domingo, 3 de marzo de 2013

La Isla Secreta.


Debajo de la isla de Pohnpei (o Ponape), en el océano Pacífico, se esconde una página secreta de la historia de la Humanidad. Por esta razón, los iniciados de la hermandad de los 'tsamoro' le dan a su isla justamente este nombre: "Sobre el secreto".

Un lugar que le sigue ocultando al extraño gran parte, precisamente, de sus conocimientos secretos.

El único que ha trascendido más allá de sus límites, sigue sin estar resuelto: frente a sus costas se asientan las ruinas de la enigmática ciudad acuática de Nan Madol, construida - nadie sabe cuándo ni por quién - con gigantescos bloques de basalto sobre 91 islotes artificiales.

Invadida por la jungla y los manglares, continúa siendo para los nativos una ciudad prohibida, que - de acuerdo con su tradición - acecha con la muerte a quien osa permanecer en ella después de la caída del Sol.

En este enclave de las Carolinas orientales, en la Micronesia, averigüé sobre el terreno cuanto allí se esconde. Acumulando vivencias en la jungla de los montes y en los manglares de las aguas litorales, conviviendo con los transmisores del conocimiento de la isla, he ido recomponiendo el rompecabezas de la desafiante historia de Pohnpei - descubierta por navegantes españoles en el siglo XVI - que mantiene a muerte un solo principio: no revelar jamás todo lo que alberga.

En 1939 había aparecido en la Prensa alemana una curiosa noticia: afirmaba ésta que submarinistas japoneses habían efectuado inmersiones en la isla carolina de Ponape (la antigua Pohnpei) y habían sacado del lecho del mar trozos de platino. Pero no de alguna formación natural recubierta de coral, sino de un tesoro submarino.

Noticias posteriores afirmaban que en la costa oriental de Pohnpei se hallaban diseminadas en una amplia área misteriosas construcciones cubiertas por la jungla: un sistema de canales, muros ciclópeos, ruinas de fortificaciones, ruinas de palacios...



UNA CIUDAD SUMERGIDA

Ya mucho antes de la primera gran guerra - explicaron los nativos - buscadores de perlas y comerciantes japoneses habían efectuado sondeos clandestinos en el fondo del mar.

Hasta que los submarinistas regresaron con narraciones fabulosas: allí abajo se habían podido pasear por calles en parte bien conservadas, si bien recubiertas por moluscos, colonias de corales y otros habitantes marinos, amén de algún que otro vestigio de ruinas. Desconcertante había sido, según ellos, la visión de numerosas bóvedas de piedra, columnas y monolitos.

Esta misteriosa ciudad submarina albergaba tesoros concretos, debiéndose hallar en el centro de la misma una especie de panteón de los nobles del lugar, cuyas momias yacían allí. Pero aquí viene lo asombroso: cada una de estas momias estaría encerrada en un sarcófago de platino. Estos son los sarcófagos que - ya en época de la dominación japonesa de la isla, o sea entre las dos guerras mundiales - habrían localizado los submarinistas nipones.

De acuerdo con estos testimonios, habrían ido extrayendo platino del fondo marino hasta el momento en que dos submarinistas ya no volvieron a emerger.

Desaparecieron sin dejar rastro, llevándose consigo su moderno equipo de inmersión y de trabajo: jamás nadie volvió a verlos.



RUMBO AL ENIGMA

Pohnpei se presentaba como un reto fascinante. Pero quedaba una sola duda: ¿se trataba de comentarios fantasiosos de gente ávida de sensacionalismo?

Para despejarla, valía la pena estar volando, como lo estábamos haciendo Miquel Amat y yo, en pos del Sol.
"Allí la gente no va".
Que esto no lo hacía nadie, que la gente se iba, pues... a Hawaii o a las Fidji, pero allí no:
"Allí se comen a la gente", me decía un oficial de inmigración en el aeropuerto neoyorquino John F. Kennedy.

Mal informado estaba el funcionario yanqui sobre las actuales preferencias culinarias de los pohnpeyanos, pero menos aún sabían en las agencias de viaje de la otra costa americana:
"¿Y eso dónde cae? Es la primera vez que lo oigo", me confiesa un veterano empleado de la 'Western Airlines' en Los Angeles.
En eso, parecía evidente que el inquisidor de New York había tenido razón: a Pohnpei la gente no iba.

Ya en pleno Pacífico, a mitad de camino entre Los Angeles y Pohnpei, con más de 15.000 km de vuelo a las espaldas desde nuestra partida de Barcelona y con todavía algo más de 4.200 km de sobrevuelo del océano Pacífico por delante, tampoco habían oído hablar nunca de Pohnpei.

Ni siquiera el experimentado taxista hawaiiano que nos llevó del aeropuerto de Honolulu a la playa de Waikiki. Únicamente el gerente del restaurante 'Tahitian Lanai' en Waikiki supo aportar algo concreto; conocía Pohnpei: que si lo nuestro era el masoquismo, que fuéramos allí.

Pero que el Pacífico ofrecía mil rincones para visitar antes que éste.



EL NOVENO ATERRIZAJE

Al día siguiente nos esperaba por fin nuestro noveno y definitivo aterrizaje desde que partimos de Barcelona. El volante correo del Pacífico nos había llevado de Honolulu al atolón de Johnston, de allí al de Majuro, y de éste a la base de misiles de Kwajalein.

Después de haber estado sobrevolando y aterrizando en atolones que eran superficies desérticas y absolutamente planas que a duras penas rebasaban en algún metro el nivel del mar, el espectáculo que hora y media más tarde se ofreció a nuestros ojos a la izquierda del avión, cuando surgimos por debajo de la capa de nubes, fue realmente impresionante: una lúgubre mole de montañas totalmente cubierta de espesa jungla de un pegajoso color verde oscuro, aparecía envuelta en sus cúspides más elevadas por neblinas y nubarrones blancos, grises, pesados.

Sobrevolamos los arrecifes de coral del extremo norte de la isla, e inmediatamente surgió un poco más a la izquierda el islote sobre el que se extiende el campo de aterrizaje de Pohnpei.


VIGILANTES SOMBRAS NOCTURNAS

Al segundo día nos instalamos en una cabaña de madera con cubierta de hoja de palma, cuyos lados ofrecían amplias franjas abiertas por las que pasaba el aire pero nunca la lluvia, abundante lluvia en esta isla, que cae intermitentemente durante 300 de los 365 días del año.

A una temperatura media permanente de 27-28°C, este tipo de alojamiento es el único idóneo para el lugar.

Tuvimos que acostumbrarnos a compartir el interior del habitáculo con lagartos, lagartijas, sapos, caracoles gigantes y la visita diaria de una rata. Pero todo esto quedaba compensado por la magnífica vista tropical que desde nuestra cabaña disfrutábamos sobre la Bahía de la Mala Acogida, como la bautizaron cuando la descubrieron en enero de 1828 unos navegantes rusos, a causa del poco hospitalario carácter de sus moradores.

En la primera noche de estancia en la isla ya tuvimos una clara muestra de que allí nos preguntarían más de lo que nos dirían. Fuimos a dar una vuelta a pie para la primera toma de contacto con el nuevo entorno. La oscuridad, total. Solamente la tenue luz de alguna vela o quinqué en las cabañas cercanas. Sin previo aviso rompió a llover bastante torrencialmente, a lo cual no tardaríamos a acostumbrarnos.

De la oscuridad surgió una figura igual de oscura que nos invitó por señas a seguirla. Nos ofreció cobijo en la cercana cabaña de reunión de los hombres del lugar.

Estaba ocupada por unos quince individuos que nos fueron estudiando en silencio, mientras dos de ellos se alternaban en hacernos preguntas concretas sobre nuestra estancia en Pohnpei: qué habíamos venido a hacer aquí, cuándo habíamos llegado, qué lugares pensábamos visitar, y - algo que parecía interesarles especialmente - cuándo volvíamos a abandonar la isla. Intenté ganar tiempo con respuestas evasivas hasta que paró de llover.

Continuamos nuestro solitario deambular de exploración nocturna del terreno, cuando un silencioso movimiento oscuro a mi espalda coincidió con una pregunta:
"¿Me das fuego?"
Volvía a ser el mismo individuo que nos había invitado a la cabaña de los hombres, ahora acompañado de uno de nuestros interrogadores:
"¿A dónde os dirigís por este camino?"
Estaba claro que, al igual que en el Kim de Rudyard Kipling, también la noche de Pohnpei iba a estar llena de ojos...



SUS ANTEPASADOS APLICABAN TECNOLOGÍAS MÁGICAS

Entre aventuras, con tiento y con paciencia, logré conectar con el paso de los días con algunos de los transmisores del conocimiento ancestral de la isla - a la que James Churchward consideraba asentamiento del santuario del supuesto continente hundido de Mu.

El enigma principal que ofrece son las ruinas de Nan Madol. Con respecto a ellas, la arqueología oficial reconoce abiertamente su desconocimiento absoluto sobre la finalidad de las más impresionantes ruinas del océano Pacífico; es más, de la única ciudad en ruinas que puede visitarse en los 166 millones de km2 de dicho océano.

Pero además de este enigma principal, arqueológico, existe un foco mágico de la isla, oculto en la abrupta espesura de la jungla de Salapwuk, en las alturas montañosas del reino de Kiti, en el suroeste de Pohnpei. Allí y en otros puntos de la isla, la memoria de los pohnpeyanos perpetúa hasta hoy el recuerdo de gigantes, el recuerdo de personas que sabían volar, el recuerdo de una raza que recurría a asombrosos poderes mágicos que permitían el transporte aéreo de grandes bloques de piedra.

El recuerdo claro de la conexión celeste y de la realidad del vuelo posible, en la antigüedad.



ORÍGENES INICIATICOS

Pero vayamos a los orígenes de esta isla absolutamente mágica: Pensile Lawrence, uno de los transmisores vivos de la historia esotérica de Pohnpei, me contó por fin, al cabo de dos interminables semanas de evasivas y de negativas a la ansiada entrevista, esta historia de sus orígenes:
"Nueve parejas - nueve mujeres y nueve hombres - erraban en una canoa por el ancho mar, buscando una tierra nueva en la que establecerse. En esto pensaban cuando se toparon con un pulpo hembra de nombre Letakika.

Cuando éste averiguó el motivo de su viaje, les indicó un lugar del océano en el que había una roca que surgía por encima de las olas. Las nueve parejas prosiguieron su camino y hallaron la roca. Sobre ella comenzaron a construir la isla.

Luego, dejaron en ella a una pareja, un hombre y una mujer, mientras que el resto volvieron a marchar. El nombre del hombre que se quedó en la isla no tiene importancia; no tenía nombre. Sí lo tenía el de la mujer: se llamaba Lemuetu. Lemuetu es la primera madre de Pohnpei. Por ello sus habitantes se asientan sobre un matriarcado. En su canoa, las nueve parejas llevaban alimentos para comer y para plantar en la nueva tierra."
Este escueto y a la vez completo relato iniciático sobre los orígenes de la roca prima de Pohnpei, es un compendio de conocimientos ocultos.

Aquí, en el breve espacio de un artículo, no ha lugar para explicaciones más amplias, que sí están recogidas en cambio en mi libro Sobre el secreto (Plaza & Janés Editores, 1985). Apuntaré aquí solamente que el 9 es - para las empresas de la especie humana - el símbolo del nacimiento.

Entre otras, lo refleja así claramente por ejemplo la cábala lingüística de las voces "nueve-nuevo-nave-huevo" ("novem-novum-navis-ovum"), que cobra todo su vigor en el gay saber de los argotiers, en el argot de aquellos que construían la obra en el país del gallo, en la Galia: "neuf-neuf-nef-oeuf".

En el relato pohnpeyano reaparecen estos mismos elementos: la nave, tripulada por nueve parejas, para construir un país nuevo, lo cual significa un nacimiento, simbolizado por el huevo.



EL VIAJE DE NOÉ

Ahora bien, las características de la nave-canoa, con alimentos y plantas parta sembrar en el país nuevo, el hallazgo de una roca de tierra firme sobre la cual establecer un nuevo núcleo humano, la indicación de la cercanía de la nueva tierra por parte de un animal - aquí es un pulpo - la equiparan a la nave-arca de Noé que navega igualmente en busca de la nueva tierra.

Y en la misma cábala lingüística de quienes construyen bajo el signo del gallo, Noé es la radical de Noëlle, la natividad, el nacimiento. Con lo que seguimos en la constante 9 indicada en el relato primo de Pohnpei: en 9 ciclos (=meses) se forma (= nace) el ser humano.

Y - como no podía ser menos - exactamente cada 9 meses se reunían en Salapwuk - en cuyas espesuras se conserva la roca original de la isla, aquella que sirvió para su nacimiento - el principal lugar de culto de Pohnpei, todos los iniciados, para unas celebraciones a las cuales estaba vedada la asistencia a todo extraño.



EN EL SECRETO SANTUARIO DEL PACIFICO

Aventurarse en las espesuras de los montes de Salapwuk, en el reino de Kiti, puede llegar a constituir una de las experiencias más cautivantes en la vida de cualquier persona que busca. Como puede también convertirse en un sendero sin retorno. O ser simplemente una excursión por la jungla. Todo depende de la motivación con que uno emprende la ascensión hasta el núcleo habitado más elevado de Pohnpei.

Allí se halla el germen inicial de todo cuanto tiene que ver con los misterios de la isla.

La lenta ascensión a pie a través de la jungla propicia el que solamente llegue hasta Salapwuk aquél a quien los celadores del santuario se lo permiten. Tanto es así, que Miquel y yo fuimos los primeros extranjeros que han llegado a pisar aquellos parajes vírgenes.

En busca del lago de agua dulce en el que, en las alturas de Kiti, crecía la misma hierba que crece abajo en el mar.



LA AVENTURA DE LA BÚSQUEDA

Días antes le había preguntado a Masao - uno de los iniciados de la isla - por el significado del nombre 'Salapwuk':
"Allí hay una roca. Cuando la veas, sabrás por qué se llama Salapwuk", me contestó escuetamente, para advertirme a renglón seguido: "Si logras subir con los contactos adecuados a las montañas, los celadores del lugar te mostrarán algo si creen que eres merecedor de ello; pero jamás te permitirán acceder a las cosas secretas que allí hay."
Pronto tendría que darle la razón.

Tras el largo ascenso hacia las cabañas de Pernis Washndon - el celador visible (que no máximo) de los selváticos montes de Kiti - la primera condición que éste me impuso fue el mutuo silencio sobre lo que allí hablaríamos, compromiso que por supuesto no voy a romper, por lo cual solamente reflejaré aquí parte de aquello que no atañe al mismo.

Después de lo cual comprobaría que los distintos vigías de la jungla montañosa estaban informados de nuestra presencia. Entrada ya la noche, acudieron una serie de hombres, con alguno de los cuales nos habíamos cruzado ya en nuestro camino de ascenso. Pero otros acudieron de zonas aún más altas.

En un momento nos vimos acosados por primero tres, e inmediatamente dos más, en total cinco de aquellos guardianes de Salapwuk que, machete en mano y a dos palmos de nosotros - que estábamos hombro con hombro intentando captar aquella situación - imponían la prudencia por encima de cualquier otra reacción.

Tuvimos el segundo justo para confirmarnos mutuamente que aquello se salía de lo normal y podía derivar en algo feo si dábamos un paso en falso, cuando comenzaron a someterme alternativamente los cinco a un severo interrogatorio acerca del motivo auténtico de nuestra presencia en Salapwuk.

Sólo al cabo de un buen rato de esfuerzos por no perder parte del terreno tan pacientemente ganado, logré restarle gravedad a la tensión que evidentemente se había creado.

Miquel y yo nos turnamos para dormir aquella noche tan fascinantemente intrigante como incómoda y al día siguiente nos internamos desarmados en las espesuras de la parte superior de Salapwuk, guiados por lugareños armados, circunstancia que nos impidió adoptar una postura de fuerza cuando se repitió un grave episodio de tensión entre ellos y nosotros.
"Un comentario más y os pueden matar aquí mismo", nos avisó la bonita Carmelida, que nos hacía de intérprete y que la víspera, advertida por Pernis Washndon de que guardara silencio sobre el contenido de nuestra conversación, comentó: "Si estuviera loca, hablaría."
Los guardianes cumplieron perfectamente su cometido, puesto que regresamos después de un día de caminata a pie descalzo por la jungla, sin haber visto el enclave que yo buscaba.

El lugar en el que, en épocas pasadas, cuando se producía alguna sequía anómala, los chamanes invocaban la llegada de la lluvia, que no tardaba en presentarse, después de haber clavado el sacerdote una vara en una abertura del terreno.

Era exactamente la historia que ocho años antes me había contado el superior del santuario de Aishmuqam, en la antigua ruta de los mercaderes que desde el Afganistán se dirigían a la capital de Cachemira, Srinagar.

Guardaban allí el bastón de Musa (Moisés), que solamente se usaba en aquel extremo norteño de la India para invocar la llegada de la lluvia, o el fin de una epidemia, siempre con inmediato resultado positivo.



EL TAPÓN DEL MISTERIO

De cuanto se puede explicar, lo más importante que me traje de las espesuras de Salapwuk fue la explicación de su celador visible, Pernis Washndon, de que estos montes y la isla misma no constituían más - como su propio nombre esotérico ("Sobre el secreto") indica - que un tapón que esconde, al tiempo que señaliza, el emplazamiento del auténtico misterio que se oculta en sus profundidades.

No tardaría en averiguar que este misterio guardaba estrecha relación con las noticias aparecidas a finales de los años 30 en la Prensa alemana.

De regreso del reino de Kiti pude ya, con lo averiguado en Salapwuk, poner todo mi empeño en averiguar el motivo de la existencia en la isla de una ciudad construida sobre islotes artificiales, aprovechando su arrecife coralífero.

Para ello había que remontarse a la aparición en la isla, en épocas remotas, de una pareja de instructores llegados desde el aire, en una nube, con la finalidad de buscar un emplazamiento idóneo para la construcción de una ciudad-santuario.

Hallaron este emplazamiento en un lugar en el que vieron luces bajo el agua, en el mar. Supieron por ellas que era éste el lugar en el que debían construir una ciudad provocativamente distinta, sobre islotes artificiales, para señalizar la singularidad de aquel lugar.

Porque las luces que vieron les indicaban la existencia, allí, de construcciones artificiales muchísimo más antiguas, sumergidas bajo las aguas litorales de Pohnpei. Allí estaba el inicio del ovillo que conducía al secreto que daba nombre y significado a la isla.

Todo un reto para esoteristas, arqueólogos e historiadores.



LOS GRANDES INICIADOS

El Corán, en la Sura 18, habla de Al Raqim, la tabla que contiene las claves de la iniciación en la cueva.

En Pohnpei los Sau Rakim fueron antiguamente los grandes iniciados - ya no queda ninguno hoy en día - que guardaban los secretos y no los compartían con las demás personas. Los mantenían ocultos, ya que de otra forma eran castigados con la muerte.

Cuenta la tradición que conocían todas las antiguas historias de Pohnpei, y que cuando morían comenzaba a llover, a relampaguear y a tronar. Algo similar - se suceden en esta isla las conexiones planetarias - a lo que sucedió con motivo de la crucifixión de Jesús.



LOS TSAMORO, SOCIEDAD SECRETA DE POHNPEI

Por debajo de los Sau Rakim, que eran los máximos iniciados de la isla, existía una sociedad secreta, la sociedad de los tsamoro.

Los jefes de tribu se constituían automáticamente en miembros de esta sociedad, mientras que a los demás tsamoro se les exigía una demostración de sus aptitudes en el plazo de un tiempo de prueba de varios años de duración. Esta demostración consistía en el conocimiento de la lengua de la sociedad, que no era la del pueblo. Era por lo tanto un argot, una lengua de los argotiers, por lo tanto de los argo-nautas.

Los tsamoro se reunían una vez al año en un lugar sagrado, rodeado de muros de piedra. El acceso les estaba vedado a los no iniciados, bajo pena de muerte inmediata. Durante sus reuniones secretas, los elegidos bebían sakau y cada uno ofrecía un recipiente de esta bebida sagrada a los seres superiores.

Explicaré enseguida en qué consiste esta bebida.

Valga decir antes aún que el jefe de la hermandad secreta de los tsamoro tenía su sede en estos montes de Salapwuk en cuya jungla me hallaba, y en donde cada nueve meses se reunían todos los iniciados para un encuentro de cuatro días de duración.



UNA VEZ MAS EL CLICHÉ DEL DILUVIO

Averigüé en las oscuras noches de la jungla que existen allí narraciones legendarias que apuntan claramente hacia el recuerdo de una inundación total de la isla, o sea de un diluvio (para ellos obviamente universal).

Literalmente:
"Las inundaciones arrancaron toda la tierra de la isla" - dicen las tradiciones.
Después de haberse retirado nuevamente las aguas, alguien procedió a reconstruir un túmulo de rocas en Salapwuk, en el reino de Kiti.

Pernis Washndon (el celador de los misterios de estos montes) me dijo en este contexto que Salapwuk no era más que el tapón que tapaba un secreto que se encerraba debajo del lugar que estábamos pisando.

Y considerando que Salapwuk debe su razón de ser - como ya vimos en el anterior número de "Más Allá" - a la primera piedra, a la piedra angular, obligado es aportar aquí el dato de que en el texto apócrifo Testamento de Salomón, la piedra angular es aquella que se pone encima de la puerta del templo.



EL RITUAL DEL SAKAU

La ceremonia del sakau es celebrada por todos los pohnpeyanos diariamente, al anochecer. Según ellos, es una bebida proporcionada antiguamente por los seres superiores, como vehículo de comunicación con ellos. Tanto es así, que en el escudo o emblema oficial del actual estado de Pohnpei aparecen juntas las ruinas de Nan Madol y un cuenco de coco conteniendo el sakau.

Nosotros tomamos nuestro primer trago en el marco de un festivo agasajo del que nos hizo objeto una familia que ocupaba el pequeño islote de Takaieu, en los arrecifes que rodean a la isla central de Pohnpei.

El ritual ancestral que seguimos para tomar la bebida de la conexión celeste fue el siguiente: en primer lugar, durante el día fuimos recogiendo raíces de sakau (kawa-kawa, cuyo nombre botánico es 'piper methysticum'). Al anochece, fuimos disponiendo hojas de banana debajo de una gran piedra plana, de hecho una plancha de piedra.

La cantidad de hojas de palma depende siempre del mayor o menor rango del personaje principal que asiste a la ceremonia. Inmediatamente después lavamos cuidadosamente con agua las raíces y la plancha de piedra, hasta dejarla completamente limpia.

Mientras esto hacíamos en el interior de la amplia cabaña, en el exterior otros lugareños se encargaron simultáneamente de arrancar largas tiras de corteza de hibisco. Inmediatamente comenzó el ritual de ir machacando con piedras las raíces de sakau, dispuestas sobre la plancha de piedra. Esta plancha - de basalto - tiene un sonido metálico al golpearla con las piedras que sirven para machacar las raíces de sakau, y los oficiantes comenzaron por golpearla para señalar el inicio de la ceremonia en sí.

Cuando las raíces ya estuvieron prácticamente trituradas - en cuyo proceso intervinieron seis oficiantes sentados alrededor de la piedra-base - se hizo perceptible el ritmo del repiqueteo de las piedras. Este ritmo, aplicado al unísono por todos los que están machacando las raíces, depende a su vez también del rango de la persona principal presente en la ceremonia, siendo el ritmo final idéntico al que se percibe escuchando el tamborcillo de mano de cualquier oficiante en cualquier lamasería del área Himalaya.

Cuando ya estuvo completamente triturada la raíz de sakau, la salpicamos con agua fresca, al igual que las tiras de corteza de hibisco. Inmediatamente nuestros anfitriones pasaron a amasar las raíces trituradas con agua, mientras otros ya habían dispuesto la corteza en un extremo de la piedra de sakau, para irla rellenando con la masa de raíces.

Esta fue envuelta - liada - completamente en la corteza, hasta formar un largo y grueso canuto que luego uno de ellos fue exprimiendo con lentitud y fuerza para que el jugo resultante se escurriera en un cuenco de coco. Nos lo tendieron para iniciar la ingestión, tras lo cual lo fuimos ofreciendo a cada uno de los presentes, como es costumbre entre ellos.

Es un jugo espeso, marrón, amargo y refrescante, que tiene la ventaja de no contener las fibras de la yuca masticada por las mujeres de la tribu, que ingerí con la chicha durante mi convivencia con los jívaros del curso alto del río Santiago, en la selva ecuatoriana.

Lo que ingerimos aquí, en Pohnpei, es una droga adormecedora, la kawaína, cuyos efectos se comienzan a advertir en una insensibilización de los labios y de la punta de la lengua. Es un principio activo modificador del sistema nervioso, que produce la parálisis de las fibras centrípedas. El abuso de su ingesta puede conducir finalmente a una caquexia mortal.

De todas formas, esto no se da entre los habitantes de Pohnpei, que saben dosificarse perfectamente su ración diaria de sakau.

Precisamente porque no toman el sakau por drogadicción, sino porque constituye para ellos ancestralmente un vehículo de comunicación sagrado. De comunicación con seres superiores.

Vayamos pues a la comunicación celeste de los antiguos habitantes de esta pequeña isla - más pequeña que, por ejemplo, Ibiza.



PADRE EXTRATERRESTRE Y MADRE TERRESTRE

Comienza la conexión celeste de los antiguos pohnpeyanos con un hombre llamado Kanekin Zapatan, descendido de las alturas, de un lugar desconocido, a Pohnpei, acompañado de un grupo de personas que sabían volar.

Kanekin Zapatan se fija en la hija de un jefe nativo. Tenemos así a un hombre descendido del cielo que se casa con una mujer terrestre. Ya conocemos eso de los textos bíblicos.

Urgido para el regreso por sus acompañantes, reclama sus alas y su aditivo capilar - un casco que llevaba - para poder reunirse en las alturas con los suyos.

Le acompaña también su mujer, y literalmente dice la tradición:
"Metió a la mujer en el cabello y alrededor de él ajustó el nudo".
¿Cabría en aquella remota época mejor concreción para indicar que le puso un casco, imprescindible para levantar el vuelo?

Huye pues con la hija del jefe nativo, que en el trayecto da a luz a un niño distinto, dotado de grandes poderes mágicos. Este niño se llamará Luk, al que dejan en tierra mientras ellos prosiguen su vuelo. Más adelante Luk enciende una hoguera, para ascender en su humo, sobre un tambor, al cielo, imagen ésta que puede equipararse a la del despegue de un cohete portador de una cápsula tripulada.

Al reencontrarse con sus padres les recuerda que "me engendrasteis en la Tierra".

La narración también afirma de él que "sabía andar sobre el mar". Se suceden los símiles con pasajes bíblicos.



DOMINABAN LA TÉCNICA DEL VUELO
"En aquella época" - me cuenta Masao al pie del camino que conduce hacia Nan Madol - "la raza de los hombres era distinta. Estaban más dotados, ya que eran capaces de transformar la piedra y de efectuar trabajos muy difíciles en la misma, pero esta gente habilidosa ya no existe hoy en Pohnpei. Hoy ya no son como la gente de antes, son distintos, ya que aquéllos poseían poderes mágicos y eran fuertes."
Un curioso invento lo constituyen los sacos voladores que aparecen en algún que otro relato de los tiempos antiguos de la isla. Se trataba de vehículos volantes de gran movilidad con capacidad para un solo tripulante. Incluso quedan narraciones que refieren combates entre varios de estos sacos voladores.

En relación con este tema, le pregunté a Masao si antiguamente habían existido en la isla hombres voladores.
"¿Hombres volantes? No. No volaban propiamente, sino que penetraban en grandes pájaros, pronunciaban palabras mágicas, el pájaro se alzaba y volaba con ellos dentro. Construyeron pájaros voladores con árboles."


DOS HERMANOS CON PODERES MÁGICOS

Es hora ya de que me refiera al principal enigma que plantea esta isla: la ciudad muerta de Nan Madol.

Para ello hay que remontarse nuevamente a los relatos tradicionales de los nativos. Cuentan éstos que muchísimo tiempo después de la llegada de la primera canoa con las nueve parejas (ver "Más Allá" n°...), hacen aparición en la isla dos hermanos: Olosipe y Olosaupa. Con ellos comienza el enigma de la ciudad de Nan Madol.

El único recuerdo ancestral que los nativos conservan sobre la construcción de dicha ciudad, es el que refiere su origen a la actuación, absolutamente mágica, de estos dos personajes.

Nadie sabe de dónde vinieron; llegaron en una nube y descendieron en Sokehs, en el norte de la isla. Eran constructores, ingenieros, arquitectos extraordinariamente inteligentes y dotados de poderosos recursos mágicos. Pero además sacerdotes e instructores, que sacaron a los pohnpeyanos de su ignorancia y de su primitivismo.

Llegaron a Pohnpei para edificar allí un santuario consagrado a un protector de la tierra y del mar: la anguila, desde entonces el animal totémico por excelencia de Pohnpei.

Hay que tener en cuenta que el pohnpeyano no adora a la anguila misma como animal, sino por lo que éste representa: en su cuerpo habita el espíritu, la divinidad. La anguila es así un vehículo de la divinidad. Como lo es la serpiente para los aborígenes australianos y para los pueblos mesoamericanos, entre otros. ¿Y por qué en Pohnpei no aparece la figura de la serpiente, cobrando vigor, en su lugar, la de la anguila? Pues porque es el único animal que el nativo pohnpeyano puede asimilar a la imagen de una serpiente, por la sencilla razón de que en su pequeña isla las serpientes no existen.

Pero volvamos al propósito de Olosipe y Olosaupa: erigirle un santuario a esta anguila sagrada.

Siendo la anguila una serpiente acuática, el santuario debía erigirse en un lugar que fuera a la vez mar y tierra: el arrecife coralífero que rodea a la isla.



EL FEUDO DE LOS REYES DEL SOL

Recorrieron, pues, la costa de la isla desde el promontorio de Sokehs, en el Norte, en busca de un lugar idóneo. Lo hallaron en un lugar llamado Sau Nalan, cuyo significado era el Sol. El santuario debía recibir el nombre de Nanisounsap, que significa "lugar del rey del Sol".

Pensile Lawrence, transmisor ya citado del conocimiento esotérico de Pohnpei, me confesaría:
"Se decidieron por el actual enclave de Nan Madol, puesto que en aquel lugar preciso observaron luces extrañas en el mar."
De acuerdo también con la versión esotérica, debajo de Nan Madol yace Kanimeiso, la "ciudad de nadie".

Por ende, cabe comentar aquí que todo el simbolismo de la construcción del santuario apunta hacia el feudo de los reyes del Sol: Nan Tauas, la construcción principal del conjunto, se halla en el vértice oriental (hacia donde sale el Sol) de Nanisounsap (el lugar del rey del Sol), erigido a su vez en el extremo oriental de Sau Nalan (el Sol), que a su vez constituye el flanco oriental, o sea de la salida del Sol, de la isla de Pohnpei.



TRANSPORTE AÉREO

Cuando regresamos de la jungla de Salapwuk, nos instalamos pues en el minúsculo y paradisíaco islote de Joy Island (antiguamente Nahnningi, el "pedazo de tierra pescado del fondo del mar", o sea un trozo del paraíso, puesto que eso es para los pohnpeyanos el fondo del mar).

En el islote sólo vivía Nahzy Susumu.

Con él, con nuestra compañera, guía e intérprete Carmelida Gargina, con los grandes cangrejos cocoteros, dos perros y algunos cerdos, con las rayas y con las crías y algún que otro padre de tiburón y con la desdichada morena que pescó Carmelida a golpe limpio de mi machete para cocerla luego aún medio viva en las brasas de nuestra hoguera, compartimos las inolvidables y solitarias noches de este mágico arrecife coralífero del Pacífico.

¿Mágico?: Absolutamente mágico. De día, íbamos a visitar desde allí las cercanas ruinas de Nan Madol: 91 islotes artificiales construidos sobre el arrecife, a base de la superposición - única en el mundo - de enormes columnas de basalto. Analizamos todas las posibilidades que podían ofrecerse de transportar estas columnas desde la cantera que se hallaba al norte de la isla, hasta el enclave en que habían sido apiladas en Nan Madol.

Por tierra, imposible, dado que la espesa jungla que cubría toda la isla, y los intrincados manglares que se extendían a lo largo de la costa, hacían imposible el transporte de estos enormes bloques de piedra.

Cabía la posibilidad de un transporte por mar, a lo largo del arrecife.

Miquel Amat, experto navegante, me comentó sin embargo que la única posibilidad habría sido, en época tan lejana, el sujetar cada columna de piedra debajo de una enorme balsa, para evitar que esta zozobrara y se hundiera.

Pero entonces, ¿cómo habrían podido salvar la barrera coralífera con la que habrían topado? El transporte era a todas luces imposible. Excepto para los iniciados, aquellos privilegiados isleños que conocían la historia auténtica de su tierra.

A la luz de la hoguera, en noche de plenilunio, un descendiente de tsamoro me confió que para ellos no es ningún secreto el que Olosipe y Olosaupa, los dos hermanos constructores, estaban dotados de un extraordinario poder mágico:
"Convocaron a todas las piedras para que vinieran por sí solas y formaran las imponentes construcciones. Olosipe y Olosaupa llamaron a las piedras que estaban en Sokehs. Estas oyeron su llamada mágica y acudieron volando junto a los dos hermanos.

Por procedimientos mágicos éstos ordenaron a cada uno de los grandes bloques de piedra que ocupara su sitio correspondiente en las construcciones. Tal es la forma en que se construyó Nan Madol."
Quien se sonría ante mi ingenuidad, recuerde las palabras del jefe hopi White Bear, cuando explica - sin tener ni la más remota idea de lo que cuentan los transmisores del conocimiento en Pohnpei - que exactamente este corte y trasporte de enormes bloques de piedra es lo que los katchinas - seres que dominaban el secreto del vuelo - enseñaron a los antepasados de los indios hopi, hoy asentados en Arizona, y que por su parte afirman proceder del Pacífico.

Es más: vimos que en la relación solar de todo el simbolismo construccional y de emplazamiento del santuario del rey del Sol - Nanisounsap - el edificio principal, Nan Tauas, ocupaba el vértice más oriental, o sea dirigido al Sol naciente.

Pues bien, Tauas significa en lenguaje hopi exactamente esto mismo: Sol.



EL MISTERIO ESTA DEBAJO

Todo esto no son más que los testimonios visibles y averiguables - cuando se pregunta con tiento - de los enigmas que presenta la isla de Pohnpei. Ocultos quedan sus auténticos misterios. O su auténtico misterio.

Aquél que está implícito en el propio nombre de Pohnpei: "Sobre el secreto".

Tuve que desandar la selva monte arriba para que en lo alto del reino de Kiti, en Salapwuk, uno de los principales celadores del secreto me dijera que la isla que estábamos pisando no era más que el tapón puesto encima de un gran secreto que se escondía debajo, razón y origen de la sociedad secreta que allí funcionaba.

Tuve que cruzar luego los manglares y navegar hasta Nahnningi, y por ende explorar las ya devastadas ruinas de la ciudad prohibida de Nan Madol, para ir arrancándoles a algunos nativos iniciados la confesión de que Nan Madol no es más que una señal en forma de desafiante ciudad que indica que frente a su muralla externa, allí donde moran los tiburones, se esconde bajo las aguas otra ciudad de construcción muchísimo más antigua.

Sendas expediciones australiana, norteamericana y japonesa confirman que allí, a nueve metros de profundidad, descubrieron los vértices superiores de diez columnas verticales de 20 metros de altura cada una.

Nadie explica lo que ha encontrado agua abajo de estas diez columnas submarinas, de una cultura absolutamente distinta a la de los constructores de Nan Madol: éstos dispusieron la totalidad de los bloques de basalto en forma horizontal, mientras que las mencionadas columnas submarinas se hallan todas en posición vertical.

Pero eso es solamente el principio de lo que allí se esconde. Quedan para el recuerdo más reciente los sarcófagos de platino extraídos de allí entre las dos guerras mundiales por los buzos japoneses. Y para el más remoto, las luces vistas en este punto del mar por los instructores y constructores Olosipe y Olosaupa, que supieron así en dónde debían erigirle un santuario a la anguila sagrada.

El motivo de este artículo ahora, al cabo de siete años de haber visitado la isla, no es otro que el de remozar la memoria y dejar constancia de este misterio para las generaciones futuras, para las que Pohnpei no será más que una diminuta isla en el Pacífico, invadida por el moderno turismo motorizado japonés.

Les debía este homenaje a los Sau Rakim de Pohn Pei, que supieron desaparecer sin haber narrado más que una parte de su saber, testimoniando así su pertenencia a la universal comunidad de iniciados.

El buen amigo, periodista, viajero, buscador y aventurero catalán Jorge Juan Sánchez García, que visitó Pohnpei en el mes de octubre de 1990, me comunica que desde mi estancia en la isla murió el celador de Salapwuk, Pernis Washndon, y se suicidó el joven y solitario Nahzy Susumu, que registraba el paso de cualquier extranjero a Nan Madol.

La sociedad secreta de los tsamoro no traiciona sus principios.

fuente/
http://www.bibliotecapleyades.net/vida_alien/alien_faber08.htm

El periodista e investigador Carlos Mesa nos habla de si existieron otras humanidades.

Crop Circles. Antiguos círculos en cultivos ingleses no fueron hechos por estafadores, dice historiador.

Jefferys comenzó este trabajo después de leer un artículo de 1800 en la revista Nature.

Greg Jefferys descubrió numerosos círculos antiguos en los cultivos de la campiñ
Greg Jefferys descubrió numerosos círculos antiguos en los cultivos de la campiña inglesa, usando las nuevas imágenes históricas de Google Earth desde 1945. (Susanna Wilkerson)

Imágenes de 1945, y anteriores, de círculos en los cultivos de Reino Unido son prueba de que estas formaciones no fueron hechas por estafadores, según el historiador australiano Greg Jefferys.

Este estudiante de doctorado en la Universidad de Tasmania en Hobart, descubrió numerosos círculos antiguos en los cultivos de la campiña inglesa, usando las nuevas imágenes históricas de Google Earth desde 1945.

“Este descubrimiento demuestra que las afirmaciones de algunos artistas sobre que son los únicos creadores de los círculos en cultivos son un engaño”, declaró Jefferys a The Birmingham Mail. “Eso sólo demuestra que los círculos permanecen inexplicables”.

“Espero que este descubrimiento estimule un renovado interés hacia los círculos en los cultivos por parte de los investigadores científicos serios que fueron engañados por afirmaciones falsas”.

Jefferys comenzó este trabajo después de leer un artículo de 1800 en la revista Nature, que sugería que los misteriosos círculos ya aparecían en los cultivos en el siglo XVIII.

Él cree, como muchos otros, que la radiación electromagnética de alta frecuencia es la responsable de la formación de estas extrañas figuras.

“Lo que no está claro es qué genera esa energía y la organiza en patrones circulares”, señaló Jefferys. “Esta es una de las preguntas que espero responder, por lo menos parcialmente”.

Según Freddy Silva, autor experto en este fenómeno, los círculos son formados por patrones cuando la energía afecta al medio ambiente.

“Los círculos en los cultivos son formas organizadas y armoniosas que se manifiestan en todo el mundo; es el resultado de una energía interaccionando con el mundo físico, en este caso plantas”, explica Silva en un blog. “Esta energía se compone de luz, sonido y magnetismo”.

“Hasta la fecha, se ha informado de círculos en 29 países que aparecen en trigo, cebada, colza, árboles, hielo, arrozales e incluso linaza”.

Artículo original de lagranepoca.com

La mayor nevada de la historia de Japón.

sábado, 2 de marzo de 2013

Tema: Claves para entender el desdoblamiento astral. ¿Es Peligroso salir al astral? . Las técnicas para desdoblamiento.



Las primeras experiencias en el astral en forma consciente ya sea por desdoblamiento o despertar dentro del sueño, pueden ser confusas y sorprendentes pero no deben causar temor.

Las experiencias más comunes y sus causas son las siguientes:
- Me separe del mi cuerpo pero no puedo ver ni moverme. bien esto pasa porque el cuerpo astral no ha sido usado en forma consciente en esta existencia por lo tanto esta, digamos, como si no lo hubiéramos usado por lo tanto lo sentimos como algo tieso, que nos cuesta movernos, si abrimos los ojos nos cuesta ver, si tratamos de movernos no podemos, las piernas se sienten débiles, etc. 

Esto es normal y se pasa con la practica, mientras mas nos desdoblemos mas fácilmente nos moveremos. Ahora es bueno que sepan que el cuerpo astral ni esta tieso ni tiene problemas es solo que nuestra conciencia no sabe interpretar las señales del cuerpo astral en forma consciente y las interpreta de esa forma.

- Al desdoblarme escucho voces. También es normal y en realidad lo que escuchamos son nuestros agregados hablando y tratando de tomar el control. En estos casos nos tranquilizamos y seguimos adelante sin escuchar las voces, estas desaparecen si nos concentramos en nuestro entorno sin temor. si nos asustamos escucharemos un autentico griterío que no es otra cosa que nuestros propio subconsciente.

Estoy desdoblado dentro de mi casa, me doy cuenta que estoy en astral y al tratar de salir de casa o volver a mi casa y quedo paralizado. Porque pasa esto?. Esto se debe al temor, este sentimiento paraliza en la vida real y en el astral lo hace con mas fuerza. En este caso debemos tranquilizarnos y tomar control de nuestros movimientos con voluntad pero sin miedo.

Así que decidí intentarlo una vez más y es aquí donde sucede lo extraño estaba estirado en la cama y me concentre mucho mas que las veces anteriores, esta vez sentía el sonido agudo mucho mas fuerte y hubo un segundo donde entre en pánico y sentí que me faltaba el aire y me agite al igual que al despertar de una pesadilla lo que me dicen unos amigos es que si no me hubiese desesperado me hubiese podido desdoblar es verdad eso?. 

Eso es verdad si hubiera seguido, se habría encontrado tranquílamente en el astral. Siempre debes recordar que en el astral no existe el aire y que nuestro cuerpo astral no necesita oxigeno para respirar. los que se desdoblan siguen simulando la respiración solo porque no se dan cuenta que están desdoblados

Preguntas y respuestas sobre desdoblamiento:
Si me desdoblo puedo visitar un lugar y ver a una persona en ese mismo tiempo? osea ver lo que esta pasando en un sitio en ese momento... . 

La respuesta es que si, siempre que tengas la conciencia despierta el tiempo suficiente para viajar en astral hasta el lugar que quieres ver. Si tienes la conciencia dormida lo mas probable es que sueñes que viajas y que veas a la persona pero que no coincida con lo que estaba haciendo esa persona al momento de verla. Si lo haces con la conciencia despierta entonces lo que veas sera lo real.

También están los temores de la cultura popular al desdoblamiento:

Si me desdoblo, un espíritu va a entrar a mi cuerpo. Esto no es cierto, ya que el mecanismo del sueño y desdoblamiento son iguales, y nadie encuentra su cuerpo ocupado al despertar. Esto no es posible porque la única manera en que un ente tome nuestro cuerpo es que nosotros se lo permitamos, o que seamos sometido a algún ritual extraño, pero ambas cosas no pasan porque nos encontremos desdoblados.
Mi abuela dice que si me desdoblo puedo morir. Tampoco es cierto, la muerte solo sucede cuando se corta el cordón de plata que une el cuerpo físico al astral y este solo lo puede cortar el ángel de la muerte cuando nos toca nuestra hora. (Por Nemesis)


Tema: ¿Es Peligroso salir al astral? 

Hay un rumor que esta corriendo que hacer viajes astrales es peligroso, que pueden entrar entidades en nuestro vehículo físico mientras viajamos en el plano astral, ESTO NO ES VERDAD.

Para empezar mientras dormimos ya estamos viajando al astral, si esto fuera cierto, el simplemente dormir sería constantemente un peligro y no es así nuestro cuerpo tiene que descansar para recuperar energia vital.

Esto que está corriendo últimamente en internet es para meter miedo a la gente para que no hagan viajes astrales ya que "no conviene" despertar conciencia a la humanidad, estas" entidades"
por llamarlas de alguna manera no quieren el despertar del hombre les interesa tenerlos con la conciencia dormida

Ya en estos tiempos que corren cada vez son más la gente que estan empezado a hacer viajes astrales con conciencia y despertando en otros planos de existencia, se estan callendo los "velos" que nos hacían imposible ver más allá de lo material, del plano físico,...

El hombre por naturaleza es un ser espiritual y estamos conectados con la divina presencia de nuestro ser real YO SOY, también estamos protegidos con nuestros guías y maestros que están ahí para ayudarnos a crecer, a evolucionar porque somos DIOSES CREADORES hechos a imagen y semejanza de Dios por eso somos DIOSES.

Quiero compartir un comentario que vi en un foro recientamente que explica una de las causas por la cual no puede entrar entidades en nuestro vehículo:

"Lo de la entidad es una historia conocida. Antiguamente, cuando no podían explicarse el fenómeno de la parálisis, se creó una historia metafórica acerca de una entidad que nos presiona a la hora de dormir llamada "incubus". Esta entidad no dejaba mover a las personas y presionaba el pecho o el entrecejo y se decía que buscaba la "posesión".

Hoy sabemos que es la parálisis y sabemos que no existe peligro alguno. Nadie puede meterse en nuestro cuerpo y nada nos puede suceder. Todas las historias de peligro son falsas ya que todos los procesos y estados de sueño son naturales y son sólo nuestros, no hay ninguna fuerza ajena que intervenga."

Dicho todo esto me despido con un abrazo de luz y mis bendiciones para todos, dar las gracias a todas los seres que leen este rinconcito hecho con muchísimo amor para toda la humanidad. (tumundoespiritual.blogspot.com.ar) 

Las técnicas más famosas de desdoblamiento.
Esta técnica es la más efectiva para presenciar el desdoblamiento con total lucidez, consiste en estar consciente en todo el proceso de dormirse, en ocasiones puedes pasar horas esperando. A medida que vayas entrando en sueño sentirás que se te duermen las manos luego los brazos, pies piernas…, así sucesivamente, si logras mantenerte consciente en todo el proceso te darás cuenta de que durante unos instantes no estarás ni despierto ni dormido, justo en ese momento DEBES LEVANTARTE, así como suena: LEVANTARTE. Si sientes todo tu cuerpo como vaporoso y sin peso, enhorabuena, ¡estás en el astral!, entonces incorpórate, da un saltito y a viajar.

La Ola Azul

Es una técnica en la que es muy importante la relajación y la visualización. Si eres bueno en estas dos cosas muy probable que lo logres pronto.

Imagina que empiezas a caer y seguidamente te vuelves a elevar. Cuando hayas repetido el proceso suficientes veces como para sentirlo realmente visualiza una ola azul viniendo de tus pies a la cabeza. Sin darte cuenta de ello empezaras a olvidar que estas en tu cama. Cuando no sientas nada sal al astral por los pies.

Mantram Faraón

Tienes que acostarte, cerrar los ojos y empezar a repetir mentalmente el mantram “faraón”, sincronizando tu respiración de la siguiente manera:

Al pronunciar FA: inhala

Al pronunciar RA: expira

Al pronunciar ON: inhala

Y así sucesivamente. Posiblemente se aparezcan imágenes en nuestra mente provenientes del mundo onírico, ignóralas. Después de un cierto tiempo sentiremos los síntomas astrales como las vibraciones y una gran relajación, entonces es el momento de ir saliendo del cuerpo.

Suerte y buen viaje.

Fuente: http://www.leycosmica.org

¿Te han abducido?. Y...¿ya estabas asegurado?. Si te abducen ya puedes cobrar. Sabías que...



Puedes protégete contra visitantes espaciales indeseados con una poliza de seguro de abducción extraterrestre.

Extraterrestres podrían intervenir en tu vida, por qué no hacerte rico si es que uno de ellos te quiere sacar a dar un paseo.

Ante la proliferación de reportes de abudcciones extraterrestres que se empezaron a generar en los noventas (persona que creyeron relamente haber sido raptados por extraterrestres), las compañías de seguros, ni cortas ni perezosas, rápidamente capitalizaron este terror cósmico, con sus característicos tentaculos de “calamar vampiro”.

Wikipedia tiene una entrada para los seguros de abducción extraterrestre en la que muestra algunas de las polizas que se ofrecen, en las que “la prueba recae en el reclamante”. Algunas compañías ofrecen polizas que cubren embarazos extraterrestres, examinaciones extraterrestres (del tipo anal) y muerte provocada por OVNIs.

La primera compañía en ofrecer seguros de este tipo fue la St. Lawrence Agency, en Florida, quien sostiene que le ha pagado dos de los solicitantes –entre más de 20 mil que han comprado la poliza. Entre las personas famosas que han adquirido un seguro por una abducción extraterrestre están la actriz Shirley MacLaine y un profesor de Harvard que ha escrito extensamente sobre el tema, según el dueño de St. Lawrence Agency (ese profesor de Harvard podría ser John Edward Mack, quien llevó a cabo un estudio sobre abducciones fondeado por Laurence Rockefeller.

Aparentemente el grupo religioso suicida Heaven’s Gate había comprado una poliza, algo que hizo que su compañía de seguros Goodfellow Rebecca Ingrams Pearson, por demás sospechosa, dejará de vender seguros de abducciones extraterrestres. Este seguro, con un costo de 155 dólares, pagaba 16o mil dólares a quien pudiera demostrar haber sido secuestrado por una persona de otro planeta e incluso cubría embarazo extraterrestre en hombres –por si acaso los aliens tuvieran capacidades insólitas de embarazo.

Por otro lado quizás las personas que adquirieron este producto podrían estar interesados en saber que existe una crema para que los extraterrestres reptileanos se transformen en humanos, por lo que tal vez tu raptor después de todo si sea un extraterrestre.

fuente/ Pijamasurf

El mes de febrero pasado si filmó a unos No Identificados en el cielo diurno de Melboune, Australia.

Y no les resulta un tanto extraño que no se acercara ningún helicóptero policial o uno de militar a ver de que se trataban aquellas luces brillantes?. 

Una poderosa onda interplanetaria destruyó un anillo de radación cercano a la Tierra

La NASA descubre un nuevo cinturón de radiación alrededor de la Tierra
imagen/NASA
Las sondas espaciales gemelas Van Allen de la NASA han descubierto otro anillo de radiación que rodeó a la Tierra el año pasado antes de que lo aniquilara una poderosa onda interplanetaria, informó un artículo publicado hoy en la versión impresa de la revista Science.

Ese anillo, hasta ahora desconocido, ha revelado la existencia de estructuras y procesos inesperados dentro de estas peligrosas regiones del espacio exterior donde la radiación solar encuentra los campos magnéticos del planeta.

Después de que iniciara la exploración del universo, uno de los primeros hallazgos fue en 1958 el de los cinturones de radiación bautizados en honor de su descubridor James Van Allen, que consisten en partículas de energía altamente cargadas y atrapadas en campos magnéticos.

Esos cinturones constan de dos anillos: por un lado, una zona interior compuesta por electrones de alta energía e iones positivos de alta energía que se mantiene estable en intensidad a lo largo del curso de años y décadas; y por el otro, la zona exterior la componen mayormente electrones de alta energía cuya intensidad varía en el curso de horas o días, dependiendo principalmente de la influencia del viento solar, el torrente de radiación que procede del Sol.

“Las capacidades fantásticas de las sondas Van Allen han permitido a los científicos observar en detalle sin precedentes cómo los cinturones de radiación se rellenan con partículas cargadas y proporcionará información sobre lo que les lleva a cambiar, y cómo estos procesos afectan a la parte alta de la atmósfera de la Tierra”, informó John Grunsfeld, administrador asociado de la NASA.

En agosto del año pasado, las dos sondas revelaron un cinturón adicional compuesto de electrones de altísima energía y contenido en el cinturón exterior en una franja de 19.1000 a 22.300 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

Este anillo estable de radiación espacial se habría formado el 2 de septiembre y duró más de cuatro semanas, aparentemente desintegrado por una onda interplanetaria causada por un incremento de velocidad del viento solar, informó el artículo.

Sin comentarios.