domingo, 29 de diciembre de 2013

Alimentarse bien para vivir mejor. Por Ana María Lajustícia.

Ana María Lajusticia, química y autora de muchos estudios sobre alimentación humana, manuales de divulgación y creadora de una marca de productos dietéticos.

El magnesio es un elemento químico esencial para el ser humano; la mayor parte del magnesio se encuentra en los huesos y sus iones desempeñan papeles de importancia en la actividad de muchas coenzimas. 

La pérdida de magnesio se debe a diversas causas, en especial cuando el individuo se encuentra en circunstancias de stress físico o mental. El magnesio es un tranquilizante natural que mantiene el equilibrio energético en las neuronas y actúa sobre la transmisión nerviosa, manteniendo al sistema nervioso en buena salud. 

Ampliamente recomendado para los tratamientos anti stress y antidepresión. Es además un relajante muscular.

Audio Libro Mamamucha. Mamamucha el alienígena y el mexicanos en el paraíso perdido.

¿El Homo Sapiens Sapiens está en la cúspide de la pirámide alimentaria? ¿Somos el alimento de algo o alguien invisible?. Buscamos respuestas.



¿EXISTEN ENTIDADES MÁS EVOLUCIONADAS QUE SE ALIMENTAN DE NOSOTROS, DE LA MISMA FORMA QUE NOSOTROS LO HACEMOS CON LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS, SIN QUE ÉSTOS TENGAN PLENA CONCIENCIA DE NUESTRA EXISTENCIA? TAL VEZ SEA ESTE EL GRAN MISTERIO DE LA CIENCIA ESOTÉRICA HUMANA Y ALLENDE.

La revolución de los brujos es que se rehúsan a honrar acuerdos en los que no participaron. Nadie me preguntó si consentiría en ser devorado por seres de otro tipo de conciencia. Mis padres sólo me trajeron a este mundo para ser comida, como ellos, y ese es el fin de la historia.

Carlos Castaneda, El Lado Activo del Infinito

No puedo imaginar nada más aterrador que ser el alimento de un depredador invisible. Que incluso en este preciso momento, imposible de percibir para el estado actual de mi conciencia, esté siendo devorado lentamente por una entidad evolutivamente más elevada, que, de igual manera que nosotros nos alimentamos de seres que concebimos como evolutivamente inferiores, encuentre en mí el alimento necesario para sobrevivir y posiblemente seguir escalando en la pirámide de la conciencia universal.

Pienso en aquellas películas de terror que uno ve para sentir una sensación muy particular, un rush existencial, en las que generalmente había un asesino o entidad maligna que acechaba a los protagonistas (de los cuales nosotros éramos sucedáneo). Este rol antagónico era más efectivo, generaba más miedo, en la medida en la que era más indefinido, más abstracto y metafísico. Es el horror cósmico de Lovecraft o los poderes supernaturales de los personajes de Stephen King. Pienso que tal vez este ascenso del terror en proporción a lo incognoscible, al misterio de lo paranormal, tiene una profunda ancla en la mente colectiva de la humanidad. Tal vez es un vestigio del mirífico atisbo de los dioses y demonios que habitan el mundo –o al menos habitan la psique que proyecta, sobre la cueva de lo real, una historia del mundo.

Nos gusta pensar que en las dimensiones superiores de la evolución – si es que no somos la cereza en el pastel , la obra maestra de la evolución (o de Dios)— el universo de alguna manera se acomoda a una armonía en la que los seres conscientes conviven pacíficamente, abriendo paso en la escala cósmica sin obstaculizar el impulso ascendente de los que vienen abajo. Dice el investigador esotérico Juán García Atienza:




La realidad para el ser humano, está compuesta como una pirámide escalonada en la que nosotros ocuparíamos la cúspide, abarcando todo cuanto sube hasta nuestros pies y con el convencimiento de que, por encima nuestro, todo el inmenso cielo pertenece a una sola divinidad protectora que nos abarca y nos integra en su infinitud única e indivisible.

Ya sea que imaginemos que somos un epifenómeno exclusivo de la evolución y que no existe vida o conciencia por encima de nosotros en el desierto del espacio; que creamos que arriba de nosotros solo existe más que la legión divina, el cielo en su desnudez rutilante de fusión absoluta; o que pensemos que existen seres más evolucionados –actualmente conjuramos extraterrestres en mundos distantes—nos cuesta trabajo contemplar, con seriedad, la posibilidad de que seamos el alimento, la energía, de una especie íntimamente ligada con nuestra matriz de existencia, si bien imperceptible. Dejamos esto a la especulación exorbitada de las conspiraciones y de los freaks del new age, pero un análisis minucioso de nuestra experiencia, mirando hacia abajo en la escala evolutiva, al menos hace plausible teóricamente que existan entidades que no percibimos del todo y que se alimentan de nosotros. De no haberlas, algo que también es posible, sería, sin embargo, un caso completamente excepcional.

En este punto quisiera detenerme brevemente para aclarar que mi intención al explorar este tema no es crear una conciencia paranoica ni tampoco revelar una epifanía metafísica. Sinceramente, en lo personal, no tengo ningún tipo de evidencia de que existan estas hipotéticas entidades más evolucionadas que, bajo la elemental lógica de la pirámide alimenticia, podrían usarnos como comida. Mi inquietud nace solamente de una perspectiva teórica, de que dentro de un esquema racional basado en la observación y en la experiencia de lo que conocemos en este planeta es enteramente plausible concebir la existencia de seres por encima de nosotros en la escala evolutiva. Es posible que, de existir, estas entidades hayan evolucionado a un punto en el que no sea necesario alimentarse de aquellas entidades inmediatamente inferiores –de alguna manera como algunos seres humano se rehúsan a alimentarse de los animales. Podrían alimentarse de xenón, luz ultravioleta, imprimir sus propios alimentos en 5D o algo equivalente a la nanotecnología, por todo lo que sabemos. Pero también es muy posible que, entre la multiplicidad de seres que podrían haber evolucionado en este planeta o en otros proyectos de vida, existan aquellos para los que los seres humanos somos apetecibles. Incluso podrían existir entidades para los que somos más que una delicatessen en el menú cósmico, somos una indispensable fuente de energía en su dieta, quizás como uno de esos pollos transgénicos de granja, especialmente crecidos para alimentar a poblaciones enteras. Y no necesariamente tendrían que alimentarse de nuestra carne, de la misma forma que nosotros extraemos sustancias de algunas plantas o usamos algunos minerales para alimentar nuestra tecnología, podrían sintetizar a través de nosotros algún tipo de molécula, utilizarnos (como ocurre en Matrix) como una batería o algo aún más arcano.

En una de las pocas entrevistas en las que quiso hablar acerca de la trama subyacente de su película 2001: Odisea en el Espacio, Stanley Kubrick dijo:

Tales inteligencias cósmicas, evolucionando en conocimiento por eones, estarían tan distantes del hombre como nosotros estamos de las hormigas. Podrían estar en comunicación telepática instantánea a lo largo del universo, podrían haber logrado la maestría total sobre la materia y de esta forma se podrían transportar instantáneamente a través de billones de años luz de espacio; en su última fase podrían abandonar la forma física y existir como una consciencia incorpórea inmortal en todo el universo.

Ciertamente estas inteligencias, dioses desde nuestra limitada conciencia, podrían haber trascendido la biología y no necesitar de alimento como lo conocemos. Pero entonces podría ser que se “alimenten” de una comida mental, de la adoración, de la energía psíquica o de otras formas sutiles de energía que podrían encontrar en nosotros. Y estas inteligencias cósmicas podrían estar en los lugares que menos esperamos. En su ensayo La Promesa de la Serpiente, Aeolus Kephas, advierte:

En un medio ambiente predatorio, todo es alimento para alguien más, entonces, ¿por qué asumir que esto no se aplica en el campo de la conciencia o a nuestra interacción con esos “espíritus” que residen en los enteógenos que consumimos, deseosos de ser poseídos por Dios?

Según Juán García Atienza, un hombre que investigó a fondo temas de lo que llamó “la otra realidad” sin perder del todo la cordura, en los niveles de evolución consciente, ya no se trata solamente de “una dependencia irracional e instintiva” sino de la captación de una esencia que una especie consigue mediando su inteligencia y voluntad, para seguir subsistiendo y finalmente escalar la pirámide evolutiva hacia “los niveles superiores de conciencia universal”.

En este plano escalar de la evolución cósmica no existen las categorías morales del bien y el mal, existe un feroz intercambio de energía. En un universo predatorio donde la energía parece ser lo que define si una entidad puede continuar su existencia y posiblemente seguir ascendiendo hacia un “extraño atractor” (el término usado por Terence Mckenna para describir el magnetismo al final del tiempo que impulsa a la evolución) no es de esperarse que abunde la condescendencia moral. Si es que existen seres más evolucionados que nosotros que actúan de manera que favorece nuestra propia evolución, cual ángeles, seguramente lo hacen porque está conducta favorece su propia evolución al aumentar, bajo un mecanismo de feedback, su nivel energético.

Daniel Pinchbeck explica en su libro Breaking Open the Head las ideas del místico armenio George Gurdjieff:

Este proceso transformador ocurre en etapas, en el tiempo. Creía que todo, incluyendo los procesos psíquicos y los pensamientos, eran una forma material –y todo lo material, era en cierta forma, sensible. “Todo a su manera es inteligente y consciente”, dijo. “El grado de conciencia corresponde a un grado de densidad o de velocidad de vibraciones. Entre más densa la materia, menos consciente es”. En su perspectiva, el universo funcionaba como un sistema de “mantenimiento recíproco”, donde cada nivel de entidad se alimenta de las entidades inferiores. Los seres humanos, las entidades orgánicas más conscientes de la Tierra, eran alimento de los demiurgos por encima de ellos.

La misma idea en La Gran Manipulación Cósmica de Atienza:

Toda la realidad cósmica es una constante acumulación de tensiones, de causas y efectos, un toma y daca en el que cada entidad recibe su esencia de otra y cede su energía para que, a su vez, sea utilizada por otra entidad más evolucionada, la cual procura cuidar y conservar, por su parte, la fuente de su propia supervivencia. Ese cuidado y esa conservación suponen precisamente [una] manipulación.

La pregunta de por qué no percibimos, al menos la mayoría de los humanos, a estas hipotéticas entidades podría explicarse por esta manipulación. En muchos casos es importante para el predador que la presa no sepa que está merodeando en el perímetro. O al menos que no perciba que es una amenaza para que siga haciendo lo que hace sin perturbarse. Un ejemplo de esta manipulación es imaginado por Aeolus Kephas: estas inteligencias, sugiere, pueden llegar incluso a utilizar a las plantas para coaccionar al ser humano:

Los espíritus son inteligencias inorgánicas (que podrían incluir a lo que llamamos las almas de los muertos). Siendo inorgánicos o muertos no tienen acceso a la forma física sensible. Esta es un área en la cual no estoy seguro al cien por ciento, ya que los espíritus inorgánicos aparentemente pueden vivir en la materia orgánica, de la misma forma que los seres elementales o las hadas, se dice, pueden vivir en las rocas y en las plantas y demás. Puede ser que estos espíritus busquen específicamente experimentar la existencia humana —y hacer que seres humanos encarnados ingieran enteógenos sea una formar para lograr esto. Cualquiera que sea el caso, aparentan desear no solo congreso con sino ingreso a (y a través de) nuestra conciencia, lo cual consiguen no solo accediendo a nuestras neuronas (al tiempo que son “secuestradas” por los químicos psicoactivos) sino a toda la red a la que estas neuronas están vinculadas.

Una de las más detalladas descripciones de estos supuestas entidades que se alimentan del ser humano es la desarrollada por Carlos Castaneda, en un principio crípticamente, bajo el apelativo de los seres inorgánicos y luego, en El Lado Activo del Infinito, más explícitamente con el nombre del “depredador” y “los voladores” (que vinieron ”desde las profundidades del cosmos” a gobernar nuestras vidas) . Algunos consideran que los libros de Castaneda son ficción o que en muchos casos utiliza metáforas cuando muchas personas lo toman literalmente. De cualquier forma es una referencia ineludible en este tema. Castaneda pone en boca de Don Juán Matus:

Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas y los sueños de éxito o fracaso. Nos han dado la codicia, la avaricia y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y ególatra […] los depredadores nos dieron su mente, que se convirtió en nuestra mente.

Esta última frase tiene ecos de la filosofía gnóstica, donde los seres inorgánicos, voladores o depredadores, son llamados Arcontes (los señores planetarios), que según textos cristianos como los del Nag Hammadi, son una especie de tricksters que crean realidad simuladas, duplicados en los que el ser humano cae ilusoriamente como un pez muerde la carnada de un anzuelo. En The Three Stigmata of Palmer Eldritch, Phillip K. Dick da voz a un Arconte interplanetario que se infiltra en la mente individual y colectiva de la humanidad:

Lo que quiero decir es que me convertiré en todas las personas del planeta…Seré todos los colonos mientras arriban y empiezan a vivir aquí. Guiare su civilización. Es más seré su civilización.

En reiteradas ocasiones, no sabemos si de manera metafórica, Gurdjieff mencionó que los seres humanos eran “comida de la Luna”, tal vez en una resonancia con el sistema gnóstico en el que los Arcontes son vistos como rectores planetarios, generalmente siete (los siete planetas).

El investigador francés Jacques Vallee, de forma similar, dice en su libro Messengers of Deception que los extraterrestres (o cyborgs) provienen del sistema planetario local y que “el fenómeno OVNI” es “un sistema de control espiritual” que se comporta como “un proceso de condicionamiento” y que estas supuestas entidades, más que utilizar máquinas (naves) estaría alterando nuestra percepción o jugando con las leyes de la física que conocemos.

Esta aparente manipulación de la que seríamos objeto, forjando un sistema de creencias propenso a mantenernos como “carne de cañón”, podría explicar tal vez la función que ha tenido la religión organizada en la histora del hombre. Pensadores como Marx y Nietzsche advirtieron que la religión funcionaba como una operación de manipulación psicológica destinada a despojar al hombre de su poder personal, induciéndolo a un estado de sopor y sumisión. Pese a esta remoción de la fuerza individual se generaba una adoración de las entidades y mecanismos que propiciaban dicho despojo. Incluso, por mucho tiempo, en numerosas culturas, se sacrificaban animales y seres humanos para saciar el hambre de estas entidades superiores. Pero, de existir estas entidades predatorias, ¿acaso no es justamente lo que les convendría, que pensáramos en ellas como dioses? Y así nos estuviéramos sin sobresaltos en el “humanero” y marcháramos sin resistencia al matadero.

En la Biblia en diversas ocasiones se hace referencia a la divinidad (padre o hijo) como el pastor, y al ser humano como el rebaño o el ganado. Los dioses griegos también obtienen el epíteto, en las épicas homéricas, de “pastores de hombres”. El pastor puede desarrollar cierto afecto por sus ovejas, pero a fin de cuentas lo que hace siempre es manipular a su ganado para obtener un alimento. Esta es la esencia de un pastor y un rebaño.

Ahora bien si es que existen estas entidades, más allá de que presentan un aspecto en primera instancia terrorífico y en segunda, y más importante, representan un obstáculo insoslayable para la continuidad evolutiva del ser humano y la libertad del individuo, esto es de ninguna manera algo que deba tomarse a mal. En cierta forma, en el divino misterio del universo, aquello que está por encima de nosotros, ángel o vampiro, es lo que nos propulsa, nos jalonea hacia arriba, nos motiva a superar el estadio actual de víctimas de la realidad predatoria. Explica Castaneda en palabras de Don Juán:

Los voladores son una parte esencial del universo… y deben ser tomados como lo que realmente son – increíbles, monstruosos. Son el medio por el cual el universo nos pone a prueba.

El maestro Gurdjieff hace la arenga:

Las posibilidades de evolucionar existen y se pueden desarrollar en individuos aislados…

Las fuerzas que se oponen a la evolución de las grandes masas humanas también se oponen a la evolución de cada hombre. Toca a cada uno chasquearlas.

En cierta forma, si existen, estas entidades son como los guardianes del Castillo –o del Paraíso: tanto la espada del arcángel como la promesa de la serpiente… Como aquel irritante ujier que impide la entrada a la Ley (divina) a la transpersonalización de Kafka en El Proceso, son terribles, inmisericordes e insondables, pero también imprescindibles si queremos acceder a esa realidad superior, a ese misterio que nos llama desde la profundidad de nuestro espíritu, en la que se disuelve el universo y la totalidad de la existencia. Están ahí, al final del nivel, y definen si nos toca Game Over (y volver a empezar en la rueda de las vidas) o alcanzamos el tálamo de la Princesa (el dote de Gaia-Sophia).

fuente/Tendencias21

Encuentran misterioso proyector holográfico de “arquetipos” en selva de Guatemala.



Antropólogos, funcionarios del gobierno guatemalteco y líderes del Concilio Maya dieron a conocer hoy de manera conjunta el descubrimiento de un aparato tecnológico encontrado en una cueva a 13 km del sitio conocido como El Mirador, el cual alberga una enorme pirámide subterránea. El director adjunto del Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala (MUNAE), Esteban Salvatierra, dijo que el hallazgo “podría revolucionar nuestra concepción del pasado de la humanidad y el desarrollo tecnológico de las culturas prehispánicas”.

Se cree que el aparato es de origen maya ya que fue encontrado en una cueva que forma parte de una red de cavernas, algunas de las cuales siguen siendo ofrendadas por la población local, y en la misma excavación se encontraron una serie de lapidas e inscripciones en bajorrelieve con representaciones de figuras teomorfas correspondientes a una serie constelaciones, específicamente Orión, Tauro, Las Pléyades, el Can Mayor y el Can Menor, una zona que es identificada como la “franja de la creación” o “omphalos”. Salvatierra, recalcó, sin embargo, que es importante no precipitarse y formar conclusiones.

Los expertos, después de las primeras examinaciones del aparato, coinciden en que se trata de una especie de proyector de hologramas, que, aunque su funcionamiento no ha sido dilucidado, es capaz de emitir imágenes tridimensionales con una altísima fidelidad, tal que sus proyecciones “son indistinguibles de la realidad percibida a través de los sentidos”. Al parecer el proyector se activa de manera automática cuando una persona entra en contacto con el. El aparato está compuesto de una rejilla de cuarzo con aleaciones de tantalium, tellurium, oro y cobre; en el interior del aparato se halló una esfera espiral de metales líquidos de no-Fermi, mayormente mercurio, en fases resonantes de alrededor de 8 htz. Por el momento no se ha logrado descifrar la física con la que opera el aparato (científicos de MIT analizarán el mismo, según revelaron autoridades), pero en un primer atisbo se cree que el mercurio funciona como una especie de transformador toroidal que sirve como combustible. Algo que, en palabras del productor Raul Julia Levy, quien planea mostrar este aprato en su esperado documental “Revelaciones Mayas del Más Allá”, “evoca a las vimanas”, naves mitológicas que aparecen en los textos sagrados de hinduismo y que supuestamente se alimentaban de mercurio.

Lo más intrigante del aparato es que las personas que han entrado en contacto con el describen que este proyecta en el espacio una película que captura de manera completamente inmersiva la atención del espectador. “No es como ver una película, es como ser una película”, dijo el antropólogo Fernando K. Diaque. La persona que halló el aparato, un índigena quiche que permenace en el anonimato relató, según el mismo Diaque, que al entrar a la caverna presenció una explosión de luz arracimada de estrellas y galaxias, polvo, cenizas y fuego. El primer testigo observó luego el nacimiento de un ser magnifico que se desprendía de una nebulosa, un ser que en su mente dibujó la palabra Hunab-Ku, el ser autoexistente, divinidad superma de la religión maya secretamente monoteítsa. De su cuerpo “que cubría todo lo visible con un velo translúcido” se desplegó una mujer morena de ojos de jade. La mujer hizo una circunvalación en el espacio que tenía ya la impresión de ser una pradera y se convirtió en un venado; Hunab-Ku la sigió ferozmente hasta que se unió a ella, penetrándola estrepitosamente, sacudiendo los cimientos de la tierra con su cópula.

Don Alejandro Cirilo Perez Oxlaj “Lobo Errante”, líder del concilio maya de ancianos, tuvo también la oportunidad de observar el aparato y presenció una escena similar. “Es la historia de la creación: la divinidad masculina que va al encuentro de la divinidad femenina para darle sustancia al mundo”, dijo el líder moral de los quiches. Alejandro Cirilo Perez añadió que entre los círculos más arcanos de su tradición se tenía conocimiento de la posible existencia de dicho aparato, el cual “proviene de la luz misma, de aquello que enciende las estrellas”, y que ha sido confeccionado “por los maestros ascendidos del Centro de la Galaxia”.

Curiosamente entre algunos de los antropólogos que han podido acceder al aparato esta historia proyectada se ha repetido pero con sutiles variaciones; han visto el Big Bang, el nacimiento de un ser imenso y luego la formación de una mujer que les susurra de manera irresistible, pero esta mujer en ocasiones es una mujer que conocen, una actriz de cine o una mujer con la que alguna vez han soñado. Coinciden todos en que después de presenciar estas imágenes inmersivas permanece un “ardor”, y “una voz que llama en la oscuridad”.

La revelación de este aparato de alta tecnología desconocida ha despertado una serie de reacciones, entre las que se destacan aquellos que ven el aparato una seña inconfundible de origen extraterrestre. El famoso periodista conspiracionista español Rafael Palacios (“Rafapal”) considera que es una “prueba irrefutable del vínculo entre los mayas y la Federación Galáctica de la Luz”, y lo incrusta dentro de un proceso teleológico de revelación que se viene acelerando desde la Convergencia Armónica y que culminará con el Apocalipsis. Otros consideran que este extraño proyector de hologramas narrativos fue sembrado de manera encubierta y es parte de una operación de desinformación (orquestado por la CIA y los potentados del Nuevo Orden Mundial) que utiliza la tecnología del “Proyecto Blue Beam” para hacer creer a los habitantes del planeta Tierra que existe una supraraza extraterrestre y cuyo climax sucederá el próximo año con un simulacro celestial del rapto apocalíptico. ¿Veremos entonces a la divinidad en su auriga de fuego cruzar el cielo? ¿Que historia se proyectára sobre el lienzo azul, acaso la eterna escena de seducción y castigo?

En Pijama Surf consultamos a nuestro colaborador Aeolus Kephas (Jason Horsley) sobre este enigmático hallazgo. En una breve conversación a través de mensajería instántanea Kephas nos contó entusiasmado que es posible que este aparato sea “un proyector de arquetipos, la tecnología anticipada por Phillip K. Dick en VALIS, el láser holográfico de información viviente que transmite la Matrix, la Prisión de Hierro Negro… Dick creía que esta inteligencia cibernética provenía de Sirio pero es más apropiado pensar que la Matrix se transmite desde dentro, desde la arquetípica cueva de Platón, la vulva mundi en el centro ubicuo de la Diosa”. Kephas aclaró que al referirse a un proyector de arquetipos se refiere a “campos psicoenergéticos” que “in-forman nuestra existencia”, una especie de pista base que se repite y de la cual extraemos nuestra narrativa existencial. “Lo interesante es que este descubrimiento podría ser sobre todo simbólico”, agregó “la máquina podría ser sólo un guiño, un tanto burdo, con la intención de hacernos saber que se está proyectando una película colectiva sobre nuestra vidas, que en cierta forma reemplaza nuestras vidas y nos convierte en actores de los guiones de los dioses. Lo dijo misteriosamente F. Scott Fitzgerald ‘Las películas nos han robado nuestros sueños. De todas las traiciones esta es la peor”.


De manera un tanto enigmática sentenció al final de nuestra charla: “Estaba leyendo hoy un texto védico en el que se dice ‘el mundo es como la impresión dejada por la narración de una historia’. Creo que esa ‘impresión’ se empieza a volver borrosa, como cuando soñamos y estamos a punto de despertar”. ¿A que se refiere Kephas con esto? Probablemente a que todo lo que vemos, todo lo que vivimos no es más que la impresión que ha dejado en el espacio cósmico la narración de una historia que se repite en nosotros. Este sería el “velo de Isis”, la magia (y la madeja) de Maia. La impresión que deja esa historia narrada se convierte en el mundo, porque el mundo sólo es algo que ocurre en la Mente –nosotros ocurrimos en la Mente.

Quizás entonces despertar sólo sea saber que estamos siendo soñados y estamos cumpliendo la historia.

fuente/Tendencias21

¿Se oculta algo sobre sucesos venideros?

Miren y observen que fotografió F. JAvier Mendoza.



Foto

SBM,. Amira, ganadora de Holland got talent 2013 .

Filmado en Rusia. ¿Ejercicios con misiles?.