lunes, 7 de marzo de 2016

Por qué la conciencia no puede ser meramente un producto del cerebro.



ESTUDIANDO DE CERCA ALGUNOS FENÓMENOS COMO EL PLACEBO, LA HIPNOSIS O LA TELEPATÍA, SE INFIERE QUE LA CONCIENCIA CUENTA CON CARACTERÍSTICAS QUE NO PUEDEN EXPLICARSE SOLAMENTE A TRAVÉS DEL CEREBRO.

De manera convencional la ciencia moderna ha difundido y defendido la idea de que la conciencia es generada solamente por el cerebro y que estamos cerca de localizarla, de atraparla en su gestación, en la actividad de algún grupo especial de neuronas. Esta es la culminación de la filosofía materialista, el dogma esencial de la ciencia establecida. En este artículo haremos un comentario a la excelente revisión que hace el doctor Larry Dossey de algunas de las teorías más populares que intentan explicar la conciencia, desde la hipótesis materialista a otras hipótesis que surgen a la luz de fenómenos como la hipnosis, el placebo y los llamados eventos psi estudiados por la parapsicología. 

La hipótesis materialista considera que la conciencia tiene una base material y puede ser reducida a una serie de señales en el cerebro, las cuales determinan nuestra experiencia del mundo. Un ejemplo de esta hipótesis puede encontrarse en Francis Crick, el biólogo que descubrió la doble hélice del ADN, quien consideraba que todos los fenómenos biológicos acabarían por ser explicados solamente con química y física. En su libro The Astonishing Hypothesis escribe: "Tus alegrías y tus penas, tu memoria y tu libre albedrío, son de hecho sólo el comportamiento de una vasta asamblea de células nerviosas y sus moléculas asociadas". Así todo puede reducirse a un paquete limitado de neuronas: el encandilamiento del amor, la 5a sinfonía de Beethoven, un viaje de DMT o el asombro por nuestro origen y propósito en el universo, son sola y exclusivamente la actividad aleatoria de una serie de neuronas. 

La certidumbre de Crick ciertamente no es compartida por todos los científicos de renombre en el campo. Como cita oportunamente Dossey, el Nobel Eugene Wigner afirmó: "No tenemos ni la más vaga idea de cómo conectar los procesos psicoquímicos con el estado de la mente", y el también Nobel Roger Sperry dijo: "los procesos centrales del cerebro con los que la conciencia está presumiblemente asociada simplemente no son entendidos actualmente". Así, ante el misterio fundamental de la conciencia, algunos científicos buscan atrapar al fantasma de la mente en la máquina del cerebro y al hacerlo, más que seguir el canonizado método científico, recaen en un procedimiento enteramente dogmático, buscando que la realidad se ajuste a su modelo preestablecido del mundo.

Una de las formas en las que se han dividido las teorías sobre la causación de la conciencia son aquellas que consideran que ésta se genera de abajo hacia arriba (o causación ascendente) y las que creen que se genera de arriba hacia abajo (o causación descendente). La teoría ascendente indica que la conciencia es generada por la mente y de ahí se difunde a la materia; la teoría descendente sugiere que las neuronas operan de manera determinista y generan nuestra mente (y toda la personalidad asociada). En la primera son las intenciones conscientes las que determinan lo que hacemos; en la segunda, las células nerviosas de alguna manera ya "han hecho su mente" y causan todos nuestros estados mentales. "Puede ser que los neurocientíficos lo hayan entendido al revés, y la experiencia que sentimos de empatía sea la causa de que las neuronas espejo se enciendan y no al revés", dice Dossey. ¿Dónde está la jerarquía, en la entidad que aparentemente ejerce el mando, o en las células que componen esa identidad?.

La hipótesis de la causa material o descendente se mete en problemas cuando se enfrenta con cosas como la hipnosis, los efectos de las drogas psicodélicas, el placebo y el fenómeno psi. Siguiendo con el recorrido de Dossey, debemos mencionar una experiencia que tuvo cuando fue médico interno en el Valle del Río Grande en Texas. Dossey tenía un paciente afroamericano moribundo que presentaba un enigma ya que no podía determinar la causa de su estado. Un médico de más experiencia lo entrevistó y descubrió que el paciente creía que había sido embrujado por una adivinadora a la cual le debía dinero. "Convencido de su maldición, estaba cumpliendo su destino". Como último recurso, Dossey y su colega hicieron una ceremonia de desembrujamiento en la noche en el hospital. La ceremonia tuvo éxito en la mente del paciente, y al día siguiente se levantó con un apetito voraz, ya en vías de recuperarse.  

La capacidad de la mente --de ideas e ilusiones-- de modificar el cuerpo y la forma en la que éste procesa la realidad queda manifiesta en fenómenos como la hipnosis y el placebo. Durante la hipnosis, una persona puede llegar a producir una quemadura de segundo grado cuando se le avisa que tiene una moneda hirviendo en su brazo. El psicólogo Julian Jaynes, de Princeton, señala:
Si te digo que pruebes vinagre y te sepa como champagne, que sientas placer cuando te coloco un alfiler en el brazo, o que mires en la oscuridad y contraigas las pupilas como ante una luz imaginaria... encontrarías estas tareas difíciles por no decir imposibles de hacer... pero si antes te hipnotizo lograrías estas cosas sin ningún esfuerzo
.
Ante esto Dossey concluye que "la hipnosis permite que el cuerpo desafíe las funciones neuronales ordinarias". En el caso del placebo, algo similar ocurre, donde el poder de la sugestión detona respuestas de autosanación equivalente en sus efectos a poderosos fármacos, demostrando que lo que se puede hacer químicamente también puede hacerse de manera mental, a través de pensamientos intangibles que se vuelven tangibles posteriormente.

Dossey hace hincapié en que esta visión de la mente sobre la materia no sostiene que las neuronas o las células no tengan una función operativa, sino que considera que su nivel de operación es el de los transmisores de una señal y no de los generadores de esa señal, es decir, de correlación no de causación: "No podemos decir que las neuronas espejo causan la empatía, de la misma manera que nuestras televisiones no causan la Copa del Mundo o el Superbowl, solamente están correlacionadas con ellos". El cerebro es como la televisión que nos permite sintonizar la señal y focalizar una experiencia de la conciencia que existiría en la atmósfera. Por otro lado, esta perspectiva reconoce, en cambio, que los pensamientos, las creencias, las emociones, etc., no son sólo imaginarios sino que tienen efectos verdaderos: logran transmitir sus señales a través del cuerpo (el aparato de sintonización). 

En su libro Science and Psychic Phenomena el filósofo Chris Carter cita miles de estudios en los que fenómenos de percepción extrasensorial, telepatía y precognición han apilado evidencia de ocurrir desafiando las probabilidades estadísticas de un comportamiento meramente aleatorio. Dossey nos dice que Carter considera que los fenómenos psi sí entran en conflicto con el mundo de la física clásica newtoniana, pero no con la perspectiva de la física cuántica-relativista. De su investigación Carter concluye que la conciencia se manifiesta de formas no-locales (al igual que el entrelazamiento cuántico), y por lo tanto parece no estar constreñida por el espacio-tiempo, lo cual es un importante indicativo de que la conciencia no puede ser solamente material. Explica Dossey:

Los fenómenos psi implican que la conciencia puede hacer cosas que el cerebro y las neuronas no pueden. Las implicaciones son vastas. Si la conciencia es temporalmente no-local, infinita en el tiempo, entonces es inmortal y eterna, porque una no-localidad limitada es una contradicción de términos; y si la conciencia es espacialmente no-local, es omnipresente. 

Esta visión parece "sintonizar" la antigua creencia expresada por los filósofos de la India de que la conciencia es de hecho la misma sustancia que el espacio, sea este considerado como un éter (akasha), o como el vacío del cual emergen los fenómenos en el budismo, el cual es igual a la mente en su estado de pureza y potencialidad infinita (dharmadatu). En el Timeo, Platón esboza una cosmología en la que existe una especie de espacio primordial (khora) en el cual el demiurgo imprime la cualidad de su inteligencia: las Formas o arquetipos que son reflejos de la mente de Dios. Aquí el espacio toma un sentido maternal --es una nodriza de la conciencia (aunque Platón no tiene un término equivalente a nuestra "conciencia"), por lo que se podría hablar de un soporte material de la conciencia, pero hay que mencionar que esta especie de inseminación de aquello que viene del Padre en el lienzo de la Madre, de la cual surge el cosmos, es el acto seminal que ocurre en el origen (una misma imagen que aparece en muchas historias de creación: el espíritu que se posa sobre las aguas). Es decir, el espacio mismo está impregnado de la conciencia --podemos concebirlo como un vientre que perpetuamente está llevando la luz de la mente-- y, aunque esta semilla florezca también en una rarificación de su esencia en la materia, la conciencia preexiste a los cuerpos en los cuales puede encontrar una expresión particular. En este tenor, actualmente un grupo de teorías científicas agrupadas con el nombre de teorías de la conciencia de campo sugieren que la conciencia es idéntica a un campo no físico que existe ubicuamente en el espacio como la fuerza de gravedad o el electromagnetismo. 

La reducción de la conciencia a términos meramente materiales, como un epifenómeno o un subproducto de la complejidad de la materia, ha sido entendida por algunos importantes científicos y filósofos de una mentalidad más abierta como una de las más grandes supersticiones de la ciencia, una forma de religión materialista, basada fundamentalmente en preconclusiones de lo que el mundo debería de ser y en el deseo mesiánico de explicarlo todo en términos materiales. Esto mismo fue llamado por Karl Popper un "materialismo promisiorio", una especie de wishful thinking de la ciencia en el que finalmente el paradigma materialista habría logrado conquistar todas las dimensiones de la realidad y abolido toda visión espiritual. El neurofisiólogo John Eccles, ganador del premio Nobel, dijo que "el materialismo promisiorio es simplemente una religión basada en la creencia de los materialistas dogmáticos... que confunden la religión con la ciencia".

Para concluir, las palabras de uno de los más lúcidos críticos del paradigma materialista en la actualidad, el doctor Bernardo Kastrup. En un diálogo con Alex Tsakiris de la revista Skeptiko, Kastrup explicó:
Nuestra cultura está impulsada por esta noción de que la realidad real existe fuera de la conciencia. Es un universo material fundamentalmente independiente de la conciencia, que nuestras vidas internas y nuestras experiencias subjetivas emergen de la distribución específica de la materia en este mundo abstracto fuera de la mente. Esta es la filosofía del materialismo que subyace en la mayoría del trabajo académico y de la mayoría de la ciencia que conocemos hoy en día. Pero también subyace el sistema de valores de nuestra cultura y nuestro sistema económico. Por ejemplo, si la materia es la única realidad real, la conciencia siendo transitoria, un efecto colateral temporal, entonces, ¿qué significado tiene la vida más que acumular bienes materiales? Esto encaja perfectamente con el sistema económico y establece bucles de retroalimentación con las estructuras de poder existentes.

Kastrup sugiere que la visión materialista de la realidad penetra todas nuestras esferas de conocimiento y define todas nuestras relaciones. Esto evidentemente trastoca toda interacción y puede explicar la crisis moral, ecológica y espiritual de la actualidad. Al mismo tiempo nos sitúa en un espacio desprovisto de significado, totalmente desencantados, en un frío e inexorable abismo material. Sin embargo, esta desoladora visión es un error de percepción, un extravío en el camino. Y es que toda la riqueza que podamos percibir en la materia viene solamente de la conciencia que le deposita valor, que la carga de significado. Así cuando perseguimos bienes materiales y luchamos por obtener más cosas, actuamos erráticamente puesto que lo que en realidad queremos es el valor, las ideas, las percepciones y las experiencias que asociamos con las cosas, todos los cuales pertenecen al dominio de la conciencia... confundimos a la estatua con el poder del dios que representa. En esta idolatría del materialismo no alcanzamos a ver que la única riqueza real que podemos acumular en este mundo es la conciencia.

fuente/Pijamasurf/Autor/Alejandro Martinez Gallardo - 

domingo, 6 de marzo de 2016

Egipto una colonia Atlante.

edfu egipto Egipto y el misterio de la Atlántida


Cada vez se duda menos de la existencia de la Atlántida (para mas información ver nuestra Sección "La Atlántida") y de su fulminante desaparición tras un tremendo cataclismo. Según las investigaciones recogidas en este artículo, buena parte de los atlántes que se salvaron llegaron a la costa de Marruecos y desde allí se dirigieron a Egipto llevando consigo el recuerdo de su civilización, sus conocimientos y creencias, y dejando abundantes muestras de su paso. Ahora, puede hablarse de un Egipto Atlante, cuya historia y trascendencia merece la pena considerar.

En 1976, Albert Slosman, profesor de matemáticas, doctor en análisis informático y participante en los programas de la NASA para el lanzamiento de los Pioneer sobre Júpiter y Saturno en 1973, 1974 y 1975, publicó en París un libro titulado "El gran cataclismo". En este libro sensacional se relata con todo lujo de detalles un acontecimiento ocurrido hace 12.500 años: el hundimiento de la Atlántida descrito por Platón en Timeo y Critias.

La resonancia del libro de Slosman fue escasa ya que pasó por ser un libro más sobre el tema Atlante (más de 12.000 títulos a lo largo de la Historia) con unas hipótesis curiosas ignoradas por los científicos oficiales.

Dos años más tarde salió a la luz "Los supervivientes de la Atlántida", donde se describe la gran migración de los Atlantes desde el continente hundido hasta Egipto con arreglo a una nueva lectura de los textos jeroglíficos, que culminó con la publicación en 1979 de "El libro del más allá de la vida", más conocido como el "Libro de los muertos".

EL ASOMBROSO ZODIACO DE DÉNDERA

Es muy probable que Albert Slosman acabe siendo reconocido como uno de los más grandes Egiptólogos de todos los tiempos, aunque hasta 1972, año en que pasó cuatro meses en Egipto, no se dio cuenta, de que se le habían abierto unos horizontes absolutamente fantásticos sobre la antigüedad Egipcia.

De todos los lugares fascinantes de Egipto, Déndera fue el que más le apasionó, por ello se centró en el estudio de su famoso Zodíaco, que fue encontrado por casualidad o CAUSALIDAD durante la campaña Egipcia de Napoleón. Cuando el ejército del sur, al mando del general Desaix, iba en persecución del ejército Mameluco, tanto hombres como animales estaban agotados y el general ordenó un alto para descansar en las arenas del desierto y descargar los camellos.

Bajo el peso de una caja de municiones se abrió un hueco en el suelo y ésta se hundió en él. Los soldados se asomaron por el agujero y descubrieron que la caja había caído dentro de una sala casi llena de arena, a la que no tardaron en bajar.

El ejército iba acompañado por una veintena de sabios que entraron tras los soldados y se encontraron con que el techo de aquella cámara era un maravilloso mapa celeste. Acababan de descubrir en el fastuoso templo de Déndera, medio enterrado entre las arenas, su asombroso Zodiaco.


El primer dibujo que se hizo de él, para enviárselo a Napoleón, que estaba en El Cairo, lo realizó el vizconde Deno, que pasó bastantes días y noches en difíciles condiciones de comodidad y de iluminación para reproducirlo. El resultado, no obstante, fue espléndido, casi fotográfico. Más de veinte años después, en 1822, llegaba el planisferio al Museo lmperial de París (Futuro Museo del Louvre) desatando encendidas polémicas entre los sabios.

UNA LOSA DE 60 TONELADAS

Las dimensiones originales de la losa en la que se había esculpido el Zodíaco eran de 3,60 metros de largo Por 2,40 de ancho y un grosor de 90 centímetros, lo que significaba un peso entre 55 y 60 toneladas. Para aligerar el peso, M. Lelorrain, el héroe encargado de desmontarlo y transportarlo a Francia, decidió cortar dos series de líneas en zigzag, que tenía la piedra en su parte más larga, con el fin de cuadrarla.

Con esto eliminó el jeroglífico que representaba el gran cataclismo, ya que en la lectura de los jeroglíficos el agua se representa con una línea quebrada; el plural de las aguas son dos líneas; con tres la crecida del Nilo y el diluvio con cinco líneas quebradas. Como el Zodíaco de Déndera está rodeado de ocho líneas, nos encontramos con un Superdiluvio, de ahí la idea de llamarlo "El gran cataclismo".

La campaña de Napoleón en Egipto, puso de moda en Europa todo lo Egipcio y la llegada de la losa esculpida con el Zodíaco produjo una profunda perturbación en las academias de sabios. Durante un periodo de diez años se publicaron 432 estudios entre San Petersburgo, Berlín, Londres y París, los cuales serían comentados en gran parte por Slosman en sus libros.

Hubo tres clanes de grandes sabios en pugna constante. El clan de Cuvier y Monge afirmaba que los relieves y las pinturas del templo eran Griegos y que habían sido datados en el siglo II AC y en consecuencia, no tenían nada de Egipcio. Eran bellas pinturas y nada más.

El equipo de Jean François Champollion decía: "Ustedes no tienen todo en cuenta". Si estas doce constelaciones están sobre el Zodíaco en relación con Sirio, Orión y los planetas, su emplazamiento se establece con referencia a las estaciones Egipcias y no a las Griegas, es decir que la antigüedad hay que datarla en dos mil años antes de Cristo y no en doscientos.

Un tercer clan, el de los astrónomos de Charles Dupuis, replicaba:

"Todos ustedes están en un error, porque todas las constelaciones están conducidas por la de Leo, que está sobre una barca. En esa época el Sol estaba en la constelación de Leo, por tanto, es el cielo de hace doce mil años, no dos mil ni doscientos".

En escena apareció un cuarto y potente clan representado por el Arzobispo de París, que amenazó con la excomunión a quienes mantuvieran tales tesis. No hay que olvidar que esto tenía lugar en 1.820 y según la Iglesia (el Vaticano), la creación del mundo había tenido lugar cuatro mil años antes de Cristo; Adán, el primer hombre, había aparecido cinco mil años atrás y la Tierra no tenía una antigüedad superior a seis mil años.

Así pues, hace sólo ciento setenta y cinco anos que los sabios conocían que el mundo existía desde hacía más de seis mil años pero no podían decirlo por el riesgo que corrían. La tradición estaba establecida y nadie se atrevía a cuestionarla.

Hasta 1.956 la Comisión Bíblica no solicitó un restablecimiento de la verdadera cronología de esta parte del Antiguo Testamento. Sin embargo, en 1.995 todavía se siguen datando los monumentos Egipcios en función de la decisión del Arzobispo de Paris, Monseñor Affre.

El año actual corresponde, en cambio, al 5.756 del calendario judío, que arranca, según una tradición, desde la creación del mundo y según otra, de la salida de Abram (que después fue Abraham, hijo de Thera, de Ur). Es curioso que Ur signifique Luz y que el padre de Abraham se llamara como la isla que algunos han asociado a la Atlántida o a una colonia Atlante.

Según afirma Slosman, es posible hablar de sus descubrimientos sobre Déndera porque se dispone de escritos desde cuatro mil, hasta mil años antes de Cristo, en los que se habla de Déndera y sus reconstrucciones, así como lo que entre los años 1.840 y 1.870 opinaron Mariette, Máspero, etcétera. Su mérito ha sido ratificar sus descubrimientos e ir más lejos.

El templo de Déndera, es el templo de la Dama del Cielo y todos los fundamentos de la Astronomía y de la Astrología parten de allí, y así fue a lo largo de sus reconstrucciones, ya que la que actualmente contemplamos es la sexta reconstrucción sobre los únicos cimientos originales, que se remontan a los arquitectos Sucesores de Horus, que fueron los primeros supervivientes llegados a las orillas del Nilo, tras el cataclismo Atlante.

Existe un papiro del escriba del faraón Keops a quien se atribuye la construcción de la Gran Pirámide (aunque probablemente sea muy anterior) que se conserva en el Museo de El Cairo, en el que se precisa que, por orden de Khufu (Keops), el Templo de la Dama del Cielo de Déndera será reconstruido por tercera vez, sobre el mismo emplazamiento y según los planos establecidos por los sucesores de Horus, sobre pieles de gacela y salvaguardados en los archivos del Rey.

LOS ARGUMENTOS DE LA FONÉTICA

Otro aspecto fundamental de las investigaciones de Slosman se refiere a la fonética. El punto de partida es el capítulo XVII del Libro de los Muertos, porque a través de él se llega a la Atlántida. En ese libro se habla del Más Allá, pero en este caso se trata del nombre de un país que fue sumergido por la cólera de Dios.

Ese país se llamaba AHA MEN PTAH (Amenta para los Griegos; Amenti, en castellano), el Reino de los muertos, pero que en su traducción exacta quiere decir: Primer corazón o corazón primogénito de Ptah. (Según multitud de textos Ptah es el Dios Único, el Dios Eterno, el Todopoderoso).

El hilo conductor que enhebra Déndera y el gran cataclismo, es ese capítulo XVII, que establece la situación desde los ancestros, y los ancestros son los Faraones, porque Faraón es de nuevo una palabra Griega, que en jeroglífico es PHER AON, PER AHA, lo que significa: Descendiente del Primogénito y el primogénito es Osiris.

Toda la trama se explica a lo largo de un extenso texto en el que se cuenta, que los primogénitos se encontraban en ese otro país, AHA MEN PTAH, que fue engullido por el Mar. Los supervivientes establecieron ATH KA PTAH, que significa Segundo corazón de Ptah, cuya fonetización Griega es Egyptos. Si según apuntan todos estos datos, hubo un enorme cataclismo que sumergió todo un continente, éste tuvo que ser la Atlántida.

Los textos de Platón hablan de ello claramente. Él mismo dijo que fue Solón quién le inspiró. Timeo y Critias, y Solón que vivió siete años en Egipto y aprendió con los sacerdotes de Sais, todo lo referente al continente sumergido, así como en los jeroglíficos, que leía y comprendía.

EL GRAN CATACLISMO QUE SUMERGIÓ LA ATLÁNTIDA

Es preciso tener en cuenta que cataclismos de esta magnitud se han repetido con cierta periodicidad, y remito al lector al magnifico estudio realizado por Juan Bonet, magnífico investigador, que en su libro: El vuelco de la Tierra, editado por la Universidad de Navarra, describe los cuatro vuelcos habidos ya en nuestro planeta y apunta además la posibilidad de un próximo quinto vuelco (vuelcos de aproximadamente 180º grados) con el consiguiente cataclismo.

Todos los vuelcos habidos son asociables a los diversos relatos de diluvios de las distintas leyendas y tradiciones, que siendo muchos pueden reducirse a cuatro, coincidentes en sus características con los cuatro vuelcos mencionados. Precisamente el último, que coincidió con el final de la última Glaciación (el que originó tal final), fue el que hundió la Atlántida, recogido en la epopeya de Gilgamés y en el diluvio bíblico de Noé.

A este respecto Slosman cuenta, que los sacerdotes que estaban al corriente de lo que iba a ocurrir, habían hecho construir decenas de miles de embarcaciones insumergibles, que llamaban Mancgit y no sólo sirvieron para salvar a una parte de la población, sino que fueron utilizadas también por sus descendientes. Son esas Barcas Sagradas que se encuentran por todas partes, en las que se habían salvado Osiris, Isis y Horus.

Cuando la Tierra volcó girando 180º sobre el eje, el movimiento aparente del Sol primero se detuvo y luego el cielo pareció desplomarse. A continuación, el Sol retrocedió en su curso para ponerse por donde había salido, todo ello en un tiempo brevísimo. Después, acompañado de gigantescos terremotos se produjo la gran inmersión y la desaparición del Sol.

Los supervivientes escaparon en todas direcciones, pero una buena parte de ellos se dirigieron hacia lo que había sido hasta entonces, la Tierra de Poniente, que es precisamente lo que significa la palabra MOGHREB, la costa de Marruecos. Desde allí se dirigieron en un largo éxodo hasta el Nilo.


LA TEOLOGÍA ORIGINAL DEL MUNDO

El mencionado capítulo XVII del Libro de los muertos recoge, en realidad, la Teología original del mundo de la cual todas han derivado. Una teología sorprendente porque es absolutamente monoteísta e idéntica al Dios de Abraham y de Moisés. Según Slosman, el Antiguo Testamento no es sino una copia de esta Teología original, en la que se olvida demasiado fácilmente que Moisés era Príncipe de Egipto y por tanto, que había sido elevado a Gran Sacerdote porque estaba destinado a ostentar el cetro.

A esto es preciso agregar algo sumamente importante: El resultado de la cuidadosa, documentada y exhaustiva investigación realizada por el escritor Egipcio Ahmed Osman, que concluye que ese Príncipe, de madre Judía, la Reina Tiyi, hija del Visir Susa (el José bíblico) y padre Egipcio, el Rey Amenofis III, fue el Rey Amenofis IV, al que se conoce más como: Akenaton, o el Rey Hereje, porque restablece el culto a un Dios único, Atón y Akenaton es precisamente Moisés.

Para situar adecuadamente esta cuestión es preciso hacer una digresión. El nombre Moshe, Moisés, no significa Salvado de las Aguas, como suele interpretarse sino Nacido de las Aguas, ya que las Aguas, representan siempre la esencia de la vida. Además el mundo de las aguas, simboliza el mundo emocional, lo cual se asocia al amor, entre su padre Egipcio y su madre Judía, de la que él nace, lo que automáticamente lo convierte en Judío indiscutible, porque para el Judaísmo son Judíos los hijos de vientre Judío. (La madre siempre es evidente, pero el padre sólo es presumible).

Este nombre tiene una connotación de suma importancia ya que lo relaciona con los nacidos de las aguas del cataclismo, los primogénitos, descendientes del primogénito (Osiris) y sucesores de Horus en ATH KHA PTAH, en el Segundo Corazón de Ptah. En consecuencia, el nombre Moisés, sirve como pista clara para relacionarlo con su origen regio indicando que no es un príncipe cualquiera.

Como tal, además de prepararse para manejar el mundo material, es preparado para manejar el mundo espiritual, ya que el Faraón es Sumo Sacerdote. Y así aprendió, de la primera letra hasta la última, todo el monoteísmo original Egipcio, tal como se enseñaba precisamente en Déndera.

EL HORIZONTE DE ATON

Por otra parte Akenaton no establece, sino que restablece el monoteísmo original con Ptah, el Único, que es lo mismo que representa ATON, y una vez hecho esto, traslada su capital a un lugar del desierto, en el que las montañas forman un arco cuya cuerda es el Nilo y al cual da el nombre de El horizonte de Aton, Akenaton, conocido actualmente como Tell el Amarna.

Pero hace algo más. Traza sobre el territorio Egipcio un gigantesco círculo, de cientos de kilómetros de diámetro, que marca con doce estelas, y en ellas escribe: Estos son los límites de mi Reino. Estos límites son muy inferiores al Imperio real, formado por el Alto y el Bajo Egipto, pero sólo aparentemente porque las estelas representan las doce puertas del Zodíaco, lo que convierte en Reino suyo lo que está Más Allá, el Universo Entero.

Akenaton, según los Egiptólogos, es derribado por una revuelta sacerdotal y probablemente asesinado, aunque ni su tumba ni su momia se han encontrado nunca, y su nombre fue borrado de los monumentos; sin embargo hay una estela de El Amarna, en la que figura que simplemente desapareció.

Moisés también desaparece de Egipto y reaparece cuarenta años más tarde, para llevarse a un pueblo prácticamente limpio de religión, los Habiru, más Egipcios que Judíos, como queda muy claro si se lee con atención el principio del Éxodo, a los que conocía bien y a los que transmitió todo el monoteísmo Egipcio y cuanto había aprendido allí, unido a las experiencias y los conocimientos que había adquirido durante cuarenta años con Jetro, sacerdote de Madián, que llegará a ser su suegro.

EL VALOR DE LOS JEROGLÍFICOS

Lo que pocos conocen es que en 1.812 Champollion publicó en Grenoble un libro titulado De la Escritura de los Antiguos Egipcios, en el cual afirma, que la escritura jeroglífica en modo alguno es alfabética, pues representa cosas, no sonidos, y lo mismo afirma de la escritura Hierática a la que considera como una Taquigrafía Jeroglífica.

El propio Champollion lo hizo desaparecer de las librerías con el pretexto de que podía lesionar a las personas piadosas, porque hacía remontar las dinastías Faraónicas al año 5.285 antes de Cristo, es decir, antes del nacimiento oficial de Adán.

Clemente de Alejandría, Padre de la Iglesia del Siglo III, en su Stromatas hace un estudio muy próximo a la realidad de lo que son y representan los diferentes tipos de escritura Egipcia, y el propio Aristóteles, en el Tratado de Filosofía según los Egipcios, se refiere a los jeroglíficos, que es más que probable que conociera perfectamente en su dimensión de lengua sagrada porque escribe:
Los Egipcios, habiendo conocido las formas espirituales, se expresaban por una doctrina intelectual superior a los métodos humanos. Grababan estos conceptos sublimes por medio de figuras, tornando las piedras de los muros de sus templos. Las usaban tanto para todas las ciencias, como para todas las artes, con el fin de indicar que el espíritu inmaterial lo había creado todo a partir de los modelos particulares de cada ser.

Y Slosman añade: En todos los tiempos estos jeroglíficos fueron objeto de una consideración respetuosa, porque estas imágenes no podían ser más que portadoras de un mensaje celeste: El de la Ciencia Divina. Su significación simbólica sólo podía ser, sin duda, mística e iniciática. Esto significa, sobre todo, que los jeroglíficos tienen una base ideográfica, altamente espiritual, y que por esta razón la mayoría de los signos no eran comprensibles para el pueblo.

Es decir, que existía un lenguaje popular que se leía en alta voz y que por consiguiente era hablado. Fue llamado más tarde lenguaje Demótico. Por tanto, se ha de suponer que el jeroglífico no era más que un lenguaje escrito destinado a la conservación de la Tradición Original. (Jeroglíficos Multimedia)

De hecho, los conflictos en los que se sumergieron los sabios al aplicar a los textos el método de Champollion, fueron enormes, porque además de ser totalmente diferentes las interpretaciones entre unos y otros, generalmente los resultados son incomprensibles. Los griegos llamaron a los jeroglíficos Lengua Sagrada. Podemos entender, que es así, porque los primeros datan de Menes, y cuando los volvemos a encontrar 4.000 años más tarde sobre la Piedra de Rosetta, los signos son absolutamente idénticos.

En 4.000 años no se ha cambiado ninguno. Sin embargo, había dos lenguas habladas, el Demótico y el Hierático, que en 500 ó 600 años sufrieron cambios enormes, hasta el extremo de que al cabo de 1.000 años, ya no se comprendían.

Existen cinco diccionarios principales sobre jeroglíficos: Suizo, Belga, dos Franceses y uno Inglés, y en todos ellos no hay dos palabras que sean comparables: Nadie traduce, sino que cada uno interpreta a su manera las imágenes que ve. Los jeroglíficos son iconografías diversas: Pájaros, Animales, Hombres, Mujeres, pero que constituyen una lengua comprensible, real, original, tradicional.

Y si este planteamiento entra en colisión con lo tradicional. ¡Qué se le va a hacer! ¿Qué se le va a hacer?.

Pues, sí se puede hacer: Volver a la humildad de la ciencia carente de Dogmatismos. Abrirse a la verdadera ciencia, que en sí misma, estará siempre abierta a todas las posibilidades. Acaso sea el momento en este tiempo cambiante de conocer el legado, el mensaje, las instrucciones de nuestros antepasados.

EL GRAN CATACLISMO FINAL

Este dibujo aparece en los principales templos Egipcios y su importancia radica en que permite leer sin la aportación de ningún texto escrito la totalidad de la escena primordial del Gran Cataclismo, origen del hundimiento de AHA MEN PTAH, el Edén desaparecido. La triada divina estaba a la cabeza de los evadidos, que se han convertido en supervivientes de la Atlántida, originando gracias a Hor (Horus) una dinastía de Faraones o hijos de Dios.

En primer lugar, se encuentra Nut, la reina virgen, madre de Usir (Osiris). Por haber enviado al mundo al primogénito de Dios, sube al cielo desde donde protege a los hermanos menores. Por esto, se identifica a la reina Nut, con la Vía Láctea. Aquí se la ve con el cuerpo constelado de estrellas, formando un puente entre Oriente y Occidente como El Gran Río Celeste.

Desde el oeste, lugar donde tuvo lugar la terrible catástrofe, el mar ha sumergido toda la tierra del inmenso continente y sobre su superficie sólo quedan las Mandjit, embarcaciones insumergibles concebidas para asegurar la supervivencia.

Sobre la barca de la izquierda se encuentra Osiris, con la cabeza vendada. La mitad trasera de un león esta apoyada sobre las vendas, representando el desorden. El trastorno y la ruina que se ha producido durante el paso del Sol, en la constelación de Leo en movimiento retrógrado. Al lado de Osiris está su hijo Horus, representado por el halcón y portador del Sol. Porque, de su supervivencia depende el renacimiento de los evadidos.

Como ha sido gravemente herido y apenas tiene un hilo de vida, la Cruz Ansata, Ank, está ensangrentada, lo cual no ocurre con la que lleva Iset (Isis), la madre de Hor y esposa de Usir. Ella lleva sobre la cabeza el alma de los escapados, simbolizada por una pluma verde de avestruz. La Mandjit de la derecha, ha superado las dificultades con la ayuda de un velamen de fortuna. Ha llegado a Oriente, a TA MANA, el lugar del ocaso.

fuente/Biblioteca Pleyades

Ingeniería genética y razas híbridas.


 
 
 

Se dice que han creado y controlado la raza humana desde su inicio. Según Z. Sitchin: los humanos son el resultado de la ingeniería genética, mezclando ADN de los primates que vivían en la Tierra con su propio ADN. La intención ha sido la de utilizar a la humanidad como esclava para su propio beneficio. Una escisión interna dividió a la raza, parte de los Anunnaki se fueron hace 4.000 años, y el resto se quedó en bases bajo tierra, los llamados Reptilianos. Los primeros se fueron porque creían que la 
 
humanidad ya podía dirigir su destino, en cambio los segundos no. Según Bill Cooper, "a lo largo de la historia los extraterrestres han manipulado y/o dirigido la raza humana a través de las sociedades secretas, la religión, la magia, la brujería y lo oculto". Según Alex Collier, un grupo reducido de los Anunnaki en la Tierra esperan el regreso de la elite Anunnaki con la esperanza de que puedan salir a la luz y reestablecer el control sobre la Humanidad de forma directa. Lo cual daría por terminada la necesidad de gobernar de forma oculta. Según Dr. Courtney Brown, Lynne Picknett y Clive 
 
Prince, el gobierno clandestino en vista del supuesto retorno de los Anunnaki ha estado llevando a cabo programas secretos para desarrollar tecnologías "exóticas" como armas psicotrónicas activadas por el pensamiento, la potenciación de las habilidades psíquicas, "star gates", e incluso tecnología de viaje en el tiempo, para prepararse para el posible retorno de los 
 
Anunnaki y poderles hacer frente. 
Esta perspectiva manipuladora, sugiere que los Anunnaki remanentes en la Tierra continúan manipulando los acontecimientos internacionales para crear las condiciones apropiadas e influir en los dirigentes que gobiernan el mundo. La guerra, la pobreza y el colapso medioambiental constituyen supuestamente el clima favorable para el regreso de las elites Anunnaki.  
 
Éstos se presentarán a si mismos como los salvadores de la humanidad quienes resolverán todos los problemas y castigarán a las elites humanas responsables de esta situación. 
 
fuente/bibliotecapleyades.net

En Busca de Palabras Sagradas...

LA PALABRA SAGRADA DE LOS 8 GRANDES MAGOS DEL MUNDo.


UNA INTERPRETACIÓN ESOTÉRICA DE LAS PALABRAS SAGRADAS DE PROFETAS Y DIVINIDADES, GUIADOS POR ALEISTER CROWLEY.

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Analicemos este infográfico, publicado por el sitio Aristocrats of the Soul, basado en el Liber Aleph de Aleister Crowley. Ahí Crowley enuncia una especie de linaje de los ocho grandes magos de la historia (entre los que se incluye sin ningún recato). El razonamiento de Crowley es que estos grandes líderes religiosos (y algunos dioses incluidos) pueden verse también como poetas trascendentes, es decir, magos, encarnaciones de la la palabra o vehículos del Verbo Divino. Esta transformación divina, de poeta a mago o profeta, parece estar hecha a la medida para Crowley, quien en su juventud quiso ser el más grande poeta de Inglaterra (un deseo que nuna extinguió) pero que luego se concibió como un mago y como un profeta, la encarnación del "Nuevo Eón", el Eón de Horus, el Hijo. 

Crowley diferencia entre los meros poetas y los magos. A los primeros los llama "encarnaciones del Zeitgeist" y explica que dicen la verdad de las cosas, pero no la verdad universal, como Shelley, que "pronosticó la caída del cristianismo, la organización del trabajo y la libertad de las mujeres"; o Nietzsche, "quien declaró el principio que causó la Guerra Mundial". Un escalón arriba están losMagus, que son la verdad misma, la ley encarnada y pueden llamarse el Logos o Logos Aionos. Los Magus, según Crowley, son extensiones de la divinidad que preparan "la quintaesencia de la voluntad divina para el hombre, en su totalidad, comprendiendo todos los planos, para que su Ley sea simple, radical y penetre todo el espacio desde un único punto de luz". Algo como una descripción cabalista del proceso creativo perpetuo, la cosmogénesis que es el verdadero significado del "aquí y ahora".

El primero en esta lista de emanaciones del Logos, magos-filósofos que se caracterizan por tener una palabra divina que sintetiza su doctrina, y que se vuelve una fórmula mágica, es Lao-Tse. Crowley dice que el TAO es la palabra mágica que Lao-Tse utiliza para designar el todo: "La naturaleza verdadera de las cosas, siendo un camino, es decir, un concepto cinético no estático". Y en su irreprimible promiscuidad se equipara también con Lao-Tse, en quien ve un hermano insospechado de Thelema. "Enseñó este camino o armonía en la voluntad, algo que yo he mostrado también en este pequeño libro". 

En el caso de Gautama Buda, Crowley considera que su palabra mágica es ANATTA, "puesto que la raíz de su doctrina es que no existe el atman, o alma, como suele traducirse, refiriéndose a una sustancia incapaz del cambio". Esto es la noción de que el yo es impermanente e interdependiente y por lo tanto no puede afirmarse su persistencia. Lo único que une e integra este yo es nuestra creencia en él y el karma que hemos echado a andar, una vez que se disuelve este ap-ego al yo y se resuelve el karma el individuo se disuelve en el todo que es puro devenir, sin principio ni fin. Crowley --quien fuera famoso por su disolución (y no me refiero a disolver su yo en el nirvana), sin embargo, fue en su juventud un disciplinado yogui y meditador, habiendo pasados largas temporadas en Asia estudiando budismo y vedanta-- habla con cierto conocimiento cuando explica que Buda fue quien "más profundamente exploró y mapeó la volatilidad de la mente, y entregó las llaves de su Fortaleza a las manos del hombre". Nota también que la gran aportación del budismo es su riguroso análisis de la naturaleza de la mente, fruto de "la gran intención de dirigir la mente hacia sí misma".

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Luego Crowley menciona a Krishna, "el de formas y nombres innumerables", a quien otorga la palabra mágica AUM, la cual conlleva una "enunciación de la Verdad de la Naturaleza". Esta sílaba es, por supuesto, el sonido primordial de la cosmogonía védica, equiparada con el Sol, con la divinidad y con la totalidad del universo. Generalmente se asocia con Brahma, pero siendo Vishnu parte de la trinidad (junto con Shiva) se puede extender a Krishna, quien es la la encarnación de Vishnu, el guardián supremo del cosmos. En el Vayu Purana se dice que la A es Brahma, la U es Vishnu y la M, Shiva. En el Bhagavad Gita, Krishna le dice a Arjuna: "Yo soy el Padre del mundo, Madre, Legislador, Abuelo, Aquello que es conocido, el Purificador, la sílaba Om, Rik, Saman y Yajus". 

Crowley hace una conexión esotérica entre AUM y la fórmula divina que contienen las siglas INRI, las cuales asocia a Dionisio, quien como Cristo es dos veces nacido y es el redentor del mundo (de su sangre mezclada con los restos de los titanes se hizo el hombre, según la mitología griega, otorgando así al ser humano la chispa divina). INRI puede significar Ieuss Nazarenus Rex Iudeadorum (Jesús de Nazareth Rey de los Judíos), pero también la famosa máxima alquímica: Igni natura renovatur integra: "La naturaleza íntegra es restaurada por el fuego". Crowley explica, siguiendo la cábala, que dentro de INRI se encuentra el nombre divino IAO (y aquí la similitud con AUM). Este nombre, IAO, es dentro del gnosticismo el nombre de una divinidad principal, un código a veces combinado con el conocido Abraxas. Crowley dice: "El significado de la palabra [IAO] es la Obra que opera en la Naturaleza en su Transformación; esto es, la fórmula mágica a través de la cual todas las cosas se reproducen y se recrean". El fuego que renueva la naturaleza, tanto la vibración creativa brahmánica como la tempestad destructiva de Shiva. Shiva, quien tiene tantas similitudes también con Dionisio, de quien Crowley dice que "dispuso las fundaciones de la Ciencia... esto es, de causar que la naturaleza externa se transforme en armonía con nuestra Voluntad".

En su propia versión de la prisca theologia, Crowley continua diciendo que Tahuti o Thot (el Hermes egipcio) confirmó esta potentia, "demostrando cómo a través de la mente era posible dirigir las operaciones de la Voluntad". La palabra de Thot es AMOUN, "a través de la cual hizo que el hombre entendiera su naturaleza secreta, la unidad con su ser verdadero, o, como lo frasearon, con Dios". Este AMOUN (palabra mágica de la cual deriva posiblemente el AMÉN) es una formulación similar, según Crowley, al ATMAN como identidad con el BRAHMA, como se asevera en los Upanishads. La palabra "amun" en Egipto significaba oculto, o aquel que yace oculto, y era uno de los apelativos de la divinidad suprema: justamente aquello que yace oculto en el hombre es su naturaleza verdadera y divina. En hebreo "amén" significa verdad, no es tan disparatado pensar en una etimología común, herencia de la importante influencia de la cultura egipcia en el esoterismo judío.

Crowley sigue el eslabón con Moisés, a quien considera un alumno de Thot, a quien la antigüed atribuye la escritura del Génesis conforme a claves de gematría y cábala. Su palabra, nos dice Crowley, es IHVH, esto es Yod-Heh-Vav-Heh, el teónimo (o tetragrammaton) que debe mantenerse, según la tradición, sin pronunciarse. Letras que son, según la cábala, una especie de algoritmo de toda la creación, la cual está contenida en ellas implícitamente. Dice Crowley que esta palabra debe entenderse como aquella que "se ha visto y escuchado en rayos y truenos en tu iniciación... pero esta palabra es en sí misma un plan del tejido del universo, y sobre ella ha sido elaborada la Santa Cábala". En su visión más esotérica considera que el mago Edward Kelly, quien colaboró con John Dee en el desciframiento del lenguaje de los ángeles o de Enoch, es el heredero de Moises en esta tradición y --como era de esperarse-- él mismo es parte de esta flamante línea de profetas-poetas de la Palabra Divina. 

De Mahoma, quien ocupa el séptimo lugar en está ogdóada de magos, Crowley es un tanto oscuro y dice que prefiere no definir el término ALLH. Sin embargo, explica que su intención era mostrar la doctrina de identidad y unidad entre Dios y el hombre y promover la cooperación en lo que esboza como una "ciencia" de la voluntad. Mahoma, dice Crowley, llegó al mundo en la "época de máxima corrupción y oscuridad", por lo cual aún está "oculto en el polvo del Simoon y no lo podemos percibir en su verdadera gloria y esplendor". Dicho eso, Crowley no puede evitar decir que la palabra sagrada es LA ALLH, "No Dios", y esto es "el misterio de los misterios", una provocadora interpretación de la interpretación común del significado de esta frase, que es "no hay dios, sino Allah". ¿Acaso Crowley busca un poco del misticismo propio de la paradoja y el shock cognitivo? 

Por último, al final de esta línea de bardos-téurgos, Crowley se coloca a sí mismo con su palabra THELEMA, la semilla-corona del Nuevo Eón, según expresó en el Libro de la Ley. Thelema es la abadía que aparece en Rabelais, y que significa voluntad: de ahí su lema, "Haz tu propia voluntad, esa será toda la ley", del cual deriva también "Amor es la ley, amor bajo voluntad".

A la luz de esta lista, la operación mágica de Crowley, cargada del enigma que tanto fomentó, se vuelve sumamente simple y fácil de comprender. El haz tu voluntad es hacer la voluntad de la naturaleza o de Dios, puesto que el mago reconoce que su yo individual es una ilusión y su naturaleza verdadera es la identidad con la divinidad. Este es el gran secreto, que no lo es tanto si uno estudia el esoterismo de las diferentes religiones. Así fácilmente se pueden reconciliar filosofías tan aparentemente discrepantes como el Tao y la Thelema de Crowley. En esa concordancia, en esa armonía --seguir el Tao, hacer tu propia voluntad--, está la base de la magia. "No tienes ningún derecho más que hacer tu propia voluntad. Haz eso y ningún otro dirá 'no'. Puesto que si tu Voluntad es verdadera, su realización es tan segura como que a la luz del día seguirá el amanecer. Tan segura como la operación de cualquier otra ley de la Naturaleza; es Destino. Así".

Hasta aquí este esbozo del sistema mágico de Crowley ligado a la intención y a la palabra. Mucho se podrá cuestionar la congruencia de este controversial personaje, cuyos actos parecen ciertamente empañar lo que, por otro lado, es una filosofía refulgente, llena de fuerza vital, humor, innovación e irreverencia. Es por esto mismo que Crowley se ha convertido en una figura tan popular, el gran ocultista pop. Su aparente inmoralidad atrae enormemente a nuestra era (lo cual podría considerarse un signo de nuestros tiempos); detrás de este personaje hay ciertamente grandes pinceladas de genio, lamentablemente todo esto se vuelve una fuerza confusa y caótica cuando se vincula a la trama megalómana de su vida. Nos dirían los antiguos: "para conocer la doctrina hay que vivir la vida".  

fuente/Pijamasurf

sábado, 5 de marzo de 2016

Ángeles en la Tierra ¿Eres uno de los ángeles que viven en la tierra?


Ángel terrenal - Domino público

Si muchas veces sientes que no eres de este mundo, podrías estar en lo cierto. La Dra. Doreen Virtue, en su libro Earth Angels (Ángeles en la Tierra) explica que hay ángeles de distintos tipos que eligen vivir en la Tierra. ¿Serás tú uno de ellos?
¿Cierto o falso?
  1. Siempre me he sentido diferente a las demás personas.
  2. No me gusta estar en grupos grandes.
  3. Detesto los químicos.
  4. Aborrezco cualquier tipo de violencia.
  5. Siento que tengo una misión en la vida.
  6. No tengo buena suerte en mis relaciones amorosas.
  7. Sé escuchar los problemas de los demás.
  8. Me veo más joven de lo que soy.
  9. Tengo tendencia a las adicciones.
  10. A veces siento un chillido en el oído.
Si respondiste "sí" a todas o casi todas las frases, podrías ser un ángel terrenal. ¿Sabes lo que es?

¿Qué son los ángeles terrenales?

Según la Dra. Virtue, la mayoría de los ángeles terrenales son personas que no recuerdan haber escogido venir a vivir en la Tierra cuando vivían en estado angelical. Aún así, tienen una misión muy importante en este planeta.
Son personas capaces de hacer milagros y de ayudar a otros seres a sanar.
Muchas de estas personas sufren mucho cuando no entienden esta misión. Se sienten raros y fuera de lugar. Descubrir qué tipo de ángeles terrenales son puede ayudar a estas personas a entender y llevar a cabo su misión de vida.

Tipos de ángeles en la Tierra

Tal vez algunas de las respuestas de arriba te suenen más ciertas que otras. Según la Dra. Virtue, eso se debe a que hay distintos de ángeles terrenales y, claro, no todas las personas son ángeles.
La doctora Virtue menciona varios tipos de ángeles terrenales, todos con características distintas.
  • Ángel encarnado: Son ángeles encarnados en personas cuyo instinto principal es ayudar a otros seres humanos. Por eso tienden mantenerse en relaciones tóxicas más tiempo que las demás personas. Muchas veces sufren problemas de sobrepeso como una manera de protegerse de las energías de otros seres. A veces tienen dificultad para decir que no. Los ángeles encarnados tienen cara de ángel y mucho talento para ayudar a los demás a sanar. Es importante que, si te reconoces como ángel encarnado, aprendas a protegerte de las energías de las otras personas y confíes en tus ángeles guardianes para poder llevar a cabo tu misión sanadora.
  • Elemental encarnado: Son personas que parecen criaturas mitológicas, como duendes, elfos y hadas. Muchos son pelirrojos. Estas personas tienen muchas dificultades a la hora de seguir las reglas. Tienen también tendencia a las adicciones. Los elementales encarnados prefieren la compañía de los animales y las plantas y necesitan de la naturaleza para sobrevivir. Estas personas tienen una habilidad natural para manifestar sus deseos sin esfuerzo o trabajo.
  • Persona de las estrellas: Las personas de las estrellas son seres cuyas almas se originan en otros planetas y galaxias. Su misión es ayudar a que la Tierra no sea destruida. Las personas de las estrellas tienden a ayudar calladamente y a no querer llamar la atención. Muchos tienen un sentido innato de la espiritualidad y conocimientos que no han aprendido en ninguna parte. Es posible que rechacen la religión organizada. Muchos son muy altos y delgados. Algunos recuerdan sus orígenes espaciales y el nombre del planeta o sistema donde vivieron. Muchos tienen una habilidad natural para el reiki.
  • Ángel entrado: A veces, cuando un alma ya no resiste estar en un cuerpo, otra alma llega para sustituirla. Esta alma desea mucho experimentar la vida y ayudar a traer luz al mundo. El alma que quiere irse puede regresar su origen, y dejar en su lugar al alma que quiere vivir. Esto ocurre en ocasiones intensas, como un accidente grave o una enfermedad durante la cual la persona pierde el conocimiento. Cuando despierta, ha olvidado partes de su vida y siente que nada le es familiar. Estas personas están en la tierra para ser maestros del amor divino y la paz.
  • Sabio: Los sabios son los sacerdotes, sacerdotisas, magos, brujas y personas que han cultivado el camino espiritual en vidas pasadas. Se les ha llamado a regresar a la Tierra para ayudar a sanarla. Estas personas fueron grandes manifestadores y sanadores en vidas pasadas y han tenido una larga existencia terrenal. La mayoría aceptan su diferencia y la aprecian. Es importante que estas personas dediquen tiempo y energía a despertar sus habilidades psíquicas y mágicas para que de esta manera puedan realizar su misión en la Tierra.
fuente/angelesymilagros.about.com

jueves, 3 de marzo de 2016

Una carta de Poncio Pilatto ( prefecto de la provincia romana de Judea, entre los años 26 y 36 d.C) dirigida a Tiberio César, describiendo la Apariencia fisica de Jesús.

¿Culto reptil? Antropóloga afirma que ancestrales manos pintadas en una cueva no son humanas

La Cueva de las Bestias es un lugar muy hermoso. Situado en el Wadi Sora II, en el desierto occidental de Egipto, las paredes de este refugio de piedra albergan un increíble conjunto de decoraciones de animales salvajes, algunos sin cabeza, y figuras y contornos de huellas humanas de hasta 8.000 años de antigüedad. Entre esas huellas llaman la atención 13 muy diminutas, que parecen haber sido dejadas por bebés o niños muy pequeños. Resultan sorprendentes, porque antes del hallazgo de este lugar en 2002 semejantes pinturas solo habían sido documentadas en el arte rupestre de Australia.

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Tan sorprendentes que Emmanuelle Honoré, antropóloga del Instituto de Investigación Arqueológica en la Universidad de Cambridge, cree que esas pequeñas manos estarcidas no son humanas.

«La primera vez que las vi, en 2006, me quedé asombrada, porque la forma de los dedos con un extremo puntiagudo (como una garra), la forma de la mano, y por encima de todo, las proporciones de los dedos en comparación con la palma, no evocan la mano del hombre en absoluto», explica la investigadora.

Al principio, Honoré optó por quitarse la idea de la cabeza, ya que su hipótesis podía ser demasiado atrevida —incluso hay un par de manos pequeñas dentro de otras adultas, lo que para algunos investigadores es un claro ejemplo de simbolismo—, pero unos años más tarde decidió probarla. «Quise ser muy prudente al principio. Hay que decir que Wadi Sora II puede ser considerado el sitio de arte rupestre más importante en todo el norte de África, debido a la cantidad de pinturas. El refugio está situado en una zona muy remota y ha sido descubierto recientemente, así que no ha habido tantos intentos de leer e interpretar su arte», señala. «Las pinturas son susceptibles de ser fechadas en el 6000 aC. A excepción de eso, sabemos muy poco. Estamos descifrando los rastros de sociedades prehistóricas muy desconocidas».

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Para empezar, Honoré comparó las huellas con las manos de los niños pequeños de su familia y se dio cuenta de que eran incluso más diminutas que las manos de los bebés recién nacidos. La investigadora sondeó a algunos de sus colegas en el campo de la arqueología y la antropología, que la animaron a ir más allá en sus inquisiciones. De esta forma, decidió emprender un estudio a mayor escala y reunir a un equipo de primatólogos, antropólogos, especialistas de la morfología de la mano y médicos especializados en neonatología. El grupo elaboró un protocolo para el estudio morfométrico comparativo y llevó a cabo el estudio de observación en la unidad de neonatos del Hospital Universitario de Lille.


Para la científica, los resultados no dejan lugar a dudas: «No son manos de bebé humano». Los ha publicado en la revista Journal of Archaeological Science.

Pero si no son huellas de manos humanas, ¿qué son? ¿quién las ha dejado ahí?





En búsqueda de una respuesta, Honoré pensó en manos de primates no humanos. Viajó al Parque nacional de Mosi-oa-Tunya en Zambia para observar a decenas de pequeños monos. Pero pronto tuvo que admitir que la forma de las manos de los monos no era similar a las diminutas plantillas de Wadi Sora II.

«Después de muchas discusiones con mis colegas del Museo Nacional de Historia Natural en París, en especial con la profesora Brigitte Senut, una gran primatóloga y paleoantropóloga, decidimos investigar la hipótesis reptil, dice. «Entré en contacto con muchos parques zoológicos y centros de investigación en todo el mundo para obtener mediciones de muestras del Varanus griseus griseus (varano del desierto). Los resultados del estudio comparativo eran de lejos los más convincentes», apunta.


De momento, este reptil que habita el norte de África parece el auténtico dueño de las pequeñas huellas de la Cueva de la Bestias. En concreto, sus patas delanteras, que posiblemente fueron llevadas a la posteridad en estarcido por los artistas de la época. Pero Honoré no se queda aquí. Ahora estudia la hipótesis de cocodrilo. «No estamos seguros de si será posible obtener una respuesta definitiva entre los reptiles, pero nuestros resultados preliminares son muy prometedores», concluye.

fuente/ MysteryPlanet.com.ar

miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Por qué en el siglo IV, el Sínodo de Laodicea prohibió la invocación o adoración a los ángeles?.


Los arcángeles Quiénes son los arcángeles y por qué no todos son conocidos.

¿Qué son los arcángeles? Los arcángeles son los ángeles que hacen cumplir los mandatos de Dios. Son ángeles gobernantes que llevan mensajes que transmiten la voluntad divina. Aunque se les ha asignado una posición relativamente baja en la jerarquía de los ángeles, los arcángeles tienen papeles muy importantes en varios textos religiosos, como la Biblia y el Libro de Enoc. 

Los arcángeles tienen también nombre propio y representan distintos aspectos de la voluntad de Dios. 

¿Quiénes son los arcángeles?

Aunque en la Biblia se mencionan por nombre solo a tres de los arcángeles,MiguelGabriel y Rafael, tradicionalmente se ha pensado que existen siete arcángeles de Dios. Esta interpretación se basa tanto en los siete espíritus que menciona el evangelio de San Juan, así como en el Libro de Enoc, de la tradición judía y los primeros cristianos.
Un texto de los antiguos cristianos, escrito por el profeta Hermas en Roma en el año 100, también mencionaba a seis arcángeles y uno más llamado Ichtus, que quiere decir pez.
El pez era un símbolo común para representar a Jesús. Esta visión inspiró la conversión de la menorá en una cruz con tres velas a cada lado: un símbolo de Jesús acompañado de los arcángeles.
Los nombres de los cuatro arcángeles que la Biblia no menciona varían. El Libro de Enoc menciona a Uriel (o Suriel), Raguel, Saraqael y Remiel. Una amatista tallada, de los tiempos de los primeros cristianos, menciona a Ichtus. También tiene grabados los nombres Renel, Uriel y Azael. El texto místico judíoMerkavah Rabbah menciona que Enoc se convirtió en el gran arcángel Metatrón y que los siete arcángeles bajo su mando son Miguel, Gabriel, Suriel, Aktariel, Rephael, Boriel y Yomiel.
La iglesia Ortodoxa menciona al arcángel Miguel más otros siete arcángeles: Gabriel, Rafael, Uriel, Seraphiel, Jehudiel, Barachiel y (Je)Remiel.

¿Por qué los otros arcángeles no son tan conocidos?

En el siglo IV, el Sínodo de Laodicea prohibió la invocación o adoración a los ángeles. Este concilio fue convocado por el papa Zacarías en respuesta a las quejas de San Bonifacio. Bonifacio era un misionero inglés a quien le fue asignada la tarea de evangelizar a Alemania. Allá se encontró con un rival llamado Adalbert, que decía que un ángel le había otorgado poderes milagrosos y otro le había dado reliquias muy importantes provenientes del mundo entero. Adalbert también usaba oraciones místicas para invocar a ángeles que no entraban en el canon de la Iglesia, como Uriel, Raguel, Tubuel, Adinus, Tubuas, Sabaoc y Simiel.
Adalbert ganó tanta popularidad, que Bonifacio le pidió ayuda al papa. Durante el concilio se prohibió la invocación a los ángeles. También se limitó el número de los arcángeles a tres, Miguel, Gabriel y Rafael. Otro concilio en el año 745 aprobó un día dedicado a los tres arcángeles de la Biblia, pero prohibió los otros nombres.
Aún así, existen obras de arte con fecha posterior a estos concilios que muestran 7 arcángeles. Es posible que se refieran a las visiones de San Juan, o que los demás arcángeles nunca fueran olvidados a pesar de que sus nombres quedaran proscritos hasta la era moderna.

¿Por qué 7 arcángeles?

En la antigüedad, especialmente en la tradición judía, los números tenían distintos significados. La gematria era una manera de añadir niveles de significado adicionales a un texto. Entre los números más poderosos se encontraba el 7. Este número aparece en la Biblia dotado de esta cualidad.
Se dice también que son 7 los aspectos de Dios y que cada arcángel representa uno de estos aspectos. Es por eso que sus nombres tienen significados distintos, que cuando se unen, forman un todo. Este concepto es representado por la menorá, que contiene 7 llamas representativas de los siete aspectos de Dios.
El Libro de Enoc representa a los ángeles como 7 individuos que a la vez son un todo. El Apocalipsis 8:2 menciona a "los siete ángeles que están de pie delante de Dios".
Los tiempos modernos han traído un resurgir del interés en los arcángeles. Sus nombres se estudian y se mencionan sin temor. Queda en manos del individuo decidir si los arcángeles son 3, 4, 6 ó 7. Es importante recordar, sin embargo, que los arcángeles representan ideas que solo pretenden impulsar al ser humano en dirección al amor divino. En ese sentido se puede decir que son solo una cosa: la voluntad y el amor de Dios en acción.

Por Tanya Torres