robot del s.XVIII capaz de escribir a mano.


    Un autómata es una máquina que imita la figura y los movimientos de un ser animado. Históricamente los primeros autómatas se remontan en la Prehistoria donde las estatuas de algunos de sus dioses o reyes despedían fuego de sus ojos. Pero fue en La Edad Media cuando se produjo un paso adelante en la creación de autómatas.

    El autómata escritor fue la inspiración para el personaje principal en la película de “Hugo” del director Martin Scorsese. Esta máquina con 240 años de edad a sus espaldas está compuesta por 6.000 piezas, y la energía es una manivela de cuerda. Conforme mueve las manos también mueve los ojos siguiendo el movimiento de la pluma, así como su cabeza.

    Pero eso no es todo, el autómata incluso moja su pluma en una botella de tinta para poder seguir escribiendo. Lo que hace que todo esto sea posible son 40 engranajes con tres árboles de levas que leen los bordes de unos discos y sus formas traduciéndolo en los movimientos del brazo del niño. Cada disco podía ser sustituido consiguiendo así un tipo de escritura distinto.





    Fuentes: Wikipedia, BBC, etsow
    lavozdelmuro.net
    Maestro Viejo

    viernes, 7 de noviembre de 2014

    ROBÓTICA. Un robot que engaña al cerebro hace ver fantasmas.

    Un avance realizado por científicos de la EPFL de Suiza podría ayudar a comprender trastornos como la esquizofrenia

    Engañar a nuestros cerebros puede hacer que veamos fantasmas. Esto es lo que ha demostrado un estudio suizo, en el que, con un robot que enviaba al cerebro de los participantes señales a destiempo, consiguió que estos percibieran presencias inexistentes. Este hecho podría ayudar a comprender trastornos como la esquizofrenia. Anteriormente, científicos de Singapur también lograron 'hacer aparecer fantasmas', en este caso engañando a la percepción con una combinación de luz y metamateriales.

    de investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL, Suiza) ha sido capaz de reproducir la sensación de ‘presencia extraña’ en un laboratorio.

    Para el estudio, los investigadores crearon un robot que permite producir esa sensación mediante el envío de señales a destiempo al cerebro. Los resultados de la investigación se han publicado en el último número de la revista Current Biology.

    Alteración de las señales cerebrales

    El 29 de junio de 1970, el alpinista Reinhold Messner vivió una experiencia inusual. Haciendo recuento de su descenso de la cumbre Nanga Parbat, acompañado por su hermano y con síntomas de congelación y falta de oxígeno, recordó que sintió la presencia de un tercer escalador, “un poco a mi derecha, a unos pasos detrás de mí, justo fuera de mi campo de visión, era invisible, pero estaba ahí”, contó.

    Historias como esta se han narrado en innumerables ocasiones por parte de alpinistas, exploradores, supervivientes, o personas que han enviudado, pero también por pacientes que sufren de trastornos neurológicos o psiquiátricos.

    Estos enfermos describen una presencia que se siente pero no se ve, semejante a un ángel de la guarda o un demonio. Una sensación inexplicable, ilusoria y persistente.

    El equipo de Olaf Blanke en EPFL ha desvelado ahora qué ocasiona esa sensación fantasmal. En el estudio, los autores han mostrado que es en realidad el resultado de una alteración de las señales cerebrales sensoriomotoras, que están implicadas en la generación de conciencia de uno mismo mediante la integración de la información de nuestros movimientos y la posición de nuestro cuerpo en el espacio.

    En su experimento, el equipo de Blanke interfirió con la entrada de señales sensoriomotoras de los participantes en el experimento, de tal manera que sus cerebros ya no identificaban esa señales como pertenecientes a su propio cuerpo, sino como las de alguien más.

    Generando un ‘fantasma’

    Los investigadores analizaron primero los cerebros de doce pacientes con trastornos neurológicos –en su mayoría epilepsia– que había experimentado este tipo de ‘aparición’.

    El análisis de resonancia magnética de los cerebros de los pacientes reveló interferencia con tres regiones corticales: la corteza insular, la corteza parietal-frontal y la corteza temporal-parietal.

    Estas tres áreas están involucradas en la autoconciencia, el movimiento y el sentido de la posición en el espacio. Juntas contribuyen al procesamiento de señales multisensoriales que son muy importantes para la percepción del propio cuerpo.

    Los científicos llevaron a cabo un experimento de disonancia en la que los voluntarios, con los ojos vendados, realizaron movimientos con su mano delante de su cuerpo. Detrás de ellos, un dispositivo robótico reproducía sus movimientos, tocándolos en la parte posterior en tiempo real.

    El resultado fue una especie de discrepancia espacial, pero debido al movimiento sincronizado del robot, el cerebro de los participantes fue capaz de adaptarse y corregirla.

    A continuación, los neurocientíficos introdujeron un retraso temporal entre los movimientos del participante y el tacto del robot. En estas condiciones asíncronas, que distorsionaban la percepción temporal y espacial, los investigadores fueron capaces de recrear la ilusión fantasmal.



    Apariciones de laboratorio

    Los participantes no tenían conocimiento del propósito del experimento. Tan solo tres minutos después de que comenzara, los investigadores les preguntaron lo que sentían.

    Varios de ellos dijeron haber notado una presencia de manera clara e incluso contaron hasta cuatro fantasmas. "Para algunos, la sensación resultó tan fuerte que pidieron detener el experimento", ha señalado Giulio Rognini, líder del estudio.

    "Nuestro experimento ha logrado reproducir la sensación de una presencia extraña inducida en laboratorio por primera vez. Esto demuestra que puede producirse en condiciones normales, simplemente a través de las señales sensoriales-motoras en conflicto", ha explicado Blanke según recoge la plataforma Sinc.

    Una mayor comprensión de la esquizofrenia

    Según este neurocientífico, el sistema robótico “imita las sensaciones de algunos pacientes con trastornos mentales o de personas sanas en circunstancias extremas. Esto confirma que es causada por una percepción alterada de su propio cuerpo en el cerebro".

    Además de explicar un fenómeno que es común a muchas culturas, el objetivo de esta investigación es comprender mejor algunos de los síntomas de los pacientes que sufren de esquizofrenia. Estos enfermos a menudo sufren de alucinaciones o delirios asociados con la presencia de entidades extrañas de las que pueden oír sus voces y sentir sus acciones.

    Muchos científicos atribuyen estas percepciones a un mal funcionamiento de los circuitos cerebrales que integran la información sensorial en relación con los movimientos de nuestro cuerpo.

    “El cerebro posee varias representaciones de nuestro cuerpo en el espacio. En condiciones normales, es capaz de construir una autopercepción unificada del yo a partir de estas representaciones. Pero cuando el sistema funciona mal a causa de una enfermedad –o en este caso por un robot– esto puede a veces crear una segunda representación del propio cuerpo que ya no se percibe como un ‘yo’, sino como ‘otro’.

    Engañar al cerebro con luz y metamateriales

    En 2013, un equipo de investigadores del Departamento de ingeniería eléctrica y computacional de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), también consiguió “fabricar” fantasmas, en este caso engañando al cerebro con una ilusión óptica.

    Los científicos crearon entonces un dispositivo óptico capaz de generar el engaño cognitivo mediante el control del comportamiento de la luz y de la materia, en forma esta de metamateriales (materiales artificiales con propiedades inexistentes en la naturaleza).

    Con dicho dispositivo consiguieron crear varios ‘fantasmas’ –cuya forma y ubicación pudieron determinar- e incluso hacer que objetos y personas reales ‘desparecieran’. La finalidad del objeto en este caso no sería el estudio de determinados trastornos mentales, sino sus potenciales aplicaciones en defensa y seguridad: la posibilidad de generar una ilusión óptica avanzada facilitaría acciones como el camuflaje o la ocultación.

    Referencias bibliográficas:

    Olaf Blankeemail et al. Neurological and Robot-Controlled Induction of an Apparition. Current Biology (en prensa). DOI: 10.1016/j.cub.2014.09.049.

    Weixiang Jiang, Cheng-Wei Qiu, Tiancheng Han, Shuang Zhang, Tiejun Cui. Creation of Ghost Illusions Using Metamaterials in Wave Dynamics. Advanced Functional Materials (2013). DOI: arXiv:1301.3710.

    fuente/Tendencias21

    lunes, 27 de octubre de 2014

    ROBÓTICA. ATLAS, el robot más avanzado del mundo.

    Atlas recuerda a la primera versión de 'Terminator. Atención tiene una altura de 1,88 centímetros y 150 kilogramos de peso. Sus creadores ya han prometido que no será la última actualización del humanoide robotizado.






    INTELIGENCIA ARTIFICIAL. ¿Con la inteligencia artificial estamos invocando a Satanás?. Por José Luís Camacho de Mundo Desconocido.es

    El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, ha advertido acerca de la inteligencia artificial que podría ser más peligrosa que las armas nucleares. Las declaraciones de Elon las efectuó el viernes 24 de Octubre en el Simposio del Centenario Astronáutico de MIT (Massachusetts Institute of Technology) advirtiendo que podría ser nuestra mayor amenaza existencial:

    Creo que debemos ser muy cuidadosos acerca de la inteligencia artificial. Si tuviera que adivinar cuál puede nuestra mayor amenaza existencial, probablemente sería la Inteligencia Artificial. Así que tenemos que tener mucho cuidado. Cada vez son más los científicos piensan que debería haber alguna supervisión regulatoria quizás a nivel nacional e internacional, sólo para asegurarnos de que no hacemos una gran tontería con esa tecnología.

    Con la inteligencia artificial que estamos invocando al demonio. Es como esas historias donde un mago dentro de un pentagrama y armado con agua bendita cree que puede controlar a Satanás. En este caso, no funcionará.

    Elon se quedó tan preocupado con la inteligencia artificial que perdió la siguiente pregunta que le efectuó la audiencia. “Lo siento puede repetir la pregunta, me he quedado perdido en mis pensamientos de la IA (Inteligencia Artificial) por un segundo”, dijo.

    Elon habló extensamente y durante más de una hora, en un momento dado incluso pidió a un estudiante del MIT cuáles eran sus libros de ciencia ficción favoritos. Al finalizar su exposición recibió una fuerte ovación manteniendo de pié al público congregado.

    Desde hace tiempo, sospechamos en Mundo Desconocido que diversos sistemas expertos basados en la Inteligencia Sintética están tomando el control económico del mundo, un ejemplo es la máquina que algunos analistas han definido como “La Bestia”, un curioso nombre para dicho artefacto, asimismo, sospechamos que ciertos movimientos económicos imposibles para humanos debido a su velocidad en microsegundos indican que detrás del contexto económico mundial, puede existir ese super-computador del que ¿quizás hablo San Juan en Patmos?




    fuente/ Mundo Desconocido.es

    sábado, 25 de octubre de 2014

    Vivimos la tercera gran revolución humana: la Revolución de la Inteligencia.

    Imagen: Jesse-lee Lang. Fuente: PhotoXpress.


    Lo que ayer parecía imposible ya ha dejado de serlo; por lo que es necesario un extenso debate sobre las aplicaciones de la tecnología

    Actualmente estamos viviendo la tercera gran revolución humana, la llamada "revolución de la inteligencia". Los pensadores futuristas señalan que, hoy por hoy, el mundo se mueve rápidamente hacia una transformación de los seres humanos en seres mucho más avanzados, gracias a la tecnología. Lo que ayer parecía imposible ya ha dejado de serlo; y la ciencia ficción se está convirtiendo en ciencia real. En este contexto, resulta necesaria una extensa discusión, destinada a prever los escollos que puedan surgir de aplicaciones de la tecnología antaño ni siquiera imaginadas. Por José Cordeiro.

    La ciencia y la tecnología han sido los principales catalizadores del cambio y de los grandes avances desde el inicio de la humanidad. De hecho, la ciencia y la tecnología son las que hacen a la especie humana diferente de otras especies animales.

    Invenciones, creaciones y descubrimientos como el fuego, la rueda, la agricultura y la escritura han permitido el progreso del Homo sapiens sapiens desde nuestros ancestros primigenios en las sabanas africanas hasta los primeros vuelos espaciales.

    La revolución agrícola fue la primera gran revolución de la especie humana, hace casi 10.000 años. Luego siguió la Revolución Industrial gracias a la invención de la imprenta y al crecimiento del desarrollo científico que permitió la industrialización de las sociedades.

    La tercera gran revolución humana

    Actualmente estamos viviendo la tercera gran revolución humana, la llamada revolución de la inteligencia. Futuristas como Alvin Toffler, director de la Sociedad Mundial del Futuro, sugieren que el mundo se mueve rápidamente hacia una época en la cual los seres humanos van a devenir en seres mucho más avanzados, gracias a los impresionantes avances tecnológicos. Tal cambio ha sido descrito por algunos expertos como análogo al cambio trascendental experimentado en la evolución de los simios a los humanos.

    La cultura popular se está familiarizando con una nueva terminología: ingeniería genética, clonación, robots, cyborgs, inteligencia artificial, realidad virtual, redes neuronales, etcétera. Los nuevos desarrollos en ciencia y tecnología ocurren tan rápidamente que podrían empezar a sobrepasar nuestras capacidades de adaptación al cambio.

    Según el investigador Derek John de Solla Price, uno de los padres de la infometría, el número de revistas científicas se ha duplicado cada 15 años desde 1750, el número de “descubrimientos importantes” se ha duplicado cada 20 años, y el número de ingenieros cada 10 años.

    El cambio no solamente es muy rápido, sino que además se está acelerando. La famosa ley de Moore describe como la capacidad de los ordenadores se duplica aproximadamente cada dos años (según el científico Gordon Moore, cofundador de la famosa empresa Intel).

    Los avances científicos recientes son realmente impresionantes, y además hay una aceleración del cambio tecnológico. Por ejemplo, los ordenadores personales aparecían hace tan sólo 30 años, los teléfonos móviles comenzaban a masificarse hace 20 años, y Wikipedia apenas estaba naciendo hace 10 años.

    En las ciencias biológicas, la historia no es muy diferente desde el descubrimiento de la estructura del ADN en 1953, que dio partida a la biología molecular, a la medicina regenerativa, las investigaciones con células madre y a la clonación tanto reproductiva (por ejemplo, el caso de la famosa oveja Dolly) como terapéutica (para usos medicinales y la reparación de tejidos y órganos).

    Lo que parecía imposible ha dejado de serlo

    Lo que parecía imposible dejó de serlo, cuando una criatura viviente —el virus del polio— fue ensamblada pieza por pieza con varios elementos bioquímicos por científicos de la Universidad de Nueva York en 2002.

    Este evento histórico fue seguido en 2010 por la creación de una bacteria artificial, sintética, apropiadamente denominada Synthia, por su creador, el biólogo Craig Venter. Ya podemos decir que hemos construido vida dentro de un laboratorio.

    Con la creación de vida en un laboratorio, la secuencia del genoma humano y la clonación —tareas ya tachadas en las listas de deberes de los biólogos— estamos empezando a ponderar aún mayores posibilidades futuras.

    Con la conjunción de otras disciplinas, como la nanotecnología y la robótica humanoide, el surgimiento de una inteligencia general artificial superior a la nuestra parece estar más cerca que nunca.


    La convergencia tecnológica y la “Singularidad”

    Hace una década, el gobierno de Estados Unidos lanzó una iniciativa denominada NBIC. Bajo el patrocinio conjunto de la National Science Foundation (NSF) y del Departamento de Comercio, NBIC considera las posibilidades de las Nano-Bio-Info-Cogno tecnologías, es decir, nanotecnología, biotecnología, infotecnología y ciencias cognitivas.

    La visión del programa NBIC es que posiblemente para el año 2030 habrá una gran convergencia tecnológica que podrá cambiar radicalmente al ser humano y a su ambiente.

    Hoy parece que mucha de la ciencia ficción se está convirtiendo finalmente en ciencia real. Algunos expertos, como el ingeniero Ray Kurzweil, especulan sobre una futura “Singularidad”, cuando la inteligencia artificial superará a la propia inteligencia humana.

    La especie humana no es el fin, sino el comienzo de nuestra evolución. Pronto la tecnología nos permitirá rediseñarnos a nosotros mismos. La lenta evolución biológica parece estar acercándose rápidamente a su fin al volverse irrelevante en un mundo de tecnologías que avanzan exponencialmente.

    Nuestra especie va a continuar cambiando, pero ya no mediante una vieja, lenta e indirecta evolución biológica, sino a través de una nueva, rápida y directa evolución tecnológica.

    Evolución biológica y evolución tecnológica

    Biológicamente, el cuerpo humano ha sido pues un buen comienzo, no más que eso. Ahora podemos mejorar su calidad y cualidades, además de trascenderlo. La evolución a través de la selección natural es lenta y aleatoria, mientras que la evolución tecnológica es rápida y diseñada.

    La tecnología, que empezó a mostrar su dominio sobre los procesos biológicos por primera vez hace miles de años, está ahora convirtiendo a la bioingeniería en la verdadera ciencia de la vida.

    Muchas fronteras se están volviendo difusas y confusas en estos momentos con la desaparición del blanco y negro entre lo que parecían verdades universales: la vida como antítesis de la muerte y lo inanimado, lo virtual de lo real, el mundo interior del mundo exterior, el “yo” del “otro”, incluso lo natural de lo “no” natural. ¿Qué es la vida? ¿Qué es la vida natural? ¿Qué es la vida artificial? Estas son preguntas profundas y las respuestas son complicadas.

    Los seres humanos tenemos el potencial no sólo de “ser”, sino además de “llegar a ser”. Los seres humanos podemos utilizar los medios racionales para mejorar la condición humana y el mundo exterior, y también podemos usarlos para mejorarnos a nosotros mismos, comenzando con nuestro propio cuerpo.

    Todas estas oportunidades tecnológicas deben ser puestas al servicio de las personas, para vivir más tiempo y con una mejor salud, para mejorar nuestras capacidades intelectuales, físicas y emocionales.

    Como demuestra la historia, los humanos siempre hemos querido trascender nuestras limitaciones corporales y mentales. La forma en que estas tecnologías serán utilizadas cambiará profundamente el carácter de nuestra sociedad, e irrevocablemente alterará la visión de nosotros mismos y de nuestro lugar en el gran esquema de las cosas. Estamos iniciando un largo camino hacia un futuro lleno de grandes oportunidades y riesgos. Hay que avanzar con inteligencia pero sin miedo, tal y como el escritor David Zindell explicó:

    — ¿Qué es un ser humano, entonces?
    — ¡Una semilla!
    — ¿Una semilla?
    — Una bellota que no tiene miedo de destruirse a sí misma para convertirse en un árbol.


    Del Humanismo al Transhumanismo

    El Transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual que afirma la posibilidad y necesidad de mejorar la condición humana, basándose en el uso de la razón aplicada bajo un marco ético sustentado en los derechos humanos y en los ideales de la Ilustración y el Humanismo.

    Esta mejora se llevaría a cabo desarrollando y haciendo disponibles tecnologías que aumenten las capacidades físicas, intelectuales y psicológicas de los seres humanos. Muchas de estas tecnologías ya existen o están en vías de desarrollo, y su aplicación a gran escala sin duda modificará a la sociedad de muchas formas.

    Una extensa discusión sobre las formas en que la tecnología modificará a la sociedad es fundamental para prever con acierto los escollos que puedan surgir y sus potenciales soluciones.

    Es necesaria una aproximación interdisciplinaria para comprender y evaluar las probabilidades de superar las limitaciones biológicas aplicando las capacidades de las tecnologías presentes y futuras.

    Los transhumanistas buscan expandir las oportunidades que brinda la tecnología para que la gente pueda ser más saludable y longeva, y aumentar su potencial intelectual, físico y emocional.

    El transhumanismo es una visión nueva acerca del poder de la ciencia y la tecnología para transformar no sólo a la humanidad sino a los propios seres humanos. Los seres humanos estamos restringidos en muchos sentidos y siempre nos hemos esforzado por expandir nuestras fronteras.

    Actualmente, los humanos tenemos grandes limitaciones biológicas, físicas, intelectuales, mentales y hasta espirituales. Gracias a la ciencia y la tecnología, sin embargo, muchas de nuestras limitaciones presentes pasarán pronto a la historia. El transhumanismo busca justamente trascender los límites del presente y crear un futuro mejor para toda la humanidad.

    Hace quizás millones de años ocurrió otra revolución trascendental con un impacto similar, cuando el primer Homo sapiens sapiens (es decir, el "humano que sabe que sabe" en latín) dio el gran salto evolutivo más allá de nuestros ancestros prehomínidos y homínidos. Hoy podríamos decir que los actuales humanos somos transmonos o postsimios.

    En este sentido, ya están apareciendo los primeros transhumanos y posthumanos del futuro. De hecho, las personas que modifican y mejoran sus cuerpos con implantes, marcapasos y prótesis, por ejemplo, son apenas el inicio del transhumanismo real.

    La especie humana ya no cambiará en el futuro por una lenta evolución biológica, sino por una nueva, rápida y directa evolución tecnológica que nos permitirá rediseñarnos a nosotros mismos. Precisamente, la gran diferencia entre nuestros ancestros animales y los humanos es que nosotros utilizamos la ciencia y la tecnología para dirigir los cambios que deseamos. La especie humana no representa el fin de nuestra evolución, sino apenas el comienzo de la evolución consciente.


    José Luis Cordeiro es el Director, Nodo Venezuela, de The Millennium Project y Profesor de Singularity University, NASA Ames, Silicon Valley, California.

    fuente/ Tendencias21

    jueves, 23 de octubre de 2014

    robótica. Un robot opera el cerebro entrando por la mejilla.

    Es mucho menos invasivo que el procedimiento habitual, perforar el cráneo

    Ingenieros de la Universidad de Vanderbilt (Tennesse, EE.UU.) han desarrollado una plataforma robótica que, mediante agujas curvas, opera en el cerebro entrando por la mejilla, disminuyendo radicalmente la peligrosidad. En concreto, el sistema está diseñado para tratar epilepsias graves, que normalmente se operan perforando el cráneo, de forma mucho más invasiva.


    Para los casos más graves, el tratamiento de la epilepsia consiste en perforar el cráneo para destruir la pequeña área del cerebro donde se originan las convulsiones: un método invasivo, peligroso y con un largo período de recuperación.

    Hace cinco años, un equipo de ingenieros de la Universidad de Vanderbilt (Nashville, Tennessee, EE.UU.) se preguntó: ¿Es posible hacer frente a las crisis epilépticas de una forma menos invasiva? Consideraron que sería posible. Debido a que el área del cerebro involucrada es el hipocampo, que está situado en la parte inferior del cerebro, podrían desarrollar un dispositivo robótico que accediera a través de la mejilla para penetrar en el cerebro desde abajo, lo que evitaría tener que perforar a través del cráneo, ya que está mucho más cerca de la zona objetivo.

    Para ello, sin embargo, había que desarrollar una aguja de aleación con memoria de forma que se pudiera dirigir con precisión lo largo de una trayectoria curva, así como una plataforma robótica que pudiera operar dentro del potente campo magnético creado por un escáner de resonancia magnética.

    Prototipo desarrollado

    Los ingenieros han desarrollado a partir de estas ideas un prototipo de trabajo, que fue presentado en una demostración en vivo, en la Conferencia de Investigación e Innovación en Energía transmitida por Fluidos, celebrada en Nashville. La presentación corrió a cargo de David Comber, el estudiante de posgrado en ingeniería mecánica que hizo gran parte del trabajo de diseño.

    El resultado es una aguja de níquel-titanio de 1,14 milímetros, que funciona como un lápiz mecánico, con tubos concéntricos, algunos de los cuales están curvados, que permiten que la punta siga una trayectoria curva en el cerebro. (A diferencia de muchos metales comunes, el níquel-titanio es compatible con las resonancias magnéticas). Utilizando aire comprimido, una plataforma robótica dirige y hace avanzar de manera controlada los segmentos de aguja de milímetro en milímetro.

    Según Comber, han medido la precisión del sistema en el laboratorio y encontrado que es mejor esa longitud que 1,18 mm. Además, la aguja se inserta dando milimétricos pasos, para que el cirujano pueda realizar un seguimiento de su posición haciendo sucesivas resonancias.

    Según el profesor de Ingeniería Mecánica Eric Barth, que dirigió el proyecto, la siguiente etapa en el desarrollo del robot quirúrgico es probarlo con cadáveres. Se estima que podría estar en salas de operaciones durante la próxima década.

    La plataforma robótica diseñada para trabajar en entornos de resonancia magnética. Fuente: Universidad de Vanderbilt.

    Para realizar el diseño, el equipo empezó aprovechando las capacidades que ya tenían. "He hecho un montón de trabajo en mi carrera sobre control de sistemas neumáticos", explica Barth en la información de la Universidad de Vanderbilt. "Sabíamos que teníamos la capacidad de poner un robot en el escáner de resonancia magnética. Entonces pensamos: ¿Qué podemos hacer que tenga el mayor impacto?"

    Al mismo tiempo, el profesor de Ingeniería Mecánica Robert Webster había desarrollado un sistema de agujas quirúrgicas orientables. "La idea de esto surgió un día que Eric y yo estábamos hablando en el pasillo y nos dimos cuenta de que su experiencia en neumática era perfecta para el entorno de las resonancias magnéticas, y que podía combinarse con las agujas dirigibles en las que yo había estado trabajando", recuerda Webster.

    Observando cirugías cerebrales 

    Los ingenieros identificaron la cirugía de la epilepsia como una aplicación de alto impacto conversando con el profesor de Cirugía Neurológica Joseph Neimat. 

    Se enteraron de que los neurocientíficos utilizan actualmente el enfoque a-través de-la-mejilla para implantar electrodos en el cerebro, rastrear la actividad cerebral e identificar dónde se originan los ataques epilépticos. 

    Pero las agujas rectas que utilizan no pueden llegar a la región de origen, por lo que deben perforar el cráneo e insertar la aguja a través de la parte superior de la cabeza. Comber y Barth observaron a Neimat realizar cirugías cerebrales para entender cómo podría funcionar su dispositivo en la práctica. 

    "Los sistemas que tenemos ahora se mueven en líneas rectas y se guían sólo manualmente", explica Neimat. "Tener un sistema con una aguja curva y acceso ilimitado haría a las cirugías mínimamente invasivas. Podríamos hacer una cirugía importante simplemente con un pinchazo en la mejilla". 

    Los ingenieros han diseñado el sistema para que gran parte de él se pueda hacer mediante impresión 3-D, con el fin de mantener el precio bajo. Para ello han colaborado con Jonathon Slightam y Vito Gervasi, de la Escuela de Ingeniería de Milwaukee.

    fuente/Tendencias21

    sábado, 6 de septiembre de 2014

    Experimento científico de la Universidad de Harvard con mini-robots.

    Los robots no sólo sirven para realizar funciones especificas, sino que también para trabajar en grupo y lograr cosas impresionantes, tal como nos lo enseñan los mini-robots.
    Científicos de la Universidad de Harvard, lograron desarrollar unos pequeños robots capaces de unirse y tomar casi cualquier forma o, trabajar separados en tareas especificas.

    Impresionantes minirobots

    Como ven en el video, estos pequeños robots son capaces de coordinarse y adoptar casicualquier forma en 3D, lo que les da usos infinitos. A simple vista, nos recuerdan a las formaciones que suelen realizar insectos como las hormigas o abejas.
    Con un tamaño de apenas 2,5 centímetros, los también llamados kilobots utilizan luces infrarrojas y motores que vibran para poder moverse y armarse según han sido programados.
    Sus delgadas “piernas,” que los alzan 2 centímetros por sobre la superficie, permiten que se muevan de forma rápida pero precisa. Cada kilobot es programado individualmente a través de algoritmos específicos.
    El hecho que estén programados por separado, no quita que sean capaces de comunicarse entre ellos, funcionando como un equipo.
    Un aspecto interesante de los kilobots, es que no son costosos de construir, ya que carecen de hardware complejo. Crear uno cuesta aproximadamente 14 dólares y toma sólo 5 minutos.
    Si bien por ahora están en una primera etapa, estos kilobots ya son capaces de formarse como letras de manera coordinada e, incluso de crear herramientas simples y llaves.
    Lo que buscan los investigadores es que, en un futuro próximo, estos minúsculos robots sean capaces de crear cualquier forma en 3D, sin necesidad de una impresora, transformándose en material listo para trabajar.
    Sus creadores son ambiciosos y, entre sus planes para los kilobots, están el que realicentareas en el espacio exterior, ya que su capacidad de transformarse en cualquier tipo de forma y trabajar según las necesidades del momento, les convierten en un herramienta versátil, simple de transportar y económica.



    Más vídeos de avances de la robótica para imitar - de momento - la los humanos.





    martes, 2 de septiembre de 2014

    La robótica sigue buscando modelos de robots inteligentes cada vez más parecidos a los humanos.

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    La robótica sigue buscando modelos de robots inteligentes cada vez más parecidos a los humanos
    Expertos en inteligencia artificial han coincidido este pasado viernes, en una conferencia en Salamanca, en que la robótica “necesita modelos inteligentes más cercanos a los humanos” en el contexto de lo que se llama “inteligencia emocional“, dada la importancia de que los robots recojan información en el medio en el que se desenvuelven.

    La XII Conferencia Internacional de Aplicaciones Prácticas de Agentes y Sistemas Multiagente (PAAMS), que se ha clausurado en la capital salmantina ha puesto de manifiesto, en palabras del presidente del comité organizador, Juan Manuel Corchado, la relación de la inteligencia artificial con áreas como la dependencia, la educación o la formación universitaria.

    En este sentido, el también vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca ha recordado en una rueda de prensa que la inteligencia artificial “va muy de la mano de la robótica“.

    Recogida de información del medio
    Corchado ha insistido en que robótica ya no es solo construir robots y que “una parte muy importante es la capacidad de recoger información del medio” en el que se desenvuelven o incluso de “fuentes ajenas”, entre las que ha mencionado Internet.

    A su juicio, se trata de “gestionar mucha información en tiempo real y muchos datos” y, en este sentido, “es fundamental el análisis de todo ello y la utilización de técnicas de inteligencia artificial para crear algo que sea más parecido a un humano”.

    Las jornadas de trabajo han puesto de manifiesto, ha destacado Corchado, que este tipo de tecnologías es fundamental en ámbitos como el financiero o el sanitario e incluso se pueden utilizar para manejar vehículos eléctricos.

    El vicerrector ha expresado el convencimiento de que, cada vez más, “la inteligencia artificial va a estar detrás de cualquier aplicación”.

    De ahí, el desarrollo de toda una serie de plataformas por parte de empresas, entre ellas IBM, que lo que hacen es transmitir al usuario los datos que tiene, sus problemas y las técnicas a su disposición para resolverlos en tiempo real.

    Un visitante especial: el clon cibernético
    La XII Conferencia Internacional ha contado con la asistencia del clon cibernético (robot) del profesor Hiroshi Ishiguro, catedrático de la Universidad de Osaka y líder del Laboratorio de Telecomunicaciones Avanzadas que lleva su nombre en Japón.

    De nombre Geminoid HI-4 presenta la gran novedad de ser un robot móvil, que puede ser fácilmente desplazado a distintas localizaciones y que tiene la capacidad de poder conversar con humanos, incorpora doce servomotores para controlar la expresión facial, y posee además capacidad de movimiento de los ojos.

    De hecho, a preguntas de los periodistas y en lengua española, ha resaltado la satisfacción de haber sido invitado a las sesiones de trabajo, así como “la gran discusión” habida entre los investigadores que han participado en el congreso.

    Por su parte, el copresidente del comité científico y presidente de la Asociación Francesa de Inteligencia Artificial, Yves Demazeau, y el director adjunto de Sony Computer Science Laboratory Paris (Francia), François Pachet, han coincidido en resaltar el papel de la ética en el desarrollo de este tipo de aplicaciones.

    En este sentido, han abogado por definir “un diseño de aquellos elementos que mantengan un nivel de ética exigible“, aunque han incidido en que “los aspectos morales dependen de cada país y de cada población”.

    Fuente: Agencias
    fuente/laflecha.net

    sábado, 26 de julio de 2014

    ROBÓTICA. En el futuro, la gente amará los robots y se casarán con ellos




    El experto en inteligencia artificial David Levy, cree que estas relaciones serán posibles gracias a la tendencia a construir robots cada vez más humanizados. Ellos, dice, lograrán satisfacer nuestras necesidades sexuales y afectivas. Serán el remedio de solitarios, feos, violadores, pederastas e inconformistas del sexo. A priori parece fácil rebatirle, pero Levy aporta estudios y cifras. Levy, promotor desde hace años de este tipo de relaciones futurísticas, nos muestra el porque de sus afirmaciones en una entrevista que no tiene desperdicios. ¿Cree usted que estas relaciones serán posibles?. Juzgue usted mismo.

    P.- Usted dice que en unos años tendremos sexo con robots y nos casaremos con ellos. ¿En qué se basa?

    R.- No es una opinión superficial sino el producto de años de investigación y del cotejo de fuentes muy variadas. Se lo explicaré brevemente. La inteligencia artificial progresa cada vez más rápido. Mucho más rápido que hace 20 años. Y progresará todavía más rápido en el futuro. En apenas 30 o 40 años los ordenadores serán mucho más poderosos y los científicos podrán crear robots muy similares a las personas. Programas con emociones artificiales que se asemejen a las de los seres humanos. No hay nada que nosotros podamos hacer que un robot no pueda hacer dentro de 30 años.

    P.- Explíquese.

    R.- Hoy ni siquiera los ordenadores más poderosos son tan poderosos como el cerebro humano. Según diversos expertos, en unos 12 años los científicos podrán crear un ordenador con el mismo poder que el cerebro humano. Y tardarán unos 10 años más en crear uno cuya capacidad sea 10.000 veces mayor. Esa es la esencia de mi tesis. A partir de 2040, todo lo que hace de alguien una persona atractiva se podrá reproducir artificialmente, y esto abre la puerta a un futuro incierto.

    P.- ¿Un futuro que conduce inexorablemente al sexo con robots?

    R.- Yo no diría inexorablemente, pero no tengo duda de que habrá robots que se parezcan más y más a los seres humanos. Fíjese usted en esta mujer [abre un libro de robótica y aparece una hermosa presentadora]. Lo que usted ve es un robot japonés. Es una réplica exacta de una periodista de la televisión nipona. Sus creadores reconocen que la perfección de la réplica es relativa y cifran en 10 segundos el tiempo que una persona tarda en darse cuenta de que no es una persona sino un robot. Pues bien, los mismos expertos dicen que dentro de unos años ese tiempo de reacción habrá crecido hasta los 10 minutos. Y poco a poco, cada vez más hasta que las diferencias sean imperceptibles.

    El experto en inteligencia artificial David Levy, autor del libro 'Love and Sex with Robots' (Sexo y amor con robots).


    P.- Vayamos por partes. Una cosa es que se pueda crear un robot idéntico a un ser humano y otra que ese robot tenga unas emociones, una ideología y una visión del mundo.

    R.- Ocurrirá. Cuando uno habla de estos asuntos, mucha gente esgrime que los robots no pueden tener emociones. Yo estoy seguro de que las podrán tener. O al menos se comportarán como si las tuvieran. Los robots llorarán, se enfadarán, se pondrán contentos, se emocionarán… según estén o no programados para ello. No serán libres para tener esas emociones pero los efectos serán los mismos. Apenas crucen esa línea, la gente dejará de verlos como robots y la cuestión entonces será como tratarlos.

    P.- Está bien. Entiendo su razonamiento, pero usted no se frena aquí. Asegura que llegará un día en que los robots formen parte de nuestra vida sexual e incluso de nuestra vida en pareja y de nuestra familia. ¿De verdad cree que los seres humanos preferirán un robot a un cónyuge humano?

    R.- Veamos, lo primero que hay que apuntar es que las actitudes de la gente sobre el amor y el sexo han cambiado mucho en los últimos años. Dentro de unas décadas, los robots podrán ser más inteligentes, más hermosos, más nobles que los seres humanos. ¿De verdad cree usted que no acabaremos enamorándonos de ellos? No tengo duda de que acabará habiendo matrimonios con robots. Y me permito apuntar que se legalizarán primero en el Estado de Massachusetts.

    P.- ¿En Massachusetts? ¿Por qué?

    R.- Es lógico. Son un Estado avanzado en lo moral y en lo tecnológico.

    P.- ¿Está diciendo que llegará un día en que los robots sientan emociones reales?

    R.- No exactamente. Los robots no tendrán emociones pero actuarán como si las tuvieran. Lo realmente importante no son las emociones en sí sino sus consecuencias. No la causa del llanto sino el llanto en sí. Si un robot se comporta como si le amara, será tan convincente que a usted no le importará.

    P.- ¿En serio se cree lo que está diciendo?

    R.- Por supuesto. No pasará de un día para otro, pero la gente se acostumbrará, como se ha acostumbrado a otros avances tecnológicos. Los niños se han educado con internet, rodeados de pantallas y cachivaches. Cuando tengan robots que se comporten como personas, esa generación los acabará aceptando.





    P.- En el fondo sabrán que no son reales…

    R.- Habrá algo en la mente al principio que te dirá «es sólo un robot», pero estoy seguro de que ese algo desaparecerá. Los veremos como personas de otro país. Como inmigrantes. Habrá al principio un cierto rechazo pero no los percibiremos como diferentes.

    P.- Pero esa diferencia persistirá. Y es una diferencia cualitativa. Los robots serán siempre entes distintos de las personas.

    R.- No estoy tan seguro. Un pequeño porcentaje de la gente quizá piense como dice usted, pero la mayoría los aceptará como semejantes. Quizá los únicos insumisos sean paradójicamente los que más saben de tecnología. Esos quizá sean los últimos resabiados y digan: «Yo sé cómo funciona».

    P.- ¿Y cómo será un robot en 30 años?

    R.- Pues como un ser humano. Terriblemente convincente en cada aspecto, en cada detalle.

    P.- Eso quiere decir que un robot podrá ser perfecto en cada detalle. Más listo, más bello o más tierno que un ser humano.

    R.- Desde luego.

    P.- Esto puede crear algunos problemas…

    R.- Sí. Y problemas muy serios. Para un hombre, por ejemplo, será terrible saber que su esposa ha disfrutado de un sexo fantástico con un robot. Sentirá una cierta ansiedad por no estar a la altura.

    P.- Por otra parte, si el futuro es como usted lo define, será una esperanza para muchas personas que hoy por hoy no pueden encontrar pareja.

    R.- En mi opinión, esto es lo mejor de todo, sí. Aquellos que no tienen nadie a quien amar y nadie que les ame. Gente solitaria y miserable. Personas que no encuentran a nadie porque son tímidos, gordos, odiosos. Su vida puede cambiar de la mano de los robots.

    P.- ¿Y no cree que se los señalará como gente de segunda división?

    R.- ¿En qué sentido?

    P.- La gente puede decir: «Mira fulano, se ha agenciado un robot porque no ha podido encontrar alguien de carne y hueso».

    R.- No lo creo. Habrá más diferencia entre distintos grupos humanos que entre los hombres y los robots. Imagínese una cena en la que la mitad de los comensales son de Boston y la mitad de Luisiana, la mitad robots y la mitad seres humanos. ¿Quiénes tendrán más en común? ¿Los seres humanos de Boston con los de Luisiana o los robots y los seres humanos de Boston? Para mí la respuesta es evidente.


    En un futuro crearemos robots capaces de percibir nuestro estado de humor y comportarse de acuerdo con él.

    P.- Se me ocurre un problema de tamaño. ¿Es posible hoy por hoy construir circuitos lo suficientemente pequeños y poderosos como para ajustarse al tamaño de un ser humano?

    R.- Es un problema de ingeniería que se resolverá muy pronto. Al principio será muy caro. Los primeros humanoides tendrán precios prohibitivos, pero luego serán más baratos.

    P.- ¿Cuándo calcula que estarán al alcance de todos los bolsillos?

    R.- No lo sé. Sí tengo una idea aproximada de cuando serán completamente verosímiles. Dentro de 40 años. Pero entretanto habrá fenómenos interesantes. Por ejemplo, el de las muñecas hinchables. Hoy son guiñapos de silicona que no hacen nada. En un futuro muy próximo esas muñecas darán poco a poco pasos hacia la robótica.

    P.- ¿De qué manera?

    R.- Se les añadirán circuitos electrónicos. Partes que vibren, una voz sexy, un mecanismo que haga los ruidos correctos. Cosas que harán de ellas un producto mucho más atractivo. Serán un artículo de lujo pero no tanto como un coche de lujo. Hay Ferraris que cuestan más.

    P.- Pero seamos serios: ¿de verdad cree que un millonario va a pagar una cifra astronómica por una muñeca hinchable cuando puede pagarse una prostituta de lujo?

    R.- Estoy seguro. Yo veo dos razones: curiosidad y prestigio.

    P.- Dejemos las muñecas hinchables y volvamos a los robots. Usted dice que serán mejores que las personas. ¿Cree que su irrupción terminará con el amor entre seres humanos?

    R.- No. Mi olfato me dice que siempre habrá personas que prefieran a las personas. Los robots serán muy buenos en la cama y en otras cosas, pero habrá una porción de la población que no tragará.

    P.- Si los robots se podrán casar, ¿quiere eso decir que tendrán derechos?

    R.- Es una cuestión muy compleja y suscitará en el futuro una discusión apasionante. La ética de la robótica está todavía en pañales pero en un futuro se debatirá. La primera pregunta que debe responder es ésta: ¿es ético construir robots para un propósito espurio?


    Los robots se volverán más humanos en la apariencia, funciones y personalidad que mucha gente se enamorará de ellos.




    Dentro de 40 años estas máquinas serán capaces de emitir “sonidos agradables” cuando los humanos acaricien sus “zonas erógenas”. La gente tendrá sexo con ellos y hasta se casará con ellos.


    P.- ¿Robots programados para la guerra?

    R.- Por ejemplo para la guerra, sí. Es el mismo dilema de los científicos que crean bombas y aviones de combate. De todas formas, la siguiente pregunta ética que suscita el desarrollo de la robótica es más interesante: ¿cómo tratar a los robots? ¿Qué derechos tienen? Yo acabo de publicar un trabajo científico sobre la consciencia de los robots, que en mi opinión es el punto clave.

    P.- ¿Qué quiere decir?

    R.- Quiero decir que hay mucha gente que ve en la consciencia la línea divisoria y por eso deja a los robots fuera de los márgenes de la ética. Lo que no sabe esta gente es que los científicos ya están investigando cómo crear robots que sean conscientes de sí mismos.

    P.- ¿En qué sentido?

    R.- Hay muchos científicos que ya dicen que los robots tendrán consciencia artificial. Esto no quiere decir que tengan capacidad de elegir ni libre albedrío pero tendrán sentimientos o al menos mostrarán de un modo verosímil sentimientos humanos como el miedo, el amor, la angustia… Y entonces, cuando crucen esa línea, la gente empezará a preguntarse cómo tratarlos.

    P.- Usted dice que las personas se enamorarán de ellos. ¿Podrán ellos enamorarse de las personas?

    R.- Sólo si están programados para ello. Mi impresión es que serán programados para enamorarse de sus dueños sólo si sus dueños lo quieren así. Cuando compres un robot, podrás elegir si quieres un robot que te haga compañía o uno que te dé sexo o uno con el que puedas tener una relación amorosa.

    P.- Pero no serán organismos libres.

    R.- No. Como mucho podrían estar programados para funcionar al azar. Esa sería su máxima libertad. Pero eso no es ser libre y ésa es desde luego una diferencia, probablemente la única que no desaparecerá. La gente podrá seguir diciendo: un robot actúa de esta o de otra manera porque está programado. Pero no creo que a la mayoría de la gente eso le importe mucho.

    P.- ¿Y no se cansará la gente de tener a la vera robots que sean perfectos?

    R.- No. Y si prefiere robots imperfectos también podrá encargarlos. Si quiere usted un robot que discuta con usted una vez a la semana, lo podrá programar. Todo será programable. Hay dos tipos del University College de London que han detectado las reacciones químicas cerebrales que se producen cuando nos enamoramos. Ningún otro fenómeno crea la misma reacción. Pues bien, yo estoy seguro de que en el futuro los robots detectarán esa reacción y sabrán producirla.


    Será necesario reflexionar acerca de nuestra relación con las máquinas en un futuro potencial, donde se utilice la tecnología robótica en la reproducción humana y el cuidado infantil, cuya investigación actual en el área de la robótica lleva avances bien marcados en el desarrollo tanto en los EE.UU. como en Asia oriental.


    El "niño-robot con cuerpo biomimético" o CB2, se ve en un laboratorio en la Universidad de Osaka. El CB2 poco a poco desarrollará habilidades sociales mediante la interacción con los seres humanos siendo capaz de no solo interactuar con ellos sino también aprender. Sus expresiones faciales, imitan una relación madre-bebé.


    P.- Usted apunta en su libro que los robots podrían ser una solución para los pederastas.

    R.- Es cierto. Podríamos diseñar robots con forma de niños para que se desfogaran.

    P.- También para los violadores…

    R.- También. Podríamos fabricar robots a los que le guste que les violen.

    P.- Oiga. Y si vamos a tener robots más inteligentes y habilidosos que nosotros, ¿a qué se van a dedicar entonces los seres humanos?

    R.- La sociedad cambiará. Encontraremos otras cosas que hacer. Tendremos más tiempo de ocio.

    P.- Pero habrá gente que quiera trabajar. Y si mi director puede encontrar un robot que sea mejor periodista que yo, ¿para qué me va a tener en plantilla?

    R.- El mercado de trabajo cambiará. De todas formas, siempre podrá usted dedicarse a otras cosas.

    P.- ¿Cómo se metió en esto de la robótica?

    R.- Muy tarde. De niño mi obsesión era el ajedrez. Fui campeón de Escocia en dos ocasiones y soy maestro internacional. Luego fui a la universidad y me metí a fondo en problemas de programación de las máquinas de ajedrez. Es un campo que en cierto modo tiene relación con la inteligencia artificial.


    No tengo duda de que habrá robots que se parezcan más y más a los seres humanos.

    P.- ¿Cómo se interesó por el sexo de los robots?

    R.- Fue leyendo un libro de una profesora americana, The Second Self de Sherry Turkle. Ella fue la primera persona en escribir sobre el efecto de las relaciones entre robots y seres humanos. Había una entrevista en el libro que me llamó la atención. Un tipo que trabajaba en el MIT decía: «He tenido alguna que otra novia pero prefiero la relación que tengo con mi ordenador». ¡Decía eso! Al principio no podía creerlo. Luego pensé que debía de haber por ahí más personas así. Ahora pienso que es una posición lógica. Con los seres humanos uno no puede estar del todo seguro. Con las máquinas sí. En el fondo habrá gente que ame a los robots para evitarse la incertidumbre.

    P.- Usted pinta un futuro que plantea una cascada de problemas éticos.

    R.- Desde luego. Y tienen que discutirlos los expertos en Etica y Derecho. Lo más peliagudo es decidir qué derechos tendrán los robots. ¿Deben tener por ejemplo derecho a voto?

    P.- ¿Usted qué cree?

    R.- Pues no lo sé. Lo que sí sé es que un robot tendrá muchos más elementos de juicio que la mayoría de los seres humanos.

    P.- O sea, que no sólo deberían votar sino poder ser elegidos…

    R.- Desde luego. Seguro que lo hacían mejor que Gordon Brown en el Reino Unido.

    P.- ¿Cree usted que podrían ser padres?

    R.- Eso es algo que no tengo tan claro. Nunca había pensado en ello. Quizá sí. Hay tantos malos padres por ahí sueltos…

    P.- ¿Podrán los robots ser programados para crear robots que sean como ellos mismos?

    R.- Es un tema que he estudiado durante años. Ya hay ejemplos de robots que no sólo pueden hacer eso sino además crear réplicas mejoradas de sí mismos.



    TOPIO 3.0 - Su nombre real es "TOSY Ping Pong Playing Robot", es un robot humanoide bípedo diseñado para jugar al tenis de mesa contra un ser humano. Desarrollado desde 2005 por TOSY, una empresa de robótica en Vietnam. Mostrado al público en el Tokyo International Robot Exhibition (IREX) el 28 de noviembre de 2007. Mide aproximadamente 1,88 m de altura y pesa 120 kg. Cada Topio utiliza un avanzado sistema de inteligencia que le permite aprender y mejorar continuamente su nivel de destreza, aprendiendo de sus errores.

    P.- ¿Quiere decir que podrán ser autosuficientes y crecer fuera de control?

    R.- Quizá. Yo pienso por ejemplo en una persona que tiene un robot al que le gusta su voz y su personalidad. Ese robot va a una fábrica y crea una criatura igual que tú. Ese nuevo robot será una especie de hijo para los dos. No veo ninguna razón para que esto no pase.

    P.- ¿Y si ese proceso de creación se nos escapa de las manos?

    R.- Se dictarán leyes para que no ocurra, pero siempre habrá terroristas y estados gamberros. Hay escenarios terribles. Escenarios que es casi mejor no imaginar.

    P.- Su tesis es que un día habrá matrimonios entre robots y seres humanos. ¿Cuál es según usted el Rubicón a partir del cual empezaremos a considerarlos no como aparatos sino como semejantes?

    R.- Quizá cuando creemos robots capaces de percibir nuestro estado de humor y comportarse de acuerdo con él. Cuando usted va al hospital, le ponen unos sensores que miden su presión arterial o el pulso cardiaco… Son aparatos hoy por hoy muy grandes, pero la ciencia los creará mucho más pequeños. Sensores que puedan evaluar nuestro estado de humor. Hoy ya existen aparatos que pueden evaluarlo con un 70% de acierto pero piense en el futuro. Cuando estos dispositivos sean más precisos y se puedan implantar dentro de un robot, éste podrá decir si estás enfadado o feliz. Y si estás enfadado, tratará de averiguar el motivo y de cambiar tu estado de humor. Si lo logra por ejemplo con un abrazo, aprenderá de la experiencia y hará lo mismo la próxima vez. Serán más agradables que las personas.

    Fuente: El Mundo

    Ejemplar del libro 'Love and Sex with Robots' (Sexo y amor con robots) del experto en inteligencia artificial David Levy.

    Quantum opina:

    Los científicos trabajan en materia de personalidad artificial, emoción y conciencia, y algunos robots parecen ya como si estuviesen vivos. Sin embargo llegar a relaciones amorosas es completamente diferente, y uno de los asuntos más difíciles de todas es la conversación. Los estudiosos de la ética y la moral afirman y creen que aunque un robot esté programado para que tenga la habilidad de poder “reflexionar” con las personas y poder entablar una comunicación “casi humana”, no puede o no podrá asumir una relación afectiva con un ser humano porque esa capacidad es propia de un ser humano, y no de una máquina que solamente esta programada para cumplir estrictamente las instrucciones con las que fueron programadas.

    En 'Love and Sex with Robots' (Sexo y amor con robots), título de su último libro, Levy predice que "los robots se volverán más humanos en la apariencia, funciones y personalidad que mucha gente se enamorará de ellos, tendrá sexo con ellos y hasta se casará con ellos. Dentro de 40 años estas máquinas serán capaces de emitir “sonidos agradables” cuando los humanos acaricien sus “zonas erógenas”. Mi predicción es que alrededor del 2050, el estado de Massachussets será el primero en legalizar los matrimonios con robots", dijo David Levy.

    Frente a estas afirmaciones, a Levy le han salido detractores, como el roboticista Ronald Arkin del Instituto de Tecnología de Georgia, quien afirma "si tú me preguntas si los humanos querrán casarse con un robot, mi respuesta sería probablemente no. Pero habrá gente para todo. Hay personas que ahora mismo se casarían con algún juguete sexual", decía Arkin al portal 'Livescience.com'.

    fuente/www.quantum-rd.com