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martes, 1 de marzo de 2016

5 señales de que tu consciencia a comenzado a evolucionar.


En los últimos años la humanidad ha atravesado por todo tipo de catástrofes, guerras, desastres naturales, crisis financieras, etc. La ambición desmedida amenaza seriamente nuestra supervivencia como especie. Y aunque suene paradójico intentar solucionar un problema global desde la conciencia individual también podría ser nuestra única oportunidad. Es por eso que cada vez más personas experimentan lo que se conoce como "despertar de la conciencia", es decir, un proceso de transición evolutiva hacia una vida más espiritual y generosa. Alejada de los valores tradicionalmente impuestos por el consumo y el mercado. 

Si tu conciencia ha comenzado esta transición es probable que hayas notado alguna o varias de estas señales: 

1. Encuentras poca satisfacción en el consumo
Has dejado de comprar con la frecuencia que antes lo hacías, te parece absurdo que la vida de las personas se trate de trabajar para consumir. Buscas otras alternativas para divertirte que no involucren el dinero.

2. Experimentas una crisis de identidad
Comienzas a preguntarte cuál es tu lugar en el mundo y por qué has elegido la vida que elegiste. Sientes la necesidad de cambiar de trabajo o de profesión, quieres encontrarle un sentido a la vida que nunca antes te había preocupado.

3. Sientes la necesidad de purificar tu cuerpo
Decides cambiar tu estilo de vida tóxico y sedentario. Te preocupa de dónde vienen los alimentos que consumes y eliminas de tu dieta todo lo que te contamina. Además, por fin te das tiempo para ejercitarte y para comenzar a meditar.

4. Te alejas de personas y ambientes negativos, buscas verdaderos vínculos interpersonales
De pronto notas que tienes cada vez menos en común con personas que siempre habían sido tus amigos. Te incomoda su cinismo o su falta de empatía y poco a poco dejas de frecuentarlos sin que eso te afecte realmente. Al contrario, te sientes mejor y más contento.

5. Comienzas a hacerte preguntas que antes no te hacías
Despierta en ti un genuino interés por el conocimiento. Comienzas a sentir que entiendes mejor la realidad que antes y puedes ver conexiones entre sucesos que antes no te hubieras imaginado posibles pero nada de esto te inquieta, te parece natural.

fuente/harmonia.la

jueves, 16 de julio de 2015

Anestesiólogos descubren un tercer estado de consciencia.


Respira hondo, piensa en algo agradable, ya te vas a dormir…”
Noto una sensación rara que sube por mi brazo y luego paz. No estoy, me encuentro en un coma inducido

Según el profesor Pandit, Anestesiólogo en los Hospitales Universitarios de Oxford, existe un tercer estado de consciencia en el que algunos pacientes se refugian cuando se les somete a una anestesia general.

¿Es posible despertar durante una anestesia general?

La posibilidad de una tercera dimensión de la consciencia, según Pandit, deriva sobre todo de la variabilidad de la especialidad médica. Nadie puede considerarse jamás completamente seguro de que los fármacos suministrados hayan tenido el efecto esperado. Es muy complicado individualizar el fármaco justo y la cantidad precisa para cada paciente, incluso después de años y años de formación y experiencia en los quirófanos.

Consciencia
De repente algo sucede, oigo voces, ¿se trata de un sueño? No,son reales, puedo oír al personal de quirófano conversar sobre de la operación, ¡de mi operación! ¿He muerto? Tampoco, aunque el infierno puede parecerse mucho a esto.
Sí, es posible despertar durante una operación quirúrgica, aunque no por completo. Nos encontramos en ese tercer estado que describe el profesor Pandit en sus estudios. Claramente no estamos despiertos, no podemos movernos ni comunicarnos, pero no somos completamente insensibles a los impulsos externos.
Se ha denominado disanestesia, se trata de un estado en el que el paciente no se encuentra ni consciente, ni tampoco completamente inconsciente. Afecta a una pequeña parte de los pacientes que entran en un  quirófano y que se someten a una anestesia general. Aun así, es un hecho que preocupa a los profesionales. El paciente se da cuenta de la operación y de todo lo que sucede a su alrededor, pero no puede hacer nada al respecto.
Puedo sentir sus manos en mi cuerpo, el instrumental quirúrgico abriéndose paso dentro de mi. Tengo miedo. No puedo respirar bien. ¡Quiero gritar! Pero no puedo articular palabra, noto un tubo que recorre mi garganta. ¡No puedo moverme! Estoy paralizada. Solo me queda esperar a que termine la operación, así, inmóvil, sufriendo cada segundo, deseando que ese pitido intermitente que oigo a lo lejos no deje de sonar.
Pero no nos alarmemos, según las estadísticas, solo un paciente entre 15.000 dice recordar algún episodio relativo a la operación después de haber despertado. Son aquellos pacientes que después de recibir la anestesia no llegan nunca a alcanzar la completa inconsciencia.

Se ha demostrado que el tercer estado de consciencia existe








El Dr. Padit está considerado uno de los mejores Anestesiólogos de su país y ha centrado sus investigaciones en estudiar la disanestesia. Este descubrimiento deja claramente en evidencia los actuales métodos de monitorización durante la intervención.
Los Anestesiólogos controlan la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la respiración, la concentración de fármacos en sangre, etc., pero todo esto parece no ser suficiente para asegurar el estado de completa inconsciencia del paciente durante la intervención quirúrgica.
Algunos síntomas de despertar, como un aumento de la frecuencia cardíaca o de la presión sanguínea, deberían alertar a los médicos, pero con frecuencia, estas señales fisiológicas pueden encontrarse desactivadas por los fármacos que se suministran durante la operación.
El prestigioso Anestesiólogo ha recurrido a una vieja técnica que permite paralizar todo el cuerpo, menos uno de los antebrazos del paciente, para demostrar que esto es posible. Un tercio de los pacientes, que se encontraban aparentemente inconscientes durante la intervención, movieron los dedos del brazo libre como respuesta a órdenes directas.
“A todos los efectos, estos pacientes se encuentran en un estado de inconsciencia, pero sin embargo pueden responder a algunos estímulos externos, como órdenes verbales”- aclaró el Dr. Pandit- “Lo que es extraordinario es que mueven los dedos solo si se les ordena. Ningún paciente reaccionó ante la operación quirúrgica. Probablemente no sienten dolor“.
Han pasado ya 3 semanas desde la operación, pero no consigo dormir. Me despierto en mitad de la noche sudando, el corazón me va a mil. No olvidaré jamás la sensación de asfixia y muerte que sentí durante aquellos interminables minutos.
Consciencia
Aunque en realidad se trata de una posibilidad bastante rara, una experiencia de este calibre puede volverse extremadamente traumática. De hecho, los pacientes que experimentan una situación como esta, sufren normalmente de estrés postraumático, ansiedad y ataques de pánico.
Somos todavía incapaces de establecer con exactitud qué es la consciencia humana y, por tanto, monitorizar su ausencia es aún muy complicado.
fuente/ La Mente es Maravillosa


martes, 26 de mayo de 2015

La Conciencia basada en el Corazón

En la sociedad de hoy en día, especialmente en el mundo occidental, si se le pidiera a alguien señalar el lugar en su cuerpo donde se encuentra su conciencia y la toma de decisiones, muy probablemente señalarán su cabeza.

Nuestros antepasados  indígenas, sin embargo, responderían a la misma pregunta, señalando sus corazones.

Ellos entendieron la capacidad del corazón de percibir de manera inteligente y descifrar el mundo que les rodea, y reconocieron las limitaciones y naturaleza reduccionista de la vida de una manera en la que uno se basa principalmente en la mente. 

Ellos fueron más allá de los pensamientos en la cabeza, usando el corazón como un órgano de percepción para conectar con los campos de energía de otros organismos – no sólo a otros seres humanos, sino con la tierra también – con el fin de sumergirse completamente en los significados más profundos conteniendo sus pensamientos. 
Participando en este tipo de percepción basada en el corazón y comunicación con el mundo tiende a hacer relativamente sin sentido, aquello que antes parecía importante. Cuando una persona absorbe el significado de otro organismo utilizando su campo del corazón, un sutil cambio se produce en el interior, ya sea sutil o mayor, que les cambia por siempre.

Los antiguos griegos se referían a este tipo de comunicación silenciosa, invisible basada en el corazón como aesthesis, que significa “respirar hacia adentro – aspirar”.
La conexión corazón-cerebro

Aunque a muchos de nosotros nos han enseñado que el corazón responde a las órdenes del cerebro, enviadas en forma de redes neuronales, la verdad es que el corazón realmente envía más órdenes al cerebro a través de señales neuronales de lo que el cerebro le envía al corazón.

Debido a esto, el corazón es a veces referido como el “cerebro del corazón” y nuestra mente es conocida como el “cerebro craneal.”

Las señales nerviosas enviadas del corazón al cerebro craneal afectan significativamente el funcionamiento del cerebro y afectan a los procesos emocionales y cognitivos como la atención, la percepción, la memoria y la resolución de problemas.  
Los diferentes patrones de actividad cardiaca tienen diferentes efectos sobre el cerebro.

Por ejemplo, los patrones erráticos, inestables de actividad del corazón experimentados cuando hay estrés y/o están presentes en los sentimientos negativos, envían correspondientes señales neuronales desde el corazón hasta el cerebro craneal, inhibiendo las facultades cognitivas.

Como resultado, la capacidad de razonar y pensar con claridad se ve afectada, lo que puede ser la razón por la que muchos actúan impulsivamente y toman malas decisiones en situaciones de estrés.

Por otra parte, los patrones estables, ordenados de la actividad del corazón durante situaciones agradables y en presencia de sentimientos positivos resultan en las correspondientes señales neuronales enviadas desde el corazón hasta el cerebro que mejoran las funciones cognitivas y fomentan la estabilidad mental.

Así, haciendo un esfuerzo para manifestar una vida que evoca sentimientos positivos puede aumentar en gran medida la capacidad cognitiva y la estabilidad emocional.
La conexión de cerebro y corazón en respuesta a estímulos.

Un estudio encontró que el corazón recibe y reacciona a los estímulos antes de que ocurran, formulando una respuesta a la información entrante antes que el cerebro incluso tenga la oportunidad de procesarlo.

Los investigadores se refieren a este fenómeno como una “premonición del cuerpo.”
Esto fomenta aún más la idea de que implementar el corazón como órgano de percepción puede ser mucho más sabio que aislar el cerebro como el centro principal de percepción y conciencia.

Los Campos de Corazón y de Energía
El corazón, que ostenta el título como el órgano del campo electromagnético más potente en el cuerpo, puede sentir el corazón de otra persona hasta diez metros de distancia.
Dado que el cerebro es muy sensible a las reacciones del corazón, es capaz de recoger este tipo de “detección electromagnética del corazón” y esencialmente altera las ondas cerebrales de otro individuo, así como a sí mismo, y/o en realidad sincronizar sus ondas cerebrales con las de otra persona.
El Campo electromagnético del corazón
La mayoría de nosotros hemos conocido a una persona cuya presencia, sin razón aparente, nos causa una sensación de incomodidad – ya sea tristeza, ira, ansiedad, o cualquier otra sensación incómoda – que justifica la decisión de no forjar una conexión más profunda con ellos.

Así como no podemos saber por qué nos sentimos de esta manera estando a su alrededor, ya que dijeron las palabras correctas y se presentaron de una manera “socialmente aceptable”, a menudo no podemos entender el hecho de que esto está ocurriendo a causa de la energía de la otra persona, y que, en realidad, no es absolutamente nada personal.

De esta manera, el electromagnetismo del corazón en gran medida forma nuestras relaciones, guiándonos por lo que parece ser una gravitación casi sin esfuerzo para conectar con los campos del corazón de algunas personas que se convierten en amigos y/o compañeros sentimentales, y dirigiéndonos lejos de la gente cuyas energías del corazón chocan con las nuestras.

Este tipo de sentir la energía también ocurre con lugares, objetos, etcétera.

Por ejemplo, cuando usted va a un restaurante y la anfitriona le dice que puede sentarse donde desee, es muy probable que no elija cualquier mesa determinada. Es mucho más probable que usted observe la habitación, revisando varias opciones de asientos, aunque su consideración de cada una sea fugaz.

Luego usted elije una mesa, a menudo de numerosas otras mesas iguales, pero ¿por qué?. Claro, hay factores como el ruido y el deseo de sentarse junto a una ventana – pero no siempre.

Creo que cada uno de nosotros puede admitir al menos una vez en la vida elegir sentarse en algún lugar porque nos sentimos atraídos a él, o no sentarse en algún lugar, porque por alguna razón no se “siente” tan bien como en otro lugar en la habitación. Pocas veces nos detenemos a preguntarnos por qué nos intuitivamente tomamos decisiones como esta. 

Teniendo en cuenta la capacidad del corazón para recoger las energías de personas, lugares y cosas, y de manera intuitiva descifrar lo que “se siente bien” y lo que por alguna razón “no se siente bien”, junto con la sensibilidad del cerebro para detectar incluso los cambios sutiles en el campo energético del corazón y su capacidad para después modificar sus propios mecanismos de respuesta y cambiar nuestras ondas cerebrales, patrones de pensamiento, etc., parece bastante inapropiado prestar atención al consejo de pesimistas eternos que aconsejan en contra de seguir el corazón.

Ellos le dicen que le llevarán a problemas, pero esa misma manera de vivir, de colocar la conciencia exclusivamente en la mente y designarla como el único órgano de percepción inteligente en nuestros cuerpos, es quizás la razón por la cual esas personas son tan pesimistas en primer lugar.

Posicionar pensamientos sobre sentimientos al tomar grandes decisiones en la vida, decisiones especialmente grandes, puede ser peligroso – no en la forma en que la sociedad define peligro, sino por la forma en que el espíritu define el peligro, como el confinamiento de cualquier parte de su verdadera esencia interior, que es en muchos aspectos, un despertar de la muerte.

Discutiblemente igual de peligroso sin embargo, y sin duda igualmente importante, es no colocar los sentimientos sobre los pensamientos completamente al tomar decisiones. Sí, sobre todo las grandes decisiones.

El truco para la solución de este problema realmente no es tanto truco, sino que es más un antiguo camino, una manera de vivir hace mucho tiempo olvidada, en la que usted mantiene algo de equilibrio energético entre el corazón y el cerebro – y todas las partes de uno mismo para eso. 

Aprender a sintonizarse con los cambios sutiles en la energía y distinguir sus orígenes, y aprender la diferencia entre “yo” y el “no yo” con el fin de ser capaz de decir si la negatividad que está usted sintiendo es suya propia o es de otra persona. Esto ayuda a evitar que las abrumadoras e inevitables energías negativas que ocurren a menudo cuando usted es susceptible a recoger la energía del otro y tomarla como si fuera suya propia.

Haciendo un esfuerzo mental para silenciar los pensamientos y escuchar sus sentimientos, y darse cuenta de cómo los sentimientos se alteran cuando las personas o las cosas que le rodean se alteran, permitiendo a la conciencia craneal y a la conciencia del corazón trabajar productivamente juntas sin que una domine a la otra.

Usando el corazón, el cerebro puede distinguir lo que realmente quiere de aquello a lo que estaba condicionado a querer, pero por lo que no tiene ninguna pasión profundamente arraigada. 

De todos modos, el corazón puede sintonizarse con el cerebro y sentir sus pensamientos, combinando así los dos órganos de percepción.

Jugando con cómo le hacen sentir los diferentes pensamientos, sin luego adjuntar más pensamientos a esos sentimientos o historias, y en lugar de limitarse a dejarlos allí mientras usted conscientemente reconoce que están ahí, también es crucial para encontrar un equilibrio al trabajar con los dos órganos de percepción.

Al escuchar cómo el corazón se siente sin añadir pensamientos mentales e historias a esos sentimientos, entonces, usted puede optar por colocar sus pensamientos hacia lo que se siente más bien al tomar usted las decisiones.
“El estrés constante crea un ambiente energético, afectando a la ciudad y el país, difundiéndose de nación en nación, causando desarmonía, enfermedades, tormentas y guerras.
La inteligencia del corazón puede ayudar a disipar estas energías negativas, dando a la gente un nuevo comienzo en el aprendizaje de cómo llevarse bien.
En la medida en que suficientes personas aprenden acerca de la aptitud emocional, causará un cambio global en la nueva conciencia de la que muchos están hablando, y luego la calidad de vida tiene la oportunidad de volverse mejor para el conjunto”. Doc Childr
por Shelley M. White 10 Abril 2015
del Sitio Web Collective-Evolution
traducción de Adela KaufmannVersión original en ingles
fuente/bibliotecapleyades.net

miércoles, 25 de marzo de 2015

Un Método para volverse más Consciente



Por la noche, recuerda cuándo durante el día no fuiste consciente ni compasivo; simplemente, recuerda. No te arrepientas, simplemente recuerda.
En la Biblia, Jesús dice una y otra vez «arrepiéntete». Esta palabra es una falsa traducción del arameo. En inglés ha cobrado un significado totalmente diferente, un significado opuesto. Se ha convertido en «arrepentimiento». Se ha convertido en «sentirse culpable». En arameo, arrepentirse significa sencillamente volver, mirar hacia atrás; eso es todo.

Haz recuento de lo ocurrido: el día ha terminado, mira hacia atrás. Simplemente, mira de nuevo, toma nota de cuándo dejaste de tener conciencia, eso te ayudará mañana, eso acrecentará tu conciencia. Y toma nota de cuándo no lograste ser compasivo, eso te ayudará mañana a ser más compasivo. Y también toma nota de cuándo lograste ser consciente y compasivo. No te sientas orgulloso por ninguna de las dos cosas. Sin culpa y sin orgullo. No es una cuestión de orgullo o de culpa; se trata simplemente de tener en cuenta el día que ha terminado antes de irte a dormir; simplemente, mirar hacia atrás, sin evaluar: ni condenarse como pecador, ni sentirse muy orgulloso. Simplemente, repasar lo que sucedió desde la mañana hasta la noche.

Recuerda, consigas o no consigas ser consciente, sé paciente. No seas impaciente; porque la impaciencia no te va a ayudar. Tan sólo observa pacientemente y espera con tremenda confianza en que si esto puede suceder, más es todavía posible. Otra hoja nacerá mañana, otra flor nacerá mañana.

También recuerda que este cuerpo no es el único cuerpo. Tú ya tuviste muchos cuerpos, y vas a tener muchos más en el futuro. No hay prisa. Sé paciente, porque la prisa sólo altera las cosas. La prisa no te va a ayudar; te va a obstaculizar.

La vida no es sino una oportunidad para lograr la conciencia y la compasión. Si no alcanzas la conciencia y la compasión, ¿para qué seguir viviendo? No tiene sentido.

La vida en sí misma no tiene sentido. Sólo tiene sentido si puedes cantar la canción de lo eterno, si puedes liberar algo de la fragancia divina, si puedes convertirte en una flor de loto que no conoce la muerte ni el tiempo. Si puedes convertirte en puro amor, si puedes embellecer esta existencia, si puedes llegar a ser una bendición para esta existencia; sólo entonces es significativa la vida. De lo contrario, no tiene sentido.

Siente gratitud por todo lo que ha sucedido en tu vida; por lo bueno y por lo malo, por la felicidad y por la infelicidad; porque todos esos acontecimientos son tus maestros. Todo es una oportunidad. Todo momento es una ayuda en el camino.

TAREA: “Meditaré en todos mis actos. Realizaré mis actividades, las actividades normales diarias, pero con una nueva cualidad: les aportaré la cualidad de la conciencia.”

Osho
Fuente: Camino al despertar
vía/ Maestro Viejo

martes, 24 de marzo de 2015

¿Controlas a voluntad tu Mente Consciente?. Ponte a prueba...

Mira el vídeo titulado los Ojos de Hitchcock hasta el final y en todo momento controla tu Mente y NO te muevas balanceando tu cabeza. Permanece estático u estática según sea el caso y verás que divertido puede llegar a ser..o no...

Vamos allá:


Eyes of Hitchcock from Criterion Collection on Vimeo.

viernes, 27 de febrero de 2015

El Inversor: Paradigmas (¿cómo se pasa de un orden a otro?)

¿QUÉ QUIERE DECIR PASAR DE UN ORDEN A OTRO ORDEN?

Hay un concepto sin el cual ninguno de los demás que me interesan se iluminan bien. Es el concepto de cambio; un “crack”. ¿Qué quiere decir pasar de un orden a otro orden?

Cellarius_Harmonia_Macrocosmica_-_Planisphaerium_Copernicanum


2 mil años atrás Ptolomeo configuró un orden planetario. La Tierra en el centro y los otros planetas y el Sol girando a su alrededor. (Vamos a olvidarnos de los debates concomitantes a este de si órbitas circulares o elípticas y demás). El orden ptolemaico ocupó durante siglos el lugar de la verdad y de la realidad. Poco importaba si los registros sensoriales lo confirmaban o tendían a refutarlo; su imposición tenía una entidad superior.

Pero la humanidad es inquieta y se mueve, y en los mil 500 años posteriores trabajó arduamente sobre el orden ptolemaico. Hizo de todo con él, menos sustituirlo por otro. Epiciclos sobre epiciclos hasta niveles complejísimos de desarrollo contorsionaron el modelo hasta hacerlo decir y justificar casi todo. Solemos llamar a ese proceso incesante, lineal y continuo, “progreso”. La humanidad progresó el orden ptolemaico, le dio evolución.

Hasta que por el 1600 llegaron aires oblicuos y Copérnico se impuso.

La vida es vida desde que la muerte es muerte. Verdad basal que luego tendemos a olvidar. La duración media de la vida humana va progresando sobre la Tierra. Digamos que a razón de unos pocos años por siglo, aunque presentimos que el progreso no es constante; vienen aceleraciones. Ganamos años a la vida a una velocidad que comienza a desvelarnos. ¿Nos acercamos a los 100 años de vida media? ¿A qué tiempo estaremos de los 200? ¿Y de los 300… y de los mil años?

Progresamos en nuestra longevidad encaramados en el progreso de la ciencia. Evolucionamos.

Cuando Copérnico irrumpe, no lo hace alineado al progreso ptolemaico. Él entra oblicuo y redefine el orden básico. Copérnico quiebra. No sigue el camino de los ajustes infinitos del orden establecido. No pule el orden ptolemaico; lo contradice y lo redefine. Es otro tipo de intervención con otro tipo de consecuencias.

Copérnico sustituye aquel orden por otro orden nuevo. Es un ejercicio iniciático, básico, esencial, fundacional. Redefine el modelo sacando a la Tierra del centro del ecosistema y colocando en su lugar al Sol… Y todo eso, visto desde la Tierra.

Copérnico cambia de orden y con esa intervención redefine la realidad que él engendra. Sustituye el orden básico y ya nada es igual. Copérnico cambia.

De ese tipo de “crack” hablo. En la aparente continuidad de una progresión, de pronto y como por acaso se produce una disrupción y lo que era continuo se vuelve salto. La tranquila evolución de un orden se ve súbitamente alterada por una revolución, un quiebre que subvierte todo a partir de un nuevo orden.

Las cartas se reparten de nuevo. Son aquellos mismos planetas y su fuente solar, pero dispuestos de otro modo, en otro orden. Cambia el orden simbólico de las piezas básicas –a eso llamamos “cambio de orden”– y entonces cambian los múltiples efectos de sentido y de valor que de él emanan.

El cambio no es efecto de la progresión, sino de la inflexión. Cae la serie semántica de proceso, desarrollo y continuidad y entra una nueva con otros padrones.

Si hablamos de cambio, entonces ya no hablamos de mejoras, de ajustes, de afinaciones y recreaciones; al contrario, pasamos a hablar necesariamente de innovación, creación, transformación y disrupción. De la conservación a la revolución.

(Hablo de lo mismo que hablara Thomas Kuhn cuando se refería a los “cambios de paradigma” en su La estructura de las revoluciones científicas).

Es necesario para eso tener en mente un modelo gráfico de dos vectores paralelos. La continuidad del proceso sobre una recta es progreso, evolución –si va en sentido de origen a destino, y la disrupción pasa por el salto de un vector al otro, que a eso lo llamamos revolución. El punto de salto debilita al vector en evolución y el punto de caída origina el nuevo vector creado.

Salto de adrenalina –claro está, pero también –nobleza obliga– salto de vértigo y sobre todo, salto de riesgo. Salto porque lo que se supera es un abismo, un quiebre, una falta de articulación, una nada. Es la falta misma de conexión y continuidad.

El imaginario cientificista que gobierna el sentido común de nuestras sociedades no consigue despegar a la ciencia de la continuidad y el progreso; es la forma estereotipada con la que pensamos los procesos. Por eso es tan difícil descontinuar, quebrar y refundar; porque el sentido común no nos deja y tiene demasiados adeptos.

Hay dos nociones de gran prestigio y fuerza política que se ven sacudidas por este debate. Me refiero a la realidad y al sentido común. El “crack” del que hablamos relativiza la realidad; y vaya sinsabor para la realidad el de verse relativizada… Lo que llamamos realidad no es otra cosa que la matriz de sentido que emana del orden establecido. Y como el orden siempre parece eterno, ella aparece como inmutable. Es un efecto, pero se nos presenta como causa y se pone como determinante.

Cuando se produce una transformación, otro orden sustituye al vigente y otra matriz de sentido y valor emerge y se impone. Hay un momento incluso en que conviven dos realidades, discontinuas y contradictorias.

La realidad, acostumbrada a su hegemonía, se ve desbancada. Revolución. Crisis. Conmoción. Emoción. Temblores. La realidad se revela como construcción y su peso político cae en descrédito. Todos dudamos. Todos somos otros.

Como se ve, el gesto disruptivo tiene un calado vertical tan profundo que incomoda al nervio. Saca de quicio, quiero decir. Por eso es infrecuente.

Y el sentido común, que era subsidiario eficiente y cómodo de la realidad impuesta, se vuelve de buenas a primeras, nada. Antes nomás era la convergencia completa de las percepciones a favor de la ratificación constante del valor de las premisas del orden vigente. Parecía que lo que sentíamos siempre confirmaba el orden vigente; política y percepción se alineaban como por causa divina. Y como nos gusta y necesitamos convencernos de que no hay nada más libre e independiente que los sentidos, entonces su ratificación caía como una sanción celestial y obturaba cualquier debate. Pero no. El sentido común es la sensación más influenciable del mundo y la más dependiente de todas; el sentido común es alienación. Él sólo responde al poder. Sólo sabe confirmar, nunca impugnar. Por eso no nos sirve. Es intrínsecamente cobarde y subalterno.

Claro que en la escuela debemos saber que hay al menos otro orden posible. Un modelo donde hay profesores, alumnos, conocimientos, aulas, materiales…. Pero no en el orden y bajo la estructura en que están hoy. No se trata de que no haya Sol, sino de qué posición ocupa el Sol en el nuevo ecosistema; lo mismo que los alumnos o la creatividad. Redefinir el orden, cambiar las posiciones relativas. Eso tenemos que hacer! Y cambiará todo.

Cómo deseo el momento en que nos gobierne la angustia de las dos realidades superpuestas e inconciliables. Eso es lo que debemos lograr. Ese movimiento nos liberará hacia la otra escuela. Un momento vertical, franco y seco que reconfigure de una vez. Un giro nuevo, hecho de un nuevo orden de piezas históricas.

No estamos en una historia de progreso. No vendrá lo nuevo por evolución de lo impuesto. No hay continuidad. Giramos en vacío y toca saltar (y todas sus connotaciones). Ni hay, tampoco, matrices de valor y sentido compatibles. Hay tensión, subversión y estampidas. Hay crisis de poder. Debe haber cambios de rumbo. Hay caos, sobre todo en los instantes de la duplicidad. En esos momentos en que dos ordenes conviven, todos vemos doble. Reina la confusión. Orilla la revolución.

Queda más, lo sé. Pero siento necesario un acuerdo robusto en este plano de la discusión para poder seguir adelante. Porque lo que sigue no es fácil; el miedo y los ridículos nos acosarán. Por eso debemos construir un sólido acuerdo de base, que nos fortalezca cuando las dudas lleguen, cuando las ratas abandonen los barcos, cuando por un momento nos sintamos solos y parezca que el calor y la falta de agua se están cargando nuestras facultades básicas.

Ellos podrían ser cualquiera –tú o yo o tú y yo. Son una pareja que atraviesa por problemas sexuales. Como tantos. Preguntan, se informan y reciben dos recomendaciones. Dos opciones, como solemos decir. Acudir a un sexólogo o visitar a un psicoanalista.

Por razones prácticas –digamos, acuden primero al sexólogo. El Doctor los escucha un poco, los alienta mucho y los guía después. Paso a paso en la evolución sexual del matrimonio. Epiciclos de epiciclos que les devolverán el goce perdido. Artes y artilugios para recuperar el placer. Reconexión. Progreso. Un paso adelante. La solución.

Salen felices; sienten que se han recuperado. Saben cómo y por dónde y tienen un pronóstico. Es sólo hacer y esperar. Aplicar. Reconocerse. Recuperarse. Y lo hacen… y suben… y vuelven a bajar. Lo que duran esas (auto)ayudas.

El problema se reinstala, de nuevo; repetimos, infelizmente. Toca probar la otra opción. Y van.

Los recibe el psicoanalista, que habla menos y escucha más. No calma. ¿Qué hará?

Deja que el silencio reorganice las piezas. El problema es de ellos y la solución, si viene, también deberá venir de ellos. No se pone en el lugar de la solución; se presenta como gestor de las relaciones relativas. Arma el orden de las cosas.

Y luego pregunta, sin connotaciones: ¿ustedes se aman?

Su intervención está en otro plano. Es de otro modelo. No va en busca de los nuevos epiciclos de aquel sexo desgastado. Se detiene y escala un nuevo orden; robusto y sano. El del amor. Y si no viene, pues entonces no hay nada que hacer.

Ya más computadoras iguales no vale la pena hacer; o se hacía la Mac o mejor no se hacía nada –volvió gritando Jobs. Eso hace el psicoanalista: pone a Job ante el dilema ético de si está dispuesto a abandonar su lugar de mártir y migrar a fiel. Si sí, entonces habrá futuro; si no, entonces sólo se sucederán repetición y espejismos.

Luego, como siempre, la vida tiene sus matices.


fuente/Pijamasurf

lunes, 23 de febrero de 2015

Y a ti, ¿te toca despertar?




Uno de los maestros budistas más conocidos y respetados del mundo, poeta, activista por la paz y los derechos humanos, Thich Nhat Hahn (sus estudiantes lo llaman Thay, que significa "maestro") ha tenido una vida extraordinaria. Nació en el Vietnam central, en 1926, y se convirtió en monje a la edad de 16 años. La guerra de Vietnam enfrentó a los monasterios a la difícil cuestión de decidir si llevar una vida contemplativa y dedicarse solo a la meditación en los monasterios o ayudar a sus conciudadanos que sufrían bajo los ataques de las bombas y la devastación de la guerra. Nhat Hanh fue uno de los que decidió hacer ambas cosas, ayudando a fundar el movimiento del "Budismo comprometido". Ha dedicado su vida, desde entonces, al trabajo de la transformación personal para el beneficio de los individuos y la sociedad.


Al principio de los años 60, en Saigón, Thich Nhat Hahn fundó la Escuela para el Servicio de Ayuda Social, una organización de ayuda para la reconstrucción de los pueblos y aldeas bombardeadas, la construcción de escuelas y centros médicos, el realojamiento de familias, y la organización de cooperativas agrícolas. Con la ayuda de más de 10.000 estudiantes voluntarios, la SYSS basó su trabajo en los principios budistas de no violencia y acción compasiva. A pesar de la oposición del gobierno vietnamita, Nhat Hahn también fundó la Universidad Budista, una editorial y una influyente revista de activismo por la paz, en Vietnam.

Tras visitar los Estados Unidos en 1966 en misión de paz, se le prohibió su vuelta a Vietnam en 1966. En sus viajes siguientes a los Estados Unidos, tuvo entrevistas con oficiales federales y del Pentágono, como Robert McNamara, a los que presentó argumentos para detener la guerra y pedir la paz. Puede que Nhat Hahn haya ayudado a cambiar el curso de la historia de los Estados Unidos, cuando pidió a Martin Luther King que se opusiera a la guerra de Vietnam públicamente, ayudando, de esta manera, al movimiento por la paz. Al año siguiente, King nominó a Thich Nhat Hahn para el Premio Nóbel de la Paz. Más tarde, Nhat Hanh encabezó la delegación Budista en la Cumbre por la Paz en Paris.

En 1982 fundó Plum Village, una comunidad Budista en el exilio, en Francia, donde continua su trabajo de ayuda a los refugiados, los llamados "boat people", "gente de los barcos", prisioneros políticos, y familias pobres de Vietnam y de todo el mundo. También ha recibido un merecido reconocimiento por su trabajo por los Veteranos de

Vietnam, por sus retiros de meditación y su prolífica obra literaria sobre meditación, plena consciencia y paz. Ha publicado 85 libros de poesía, prosa, oraciones, de los cuales 40 están en inglés, incluyendo los más vendidos, "Llámame por mis verdaderos nombres", "La paz está en cada paso", "Ser paz", "Tocando la paz", "Buda viviente, Cristo viviente", "Enseñanzas sobre el amor", "El camino de la emancipación", e "Ira".

Thich Nhat Hahn enseña, escribe y trabaja sobre el "arte de la vida consciente".


jueves, 18 de diciembre de 2014

La consciencia de la conciencia se extiende al ámbito de la existencia universal: La existencia universal podría ser una realidad según la comunidad científica.

Dos eminentes científicos han demostrado por fin que las experiencias próximas a la muerte (ECM) suceden cuando las denominadas q-proteínas o sustancias cuánticas que conforman el alma, abandonan el sistema nervioso y entran en la dimensión sutil del Universo.


De acuerdo con la teoria formulada por Hameroff y Roger Penrose, la conciencia es una especie de programa que está instalado en una computadora cuántica ( el cerebro). El hardware se destruye, pero en ese mismo acto, la información tipificad en el programa sobrevive al hardware y se integra con el Universo, siendo el proceso de percepción, el curso de las experiencias vividas por los que relatan las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte).

El Dr. Stuart Hameroff, Profesor Emérito en el Departamento de anestesiología y psicología y director del Centro de Estudios de la conciencia de la Universidad de Arizona, acaba de avanzar esta interesante teoría.
La Teoría cuántica de la conciencia ha sido desarrollada junto al físico Roger Penrose y sostiene que nuestra conciencia está ubicada en los denominados microtúbulos, presentes en nuestras neuronas.

El argumento rector de la teoría de Penrose y Hameroff es que nuestras experiencias de conciencia, son el resultado de los efectos cuánticos de la gravedad en esos microtúbulos, efectos que desaparecen con la muerte física, provocando la liberación de esas experiencias como si fueran paquetes de datos que acrecen de nuevo al Universo. (A este proceso le denominan Reducción Objetiva Orquestada o Orc-OR).

De hecho sostienen que nuestras almas son mucho más que la interacción de las neuronas en el cerebro, pero que estos efectos de interacción están integrados en los receptores AMPA y que de hecho, la fabricación de neuronas o su inhibición está claramente relacionada con los procesos de Stress. A Mayor Stress, mayor destrucción neuronal y viceversa. La clave de estos eventos permite entrever, que la información tipificada en Orc-OR, estaría presente desde el inicio de los tiempos, lo que implicaría que de alguna manera esa información cuántica codificada en las neuronas, estaría presente en nuestro ADN.

Por así decirlo, la conexión e interconexión de señales se parece mucho a la teoría de comunicación entre los teléfonos móbiles., tal y como Hameroff expone.

Ciertamente existen analogías con las millones de conexiones inalámbricas existentes en las neuronas que conforman un microuniverso. De hecho, el reciente hallazgo de la proteína DLK responsable de la regeneración de las neuronas, refuerza la teoría de Hameroff.

Bajo estos planteamientos el Dr. Hameroff sostiene que en las ECM (Experiencias Próximas a la Muerte), los microtúbulos pierden su estado cuántico, liberando la información contenida en ellos, de manera que la conciencia abandona el cuerpo y regresa al cosmos de donde provino.

Aquellos que regresan, recuerdan la experiencia como un punto de salida y entrada en una especie de agujero de gusano, o túnel en el que aparece una luz al final. En ese viaje al cosmos, regresan a su sistema nervioso, cuando se reaviva la actividad cerebral.

en todos los procesos se aprecia que la percepción del tiempo es relativa al observador externo, pero no al que vive la experiencia que deja de ser consciente del concepto temporal.

Tal y como el Dr. Hameroff ha expuesto en diversos papers, la experiencia comienz en el momento en el que el corazón deja de latir y la sangre para su flujo de bombeo. Es en ese punto cuando los microtúbulos pierden su estado cuántico y liberan la información.

De hecho, lo que sucede es que la información cuántica contenida se integra con el Universo. en palabras textuales de Hameroff:

‘The quantum information within the microtubules is not destroyed, it can’t be destroyed, it just distributes and dissipates to the universe at large.

‘If the patient is resuscitated, revived, this quantum information can go back into the microtubules and the patient says “I had a near death experience”.’

Hameroff añade que podría suponerse que sería posible que en el caso de aquellos pacientes que ya no regresan podría decirse que su información (alma) se consolida con el cosmos y perdura eternamente:
‘If they’re not revived, and the patient dies, it’s possible that this quantum information can exist outside the body, perhaps indefinitely, as a soul.’

La tería Orch-Or ha sido objeto de un duro criticismo por parte de los escépticos, pero al mismo tiempo esta controversia abre puertas a la dimensión de la medición cualitativa de de la comunidad científica y no tanto a la dimensión meramente mecanicista o cuantitativa. El mismo Hameroff es consciente de los retos que esperan al pensamiento científico del siglo XXI.

Seguidamente, presentamos los estudios de Hameroff y Penrose, así como diversas referencias en el marco de la nueva teoría de Orch-Or.

Recordemos que apenas hace ahora dos años, Dieter Broers, Ernst y López-Guerrero, Rafael , fueron duramente criticados por formular exactamente las mismas conclusiones a las que hoy llegan Hameroff y Penrose.

fuente/ fundación eticotaku