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jueves, 14 de junio de 2018

CIENTÍFICOS IDENTIFICAN LA ZONA DEL CEREBRO INVOLUCRADA EN LAS EXPERIENCIAS ESPIRITUALES

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ESTUDIO PARECE HABER ENCONTRADO LA REGIÓN CEREBRAL ASOCIADA CON LAS EXPERIENCIAS MÍSTICAS O ESPIRITUALES.

Un grupo de científicos creen que han identificado la zona en el cerebro en la que se procesan los momentos que son descritos como espirituales o trascendentales.

Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Yale, la región parietal del córtex cerebral muestra una actividad que se correlaciona con las experiencias espirituales. De acuerdo con el neurocientífico Marc Potenza, las investigaciones como esta son particularmente importantes, ya que las experiencias espirituales tienen grandes impactos en la vida de las personas. Asimismo, entender estos estados podría tener aplicaciones en un futuro para la recuperación de adicciones, enfermedades mentales y el desarrollo de la resiliencia mental.

Para lograr tener una imagen cerebral de estas experiencias, los investigadores hicieron que 27 jóvenes intentarán revivir sus experiencias espirituales y las describieran, mientras se medía su actividad cerebral.

Se encontró que los jóvenes tenían menor actividad cerebral en el lóbulo parietal (actividad involucrada en la conciencia del yo) al recordar estas experiencias. También se registró una disminución en las regiones asociadas con el procesamiento sensorial y emocional. Esto tiene algunas similitudes con las resonancias magnéticas con LSD, que muestran que los psicodélicos también disminuyen la actividad del ego.

El hecho de que exista una correlación entre la actividad neural y las experiencias de la conciencia no significa que la conciencia sea generada por el cerebro. Una forma de explicar esto es con la metáfora de la televisión. El aparato de TV no genera la imagen, sólo la sintoniza; lo que se ve en la imagen no está dentro de la televisión. Si la televisión se daña físicamente, la señal también se modifica; de la misma manera que si el cerebro se ve afectado, se altera el contenido y la experiencia de la conciencia.

fuente/Pijamasurf

lunes, 21 de mayo de 2018

Perfumes Personalizados y Neurociencia.

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“Dice una leyenda que se encontró una ánfora en la tumba de un faraón y que cuando la abrieron salió un perfume. Después de tantos miles de años un perfume de una belleza tan sutil, y aún así, tan poderoso que, por un instante cada persona de la Tierra, creyó estar en el paraíso. Se identificaron doce esencias, pero la número trece, la vital, nunca pudo determinarse.”

Sabias que ya puedes personalizar tu perfume según criterios mentales, emocionales y olfactivos?

Hoy tenemos en la entrevista de Ferran Prat de Sabiens al Ingeniero en Telecomunicaciones y experto en Perfumes Eduard Ribó con la participación del Perfumista Internacional Agustín Vidal y como voluntaria en la creación de un perfume personalizado Núria Gómez.

Hoy descubrirás la historia pasada y la magia presente de los perfumes.

Esperamos que os guste.



fuente/Sabiens

jueves, 26 de abril de 2018

Las Personas Olvidadizas son más Inteligentes?. Estudio así lo sugiere.

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EL OLVIDO PODRÍA SER UNA FUNCIÓN DECISIVA PARA LA INTELIGENCIA HUMANA.

En el debate al parecer interminable en torno a la definición de inteligencia, la memoria suele tener un lugar importante, tanto que a veces ésta parece cubrir de lleno la capacidad intelectual de una persona. ¿Cuántas veces alguien a quien se le considera inteligente se lleva este título sólo porque, más bien, recuerda en el momento oportuno? Un dato, una fecha, un procedimiento… si surgen en nuestra mente en el instante preciso y requerido, quizá nos saque de un apuro o al menos nos haga pasar por personas inteligentes, ¿pero esta percepción es exacta?

El estudio que reseñamos a continuación parece sugerir lo contrario o, al menos, matizarlo. De acuerdo co la investigación realzada por Paul Frankland y Blake Richards, adscritos al Departamento de Psicología de la Universidad de Toronto (entre otras instituciones), el olvido podría ser también un signo de las personas inteligentes, particularmente aquellas que en la vida cotidiana parecen ser especialmente “olvidadizas”.

Para su investigación, los autores confrontaron las nociones de memoria y olvido de acuerdo a la terminología con que se les conoce en la neurociencia contemporánea: persistencia y transitoriedad, respectivamente.

Al analizar otras investigaciones y en general la literatura publicada al respecto, Frankland y Richards llegaron a la conclusión que tanto una como otra son fundamentales en la construcción de esa habilidad que conocemos como “inteligencia” y que en este caso se refiere a la capacidad del cerebro para retener no la mayor cantidad posible de información, sino más bien para navegar a través del conocimiento adquirido de manera tal que sea posible obtener información relevante para la situación en la que una persona se encuentra.

“El verdadero fin de la memoria es optimizar la toma de decisiones”, dice al respecto Richards, quien no duda en señalar al olvido como elemento necesario para que el cerebro se concentre y se enfoque en lo que de verdad importa.

Frankland, por su parte, señala que existe evidencia suficiente de investigaciones recientes para identificar mecanismos cerebrales claramente dedicados a olvidar. Es decir, ser olvidadizo no es una “cualidad” de algunas personas, sino una operación que el cerebro humano realiza sistemáticamente en relación con la información adquirida y almacenada.

Este es el caso, por ejemplo, de la creación de nuevas neuronas en el área cerebral del hipocampo, un fenómeno que Frankland ha estudiado en su laboratorio y el cual ocurre sobre todo cuando generamos nuevos aprendizajes. Las neuronas que surgen a partir de esto establecen a su vez nuevas conexiones sinápticas, las cuales de algún modo “sobrecargan” las existentes e incluso podría decirse que las reescriben; dicho de otro modo: como si un nuevo camino fuera trazado sobre otros ya existentes. Sólo que el nuevo camino conduce a otros destinos, diferentes a aquellos que conectaban los viejos caminos. Por eso a veces, en medio de una nueva experiencia, sentimos que nuestra memoria precedente “se borra”, pues dichas nuevas neuronas hacen un tanto difícil acceder a información precedente.

¿Qué te parece? De alguna forma parece coherente: sólo el olvido hace posible manejar la enorme cantidad de estímulos e información que recibe nuestro cerebro.

fuente del texto/Pijamasurf

miércoles, 4 de abril de 2018

Relacionan la consciencia con un “movimiento cerebral etéreo”.

magen: geralt. Fuente: Pixabay.


Las ondas ultralentas del cerebro desempeñarían un papel central en la coordinación de la actividad neurológica

El cerebro es recorrido continuamente por una serie de ondas pasmosamente lentas a las que la neurociencia tradicionalmente no ha prestado demasiada atención. Ahora, un estudio realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis ha revelado que dichas ondas ultralentas resultan esenciales para la coordinación del cerebro como un todo, y para el surgimiento de la consciencia.

En 2009, Marcus Raichle, neurólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis especializado en el estudio de la actividad cerebral, hablaba de la existencia de un “movimiento etéreo” en el cerebro, compuesto por ondas que recorren continuamente este órgano de un sitio a otro, a una “lentitud pasmosa”.

Lo hacía en una entrevista para el programa redes, en la que además comparaba dichas ondas con el resto de ondas cerebrales, mucho más rápidas.

A estas últimas son a las que, tradicionalmente, mayor atención ha prestado la neurociencia. Sin embargo, en un estudio reciente realizado con ratones, Raichle y su equipo han descubierto que ese “movimiento etéreo” resulta más fundamental de lo que se creía, pues está involucrado en la coordinación de la actividad entre regiones cerebrales distantes y relacionado con la consciencia.

Importancia inesperada

Si se observa una resonancia magnética del cerebro (una imagen de determinadas regiones cerebrales ejecutando una tarea), se distingue cómo, alrededor de cada diez segundos, este órgano es atravesado por una onda que es como un latido del corazón.

Estas ondas ultralentas se conocen desde hace décadas, pero hasta ahora se les había prestado poca atención, en comparación con la destinada a ondas cerebrales más rápidas como las gamma (vinculadas a la percepción) o las beta (relacionadas con el aprendizaje) .

Pero Raichle y sus colaboradores han descubierto que las ondas cerebrales ultralentas son más importantes de lo que se creía, pues desempeñan un papel central en la coordinación de la actividad cerebral y están directamente relacionadas con la consciencia.

"Estas señales que varían lentamente son el medio de coordinación a gran escala de las actividades de diversas áreas del cerebro. Cuando las ondas ultralentas aumentan, dichas áreas se vuelven más excitables, cuando diminuyen, se vuelven menos activas", explica Raichle en un comunicado de la Universidad de Washington.

Correlación con la consciencia

Para llegar a sus conclusiones, los científicos analizaron las ondas ultralentas del cerebro de ratones con dos técnicas de medición de la actividad eléctrica cerebral.

En uno de sus análisis midieron la actividad del cerebro a nivel celular. En otro, midieron la actividad eléctrica del cerebro, capa por capa, a lo largo de toda su superficie externa.

Hallaron así que las ondas ultralentas comenzaban espontáneamente en una capa profunda del cerebro de los ratones, y se extendían siguiendo una trayectoria predecible.

También descubrieron que, cada vez que las ondas pasaban por un área del cerebro, la actividad eléctrica de esta mejoraba. Es decir, que las neuronas de dichas áreas transmitían con mayor fuerza el impulso nervioso, constituido por ondas de naturaleza eléctrica.

Por último, encontraron que las ondas ultralentas persistían cuando los ratones eran sometidos a anestesia general, aunque con una dirección invertida. Según los investigadores, esto implicaría que la forma en que estas ondas ultralentas se mueven a través de la corteza cerebral se correlaciona con la diferencia entre los estados conscientes y los estados inconscientes.

La detención del ritmo cerebral

Raichle y sus colaboradores analizan ahora si las anomalías en la trayectoria de las ondas ultralentas del cerebro pueden explicar algunos trastornos neuropsiquiátricos, como la demencia o la depresión.

Estos trastornos no suponen una diferencia cerebral fisiológica importante con respecto al cerebro sano por lo que, teorizan los investigadores, tal vez dependan de modificaciones sutiles en la organización de la actividad cerebral como un todo, a su vez dependiente de las ondas ultralentas.

Previamente se habían relacionado algunas anomalías de las ondas cerebrales lentas (aunque no ultralentas) con otra enfermedad neurológica: el Alzheimer. Según el profesor Arthur Konnerth, de la Universidad Técnica de Múnich, autor en 2013 de un estudio sobre esta cuestión, la clave radicaría en que el cerebro “es una máquina de ritmo”, en la que las ondas lentas marcan la coordinación del todo.

Referencia bibliográfica:

Mitra A, Kraft A, Wright P, Acland B, Snyder AZ, Rosenthal Z, Czerniewski L, Bauer A, Snyder L, Culver J, Lee J-M, Raichle ME. Spontaneous Infra-Slow Brain Activity has Unique Spatiotemporal Dynamics and Laminar Structure. Neuron (2018). DOI: 10.1016/j.neuron.2018.03.015.

fuente/Tendencias21

lunes, 3 de julio de 2017

Esta es la razón científica por que miras a las personas atractivas frente a tu pareja.

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LA ATRACCIÓN HACIA OTROS PUEDE SER INCÓMODA SI IGNORAS A TU PAREJA, PERO MIRAR POR POCOS SEGUNDOS A ALGUIEN QUE ATRAE ES ENTERAMENTE NORMAL, SEGÚN ESTUDIOS.

El momento incómodo en que tu pareja mira atontadamente a alguien frente a ti, estés o no en una relación monógama, ha sido vivido por prácticamente todos. Es aún más incómodo si tu pareja deja de prestarte atención enteramente; por un lado te relajas y crees que es normal, y bueno, según la ciencia, así es.

Según diversos estudios nuestro lado más primitivo, el más prístino de todos, es el animal, y en este nivel estamos programados, como todos los animales, para preservar la especie. De acuerdo con varias investigaciones, esta es precisamente la razón por la que (sobre todo en tu etapa reproductiva) te sentirás atraído por muchas más personas, además de tu pareja, aunque estés en una relación monógama.

Tan se trata de nuestro lado más animal que un estudio del 2013 reveló que lo que más registra una mujer al ver a un hombre que le resulta atractivo es su cuerpo (prefiriendo una mayor masa corporal, como una especie de búsqueda de fortaleza); por su parte, los hombres se fijan más en las mujeres curvilíneas (en una búsqueda inconsciente de mayor fertilidad).

Otras investigaciones del 2014 señalan que nos gusta ver la belleza, y simplemente algunos no pueden evitarlo, es una especie de “vacío de conciencia” por unos segundos. Ahora, de acuerdo con la psicóloga Michele Barton, la diferencia yace en la línea entre mirar y quedarse mirando (staring); también, lo que puede ser sumamente ofensivo es ignorar a tu pareja luego de más de 8 segundos. Finalmente, según la ciencia, este es también el tiempo que nos toma darnos cuenta de si alguien es atractivo o no.

fuente del texto/Pijamasurf

martes, 4 de abril de 2017

El primer trasplante de cabeza del mundo concluye con éxito después de diecinueve horas de operación.



Un hombre de 36 años de edad, ha sido previamente sometidos a trasplante de cabeza exitoso del mundo. La operación pionera llevó a un equipo de cirujanos diecinueve horas para completar y ha permitido que el paciente esté libre de cáncer.

Paul Horner, que fue diagnosticado con cáncer de hueso, hace cinco años, estaba al borde de la muerte cuando fue aprobado para la operación controvertida y posiblemente mortal.

El doctor Tom Downey, quien fue parte del equipo sudafricano que lleva a cabo la operación, dijo a CNN que está encantada con los resultados.

“Es un avance enorme”, dijo Downey. “Hemos demostrado que se puede hacer - que podemos dar a alguien un nuevo cuerpo marca que es tan bueno, o mejor, que la anterior. El éxito de esta operación conduce a infinitas posibilidades “.

Los cirujanos de Charlotte Maxexe Johannesburgo Hospital Académico inJohannesburg llevaron a cabo la operación en febrero, pero esperó hasta que pudieron confirmar que se ha realizado correctamente antes de hacer ninguna declaración pública.

Downey habló con la prensa sobre la complejidad detrás del primer trasplante de cabeza.




viernes, 12 de febrero de 2016

Entrevista Sabiens a Miguel Ángel Ruiz (ponente del próximo Congreso Sabiens nº 8, dias 8 y 9 de octubre Principado de Andorra) titulada: Neuropolítica: Hacia la conquista del Cerebro Humano.


Ferran Prat de Sabiens entrevista al Ingeniero en Telecomunicaciones e divulgador científico Miguel Ángel Ruiz para saber más de su trabajo de investigación y divulgación científica sobre los avances en Neuropolítica: Hacia la conquista del Cerebro Humano.

¿Quien conquiste el cerebro, conquistará el mundo tal y cual lo conociemos?
¿Por qué se invierten miles de millones de euros/dolares en su investigación?
¿Estamos a un paso de la transformación de nuestra sociedad?
¿Se manipulará cognitivamente los pensamientos de las personas?
¿Estamos a un paso de un cambio de paradigma de la perceprción humana?
¿La Neurociencia tendrá limites éticos?

A estas otra preguntas en la entrevista siguiente realizada a Miguel Ángel Ruiz.
Esperamos que os guste y sea de vuestro interés. Y como siempre que cada uno saque sus propias conclusiones.


jueves, 4 de junio de 2015

NEUROCIENCIA. El mundo es una proyección cerebral.

Los órganos de los sentidos son completamente neutrales


El cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. Imagen: Peripitus. Fuente: Wikimedia Commons.

El cerebro proyecta al mundo exterior lo que genera internamente y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien ve, oye, huele, gusta y siente, es el cerebro. Los órganos de los sentidos son, en lo que a esto respecta, completamente neutrales. Luego no existe “un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran. Por Francisco J. Rubia (*).


La neurociencia nos dice que las cualidades secundarias de los objetos son creaciones del cerebro. Esto significa que los colores, sonidos, olores, gustos y el frío y el calor no están en la realidad exterior, sino que son atribuciones que las distintas regiones de la corteza cerebralhace a los impulsos que llegan de los órganos de los sentidos. 

Distintos tipos de energía inciden sobre los receptores que están localizados en los órganos de los sentidos y estos se encargan de traducir estos tipos de energía al único lenguaje que el cerebro entiende: los potenciales eléctricos, llamados potenciales de acción, que son iguales todos, procedan de la retina, del oído interno, de la mucosa olfativa, de las papilas gustativas o de la piel. 
  
Así, por ejemplo, en la visión, las radiaciones electromagnéticas de una determinada longitud de onda inciden sobre los fotorreceptores de la retina que traducen este tipo de energía en energía eléctrica en forma de potenciales de acción. En la audición, son las ondas sonoras las que llegan al oído interno como energía mecánica, y es traducida igualmente a energía eléctrica en forma de potenciales de acción que no se distinguen de los potenciales de acción de la retina. 

Hacemos colores y sabores 
  
Esto no es nada nuevo. Demócrito, Galileo, Descartes, Hobbes y Locke ya lo habían dicho, pero sigue siendo algo “contraintuitivo”, es decir, que está en contra de lo que llamamos sentido común o intuición, por lo que nos cuesta trabajo comprenderlo y asumirlo. 
  
El filósofo napolitano Giambattista Vico, en su libro La antiquísima sabiduría de los italianos, decía que “si los sentidos son facultades, viendo hacemos los colores de las cosas; degustándolas, sus sabores; oyéndolas, sus sonidos; y tocándolas, hacemos lo frío y lo caliente”. 
  
Con otras palabras: el cerebro proyecta al mundo exterior lo que él internamente genera y nos hace creer equivocadamente que todas esas cualidades secundarias tienen su origen “ahí afuera”. En realidad, quien ve, oye, huele, gusta y siente es el cerebro. Los órganos de los sentidos son en ese sentido completamente neutrales.

Una respuesta especializada 
  
De acuerdo con esto podemos responder a la pregunta que se hacían los discípulos del filósofo irlandés George Berkeley. Estos discutían sobre si se oiría algún ruido cuando caía un árbol en el bosque y nadie estuviera presente para oírlo. De acuerdo con lo dicho anteriormente, parece evidente que no se oiría ningún ruido precisamente porque no había nadie que lo oyese. 
  
Rita Carter, periodista británica especializada en el cerebro humano, se pregunta por qué un estímulo determinado se percibe con regularidad como un sonido, mientras que otra clase de estímulo se percibe como un visión. 

Responde que cada uno de los órganos de los sentidos está intrincadamente adaptado para hacerse cargo de su propio tipo de estímulo, y traduce estos tipos de estímulos a pulsos eléctricos. Todos estos pulsos son iguales y la corteza cerebral que se encarga de recibirlos está especializada en atribuir esas cualidades secundarias a los pulsos que recibe. 

No existe un solo mundo 
  
Existen animales que tienen la capacidad de captar energías que nosotros no podemos captar. Por ejemplo, las serpientes que tienen detectores para los rayos infrarrojos que les permiten detectar el calor de las presas. O el sistema de la línea lateral de los peces que pueden así detectar los movimientos y las presiones del agua circundante. O el sistema sonar de los murciélagos que les permite mediante la producción de sonidos de alta frecuencia registrar el eco de esos sonidos y de esa manera orientarse a ciegas en el espacio. 

El “mundo exterior” de estos animales tiene que ser completamente distinto al nuestro. Luego no existe “un” mundo exterior, sino varios mundos que dependen cada uno del sujeto que percibe los diferentes estímulos que en él se encuentran.


Proyecciones cerebrales y figuras sobrenaturales 
  
La cuestión que se plantea es que si el cerebro tiene dificultades en diferenciar lo que ocurre en lo que he llamado en otro lugar la primera realidad, o realidad cotidiana, ¿ocurre también lo mismo en la así llamada “segunda realidad” a la que se accede en las experiencias místicas, religiosas, numinosas, espirituales o de trascendencia? 

Si así fuese, entonces los seres sobrenaturales que en estas experiencias se perciben serían asimismo generados en el propio cerebro y proyectados al exterior haciéndonos creer que están “ahí afuera”. 
  
Y, sin embargo, seres sobrenaturales que se ven en los ensueños no se consideran “fuera”, sino dentro del cerebro. Hemos aprendido probablemente a lo largo de la historia que estas apariciones en los ensueños no son reales, aunque en la Antigüedad los dioses que aparecían en los ensueños eran considerados como si lo hiciesen en la realidad cotidiana. Los contenidos de los ensueños eran tenidos como mensajes divinos. 
  
El ensueño se juzgaba como un vehículo para que los dioses expresasen su voluntad a los humanos. Aunque no se conoce que Aristóteles exprese esta opinión, sin embargo a partir de él se abrió paso la interpretación del origen divino de estos fenómenos, en la que se suponía que los humanos entraban en contacto con los seres sobrenaturales. 
  
Para el filósofo estoico Posidonio, del siglo II a.C., el ser humano entra en contacto con los seres sobrenaturales en tres ocasiones: en el delirio profético, en el ensueño y en la muerte. Y Artemidoro, también del mismo siglo, en su Interpretación de los sueños, divide los sueños en provocados y divinos; estos últimos, como el nombre indica, de origen sobrenatural. 
  
En Homero, las figuras que aparecen en los ensueños pueden ser o un dios, un espíritu, un mensajero o cualquier otra imagen. La aparición en los ensueños de un figura sobrenatural puede tener una misión profética, dar consejos o proferir alguna advertencia. 
  
El estudioso irlandés de los clásicos Eric R. Dodds, en su libro The Greeks and the Irrational, explica que para conseguir que se produjera un ensueño “divino” se han practicado en muchas sociedades ciertas técnicas, como la soledad, la oración, el ayuno, la mortificación, etc., es decir las mismas que suelen utilizarse para entrar en lo que denomino “segunda realidad” o trance extático. Por eso es difícil entender que hoy consideremos los ensueños como productos cerebrales, pero sigamos juzgando las visiones obtenidas en los trances como productos de seres sobrenaturales. 
  
Creo que ya es hora de que a fenómenos iguales o parecidos les adjudiquemos un origen similar o igual. No se entiende que las apariciones de seres sobrenaturales en las visiones de místicos o “iluminados” se entiendan como “reales” en el sentido normal de la palabra mientras las que tienen lugar en los ensueños no. 

A fin de cuentas, lo que denomino “segunda realidad” es el resultado de la hiperactividad de estructuras del cerebro emocional. Y en los ensueños es precisamente el cerebro emocional el que está activo. Por tanto, es lógico pensar que las figuras sobrenaturales que aparecen en ambas visiones no sean otra cosa que proyecciones cerebrales.



(*) Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad. Edita el blog Neurociencias en Tendencias21.

fuente/ Tendencias21

martes, 19 de mayo de 2015

NEUROCIENCIA. Nuestros movimientos reflejos no dependen solo de nuestras neuronas.

Científicos demuestran que otras células del sistema nervioso, los astrocitos, también están implicados en estos comportamientos



Masticar, respirar, caminar y muchas otras funciones corporales no requieren de ninguna "reflexión" por nuestra parte, pero aún así están controladas por el cerebro. Pero, ¿cómo? Hasta ahora se pensaba que gracias a las neuronas y su transmisión de información. Sin embargo, un estudio ha demostrado que, para que las neuronas funcionen en este sentido, han de estar 'dirigidas' por otras células del sistema nervioso: los astrocitos.


Astrocitos (en rojo) y neuronas (en blanco). Imagen: Jason Snyder. Fuente: Flickr/AlphaGalileo.

Masticar, respirar, caminar y muchas otras funciones corporales no requieren de ninguna "reflexión" por nuestra parte, pero aún así están controladas por el cerebro. 

El procesamiento cerebral de estas funciones interesa en gran medida a los científicos. Arlette Kolta, profesora de la Facultad de Odontología de la Universidad de Montreal (Canadá), ha demostrado recientemente que los astrocitos,  
principales y más numerosas células gliales del cerebro, juegan un papel importante en esta cuestión. 

Cambiando el modo de pensar sobre células gliales 

Aunque habitan el sistema nervioso central, las células gliales no son neuronas. Los científicos han creído durante mucho tiempo que su función principal era proporcionar apoyo a las neuronas. Las conclusiones del trabajo de Kolta y su equipo contribuyen a cuestionar este punto de vista, y lo que se sabe acerca de la función cerebral. 

Todas las funciones cerebrales se basan en la capacidad de las neuronas para comunicarse. Este intercambio se lleva a cabo mediante señales eléctricas que las neuronas se transmiten. 

"De acuerdo con la opinión predominante, y que da un papel central a las neuronas, los cambios en la actividad eléctrica neuronal sólo dependen de las propiedades intrínsecas de las neuronas y de la información que estas transmiten. Sin embargo, nuestros resultados demuestran que las células gliales contribuyen en gran medida a controlar la actividad eléctrica de las neuronas y, por lo tanto, también las funciones neuronales ", explica Kolta en un comunicado de la Universidad de Montreal difundido por AlphaGalileo. 

'Pulsar' una proteína para cambiar el modo de las neuronas 

Usando diferentes métodos para medir la actividad eléctrica de las neuronas en el sistema trigémino (responsable de las sensaciones y las funciones motoras de la cara), la investigadora y sus colaboradores pudieron observar la actividad cerebral durante la masticación. 

"En este circuito sensoriomotor (sistema trigémino), descubrimos un mecanismo de regulación de la concentración del calcio extracelular en los astrocitos, con el que estos determinan la actividad eléctrica de las neuronas que los rodean. Creemos que las neuronas del trigémino observadas tienen una doble función, ya que su actividad eléctrica puede ser tónica o fásica", explica Philippe Morquette, otro de los autores del estudio. 

La actividad tónica es similar a lo que sucede cuando cogemos el teléfono: se produce una conexión continua entre las diferentes partes. La actividad fásica, por su parte, se parecería más a la melodía que escuchamos cuando marcamos un número.
 

En el modo tónico, las neuronas se transmiten unas a otras la información que reciben de los aferentes sensoriales; de esta forma la información alcanza el cerebro y el sistema nervioso. En el modo fásico, las neuronas generan una orden motriz rítmica, como la que origina el movimiento repetitivo de la masticación u otros de ese estilo. 

"El modo fásico depende de la activación de una corriente que se modula por la concentración de calcio en el medio extracelular. Hemos demostrado que los astrocitos son los que ocasionan el paso de un modo a otro y, por lo tanto, presumiblemente, el paso de una función a otra. Este cambio solo puede ocurrir cuando los astrocitos están"inactivados" o cuando cuando es bloqueado el mecanismo descrito. Este mecanismo se basa en una proteína que se une al calcio, y que es liberada solo por los astrocitos", añade Morquette.

Contribución a diversas funciones 
Contribución a diversas funciones 

El presente estudio es el primero en demostrar el papel de los astrocitos en la regulación de la concentración de calcio en las neuronas, y respalda la idea de que estas células (los astrocitos) contribuyen de manera significativa al tratamiento de la información neuronal. 

"Este mecanismo de regulación de la concentración de calcio podría tener amplias consecuencias 
, dado el número de funciones que pueden verse afectadas por cambios en la concentración extracelular de este ión", explica Morquette. 

Kolta, por su parte, señala que el descubrimiento proporciona información no solo sobre la acción de masticar.  "Estosmecanismos estarían involucrados en una amplia gama de funciones cerebrales. Son la fuente de otros movimientos repetitivos esenciales, como la respiración. Su origen radica en la corteza, el hipocampo y otras regiones del cerebro. Además, están asociados con muchas funciones importantes, tales como la atención, el aprendizaje o la memoria. Por último, es bien sabido que los astrocitos están hiperactivados en situaciones patológicas asociadas con un aumento de la descarga fásica, como por ejemplo durante un ataque epiléptico. Creemos que el mecanismo descrito estaría involucrado también en estas situaciones". 

La inteligencia y los astrocitos 

El año pasado, un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ya demostró que la actividad neuronal que lleva a la formación de la memoria y el aprendizaje no sólo implica una modificación en la actividad neuronal, sino que también altera la disposición anatómica de los astrocitos en el hipocampo y en la corteza cerebral. 

Por otra parte, científicos de la Universidad de Rochester (EEUU) han constatado que este tipo de células gliales del sistema nervioso central tienen una importancia hasta ahora no considerada en las funciones cognitivas humanas. 

En cuanto a situaciones patológicas vinculadas a estas células, también en el CSIC se ha descubierto que los astrocitos cumplen un papel clave en el desarrollo del alzhéimer.

Referencia bibliográfica:

Arlette Kolta, et al.  An astrocyte-dependent mechanism for neuronal rhythmogenesis. Nature Neuroscience (2015). DOI: 10.1038/nn.4013.

fuente/tendencias21

martes, 5 de mayo de 2015

Explican cómo se comportan las neuronas que permiten predecir acciones de otros.

  • Científicos de la Universidad de Harvard han descubierto un tipo de neuronas que se encarga de intentar predecir "el futuro" de las acciones de otros.

  • Los científicos utilizaron un juego que ofrecía a los monos, ubicados uno al lado del otro sin poder verse, la posibilidad de cooperar o no cooperar con el otro.

Un estudio realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), ha descubierto dos grupos de neuronas que juegan un papel clave en las interacciones sociales entre los primates, uno que se activa en el momento de decidir si desean cooperar con otro individuo y otro involucrado en la predicción de lo que el otro va a hacer.
"Durante mucho tiempo hemos estado interesados en entender cómo la complejidad de las interacciones sociales entre los individuos está mediada por las neuronas en el cerebro", afirma Keren Haroush, autora de un artículo que se publica en "Cell". Haroush explica que han encontrado una parte del lóbulo frontal llamada la corteza cingulada anterior "juega un papel esencial en la mediación de las interacciones sociales cooperativas en los monos Rhesus. Algunas neuronas codifican la decisión de que el animal coopere o no con otro mono y un grupo separado se activó en la predicciónde lo que el otro mono haría antes de haber hecho su selección. La actividad de esas neuronas predictivas de los otros se vio afectada de forma única por el contexto social de la interacción", añade.
Todos los días tomamos decisiones basadas en la predicción de lo que alguien más hará, como decidir si el conductor que se aproxima a una intersección se detendrá ante el semáforo en rojo para determinar si una estrategia en particular dará lugar a un resultado deseado. La corteza cingulada anterior está ampliamente conectada con otras regiones del cerebro que se sabe que están involucradas en la conducta interactiva y daños en la corteza provocan disminución del interés por otras personas en comparación con objetos inanimados.

Estudio en monos

De hecho, se ha visto que las personas con trastornos del espectro autista u otras condiciones que afectan a las interacciones sociales, como el trastorno antisocial de la personalidad, tienen anormalidades en esta corteza. Para entender mejor su papel en la toma de sus propias decisiones y predecir lo que otra persona va a hacer, Haroush y Ziv Williams, pusieron a prueba a parejas de monos en una versión del juego del dilema del prisionero.
En el juego, se da a cada mono una opción, en este caso, cuál de los dos símbolos que aparecen eligen, y la relación entre las elecciones de los dos animales determina la cantidad de la recompensa que cada uno recibirá. En las pruebas repetidas con los monos sentados uno junto al otro, los animales aprenden por experiencia que un símbolo representa la cooperación con el otro mono y el otro representa una falta de cooperación llamada deserción.
Si ambos animales eligen el símbolo de la cooperación, los dos obtienen igualmente un gran vaso de zumo, pero si uno opta por la deserción y el otro escoge la cooperación, el desertor obtiene la mayor cantidad de jugo y el cooperador obtiene la más pequeña. Sin embargo, si ambos animales eligen la deserción, ambos consiguen un vaso igual de pequeño de zumo; de forma que decidir cómo obtener más cantidad de jugo consiste en predecir lo que el otro animal elegirá.

Ensayos futuros

Cada ensayo alternó aleatoriamente a qué animal se le dio la oportunidad de elegir primero. Después de que ambos habían hecho sus elecciones, los monos podían ver lo que cada uno había elegido y detectar la cantidad de zumo que cada uno recibió. Mientras que los animales eran más propensos a seleccionar la deserción frente a la cooperación general, eran menos propensos a cooperar si el otro mono había desertado en la prueba anterior.
La cooperación mutua entre los dos monos aumentó la probabilidad de cooperación en los ensayos futuros. Dos versiones de la prueba que cambiaron el contexto social del experimento, una en la que los monos estaban en habitaciones separadas y la otra en la que un mono jugó contra un ordenador, reducen significativamente la posibilidad de cooperación y reciprocidad después de la cooperación mutua anterior.

Elección individual

La medición de la actividad de 353 neuronas individuales dentro de la coretza cingulada mientras los monos realizaron los ensayos, reveló que aproximadamente la mitad se activó durante la tarea. De estas neuronas que responden a los trabajos, un cuarto mostró diferencias en la activación basándose en la elección individual de los animales, y un grupo aún mayor, una tercera parte de las que participan en la tarea, mostró cambios en la activación en correspondencia con la elección aún desconocida de los otros monos. Las predicciones hechas por la actividad de estas neuronas eran tan precisas como las realizadas por un algoritmo que evalúa opciones anteriores de los animales.
"También encontramos que estas otras neuronas predictivas se vieron afectadas de forma única por el contexto social de la interacción y eran mucho menos activas cuando se separó a los animales, apoyando la función de estas neuronas en anticipar las intenciones de otro individuo. Además, interrumpiendo temporalmente la actividad de la corteza durante una serie de ensayos redujo la probabilidad global de cooperación y, en concreto, la cooperación recíproca, que está en consonancia con estudios previos que han encontrado la participación de la corteza en los trastornos que afectan a la interacción social", afirma Williams.
"Las interacciones sociales son complejas y aquí hemos tocado en sólo un pequeño aspecto de cómo las personas interactúan -añade-. Nuestra eventual esperanza es entender mejor cómo se codifican estas complejas interacciones multifacéticas dentro del cerebro humanoy utilizar este conocimiento para desarrollar nuevos tratamiento específicos para trastornos como el autismo y el comportamiento antisocial, que a menudo se caracterizan por dificultad con la interacción social". (fuente/ Teinteresa.es)

Documental sobre Neurogénesis.

sábado, 18 de abril de 2015

Explican cómo se comportan las neuronas que permiten predecir acciones de otros.

  • Científicos de la Universidad de Harvard han descubierto un tipo de neuronas que se encarga de intentar predecir "el futuro" de las acciones de otros.
  • Los científicos utilizaron un juego que ofrecía a los monos, ubicados uno al lado del otro sin poder verse, la posibilidad de cooperar o no cooperar con el otro.
Un estudio realizado por investigadores del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.), ha descubierto dos grupos de neuronas que juegan un papel clave en las interacciones sociales entre los primates, uno que se activa en el momento de decidir si desean cooperar con otro individuo y otro involucrado en la predicción de lo que el otro va a hacer.
"Durante mucho tiempo hemos estado interesados en entender cómo la complejidad de las interacciones sociales entre los individuos está mediada por las neuronas en el cerebro", afirma Keren Haroush, autora de un artículo que se publica en "Cell". Haroush explica que han encontrado una parte del lóbulo frontal llamada la corteza cingulada anterior "juega un papel esencial en la mediación de las interacciones sociales cooperativas en los monos Rhesus. Algunas neuronas codifican la decisión de que el animal coopere o no con otro mono y un grupo separado se activó en la predicciónde lo que el otro mono haría antes de haber hecho su selección. La actividad de esas neuronas predictivas de los otros se vio afectada de forma única por el contexto social de la interacción", añade.
Todos los días tomamos decisiones basadas en la predicción de lo que alguien más hará, como decidir si el conductor que se aproxima a una intersección se detendrá ante el semáforo en rojo para determinar si una estrategia en particular dará lugar a un resultado deseado. La corteza cingulada anterior está ampliamente conectada con otras regiones del cerebro que se sabe que están involucradas en la conducta interactiva y daños en la corteza provocan disminución del interés por otras personas en comparación con objetos inanimados.

Estudio en monos

De hecho, se ha visto que las personas con trastornos del espectro autista u otras condiciones que afectan a las interacciones sociales, como el trastorno antisocial de la personalidad, tienen anormalidades en esta corteza. Para entender mejor su papel en la toma de sus propias decisiones y predecir lo que otra persona va a hacer, Haroush y Ziv Williams, pusieron a prueba a parejas de monos en una versión del juego del dilema del prisionero.
En el juego, se da a cada mono una opción, en este caso, cuál de los dos símbolos que aparecen eligen, y la relación entre las elecciones de los dos animales determina la cantidad de la recompensa que cada uno recibirá. En las pruebas repetidas con los monos sentados uno junto al otro, los animales aprenden por experiencia que un símbolo representa la cooperación con el otro mono y el otro representa una falta de cooperación llamada deserción.
Si ambos animales eligen el símbolo de la cooperación, los dos obtienen igualmente un gran vaso de zumo, pero si uno opta por la deserción y el otro escoge la cooperación, el desertor obtiene la mayor cantidad de jugo y el cooperador obtiene la más pequeña. Sin embargo, si ambos animales eligen la deserción, ambos consiguen un vaso igual de pequeño de zumo; de forma que decidir cómo obtener más cantidad de jugo consiste en predecir lo que el otro animal elegirá.

Ensayos futuros

Cada ensayo alternó aleatoriamente a qué animal se le dio la oportunidad de elegir primero. Después de que ambos habían hecho sus elecciones, los monos podían ver lo que cada uno había elegido y detectar la cantidad de zumo que cada uno recibió. Mientras que los animales eran más propensos a seleccionar la deserción frente a la cooperación general, eran menos propensos a cooperar si el otro mono había desertado en la prueba anterior.
La cooperación mutua entre los dos monos aumentó la probabilidad de cooperación en los ensayos futuros. Dos versiones de la prueba que cambiaron el contexto social del experimento, una en la que los monos estaban en habitaciones separadas y la otra en la que un mono jugó contra un ordenador, reducen significativamente la posibilidad de cooperación y reciprocidad después de la cooperación mutua anterior.

Elección individual

La medición de la actividad de 353 neuronas individuales dentro de la coretza cingulada mientras los monos realizaron los ensayos, reveló que aproximadamente la mitad se activó durante la tarea. De estas neuronas que responden a los trabajos, un cuarto mostró diferencias en la activación basándose en la elección individual de los animales, y un grupo aún mayor, una tercera parte de las que participan en la tarea, mostró cambios en la activación en correspondencia con la elección aún desconocida de los otros monos. Las predicciones hechas por la actividad de estas neuronas eran tan precisas como las realizadas por un algoritmo que evalúa opciones anteriores de los animales.
"También encontramos que estas otras neuronas predictivas se vieron afectadas de forma única por el contexto social de la interacción y eran mucho menos activas cuando se separó a los animales, apoyando la función de estas neuronas en anticipar las intenciones de otro individuo. Además, interrumpiendo temporalmente la actividad de la corteza durante una serie de ensayos redujo la probabilidad global de cooperación y, en concreto, la cooperación recíproca, que está en consonancia con estudios previos que han encontrado la participación de la corteza en los trastornos que afectan a la interacción social", afirma Williams.
"Las interacciones sociales son complejas y aquí hemos tocado en sólo un pequeño aspecto de cómo las personas interactúan -añade-. Nuestra eventual esperanza es entender mejor cómo se codifican estas complejas interacciones multifacéticas dentro del cerebro humanoy utilizar este conocimiento para desarrollar nuevos tratamiento específicos para trastornos como el autismo y el comportamiento antisocial, que a menudo se caracterizan por dificultad con la interacción social".
fuente/ Te Interesa

lunes, 16 de marzo de 2015

Según la neurociencia moderna, el dolor está en tu cerebro (y puedes modificar su sensación)

¿EJERCER LA VOLUNTAD SOBRE LA EXPERIENCIA DEL DOLOR? DE ACUERDO CON INVESTIGACIONES RECIENTES, ESTO ES MÁS USUAL DE LO QUE PENSAMOS.


El dolor es un enigma, lo cual es paradójico, porque de alguna manera todos sabemos qué es y sin embargo no es sencillo explicarlo entenderlo. Es posible pinchar a dos personas con la misma aguja, ejerciendo la misma presión sobre la misma zona del cuerpo y a las dos les dolerá, pero no de la misma manera. Si decimos que el dolor es un estado de percepción, ¿esto significa, como en otros casos, que su condición es más subjetiva que objetiva? ¿Que sucede, pero que se experimenta de una manera distinta a su posible realidad?

En parte esa es la dirección a la que apuntan investigaciones recientes sobre la neurociencia del dolor. A partir del caso de un médico militar estadounidense, David Linden, profesor de esta especialidad en la Universidad Johns Hopkins y autor de Touch: The Science of Hand, Heart, and Mind, observó cómo el cerebro humano es capaz de modular la experiencia del dolor a pesar de las circunstancias físicas de este.

En 2003 Dwayne Turner se encontraba en Irak asistiendo a las tropas estadounidenses. Un día su unidad fue asaltada y él recibió, primero, la explosión de una granada y poco después una bala le rompió el brazo. Sin embargo, Turner asegura que nunca sintió ninguno de los dolores, lo cual le permitió continuar administrando primeros auxilios a otros soldados y ayudarlos a ponerlos a salvo.

El caso, sin duda, es extraordinario, y para Linden significó el ejemplo perfecto de la capacidad del cerebro para elevar o reducir la intensidad del dolor que se siente, como si utilizara un regulador de volumen, un fenómeno que a veces puede parecer involuntario pero que en ciertas personas es casi una elección, como se ha observado en quienes meditan con asiduidad, un práctica que permite regular los ritmos cerebrales al grado de bloquear la experiencia del dolor.

Asimismo, las emociones son otro factor que debe tomarse en cuenta en la experiencia del dolor. Si, por un lado, hay todo un sistema del cerebro dedicado a procesar las sensaciones doloras, el sistema que procesa que las emociones puede involucrarse para dar a estas un significado completamente distinto. Según Linden, emociones como la tranquilidad, la seguridad y la empatía pueden hacer que un dolor se sienta menos, o más si a este se asocian las emociones negativas opuestos (como sucede, por ejemplo, en la tortura).

En sus Investigaciones filosóficas, Ludwig Wittgenstein siguió con persistencia el rastro del dolor para intentar entender las relaciones entre el pensamiento, el lenguaje y la percepción. Para el filósofo, el dolor es un poco esa categoría general para hacernos entender a propósito de algo que cada cual experimenta a su manera. Aunque nadie puede sentir y quizá ni siquiera imaginar el dolor de otra persona, aun así existe un nombre que da expresión a esa realidad “privada” y permite llevarla al mundo. Si es posible encontrar un punto en común entre la intuición del filósofo y los descubrimientos de la neurociencia contemporánea podría pensarse el dolor como la condición en donde se cifran muchos de los enigmas de nuestra humanidad, la compleja red que se teje en nuestras relaciones con el mundo, con los otros y con nosotros mismos.

fuente del texto/Pijamasurf

martes, 24 de febrero de 2015

Neurofisiólogos detectan cómo el cerebro viaja al pasado.

Los neurofisiologos detectan el modo de como el cerebro viaja al pasado
Wikimedia

Científicos de la Universidad Vanderbilt en Nashville (EE.UU.) han descubierto cómo el cerebro conserva los recuerdos del pasado. Tras observar la actividad del lóbulo temporal medial durante un experimento, los investigadores han concluido que el cerebro cataloga los recuerdos en función de una secuencia provisional.

El descubrimiento principal consiste en que cada fragmento de la memoria de un ser humano está marcado con las llamadas 'timestamps' ('marcas del tiempo'), informa 'Journal of Neuroscience'.

Sean Polyn, uno de los especialistas que participó en la investigación, explica que, por su funcionamiento, estas marcas se parecen a los índices que se usan en los bancos de datos electrónicos, y la manera en cómo se guardan se asemeja a la clasificación de los archivos informáticos en función de su fecha de creación.

Así, los investigadores subrayan que el lóbulo temporal medial es un banco de los recuerdos y se encarga de "los viajes mentales al pasado". Un método exclusivo elaborado por la Universidad de Vanderbilt permitió averiguar cómo funcionan las distintas partes del lóbulo y descubrir también cómo interactúan. Los neurofisiólogos descubrieron que la parte delantera del lóbulo temporal medial extrae los recuerdos y la activación de su parte trasera indica que estamos sumidos en evocaciones profundas, es decir, "viajando al pasado".

Los científicos consideran que el conocimiento de cómo se guarda la información en el cerebro podría ser muy útil y tener aplicaciones médicas en el tratamiento de los pacientes de alzhéimer y epilepsia, para conservar la memoria y los recuerdos, los cuales estas dolencias suelen borrar.

fuente/RT