Probablemente sea uno de los avistamientos OVNIs más bizarros y desconcertantes ocurridos antes de la era moderna de los platillos volantes. Ocurrió en Inglaterra durante la 1ª Guerra Mundial y en ese bélico contexto, podría explicarse muchos de los aspectos de esta insólita experiencia. Hoy vamos a hablar de la asombrosa visión de Agnes Whiteland la cual, 100 años después de ocurrir, aún sigue dando qué hablar.
Su hija Agatha recuerda un misterioso incidente protagonizado por su madre Agnes Whiteland una mañana situada entre los años 1914 y 1918, en Aldeburgh, Suffolk (Reino Unido) que a día de hoy no tiene parangón en el mundo del misterio. Tal y como narró a su familia, la Sra. Whiteland, al asomarse a una ventana de su casa, en la planta de arriba, sobre las 11:55 horas, pudo observar, tal y como relataba el investigador Gordon Creighton lo siguiente:
“Un poco por encima del nivel de la casa, a una altura de unos 9 metros, aparecieron de 8 a 12 hombres, en lo que parecía ser una plataforma redonda con una barandilla alrededor”.
“Un poco por encima del nivel de la casa, a una altura de unos 9 metros, aparecieron de 8 a 12 hombres, en lo que parecía ser una plataforma redonda con una barandilla alrededor”.
La extraña visión estaba a unos 90 metros de distancia y la testigo pudo apreciar cómo los hombres se sujetaban con firmeza a la barra que circundaba el objeto volador.
“Podía verlos claramente. Vestían uniformes azules y pequeños sombreros redondos, no muy diferentes de los sombreros de los marineros. Los hombres estaban vestidos de azul, con gorras azules redondas, estaban hombro con hombro mirando hacia fuera, y sus rostros eran como los nuestros, pero mirando al frente”.
“Podía verlos claramente. Vestían uniformes azules y pequeños sombreros redondos, no muy diferentes de los sombreros de los marineros. Los hombres estaban vestidos de azul, con gorras azules redondas, estaban hombro con hombro mirando hacia fuera, y sus rostros eran como los nuestros, pero mirando al frente”.
Según el investigador británico: “Ella no oyó ningún sonido de aquella máquina, que surgió de los pantanos cercanos. Flotó un poco por la zona y desapareció en dirección al patio del Ferrocarril de Aldeburgh, por detrás de unas casas”. La testigo dijo que:” vino directamente de aquella dirección, y luego, cuando ella pensaba que iba a pasar sobre su casa, de repente se dio la vuelta en ángulo recto y se fue en otra dirección, entre el Hotel Ferrocarril y los cobertizos de la estación de ferrocarril.” Volaba entonces a una altura superior a los 7,5 metros.
El objeto tenía dos barras de bronce, que lo circundaba, una de las cuales, la inferior, estaba a la altura de las rodillas. El raro artefacto podía tener unos 3,5 metros de diámetro y un grosor alrededor de 30 centímetros. La Sra. Agnes Whiteland asegura que aquella plataforma le recordó a las balsas que se utilizan en el mar. La testigo también comentó que el objeto no tenía ningún motor o fuente propulsora visible, y tampoco cables que la sujetaran a ninguna otra embarcación.
La observación duró unos 5 minutos, desaparecienso la estructura con los tripulantes en la lejanía a una velocidad de unos 30 km por hora. Quizá viajeros en el tiempo, pero prudentes, y viajando despacito eso sí.
El investigador Charles Grove preguntó al experto aeronáutico Charles H. Gibbs-Smith, del Museo Victoria Albert si era posible que el artefacto observado por la testigo fuese una plataforma o cabina de observación colgada de un Zeppelin alemán.
El estudioso afirmó que estos dispositivos eran muy pequeños y que normalmente portaban a un solo hombre, y que el ruido del dirigible debería haber sido escuchado perfectamente por la testigo, cosa que no ocurrió. Por su parte el investigador británico John Hanson entrevistó a los parientes en fechas recientes que le corroboraron punto por punto la increíble historia de Agnes Whiteland
Algunos investigadores piensan que la testigo pudo observar una “cabina” de observación o espionaje militar suspendida de un dirigible, utilizada por los alemanes durante la 1ª Guerra Mundial, aunque por su gran tamaño, y el número de personas observadas en su interior, es muy poco probable. Las cabinas mas utilizadas en aquellas fechas solo podían albergar a una persona tumbada en su interior. Sin embargo otros estudiosos barajaron la posibilidad de que se tratara de un prototipo alemán desconocido en la fecha del avistamiento. Elevando un dirigible a gran altura, fuera del alcance de los aeroplanos y eventuales observadores, descolgarían una pequeña góndola donde unos aviadores provistos de prismáticos y un “intercomunicador” conectado con el dirigible, conseguirían información sobre territorio enemigo. Esa era la teoría para explicar tal increíble visión.
En base a esto, el historiador australiano Brett Holman, experto en aeronáutica de finales del siglo XIX, comentó lo siguiente “Conozco el incidente, pero no tengo ninguna explicación para el. Definitivamente no era una cabina de observación colgada de un Zeppelin, esto no encaja en absoluto. Ninguna otra tecnología contemporánea puede explicar esto. Todo lo que puedo decir es que no tenemos el propio testimonio de la testigo, sólo lo que contó su hija, y que se hizo 50 años después.”
Pese a todo, el avistamiento de Aldeburgh se presenta, a día de hoy, como uno de los eventos más enigmáticos relacionados con los fenómenos aéreos no identificados. ¿Qué vería Agnes Whiteland? Si os ha gustado la entrada, podéis ver este video en el que hablamos de un increíble episodio de viaje en el tiempo protagonizado por un avión de la compañía Aviaco en territorio español. Esperamos que sea de vuestro agrado.
fuente/Ufopolis.com 2015