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miércoles, 19 de agosto de 2015

FÍSICA-CUÁNTICA. Todos tenemos un doble.Y como comunicarte con él por el físico Garnier Malet.

Jean Pierre Garnier Malet es físico titular y doctor en Mecánica de fluidos. Es el creador de la teoría del desdoblamiento descubierta en 1988, la teoría científica de Jean-Pierre Garnier Malet referente al desdoblamiento del espacio y del tiempo, permite afirmar que tenemos todos un doble. Imperceptible y, sin embargo, real, ese otro “yo” puede guiarnos en cada momento, si sabemos establecer una relación constructiva con él. 

Conociendo algunos principios esenciales de la ley del desdoblamiento, en efecto, es posible entrar en contacto con él para beneficiarnos de sus consejos. Esto se hace por medio del sueño, de las intuiciones, de las premoniciones y de las diversas señales que son intercambios de información entre él, nuestro futuro y nosotros mismos. 

Es gracias a nuestro doble que nos podemos volver clarividentes y “cambiar nuestro futuro” por imperceptibles “aperturas temporales”. 

En este vídeo Garnier Malet cuenta como establecer esa comunicación con nuestro doble y beneficiarnos de ese contacto.

Entrevista al físico Garnier Malet



fuentes/reconciliacioncuantica.com

maestroviejodespierta2

lunes, 27 de julio de 2015

¿La física cuántica demuestra que hay vida después de la muerte?

En nombre de la física cuántica se dicen muchas cosas y muchas de ellas son soberanas tonterías. Esto es más grave cuando esas tonterías vienen de gente con título que trata de vender teorías, especulaciones o ideas religiosas como ciencia. Un ejemplo es este artículo, de la web RT, que me enseñan por Facebook: La física cuántica demuestra que hay vida después de la muerte. 

Los que sean lectores asiduos, o me conozcan, sabrán que no soy una persona religiosa. Ya expresé mis opiniones sobre la relación entre el pensamiento científico y la religión en el post La ciencia y Dios. Por supuesto no me importaría vivir eternamente, o quizás sí, tendría que pensarlo. En cualquier caso no es una elección personal mía creer o no en la vida después de la muerte, simplemente no lo creo posible. Por otra parte, según esta noticia no solo es posible, sino que está demostrado y además, ¡lo demuestra mi propio campo de la ciencia! Voy a por champán para celebrarlo. 


Tristemente la realidad es otra. El artículo de RT no es más que la elevación de opiniones, sin fundamento, a la categoría de ciencia. El padre de este despropósito es el doctor Robert Lanza, de la universidad Wake Forest de Carolina del Norte. No es doctor en física (¡sorpresa!), sino en medicina, y sus sesudas conclusiones no han sido publicadas en ninguna revista científica con revisión por pares, con lo que no dejan de ser su opinión. Además, estas opiniones están basadas en medias verdades o, simplemente, falsedades de la física cuántica. 

Según el doctor Lanza los seres humanos "creemos en la muerte porque nos han enseñado a creer que morimos". Frase épica. Resulta que todas nuestras experiencias pasadas no son nada. Yo no viví la muerte de mis abuelos, me enseñaron a creérmela. Sin duda después de esta reflexión se hace difícil continuar la lectura, pero hagámoslo en pro de la divulgación. 

La teoría del doctor se denomina "biocentrismo" y se basa en que la percepción, y la vida, originan el universo y no a la inversa. Como ejemplo cita el experimento de la doble rendija (del que ya hablamos en la entrada sobre coherencia). Vuelvo a poner el maravilloso vídeo del Doctor Quantum que lo explica.




Es cierto que el experimento de la doble rendija muestra la relación entre el observador y el sistema observado. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la conciencia. Si yo preparo el experimento con un ordenador, o incluso con una máquina mucho más simple, y no dejo que nadie lo vea, el resultado será el mismo. Extender una cosa tan sencilla e ilustrativa como este experimento a cuestiones tan esotéricas como el biocentrismo es un acto de perversión intelectual.

Finalmente el argumento del doctor Lanza cambia, y se centra en el multiverso. Ahí vuelve a cometer errores garrafales. El primero es afirmar (no me queda claro si lo afirma él o el periodista, pero es la base de su argumentación) que "los físicos teóricos creen que hay una cantidad infinita de universos en los que diversas variaciones de personas y situaciones existen y ocurren simultáneamente". Terrible. Hay una interpretación de la física cuántica que se llama Interpretación de los Mundos Múltiples. Esta se basa en interpretar los distintos posibles resultados de la física cuántica, como los del vídeo, como resultados reales en distintos universos. Nosotros viviríamos en uno de esos universos, y en otro los experimentos darían resultados diferentes. Como ya he dicho antes, es una interpretación, no es que los físicos realmente creamos que es así. Este es error de concepto es tan común que lo incluí como uno de los puntos de mi Decálogo contra el esoterismo cuántico.

A partir de ese error se erige el biocentrismo. Según el artículo de RT, "Lanza afirma que todo lo que puede suceder sucede en algún momento en todos estos 'multiversos', lo que significa que la muerte no puede existir 'en un sentido real'". Lo que antes era una exageración de una cuestión científica ahora ya es un salto al vacío, sin paracaídas y de cabeza. Nadie puede afirmar que si existieran muchos mundos en ellos se darían todas las combinaciones posibles, o que todo lo que puede suceder sucedería. Estos otros universos, de existir, tendrían leyes físicas como tiene el nuestro, así que lo que ocurriera o dejara de ocurrir dependería de ellas. ¿Quién ha dicho nunca que haya otro universo donde podamos vivir eternamente? Lanza, y sólo él, y sin fundamento ninguno.

Lo siento por quien quisiera encontrar en este artículo alguna respuesta, porque no la hay. Sólo hay especulaciones y esoterismo recubiertos con palabrería científica. Lo siento también por quien lea esa web, RT, buscando información científica de calidad. Mi consejo es sencillo, no la leáis.

fuente/entangledapples.blogspot.com

martes, 16 de junio de 2015

Nada Existe si no lo Observas. Por José Luís Camacho ponente del Congreso Sabiens nº7 2015 ( 10 y 11 octubre en Andorra )

Un interesante experimento de física cuántica efectuado por la Universidad Nacional de Australia, parece demostrar que las partículas atómicas responden a la observación y cuando esta se produce, se comportan de manera distinta a cuando no son observadas.

Con ello parecen demostrar que en el universo, todo existe cuando la observación se efectúa sobre ello, la ciencia parece cada día acercarse a las tesis del Zen y del Tao que afirmaban la existencia de las cosas solo en la observación de las mismas.

Os dejo con la historia de dicho experimento y sus consecuencias en nuestra vida diaria.


lunes, 15 de junio de 2015

Descubren un nuevo tipo de estados cuánticos.

El hallazgo podría simplificar las comunicaciones encriptadas

Científicos de China y Singapur han descubierto un tipo de estados cuánticos, en los cuales se pueden deducir ciertas características a partir de otras más fáciles de observar. Además, esta nueva categoría de estados permitirá reducir el número de partículas entrelazadas necesarias para realizar una tarea. Todo ello podría simplificar los procesos de criptografía cuántica.


Comunicación entre Alice y Bob, en la que Charlie verifica la identidad de los comunicantes. Fuente: Scientific Reports.


Las partículas que forman estados cuánticos pueden estar correlacionadas de tres maneras principales, que no son incompatibles entre sí: entrelazadas, dirigidas y violando el realismo local. Las tres son propiedades parecidas, pero matemáticamente no tienen el mismo significado.

El entrelazamiento, la correlación más conocida, consiste en que dos o más partículas se influyen mutuamente a una velocidad mayor que la luz; la correlación dirigida significa que (al menos) una de esas partículas controla a la otra -es decir, que medir una hace que la otra colapse-; por último, que el estado cuántico viole el "realismo local" consiste en que dichas partículas incumplan o bien el localismo, es decir, la propiedad típica de los objetos macroscópicos de estar afectados solo por los objetos de los alrededores, o bien el realismo, es decir, que existan aunque no sean observadas.

Estos tres tipos de correlaciones siguen un orden jerárquico, es decir, que los estados cuánticos que violan el realismo local, poseen a su vez la propiedad de que las partículas que lo forman se "dirigen" unas a otras. A su vez, los que cumplen esta propiedad, también están entrelazados. Sin embargo, determinar qué tipo de estados cumplen una o varias de estas propiedades no es sencillo.

Hasta ahora, se había demostrado que todos los estados cuánticos puros entrelazados violan el realismo local (teorema de Gisin). Sin embargo, la gran mayoría de los estados cuánticos en la naturaleza no son puros, sino mixtos o impuros (discordantes).

Ahora, científicos de China y Singapur han demostrado que en todos los estados mixtos multi-qubit (multi-partícula) en los que al menos dos observadores (elementos o partículas del sistema) pueden dirigir los qubits de los otros observadores haciéndolos colapsar a estados puros sencillos -haciendo mediciones en su propio qubit-, la no existencia del realismo local es equivalente al entrelazamiento cuántico (es decir, que si las partículas están entrelazadas, y además hay dos de ellas que dirigen a las demás, el estado en conjunto viola el realismo local).

Aplicaciones

Esta nueva categoría de estados, explican los científicos en un artículo que se publicará en Scientific Reports, del grupo Nature, permitirá reducir el número de partículas entrelazadas necesarias para realizar una tarea.

Un ejemplo es el protocolo del "tercer hombre" en criptografía, también llamado "intercambio secreto", en el que un tercero puede controlar si dos personas pueden comunicarse en secreto entre ellas. Las versiones anteriores de este protocolo requieren tres qubits entrelazados, pero debido a que la seguridad de los estados entrelazados de tres partículas se encuentra todavía por debajo del 90%, es muy propenso a errores.

Usando los nuevos estados descritos en el artículo, explica Phys.org, el protocolo puede ser implementado con sólo dos qubits entrelazados, que tiene una fidelidad de más del 99% y por lo tanto una tasa de error mucho menor.

Otra aplicación potencial es la autorización por certificado cuántica, en la que una persona que envía un mensaje confidencial a través de Internet a otra persona puede pedir a un tercero que verifique la identidad de esa persona. Una manera de hacerlo es comprobando que tanto el emisor como el receptor pueden dirigir los qubits del otro a estados puros. Si pueden hacer eso, los estados entrelazados deben violar el realismo local, lo que garantiza un protocolo seguro.

Los físicos planean utilizar esta nueva familia de estados cuánticos mixtos para desarrollar experimentalmente estos protocolos en un futuro próximo.

Referencia bibliográfica:

Jing-Ling Chen, Hong-Yi Su, Zhen-Peng Xu, Yu-Chun Wu, Chunfeng Wu, Xiang-Jun Ye, Marek Zukowski, L. C. Kwek: Beyond Gisin's Theorem and its Applications: Violation of Local Realism by Two-Party Einstein-Podolsky-Rosen Steering. arXiv:1404.2675v4.


sábado, 30 de mayo de 2015

La Teoría Cuántica, una aproximación al universo probable

Es un conjunto de nuevas ideas que explican procesos incomprensibles para la física de los objetos


La Teoría Cuántica es uno de los pilares fundamentales de la Física actual. Recoge un conjunto de nuevas ideas introducidas a lo largo del primer tercio del siglo XX para dar explicación a procesos cuya comprensión se hallaba en conflicto con las concepciones físicas vigentes. Su marco de aplicación se limita, casi exclusivamente, a los niveles atómico, subatómico y nuclear, donde resulta totalmente imprescindible. Pero también lo es en otros ámbitos, como la electrónica, en la física de nuevos materiales, en la física de altas energías, en el diseño de instrumentación médica, en la criptografía y la computación cuánticas, y en la Cosmología teórica del Universo temprano. La Teoría Cuántica es una teoría netamente probabilista: describe la probabilidad de que un suceso dado acontezca en un momento determinado, sin especificar cuándo ocurrirá. A diferencia de lo que ocurre en la Física Clásica, en la Teoría Cuántica la probabilidad posee un valor objetivo esencial, y no se halla supeditada al estado de conocimiento del sujeto, sino que, en cierto modo, lo determina. Por Mario Toboso.





La Teoría Cuántica, una aproximación al universo probable
La Teoría Cuántica es uno de los pilares fundamentales de la Física actual. Se trata de una teoría que reúne un formalismo matemático y conceptual, y recoge un conjunto de nuevas ideas introducidas a lo largo del primer tercio del siglo XX, para dar explicación a procesos cuya comprensión se hallaba en conflicto con las concepciones físicas vigentes. 

Las ideas que sustentan la Teoría Cuántica surgieron, pues, como alternativa al tratar de explicar el comportamiento de sistemas en los que el aparato conceptual de la Física Clásica se mostraba insuficiente. Es decir, una serie de observaciones empíricas cuya explicación no era abordable a través de los métodos existentes, propició la aparición de las nuevas ideas. 

Hay que destacar el fuerte enfrentamiento que surgió entre las ideas de la Física Cuántica, y aquéllas válidas hasta entonces, digamos de la Física Clásica. Lo cual se agudiza aún más si se tiene en cuenta el notable éxito experimental que éstas habían mostrado a lo largo del siglo XIX, apoyándose básicamente en la mecánica de Newton y la teoría electromagnética de Maxwell (1865). 

“Dos nubecillas” 

Era tal el grado de satisfacción de la comunidad científica que algunos físicos, entre ellos uno de los más ilustres del siglo XIX, William Thompson (Lord Kelvin), llegó a afirmar: 

Hoy día la Física forma, esencialmente, un conjunto perfectamente armonioso, ¡un conjunto prácticamente acabado! ... Aun quedan “dos nubecillas” que oscurecen el esplendor de este conjunto. La primera es el resultado negativo del experimento de Michelson-Morley. La segunda, las profundas discrepancias entre la experiencia y la Ley de Rayleigh-Jeans. 

La disipación de la primera de esas “dos nubecillas” condujo a la creación de la Teoría Especial de la Relatividad por Einstein (1905), es decir, al hundimiento de los conceptos absolutos de espacio y tiempo, propios de la mecánica de Newton, y a la introducción del “relativismo” en la descripción física de la realidad. La segunda “nubecilla” descargó la tormenta de las primeras ideas cuánticas, debidas al físico alemán Max Planck (1900). 

El origen de la Teoría Cuántica 

¿Qué pretendía explicar, de manera tan poco afortunada, la Ley de Rayleigh-Jeans (1899)? Un fenómeno físico denominado radiación del cuerpo negro, es decir, el proceso que describe la interacción entre la materia y la radiación, el modo en que la materia intercambia energía, emitiéndola o absorbiéndola, con una fuente de radiación. Pero además de la Ley de Rayleigh-Jeans había otra ley, la Ley de Wien (1893), que pretendía también explicar el mismo fenómeno. 

La Ley de Wien daba una explicación experimental correcta si la frecuencia de la radiación es alta, pero fallaba para frecuencias bajas. Por su parte, la Ley de Rayleigh-Jeans daba una explicación experimental correcta si la frecuencia de la radiación es baja, pero fallaba para frecuencias altas. 

La frecuencia es una de las características que definen la radiación, y en general cualquier fenómeno en el que intervengan ondas. Puede interpretarse la frecuencia como el número de oscilaciones por unidad de tiempo. Toda la gama de posibles frecuencias para una radiación en la Naturaleza se hallan contenidas en el espectro electromagnético, el cual, según el valor de la frecuencia elegida determina un tipo u otro de radiación. 

En 1900, Max Planck puso la primera piedra del edificio de la Teoría Cuántica. Postuló una ley (la Ley de Planck) que explicaba de manera unificada la radiación del cuerpo negro, a través de todo el espectro de frecuencias. 

La hipótesis de Planck 

¿Qué aportaba la ley de Planck que no se hallase ya implícito en las leyes de Wien y de Rayleigh-Jeans? Un ingrediente tan importante como novedoso. Tanto que es el responsable de la primera gran crisis provocada por la Teoría Cuántica sobre el marco conceptual de la Física Clásica. Ésta suponía que el intercambio de energía entre la radiación y la materia ocurría a través de un proceso continuo, es decir, una radiación de frecuencia f podía ceder cualquier cantidad de energía al ser absorbida por la materia. 

Lo que postuló Planck al introducir su ley es que la única manera de obtener una fórmula experimentalmente correcta exigía la novedosa y atrevida suposición de que dicho intercambio de energía debía suceder de una manera discontinua, es decir, a través de la emisión y absorción de cantidades discretas de energía, que hoy denominamos “quantums” de radiación. La cantidad de energía E propia de un quantum de radiación de frecuencia f se obtiene mediante la relación de Planck: E = h x f, siendo h la constante universal de Planck = 6’62 x 10 (expo-34) (unidades de “acción”). 

Puede entenderse la relación de Planck diciendo que cualquier radiación de frecuencia f se comporta como una corriente de partículas, los quantums, cada una de ellas transportando una energía E = h x f, que pueden ser emitidas o absorbidas por la materia. 

La hipótesis de Planck otorga un carácter corpuscular, material, a un fenómeno tradicionalmente ondulatorio, como la radiación. Pero lo que será más importante, supone el paso de una concepción continuista de la Naturaleza a una discontinuista, que se pone especialmente de manifiesto en el estudio de la estructura de los átomos, en los que los electrones sólo pueden tener un conjunto discreto y discontinuo de valores de energía. 

La hipótesis de Planck quedó confirmada experimentalmente, no sólo en el proceso de radiación del cuerpo negro, a raíz de cuya explicación surgió, sino también en las explicaciones del efecto fotoeléctrico, debida a Einstein (1905), y del efecto Compton, debida a Arthur Compton (1923). 

Marco de aplicación de la Teoría Cuántica 

El marco de aplicación de la Teoría Cuántica se limita, casi exclusivamente, a los niveles atómico, subatómico y nuclear, donde resulta totalmente imprescindible. Pero también lo es en otros ámbitos, como la electrónica (en el diseño de transistores, microprocesadores y todo tipo de componentes electrónicos), en la física de nuevos materiales, (semiconductores y superconductores), en la física de altas energías, en el diseño de instrumentación médica (láseres, tomógrafos, etc.), en la criptografía y la computación cuánticas, y en la Cosmología teórica del Universo temprano. De manera que la Teoría Cuántica se extiende con éxito a contextos muy diferentes, lo que refuerza su validez. 

Pero, ¿por qué falla la teoría clásica en su intento de explicar los fenómenos del micromundo? ¿No se trata al fin y al cabo de una simple diferencia de escalas entre lo grande y lo pequeño, relativa al tamaño de los sistemas? La respuesta es negativa. Pensemos que no siempre resulta posible modelar un mismo sistema a diferentes escalas para estudiar sus propiedades. 

Para ver que la variación de escalas es un proceso con ciertas limitaciones intrínsecas, supongamos que queremos realizar estudios hidrodinámicos relativos al movimiento de corrientes marinas. En determinadas condiciones, podríamos realizar un modelo a escala lo suficientemente completo, que no dejase fuera factores esenciales del fenómeno. A efectos prácticos una reducción de escala puede resultar lo suficientemente descriptiva. 

Pero si reducimos la escala de manera reiterada pasaremos sucesivamente por situaciones que se corresponderán en menor medida con el caso real. Hasta llegar finalmente a la propia esencia de la materia sometida a estudio, la molécula de agua, que obviamente no admite un tratamiento hidrodinámico, y habremos de acudir a otro tipo de teoría, una teoría de tipo molecular. Es decir, en las sucesivas reducciones de escala se han ido perdiendo efectos y procesos generados por el aglutinamiento de las moléculas. 

De manera similar, puede pensarse que una de las razones por las que la Física Clásica no es aplicable a los fenómenos atómicos, es que hemos reducido la escala hasta llegar a un ámbito de la realidad “demasiado esencial” y se hace necesario, al igual que en el ejemplo anterior, un cambio de teoría. Y de hecho, así sucede: la Teoría Cuántica estudia los aspectos últimos de la substancia, los constituyentes más esenciales de la materia (las denominadas “partículas elementales”) y la propia naturaleza de la radiación.

Albert Einstein
Albert Einstein
Cuándo entra en juego la Teoría Cuántica 

Debemos asumir, pues, el carácter absoluto de la pequeñez de los sistemas a los que se aplica la Teoría Cuántica. Es decir, la cualidad “pequeño” o “cuántico” deja de ser relativa al tamaño del sistema, y adquiere un carácter absoluto. Y ¿qué nos indica si un sistema debe ser considerado “pequeño”, y estudiado por medio de la Teoría Cuántica? Hay una “regla”, un “patrón de medida” que se encarga de esto, pero no se trata de una regla calibrada en unidades de longitud, sino en unidades de otra magnitud física importante denominada “acción”. 

La acción es una magnitud física, al igual que lo son la longitud, el tiempo, la velocidad, la energía, la temperatura, la potencia, la corriente eléctrica, la fuerza, etc., aunque menos conocida. Y al igual que la temperatura indica la cualidad de frío o caliente del sistema, y la velocidad su cualidad de reposo o movimiento, la acción indica la cualidad de pequeño (cuántico) o grande (clásico) del sistema. Como la energía, o una longitud, todo sistema posee también una acción que lo caracteriza. 

Esta acción característica, A, se obtiene de la siguiente multiplicación de magnitudes: A = P x L, donde P representa la cantidad de movimiento característica del sistema (el producto de su masa por su velocidad) y L su “longitud” característica. La unidad de esa “regla” que mencionábamos, con la que medimos la acción de los sistemas, es la constante de Planck, h. Si el valor de la acción característica del sistema es del orden de la constante de Planck deberemos utilizar necesariamente la Teoría Cuántica a la hora de estudiarlo. 

Al contrario, si h es muy pequeña comparada con la acción típica del sistema podremos estudiarlo a través de los métodos de la teoría clásica. Es decir: Si A es del orden de h debemos estudiar el sistema según la Teoría Cuántica. Si A es mucho mayor que h, podemos estudiarlo por medio de la Física Clásica. 

Dos ejemplos: partículas y planetas 

Veamos dos ejemplos de acción característica en dos sistemas diferentes, aunque análogos: 

1. El electrón orbitando en torno al núcleo en el nivel más bajo de energía del átomo de hidrógeno. 

Vamos a calcular el orden de magnitud del producto P x L. P representa el producto de la masa del electrón por su velocidad orbital, esto es P = 10 (exp-31) (masa) x 10 (exp 6) (velocidad) = 10 (exp-25) (cantidad de movimiento). El valor característico de L corresponde al radio de la órbita, esto es, L = 10 (expo-10) (longitud). Realizamos ahora el producto P x L para hallar la magnitud de la “acción” característica asociada a este proceso: A1 = Px L = 10 (expo-25) x 10 (expo-10) = 10 (expo-35) (acción). 

2. El planeta Júpiter orbitando en torno al Sol (consideramos la órbita circular, para simplificar). 

Para este segundo ejemplo, realizamos cálculos análogos a los anteriores. Primeramente la cantidad de movimiento P, multiplicando la masa de Júpiter por su velocidad orbital: P = 10 (expo 26) (masa) x 10 (expo 4) (velocidad) = 10 (expo 30) (cantidad de movimiento). Igualmente, la longitud característica será la distancia orbital media: L = 10 (expo 11) (longitud). La magnitud de la acción característica en este segundo caso será: A2 = 10 (expo 30) x 10 (expo 11) = 10 (expo 41) (acción). 

Si comparamos estos dos resultados con el orden de magnitud de la constante de Planck tenemos: 

h = 10 (expo-34) 
A1 = 10 (expo -35) 
A2 = 10 (expo 41) 

Vemos que para el caso 1 (electrón orbitando en un átomo de hidrógeno) la proximidad en los órdenes de magnitud sugiere un tratamiento cuántico del sistema, que debe estimarse como “pequeño” en el sentido que indicábamos anteriormente, en términos de la constante de Planck, considerada como “patrón” de medida. Al contrario, entre el caso 2 (Júpiter en órbita en torno al Sol) y la constante de Planck hay una diferencia de 75 órdenes de magnitud, lo que indica que el sistema es manifiestamente “grande”, medido en unidades de h, y no requiere un estudio basado en la Teoría Cuántica. 

La constante de Planck tiene un valor muy, muy pequeño. Veámoslo explícitamente: 

h = 0’ 000000000000000000000000000000000662 (unidades de acción) 

El primer dígito diferente de cero aparece en la trigésimo cuarta cifra decimal. La pequeñez extrema de h provoca que no resulte fácil descubrir los aspectos cuánticos de la realidad, que permanecieron ocultos a la Física hasta el siglo XX. Allá donde no sea necesaria la Teoría Cuántica, la teoría clásica ofrece descripciones suficientemente exactas de los procesos, como en el caso del movimiento de los planetas, según acabamos de ver.

Breve cronología de la Teoría Cuántica 

1900. “Hipótesis cuántica de Planck” (Premio Nobel de Física, 1918). Carácter corpuscular de la radiación. 

1905. Einstein (Premio Nobel de Física, 1921) explica el “efecto fotoeléctrico” aplicando la hipótesis de Planck. 

1911. Experimentos de Rutherford, que establecen el modelo planetario átomo, con núcleo (protones) y órbitas externas (electrones). 

1913. Modelo atómico de Niels Bohr (Premio Nobel de Física, 1922). Tiene en cuenta los resultados de Rutherford, pero añade además la hipótesis cuántica de Planck. Una característica esencial del modelo de Bohr es que los electrones pueden ocupar sólo un conjunto discontinuo de órbitas y niveles de energía. 

1923. Arthrur Comptom (Premio Nobel de Física, 1927) presenta una nueva verificación de la hipótesis de Planck, a través de la explicación del efecto que lleva su nombre. 

1924. Hipótesis de De Broglie (Premio Nobel de Física, 1929). Asocia a cada partícula material una onda, de manera complementaria a cómo la hipótesis de Planck dota de propiedades corpusculares a la radiación. 

1925. Werner Heisenberg (Premio Nobel de Física, 1932) plantea un formalismo matemático que permite calcular las magnitudes experimentales asociadas a los estados cuánticos. 

1926. Erwin Schrödinger (Premio Nobel de Física, 1933) plantea la ecuación ondulatoria cuyas soluciones son las ondas postuladas teóricamente por De Broglie en 1924. 

1927. V Congreso Solvay de Física, dedicado al tema “Electrones y fotones”. En él se produce el debate entre Einstein y Bohr, como defensores de posturas antagónicas, sobre los problemas interpretativos que plantea la Teoría Cuántica. 

1928. Experimentos de difracción de partículas (electrones) que confirman la hipótesis de de Broglie, referente a las propiedades ondulatorias asociadas a las partículas. El fenómeno de difracción es propio de las ondas. 

1932. Aparición del trabajo de fundamentación de la Teoría Cuántica elaborado por el matemático Jon von Neumann.

Aspectos esencialmente novedosos de la Teoría Cuántica 

Los aspectos esencialmente novedosos (no clásicos) que se derivan de la Teoría Cuántica son: 

a) Carácter corpuscular de la radiación (Hipótesis de Planck). 

b) Aspecto ondulatorio de las partículas (Hipótesis de Broglie). 

c) Existencia de magnitudes físicas cuyo espectro de valores es discontinuo. Por ejemplo los niveles de energía del átomo de hidrógeno (Modelo atómico de Bohr). 

Implicaciones de a): carácter corpuscular de la radiación. 

Tradicionalmente se había venido considerando la radiación como un fenómeno ondulatorio. Pero la hipótesis de Planck la considera como una corriente de partículas, “quantums”. ¿Qué naturaleza tiene, entonces, la radiación: ondulatoria o corpuscular? Las dos. Manifiesta un carácter marcadamente “dual”. Se trata de aspectos que dentro del formalismo cuántico no se excluyen, y se integran en el concepto de “quantum”. 

El quantum de radiación puede manifestar propiedades tanto corpusculares como ondulatorias, según el valor de la frecuencia de la radiación. Para valores altos de la frecuencia (en la región gamma del espectro) predomina el carácter corpuscular. En tanto que para frecuencias bajas (en la región del espectro que describe las ondas de radio) predomina el aspecto ondulatorio. 

Implicaciones de b): carácter ondulatorio de las partículas. 

Se comprobó en experimentos de difracción de electrones y neutrones. Lo que ponen de manifiesto estos experimentos es que una clase de onda acompaña el movimiento de las partículas como responsable del fenómeno de difracción. De manera que nuevamente tenemos un ejemplo de dualidad entre las propiedades corpusculares y ondulatorias, asociadas en este caso a las partículas. 

Pero la aparición del fenómeno ondulatorio no se produce únicamente a nivel microscópico, también se manifiesta para objetos macroscópicos, aunque en este caso la onda asociada tiene una longitud de onda tan pequeña que en la práctica es inapreciable y resulta imposible la realización de un experimento de difracción que la ponga de manifiesto. 

Implicaciones de c): existencia de magnitudes físicas discontinuas. 

Pone de manifiesto el carácter intrínsecamente discontinuo de la Naturaleza, lo que se evidencia, como ejemplo más notable, en el espectro de energía de los átomos. A partir de la existencia de estas discontinuidades energéticas se explica la estabilidad de la materia.

Dios no juega a los dados...
Dios no juega a los dados...
Un ejemplo concreto 

Analicemos para el caso del átomo de hidrógeno, según el modelo de Bohr, cómo se conjugan estos tres supuestos cuánticos anteriores, a), b) y c). El átomo de hidrógeno se entiende como un sistema estable formado por un electrón y un protón. El electrón puede hallarse en un conjunto infinito, pero discontinuo de niveles de energía [supuesto c)].

Para pasar de un nivel a otro, el electrón debe absorber o emitir un quantum discreto de radiación [supuesto a)] cuya energía sea igual a la diferencia de energía entre esos niveles. Los niveles posibles de energía de los electrones se representan matemáticamente por funciones ondulatorias [supuesto b)], denominadas “funciones de estado”, que caracterizan el estado físico del electrón en el nivel de energía correspondiente. 

Para conocer el valor experimental de cualquier propiedad referente a la partícula debe “preguntarse” a su función de estado asociada. Es decir, dicha función constituye un tipo de representación del estado físico, tal que el estado del electrón en el n-ésimo nivel de energía es descrito por la n-ésima función de estado. 

La función de onda 

La descripción más general del estado del electrón del átomo de hidrógeno viene dada por la “superposición” de diferentes funciones de estado. Tal superposición es conocida como “función de onda”. La superposición de estados posibles es típica de la Teoría Cuántica, y no se presenta en las descripciones basadas en la Física Clásica. 

En esta última, los estados posibles nunca se superponen, sino que se muestran directamente como propiedades reales atribuibles al estado del sistema. Al contrario, especificar el estado del sistema en la Teoría Cuántica implica tomar en consideración la superposición de todos sus estados posibles. Las funciones de onda no son ondas asociadas a la propagación de ningún campo físico (eléctrico, magnético, etc.), sino representaciones que permiten caracterizar matemáticamente los estados de las partículas a que se asocian. 

El físico alemán Max Born ofreció la primera interpretación física de las funciones de onda, según la cual el cuadrado de su amplitud es una medida de la probabilidad de hallar la partícula asociada en un determinado punto del espacio en un cierto instante. Aquí se manifiesta un hecho que se repetirá a lo largo del desarrollo de la Teoría Cuántica, y es la aparición de la probabilidad como componente esencial de la gran mayoría de los análisis. 

La probabilidad en la Teoría Cuántica 

La Teoría Cuántica es una teoría netamente probabilista. Nos habla de la probabilidad de que un suceso dado acontezca en un momento determinado, no de cuándo ocurrirá ciertamente el suceso en cuestión. La importancia de la probabilidad dentro de su formalismo supuso el punto principal de conflicto entre Einstein y Bohr en el V Congreso Solvay de Física de 1927. 

Einstein argumentaba que la fuerte presencia de la probabilidad en la Teoría Cuántica hacía de ella una teoría incompleta reemplazable por una hipotética teoría mejor, carente de predicciones probabilistas, y por lo tantodeterminista. Acuñó esta opinión en su ya famosa frase, “Dios no juega a los dados con el Universo”. 

La postura de Einstein se basa en que el papel asignado a la probabilidad en la Teoría Cuántica es muy distinto del que desempeña en la Física Clásica. En ésta, la probabilidad se considera como una medida de la ignorancia del sujeto, por falta de información, sobre algunas propiedades del sistema sometido a estudio. Podríamos hablar, entonces, de un valor subjetivo de la probabilidad. Pero en la Teoría Cuántica la probabilidad posee un valor objetivo esencial, y no se halla supeditada al estado de conocimiento del sujeto, sino que, en cierto modo, lo determina. 

En opinión de Einstein, habría que completar la Teoría Cuántica introduciendo en su formalismo un conjunto adicional de elementos de realidad (a los que se denominó “variables ocultas”), supuestamente obviados por la teoría, que al ser tenidos en cuenta aportarían la información faltante que convertiría sus predicciones probabilistas en predicciones deterministas. 



Mario Toboso es Doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Salamanca y miembro de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas. Editor del Blog Tempus de Tendencias21 y miembro delConsejo Editorial de nuestra revista. Este artículo es la primera entrega de una serie de dos sobre Teoría Cuántica. Ver el siguiente: La Teoría Cuántica cuestiona la naturaleza de la realidad.

jueves, 19 de febrero de 2015

Las matemáticas de la mecánica cuántica explican las respuestas irracionales del ser humano.

Las-matematicas-de-la-mecanica-cuantica-explican-las-respuestas-irracionales-del-ser-humano_0.jpg Wavebreakmedia Ltd/Wavebreak Media/Thinkstock

 
Si bien las teorías cuánticas se han dedicado por mucho tiempo a los fenómenos del mundo de las partículas, recientemente los científicos han descubierto que quizás estas herramientas también puedan ayudarnos a entender algunos aspectos del razonamiento del ser humano. 

Aquí, en Ojo Curioso, hoy te invitamos a ver cómo las matemáticas de la mecánica cuántica explican las respuestas irracionales del hombre.

El orden de los factores sí altera el producto

Las-matematicas-de-la-mecanica-cuantica-explican-las-respuestas-irracionales-del-ser-humano-1_0.jpg Inga Nielsen/iStock/Thinkstock

A diferencia de las matemáticas clásicas, donde se nos demuestra que, sin lugar a dudas, el orden de los factores no altera el producto, las cosas funcionan con otra lógica en el razonamiento humano. Las respuestas de las personas ante una encuesta cambian si se altera el orden de las preguntas.

Se sabe que el razonamiento humano es inconsistente y está lleno de falacias, pero a esto se añade otro aspecto: el efecto de orden, según el cual la secuencia de preguntas afecta la manera en que la gente responde a las interrogantes.

Explicación cuántica del efecto de orden

Las-matematicas-de-la-mecanica-cuantica-explican-las-respuestas-irracionales-del-ser-humano-2_0.jpg Oko_SwanOmurphy/iStock/Thinkstock


Los científicos han comenzado a considerar que quizás las teorías cuánticas sean una excelente manera de explicar el efecto de orden. Se basan en un fenómeno que discurre en el mundo de las partículas llamado conmutación.
Cuando los expertos realizan mediciones sobre una partícula, el orden en que son medidos estos aspectos afecta el resultado. Si se mide la posición de una partícula y luego el momento, estos valores difieren de los que se obtienen si se mide primero el momento y luego la posición. Se dice entonces que estas variables no son conmutables.

Cosa similar ocurre con el razonamiento humano. La irracionalidad que se observa cuando se cambia el orden de preguntas de una encuesta indica que los contenidos no son conmutables. Esto sucede porque las opiniones humanas sobre temas complejos no están predeterminadas, sino que dependen totalmente del contexto.

Las-matematicas-de-la-mecanica-cuantica-explican-las-respuestas-irracionales-del-ser-humano-3_0.jpg Matthew Shimer/Hemera/Thinkstock
 
Otro fenómeno cuántico que se observa en las respuestas humanas es la simetría llamada igualdad de preguntas cuánticas, según la cual cuando el orden de las preguntas se invierte, el número de personas que coincide positivamente en sus respuestas se incrementa en la misma medida en que el número de gente que coincide negativamente en las respuestas disminuye.

Estos estudios son una demostración empírica de que las teorías cuánticas pueden aplicarse en la psicología para elaborar modelos cognitivos del hombre y de que las matemáticas de la mecánica cuántica pueden explicar las respuestas irracionales del ser humano, aunque los expertos insisten en que el cerebro humano no funciona como una computadora.
fuente/ Ojo Científico

lunes, 15 de diciembre de 2014

MECÁNICA CUÁNTICA.Físicos daneses resuelven un problema de mecánica cuántica de hace décadas.

atom
megiddo.wikidot.com

Un grupo de científicos daneses ha resuelto un problema de mecánica cuántica que preocupaba al mundo físico desde los años 1930 sobre cómo calcular la conducta de los átomos en la vida real.

Cada átomo tiene un momento magnético dirigido hacia arriba o hacia abajo, algo que es determinado por otros átomos de su proximidad, entre otras cosas.

Hasta ahora los científicos podían calcular cómo los modelos enteros de cadenas de átomos reaccionarían si se cambiaba la dirección de uno de los átomos. El problema consistía en que sus cálculos se referían a un mundo ideal no afectado por el entorno físico de los átomos, o pasaje atómico.

Pero el entorno sí afecta a los átomos, y es algo que los investigadores lograron incluir en sus cálculos. Ahora son capaces de alterar el paisaje por vía experimental y calcular cómo debe ser su entorno físico para que los átomos se comporten de manera especial.

Así se podrá dirigir el momento magnético de todos los átomos en la misma dirección u optimizar el traspaso de información de un lado del paisaje a otro, según explicó el portal 'ScienceNordic'.

La nueva fórmula es un aporte imprescindible a que algún día se construya una computadora cuántica.

fuente/RT


sábado, 27 de septiembre de 2014

MENTE. Tu mente puede controlar la materia.

La conciencia podría ser el factor oculto en la ecuación cuántica.

El famoso experimento de física cuántica conocido como el experimento de doble rendija, desde hace décadas proveyó evidencias impactantes de habilidad mental para controlar la materia, (vea el video para una simple ilustración de este experimento).

Partículas atómicas también se demostró que son ondas. Ya sea que se manifiesten como ondas o como partículas, dependió de quien las miraba. La observación influyó en la realidad física de las partículas, en lenguaje más técnico, la observación colapsó en función de la onda.

El físico austriaco Erwin Schrödinger ideó una ecuación para mostrar las propiedades ondulatorias de la materia. Sin embargo, la observación no está considerada en esta ecuación, o en cualquier otra ecuación cuántica, porque es subjetiva y no objetiva, explicó el ingeniero y físico Alan Ross Hugenot, de la Asociación Internacional de Estudios Cercanos a la Muerte (IANDS), en la conferencia en Newport Beach, Calif., el 29 de agosto de 2014.

Hugenot tiene un doctorado en ciencias de ingeniería mecánica, y ha tenido una exitosa carrera en ingeniería marina, sirviendo en comités que escriben normas de construcción naval de Estados Unidos. Estudió física e ingeniería mecánica en el Instituto de Tecnología de Oregón. Hugenot habló de una teoría que expone el asunto de la observación.

El Dr. Evan Harris Walker, un físico que trabajó para el Laboratorio de Investigación Balística-Aberdeen Proving Grounds del Ejército, trató de incluir la observación de la ecuación de Schrödinger. En 2000, Walker describió dos variables ocultas. Una de ellas es el canal de la voluntad, la otra es el canal de la conciencia, explicó Hugenot.

El canal de voluntad, lo que desea una persona, es positivo. El canal de la conciencia, que está en la mente de la persona, es negativo, dijo Hugenot. Un positivo y un negativo se anulan entre sí, por eso, estas dos funciones no aparecen en las ecuaciones. Pero cuando se juntan, la función de la onda colapsa.

La mayoría de la gente tiene mucho en su mente, lo que necesitan tomar en camino a casa, desde el trabajo, qué citas se les ha presentado, etcétera. Estos pensamientos, en el canal de la conciencia a menudo bloquean al canal de la voluntad, dijo Hugenot. La conciencia y la voluntad no están sincronizadas. Pero, si lo estuvieran, la gente podría materializar lo que ellas deseen. Ellos podrían hacer que las cosas se vuelvan realidad.

“Su mente controla la materia”, definitivamente, dijo Hugenot a la multitud de una conferencia.

“Sé que usted no sabe cómo hacerlo. ¿Cuántas personas aquí son pianistas de concierto? ¿Aquí nadie es un pianista de concierto? ¿Por qué no? Porque no practicaron... Pero hay personas que son pianistas de concierto, ¿no es así? Y ¿qué han hecho? Muchos fracasos, gran cantidad de estudio, mucho aprendizaje para saber cómo hacerlo”.

“Estoy trabajando en ser un medio, para que yo pueda aprender a hacer algunas de estas cosas”, dijo y agregó “No me limito a nada”.

fuente/ La Gran Época

Vídeo:


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Computación Cuántica: Google se enfoca en la inteligencia artificial para crear procesadores más veloces.

 


Google anunció recientemente que respaldará un proyecto de computación cuántica, el cual será llevado a cabo por científicos de la Universidad de California en Santa Barbara (UCSB), mostrando una vez más su interés por hacer uso de inteligencia artificial para crear procesadores de computadoras más veloces.

El proyecto pretende crear una nueva clase de procesador cuánticos, los cuales estarían diseñados para ser más rápidos que los procesadores utilizados por las computadoras y aparatos móviles que se encuentran actualmente en el mercado.

Entre los científicos que realizarán el proyecto sobre inteligencia artificial en la UCSB se encuentra John Martinis, quien ha trabajado en la materia de computación cuántica por más de 30 años, de acuerdo con el medio Engadget.com.

Martinis, junto con su equipo en la UCSB, desarrollaron recientemente un método para mejorar la confiabilidad en los procesadores cuánticos, convirtiéndoles en piezas comerciales viables, según Engadget.com.

En el pasado Google ya ha mostrado su interés en proyectos sobre inteligencia artificial.

La compañía es socia del Laboratorio de Inteligencia Artificial Cuántica de la NASA desde el 2013, y ha invertido aproximadamente $15 millones para el desarrollo de la computadora cuántica D-Wave que es parte de ese proyecto.

También en enero del 2014, Google adquirió la compañía de inteligencia artificial privada DeepMind Technologies Ltd.

“Con un grupo integrado de hardware, el equipo de inteligencia artificial cuántica será capaz de implementar y probar nuevos diseños para la optimización cuántica y los procesos de inferencia basados en teorías recientes, así como nuestro aprendizaje de la arquitectura cuántica D-Wave,” dijo Hartmut Beven, director de ingeniería de Google, en un blog de investigación de la compañía.

De acuerdo con el medio de tecnología TechCrunch.com, Martini y su equipo de científicos trabajarán en la oficina de Google en Santa Bárbara, aunque contarán con la ayuda de estudiantes de la UCSB y el equipo continuará utilizando el centro de fabricación y mediciones de la UCSB como parte del proyecto.


sábado, 30 de agosto de 2014

FÍSICA CUÁNTICA. Científicos españoles inventan un simulador cuántico que recrea fenómenos físicos imposibles.

  • En él, las partículas no respetan las leyes fundamentales de la naturaleza.
  •  Permite viajes al pasado y velocidades mayores que la de la luz
  •  Ayudará a la creación de ordenadores más potentes y de nuevos fármacos

Estructura molecular
estructura molecular/ Getty Images

El teatro de lo imposible”. “La ciencia ficción de la física”. Así es como el investigador Enrique Solano llama a su último descubrimiento: un simulador cuántico que permite recreaciones en las que las partículas no respetan las leyes fundamentales de la naturaleza.

Para explicar sus experimentos y sus modelos de predicción cuánticos, el físico recurre al símil con el teatro: “No nos cuesta entender que un actor suba al escenario y finja ser otro. Si Juan Pérez hace de Hamlet, niega su esencia para interpretar un personaje. Tendrá que amar, sufrir o morir sin que realmente ocurra eso”.

Con las partículas pasa lo mismo. El equipo de científicos que Solano lidera en la Universidad del País Vasco ha logrado introducir conceptos de ficción en el mundo de la materia inerte. Una propuesta asombrosa: el simulador puede estudiar fenómenos cuánticos imposibles como viajar al pasado en el tiempo, invertir el orden de la causa y el efecto, o moverse a una velocidad mayor que la de la luz.
Un átomo imita a otro átomo

Hasta ahora, se había demostrado que gracias a este aparato, el simulador cuántico, un átomo puede imitar a otro. La simulación cuántica podría conseguir un día que un átomo de oro actúe como un átomo de cobre; es decir, como si fuese un actor, que se niega a sí mismo y manifiesta las propiedades y los comportamientos de otro, explica el profesor. Lo curioso es que el átomo no deja de ser un átomo de oro, ni tiene las propiedades de un átomo de cobre, sino que simplemente las simula.

Pero, ¿por qué y para qué tiene una partícula que fingir ser otra? Estudiar un fenómeno cuántico -se trata de un mundo de escala inferior a la nanoscópica- es extremadamente complejo porque un átomo cualquiera almacena una cantidad muy grande de información y tiene infinitud de posibles variables. Ni aunque se juntasen todos los ordenadores que existen se podrían realizar los cálculos necesarios.

Por eso, la simulación cuántica, inventada por el Premio Nobel de Física del año 1965, Richard Feynman, propone utilizar a la naturaleza para estudiar a la propia naturaleza. Un átomo de oro imitando a uno de cobre sí puede dar las respuestas que busca esta rama de la física. “Es un salto”, dice el investigador, “supone lograr que la complejidad imite a la complejidad”.

Este aparato, que funciona con láseres y fotones (partículas de luz), puede conseguir que un átomo que se mueve muy despacio, a milímetros por segundo, se comporte como si se estuviese moviendo a la velocidad de la luz. Esto en realidad no ocurre, el átomo nunca llega a experimentar ese movimiento, pero lo imita y así, los científicos pueden estudiar las propiedades que manifiesta.
El teatro de la física imposible

Pero el salto ahora es todavía mayor. Hasta el momento, la naturaleza imitaba a otra parte de la naturaleza. Con los últimos avances hechos por el grupo de Solano en Bilbao, este simulador cuántico de sello español va más allá y consigue que las partículas recreen cosas imposibles. Acciones contrarias a las leyes “más sagradas”, las que se cumplen en todos los rincones del universo conocido: la física cuántica y la relatividad.

Es el teatro de la física imposible: en él, las moléculas y los átomos falsifican las leyes fundamentales de la naturaleza. Simulan que viajan en el tiempo, que se mueven a velocidades superluminales y que violan las leyes de la causalidad -las reacciones llegan tras las acciones-.

“Es como cuando vamos al cine y observamos efectos especiales. En realidad, las partículas no rompen las leyes de la física cuántica ni contradicen la teoría de la relatividad, es una ficción que nosotros observamos igual que un espectador contempla a Superman”, aclara el investigador.

Esta especie de ciencia ficción permite estudiar gran cantidad de variables y explorar numerosas propiedades del mundo cuántico. Entre otras cosas, el simulador podrá ayudar a la creación de ordenadores cuánticos millones de veces más potentes que los actuales. Y también podrá ser fundamental a la hora de diseñar moléculas que no existen en la naturaleza y, por ejemplo, usarlas como nuevos fármacos.

"Se pueden estudiar características y comportamientos inalcanzables de otra manera", sentencia el físico. Pero más allá de las aplicaciones prácticas, para Solano lo fascinante es la experiencia sensorial y el descubrimiento en sí mismo: la naturaleza es capaz de negarse a sí misma y puede imitar acciones que contradicen sus propias leyes fundamentales.

Sean bienvenidos al teatro cuántico de la física imposible.

fuente/RTVE

viernes, 6 de junio de 2014

Antigravedad en la Primera Guerra Mundial

 

Existen numerosas referencias antiguas del efecto “antigravedad” producido mediante electromagnetismo, y fue nombrado por científicos que, en modo alguno, pueden ser tachados de fantasiosos. Charles Brush, un investigador estadounidense pionero en el uso de la electricidad, descubrió a principios de los años veinte que un péndulo sometido a inducción eléctrica recibía un impulso hacia el polo positivo, lo que también le hizo pensar en una relación entre electricidad y gravedad. Otro buen ejemplo es el de George S. Piggot, que en 1920 obtuvo supuestos efectos antigravedad sobre esferas inducidas eléctricamente. No existía teoría capaz de explicar los resultados, pero en las pruebas de laboratorio los objetos parecían levitar ajenos a la atracción de la Tierra.

Los ejércitos del aire pronto pensaron en la aplicación práctica del fenómeno, y así quedó reflejado en los libros de historia. Durante la Primera Guerra Mundial, el ingeniero italiano Luis Rota construyó el primer artefacto volador que se elevaba al anular la gravedad mediante electromagnetismo, siendo dirigido por ondas de radio.

La máquina de Rota fue reseñada en “Maravillas y revelaciones de la Gran Guerra”, una obra descriptiva de las armas empleadas en la Primera Guerra Mundial, que mereció el premio de La Cruz del Merito Naval otorgado por el Ministerio de la Marina español, y llegó a ser reeditada tras la guerra por la Casa Editorial Maucci de Barcelona (el año exacto no fue incluido en la reedición). En ella, los capitanes Miguel Gistau y Vicente Valero, además del invento de Rota, explicaban otros desconcertantes ingenios militares, como los campos de fuerza o los cañones de repulsión magnética. Cuando e
stas armas reaparecieron en la Segunda Guerra Mundial su existencia fue sometida a la más severa censura intentado ocultarlas a toda costa.

Resultaría de lo más insólito que los alemanes, innovadores en casi todos los campos científicos de su tiempo, no tuvieran en consideración semejante efecto descrito mucho antes de la guerra. Alfred Fritz, que llegó a ser director del Museo Alemán de Cohetes y Viajes Espaciales de Stuttgart, reconoció que durante el conflicto bélico los ingenieros habían trabajado en tres tipos de propulsión futurista: Reacción, iónica y antigravedad electromagnética.

fuente/lacaraocultadelosovnis.blogspot.com

viernes, 25 de abril de 2014

FÍSICA CUÁNTICA. ¿Y si el espacio-tiempo fuera una especie de líquido?

¿Espacio-Tiempo Como Líquido?
  ¿Espacio-Tiempo Como Líquido? / omegatron/wikimedia commons

Esta es la cuestión abordada por los físicos teóricos dedicados a la gravedad cuántica mediante la creación de modelos para intentar reconciliar la gravedad y la mecánica cuántica.

Algunos de estos modelos predicen que el espacio-tiempo a la escala de Planck (10 elevado al 33 centímetros) ya no es continuo --como sostiene la física clásica-- sino discontinuo en la naturaleza. Al igual que los sólidos o líquidos con los que entramos en contacto todos los días, se puede ver como compuesto de átomos y moléculas cuando se observa en una resolución suficiente. Una estructura de este tipo por lo general implica, a muy altas energías, violaciónes de la relatividad especial de Einstein, una parte integral de la relatividad general.

En este marco teórico , se ha sugerido que el espacio-tiempo debe ser tratado como un fluido . En este sentido , la relatividad general sería el análogo a la hidrodinámica de fluidos , que describe el comportamiento de los fluidos en un nivel macroscópico , pero no nos dice nada acerca de los átomos/moléculas que los componen. Así mismo, de acuerdo con algunos modelos, la relatividad general no dice nada acerca de los "átomos" que componen el espacio-tiempo, pero describe la dinámica del espacio-tiempo como si fuera un objeto "clásico". Por lo tanto, el espacio-tiempo sería un fenómeno "emergente" de los constituyentes más fundamentales, así como el agua es lo que percibimos de la masa de las moléculas de H2O que lo forman.

Stefano Liberati , profesor de la Escuela Internacional de Estudios Avanzados ( SISSA ) en Trieste, y Luca Maccione , científico investigador en la Universidad Ludwig- Maximilian de Munich , han ideado maneras innovadoras de usar los supuestos de la física de partículas elementales y la astrofísica de alta energía para describir los efectos que deben ser observados si el espacio-tiempo fuera un fluido Liberati y Maccione también proponen las primeras pruebas de observación de estos fenómenos. Su trabajo acaba de ser publicado en la revista Physical Review Letters.

La mecánica cuántica es capaz de explicar con eficacia tres de las cuatro fuerzas fundamentales del Universo (electromagnetismo, la interacción débil y la interacción fuerte). Pero eso no explica la gravedad, que en la actualidad sólo se explica por la relatividad general, la teoría desarrollada en el ámbito de la física clásica. Por lo tanto, la identificación de un modelo plausible de la gravedad cuántica (es decir, una descripción de la gravedad dentro de un marco de la física cuántica) es uno de los principales retos a los que la física se enfrenta hoy en día. Sin embargo, a pesar de los muchos modelos propuestos hasta la fecha, ninguno ha resultado satisfactorio o, más aún, susceptible de investigación empírica. Estudios como el realizado por Liberati y Maccione ofrecen nuevos instrumentos para evaluar el valor de los posibles escenarios para la gravedad cuántica.

En el pasado, los modelos que consideraban el espacio-tiempo como un fluido emergente de las entidades más fundamentales, asumían y estudiaban los efectos que implican cambios en la propagación de los fotones, que viajarían a velocidades diferentes en función de su energía. Pero hay más que eso: "Si seguimos la analogía con fluidos no tiene sentido esperar solo este tipo de cambios" explica Liberati. "Si el espacio-tiempo es una especie de líquido, entonces debemos también tener en cuenta su viscosidad y otros efectos disipativos , que nunca se había considerado en detalle".

Liberati y Maccione catalogan estos efectos, y muestran que la viscosidad tiende a disiparse rápidamente en fotones y otras partículas a lo largo de su trayectoria. "Y sin embargo, podemos ver los fotones que viajan desde objetos astrofísicos situados a millones de años luz de distancia", continúa. " Si el espacio-tiempo es un fluido, entonces, de acuerdo a nuestros cálculos , debe ser necesariamente un superfluido. Esto significa que su valor de viscosidad es extremadamente bajo, cercano a cero. "
"También predijimos otros efectos disipativos más débiles, que podríamos ser capaces de ver con futuras observaciones astrofísicas . Si esto sucediera, tendríamos una pista fuerte para sustentar los modelos emergentes de espacio-tiempo", concluye Liberati. " Con la tecnología de la astrofísica moderna ha llegado el momento de llevar la gravedad cuántica desde un punto de vista meramente especulativo a uno más fenomenológico", añade.

ENLACES RELACIONADOS: Astrophysical Constraints on Planck Scale Dissipative Phenomena
fuente/http://www.europapress.es/ciencia/laboratorio/noticia-si-espacio-tiempo-fuera-especie-liquido-20140424145358.html