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jueves, 23 de abril de 2015

BIO-TECNO-MEDICINA. ¿Pueden sobrevivir las células del Corazón, fuera de éste órgano?. La respuesta es sí.

Bioingenieros de la Universidad de Berkeley, en California, han desarrollado, por primera vez, un sistema que permite que las células del corazón humano sigan funcionando fuera del cuerpo.
Estos científicos californianos han llamado a este sistema “corazón en un chip”.
Esta investigación  bio-tecno-médica supondrá un avance  sin precedentes.

martes, 25 de noviembre de 2014

ÚLTIMA TECNOLOGÍA. La nanotecnología, los drones o la computación cognitiva, el "futuro inmediato" para expertos del sector.

IBM y computación cognitiva: ordenadores casi humanos


La nanotecnología, los drones o la computación cognitiva son algunas de las tecnologías que marcarán el futuro inmediato, según han manifestado diversos expertos en TICs durante un desayuno sobre Tecnologías del Mañana organizado por el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC).

En concreto, una de las tecnologías del mañana será la computación cognitiva que "tiene en cuenta el contexto para dar una mejor respuesta a las personas", según Enrique Díaz, director de Desarrollo de Negocio, Sector Energía y Smart Cities de IBM Spain. "Tienen un grado de desarrollo tremendo y su crecimiento es exponencial", ha afirmado.

En esta línea, ha recordado por ejemplo que el coche inteligente llevará incorporado sistemas cognitivos para que se pueda conducir solo. "Las personas ciegas podrán conducir un coche inteligente a través de la voz", ha aseverado.

Para Borja Adsuara, consultor y profesor en la Escuela de Organización Industrial (EOI), en campos como la justicia, la tecnología cognitiva podría suponer "un gran avance para descongestionar los procesos, sobre todo la documentación previa".

SMART CITIES

En relación a las ciudades inteligentes o 'Smart Cities', Adsuara entiende que la revolución será la inteligencia colectiva ya que "va a permitir un reempoderamiento de los ciudadanos al conjugar información y conocimiento". "La dimensión de las 'Smart Cities' no es la sensorización a través de objetos sino de personas", aclara Adsuara.

Por ello, Tomás Castro, vicepresidente de CONETIC (Confederación Española de Empresas de Tecnología de la Información, Comunicaciones y Electrónica), ha denunciado la "falta de interoperabilidad entre los distintos fabricantes de sensores que recogen la información de las ciudades inteligentes". "No existen soluciones globales, cada fabricante tiene sus propios protocolos", ha añadido Sergio García, director de Wise Security.

REDUCIR LA BUROCRACIA

Castro considera además que "el futuro está en la nanotecnología" pero ha pedido un "esfuerzo" por parte de las administraciones para reducir la burocracia. Para Castro, la nanotecnología trabaja "a un nivel muy atómico, en la escala de 1 a 100".

"A ese respecto, los wereables son tecnologías capacitadoras que igualan a las personas gracias a las microchips incorporados en objetos cotidianos. Existen camisetas que cambian de color en función de CO2 del ambiente o sujetadores que ayudan a prevenir el cáncer de mama", ha sugerido.

Para García otra de las tecnologías del mañana serán los drones, aunque "llevan utilizándose desde hace 20 años aplicados a defensa". Lo más destacado es que "son aviones no tripulados, inteligentes, que capturan datos en tiempo real", ha añadido.

DURACIÓN DE LAS BATERÍAS

Por último, durante el desayuno CENTAC se ha hablado de la escasa duración de las baterías como una "gran asignatura pendiente". Para Adsuara "la verdadera tecnología disruptiva será aquella que permita alargar la duración de las baterías de los dispositivos".

"Tienen que dar una respuesta de carga ultra rápida. Serán tecnologías basadas en nuevos materiales con una duración de carga de dos o tres minutos máximo", ha añadido Castro.

En relación a las baterías de los coches eléctricos, Díaz, de IBM Spain, ha apostado por una "recarga inteligente que no sature la red", aunque lamentando que no exista a nivel mundial un "protocolo de homologación para recargas de vehículos eléctricos". (fuente del texto/teinteresa/Agencias/EP)

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Google planea identificar enfermedades usando nanopartículas magnéticas.

La división Google X comienza su cruzada por combatir la muerte.

Andrew Conrad, director de la división de ciencias de la vida en Google X, anunció los planes de la compañía para identificar enfermedades a través de nanopartículas magnéticas, las cuales se pegarían a células que emitan sustancias inusuales.

Las nanopartículas tendrían un tamaño equivalente a una milésima parte del diámetro de un glóbulo rojo, y se introducirían al cuerpo por medio de píldoras. Además, la actividad de estas nanopartículas sería monitoreada por una prenda electrónica magnética.

Para ejemplificar el funcionamiento de las nanopartículas, se explicó que las células cancerígenas usualmente emiten proteínas y azúcares que no se encuentran en las células saludables. Con base en esto, una nanopartícula se pegaría sólo a aquellas células extrañas gracias a un recubrimiento de un material específico.

Como parte de la presentación, Conrad dijo lo siguiente:
Estamos tratando de combatir la muerte al evitar enfermedades. Fundamentalmente, nuestro enemigo es la muerte. Nuestro enemigo es la muerte innecesaria, porque tenemos la tecnología para intervenir y deberíamos gastar más energía y esfuerzo en eso.
Hay más de 100 miembros de Google X trabajando en esta tecnología, y se espera que su desarrollo tome al menos 5 años. Por ahora, algunos de los retos más claros de este proyecto es decidir qué recubrimientos usar en las partículas, identificar perfectamente qué proteínas y azúcares segregan las células afectadas, y determinar la cantidad de nanopartículas que se deben ingerir, pues estas tendrán una regulación muy meticulosa por parte de la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).

Google X es la división de Google encargada de investigar y desarrollar tecnologías muy a futuro. Entre sus diversos proyectos se encuentran pantallas modulares gigantes así como un lente de contacto para tratar la diabetes y la presbicia.

Por Alina Varela

 

lunes, 1 de septiembre de 2014

Nuevos ‘nanorrobots’ cazarán el cáncer y lo destruirán con sus ‘nanoarmas’.


Científicos estadounidenses desarrollan unos robots minúsculos que serían capaces de cazar las células cancerosas en el cuerpo humano y destruirlas con sus nanoarmas, sugiere una nueva investigación.

Un equipo del Centro de Cáncer de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), liderado por Kit Lam, ha publicado en la revista ‘Nature Communications’ una investigación en nanopartículas que describe lo que podría ser una solución completa para la detección y el tratamiento del cáncer, y sin crear daños en el tejido que lo rodea.La nanopartícula extremadamente pequeña se llama ‘nanoporfirina’ y está equipada con un módulo de reconocimiento del tumor. “Estas son partículas increíblemente útiles”, afirma Yuanpei Li, coautor del estudio. “Como un agente de contraste, hacen que los tumores sean más fáciles de ver en un escáner”.En cuanto a la destrucción de las células cancerosas, según los científicos, los nanorrobots podrían utilizarse como vehículos para entregar quimioterapia directamente al tumor, aplicar luz para liberar oxígeno singlete y usar láser. Las prometedoras nanopartículas ya han pasado las pruebas en animales y el equipo está trabajando para que la tecnología pueda pasar una prueba clínica.

http://actualidad.rt.com/ciencias/view/138739-nanorobots-cazar-cancer-destruir

sábado, 24 de mayo de 2014

Nanotecnología. El nanomotor más rápido y pequeño del mundo cabe dentro de una célula.

Ingenieros estadounidenses diseñan un dispositivo que podría liberar medicamentos de forma precisa.



Investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) han construido el nanomotor sintético más pequeño, rápido y duradero existente hasta la fecha, que cabe en una sola célula. El objetivo es que pueda moverse a través del cuerpo para liberar fármacos de forma controlada, en células específicas.

Investigadores  de la Escuela Cockrell de Ingeniería, de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) han construido el minimotor sintético más pequeño, rápido y duradero existente hasta la fecha.

El nuevo nanomotor es un paso importante hacia el desarrollo de máquinas en miniatura que algún día podrían moverse a través del cuerpo para administrar insulina a los diabéticos, cuando fuera necesario, o tratar células cancerosas sin dañar las células sanas.

Con el objetivo de suministrar energía a estos dispositivos aún no inventados, los ingenieros de UT Austin se centraron en la construcción de una nanomotor fiable de ultra alta velocidad que pudiera convertir la energía eléctrica en movimiento mecánico en una escala 500 veces más pequeña que un grano de sal.

La profesora asistente de ingeniería mecánica Donglei "Emma" (su nombre/apodo en inglés) Fan dirigió un equipo de investigadores en el exitoso proceso de diseño, montaje y pruebas de un nanomotor de alto rendimiento en un entorno no-biológico. El nanomotor de tres partes del equipo puede mezclar e inyectar bioquímicos rápidamente y moverse a través de líquidos, lo cual es importante para aplicaciones futuras. El estudio ha sido publicado en la edición de abril de Nature Communications.

Fan y su equipo son los primeros en alcanzar la muy difícil meta de diseñar un nanomotor con una gran capacidad de manejo.

Al ser todas sus dimensiones menores de 1 micrómetro, el nanomotor podría encajar dentro de una célula humana y ser capaz de girar durante 15 horas continuadas a una velocidad de 18.000 RPM, la velocidad de un motor en un avión a reacción. Nanomotores comparables funcionan de forma significativamente más lenta, desde 14 RPM a 500 RPM, y sólo consiguen rotar entre unos segundos y unos cuantos minutos.

De cara al futuro, los nanomotores podrían avanzar en el campo de los sistemas nanoelectromecánicos (NEMS), un área centrada en el desarrollo de máquinas en miniatura que son más eficientes energéticamente y menos costosas de producir. En un futuro próximo, los investigadores creen que sus nanomotores podrían proporcionar un nuevo enfoque para la administración controlada de fármacos en las células vivas.

Pruebas

Para probar su capacidad para liberar fármacos, los investigadores recubrieron la superficie del nanomotor con bioquímicos e iniciaron el giro. Observaron que cuanto más rápido gira el nanomotor, más rápido libera los medicamentos.

"Hemos sido capaces de establecer y controlar la velocidad de liberación de moléculas por rotación mecánica, lo que significa que nuestro nanomotor es el primero de su especie que controla la liberación de fármacos", señala Fan en la nota de prensa de la Universidad. "Creemos que va a ayudar a avanzar en el estudio de la administración de fármacos y la comunicación entre células."

Los investigadores han abordado dos grandes problemas de los nanomotores hasta el momento: el montaje y los controles. El equipo construyó y operó el nanomotor utilizando una técnica pendiente de patente que Fan inventó mientras estudiaba en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Maryland, EE.UU.). La técnica se basa en campos eléctricos de corriente continua y corriente alterna para ensamblar las partes del nanomotor una por una.

En los experimentos, los investigadores utilizaron la técnica para encender y apagar los nanomotores e impulsar la rotación en sentido horario o antihorario.

Fan y su equipo planean desarrollar nuevos controles mecánicos y sensores químicos que puedan ser integrados en los dispositivos nanoelectromecánicos. Pero primero tienen previsto poner a prueba sus nanomotores cerca de una célula viva, lo que les permitirá medir cómo liberan moléculas de una forma controlada.

Referencia bibliográfica:

Kwanoh Kim, Xiaobin Xu, Jianhe Guo, D. L. Fan. Ultrahigh-speed rotating nanoelectromechanical system devices assembled from nanoscale building blocks. Nature Communications (2014). DOI: 10.1038/ncomms4632.

fuente/ Tendencisas21

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Nanobiomateriales inteligentes. Alas de mariposa para fabricar dispositivos electrónicos y células fotovoltaicas.

Combinadas con nanotubos de carbono adquieren una alta conductividad y pueden transformar la luz en calor.



Investigadores japoneses han combinado las alas de una mariposa con nanotubos de carbono para generar un nuevo material con una alta conductividad eléctrica y que, por tanto, podría servir para fabricar dispositivos electrónicos portátiles ligeros, fotosensores o células fotovoltaicas. La investigación supone un importante avance hacia el desarrollo de nanobiomateriales inteligentes, afirman sus autores. Por Yaiza Martínez.

¿Qué tienen que ver las mariposas con la electrónica a escala nanométrica? Aparentemente nada, pero un científico llamado Eijiro Miyako, del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada de Japón está sacando partido a las primeras para llevar la electrónica a un nuevo nivel.

Según publica Newscientist, lo que ha hecho Miyako ha sido utilizar los patrones de la superficie de las alas de una mariposa concreta, la Morpho sulkowskyi, como plantilla para crear redes de nanotubos de carbono capaces de, por ejemplo, convertir la luz en calor o reproducir secuencias de ADN.

Los nanotubos son estructuras tubulares cuyo diámetro es del tamaño del nanómetro (unidad de longitud que equivale a una mil millonésima parte de un metro); y los nanotubos de carbono son una forma alotrópica del carbono, como el diamante o el grafito, capaz de presentar desde el comportamiento de un semiconductor hasta superconductividad, en función de su estructura, que es variable.

Tomar como fuente de inspiración las mariposas ha permitido generar nuevas formas de nanotubos de carbono y, con ellas, nuevas propiedades.

Miyako y sus colaboradores eligieron las alas de la mariposa Morpho para inspirarse por sus propiedades naturales, que superan las capacidades de cualquier tecnología actual.

Estas alas, además de ser ligeras, finas y flexibles, absorben energía solar como si fueran un cable de fibra óptica y la transforman en calor, para mantener al insecto caliente en entornos fríos. Asimismo, se liberan del agua rápidamente (son superhidrófobas) y se auto-limpian.

Combinación de alas y nanotubos: un nuevo material

Pero Miyako y sus colaboradores no sólo se conformaron con “imitar” las alas de esta mariposa artificialmente, sino que también se esforzaron por combinar las alas con los nanotubos.

En concreto, hicieron crecer una red de nanotubos de carbono sobre las alas de la Morpho.

En éstas, los nanotubos se autoensamblaron dando lugar a nanoestructuras similares a las microestructuras hexagonales multicapas de las alas de la mariposa (microestructuras que tienen la forma de un panal de abejas).

El resultado fue un material híbrido completamente nuevo, informa la American Chemical Society (ACS) en un comunicado, con las siguientes propiedades: se calienta más rápido que sus componentes originales por separado, y exhibe una alta conductividad eléctrica, gracias a la combinación del patrón natural de las alas –que permitió crear una superficie receptora de luz extensa-; y de las propiedades físicas de los nanotubos, que producen calor mediante la energía vibracional.

Potenciales aplicaciones

Según detallan los investigadores en un artículo publicado por ACS Nano, la investigación supone un importante avance hacia el desarrollo de nanobiomateriales inteligentes para diversas aplicaciones, como los dispositivos electrónicos portátiles ligeros, los fotosensores, las células fotovoltaicas o el diagnóstico digital. Además, el nuevo material tiene la capacidad de copiar ADN en su superficie sin absorberlo, gracias a sus características hidrófobas y a la red de nanotubos.

El uso de nanotubos de carbono para el almacenamiento de energía solar, como hacen las células fotovoltaicas, no es nuevo; ya fue conseguido por científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), Estados Unidos, en 2011. En esta ocasión, se desarrolló una tecnología que permitía un almacenamiento energético indefinido, con dispositivos que se recargaban por la exposición al sol.

En 2010, además, ingenieros del mismo centro crearon unas antenas de nanotubos de carbono capaces de concentrar 100 veces más energía solar que otros dispositivos. Pero en ninguno de estos casos se usó la naturaleza como fuente de inspiración.

Por Yaiza Martínez
fuente/ Tendencias21

viernes, 5 de julio de 2013

Nanotecnología: insertan microchips en células para medir la presión.

En los experimentos se reveló que ni las membranas de las células ni los componentes internos se oponen al recibir una mayor fuerza externa.

Imagen de un sensor de presión de silicio para aplicaciones intracelulares (Rodr
Imagen de un sensor de presión de silicio para aplicaciones intracelulares (Rodrigo Gómez-Martínez, CSIC)


El Instituto de Microelectrónica de Barcelona diseñó un tipo de microchips y lo insertó con éxito en las células para detectar la presión que éstas reciben del medio exterior, informó hoy el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

El chip mide apenas 4 micras de ancho por 6 micras de largo y 0,4 micras de alto. Una micra equivale a una millonésima parte de un metro.

Uno de los experimentos consistió en insertar microchips en las resistentes células del tipo HeLa. Como resultado, se reveló que cuando éstas asumen una mayor presión extracelular, la misma se transmite al interior de la célula sin que ni su membrana o su interior opongan resistencia, informa el CSIC.

El equipo de investigación, el cual lleva un par de años experimentando con chips intracelulares, explicó que las células pasan su vida en un medio extracelular que ejerce una presión que las somete “a una fuerza mecánica cuya influencia no es del todo conocida”. Ésta suele variar en función a los cambios del medio.

“La capacidad de medir los cambios de presión en el interior de la célula es fundamental para estudiar la deformación celular”. Este fenómeno de la mecánica celular está relacionado con otros procesos como el desarrollo, la migración y la enfermedad de las células”, comentó la investigadora del Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC Teresa Suárez, que dirigió la parte biológica del trabajo.

“Uno de los mayores logros de la investigación fue alcanzar tal nivel de miniaturización que se permite introducir el chip en la célula, sin afectar a su viabilidad”, destaca José Antonio Plaza en el comunicado.

El chip se compone de 2 membranas de silicio de 50 nanómetros, cerca de 1.000 veces más pequeñas que un metro. Ambas están relacionadas a un resonador óptico que modifica la luz en función a la fuerza a la que se someten las membranas.

Ahora el grupo de investigación espera diseñar chips con diferentes funciones, que puedan medir parámetros diversos. En el caso de ciertas enfermedades podrían actuar como centinelas, siempre alerta, “para comprobar su estado, informarnos del mismo y repararlas, si fuera necesario”, agrega Teresa Suárez.

Artículo original de lagranepoca.com